Exigencia de genes italianos
La mirada de Will Solace permaneció clavada en la figura de su novio, durante todo el rato que éste, estuvo hablando con Percy Jackson acerca de algo que él desconocía. Estaba molesto con Nico, sería sincero. ¿Por qué SU novio no le había dicho nada a él primero? Lo había dejado con la duda esperando aquí sentado en este frío césped, (ya que la manta apenas y servía) también debía agregar para su infortunio, ¿por qué demonios ellos estaban tan cerca el uno con el otro? ¿Cuál era la necesidad por la cercanía que compartían en este momento?
Sabía que los celos le estaban haciendo una mala jugada, pero aún así no podía evitarlo.
- Miren la cara de celos de Will Solace. - Escuchó perfectamente la voz de Drew Tanaka, se mordió los labios para evitar tirarle un insulto para que dejará de meter su cuchara donde no debía. - Pareciera que va a intentar matar a Percy con una roca.
- Todos saben, que Percy fue el primer amor de Nico. - Le contestó la chica de Hermes, la cual ya estaba luciendo una trenza detrás de su espalda, gracias a la hija de Hecate. - ¿Qué incómodo, no? Will debe estar siempre preocupado para estar a la altura o superar al héroe del Olímpo.
- Claro que, alguien con ese título. - Corrobora la chica de Hecate, sonriendo con sorna. - Es muy difícil, y más cuando todo el Olímpo sabe que tu padre fue el culpable de la guerra con los gigantes.
Ellos hablaban de Apolo, lo supo Will de inmediato. Sus hombros cayeron con tristeza, y observó brevemente las puntas de sus dedos.
Aún no podía olvidar el rostro burlón de Percy de hace un momento, lo había mirado directamente, mostrándole con total libertad su sonrisa burlona. Como si lo estuviera retando a ir hasta allá, y golpearlo a lo sicopata solo porque tenía la suerte de que Nico estuviera parado cerca suyo y alejado de él.
No es que Percy le desagradara, era un buen chico, había ayudado y salvado a muchas personas a lo largo de los años, y eran casi amigos lejanos. El problema recaía cuando, simplemente a veces se acercaba demasiado a Nico. A veces a propósito, como jugando con su paciencia y también a sabiendas de que sus celos eran algo feos. Su excusa era que le encantaba verlo protegiendo a Nico de los tiburones que pudieran llevarlo lejos de él.
- ¿De qué estará hablando Nico con Percy, enfrente de Annabeth? - Preguntó Chris con intriga, ladeando ligeramente el rostro, pestañeo como si se le hubiera ocurrido algo y entonces se dirigió con ironía hacia los hermanos de su novia. - Probablemente Nico los habrá escuchado y ahora le está contando todo a Percy. Para que ambos puedan encontrar la mejor manera de darles su merecido.
- Ya quisiera ver que esos lo intentarán. - Gruñó ofendido el hijo de Ares. - Los romperé como si fueran escarbadientes, luego de usarlos para limpiarme la suciedad de entre mis dientes.
- Qué rudo. - Se jacta Clarisse, dando un pisotón al banco donde sus pies descansaban. - Pero ya veremos que tan rudo eres a la hora de la verdad.
Los ojos de Will seguían prendados y vigilantes sobre su novio, mientras hablaba con su ex crush. Sus rostros casi a centímetros. Sus labios moviéndose casi al mismo tiempo cuando conversaban. ¡No! ¡No! ¡No!
Se regaño mentalmente por ser tan inmaduro, quería darse cachetadas en la cara, ¿por qué tenía que auto lastimarse pensando en cosas que jamás ocurrirían? Amaba demasiado a Nico Di Angelo para que fuera sano, y lo peor, era que le encantaba tal sentimiento que lo consumía día y noche.
Además, no podía ser tan ilógico, a Percy se le notaba a leguas que era infinitamente feliz con Annabeth, y Nico ya le había dicho en varias ocaciones, que ya no estaba enamorado de él. Que incluso, dudaba de que alguna vez fue algún tipo de amor. Pero aún así, Will era testarudo, como un buen hijo de Apolo.
No se sentía del todo cómodo que ellos a veces estuvieran como, bromeando, empujándose y compartiendo miradas secretas y cómplices todo el tiempo. Él también lo hacía con sus hermanos y hermanas, lo entendía, pero eso no detenía los celos monstruosos que se alimentaban de la cruel irrealidad.
- Es suficiente, Will. - Se dijo así mismo, llevando una mano contra su pecho, que retumbaba frenéticamente. - Ya no te tortures, por favor. - Se quedó viendo el lago frente suyo, y la manera en que las olas besaban la orilla, como labios húmedos dejando su huella en la arena.
Volvía a tener frío. Pero reconoció que este era otro tipo de frío, uno que lo dejaba agotado y adolorido. El cual solo se iría cuando Nico volviera a estar a su lado, aquí en esta manta, muy lejos de Percy Jackson, y sus ridículamente hermosos ojos del océano.
Entonces, Nico finalmente se apartó de él, carraspeando la garganta, antes de empezar a hablar, recorrió con sus ojos alrededor de todo el público de campistas enfrente de él, como si los estuviera contando o midiendo para una batalla infernal que se desatará en segundos. Repentinamente se sintió receloso.
- Hey Chicos. - La voz de Nico llamó a los que aún no estaban mirándolo. Él se había puesto de pie frente al grupo de campistas, y Percy estaba, riéndose... Y no entendía, ¿por qué demonios tironeaba de los pantalones de SU novio? Como queriendo quitárselos mientras presumía aquella característica sonrisa suya, tan torcida y extremadamente sexy.
¡Soy el único que puede quitarle los pantalones a ese italiano! Pensó Will, con el nudo de su estómago creciendo rápidamente, Nico le dio palmadas a sus manos traviesas, y Percy se apartó finalmente riendo contento. Buscó los ojos de Nico para enviarle su agradecimiento, pero él estaba ocupado lanzando dagas escondidas con buenas palabras al grupo de semidioses.
Vio a Annabeth luciendo sonrojada, pero sonriendo divertida por algún motivo que aún desconocía. Así que, supuso que no debía alarmarse tanto después de todo, a no ser que Annabeth fuera algún tipo de loca fujoshi que le encantaba ver a dos chicos sexys jugando sensualmente el uno con el otro. A pesar de que este fuera su novio.
- Tengo una idea que proponerles. - Exclamó a viva voz el italiano, con una postura relajada y bien puesta. - Podría interesarles, para hacer de este día más emocionante.
Aquello sorprendió a Will de sobremanera, qué su novio tomará la iniciativa de llamar la atención del público, era lo último que Nico nunca quería. Prefería mil veces pasar desapercibido siempre, escondido detrás de su gorra o dentro de su cabaña, cuantos menos sabían de su existencia, para Nico era un alivio.
- Cuéntanos más, embajador de Plutón. - Le siguió la corriente Percy, hablando con una falsa voz solemne que acaparó la atención de todos. - ¡Sorprendenos semidiós!
-¿Qué les parece una apuesta chicos?- Dijo Nico sin más. De lo cual, se ganó varias miradas extrañadas de parte de los semidioses, y luego todos los campistas se miraron entre ellos sorprendidos y algunos otros riéndose por la incredulidad.
- ¿De qué se trata Di angelo? - Inquirió uno de los hijos de Ares con una sonrisa burlona. - ¿Qué apuesta piensas lanzarnos?
Mientras tanto, Piper y Jason se acercaban lentamente curiosos por el bullicio del lugar, la pareja iba de la mano firmemente, y compartieron algunas palabras cuando vieron a Nico, siendo extrañamente, el causante del revuelo del lugar.
- Una zambullida en el lago que tenemos frente a nosotros. - Nico soltó sin cuidado alguno, como si fuera de lo más normal del mundo pedir un chapuzon en el lago, en pleno invierno en su apogeo. - Solo para los valientes, ¡debemos dejar orgullosos a nuestros ancestros Espartanos! Especialmente, aquellos hijos de Ares. - Entonces él apuntó hacia aquellos chicos chismosos, sin poder ocultar la malicia que bailaba en sus ojos oscuros. - Deberían demostrar la resistencia que siempre proclaman poseer.
Aquello causó un gran jaleo entre la multitud semi divina, nadie lo había esperado de parte de él, ni siquiera Will Solace, quien contuvo la respiración totalmente estupefacto y ansioso por ir corriendo hasta él y preguntarle, sin embargo, siguió en su lugar recordando las últimas palabras que le había dirigido. "Disfruta del espectáculo".
- ¿Estás hablando en serio, hombre? - Connor empezó sentado en una mesa aparte, con el resto de los hijos de Apolo, mirando ceñudamente el lago al mismo tiempo. - Pero debe estar condenadamente helada, estoy casi seguro que si alguien metiera su dedo dentro del agua y luego lo sacará, y lo doblará. Se rompería al instante como una ramita.
Todos asintieron de acuerdo, y Will con sus conocimientos médicos naturales, también tuvo que darle algo de razón a Connor Stoll, no era de lo más recomendable hacer lo que Nico decía. Por más que tuviera algún tipo de plan con ello, Will no podía dejar que él se materia al agua y muriera al instante de una forma tan poco heroica.
- Vamos chicos. ¿Quién aguanta más tiempo dentro del agua fría? - Sigue insistiendo Nico, haciendo gestos de aliento con las manos. - No puedo creer que unos semidioses tan rudos como ustedes, se acobarden de una forma tan impresionante.
Era parte del plan poner cizaña al asunto por parte de Nico, los semidioses lo miraron con desdén y movían sus ojos de vez en cuando estudiando hacia la frialdad del agua, como si estuvieran considerándolo realmente.
- ¿Que no muy rudo antes? - Siseo Clarisse, con una mirada despreciativa hacia el hermano que había recibido una patada en su pecho. - Ya sabía yo, que tenías las agallas de una rana.
- Yo estoy dentro. - Anunció repentinamente Percy, alzando la voz para que hasta el último semidiós lo oyera. - Una agradable zambullida nunca está de más para un hijo de Poseidón. - Entrecierra ligeramente sus ojos con desafío. - Esto será pan comido, o tal vez, solo es demasiado fácil tratándose de mí.
Eso fue todo lo que se necesito... Hubo una explosión de voces por todos lados y la ansiedad se podía saborear en el aire, con una explosión de testosterona apestosa que intentaba inundar hasta sus fosas nasales (figurativamente hablando, claro) Esta era la oportunidad perfecta para retar a Percy de forma discreta y demostrarle que no era la gran cosa.
Seguía habiendo chicos que miraban con duda hacia el lago y otros que gritaban emocionados por el nuevo reto. La mitad de ellos se quedaron sentados. La otra mitad estaban listos para probar que eran mejores, y que los "Héroes del olimpo" no tenían nada de especiales.
Prácticamente Will pudo ver como intentaban calentar los músculos. Muchos de ellos habían optado por usar correctamente la cabeza, empezaron con calentamientos para el cuerpo, haciendo lagartijas en sus lugares, flexiones, payasitos y otros ejercicios rápidos para prepararse. Pero prepararse mentalmente para meterse al agua era el problema.
- Yo me quedaré aquí sentado viéndolos sufrir, será mucho más divertido. - Comentó Jason sentándose a lado de Piper, quien a su vez, se había sentado cerca de Annabeth. Ambas amigas empezando a susurrar entre ellas con voces emocionadas y agitadas. - Pueden sólo ignorarme claro, no hay problema, miren tranquilamente a todos esos chicos musculosos y sin camisa. - Agregó el rubio, y aún así, no consiguió de vuelta la atención de su novia.
Y no la conseguiría por un buen rato, pensó Will.
- Como quieras hermano. - Le dijo Percy, encogiéndose de hombros despreocupado. - Sentado podrás observar y gritar mejor durante el espectáculo que montaremos.
- Percy me había contado que una vez nado en las aguas de Alaska. - Le dijo Annabeth a Piper, luego de que le preguntara. - Por esa razón no estoy tan preocupada, supongo que tiene un cuerpo resistente.
- Oye, ¿y has probado esa resistencia, Annabeth? - Le susurró su amiga cheroke, cuidando que Jason no la escuchará y evitarse explicaciones. - Ya sabes, en otros ámbitos, contigo y él. Juntos.
Los pómulos de Annabeth se ruborizan inmediatamente al entender sobre de que le hablaba Piper, pestañeo un par de veces vacilante y contuvo una risa burbujeante que amenazaba por salir de sus labios, la cual debía ser un síntoma por pasar tanto tiempo con la hija de Afrodita.
- Eres una indiscreta, Piper. - Le recrimina Annabeth, suspira hondo. - Pero, no, no hemos hecho ese tipo de actividades aún.
- Aún. - Repitió Piper, sonriéndole con picardía.
- ¿Qué es lo que tienen planeando tú y Nico, eh? - Inquiere Jason curioso. - Tratándose de ustedes, ni siquiera puedo imaginármelo.
- Solo sigue prestando atención. - Le Indica el hijo de Poseidón, impaciente por que Nico dijera todas las reglas. - Vamos, chico muerte, apura ese reloj que te han dado del casino lotus. - Bromeó, refiriéndose a su lentitud.
- Cállate. - Musitó Nico en su dirección, a continuación dio dos aplausos para volver a llamar la atención de todos. - Una cosa más semidioses, la apuesta solo es válida. Si cada concursante se mete al agua... Sus ojos brillaron con maldad, dejando a Will fascinado por su encanto. - Llevando una sola prenda, es decir, solo puede llevar puesto los bóxers.
Todos los semidioses que al principio se habían aventurado para cumplir la apuesta, dejaron caer sus quijadas hasta el suelo por el estupor, y el miedo pronto fue cubriendo sus ojos, cuando probablemente estuvieran imaginándose en que consistiría aquello. Estaba más que claro todo, Will empezó a sentir que estaba a punto de flipar.
- Para que sea mucho más creativo la apuesta. - Siguió diciendo Nico, pero entonces, Percy lo interrumpió de golpe impaciente.
- O se quitan todos los pantalones, o se quedan sentados mirando nuestros perfectos traseros. Ustedes decidirán. - ¿Era su imaginación? O la voz de Percy había adquirido súbitamente un tono grave y rasposa. - Así que espero que se hayan puesto sus mejores bóxers, por que los agujeros serían mal visto para las damas.
Will vio que muchos de los campistas se acobardaban inmediatamente mientras se susurraban unos a otros. Tal vez se habían puesto justamente ese día, los únicos bóxers limpios y con agujeros que les quedaban, ya que por los días nublados, era muy difícil que la ropa se secará.
- Estás chiflado hermano. - Dijo uno.
- Se me congelaran las pelotas._ Dijo el otro. - Se me pondrán huevos duros.
La mayoría se rio por el mal chiste improvisado, incluso él mientras negaba, a la vez que pensaba preocupado si Nico estaba pensando meterse en su propia apuesta. ¿Él no podría o sí? Luego se regañó mentalmente por dudar, claro que los haría, él chico no podía con los retos incluso si eran propios.
- Oh vamos, causarán un trauma a todas las chicas del campamento, piensen en ellas, pobrecitas. - Gritó Clarisse con mofa, interrumpiendo el murmullo de todos, e iniciando carcajadas entre la gente. - Vayan a comer esteroides y luego vuelvan si quieren hacer este tipo de retos. Me lo van a agradecer algún día.
-Nico, por favor evita tu propia humillación. - Se burló uno de los hermanos de Clarisse aprovechando su comentario. - Nadie pensará mal de ti si te retiras ahora.
- Tampoco de ti Josh, nadie se burlará si sales corriendo ahora. - Nico mantuvo su media sonrisa intacta. - Esto es solo para los valientes después de todo. Veamos quién ríe al final.
- ¡Nico, esto es totalmente irresponsable! ¡Puede darte una pulmonía o peor! - Explotó entonces Will, llamando la atención de todos, Nico viró su rostro lentamente hacia él. - Tú podrías... vas a...
Nico le dio una sola mirada, sus ojos marrones casi negros se comunicaron silenciosamente con los suyos y, automáticamente, sin saber como, la confianza lo inundó por completo hasta normalizarse su respiración. ¿Cómo es que este chico, siempre lo lograba?
Al final, cinco héroes de 100 campistas se animaron al reto. Con Nico y Percy eran siete, aunque Will pareció advertir que el número de participantes les era indiferente a los dos hijos de los tres grandes.
Dos hijos de Ares. Dos de sus hermanos y uno de Hecate. Considerando los ladridos despreciativos por parte de los hijos de Ares hacia Nico, hace unos momentos. Se sorprendió de que solo fueran dos nada más, mirando el rostro amargo de Clarisse, ella en cambio ya había esperado este resultado.
- Yo no tengo hermanos semidioses. - Gruñó ella hacia Chris Rodríguez. - Yo tengo a un par de ratas cobardes como hermanos. Eso es lo que son.
Todos sus hermanos mantuvieran la cabeza agachada sabiamente frente a ella. Avergonzados, pero aún así demasiado atemorizados por el frío y por sus bóxers que serian vistos si hubieran participado en la apuesta.
Los seis semidioses se pusieron en fila listos para la acción, mirándose los unos a los otros con nerviosismo, como si esperarán que algunos de ellos saliera corriendo y pudieran entonces seguir al cobarde. O que alguien pudiera soltar alguna excusa lo suficientemente creíble para evitar la zambullida inminente. Excepto Nico, claro. Él se veía como un guerrero que está mentalizándose adecuadamente para la batalla.
Las semidiosas estaban más entusiasmadas que todos. Especialmente las hijas de afrodita, esas chicas particularmente parecían que estaban a punto de gritar en cualquier momento y luego a echarse a girar por los suelos de la emoción y las hormonas alborotadas.
- Tú solo te metiste en esto Nico. - Dijo un hijo de Ares. - Tuviste tu oportunidad de retirarte de esta locura, allá tú, si con esto les das más razones al público para que luego hablen de tu pobre figura de esqueleto.
- Lo mismo digo. - Le responde Nico calmadamente sin mirarlo. - Lamento que todos vayan a ver tu apariencia deformada.
- ¿Qué demonios? - Siseo el chico, girando completamente hacia él con los puños preparados. - Repite esa mentira estúpida, idiota. ¿A quién crees que le dices deforme?
Nico rodó los ojos y miró hacia las tranquilas aguas, que con toda seguridad debían estar heladas. Will le envío confianza telepáticamente, aún no había apartado la mirada de aquel chico de belleza Infernal.
- Percy, pensaba que eras más listo. - Eso había sido puro sarcasmo de parte de Los hijos de Hecate. - Supongo que aunque estés cinco años más con Annabeth, nunca te vas a contagiar ni un poco de su inteligencia.
- De verdad que es una lástima. - Habló suavemente Percy en la dirección de aquel chico que se había mofado. - Porque si eso fuera posible, hubiera dejado que pasarás más tiempo conmigo, a ver si de esa manera te contagio un poco de gracia para esa cara fea que tienes. - Sonrió de forma ladina. - Ya ves, soy muy caritativo.
Will Solace rompió en carcajadas cuando Percy término de hablar, apenas y pudo detenerlo, simplemente su boca se abrió y estaba riéndose con lágrimas saltando de sus ojos. No era el único, todo aquel que había escuchado aquella respuesta, estaba en este momento destornillándose de risa en el suelo.
- ¡DESNUDENSE YA, MALDITA SEA! - Gritó súbitamente una chica de afrodita, ya harta de la espera al igual que el resto de sus hermanos. - SI NO SE QUITAN ESOS PANTALONES YA, LO VAMOS A HACER NOSOTRAS. - Y si Will era sincero, de repente él también quería quitarse el abrigo, pero por otras razones muy distintas.
Sentía tanto calor. Estaba sudando por dentro, por la anticipación, por la emoción de ver nuevamente a Nico con pocas prendas, pero también, acalorado por los celos, ya que todos verían a ese perfecto espécimen en vivo y en directo.
- Qué empiece el espectáculo. - Silbo Percy, cruzándose las piernas. - Primo, no me decepciones.
- Solo cállate, Percy. - Masculló Nico rodando los ojos. - Calladito te ves menos pesadito. Agh, que mierda fue lo que dije. - Negó avergonzado.
Los primeros fueron los hijos de Ares, por supuesto. Eran unos atolondrados e impacientes. Confiados, muy seguros de sí mismos, empezaron a quitarse los abrigos, los pantalones y al final los calcetines.
Hubo algunos gritos de apreciación para alentarlos, aunque él sabía perfectamente lo que todos pensaban. Las mentes críticas y prejuiciosas no iban a dejar pasar por alto algo así.
Muy musculosos sí, aquí y allá, en cada rincón. Pero tenían fallas... ¿Cómo decirlo? Era como si se hubieran ejercitado obsesionadamente, pero al mismo tiempo, se habían olvidado de algunas partes de sus cuerpos. Entonces se veían algo como "deformados", carecían de gracia de la cual sabía, de primera mano, quién la poseía en abundancia.
- Allí van esos idiotas. - Negó duramente Clarisse, suspirando y masajeándose el puente de su nariz. - Se van a arrepentir cuando vuelvan, voy a hacer que se arrepientan y muevan sus traseros para que arreglen la reputación de nuestro padre.
Algunos músculos estaban más abultados que otros y sus piernas daban mucho que desear. Cómo buenos hijos de Ares, les faltaba la paciencia para trabajar adecuada y meticulosamente en sus cuerpos. Eran unos brutos en todos lo sentidos posibles, y esto lo confirmaba.
Clarisse empezó a reír a sus costas más tarde, sin piedad alguna, mientras su novio la sujetaba por su costado para ella no cayera por la mesa rodando por las poderosas carcajadas.
- NADIE CONOCE LA VERDADERA PERFECCIÓN. - Trató de defenderse uno de los hijos de Ares, su voz había salido temblorosa por los constantes castañeos de sus dientes. - ¡PUDRANSE TODOS!
- El karma existe. - Murmuró Will, sonriendo satisfecho.
Cinco chicas de afrodita se habían sentado en una mesa aparte del resto, tenían carteles en sus manos y pinceles para puntear en ellas, y calificar de la forma más cruel y crítica a los concursantes.
Los hijos de Ares gritaron cual guerreros Espartanos, y siguieron gritando con pasión y dolor por el agua helada que les congelaba hasta las pocas neuronas que les quedaba en el cerebro.
- PUTA MADRE. - Le gritó el chico de Ares a su hermano, quien resoplaba reiteradas veces como si eso funcionará. - TE-TE dije, m-mal pla-an. ¡Mal plan!
-¡MAL! - Fue lo único que pudo contestar el otro.
Will siguió sin poder contener la risa como el resto de los campistas, cada uno de ellos empezaba a sacar sus celulares a prueba de monstruos para poder sacar fotos y subirlo a Facebook más tarde. Probablemente alguno también debía estar haciendo un video para YouTube.
Hijos de Ares.
6 -6 -6- 4-7
- Me siento estafada humana. - Dice Tris, hija de Afrodita con un matiz de decepción. - Sigo esperando algo que sea digno de mis ojos para flipar.
- Tienen suerte de tener incluso esta nota. - Anunció una hija de Afrodita en tono condescendiente. - Sí fuera por mí, los dos tendrían una corrida de unos.
- Recuerda... - Dice su hermana, pacientemente. - Mamá nos dijo que fuéramos más dulce, nada de ser muy crueles. Ahh, pero es tan difícil.
- VIENE UN CHICO DE HECATE. - Gritó Tris, preparando su pincel para puntear. - Espero que éste si valga la pena.
Hijo de Hecate.
5-4-7-8-7
- Código rojo. - Gimió Tris desesperada, con su cinco en manos. - Los chicos guapos están en escasez. Repito, escasez en números rojos.
El chico de Hecate se zambulló en el lago y Will tuvo que reconsiderar a Jordan de nuevo como un heterosexual, ya que su grito había sonado como algo de la otra acera.
Aunque él siendo de la otra acera, no gritaba ni de cerca de esa manera. Luego vinieron sus hermanos que no podían dejar de ser competitivos por un segundo, estaba en la sangre de Apolo tratar siempre de ser los número uno. Aunque enfrente de las chicas de Afrodita en este caso, estaban tan lejos de ser el número uno, como Apolo de volver a ser un Dios de nuevo.
Hijos de Apolo
8-9-7 -7 -8
Oh bueno, tampoco estaban tan alejados de conseguirlo. ¿Viste eso Apolo? Aún tienes esperanzas. Sus hermanos habían ganado el mayor puntaje. Se sintió un poco orgulloso de ellos, y luego cerró los párpados de inmediato cuando sus hermanos Se metieron al agua de un salto. Temblando por reflejo. Los gritos de sus hermanos resonaron por todo el valle.
Las risas iban cada vez más en aumento, todos estaban divirtiéndose de esto. E identifico la risa de Quirón a pocos pasos cerca de él, quien estaba sentado en su silla de ruedas pacíficamente, disfrutando el paisaje cruel de unos adolescentes muriendo de hipotermia.
Will apostaba a que era su hobby número uno en los tiempos medievales cuando aún no habían inventado el termocalefón, y los semidioses debían bañarse con agua helada en las duchas y jabones tan fríos como cubos de hielo. Sus gritos probablemente habían funcionado para dulcificar sus sueños y espantar los monstruos antes de la barrera del pino de Thalia.
- Bien. Creo que me toca. - Advirtió un Nico Di Angelo con voz suave, sus oscuros ojos conectaron con los azules de Will y allí se quedaron prendados. - Supongo que esto será más fácil de lo que pensaba.
Entonces, Will estuvo casi seguro de que su corazón había dejado de funcionar, había muerto en su pecho y ya. Pareció que sus ojos se habían olvidado de como pestañear, pero no se molesto en eso ya que de esta forma, observaría mejor cada minúsculo detalle y gesto que pudiera apreciarse.
- Nooo, que mi cámara va a explotarme en la cara. - Se jacta alguien en el fondo. - El resto de las cámaras también saldrán dañadas, salven a sus aparatos electrónicos, amigos.
No escuchaba las risas que habían explotado de repente, ni se dio cuenta de las miradas burlonas y cínicas que le dirigieron a su novio. No se dio cuenta como todos quedaban mudos y con los ojos desorbitados ya que él solo tenía ojos para aquel chico. Cada parte de su cuerpo estaba despierto y muy consciente. Y solo podía admirar como aquella chaqueta se caía al suelo a lado de Percy. Y una remera de mangas largas térmica y negra caía también a lado de Percy.
Y se sintió muy celoso. Sí. Muy celoso una vez más porque él quería estar más cerca de SU Nico. Estar en el lugar de Percy para admirarlo mejor. Solo lo apaciguaba el hecho de que Nico solo lo estaba mirando a él.
Solo a él. A nadie más.
Tentándolo a que lo tocará con sus manos, hasta lo más íntimo, besarlo por todas partes hasta su sombra por completo. Quería correr hasta él, y hacer todo lo que había pensado.
Él no tenia tanta masa muscular como el resto, como si fuera un fisicoesculturistico. Pero tenía lo suficiente para hacerse notar y destacar, él era REAL. Era duro en todos los lugares adecuados, con una piel oliva y de un saludable color que te invitaba a admirarlo por horas y horas, intentando encontrar la imperfección que jamás uno encontrará ya que carecía de fallo alguno.
- Eso es, eso es, eso es. - Chillaba Tris, al mismo tiempo que se soplaba con su cartel el rostro acolorado. - Oh por, Dios. Santo Hades que nos regala este bombón para admirar en este hermoso día bendecido. Santa Italia y su bendición por tales genes infartantes de pobres corazones codiciosos como los míos. Mis ojos se sienten afortunados mi señora Afrodita, ¿es este tu regalo para tus hijas luego de largos meses de escapes de chicos guapos?
- Vaya, te has inspirado en decir eso. - Murmuró su hermana, mordiendo el pincel en su boca, como si estuviera imaginándose que ese era un pectoral de Nico. - Pero, ese chico es una fuente de inspiración inagotable. - Se contorneo en su asiento, como si fuera a salir volando por un exceso de shippeo.
Nico se quitó los tejanos y Will no supo porque no pudo mirar hacia abajo, solo no podía apartar su mirada de la de él, pensando al mismo tiempo que él debió haber ayudado a su novio a librarse de esa prenda. Sus mejillas se sentían muy calientes. Bien, en realidad una gran parte de él se sentía muy caliente ahora. Apostaba a que todos ahora lo sentían como un caliente sol, mucho más efectivo que la fogata detrás ellos.
Su sonrisa era perfecta. Sus brazos eran musculosos y sus labios carnosos y besables hasta la saciedad. Aunque Will besara esos labios eternamente, jamás tendría suficiente de ellos.
- Carajo, eso nadie se lo esperaba. - Silbo un chico de Apolo, aplaudiendo y enviándole una mirada de envidia a Will. - Nuestro hermano resultó ser más listo de lo que pensábamos al elegirlo.
- Es hijo de Apolo. - Murmuró su otra hermana, con una mano puesta contra su mejilla sorprendida. - Nosotros siempre tenemos buen guston, aunque Will se pasó.
Will los ignoró completamente, no le importaban ni en lo más mínimo. Siguió mirando a Nico caminar con una increíble elegancia hacia el lago, seguro del efecto que había causado a toda la población femenina y masculina por igual, dejó caer su gorro en la arena, y llevó una mano al frente para apartar los largos mechones de su rostro. El gesto fue de lo más sensual, y tenía ganas de tirarse encima de él enfrente de todos.
Y cuando finalmente acabo la conexión visual. Admiró el buen trasero el de ahí. Aquel trasero contorneado por la delgada tela de color gris, y el viento haciéndole el favor de soplar para delinear ciertas cosas que no debían ser dichas frente a niños.
- Mío. Mi caballero oscuro. - Will suspiró hondo, la excitación dominado poco a poco su cuerpo. - Mío en todos los sentidos serás.
Puntuación de las hijas de afrodita:
10-10 -8 -10 -10
El ocho había sido resultado de una hija de afrodita frustrada de saber muy bien que Nico di Angelo era Gay hasta el último hueso de su sensual ser. Y aún así, para nada disponible. Will Solace ya estaba marcando territorio con su penetrante mirada, y más tarde pensaba penetrar otra cosa en otro lado más placentero.
- MI AMOR - Gritó otra chica de afrodita, sin importarle que Will escuchará. - HAZ UN FAVOR A LA HUMANIDAD Y TEN HIJOS CONMIGO PARA ELIMINAR LA ESCACEZ DE CHICOS GUAPOS.
- Hey tú. - Le reprende Will a lo lejos, agarrando una piedra y lanzándola en dirección a su cabeza. - Aleja tus garras rosas de mí chico.
- ¡QUÉ MIERDA! ¿Nico tomó esteroides o qué? Tiene 18 años por Zeus. - Dijo Chris totalmente impactado, despreocupado de su novia que aún se carcajeaba pero ahora por la incredulidad, y la cara de pura estupefacción de sus tarados hermanos. - Necesito que me cuente su secreto, voy a acosarlo hasta que me diga.
- Por Hades- Siguió otra chica de afrodita, soplándose con una revista y sin apartar los ojos de Nico ya que sería un delito olímpico. - Bello Hades sigue teniendo hijos por piedad a nosotras.
- Italianos. - Dice otra comenzando a escribir en su libreta. "Próximas conquistas" - "Italianos bien papasitos" Necesito ir al aeropuerto, como que tengo ganas de conocer Italia, por, por los museos y edificios históricos claro. Solo por eso. - Ríe nerviosomente, mientras babea y un pequeño hilillo de sangre cae de su nariz hasta llegar a su barbilla.
- ¡Nicooooo! Ya voy detrás de ti precioso. - Le gritó Percy emocionado. Will le dio una mirada airada e indignada, y Percy Jackson se echó a reír mientras se levantaba de donde había estado sentado tranquilamente, regalándole a su vez un guiño de "Tranquilo viejo".
Más le valía. Will pensó, porque tratándose del hijo de Hades, él era capaz de ir en contra de hasta los mismos Dioses para proteger lo que era suyo por decisión de aquel italiano.
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Hey semidioses pervertidos, ¿cómo están? Yo muy bien también, gracias!
Es increíble una vez más que de 1500 palabras, esto llegará a 5000 CINCO MIIL.
Fabuloso no? Chicos esto me Está más difícil de lo que imaginé, jajaja, estuve desde las cuatro y ahora son las 23:01 de la noche. Por Dios, casi me vuelvo loca.
Así que agradecería mucho si votarán y comentarán que les gusto y todo esa cosa, ya saben, que hagan sus cosas de lectores estrellas que toda escritora sueña tener. Así que nos vemos!
Ahora me voy a escribir No te escondas del Sol, le toca a esa historia ahora ponerle algo de mi trage... digo, sukulencia claro. Jajajja, porque yo jamás escribo nada triste. Pfff, yo SIEMPRE LOS HAGO REÍR DE FELICIDAD.
JAJAJJAJAJAJAJAKAKJAKA
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