▦ Capítulo 13
— Tal parece que se trata de un resfriado —confirmó la tía May tras retirar el termómetro de la boca de Loki.
Habiendo tomado precaución ante la posibilidad de que Tony Stark pudiera robarse a los chicos de nuevo, May decidió que el próximo fin de semana debían salir a divertirse y pasar el rato; y así lo cumplió. Su preocupación no era patente en sus expresiones, sin embargo, ella más que nadie intentaba no desviar a Peter de una vida simple y sin ajetreos. Su sobrino podía ser el increíble Hombre Araña, mas no quitaba el hecho de que ella quería cuidar su adolescencia, y ahora, la de Loki también, puesto que lo tenía viviendo en el mismo techo y con un caso parecido al de Peter. Ella concluía en que ambos merecían una pizca de normalidad en sus rutinas.
La salida fue entretenida por todas las risas compartidas y los momentos imprevistos. El tan sólo recordar como Peter y Loki caían en la fuente de Central Park por una pequeña riña le hacía esbozar una sonrisa a la mujer. Había cosas que parecían renuentes a cambiar, pero era predecible como la relación de los jóvenes empezaba a inclinarse ligeramente hacia la amistad.
Por su lado, esa misma mañana de lunes, Loki no hizo amago alguno por demostrar lo contrario, cosa extraña por su orgullo. Parecía que en esta ocasión el dios se resignaba a los síntomas de una pasajera enfermedad y daba la bienvenida a un día de reposo. Sí, el descanso sonaba bastante bien.
— Vuelve a la cama, ¿sí? Iré a traerte un té —indicó con dulzura la mujer, acariciando aquella mejilla sonrojada y retirándose mientras el adolescente regresaba a la litera de arriba.
Peter se encontraba listo para la escuela, moviéndose por la cocina con la mochila ya puesta. May llegó a su lado justo cuando el pan caliente saltó de la tostadora.
— Y eso que pensé que llevarlos a un parque sería algo ligero para ustedes —comentaba la mujer mientras se ponía a calentar algo de agua—. La próxima vez que salgamos recuérdenme no llevarlos a lugares con fuentes. No vaya a ser que se pongan a jugar allí otra vez.
— No estábamos jugando. Nos caímos —corrigió Peter, por no decir que en realidad Loki lo había empujado y él lo había jalado con él.
— Como sea. Igual se estaban divirtiendo —corroboró la mujer con una sonrisa al evocar la experiencia de verlos felices.
Bueno, eso Peter ya no lo podía negar.
— Entonces, ¿pescó un resfriado? —quiso confirmar.
— Así es. Supongo que tendrás que irte solo a la escuela, aunque si me dices que te sientes mal entonces puede que también te deje quedarte.
— Creo que me siento mal en ese caso —murmuró Peter, haciendo un leve puchero.
May lo volteó a ver con una mano apoyada en la cintura.
— Si hubieras hecho el esfuerzo de fingirlo tal vez te hubiera creído —se acercó a él para besarle la frente—. Anda, no querrás llegar tarde.
Peter le regaló una sonrisa sin mostrar los dientes, llevándose pronto la tostada a la boca antes de salir de la cocina. Se enfilaba hacia la puerta, pensando que sería extraño ir a decirle algo a Loki antes de irse, pero que se sentiría doblemente raro marcharse sin hacerlo.
La puerta de la habitación se abrió lentamente. Loki pensó que era May la que volvía, pero en cambio encontró al castaño asomándose.
— Mejórate, ¿sí? —se sintió un poco tonto, aunque sabía que realmente se convertiría en uno si se iba sin dirigirse a Loki después de todo lo que ya habían convivido.
El gesto le robó una sonrisa al dios del engaño.
Peter pronto se encontró bajando con entusiasmo y energía las escaleras del apartamento, con un sentimiento de ligereza. Siempre había que iniciar las semanas con ánimo, además de que se iba sin ninguna sospecha acerca de Loki. Ciertamente, el chico era más humano, ¿cómo no iba a dejarle pasar ese resfriado? Dudaba que Loki pudiera hacer algo de gravedad en su ausencia. Empezaba a confiar en él, no de manera ciega, pero lo hacía.
Observando la humeante taza de té y escuchando un último portazo, Loki esperó lo suficiente hasta confirmar que el lugar era todo suyo. Echó las mantas a un lado y bajó de la litera. En breve la bañera se encontraba llenándose de agua fría y sumergirse en ella bastó a Loki para espabilarse, incluso se tomó su tiempo antes de salir de la tina. No quería mentir: se sentía un poco culpable de su engaño. Abusó de la amabilidad de May y de la creciente confianza de Peter, no obstante, todo había sido por un motivo justificable.
Loki regresó al cuarto al tiempo en que seguía secando su cabello con una toalla. Llevaba los shorts de su propia pijama y una playera de Peter, la cual se había encontrado en el baño. La habitación ya no era ordenada, aunque no era como si lo hubiera estado antes de la llegada de Loki, y es que ahora el panorama cargaba con el ligero desastre de un adolescente extra viviendo allí. Tal vez debía hacer algo al respecto si le sobraba el tiempo.
Bebió el té cuando se enfrió y fue a buscar su mochila en cuando terminó. Sacó de allí la revista de cocina que había conseguido la semana pasada, pero la arrojó a un lado. Eso no era lo que importaba. A continuación sacó el libro que había estado esperándole, uno de hojas viejas y de piel desgastada. Había un raro signo en la portada, el cual iluminaba con el sello de la magia. Eso sí era lo que importaba. Si no podía vengarse de ese tal doctor extraño entonces lo menos que podía hacer era burlar su seguridad y robarle algo para beneficio propio. Aquel era un libro de portales y se disponía a practicar un buen rato en ello.
No era como si planeara abrir un portal hasta Asgard. Eso era difícilmente posible. Pensaba más bien en aprovechar los recursos que pudiera para fortalecerse a sí mismo. Quizás podría moverse de un portal a otro hasta llegar a la base de Stark; no dudaba de que allí podría haber algún transporte que mínimo lo sacara de la tierra, pero claro, sólo era una opción de emergencia. Quién sabe y la redención le llegara primero y Heimdall lo trajera de vuelta a su hogar, eso en el mejor de los casos.
Tras subir por las escaleras de incendios, Loki dio con la azotea del amplio edificio de apartamentos. Con su magia hizo aparecer una sombrilla y empezó a estudiar en la sombra de ésta. De hecho, no había mucho que estudiar dado que los principios básicos los sabía. Lo único que tenía que hacer era mejorar el alcance y la durabilidad de sus portales. Hizo algunas pruebas, haciendo aparecer uno en la cocina para recoger el pan que habían dejado en la tostadora y creando más tarde otro en la avenida para robar la dona que un oficial distraído tenía en la mano. Loki rió por la travesura; lástima que no podía quedarse a seguir disfrutando del pobre hombre burlado antes de que lo descubriera.
Y ya que estaba en eso, ¿por qué no ver que tal le iba a su humano favorito —favorito por ser el que más le agradaba para molestar— en la escuela?
Peter lo descubrió en el camino. Aquella sensación de ligereza se debía a que había olvidado portar con su traje. Se le pasó por completo, y ni cuenta se dio cuenta hasta que entró junto con Ned a la institución.
«Si no eres nada con el traje entonces no te lo mereces». Se recordó a sí mismo el castaño para evitar sentirse desprotegido sin él. Lo único que esperaba era que fuese un día tranquilo y no hubiera motivos graves para en verdad necesitarlo. El amigable Hombre Araña del vecindario debía tener vacaciones para ese día.
— ¿Loki se resfrió? —inquirió Ned mientras se movían en el abarrotado pasillo de estudiantes.
— Así es —afirmó Peter, sin mucho detalle que brindar.
— ¿Los súper héroes se pueden enfermar? —cuestionó.
El castaño miró a su amigo como si acabara de decir una incongruencia.
— Claro que sí, Ned. ¿De dónde sacas esas ideas?
— ¿Has visto a Thor enfermarse?
— No, pero...
— ¿Y que me dices de ti? Hace tiempo que no te he visto enfermo —interrumpió Ned.
— No lo sé, Ned. Lo único que puedo afirmarte es que tener habilidades extraordinarias no nos hace menos humanos.
El moreno asintió varias veces con la cabeza, concordando con el pensamiento.
— Entonces Loki está en tu habitación, solo, sin que nadie que lo supervise.
— Así es —contestó Peter, no muy seguro de a dónde quería llegar su amigo con eso.
— ¿Qué tal si te roba algo? Espero no sean tus figuras de colección porque yo te ayudé a juntarlas. ¿O qué tal si hurga la ropa interior de tu tía? Digo, no es algo que yo haría pero puede suceder.
— ¡No! Ned, no —Peter expresó su desacuerdo. Ni siquiera podía poner esa imagen en su mente—. No creo que suceda ninguna de esas dos opciones, y menos la última.
— Lo que trató de decir es que apenas llevan algunas tantas semanas de conocerse, y no sé, creo que mínimo yo necesitaría un año para confiarle a una persona un acceso sin restricción a mi habitación.
— Loki y yo somos compañeros de cuarto. Confió en él. Antes no lo hacía, pero creo que ya lo hago...
— Con que Peter Parker comparte el mismo techo que Loki. Oye, me ofende enterarme de esto hasta ahorita —interrumpió la engorrosa voz de Thompson, alcanzando a ambos chicos tras haber entrado detrás de ellos al aula.
— No me culpes a mí. Se supone que Loki es tu 'amigo' —Peter hizo un énfasis especial, pues podía apostar a que el azabache, por muy buen equipo que formara con Flash para molestarlo, no lo consideraría su amigo.
— Bueno, sí, pero ya sabes, es un chico inusual.
Peter se dirigió a su lugar junto con Ned, esperando que el fastidio de Flash acabara ahí, pero tal parecía que éste aún no había acabado. Detestaba aquella costumbre del contrario de meterse en donde no le importaba.
— Dime, ¿tiene algo que ver con el que ahora no le hables a Liz? Algo me dice que empiezas a batear para el otro lado, Parker —agregó con malicia, plantándose frente a él—. De menos hubieras buscando alguna chica para prestar tu habitación. ¿Tan desesperado estabas?
Peter suspiró, bajando la mirada para buscar calmarse. Siempre lograba tranquilizarse, no importaba todo lo que saliera de la boca de aquel odioso.
— No eres agradable, Thompson —dijo Ned, quien se sintió ofendido por el simple hecho de que la ofensa iba para su mejor amigo.
— Ned —susurró Peter poniendo su mano sobre el hombro de su amigo para hacerlo retroceder. De esta manera encaró por fin con Thompson—. Primera advertencia, Flash. Deja de molestar, ¿quieres? Apuesto a que no te atreverías a decir lo que estás diciendo si Loki estuviera presente. No tendrías el valor.
Sólo hasta ese momento, Peter percató de que desde antes habían obtenido la atención de todos los compañeros. Su contestación hacia Flash había atizado un murmuro de parte de los expectantes, una expresión característica de aquellos que esperan se iniciara una pelea. Peter no se arrepintió de lo dicho; además de engreído, Thompson era un hipócrita, y si lo había arrinconado a echárselo en cara no iba a desperdiciar la oportunidad.
— Bien —concluyó Flash, con una sonrisa forzada de no terminar de asimilar el hecho de que Peter le había dado justo en la verdad.
No aparentando estar indignado, Thompson dio media vuelta, dirigiéndose a su lugar que estaba a dos lugares enfrente de Peter, lo cual no marcó mucha distancia de diferencia.
— Tienes razón, Peter —prosiguió Flash desde su lugar, girándose a encontrar mirada con el castaño—. No me atrevería a decir algo así en frente de Loki. Elegiría mejor mis palabras y diría algo más bien como: Loki, que exuberante trasero tienes. Espero Peter te esté pagando bien por usarlo.
Sólo los más descarados se atrevieron a reír por el desenlace. Algún par de chicos se acercaron a Flash para felicitarlo y brindar gestos cómplices.
Mientras tanto, Peter había dejado de escuchar cualquier murmullo que se hacía presente en el ambiente. Sus facciones se habían tensado y sus puños adquirían firmeza; fue como si de un segundo a otro hubiera olvidado como calmarse. El calor ascendía a su rostro con cada paso que daba en la dirección de Thompson. Era el impulso más primitivo que había tenido en su vida y, sin embargo, no podía hacer nada para detenerlo. Fue ahí cuando Peter asestó un golpe contra la sonrisa burlona del moreno, el cual ni por chiste previó el que su compañero lo atacara así.
El grupo de estudiantes estalló con alboroto así como también se escuchó una imponente voz tratando de sobrevivir al relajo:
— ¡Parker!
El profesor ya había llegado y alguien acababa de meterse en problemas.
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