3. El verdadero examen y el encuentro angelical
—Bueno—dijo Leopoldo aún dudando lo que dijo Sora—, al parecer el Rector es un otaku....
—No solo es el rector—comenzó Sora mientras seguía avanzando con su numeroso equipaje.
Neru y Archie se ofrecieron para ayudar a Sora con la carga que llevaba dejando a la señorita con solo con la mochila que llevaba.
—¿Los profesores también?—preguntó Violeta interesada por el tema—.
—En realidad, todos los que están en esta universidad—respondió Sora—. alumnos, profesores, hasta los empleados. No hay nadie aquí que no sea otaku. Y lo sé porque mi hermano me lo contó todo cuando ingresó a esta universidad.
—¿Es una broma?—dijo Sofía algo molesta—, ¿cierto?
—No lo es—replicó Sora—, aunque no diría que necesariamente son otaku, sino personas que gustan del anime o el manga... pero los profesores generalmente si que son otaku. Déjame demostrártelo al menos en el caso de los alumnos.
Sora tomó a tres chicos que pasaban cerca a ellos y, frente al grupo de Leopoldo, les pregunto si les gustaba el anime o el manga. Los tres asintieron. Uno era seguidor de Gintama y Saint Seiya, el siguiente de Detective Conan y el último de Naruto. Sora los soltó y los chicos se fueron asustados y enamorados de Sora. Esta lanzó una mirada hacía Sofía, se sentía victoriosa.
—Pero... es imposible que a todos los alumnos les guste el anime o manga— dijo Sofía sin convencerse aún—. ¿Los mejores estudiantes del mundo son otakus?
—En realidad, ese examen vale el diez por ciento del ingreso a la universidad—dijo Sora con una sonrisa radiante—.
—¿Y el otro noventa? ¿Cuándo lo rendimos?—dijo Sofía ansiosa sin poder asimilar lo que se estaba enterando—.
—¡Adivinen!—exclamó Sora—, ¿hasta dónde creen que llegaría esta universidad para tener a los mejores?
—¿Nuestra respuesta corporal durante la prueba?—sugirió Leopoldo—, porque nos dieron unos lápices especiales durante la prueba que quizá usaron para tener nuestras señales fisiológicas durante el mismo.
—Interesante respuesta—dijo Sora mirando con aprobación a Leopoldo—, pero no fue eso. Aunque, creo que lo hacían años atrás.
—Nos grabaron durante la prueba—comenzó Violeta—, es posible que la grabación de ello lo usarán para ver nuestro comportamiento antes, durante y después del examen.
—Tampoco—dijo Sora con lástima—, pero están cerca porque si que fue por seguimiento a lo que hacen, pero no durante el examen.
Los amigos de la infancia caminaban preguntándose que podría ser lo que influyó en su ingreso a la universidad. Sofía pensaba una serie de cosas, pero no quería entrar al juego de Sora. Neru y Archie apenas si pensaban por el equipaje que llevaban. Violeta les insistió en decir algo.
—Te imaginas...—empezó Archie mientras acomodaba el equipaje que se le estaba por caer— que la universidad haya examinado la actividad en Internet de cada uno de los postulantes, así como en una película de hackers.
—En realidad—dijo Sora alegre y moviendo el cuerpo como si bailase—, eso fue lo que pasó.
—Espera, espera—dijo Neru asustado—, ¿Toda nuestra actividad? ¿En el Modo Incógnito también?
—¿Eso no es ilegal?—dijo Violeta más confundida que molesta—, es muy grave.
—Ciertamente—dijo Sora coincidiendo en su opinión con Violeta—, pero esta universidad es muy poderosa. Además, mi hermano me dijo que el software utilizado es como un acumulador de puntos; cada vez que entras a un sitio web que tenga que ver con anime o manga te suma puntos de lo contrario no ocurre nada. También si hablas sobre animes o mangas en redes sociales, en foros. Cualquiera cosa que hayas hecho alrededor de un anime o manga y se encuentre en Internet te suma puntos.
—¿Desde cuándo ocurre esto?—dijo Leopoldo algo decepcionado— se supone que su examen es el más difícil a nivel mundial y las investigaciones de los egresados son muy reconocidas. Dejárselo a alguien que ve más anime o lee más manga no me parece lo mejor.
—¿Eso crees?—dijo Sora mientras se acercaba a Leopoldo— ¿Y si te digo que los últimos quince premios nobel que estudiaron en esta universidad gustan del anime y el manga? ¿Curioso no? Y para responder a tu pregunta, es desde hace unos veinte años.
Sofía seguía sin decir nada, pero era obvio que no aprobaba el modus operandi de la universidad para seleccionar a sus alumnos. Eso no estaba bien pensaba, pero lo que más le inquietaba era el como lo hacían.
—Es solo que no lo puedo asimilar—dijo Leopoldo todavía sin convencerse—, es genial, pero deja un sinsabor.
—Sé como te sientes—dijo Sofía posando su mano sobre el hombro de Leopoldo—, aunque tiene sentido. Nosotros veíamos mucho más anime y leíamos manga a diferencia de otros chicos de nuestra clase que también postularon a Nuevo Mundo.
—Si lo que te preocupa es la seriedad de la universidad—intervinó Sora—, te diré que es acorde a su reputación. Todos se toman en serio sus estudios y sus trabajos.
Leopoldo asintió pero seguía un poco pensativo.
Mientras los flamantes alumnos avanzaron, a Neru lo quisieron llevar a ver una presentación del club de kendo, este se quedó a pedir información solo por cortesía. A Archie le hicieron degustar unos chocolates del club de repostería que le encantaron y más dulces eran las chicas del club. Las chicas se detuvieron en el club de tenis. Leopoldo que seguía caminando, estuvo mirando hacía los lados y hacía atrás buscando a sus amigos entre la multitud, y en consecuencia tropezó con una señorita.
—Ay, caraj...—dijo Leopoldo mientras tocaba su rodilla— disculpa, estaba distraí....
Leopoldo quedó absorto por lo que sus sentidos percibieron. La señorita solo tenía una mochila a diferencia de sus amigas que tenían prendas para vestir a un pelotón. La señorita se puso de pie rápido, tomó su mochila y replicó a Leopoldo.
—No te preocupes, solo fíjate mejor—dijo amablemente la señorita mientras sacudía ligeramente sus vaqueros algo gastados—, si fuera otra chica... te iría muy mal.
—Si...—alcanzó a decir Leopoldo—.
Leopoldo seguía sin palabras cuando la señorita ya se había retirado. Era sencillamente hermosa. Un poco más bajita que Leopoldo. Cabello marrón, largo y ondeado. No se percibía ningún perfume, pero el aroma que había percibido era exquisito. Los demás alcanzaron a Leopoldo que estaba más adelantado, pues ningún club lo había detenido a diferencia de sus amigos.
—¡Oye, Leopoldo!—exclamó Violeta—, encontramos información del club de tenis que te podría interesar, ya que me comentaste que querías volver a practicarlo.
—Oh... gracias—dijo Leopoldo mientras dejaba de "babear" por la señorita con la que tropezó—.
—¿Estás bien?—dijo Neru—, parece que te has tropezado. Estás algo sucio.
—No creerán lo que me acaba de pasar—dijo Leopoldo con una sonrisa que sus amigos nunca habían visto—.
—¿Ya viste la segunda representación?—dijo Sora animosa—.
—¿Te regalaron algo en un club?—dijo Neru entre bostezos—.
—¿Lord Vin ingresó a Nuevo Mundo?—contestó Archie incómodo—.
—¿Ya no te gusta el tenis?—respondió Violeta preocupada—.
—¡Qué idioteces están diciendo!—exclamó Sofía— Es claro que se acaba de enamorar de alguien, ¿no es así, Leo?
Neru empezó a reírse discretamente y luego intervino. Archie consideró lo dicho por Sofía, pero le parecía algo que no esperaba que ocurriese hoy día y se preguntaba cómo era la mujer que logró lo imposible. Sora solo miraba la reacción de los amigos de Leopoldo. Violeta y Sofía estuvieron incómodas, no querían decir nada más.
—Tú crees que Leo...—dijo Neru mientras regresaba a ver a Leopoldo. Al ver que este asentía, no pudo ocultar su sorpresa— ¡¿En serio?!
«Acabo de ver un ángel, ¿cómo puede ser una chica tan linda y ser lo suficientemente linda para no molestarse por lo qué hice? Debe de ser un ángel» pensó Leopoldo cautivado por la belleza y el comportamiento de la señorita.
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