Ⅳ: Y finalmente el eclipse alumbró

Ambos mantuvieron el agradable ambiente en el que estaban absortos en la presencia que los sigue a la par de sus pasos, en medio de diversos temas que principalmente van surgiendo por lo que ven, ya sea, por los olores que se respiran en el aire o como ciertas personas a través de las abarrotadas tiendas discuten con otro cliente para obtener lo que desean con más prisa, como es usual en cada persona que habita en la floreciente y resplandeciente Inglaterra.

Allí entre la agitación que parece contraria a la calma que dos personas llevan, JungKook y TaeHyung terminan de degustar la promesa que casi se vio afectada por el percance con el veloz e imprudente carruaje, que el alfa le ofreció al omega tomar unas cuadras más adelante, pero O'Brien en un impulso de complacencia propia que su lobo agradeció, declinó la oferta para compartir un poco más de tiempo con el alfa que silenciosamente rogó porque el azabache no aceptara su propuesta, que fue motiva más por la modestia que por el deseo de terminar el encuentro.

―Tal vez mi impresión sea errónea, pero veo que el relleno fue especialmente de tu agrado TaeHyung ―pronunció el omega con una tierna sonrisa enredada entre sus labios que oculto al masticar el último bocado que le quedó de su postre, cuando reparo como la mirada de sol parecía adquirir mayor luminosidad a causa de las fresas que están en el relleno.

El alfa se limpió las comisuras de la boca con la servilleta de tela que JungKook le proporcionó en conjunto con el delicioso croissant que lo dejó encantado por el delicioso sabor y la finura del hojaldre con el que fue elaborado.

―Es lícito que te burles de mi emoción ―concedió Götz dándole una corta mirada para no perder la dirección del camino que llevan―. Tal como lo mencione el día anterior, las fresas y todo lo que las involucre son un deleite para mí, porque me recuerdan a mi infancia, además, de los pistachos que son un poco escasos, pero deliciosos.

―Es una preferencia encantadora, después de todo siempre hay ciertas comidas, objetos y aromas que nos recuerdan los bonitos momentos que vivimos en nuestra niñez ―así como el alfa y su aroma representativo evocan la felicidad de su niñez, pero JungKook no tiene la suficiente confianza como para decirlo, al menos no aún―. ¿Los pistachos como son? Creo que he escuchado sobre ellos pero nunca he tenido real interés por probarlos ―cuestionó ante lo último que mencionó TaeHyung.

En definitiva el alfa conoce mucho más del mundo que él y varios lugares que hasta ahora no ha visitado en Inglaterra, como el campo de lirios que le dijo a Aiden y que le encantaría conocer. Pero de nuevo no se atreve a preguntarle dónde queda.

Por favor, que alguien tenga piedad de él y le diga que es lo que le está pasando por la timidez que un alfa nunca suele despertar en él, así mismo en el sentimiento de nerviosismo que su lobo le está transmitiendo desde que tuvo las grandes manos de TaeHyung sobre su cuerpo para protegerlo y el aroma a fuego completo el rocío de la lluvia que lo tranquilizó aún en medio de la revolución de sus emociones.

Y por más que quiera culpar a su celo, aún falta poco más de un mes, así que solo se trata de la novedad dominante que proyecta la presencia ajena en la justa medida para hacerlo sentir atraído hacia lo que representa.

―Puedo decir que es un fruto seco similar a tu aroma, aunque el sabor y la apariencia son muy diferentes uno de otro, mientras la avellana tiene un regusto dulce, el pistacho es un poco más salado ―explicó el de cabello grisáceo esperando que su comparación no sea un motivo de incomodidad, y en las mejillas levemente sonrojadas que parecen ser un hábito en el omega, constató la validación de sus palabras, por lo que se aventuró en una solicitud más―. Si quieres probarlos, puedo en un próximo encuentro llevarte algunas y que así comprendas de lo que estoy hablando.

JungKook giró de medio lado su rostro para unir su mirada y ver la seriedad exhibida en la piel canela de TaeHyung que le regaló una discreta sonrisa para que aceptara su invitación a un nuevo momento en el que puedan compartir los dos.

Está dispuesto a confiar en la seguridad que su lobo le transmite, por ello asintió con suavidad y regresó su atención al camino en donde tuvieron que doblar para dirigirse al tramo final del corazón del comercio de la ciudad de West End.

―¿Eso es una respuesta? ―bromeó el alfa por la falta de modulación del azabache que le otorgó una furibunda mirada al comprender sus intenciones.

―Si alfa, quiero probarlo ―JungKook respondió con la misma insolencia que lo caracteriza hasta que se ahogó con su saliva cuando interpretó el significado de sus palabras y se apresuró a aclararlo―. Me refiero a que me gustaría probar los pistachos, nada más ni nada menos ―en ese instante deseo darse de cabeza contra el suelo para quedar inconsciente y no ver la vergüenza que inundó sus mejillas producto de la contagiosa sonrisa de TaeHyung por su error.

No solo dijo algo que dado el doble sentido de lo enunciado puede ser malinterpretado, sino que además de ello, le dijo alfa para molestarlo y parece que al muy cínico no le molesto en lo absoluto.

Alfa tenía que ser después de todo. Pero está en la obligación de aclarar que no es uno cualquiera, como los tantos babosos que ha visto a lo largo de su vida.

―Omega, tu solo cavaste tu tumba al explicar algo que comprendí desde el primer momento ―utilizó el mismo apelativo que JungKook empleo y fue inevitable para el azabache no fijarse en la coqueta sonrisa que los labios de corazón le dedicaron y que él siguió preso de la dulce palabra que animó a su lobo, pero no a él. Solo a su lobo.

Claro que no, porque tiene mucho más orgullo que su parte animal y menos racional que protestó desde el interior ante su evidente mentira.

―Siempre logras lo que quieres ¿No? ―miró al alfa de forma acusadora por unos instantes hasta que de nuevo TaeHyung lo contagio por la diversión que reverberó en sus orbes dorados y una deslumbrante sonrisa que lo hizo bajar la mirada por los latidos que su corazón decidió aumentar producto de la emoción.

―Si respondo a esa pregunta dejaría de ser modesto ―devolvió con un guiño que el omega respondió al alzar una ceja con pretendida molestia. Se está divirtiendo tanto por la forma en la que el omega termina exponiendo sus pensamientos y ante sus ataques recibe mayor ironía de su parte.

―Oh, créeme alfa, no es necesario que lo digas ―manifestó con una mordaz mirada cargada de inocencia y peligro latente para el alfa que trago con fuerza la saliva que se estancó en su boca por el atrevimiento del azabache que se adelantó unos pasos con una sonrisa triunfal exhibiéndose en su rostro.

TaeHyung solo atino a reírse totalmente complacido por la retadora forma de ser de JungKook y al ver la pronta cercanía con su destino final, recordó algo en los pendientes que se trazó desde la mañana para ese día.

―JungKook ―llamó al omega que redujo sus pasos y volvió a ubicarse a su lado con mirada interrogante, y por un breve instante se perdió en la calidez abrasadora de los orbes esmeralda que esperaban una respuesta que no le pudo dar, no hasta que la melodía de su voz lo interrumpió en su contemplación.

―¿Te sucede algo? ―preguntó O'Brien orgulloso de sí mismo por dejar al alfa anonadado con la belleza que posee. Él lo sabe y por primera vez siente placer en tomar ventaja de ese hecho que la genética de sus padres le otorgó.

―¿Puedes acompañarme a comprar algo? No nos debemos desviar más que solo dos calles, si no es una molestia para ti ―indago a la espera de un respuesta afirmativa que se le fue dada cuando JungKook miró hacia ambos lados para que guiara el nuevo camino que iban a tomar.

Los dos viviendo la dicha de alargar el tiempo cuanto pudieran.

―En serio Tae, creo que es mejor que seas quien le entregue esto a Aiden ―volvió a decir el omega situado en la entrada del antejardín de su hogar con tenues luces que alumbran desde el interior, frente al alfa que se niega a aceptar su sugerencia.

―No es la gran cosa después de todo, es solo un ramo de flores que quiero que le entregues a Aiden de mi parte ―explicó con el precioso y fresco adorno de lirios que eligió para el cachorro debido a su mención sobre el largo tiempo en el que no veía ese variedad de flor, así que, no lo dudo y compró varios para él.

―Claro, después de todo en cada esquina y floristería hay lirios y blancos como si fuera la maleza que crece en la calle ―reprendió el azabache con gracia, causando que ambos rieran por sus exageradas palabras.

Solo que le gustaría que fuera el alfa quien le entregue los lirios a Aiden, porque desea ver la emoción de su cachorro al recibir una sorpresa y justamente del señor TaeHyung. Un alfa que se sigue negando a su solicitud.

―Hay infinidad de secretos bajo el suelo que pisamos, así que todo es posible ―Götz sonrió mirando los lirios que lleva entre sus manos y al alzar sus orbes, su rostro rápidamente perdió toda emoción de felicidad por la seriedad de JungKook, que no cambio ni siquiera cuando intentó sonreír de nuevo y solo los ojos esmeralda se iluminaron brevemente por la presencia del omega que demandó el cumplimiento de su orden.

Una que su lobo acató y TaeHyung se rindió frente a JungKook.

―¿O te sientes incómodo de ir hasta mi casa? ―ideó el azabache por la renuencia del alfa al acercarse solamente hasta el recibidor para que pudiera llamar a Aiden y que él personalmente le entregará el precioso regalo que sacudió su corazón cuando lo llevo a esa maravilloso y grande lugar con una basta variedad de flores en el interior.

Nunca antes había visto una florería de tales proporciones ni mucho menos que estuvo todo ese tiempo resguardada en un sector que no suele frecuentar. La magia del lugar colmo sus sentidos y su lobo se sintió tan a gusto que solo reaccionó con gran efusividad por la revelación del alfa en su propósito de ir a ese lugar.

―No JungKook, no se trata de eso, discúlpame si te estoy dando una idea errónea en mi proceder ―TaeHyung negó con rapidez por la mala interpretación que su negativa causó en el omega que ladeo ligeramente su cabeza a causa de su aclaración que continuó al ver que él no tenía intención de hacerlo―. En realidad no quiero incomodarlos con mi presencia a estas horas y ni sé que estoy diciendo pero me siento un poco nervioso ―confesó frunciendo sus labios en una línea por la timidez que escaló en su cuerpo en cuestión de segundos después de la propuesta de JungKook.

El omega se sintió encantado por la caballerosidad que TaeHyung demuestra con total naturalidad, porque no se compara al comportamiento en exceso diplomático y desbordante de exagerada elegancia que la mayoría de alfas tienen alrededor de la casta que consideran inferior, tanto que invaliden la independencia que se posee en la apresurada necesidad de poner a disposición absolutamente todo lo que consideran de interés del omega.

Pero una vez más, el alfa con aroma a petricor que tiene delante suyo no teme mostrarse tímido o cohibido por una acción tan banal, a su parecer, como lo es acercarse hasta su hogar, en el que comparte con dos adultos más y un adorable cachorro que está encantado con él.

Oh claro, eso es lo que indispone al alfa, adentrarse a un nuevo lugar que desconoce y que además es habitado por muchas más personas de las que él convive en compañía de sus dos pequeños gatos.

―Está bien Tae ―volvió a pronunciar el bonito diminutivo que el de orbes de sol le permitió usar al no añadir nada por el apelativo que sin pensarlo dijo en el momento en el que estaban en el precioso invernadero, que fue el nombre con el que el alfa lo designó―. Por esta vez, solo por esta vez, lo haré, pero debes compensarlo ―indicó señalándolo con su dedo índice y valió la pena porque la picardía volvió a florecer en la mirada contraria.

Una característica que comienza a gustarle y ser el causante lo motiva aún más.

―¿No es suficiente con los pistachos que te prometí? ―cuestionó el alfa acercándose solo un paso hacia al sonriente omega que negó sin pensarlo.

―Nah, nah, porque puede que no me gusten, así que perdería mi oportunidad de tener algo de mi agrado ―solicitó mordiendo su labio inferior por lo contento que se siente al ver el asombro en el rostro de TaeHyung que empujo un poco más el límite, como lo vienen haciendo sin darse cuenta.

―¿Eso significa que debo sorprenderte? ―afirmó en una cuestión que vio reflejada la diversión de la mirada oliva que lo hizo suspirar al asumir el reto al que ya le tiene una solución, pero que aún no va a decir.

―Tómelo o déjelo señor TaeHyung, es usted quien lo decide ―habló con solemnidad enseñando la palma de su mano derecha pidiendo por el ramo de lirios que se le entregó con delicadeza, ya que su otra mano está ocupada sosteniendo la caja con los pasteles restantes para su familia.

Los cuales milagrosamente llegaron intactos luego de sortear la tentación de ofrecerle otro al alfa y dejar a NamJoon o JiMin sin croissant o que entre ambos compartieron uno solo. Pero resistió la incoherencia que por momentos lo tenía mirando hacia la caja entre sus manos sopesando la posibilidad que para su fortuna alumbró sus pensamientos cuando divisó el vecindario en el que ambos viven, así que volvió a respirar con tranquilidad al saber que iba a poder aguantar unos pasos más.

―Espero que esté preparado, omega JungKook ―TaeHyung lo asumió como un reto que el azabache aceptó entre un trémulo asentimiento de mejillas sonrojadas por la forma en que fue nombrado.

Una manera distinta de retarse mutuamente y que ambos aceptaron con gusto la separación de sus caminos cuando el silencio fue todo lo que los rodeó y supieron que debían despedirse hasta un próximo encuentro.

―Que tenga una bonita noche TaeHyung ―pronunció con ojos encantadores mientras balanceaba su cuerpo sutilmente de un pie a otro al retroceder.

―Igualmente JungKook, que descanse ―enunció TaeHyung mirándolo retroceder con lentitud sin poder dejar de verlo porque la diversión relució en la sonrisa del azabache que aguardó hasta el último momento para girarse en dirección hacia su casa y solo se alejó unos pasos para ver al omega ingresar y mover su cabeza en una corta despedida ya que sus manos están ocupadas.

El alfa suspiro en medio de la penumbra de la calle y en el resguardo de la noche sonrió con tanta alegría que JungKook alcanzó a ver como sus orbes de sol brillaron en la manifestación de su lobo haciendo presencia para seguir su camino.

TaeHyung llegó hasta su casa y tomó el correo que estaba en el buzón de la entrada. Mientras abría la puerta comenzó a revisar la correspondencia al mismo tiempo en el que ingresó y con la punta del pie piso el talón del otro para quitarse los zapatos y ser recibido por los pequeños maullidos de Lucifer y Gabriel.

Quienes reclamaron por sus mimos al acercarse hasta sus pies y mirarlo con tanta atención que el alfa se rindió al sentarse en el suelo y dejó a un lado las cartas para alzar a los pequeños hasta sus piernas y jugar un rato con ellos, en el que el tiempo se reducido a acariciar sus suaves pancitas para terminar adormilados. Con sumo cuidado se puso de pie con ellos en sus manos y los dejó sobre los cojines que reposan en un rincón de la cocina porque los dos felinos encuentran entretenido verlo cocinar.

―Veamos que vamos a preparar hoy ―expresó ingresando a la alacena que tiene un sistema rudimentario de enfriamiento para mantener un baja temperatura que ayuda en la conservación de la carne en salmuera que debe volver a comprar ya que solo queda un poco para la cena.

Cortó varios vegetales en conserva en conjunto con los trozos de carne y los puso en una sartén con un poco de aceite aromatizado con pimienta y agregó un poco de agua para que se cocinara lentamente. Terminó de organizar y limpiar lo que ensucio y recordó que entre el correo vio una carta de sus padres, así que se apresuró a controlar el fuego y con la carta en sus manos leyó las últimas noticias de lo que están haciendo sus padres y el cercano regreso que debe estar por culminar luego de pasar más de dos meses en Alemania.

Si bien nació en Inglaterra, su vida a la temprana edad de seis meses se desarrolló hasta los diez años en Alemania, la nación que lo vio crecer y lo educó hasta que regresó de la mano de su madre y el constante ir y venir de su padre, finalmente sus padres tomaron la mejor decisión para su futuro. Y después de que su padre le cediera el puesto en la constructora, junto a su madre se han dedicado a viajar, en especial, a su hogar natal para ayudar a su tío Frank que acaba de expandir aún más la sede principal en Berlín.

Así que en unos días más verá a sus padres y recibirá todas los abrazos que su madre siempre le reserva y que se cobra ella misma cuando lo ve y no lo suelta por unos minutos.

―Oh, la cena ―recordó al sentir el delicioso aroma de carne con verduras que completó con arroz y como postre la última rebanada de la torta de fresas que le recordó averiguar sobre cierto lugar al que quiere llevar a Aiden y si todo sale bien, asistir en compañía de JungKook.

Pero lo decidirá según el desarrollo de los próximos días, por lo pronto, disfruto de sus alimentos con una copa ligera de vino dulce en compañía de los maullidos de sus gatos que se despertaron con energía renovada para seguir jugando un rato en lo que terminó con las actividades de limpieza pendientes y se alistó para ir a dormir después de un día que en su inicio fue agitado pero que finalizó en medio de una dulce compañía que lo acompañó cuando sus ojos cedieron al cansancio y el mundo de los sueños lo recibió.

En una bienvenida conocida que lo enlazo a memorias ajenas que hace un tiempo no experimentaba de otra consciencia que almacena en ella turbulentas experiencias que ha sufrido a lo largo de vida y las vivencias tempranas que culminaron abruptamente. Pasó de un recuerdo a otro, de una escena a otras más aterradoras que lo sacudieron cuando su lobo mismo lo despertó para sacarlo del bucle que aflicción en el que estaba.

―Ahhh... ―jadeo preso de la desesperación cuando de un brinco se sentó en la cama con una de sus manos en su agitado pecho que es sacudido por la violenta respiración que lo ataca al no poder inspirar de una mejor forma el oxígeno que parece escasear en la habitación.

Inmediatamente cuando recobró consciencia espacial del lugar en el que está y que se trata de su realidad, miró sus temblorosas manos para buscar señales culposas que delaten el crimen que otras manos cometieron en su lugar empañadas de sangre y crueldad que vivió desde la perspectiva de la víctima que lo impactó tanto que el llanto fue lo siguiente que desgarró el silencio y las calientes lágrimas se deslizaron por sus mejillas debido a la aflicción que lo embargó por volver a captar recuerdos que no le pertenecen.

Cortos y desesperados maullidos llamaron su atención y vio a sus dos pequeños a los pies de la cama esperando por su autorización para acercarse, la cual les concedió con una rota sonrisa que ellos interpretaron entre cuidadosas pisadas para no caer por las desordenadas cobijas que están por toda la cama.

―¿Qué sería de mí sin ustedes? ―dijo mirando los preciosos ojos de Lucifer y Gabriel que se acurrucaron sobre sus piernas y la suavidad de su pelaje lo recondujo a la calma al ver que solo fue un mal presagio de los demonios que para su desgracia su mente retiene con fuerza porque no puede olvidarlos.

En realidad, su memoria retiene toda la información que ha captado a lo largo de su vida, como una condena de la que no puede deshacerse, pero es lo que debe afrontar en honor a la mitad de su vida que hace ya un tiempo lo abandonó.

No quiso ver la hora, no necesita saber que son las 3 de la mañana, que es el momento usual en el que sus pesadillas cobran vida y personificación ajena. Por lo que esperó unos minutos hasta que sus gatitos terminaron rendidos por el sueño y repitió el mismo proceso que hace cuando no puede dormir, el cual implica estar frente al lienzo en el que está trabajando.

En el instante en que se adentro a la habitación de pintura, su lobo que continuaba hipervigilante al haberse esforzado por despertarlo, se aquietó cuando cierto estímulo llegó hasta él y la brisa de la madrugada que entró a través de la ventana que abrió para no sofocarse con el olor del óleo, le llevó a ambos un incentivo que no supieron cómo interpretar porque era una amalgama dulce pero salada que acompasó la revolución que llevaba su parte animal y él por tener que lidiar con el peso de los dos.

Una señal llegó hasta él como una orden que lo conecto a un lejano enlace que parecía retornar con insistencia.

Saturni Dies, 13 de enero, 1.855


Comenzar el día fue toda una odisea para el alfa que corrió por toda su casa para estar listo a tiempo, porque justo en la mañana debe atender una importante reunión que no puede ser oficiada sin su presencia, así que eso involucro que saliera corriendo de su hogar, no sin antes asegurarse que sus pequeños tuvieran todo lo necesario para el resto del día.

Todo el ajetreo con el que se despertó lo acompañó en el trabajo, porque no queda mucho tiempo para recibir a los nuevos socios y trabajadores que van a ocupar el nuevo edificio.

―Al fin ―pronunció TaeHyung ingresando a su oficina para tener un momento de tranquilidad solo para él, luego de estar hablando por varias horas en las reuniones que hasta hace poco terminaron, de la misma forma en que drenaron toda su energía vital.

Por más que quiso quitarse los zapatos se abstuvo de hacerlo y solo deshizo los primeros botones de la camisa de cuello que utiliza bajo un chaleco verde plomo que hoy al verlo en su armario llamó especialmente su atención, por lo que siguió hasta el ventanal de la gran oficina y apoyó su cadera contra la mesa para perderse en el panorama que no está enfocando. Su mirada está ahí pero su atención vive en el sufragio de una paleta en blanco que no le dice nada.

No está pensando en nada más que llegar lo más pronto posible a casa y dormir, no comprende porque se encuentra tan exhausto cuando ha tenido días donde ha dormido menos horas y todo por quedarse largas horas pintando. Así que no es un hábito ajeno para él.

Sin embargo, en esta ocasión la pesadumbre se adhirió a su cuerpo y los recuerdos siguen presentes en su memoria por más que trata de borrarlos o al menos de disipar el efecto que tienen sobre él.

―Señor Götz ―canturreo YoonGi ingresando al lugar para averiguar la incomodidad que aqueja a su menor. Si bien dijo que no durmió muy bien, sabe que no es la primera vez que se despierta a media noche y prefiere ponerse a pintar antes que otra cosa, sin que el sueño lo venza al otro día.

Por ello se controló y esperó hasta el final de la jornada laboral para no atosigarlo demasiado y otorgarle unos minutos en soledad.

―¿Pasa algo anciano? ―contestó el de cabellos plateados girándose con una dulce y engañosa sonrisa.

―Dímelo tú, porque llevas varios minutos en la misma posición creo yo ―añadió cerrando la puerta para tomar asiento en la sala central de la oficina y apoyó sus brazos extendidos sobre el respaldo, cruzó una pierna sobre la otro mirando la pintura que TaeHyung creo y que adorna la pared izquierda del lugar.

―No ha pasado mucho más que... ―dejo de decir al ver que en realidad llevaba más de veinte minutos mirando la nada a través del cristal que brilla en suaves tonos anaranjados por el inicio del atardecer, tanto que ni reparó en la presencia de su amigo hasta que empujó la puerta para hacer más notoria su llegada.

―Si eso mismo, ha pasado un largo tiempo ―bromeó mirándolo de medio lado para verlo caminar y tomar asiento en el sofá que tiene enfrente.

El alfa antes de sentarse desabrocho con absoluta elegancia el botón del blazer habano que porta ese día e imitó la postura de su compañero al cruzar una pierna sobre la otra y suspiro profundamente al descansar su cuerpo sobre la cómoda superficie.

Una muy buena elección de su parte, aunque costosa, valió la pena, así como cada detalle que él personalmente se encargó de elegir para las reformas que llevaron a cabo hace un tiempo cuando asumió el liderazgo de Die Familie Götz.

―¿Qué hacemos aquí en lugar de salir corriendo fuera de este lugar? ―exageró inclinando su cabeza hacia atrás para fijar su mirada en el alto techo y sentir aún más el peso del día sobre sus hombros.

Cuando decidió ponerse de pie al descruzar sus piernas, la voz de YoonGi lo detuvo de todo intento de irse.

―Veo que no dormiste muy bien ―comentó el beta con aparente simpleza en lo que dijo, pero que claramente el alfa comprendió.

―Ya sabes lo que pasó, me quedé mucho más tiempo pintando y luego esta mañana tuve que luchar para levantarme ―respondió sin precisar demasiado sobre lo sucedido y al igual tomo las solapas del blazer para unirlas con el botón en el momento en que se enderezó y caminó hacia la entrada para descolgar su maletín y empezar a empacar los contratos que debe revisar porque por hoy no quiere estar más tiempo en el trabajo, así que se va a llevar un poco para mirarlo más tarde.

―Sabes que debes controlarte Tae, no está bien que le exijas tanto a tu cuerpo para estar despierta a esas horas ―explicó girándose para ver la mesura con la que Götz va empacando sus cosas y vio la duda en su rostro cuando los labios de corazón se curvaron en una mueca pensativa que rápidamente reemplazó por una divertida para quitarle peso a sus palabras.

―En verdad trato de controlarme, pero cuando veo que es tiempo de dormir, justo voy en ciertos detalles de la pintura que sí o sí debo hacer en ese momento o de lo contrario quedara inmunda porque el óleo se seca con rapidez ―declaró con una expresión aterrada al siquiera considerar la idea de que una de sus pinturas quede a medio elaborar solo porque es más importante dormir.

Puede aplazar el descanso unos minutos más que generalmente se alargan para él.

―Lo sé Tae, pero ahora vamos a tener más trabajo, en especial tú porque eres el jefe y dueño de la constructora y la nueva ampliación va a significar mayor trabajo, y si no te cuidas puedes terminar enfermando ―es lo que tanto le preocupa a YoonGi, que la salud de su menor se vea afectada por la razón que intuye y es la causa del desvelo que tuvo a Tae tanto tiempo despierto.

―Estoy en esas Yoon. Volveré a tomar té con leche y un poco de miel y canela para que me ayude a conciliar el sueño y no despertarme tanto ―añadió mirando los papeles para seleccionar los que debe firmar y sostener el folio de cuero en el que los transporta dentro de su maletín para que no sufran ningún percance, se entretuvo tanto que YoonGi tuvo que pararse para llegar hasta su escritorio y dejarse caer sobre el borde de la mesa para llamar su atención.

―Tú y yo sabemos que es más que solo un episodio esporádico de insomnio ―manifestó el mayor sentado en dirección a la puerta mientras TaeHyung detuvo brevemente sus movimientos al validar sus palabras, las cuales dejó pasar para terminar de hacer lo que estaba haciendo.

―No es tan importante Yoon, no tanto como lo crees ―pronunció TaeHyung para tranquilizarlo o al menos un carente intento de lograrlo, porque si algo define a su mayor, es la persistencia cuando identifica un hecho que aunque lo nieguen, él va a seguir insistiendo.

―Si no te conociera como lo hago, casi desde que nos cambiaban los pañales del trasero en conjunto lo dejaría pasar, TaeHyung Götz ―molesto volteando su cuerpo en dirección al alfa que trató de rehuir a su mirada, la cual terminó atrapando en el acto cuando tomo los dos únicos sobres de papel con el sello de cera color cobre partido en el centro del rectángulo que ya había sido leído, pero que iban a necesitar para finalizar con todo el arduo proceso de inauguración que está a escasos días de suceder.

―Al menos mi excusa es que estaba mucho más pequeño, en cambio no puedo decir lo mismo de ti, YoonGi Ratzinger ―devolvió con diversión en sus labios cuando le arrebató el par de cartas a un impresionado pelirrojo que aplaudió su acción.

―Interesante prospecto tenemos por acá ―alardeo el beta ante los recuerdos de una temprana infancia que vivió al lado de Tae a partir de la cercanía de ambas familias desde que sus padre se conocieron en Alemania hasta emigrar a Inglaterra. Y que años después, siguen gozando de una firme y sólida alianza que prevalece ante las dificultades de la vida.

―Y como digno sucesor te invito a que amablemente abandones mi oficina para que podamos todos ir a descansar, señor Ratzinger ―incentivo cerrando el maletín de cuero y dando una última mirada a su escritorio para verificar que nada importante se le escapara.

Luego, aseguró la ventana y entre suaves empujones que le dio al beta, los dos avanzaron hasta la salida.

―Esos episodios de prolongado cansancio después de la falta de sueño se deben a un solo hecho que los dos conocemos ―añadió el de aroma a algodón jalando la manilla de la puerta para abrirla y darle espacio a TaeHyung para saliera primero y seguirlo instantes después, mientras el alfa se quedó analizando las palabras que le fueron dichas.

No se trata de una imprudencia de su parte el no reconocer la importancia de una situación aislada como aquella, sino que es su forma de lidiar con la tensión que hace mucho no experimentaba y que solo aparecía cuando lo requería.

Que haya sucedido cuando no estaba planeado, logra incomodarlo lo suficiente como para mantenerlo disperso hasta la ausencia de los acontecimientos del día y a su mente navegando en costas errantes que traen con los movimientos turbulentos de sus aguas presagios venideros que comarcan la penuria de un pasado ya vivido y que por el bien de su realidad, o de su aparente tranquilidad, debe seguir viviendo en el anonimato de su psique.

―Fue una pesadilla, un encuentro con algo que no hice, pero que sí viví ―respondió Götz eligiendo con cuidado sus palabras porque espera de manera ciega que esa anomalía no represente nada más que un suceso fugaz, de un fragmento de memoria que es solo eso, un recuerdo.

―¿Hace mucho no sucedía, cierto? ―indagó a la par que avanzaron por el largo pasillo hasta llegar al inicio de las escaleras que bajaban con cuidado mientras sus pensamientos dispersos tratan de aprehender lo sucedido.

―Sí, pero ya sabes cómo es esto, en ocasiones va y viene ―TaeHyung suspiró con pesadez y su mirada perdida sobre sus zapatos al bajar cada escalón.

YoonGi se arrepintió de haber sacado el tema a flote, pero debía asegurarse que todo iba a estar bien y que no había nada por lo que preocuparse, por ahora.

―¿Sientes que todo ha...? ―dejo de decir en el instante en que GoEun apareció de imprevisto frente a ambos que saltaron por la sorpresa de ver a la castaña aparecer silenciosamente.

―¿Que están ocultando ustedes dos? ―señaló con una sarcástica sonrisa que en lugar de darles tranquilidad los alertó aún más, y como siempre la mejor estrategia es fingir desconocimiento y huir lo más rápido que se pueda.

―¿Que te hace creer que estamos ocultando algo? ¿Acaso ya no se puede hablar por aquí o cómo es eso? ―respondió TaeHyung siguiendo de largo hasta el escritorio principal en donde GoEun estaba sentada hasta hace unos segundos cuando los escuchó bajar y decidió que asustarlos era una buena idea.

―Tal vez porque estaban susurrando ―dijo con una inocente mueca al dirigirse al mismo lugar que el alfa para terminar de guardar sus cosas en el momento en que Götz agito su maletín en alto para apremiarla a salir, ya que no queda nadie más en el lugar que solo ellos tres.

―Mmm, ahora hasta debemos cuidar nuestro tono de voz, serías una excelente dictadora, querida Moore ―YoonGi chasqueo sus labios en teatral desaprobación y espero junto a su compañero a que la beta terminará de dejar todo listo, luego de haber verificado que todo estuviera en orden en el segundo nivel.

Los tres disfrutaron de las risas que los acompañaron durante los escasos minutos en lo que finalizaron de asegurar la segunda entrada y la puerta principal. El ruido los recibió con mayor potencia de la que alcanzan a escuchar desde el interior de la constructora.

―¿Cómo va Noah en sus clases? ―preguntó el alfa caminando a la par de sus dos acompañantes y disfrutando del sol de media tarde que se prepara lentamente para desaparecer del firmamento.

―Esta semana fue el día de preparación y ya dentro de dos semanas más comienzan con las clases que serán tres veces a la semana ―una preciosa sonrisa se exhibió en su rostro por el recuerdo de su adorable cachorro de cabellos dorados y grandes ojos que la encantan.

―¿Va a un nivel superior o aún no? ―cuestionó YoonGi admirando el orgullo en la mirada marrón claro de GoEun ante la mención del cachorro que han visto crecer.

―Sí, ya tiene once años, así que ya está listo para un reto más ―explicó un poco conmovida al ver cómo ha crecido su pequeño y que de no haberse cruzado con la familia Götz, no habría podido obtener la dicha que siente.

En especial por TaeHyung, quien se convirtió en un gran pilar en su vida, sobre todo al principio cuando no tenía el dinero suficiente para pagar una cuidadora para Noah y tenía que llevarlo al trabajo, pero como consecuencia de todos los aromas que abundaban en el aire su pequeño en ocasiones rompía en llanto y el alfa, aún más joven, no tenía conflicto en ir y tomarlo de sus brazos para llevárselo consigo a su oficina en donde pasaban la tarde juntos.

Fue una gran ayuda la que halló en el precioso ser que es TaeHyung Götz y que hasta la actualidad lo sigue siendo.

―Porqué será que los cachorros crecen tan rápido, yo quisiera verlos así de pequeños por mucho más tiempo ―lloriqueo el alfa debido al recuerdo del pequeño de tres años de mejillas regordetas y ojos llorosos que luchaban por no salir para no estresar a su madre en el trabajo, y en esa desesperación siempre llegaba para rescatar a Noah del bullicio y las feromonas que incluso a él lograban molestarlo.

Por lo que no dudaba en compartir su tiempo y maniobrar las actividades que tenía que llevar a cabo con la compañía de un adorable cachorro que en su habla rudimentaria preguntaba todo acerca de lo que veía y en su oficina hace unos años que ocupaba en el segundo nivel, Noah encontró contención y una bonita familia que lo continúa creciendo.

―Por más que sea una hermosa etapa también es conflictiva por los horarios alternos que tienen para dormir, los constantes cambios de pañal y tener que batallar para descubrir porqué está llorando. Así que entre todo eso, uno agradece que crezcan un poco, pero no demasiado ―bromeó GoEun al recordar las dulces pero amargas etapas que tuvo que vivir totalmente sola con un cachorro recién nacido en sus brazos.

―La idea no suena tan emocionante a ratos, solo en mi imaginación ―todavía se debate entre si ser o no padre, aunque primeramente debe tener una pareja para hacerlo, a menos que decida adoptar en soledad, no cree estar preparado aún, así tenga una larga experiencia en el cuidado de cachorros, tener uno que hace parte de ti y que va a depender de tus acciones y comportamientos día a día, le parece una gran carga que lo emociona en la misma medida que lo aterra.

―Y eso que tú quieres tener dos de una sola ―molesto Ratzinger a su amigo que tosió con fuerza por el recuerdo que cada cierto tiempo y cuando hablan de este tipo de situaciones, habitualmente florece en sus deseos dos cachorros nacidos al mismo tiempo.

Solo que la ilusoria aspiración se desvanece con rapidez cuando recuerda que todo va a ser multiplicados por dos y termina asustado hasta desistir de su absurdo imaginativo.

―Pero miren que tarde más agradable tenemos, es una pena que nuestro camino debe separarse ahora cuando mejor la estamos pasando, oh lo siento ―prefirió evitar una confrontación a sus propios ideales que cada cierto tiempo tambalean y por su seguridad frente a GoEun y YoonGi, camino un poco más rápido y con su mano en alto se despidió porque después de todo el camino que debe tomar es contrario al que sus compañeros deben seguir.

―Huye cobarde, nos vemos mañana ―gritó el beta hacia la espalda de su amigo, mientras caminaba en compañía de una sonriente castaña que se despidió luego de unos minutos más, donde nuevamente debían ir en direcciones opuestas.

Sobre todo YoonGi que en esa ocasión va en dirección a su casa de arte, Ratzinger Art, que está a escasas dos semanas de dar vida a una nueva subasta y compra de pinturas y esculturas que tanto él como otros artistas van a exhibir durante la velada.

Por lo que con apuro en sus pasos, cada uno de los tres tomó rumbos distintos para hallar la felicidad detrás de los diversos significados que encarnan para sus vidas los objetos o personas de amor.

―Alfa ―una lírica voz se hizo oír a sus espaldas y TaeHyung no tuvo que girarse para saber de quién se trataba cuando su lobo lo reconoció segundos antes de que él mismo lo hiciera.

Una casualidad que espero que sucediera desde que tomó ese mismo rumbo que ha estado siguiendo durante los últimos años y que después de una pequeña variación, se encontró a sí mismo deseando que volviera a ocurrir.

Solo si estaba destinado a que pasara y que llegó unos minutos después y casi que en el mismo punto del día anterior

―Omega JungKook ―respondió al girar su cuerpo por la presencia que escuchó más cerca y así fue cuando el rostro del azabache lo recibió con una brillante sonrisa de mirada esmeralda que aceleró un poco los latidos de su desenfrenado corazón.

―¿Cómo sabía que era yo? ―preguntó con falsa inocencia solo para satisfacer el capricho de su lobo que respondió con un tenue brillo en sus orbes al contrario que le respondió de la misma manera.

El sol y la tierra, oro y naturaleza, dorado y verde enfrentados en una manifestación de sus lobos que se saludaron, sin ellos forzarlo sucedió en una sorpresa para TaeHyung y JungKook que tan solo se mantuvieron la mirada y la contagiosa sonrisa que los invitó a ambos a caminar para no volver a obstaculizar el avance de las demás personas.

Los dos sin mediación de palabras tomaron el mismo trayecto pasado que parecía dirigirlos por acción propia mientras ambos estaban inmersos en la conexión que sus lobos crearon, arrebatándoles todo intento de explicación para un suceso que va más allá de ellos.

Pero tampoco le dieron verdadera atención a un instinto que florece en medio de las emociones que se vivencian y que ante el agrado generado por un otro, la conexión es mayor y por tanto sus conciencias animales acuden al llamado.

―Me es imposible no captar su presencia, omega JungKook ―respondió a la pregunta que dejaron en el olvido a medida que continúan el camino que los dos parecen recordar con absoluta precisión.

En específico el de aroma a avellanas que si bien lleva un tiempo recorriendo la zona, ya que allí se encuentra ubicada su casa de moda, O'Brien Faisin, el trayecto restante por el que avanzan, es nuevo para él luego de la mudanza y aunque todavía está aprendiendo a reconocer diferentes lugares, parece que al lado del alfa no tiene riesgo de perderse.

Por lo que se siente seguro de continuar a su lado bajo el sonrojo que él causa por las respuestas sinceras y que dejan en evidencia el interés que poco a poco despierta en ambos.

―¿No es muy desconsiderado de su parte decirme omega? ―bromeó con una tranquila sonrisa que TaeHyung detallo e interpretó correctamente como una muestra de agrado.

Los dos quieren forzar al otro a verbalizar lo que saben y están sintiendo, debido a la manifestación que sus aromas crean para el contrario, como una respuesta silenciosa que sus lobos saben dilucidar discretamente antes que ellos.

―No veo que te moleste ¿O sí, omega JungKook? ―con una ceja en alto y la picardía aflorando en sus labios, el mencionado esquivo su mirada hasta llevarla a sus manos para combatir la vergüenza que de nuevo sus mejillas expusieron.

―Como desee, alfa TaeHyung ―pero la timidez no lo privó de responder de la misma forma retadora en la que él lo está haciendo.

―¿Todos los días sales a esta misma hora? ―Götz decidió preguntar luego de negar varias veces con una silenciosa risa por el reto que se convirtió para ambos el hecho de llamarse por la denominación que tiene en el rango de castas en los que se divide la sociedad actual.

―Por lo general trato de que así sea, bueno no tanto yo, pero Eleanor quien trabaja conmigo y es la encargada de sacarme a escobazos cuando me estoy quedando más tiempo del que debería al perder tiempo de descanso ―rio por su exagerada comparación que no dista de la realidad.

Ella en varias ocasiones ha tenido que sacarlo de la casa de modas entre alegatos e incluso una de esas tantas veces, uso una escoba para espantarlo hasta que finalmente lo sacó del lugar porque ya estaba oscureciendo demasiado.

―Yo también lo haría si sales muy tarde, porque no todas las zonas tienen buena iluminación y puede pasarte algo ―señaló TaeHyung de acuerdo con el enérgico comportamiento que el azabache describe de la mujer que no conoce, pero que en definitiva lo hace con las mejores intenciones.

―Suenas similar a ella cuando me grita la razón de porqué debería salir temprano ―dijo entre risas que para el alfa sonaron tan preciosas que no se privó de mirarlo mientras él también reía en sincronía―. Pero debo añadir que antes tenía más razón, ya que, la distancia que había con mi antiguo hogar, era más extensa, pero ahora incluso por el lugar en el que vivimos, este tipo de riesgos dentro de todo son menores.

―Es así Kook, pero por desgracia no vivimos en un tiempo que dé garantías de seguridad y menos para un omega ―no es el ideal que muchos comparten para una sociedad en ascenso y que debido a la revolución con la que el tiempo avanza, en tema de moralidad y una sólida base de valores se ha ido quedando atrás, relegada a la última posición.

Los omegas son el blanco fácil que ha sido descuidado y vulnerado en incontables ocasiones.

―Por eso me molesta tanto ese tipo de control que ejercen solo porque representa más peligro para nosotros y quieren coaccionar nuestras elecciones ―sabe que no se puede cambiar y que por más que pelee en contra, ellos como omegas deben cuidarse del feroz mundo que los puede atacar y ser excusado solo porque son alfas en medio de irracionales celos que los hacen perder la voluntad de sus actos.

Es un acto atroz que los restringe a ellos en un cuidado constante, donde incluso una sombra en medio de la noche puede significar un agravio en contra de su integridad.

―Tristemente así el camino por el que ahora vas aunque sea más iluminado y ubicado en un mejor sector, solo te hace un blanco de nivel superior por dónde estás caminando ―añadió TaeHyung no muy contento de inhibir sus acciones, porque incluso ha vivido malas experiencias junto a su madre y no es grato vivir prevenido, solo que se trata del detrimento en el comportamiento humano que se ampara bajo la presencia de un lobo que impulsa ciertas acciones más no de la forma en que lo hacen ver al eximir toda culpa de la persona―. No digo que sea correcto, pero es lo que tenemos como sociedad y solo queda entre nosotros ayudarnos y en este caso para ustedes como omegas, evitar los riesgos al máximo, dentro de lo posible.

La preocupación en su voz y la fuerza de su aroma impactó a JungKook que comprendió la severidad de sus palabras, no de la forma tradicional en la que lo condicionan a cumplir un rol y unas características acordes a ser un omega que da vida en la sociedad, sino como una persona que solo por la condición natural con la que nació y se presentó años después, debe ser garante de derechos, los cuales no priman en la modernidad absolutista que va en expansión y que lamentablemente a él le tocó resignarse a protegerse por el constante miedo de ser atacado por un hombre demente cegado por los impulsos naturales y parte de las perversidades que esconde como persona.

―Lo comprendo Tae, en verdad lo hago, solo que a veces es un poco frustrante que incluso recibir la ayuda de algún alfa o beta en la calle represente un peligro que ignoras bajo la fachada benévola que presentan, tampoco somos adivinos para saber lo que puede o no pasar a futuro, de lo cual a veces se nos culpa ―pronunció JungKook sonriendo sin gracia y TaeHyung sintió la necesidad de protegerlo de todo aquello que represente un riesgo para el omega.

Pero no podía hacer más que solo acompañarlo en silencio y dedicarle a través de la presencia de su lobo que tinto sus orbes de un dorado más potente, el cual O'Brien contempló tan fascinado y su lobo respondió de la misma forma al hallar comprensión y no imposiciones que penan su comportamiento y que lo presionan a obedecer ciertos mandatos que se tienen estipulados para él. Humano y lobo, agradecieron la presencia del alfa en todo su esplendor.

―Por ahora solo podemos hacer una cosa ―mencionó el alfa mirándolo con diversión para invitarlo a seguir el mismo trayecto por el que se desviaron el día anterior.

JungKook se grabó con gran facilidad el trayecto y fácilmente reconoció hacia donde van y una tierna sonrisa curvo sus labios de la misma forma en que TaeHyung imitó la complicidad en la que se asumieron entre los lentos y gráciles pasos que los hicieron merecedores de diversas miradas hacia cada uno debido a la belleza del omega y el demandante porte del alfa que caminan a la par sumidos en la tranquila conversación que mantienen, ignorando la atención excesiva que despiertan.

―¿Hay algo en especial que quieras comprar hoy? ―cuestionó el azabache a unos escasos pasos del gran invernadero que lo hizo expandir sus orbes por la felicidad que despertó al percibir con su olfato las esencias provenientes de las flores que alcanzó a definir cuando la voz del alfa le dio definición a su pregunta.

―Es una sorpresa, ya verás ―mencionó Götz agradecido por presenciar cómo la emoción se hizo presente en el blanquecino e imperfecto rostro de JungKook cuando los dos respondieron al mutuo agrado generado por los aromas que llegaron con más fuerza hasta sumergirlos en una potente nube de diversidad en el instante que atravesaron la entrada y la amable dueña del lugar salió a recibirlos.

―Es un gusto volver a verlo TaeTae ―pronunció la alfa de avanzada edad al verlos llegar y concordar con su lobo lo que tiene frente a ella―. Es agradable que vengas con él ―se refirió al tímido omega que se inclinó en una corta reverencia para saludarla con una gran educación que la llenó de felicidad en su mirada celeste rodeada por pequeñas arrugas ante la presencia tan divina que complementa al alfa, a quien conoce desde que los señores Götz decidieron retornar de Alemania hacia Inglaterra.

Desde la tierna edad de diez años conoce al magnífico alfa de cabellos como el claro de la luna, tanto que lo siente como ese hijo que nunca quiso tener, pero que allí entre la compañía de TaeHyung que se escapaba de sus lecciones para encerrarse con ella en medio de variadas especies de flores.

Lauren, se siente orgullosa de ver como TaeHyung floreció en medio de la vasta naturaleza que él mismo sigue cuidando, él germinó en una especie única de flor que ella tuvo la fortuna de presenciar.

―Es un gusto para mí volver a verla señora Lauren ―mencionó JungKook al elevar su mirada y ver el amor reflejado en ese bonito color de ojos ser dedicado al alfa que responde al cariño que la alfa le profesa.

Lo cual le permitió comprender lo importante que es la persona que sigue manteniendo en pie ese lugar y lo que significa para TaeHyung y que le haya permitido ingresar por la anécdota que ella le contó ayer, vislumbra en gran medida la confianza del alfa para dejarlo conocer su otra pasión en la vida.

―Oh por favor, para ignorar que acabas de decirme señora les preguntó que vienen a buscar el día de hoy ―todos rieron por sus palabras y el alfa no dudo en separarse de las dos para ir al lugar que sabe y es poseedor de lo que quiere llevar.

―Él se mueve con tanta gracia por el lugar ―pronunció JungKook atento a los marcados movimientos del contrario al caminar y perderse en los rincones del lugar.

―Nunca creí que ese pequeño de diez años seguiría volviendo una y otra vez a este lugar. Y luego un día llegó con un libro entre manos que hablaba del lenguaje de las flores y me pidió que le enseñara todo lo que estaba allí escrito, y no pude negarme a esa mirada de sol ―expresó James mirando con dulzura la enternecida expresión del omega con el que siguió conversando sobre las flores que habían cercanas a donde estaban hasta que Götz llegó con una pequeña maceta y dos diversos ramos que quiere incluir en el recipiente.

Señal que Lauren comprendió perfectamente y se acercó tarareando con emoción por el simbolismo que representa su elección.

―¿De que se trata lo que acabas de elegir? ―cuestionó JungKook con ojos grandes al alfa que no podía dejar de verlo con una cálida sonrisa que lo apenó un poco por la emoción con la que pregunto.

―Es mi muestra de gratitud y aprecio hacia usted, omega JungKook ―confesó el alfa con las manos cruzadas tras su espalda, tan encantado por el sonrojo que el azabache le dedicó en su rostro.

―No comprendo, ¿Esta diciendo que lo que acaba de elegir es para mí? ―indagó con emoción latente en su tono de voz y los destellos que adquirieron sus ojos en absoluta emoción cuando TaeHyung asintió confirmando sus palabras.

―Aunque quise darle un ramo, esta especie de flor perdura mucho más desde el árbol madre del que proviene así que puede verse exagerado una pequeña maceta, pero quería obsequiarle algo que perdure en el tiempo ―explicó dando un paso hacia el deslumbrado omega que no podía dejar de sonreírle y se sintió agradecido de verlo tan risueño al olvidar la incómoda conversación que tuvieron sobre la sociedad de la cual va a defender a JungKook siempre que lo necesite.

―¿Cuál es su significado? El de las flores que acaba de elegir ―preguntó O'Brien sin despegar su mirada del sol que parece seguir el ciclo en el cielo, porque vislumbro el atardecer ocurriendo en la felina mirada que no dejaba de verlo con intensidad.

Se siente a gusto en la complicidad que los rodea y ante la que cedió de nuevo al dar un paso más cerca, un necesidad que su lobo le pidió cumplir y que gustoso aceptó cuando el petricor se volvió tan envolvente que deshizo las paredes del lugar en el que están y sus sentidos se colmaron de su presencia.

―Es algo que descubrirás en la carta que Lauren va a añadirle en la entrega para que puedas comprender su significado ―expresó con complicidad que fue seguida por la atención de JungKook que siguió el movimiento de sus labios, ya que al hablar intencionalmente fue bajando el tono de su voz para obligarlo a acercarse un poco más.

No tan cerca pero sí lo suficiente como para que el omega tuviera que inclinar levemente su rostro para mirarlos a los ojos. Por favor, tiene al ser más encantador de todos frente a él y no piensa dejarlo ir, no cuando vio como esa sonrisa tan amplia estiró las esquinas de sus párpados y unas pequeñas arruguitas le dieron la mirada de orbes esmeralda más deslumbrante que lo dejó sin aliento.

―No debería dejarme con la duda alfa, no es muy apropiado hacerlo ―rebatió sin alejarse ni sentirse incomodó por la cercanía que mantiene en medio de un idílico lugar envuelto en diversas fragancia que no logran encantarlo tanto como el alfa impuesto frente a su cuerpo.

―Omega, ahora no es el mejor lugar para decirlo ―por más que quiera hacerlo no puede porque no quiere que nadie más vea el adorable sonrojo que se mantiene en leves salpicaduras sobre las tersas mejillas que quiere sentir bajo su tacto, pero se contiene al presionar sus manos unidas para no ceder a su imprudencia.

Oh, retador omega que no le está facilitando la tarea, cuando esos orbes esmeralda se iluminaron en presencia de su lobo.

―Pero yo quiero saberlo ahora, alfa ―demandó con impaciencia dejando que su lobo terminara de aseverar su pedido.

Además, no goza de paciencia suficiente y menos si se trata del misterio que el alfa le esta negando conocer.

―Tal vez más tarde pueda decírtelo ―susurro con una calma embelesadora que en renuencia de su lobo y contra su propia voluntad gruño muy bajo cuando tuvo que separarse al sentir los pasos de Lauren acercándose.

Sin embargo, JungKook tuvo que afirmar sus pies con más fuerza por el cosquilleo que lo atravesó ante el suave gruñido que lo cautivo y aunque quiso no despego su mirada de la cordial sonrisa que TaeHyung le dio a la animada alfa que trajo consigo el regalo más preciado que recibió con delicadeza entre sus manos, después de obligarse a reaccionar e ignorar la presencia del alfa a su espalda, tan cerca que comprendió lo que intenta.

Ponerlo nervioso en demasía y vaya que lo logró, pero que tuvo que desconocer para coordinar sus palabras y salir del lugar luego de una animada despedida con una nueva invitación de por medio.

De camino a sus hogares pasaron por una panadería cercana, en especial por la insistencia de JungKook que se aterro en el momento en que TaeHyung le dijo que no es usual tomar el desayuno porque siempre va apurado y que lo que en ese momento tiene en casa requiere mayor preparación de la que puede invertir en el momento, por lo que incapaz de seguirlo permitiendo, lo arrastró al primer lugar que vieron y que además fuera de buena calidad para comprar un par de cosas.

TaeHyung no tuvo la voluntad de negarse al ver la seriedad con la que el azabache respondió por su confesión, después de todo no es como si no desayunará, porque lo hace en el momento en que llega al trabajo, o bueno a veces también se le olvida una vez que está allá.

―Creo que esto es algo totalmente innecesario ―exclamó en un bajo susurro acercándose al omega que está situado al final de la corta fila que hay para ingresar al lugar que huele a pan recién horneado. Todo un deleite para sus papilas gustativas.

―Por supuesto que lo es, debes comenzar bien el día y así sea que comas algo en el trabajo no es lo mismo TaeHyung ―replicó el omega al mirar al alfa que no podía hacer más que sonreír, tanto que lo terminó contagiando y bajo su mirada al reír por la diversión que le transmitió.

―Es solo que no le doy mucha importancia porque por lo general durante la mañana no estoy agotado, así que creo que algo debe funcionar bien en lo que hago ―explicó restándole importancia al azar los hombros y mejor se mordió la lengua para no decir nada más cuando la irritada mirada de JungKook le advirtió que era mejor conservar el silencio y por tanto su integridad.

―No me importa lo que digas, porque voy a hacer lo que yo quiera TaeTae ―JungKook bromeó con el tierno apodo que la señora Lauren usa para referirse al alfa. Y encontró su nueva diversión al ver el sutil sonrojo que por primera vez apareció en las mejillas de TaeHyung, que no replicó más que para apurarlo a ingresar.

―Si solo te quedas viéndome, ese pan no se va a comprar solo y vamos terminar sin nada ―molesto el alfa al recuperarse de la escasa timidez que superó para ver una mayor florecer en la mirada de grandes orbes que JungKook le dedicó y el potente sonrojo que no logró ver más que unos solos segundos cuando él se volteó para retomar su camino y por la cantidad de gente al interior del establecimiento decidió quedarse afuera.

Lo vio entrar con una apenada sonrisa al mismo tiempo en que sostenía la pequeña maceta de azaleas, que no le permitió ayudarle a llevar, sino que él mismo se empeñó en tenerlo consigo y comprendió porque no quiso recibir su ayuda.

Porque en el momento en que su pedido fue tomado y en la espera de que fuera entregado, el omega acercó sutilmente su rostro hacia las flores y aspiró con delicadeza el aroma que expiden naturalmente y la expresión de asombro que ya es tan usual ver en el azabache relució para encantarlo aún más de los pequeños descubrimientos que representan parte de lo que JungKook es.

En cierto momento se preocupó, cuando el gusto que su rostro refleja se escondió en medio de las flores cuando unas personas se acercaron más de lo que él tolera y que para su alivio cuando ya se había acercado para ayudarlo, el pedido le fue entregado y el omega rápidamente pagó para salir apresurado.

―La gente cada vez menos sabe el significado del espacio personal ―murmuró con el ceño fruncido para ser ayudado por TaeHyung a quien solo le entregó los paquetes de pan que pidió, porque las flores no está dispuesto a entregárselas.

Acción que el alfa noto, pero que le calentó el pecho en una somera y ligera brisa de alegría por el rechazo del omega a no ceder de entregar lo que se le fue dado, demostrando que es suyo y que como tal debe llevarlo por sí mismo.

―Yo te dije que te ayudaba, pero no quisiste ―indicó el alfa comenzando a caminar y una gran carcajada brotó por la exclamación indignada del molesto azabache que lo siguió y lo empujó suavemente con el hombro al ubicarse a su lado.

―Alfa desagradecido ―refunfuño siguiendo su camino con mayor prisa y TaeHyung unos pasos más atrás custodiaba su camino para sentar la fingida molestia que los hacía reír cada tanto.

―Omega, espérame ―expresó TaeHyung luego de unos minutos al ver la nula intención del azabache de disminuir la velocidad de sus pasos.

Aunque no se puede quejar porque desde su posición puede ver como los alfas y betas se quedan mirando demás a JungKook y no tiene una clara respuesta para la satisfacción que siente, cuando ellos mismos lo miran al ver que el bonito omega esta custodiado por su presencia.

―Kook, por favor, al menos acepta... ―no tuvo la oportunidad de decir algo porque se volteó abruptamente con una fría mirada que le hizo ver que cualquier intento de réplica iba a ser denegado.

―Quiero hacerlo y no requiero que me ayudes ¿O quieres que te pague por las flores que me has dado, alfa? ―amenazó estirando con debilidad sus brazos al cuerpo que tiene enfrente y que lo miró con actitud retadora que fue expuesta por los orbes de sol que perdió todo mueca risueña que hace unos segundos atrás poseía.

Oh, JungKook se sintió cohibido pero no se dejó amedrentar, por lo que le mantuvo la mirada y su aroma se hizo un poco más dulce para hacerse sentir.

Y vaya que el alfa lo sintió, tanto que redujo la imponencia de su aura y solo pudo decir lo que sentía en ese instante.

―Omega ―llamó Götz y avanzó un paso, solo uno por el límite que la pequeña maceta impuso entre ambos―. Los dos sabemos que tu no quieres renunciar a las flores que te di, así como yo estoy encantado y agradecido por el gesto que acabas de tener ―bajo el tono de su voz hasta ser un secreto a voces solo para los dos.

JungKook no fue capaz de resistirse a la hechizante voz del alfa y la presencia que sacudió sus células al erizar su piel, y oh por todo lo sagrado, que no sabe en qué estaba pensando cuando su mirada esmeralda flaqueo y cayó ante el inmarcesible sol, cuando desvió su atención tan solo una fracción de segundo hacia los labios de corazón que notaron su acción y no pudo sentirse más apenado por lo que carraspeo y retomo de nuevo la distancia.

No puede creer lo que hizo y la osadía que tuvo para hacer algo que nunca antes se había planteado.

―Creo que se nos está haciendo un poco tarde ―JungKook pronunció y esta vez solo se limitó a caminar al lado de TaeHyung.

―La precaución ante todo ―dijo él evitando cualquier comentario que logrará incomodarlo y su respuesta hizo reír al omega que sin mirarlo fijamente continuó el camino restante en medio de respuestas cortas e inevitables sonrisas a causa del alfa que se empeñaba en hablar de lo que se le ocurriera.

Los dos terminaron una agradable tarde que si bien desearon que ocurriera, superó lo que en un comienzo esperaron para hacer parte de la novedad que sigue creciendo y que los tiene a la expectativa por ver que va sucediendo.

Autora:

Como soy mala esperando, quería traerles el nuevo capítulo para que comencemos a ver la interacción del Taekook 😍

PD: Mi sol bonito, este es el premio por hacerte sufrir 🌻

Besitos en la frente para todos, nos seguimos leyendo...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top