Ⅻ: Reconocimiento y añoranza
Veneris Dies, 19 de enero, 1.855
―Laufen Sie wie gewohnt, Herr Götz ―el barítono oscuro de la voz de Dominic se hizo presente en el momento en que vio a su primogénito llegar un poco apurado al restaurante ubicado en una de las mejores zonas de West End.
Lugar en el cual la familia Götz concertó reunirse como antesala del evento que fue la razón de la tardanza de TaeHyung que ingresó apresurado con su abrigo oscuro colgado de su hombro y su maletín de cuero en la zurda. Totalmente prolijo con su camisa blanca con cuello en alto del cual se desprenden los característicos volados que caen con delicadeza sobre su torso, enfundado en un chaleco negro con bordados dorados que resalta con el color de sus ojos. En conjunto con el pantalón de pinza alto y que termina en el interior de las botas que llegan hasta su rodilla.
El más grande orgullo de DooNa que fue la primera en ponerse de pie para recibir el apretado abrazo que su hijo correspondió con una gran sonrisa en sus labios de corazón.
―Nae jageun gangaji ―la castaña habló en coreano superada por la emoción de volver a ver su precioso hijo después de varios meses de separación.
Debido a las extensas vacaciones que junto a su esposo los llevó a través de Alemania, sin mencionar que también estuvieron ayudando a Frank con la constructora original de Die Familie Götz y el ensamblaje de varios ostentosos proyectos que fueron divertidos para su alfa y para ella de presenciar. Hasta que su segundo hogar y la razón que los mueve, los llevó de nuevo hasta Inglaterra para ver a su pequeño de orbes dorados, cabello de plata y un adorable hoyuelo que cristalizó su mirada marrón al llenarse los pulmones de su aroma a petricor que contrasta con el de su esposo, tierra.
Lo que inundó su memoria de recuerdos y experiencias gratas y llenos de miseria que sin importar lo acontecido, en ellos dos encontró la fuerza para resurgir y vivir por las otras dos razones de vida que le quedaron.
―Te extrañe mucho madre ―respondió TaeHyung rodeando el alto cuerpo de su madre, que él supera por unos centímetros de más.
La suavidad de su tacto y su fragancia natural a damasco lo hizo sentir en casa, en su hogar. El primer lugar seguro que conoció en la vida y que instantáneamente calmó cualquier agitación que tanto él como su lobo han experimentado desde la mañana.
―Ich bin dran ―Dominic apremio a su esposa para que le diera un pequeño espacio y tener la oportunidad de abrazar a su hijo.
Que cumplió su deseo al dejar ir el cuerpo de su madre para fundirse en su pecho como hacía desde que era un cachorro asustadizo y llorón. Su alfa se sintió en paz y complacido por respirar la esencia de su hijo, y miró a su DooNa que ya tiene lágrimas en los ojos, por lo que abrió sus brazos para invitarla al abrazo en el que se asumieron durante unos minutos.
―Con razón HoSeok está traumado cada vez que nos escucha hablar ―comentó con absoluta gracia al recordar a su amigo y sus constantes protestas por todos los dos diversos idiomas de los que sigue sin comprender mucho.
Aunque no es más que una exageración de su parte, porque el alfa si comprende cierta parte de lo que dicen, solo que le gusta quejarse una y otra vez.
―¿Sigue sin aprender algo de coreano? ―cuestionó Bae, deshaciendo el apretado abrazo familiar que enlazo sus esencias y sonrisas cómplices en sus rostros, para tomar asiento en la mesa destinada que eligieron cercana a la ventana del restaurante.
La trabajadora encargada de atenderlos, en el momento en que los vio sentarse procedió a acercarse con una tímida sonrisa para enseñarles la carta del lugar y los especiales del día.
―Es lo que menos entiende, sin mencionar el desespero que le da tener que leerlo ―bromeó el menor después de realizar sus pedidos y volver a quedar en soledad junto a sus padres.
Cada uno de los tres es totalmente consciente de las miradas que despiertan y sobre todo porque en cada espacio que comparten entre ellos, suelen hablar en alemán la gran mayoría del tiempo, además de alternar con el coreano, que es la lengua materna de DooNa.
País del cual emigró a la edad de dos años junto a su familia en la búsqueda desesperada de mayores oportunidades de las que Corea podía ofrecer en medio del mandato de la Dinastía Joseon que los iba a sentenciar a morir de hambre. Travesía que llevo a la familia Bae a naufragar las inclemencias de un bravío océano que les permitió arribar a Inglaterra.
Una nueva nación en la que sus padres lograron erigir una pequeña empresa de construcción que próspero y que en la actualidad se fusiono con la de su esposo.
―Imagino que YoonGi se aprovecha de eso ―añadió el alfa, contento y sonriente por volver a estar con su pequeña manada.
Sentado frente a su hijo y su mano sobre la de su esposa que está envuelta en una bruma de dicha y felicidad, él logró sentir la plenitud de una vida que les ha arrebatado mucho más de lo que recuerdan de un pasado que fue sellado.
―No queríamos apurarte, pero parece que el señor Götz se la vive de un lado para el otro ―expresó DooNa con una engreída sonrisa por la posición que su hijo heredó y que ahora ostenta con orgullo y dedicación.
―Siempre salgo en los minutos mínimos que me quedan para llegar a tiempo a la constructora ―respondió TaeHyung, llevando sus manos hacia su cabello para retirarlo de su frente y peinarlo hacia atrás.
Un poco intimidado por la ilusión en la mirada marrón de su madre y la ámbar de su padre que cada vez que tienen la oportunidad exaltan sus logros y la alegría de haberle heredado el gran legado que reposa sobre sus hombros y que TaeHyung ha mantenido en alto, cumpliendo las expectativas impuestas sobre él a la vez que labra su propio camino.
―Es cierto, el señor Götz no puede llegar tarde a las reuniones que en la mayoría de ocasiones se le olvidan ―indicó Dominic moviendo sus cejas de arriba hacia abajo, haciéndolos reír porque es un hábito que nunca ha abandonado a su hijo.
Él nunca deja de asistir a sus compromisos, pero antes de su arribo, emprende una gran carrera en su hogar para salir a tiempo y luego es el personal cercano que lo apoya, el que termina informándole sobre los acontecimientos del día.
―No tengo como responder a eso ―mencionó frunciendo sus labios en una obvia mueca frente al hecho señalado por su padre.
En verdad no podría hacerlo todo por sí mismo si no contará con sus leales compañeros respaldando su camino.
―Ya nunca vas a cambiar, así como tu padre ―la omega acusó a su esposo que abrió sus ojos al recibir su inesperado ataque.
―¿En serio? ―exclamó TaeHyung con gran y fingido asombro en su rostro que se arrugó por el golpe que le dio su padre en su pierna por debajo de la mesa.
―Él te heredó ese comportamiento ―reconoció DooNa palmeando el brazo de su esposo por la acción cometida en contra de su hijo.
Ella no va a permitir que Dominic culpe de algo a su cachorro que él mismo le compartió.
―¿Por qué cómo explicas que incluso de camino a Inglaterra se te olvidaron algunas reuniones que yo tuve que recordarte? ¿O tienes algo para añadir al respecto? ―molesto a su esposo y él por más que trato de mantener su cara irritada, la adorable mirada de su esposa lo hizo ceder tras un suspiro y se inclinó para besar la frente cubierta por el delicado flequillo que enmarca su fino y pequeño rostro.
―Pero sí recordé este almuerzo y el evento organizado por nuestro cachorro, así que tienes que darme algo más de mérito mujer ―expresó el de orbes ámbar con una gran sonrisa que contagió a su hijo.
TaeHyung se siente totalmente agradecido de tener la familia que tiene, rodeada de amor puro y resiliente. Ejemplar y admirable que ha ido forjando por la imagen construida a partir de la sólida unión que Dominic y DooNa mantienen hasta el presente.
Ellos son su mayor referente para construir un hogar a través de una relación estable y correcta. Una consecución de etapas que deben vivirse a partir del consentimiento mutuo e impulsado por la atracción que quiere mantener con el pasar de los años. Tal cual como sus padres y las miradas cómplices que desbordan adoración.
E inevitablemente su memoria impuso cierto recuerdo esmeralda en el que se perdió al desviar su mirada hacia el ventanal que le ofrece un fragmento de la distinga calle en la que no hay demasiada afluencia de personas. Y es un alivio encontrar pequeños rincones en medio del caos constante de West End en los que la calma se impone medianamente.
―¿Ahora debo agradecer que te acuerdes de tu hijo, de tu cachorro? ―inquirió la omega con los ojos entrecerrados por la incontenible risa que los inundó.
―Eso nunca ha ocurrido, querida ―respondió Dominic con petulancia y una jocosa sonrisa que aún perdura en su rostro.
Minutos después sus alimentos llegaron y pudieron sentir el placer de las combinaciones saladas y dulces que eligieron para sus almuerzos.
―Esperamos que no haya sido complicado venir sabiendo todo lo que debes coordinar en la constructora ―comentó DooNa limpiando sus labios con la tela que reposa sobre sus piernas.
―De hecho, vengo de allí, así que el único problema es que van a ver todo antes de que comience oficialmente el evento ―explicó TaeHyung bebiendo de su vaso con agua y reparó en las miradas furtivas de algunas personas a su alrededor, motivados por la curiosidad que les genera escucharlos hablar en otro idioma.
Comportamiento ante el que solo sonrió cuando capturó una mirada marrón que se expandió en sorpresa al ver su exposición frente al alfa que volvió la atención hacia sus padres.
―Debemos tener cierto privilegio ―alardeo Dominic.
―Después de todo soy tu sucesor, ni modo ―dijo el menor imitando la expresión de su padre llena de altiveza.
―Así vamos a tener tiempo de ver todo con mayor calma, antes de que el público inunde los rincones o no nos dejen hacerlo por las preguntas que querrán hacer ―añadió la castaña, suspirando con anticipado cansancio, porque es lo único que le disgusta de los eventos sociales.
―Es lo único agotador, tener que estar de un lado para el otro atendiendo a cada conversación en la que te quieren presente ―añadió el de cabellos grisáceos rodando los ojos con cierto fastidio por imaginar el usual escenario en el que no tiene descanso a menos que se escape por unos minutos para poder hacerlo.
―Es parte de cargar un legado cachorro, pero también está la opción... ―Dominic fue interrumpido por la exclamación muda de TaeHyung que tenía la boca llena de comida.
―No es como si quisiera renunciar padre, tan solo me quejo por la necesidad de la gente de estar encima de mí como si fuera el único punto focal en todo el lugar. Y todo se debe a lo que representó ―expresó luego de pasar sus alimentos y calmar la tormenta que se desató en la mirada de su padre.
Una que le devolvió el dolor de verlo sumido en el cansancio que él mejor que nadie comprende. Es paradójico, porque TaeHyung tomó la decisión de ayudar a su padre e involucrarse cada vez más en la constructora hasta adquirir la experiencia necesaria y proponerle tomar su lugar para que pudiera descansar.
Él fue y sigue siendo el motivo por el cual ama la profesión a la que se dedica. Decisión que cobra mayor importancia al ver la felicidad de sus padres entre los viajes y las experiencias que entre ambos están volviendo a vivir y que en cierto punto la cantidad excesiva de trabajo los distanció, para volver a emerger con la misma fuerza que siguen manteniendo el uno por el otro.
―Tampoco hay que negar que más allá de quien representas, también se trata de quién eres ―mencionó DooNa con una contagiosa sonrisa que los demás imitaron, aunque su cachorro mantiene la tristeza encapsulada en su mirada de sol frente al peso que debe llevar sobre sí mismo. Y todo va más allá de la posición que ostenta―. Mi hijo es un alfa demasiado atractivo, así que bueno eso supone otra carga ―bromeó, frunciendo sus cejas para obtener el atisbo de una geométrica sonrisa que le llena de dicha el corazón.
Sobre todo por esa pequeña característica que está cincelada en la piel canela. Ese hoyuelo que al verlo le comprimió el pecho por el significado lejano de esa misma particularidad en otro rostro que aún no ha olvidado y que quiso desatar la nostalgia que lleva guardada en el alma. Pero el toque de su esposo sobre su mano la transportó de nuevo hacia el momento actual que comparte con su adorado cachorro, que nunca dejara de serlo para ella.
―Ni me lo recuerdes ―TaeHyung rodó los ojos al recordar los sucesivos momentos donde varias omegas se atribuyen la suficiente confianza como para acercarse a su madre durante ese tipo de eventos en una acción desesperada por obtener la validación de ella y así obtener una ventaja para que los relacionen.
La sociedad se mueve constantemente entre los negocios sin importar la índole subyacente al beneficio a adquirir. Por lo que, una alianza matrimonial con el heredero de Die Familie Götz representa un gran prestigio a obtener.
Circunstancia que ha llevado a TaeHyung a ser totalmente reservado con su vida y antipático en la mayoría de las ocasiones cuando reconoce el interés brillar en las miradas ajenas que lo tienen a él como centro de sus fantasías.
―¿Sigue sucediendo lo mismo? ―cuestionó Dominic, perdiendo la gracia en su expresión porque conoce mejor que nadie el beneficio que ellos como alemanas en medio de un país como Inglaterra representan.
Si en su país natal es un caos debido a que el apellido Götz es atribuido al prestigio de su familia, allí donde su hijo ha vivido gran parte de su vida, representa una pieza valiosa de oro que es constantemente codiciada por las personas.
―Llega un punto en que el que ya no sé cómo actuar o comportarme ―respondió como una trémula sonrisa en sus labios, humedeciéndolos para arrastrar con su lengua los residuos dulces de la salsa de la carne que eligió probar―. No me gusta ser tosco o descortés, no es como me han formado, pero llega un punto donde tengo que ser un poco agresivo en mi forma de exponer a mi lobo para que sea una advertencia y al menos así comprendan que su presencia me fastidia.
Es agotador tener que estar en una lucha constante en la que debe imponerse como persona para no ser cosificado como una posesión que deben obtener. Para conseguirlo debe remarcar la distancia que posee con los demás, sin llegar a rebajarlos, pero en ocasiones tiene que exponer palabra duras y concisas para que la gente no tergiverse lo que dice y de allí armar una construcción fantasiosa para la que no hay cabida en su vida.
Ante todo ahora, que ha decidido cortejar al omega que merece todo de sí.
―Es incómodo vivirlo, pero pronto encontrarás a una persona, a un omega entre tantos que te acechan y que le dará sentido a la amarga espera. No desesperes, cachorro ―ánimo Dominic a su hijo que lo miró con una cansada sonrisa en el rostro y su respiración atascada en sus pulmones que dejó ir en un hondo suspiro que les compartió la incomodidad en la que debe vivir.
Sin embargo, esa exhalación no solo obedece al trayecto acontecido y las diversas situaciones que aún sigue enfrentando, si no que lleva la llave de un secreto que va a mantener durante unos días más hasta que el vínculo que ambos poseen logre afianzarse a medida que continúan conociéndose para llegar a determinar el rumbo que desean para su relación.
Así que tuvo que morderse la punta de su lengua cuando el deseo de erradicar la pesadumbre que embargo la mirada de su padre afligió su corazón, mas primo la exigencia de aun no revelar lo que debe ir construyendo con absoluta calma y cautela en sus movimientos. Por lo que optó por una forma alterna de darle tranquilidad a su progenitor.
―Lo sé padre, primero debo quejarme para volver a la calma y continuar a través de la incomodidad que si bien, en ocasiones, llega a ser agobiante no va a impedir o impulsar una búsqueda desesperada ―tranquilizó TaeHyung a su padre que asintió en medio de un murmullo para volver a concentrarse en los alimentos que poco a poco van desapareciendo de sus platos.
Solo que su tranquilidad se atascó en su garganta por la mirada suspicaz de parte de su madre que lo miro con cierta intensidad que lo puso nervioso. Sus orbes marrones lo analizaron durante una fracción de segundo que para él se convirtió en eternidad y una alerta que alteró a su lobo, frente a la sonrisa ladeada que le dio DooNa antes de volver a comer como si no hubiese sospechado del comportamiento de su hijo.
TaeHyung en definitiva sabe que su madre logró hacerse una somera idea por medio de su explicación que fue medida y cuidadosa. Así que no está seguro de lo que la omega que le dio vida haya podido concluir.
―A parte de toda la agitación de estos días ¿Lo demás ha estado tranquilo? ―DooNa prefirió cambiar el rumbo de la sospecha que en su pecho emergió para tranquilizar a su cachorro que le agradeció el silencio que decidió mantener.
No obstante, la dirección elegida por la omega supone otra contrariedad que TaeHyung no sabe cómo afrontar. Porque no puede ser del todo sincero y revelar la presencia de él hasta asegurarse del significado de su presencia.
Pero tampoco se ve a sí mismo mintiéndole a sus padres. No podría mirarlos mientras entona explicaciones vacías que en realidad pueden adquirir luz bajo la visión de sus padres a lo largo de la batalla que ellos vivieron junto a él.
No puede traicionar su confianza bajo el pretexto de omisión por protección, porque ni antes, ni mucho menos ahora, creer que puede enfrentarse él solo contra la sombra que lo acecha, es una falacia que en lugar de beneficiarlo, puede impulsarlo a incurrir en un potencial daño aún mayor.
―Sí, todo se ha mantenido tranquilo, no hay mayores percances que alguna que otra fluctuación que sucede cuando ya estoy dormido ―explicó el peligris de forma ambigua, sin elevar su mirada hacia sus padres que comprendieron el mensaje oculto detrás de sus palabras.
Abrió la puerta a la total inmersión en la profundidad que su mente contiene.
―¿Sucedió algo más, cachorro? ―preguntó el alfa mayor a su pequeño hijo, que por más grande que este siempre será su tesoro.
TaeHyung se sintió cobijado por el amor diluido en los orbes de sus padres que se apoyaron en el respaldo ofrecido por las sillas al comprender la seriedad de situación y él apoyó sus antebrazos sobre la superficie de la mesa, inclinándose para estar un poco más cerca y que la conversación no fuera audible para nadie más que solo ellos tres.
Aunque no es más que el efecto de la ansiedad que le genera hablar de su condena, ya que continúan hablando en su lengua nativa y por lo tanto, ninguno de los presentes cercanos va a lograr descifrar lo que están diciendo. Pero siempre hay que ser cauteloso, porque nunca se puede estar lo suficientemente seguro.
Tras una honda inhalación, el menor organizó los acontecimientos sucedidos y enfrentó con valentía el temor que atenaza sus entrañas. En medio de la calidez su hogar, desplegó una nueva variante que les explicó a sus padre a la vez que remarcaba la diferencia de lo ocurrido en medio de una conexión que llevó a su mente y a su espíritu a un espacio alterno en su psique, el cual fue invadido por una nueva presencia, tan similar a él que le compartió su sinceridad a través de los recuerdos y experiencias que le permitió obtener.
Pese a la extrema preocupación que se manifestó en el aroma de sus progenitores, los tres acudieron al silencio cuando su confesión, aunque más corta de la que le expuso a YoonGi, término de la misma forma, abrazando el silencio a la vez que en sus miradas puede verse la prisa con la cual corren sus pensamientos de un extremo a otro.
Y por más que luchen por formar un nuevo entramado que le de sustento a lo que TaeHyung vivió, no hay ninguna alternativa que reconocer. Porque no disponen de recursos más allá de la penalización que cataloga la diferencia que él posee como un pecado.
Una herejía que debe arder sobre el fuego de la misma forma en que aquellos blasfemos arden en medio de las plazas ocultas donde aparecen sus cuerpos incinerados bajo el mandato de la divinidad a la que deshonran por sus prácticas perversas.
Es el miedo errante que el de cabellos de plata porta como una cicatriz sin forma y definición que fue grabada en su alma a través de la hiel ardiente con la cual fue bañado. La materialización del pasado vuelve a encender la agonía que lleva en su corazón y que sus padres comparten con él, porque han sido ellos quienes con fiereza lo han protegido de la aberración que se esconde bajo una sociedad perpetradora e infame que se regodea en las injusticias que proclaman como bendiciones.
―¿Estás seguro de que por ahora puedes confiar en esa nueva presencia? ―cuestionó DooNa entrecerrando los ojos para apaciguar la desesperación de su lobo frente a la nueva amenaza que parece seguir codiciando el alma de su hijo. De su único cachorro.
―Sí madre, es diferente a lo que he vivido y no se asemeja en nada a lo que de pequeño me persiguió ―expresó con total franqueza en su suave tono de voz que uso para reconfortar la inquietud reflejada en el rostro de su madre.
―¿Has podido validarlo con HoSeok? ―cuestionó Dominic. Consciente de la capacidad alterna que posee el mejor amigo de su hijo y quien los ha ayudado a lo largo de todo el proceso que han vivido.
―No, él ahora está concentrado en otros proyectos y cuando el más importante finalice, lo cual será a más tardar la próxima semana, YoonGi y yo hablaremos con él para tener su validación final ―TaeHyung explicó lo mismo que le ha estado repitiendo al beta alemán que lo sigue presionando.
Tal vez es el pánico anticipatorio que precede a la revelación que HoSeok pueda mostrarles y que vaya en contra de lo que cree firmemente haber conocido hace unas noches. Por ello antes de que la sacudida sea confirmada y el posible engaño sea revelado, quiere que su amigo viva la plenitud de finalmente presentarles a su pareja y ya en medio de los acontecimientos venideros y los días posteriores que alumbraran sus caminos, tomaran las decisiones pertinentes que por ahora no son más que un engaño que ellos mismos están gestando producto del desconocimiento en el cual viven.
―No dejen que pase mucho tiempo, porque no es sano para ti estar viviendo en un estado de zozobra constante, así quieras hacernos creer que tienes todo bajo control ―DooNa preciso, tomando la mano de su hijo que reposa sobre la mesa y la apretó con suavidad para transmitirle la calma por la cual ella renunciaría a todo lo que posee, con tal de eliminar cualquier dolencia o conflicto que perturbe a su hijo.
Por más que le duela reconocerlo, ahora, es el tiempo de su pequeño para enfrentar la penumbra que durante su infancia los siguió, y aunque creyeron haberla extinguido, una vez más los reúne a su alrededor para enfrentar los susurros venideros.
―Sin importar lo que en el camino llegue, valoramos que confíes en nosotros porque aquí estaremos para seguir respaldando tus pasos. Recuerda que así como estás dispuesto a apoyarnos en todo lo que puedas, nosotros como tus padres estaremos para ti sin importar lo que sea que venga ¿De acuerdo? ―manifestó Dominic con cierta dureza en su mirada que TaeHyung sintió deslizarse sobre sus temores y heridas que resguarda del mundo exterior para que no sean vistas y vulneradas.
Incluso a veces cree que debe ocultar sus pesares de su familia, por la necesidad ciega de no ocasionarles ningún dolor más. Pero ese mismo deseo que lo ha llevado a errar y caer en varias ocasiones, es lo que más lastima a sus padres y frente a los dolores ocasionados comprendió que la sinceridad es la cura para sus almas afligidas que en medio de la unión hallarán la fortaleza para idear una alternativa frente a la situación o simplemente abrazarse y resistir los inevitables coletazos de la marea que agita la tranquilidad de las aguas.
―Lo tengo claro padre y es por ese mismo recuerdo que les puedo asegurar que por ahora no hay de qué preocuparse. Al menos durante estos días ―bromeó abriendo sus ojos, haciéndolos reír a través de la tensión que poco a poco se fue deslizando de sus rostros.
En los cuales se exhibieron pequeñas secuelas imantadas en sus miradas debido a la ansiedad inevitable que palpita en sus corazones y que agita a sus lobos frente a la espera de cualquier movimiento venidero que les indique en qué dirección moverse.
Pero hasta que llegue ese instante, deben seguir inmersos en la aparente normalidad que los ha acunando durante ese tiempo.
―Y creo que el señor Götz debe apurarse o si no llegara tarde a su propia inauguración ―dijo TaeHyung de forma cómica, refiriéndose a sí mismo en tercera persona y recibiendo quejidos por parte de sus padres al acelerar el ritmo con el que están degustando el postre que eligieron para completar su almuerzo.
―¿Es necesario que nos vayamos? ―Dominic se quejó con desilusión en su mirada fija en el postre que deberá dejar olvidado.
―No te estoy obligando a asistir a la revelación de la nueva sede de la constructora que tú mismo trajiste desde Alemania hasta Inglaterra y que gracias a tu hijo y la ayuda que obtuvo de su tío Frank, hoy tendrá otro nuevo edificio anexo ―exclamó con dramatismo al retomar el inglés que su padre se negó a imitar porque solo se quejó entre dientes por su capricho.
―Claro no es importante que estés ahí para presenciarlo ―volvió a decir al ponerse de pie con una dulce sonrisa entre sus labios mientras se dirigía hacia la recepción principal para realizar el pago de la cuenta. Ignorando las quejas de su padre y las risas de su madre.
―Deja de comportarte como un cachorro que ya tenemos uno ―DooNa regaño a su esposo con dulzura en su voz y en el suave beso que depositó sobre la suave piel de la mejilla del alfa que ronroneo a gusto por su caricia.
―Ya sabias con quien te ibas a casar, así que no puedes quejarte ―respondió Dominic, acariciando la mano izquierda de su esposa y palpo el anillo de unión que reposa en el dedo anular de su esposa.
―En cualquier momento puedo arrepentirme y dejarte ―amenazó con una sonrisa cargada de complicidad.
―Quién los va a dejar a los dos soy yo, si no deciden seguirme o esperar su turno como cualquier otro mortal para ingresar a Die Familie Götz. Con su permiso respetados, señores ―TaeHyung dramatizó al acercarse a la mesa para tomar su abrigo y sin esperar, dio media vuelta en dirección a la salida.
―Ahí va andando el bello fruto de nuestro amor y quien ahora nos está regañando, increíble ―pronunció el alfa con una orgullosa sonrisa en su rostro que compartió con la omega, a quien tomó de la mano para seguir a su impertinente cachorro que en verdad si pretendía dejarlos, porque al salir ya llevaba unos metros de delantera.
―Es tu vida imagen, querido esposo ―expresó DooNa, negando por el suave bufido protestante con el cual Dominic regaño a su sonriente hijo que no hizo más que apurar sus pasos durante todo el camino.
―Disculpe ―JungKook pronunció no sabe por cuanta vez, una trémula disculpa por el empujón sucesivo del cual fue víctima otra de las personas que estorban en su camino.
Hasta ese instante el omega reparó más que nunca en la poca etiqueta que tienen los ingleses para conducirse en las calles, como si solo ellos transitaran por el ancho espacio, o aquellos más reducidos, en donde se aglomeran en medio de la acera para hablar, cuando el río de gente va y viene y tiene que sortear las carretas y los carruajes en la parte central.
Aunque cada día desde que llego a Inglaterra ha sido así, por lo que, es irrelevante molestarse por una situación que no va a cambiar.
Tal vez debió apurarse para haber tomado un carruaje, pero lo perdió en el momento en el que decidió quedarse en casa porque cada combinación de ropa que veía en su armario no le convencía del todo.
Si no continuará en su voto de silencio contra JiMin, el mayor le hubiera ayudado a elegir un atuendo adecuado para la ocasión. Mas que todo, sus nervios que le están jugando en contra y que debido al intento que rechazó la noche anterior por parte del omega que insistió hablar con él hasta que NamJoon intervino para que le diera espacio, su tranquilizador aroma y sus regaños en definitiva hubiesen aplacado la indecisión que lo atormento por varias horas hasta que al mirar la hora se dio cuenta que tenía el tiempo justo para llegar.
En realidad, se tardó un poco más, ya que cerraron las calles cercanas a la constructora para impedir el paso de cualquier transporte y así desplegar el evento sobre la avenida que está abarrotada de personas y él en medio de una gran marea de aromas y feromonas, provocando que gruñera debido al disgusto que lo impactó y la ansiedad por no ver la entrada para el público autorizado.
―Maldita sea ―se quejó tratando de esquivar los cuerpos de los espectadores que están alrededor de la cerca que delimita el acceso al evento privado que se va a desarrollar en el interior del edificio principal, antes de dar apertura para el público en general que espera con emoción e intriga que la nueva sede sea revelada y el inmenso telón que lo cubre sea quitado de una vez por todas.
Y se supone que él debería estar en interior de la constructora, pero está empujando cuerpos y haciéndose un espacio hasta que finalmente llegó a la zona principal y la invitación que NamJoon le dio esa mañana le permitió ingresar.
La ansiedad volvió a hacerse presente y paso sus manos sobre el ancho cinturón de cuero oscuro que rodea con exquisitez su cintura, sobre la camisa de lino de mangas embobadas y cuello alto con volados que caen sobre sobre su pecho. Todo finaliza en el pantalón negro y ajustado a sus piernas que usa en conjunto con unas botas que llegan hasta sus rodillas, el elemento causante de su indecisión y que en un arrebato a último minuto, antes de salir de su hogar, obedeció la guía de su lobo por la preferencia de ese calzado.
―Tranquilo ―le murmuró a su lobo y a sí mismo, por la agitación que lo sacudió hasta asentarse en lo profundo de su estómago cuando ingresó al edificio y el bullicio un poco más suave que el exterior lo impactó desubicándolo.
Miró a su alrededor en busca de un punto al cual aferrarse para deshacer la sensación abrumadora que golpeó su pecho por el nerviosismo que se desató como una ráfaga, la cual se desprendió desde su cuello con una inquietante necesidad de encontrar a alguien a quien aún no puede ver.
JungKook avanzó con cautela, aún desubicado, sin saber hacia dónde dirigirse porque el salón principal se abrió ante él cuando atravesó el pasillo por el que le indicaron avanzar hasta que las grandes puertas le dieron la bienvenida al encuentro central en el que la elegancia, la opulencia y el deseo manifestado en las feromonas que son aplacadas por el aromatizante que reconoció y su sensible olfato agradeció la suave menta, apabullo sus sentidos por la escena que se le presentó.
Similar a una obra de exhibición que ante su paso confiado a lo largo de la habitación ciertas miradas le fueron dirigidas y maldijo hacia sus adentros cuando sintió esa intensidad ser llevada hacia sus muslos que resaltan por el tipo de pantalón de tela que eligió.
Justo en el instante en el que atisbo la presencia del omega con quien sigue un poco resentido, sus pasos se detuvieron cuando esa voz, esa oscura y embriagadora voz se alzó sobre las conversaciones circundantes y él en medio del espacio perdió el último soplo de oxígeno que residía en sus pulmones cuando su lobo reconoció el reconfortante aroma natural que sintió picar en su nariz.
―Sean todos bienvenidos ―tras el llamado realizado por HoSeok que golpeó una pequeña vara de metal sobre un recipiente curvo, TaeHyung alzó su voz para dirigir la atención de los presentes hacia la tarima principal.
La cual es un poco más elevada para que sus figuras sean captadas hasta por las personas que se encuentran al final de la sala.
―Este día goza de euforia por el objetivo que hoy nos reúne aquí y agradecimiento por acudir a nuestro llamado para visibilizar aún más la constructora Die Familie Götz ―continuó el alfa entonando cada palabra con dureza para ser escuchado y una sutil sonrisa en sus labios para darle amabilidad a sus gestos.
Su mirada dorada sobre el público selecto y reducido dada la imposibilidad de llevar a cabo un evento más grande. La presentación general se adjudicó a la privacidad y la selección de las personalidades más distinguidas de Inglaterra, y de varios rincones de Europa, que están presentes para ver el resultado de la maquinaria alemana.
Cada oración es recitada con precisión y un ritmo cautivante que mantiene sobre sí mismo al caminar por el espacio de la tarima, articula sus palabras con el movimiento coordinado de sus manos para mantener la atención del público. Además, el corto paso que mantiene, le ayuda a aligerar la ansiedad que indispuso a su lobo desde el momento en el que se subió a la tarima y atravesó el telón dispuesto detrás de él.
Buscando a cierto alguien que por más imposible que sea, incluso para su razón, sabe que la molestia en su pecho, obedece a la comunicación de su lobo que le anunció la llegada del omega que rastrea con cierta desesperación que disimula con maestría, hasta que su habla se detuvo cuando los orbes esmeraldas lo atraparon a la distancia y un potente cosquilleo se deslizó sobre su cuerpo. Robándole el aliento y la concentración al ser enajenado de su alrededor para depositar sus sentidos en la etérea presencia que no pudo seguir admirando por el deber que tiene que cumplir.
―Espero... ―TaeHyung se detuvo y por más que quiso quedarse anclado a ese instante rápidamente lo soluciono y retomó su discurso―. Espero que estén preparados para seguir esperando, porque aún no es el momento de ir a este tan anhelado centro de arquitectura.
Las risas por la mueca que hizo el alfa al guiñar uno de sus ojos en complicidad para darle paso al imponente alfa que dio comienzo al legado de la familia Götz en Inglaterra, atravesó el telón oscuro y TaeHyung estiró su brazo para que Dominic lo acompañará.
Sin embargo, esa acción perdió importancia para JungKook que no podía hacer más que adorar al alfa de cabellos de plata que lo mira con tanta intensidad que su lobo se escondió para dejarlo a él con toda una amalgama de sensaciones que no sabe cómo gestionar y que son los hilos que lo atan a la gravedad los que lo obligan a seguir de pie.
Está pasmado en medio de la sala y sus pies no parecen querer colaborar para moverse hacia a algún lado, no, si eso significa perder o desviar la atención del alfa hacia otro punto que no sea él seguirá aferrado a su posición.
Debe admitir que el gozo que vibra a través de sus venas obedece al fugaz brillo que cruzó la mirada de sol, provocado por el descenso de esa calcinante mirada a través de su cuerpo, sin transgredir su integridad y sin lasciva en sus orbes, tan sólo admiraron su torneada figura en la que resaltan ciertos puntos de su anatomía que cumplió su objetivo.
Esa curva en la sonrisa que Götz le concedió al mirarlo antes de regresar su atención hacia su progenitor, JungKook mordió su labio para no manifestar la dicha que quería florecer con descaro en su sonrisa por la validación que causó que su lobo lo rodeara de una bruma de dulces avellanas que solo le dedicó a TaeHyung y ese suave carraspeo que movió la garganta del alfa fue la recepción de su mensaje y la confirmación de su provocación.
Porque, hoy, especialmente, eligió sus prendas con el deseo de ser contemplado sólo por él, por el alfa que mantiene su mirada fija en sus orbes esmeralda. Ese vestuario fue pensado para sí mismo porque se sintió bonito y el reflejo sobre el espejo le confirmó la belleza que posee, la cual exaltó por medio de características que dan mayor forma a su cuerpo y que con una sonrisita coqueta terminó aprobando con la imagen de TaeHyung grabada en sus recuerdos.
El alfa por quien está siendo cortejado.
―Tío Koo ―esa pequeña y dulce voz deshizo el hechizo que tenía a ambos seres adorantes a la distancia por la presencia de Aiden que con sus grandes ojos miraba con suprema atención al azabache que sacudió suavemente su cabeza para reconducir sus pensamientos hasta la adorable persona que le sonrió con tanto amor que su corazón latió con fuerza por el amor que siente hacia su cachorro.
―Pequeño lirio ―pronunció el omega acariciando los suaves rizos rojizos que están perfectamente ordenados.
Al levantar su brazo y acariciarlo se dio cuenta de la altura que va ganando. Aiden ahora le llega a su cadera y cuanto quisiera que siguiera así, sin dejar de ser su pequeño y sin perder la inocencia que brilla en sus orbes bicolor, marcado por la heterocromía que resalta la belleza que él posee.
―Ven con nosotros para que no estés sólito, porque hoy te ves muy bonito y eso no me gusta ―pronunció con un deje de molestia en voz y un suave mohín estirando sus abultados labios al tomar su mano y jalarla para que lo siguiera.
JungKook con una incrédula sonrisa siguió a su pequeño y aspiró todo el oxígeno que pudo al ver el arribo ante la presencia con la que aún no se siente muy cómodo. Así que volvió su atención hacia su punto magnético que al sentir su mirada, le devolvió el gesto y una cálida pero fugaz sonrisa, se metamorfizo en sus rostros y rápidamente volvieron a atender las diversas situaciones que a su alrededor suceden y que son prioritarias.
Como la necesidad de Aiden por guiarlo a través de la gente a quienes en ocasiones debe pedirles su permiso para que le permitan pasar junto a su omega que mantiene una sonrisa cordial, pero sin abandonar la seriedad cuando la mirada de diversos alfas le son dedicadas.
No quiere su insulsa y vana atención.
―¿Por qué no quieres que me siga viendo así de bonito? ―cuestionó JungKook, dándole un suave apretón a la mano de su cachorro a la vez que lo escucho bufar por su pregunta.
Claro que sabe por qué está así de incómodo, pero quiere escucharlo de su pequeño lirio caprichoso.
―Ya sabes porque ―dijo con la mirada al frente y el nuevo apretón en su mano le hizo saber a Aiden que no podía escapar.
―En verdad que no lo sé ―fingió el omega con una dulce voz cantarina que debilitó al cachorro que lo miró antes de responder.
―Porque esos odiosos alfas que huelen feo te miran todo el tiempo y yo debo encargarme de alejarlos ―expresó con orgullo y un serio compromiso en sus palabras. Y para su fortuna, la alta mesa en la que su padre está de pie junto a su tío Joonie lo rescato de tener que escuchar lo que él ya sabe, pero que tanto le cuesta asumir.
Él solo quiere que su tío Koo sea feliz y para ello debe alejar a los hombres que tratan de llegar hasta su omega para lastimarlo o ilusionarlo, según ha escuchado de las conversaciones de las mujeres adultas cuando va al mercado con su familia.
Va a proteger a su luna de cada mala intención que altere el ritmo normal de la vida en su hogar, además del bonito aroma a avellanas que se mantiene dulce y alegre. Tal como debe ser.
―Estás precioso ―mencionó NamJoon, abrazando cortamente al omega que correspondió su acción luego de soltar la mano de Aiden que fue con su padre, a quien el azabache saludo con un suave asentimiento.
―Una ocasión especial, merece mi especial presencia ―pronunció con una ceja alto que le devolvió una sonrisa de marcados hoyuelos por parte del alfa que negó para ignorarlo al regresar su mirada hacia la tarima.
―Contigo es imposible ―murmuró haciéndolo reír con suavidad.
JungKook se tomó ese momento para divagar sobre el discurso que ahora entona la madre de TaeHyung, sorprendiéndolo el hecho que diferencia a la omega por su procedencia de Asia, con ciertos rasgos que le transmitió a su hijo, predominando en el rostro de piel caramelo, el cual es exaltado por los marcados rasgos del hombre ubicado a su lado, el imponente alfa alemán le heredó la dominancia de ciertas características que en su hijo de transformaron.
Su cabello rubio y sus ojos de un potente verde grisáceo, sufrieron un cambio en el alfa poseedor de cabellos grises y orbes de un refulgente ámbar que imitan el dorado del sol que quedó atrapado en su mirada. Además, del aura imponente y el marcado cuerpo que se exhibe a través de la ropa que lleva.
Todo en el alfa es deslumbrante e hipnótico.
―¿Podemos ir a saludar? ―preguntó Aiden con cierta emoción palpable en su rostro deslumbrado por todo lo que ve a su alrededor. Deseando felicitar al señor TaeHyung que le sonrió en el momento que todos aplaudieron después de la finalización del discurso.
―En unos minutos haremos un espacio para ir ¿De acuerdo? ―respondió NamJoon, dando un suave toquecito a la pequeña nariz que se arrugó con su caricia.
Las voces volvieron a retomar su volumen cuando la familia Götz y los demás miembros principales de la constructora bajaron de la tarima para ser interceptados por varios de los asistentes más ostentosos por sus vestimentas y la excesiva gracia en sus movimientos que hicieron reír al omega que no despega su atención del alfa que sonríe cordialmente a las personas que lo rodean.
JungKook detallo la incomodidad florecer en su mirada dorada por la indisposición de ser tocado, aunque solo sus brazos, pero sin ser absolutamente bienvenido el toque que llega sucesivamente de varios omegas e incluso mujeres betas que pululan a su alrededor. De la misma forma en que los padres de TaeHyung, igualmente, se vieron aprisionados por la excesiva atención que corresponden.
Pasados varios minutos la invitación de NamJoon a acercarse despertó a JungKook del letargo en el que estaba sumido contemplando al alfa y sus nervios incrementaron por el apremio de la mano ajena en su espalda y una sosegada sonrisa invitándolo a avanzar. Contra todo pronóstico su ansiedad se desató porque TaeHyung está junto a sus padres y el encuentro con ellos es inevitable, tanto que sus pasos se frenaron por la realidad que se dibujó en su pensamiento.
―¿Sucede algo? ―cuestionó el alfa de aroma a menta, tan similar a la plétora que está unida al aire de la habitación para apaciguar todos los olores que van y vienen.
Así como su nerviosismo que asustó a su lobo quien lo abandonó por completo al anticipar el encuentro que no anticipó hasta ese instante y no debería ponerse tan ansioso, pero lo está, en demasía, y la premura del alfa porque avance lo pone aún más aireado.
―Nada Joon, estoy bien, es solo que no quiero interrumpir la conversación que mantienen ―respondió JungKook, señalando con su cabeza la situación que se desarrolla a unos metros entre la familia Götz y varios alfas muy animados como para llegar y deshacer el encuentro.
JiMin formó una línea tensa en sus labios al contener la broma que burbujeó en su garganta por ser pronunciada. Sabe o al menos, tiene la leve sospecha del actuar dubitativo del omega que huele a nerviosismo.
Pequeño y lindo omega de orbes esmeralda que ha caído por la presencia que durante tanto tiempo evitó.
―Créeme, TaeHyung agradecerá nuestra intervención ―comentó mirando fugazmente a Kavanagh que le sonrió en complicidad, sin ser vistos por el azabache que mordió su labio por la inevitable verdad que él mismo identificó hace varios minutos atrás.
El alfa está incómodo y sabe que debido a su posición, está comprometido a responder con agrado a las diversas conversaciones que los asistentes le propongan.
―Vamos tío Koo ―motivó el cachorro a su omega y la mirada de JiMin y NamJoon sobre él lo hicieron sonrojar, tanto que refugio su rostro en el cuello de su padre que en ese momento lo está cargando para evitar que las demás personas lo incomoden con sus empujones.
Ambos compartieron una cómplice sonrisa y una suave negación por lo que Aiden está propiciando sin saber las verdaderas consecuencias de sus actos. No como ellos, que se pusieron de acuerdo antes de que JungKook llegará por concertar un momento entre el omega y el alfa que McCarthy ha captado mirando al menor en varias ocasiones.
Por lo que, motivó a su compañero para salvar a TaeHyung de una situación que sabe y le está incomodando, a la vez que les permite estar juntos. Pero tiene otro secreto guardado para sí mismo y que prosigue con la presencia de Aiden, pidiéndole permiso a JiMin para cargarlo, bajo la excusa de ayudarle con el peso.
Su adorable cachorro no dudo en ir hacia sus brazos, que antes lo beneficio por la altura para ver mejor a las personas.
―De acuerdo ―JungKook murmuró rindiéndose a las consecuencias que no puede esquivar y que lo lanzaron hacia el encuentro que vibró en su piel cada vez que se acercaban hacia el lugar demarcado.
Llevó sus manos y las unió detrás de su espalda para restringir el contacto con las asistentes que siguen enfrascados en sus conversaciones y a través de miradas poco disimuladas sobre su cuerpo. Pero antes de que la molestia llegará a afectar a su lobo y lo obligará a imponer su presencia para alejarlos, el aroma a petricor invadió su sistema y su mirada fue directamente al enlace del alfa que ya lo estaba mirando con una dulce sonrisa que no se prohibió de dedicarle.
Oh, por favor, condenado alfa que lo encantó con una acción tan sencilla pero demoledora para su escasa cordura.
Todo delante de los padres de TaeHyung que curiosos se giraron a mirarlos, dejando de lado la conversación finalizada con las personas que estaban antes de su llegada.
―Buenas tardes ―NamJoon fue el primero en saludar con un animado pero tímido cachorro en sus brazos que aunque quiso esconderse en el cuello del mayor, la presencia del señor TaeHyung le dio la confianza suficiente para enfrentar la situación.
―Oh, llegas justo a tiempo Nam ―expresó el menor de la familia Götz ante el arribo contrario y sobre todo por la presencia del cándido omega de mejillas sonrojadas frente a su mirada de sol que se alternó entre cada una de las personas recién llegadas.
―Es un gusto verlos presentes en este día ―comentó HoSeok con una gran sonrisa que le dedicó al pequeño Aiden que tímidamente agitó su mano en un tierno saludo que a los presentes les encantó.
En especial a DooNa que tiene una debilidad por los pequeños, ya que su único y pequeño cachorro ya es demasiado grande como para mimarlo en exceso. Pero aun así se controló y miró con interrogativa necesidad a su hijo para que le presentara a la bonita familia que se acercó a saludarlos y que al parecer él conoce.
―Buenas tardes para todos ―Aiden se animó a decir para abrir la conversación que fue llenada por las suaves risas de los demás y él sin comprender el porqué de esa reacción no hizo más que imitar la sonrisa que burbujeó en su pecho con agrado.
―¿Y tú quién eres, pequeño cachorro? ―cuestionó Dominic al pequeño de adorables rizos que abrió sus ojos exponiendo esa variación esmeralda en uno de sus orbes marrones. Tan bonita y particular a la vez en que detallo cada uno de los tres nuevos rostros que llegaron.
Dado el recibimiento de su hijo, además del saludo de HoSeok y la suave sonrisa de YoonGi ante el grupo que llegó, puede concluir la cierta familiaridad que confirmó en la sonrisa que TaeHyung le otorgó al pequeño de mejillas sonrojadas por su pregunta.
―Me llamo Aiden Kavanagh, ¿Y usted quién es señor? ―contestó el cachorro con total respeto y cierta confusión por los rasgos tan similares que el señor de bonitos y claros ojos azules comparte con TaeTae.
JiMin se vio atravesado por el nerviosismo frente a la actitud desinhibida de su pequeño que no suele ser muy abierto a hablar sin reparo alguno en aquellos espacios donde está rodeado de tantas personas. Si bien Aiden es extrovertido y le encanta hacer preguntas, además de escuchar conversaciones ajenas, solo exhibe esa característica al estar en confianza y tal vez se debe a que está en los brazos de NamJoon y los demás presentes hacen parte de su familia y las nuevas personas que ha conocido durante esos días.
Pero aun así no puede negar la ansiedad que lo impulsó a intervenir, sino fuera por la leve negación por parte de YoonGi que le sonrió con suma suavidad para hacerle entender que todo estaba bien. Así que le agradeció al beta de cabello rojizo y sintió a su lobo igual de tímido por la atención que siente provenir del contrario.
―Soy Dominic Götz, el padre de TaeHyung. Es un gusto conocerte ―expresó el alfa con una divertida sonrisa que provocó una reacción similar en todos que se acrecentó por el pequeño grito de Aiden al conocer porque ambos se parecen tanto.
Él es su padre.
―Eres el padre de TaeTae ―dijo con los ojos brillando en emoción y una gran sonrisa de mejillas rellenitas que le dedicó solamente al alfa de bonitos ojos dorados que asintió frente a su respuesta.
Los padres de TaeHyung volvieron la mirada hacia su entretenido hijo en busca de una respuesta a la vez que Dominic guiño en dirección al adorable cachorro que en esta ocasión se escondió en el cuello de NamJoon que sonrió como disculpa.
―Él es NamJoon McCarthy el arquitecto líder de la nueva sede y tío de Aiden ―explicó Götz, señalando al alfa castaño que cordialmente inclinó su cabeza para darle peso a sus palabras y sus padres devolvieron el gesto con una cálida sonrisa―. Y ellos son su familia. Aiden que es el principal y más adorable miembro de la manada ¿O me equivoco, Lilie? ―preguntó al estirar su mano y picar la espalda del pequeño con su dedo índice para hacerlo reaccionar.
A lo que el cachorro respondió con un suave sobresalto y una chiquita sonrisa al salir del resguardo en el que estaba.
―Es cierto, soy el pequeño de la casa ―respondió moviendo su cabeza de forma afirmativa y DooNa contuvo la alegría de su lobo que quería arropar al pequeño entre sus brazos.
―Luego está JiMin, quien es el padre de Aiden y por último ―la persona más importante, quiso decir, pero que le compartió al omega en la intensidad con la que lo observó y JungKook apretó el agarre en sus manos escondidas detrás de su espalda por la agitación que atravesó su cuerpo ante la calidez del sol que llegó en la mirada ajena―. Él es JungKook, el tío menor del cachorro y quien por cierto madre, debes ir a visitar su casa de modas, porque he escuchado de grandes referencias los preciosos diseños que crea ―claramente no iba a perder la oportunidad de enaltecer la presencia del omega que está cortejando.
Si bien aún no le va a compartir a sus padres ni amigos ese importante hecho, por el momento puede hacer gran alusión a la presentación de JungKook en presencia de sus progenitores. Aunque sabe que es innecesario porque no hay ser que no quede encantado con la presencia de O'Brien.
¿O solamente le sucede a él?
Ese comentario desató la emoción de DooNa que abrió sus ojos por la mención y fijó su mirada marrón en el bonito y agraciado rostro de piel nívea eclipsado por dos piedras preciosas que han sido capturadas en sus orbes esmeralda que rehuyeron durante unos segundos a la conexión que retomo instantes después.
Por lo que la omega mayor aligero el aura y la emoción manifestada en su aroma a damasco para no perder la oportunidad establecer un primer acercamiento con el sonriente azabache que asintió a las palabras expresadas por su hijo, quien por cierto, por más que trata no le ha quitado la mirada de encima a JungKook.
Oh, por favor, ella puede percibir la diferencia en la atención que TaeHyung nunca le ha dedicado a ninguna persona antes, tal vez, en algún momento la dulzura perlo sus orbes de sol al ser dirigidos hacia una omega, pero solo fue una época transitoria que se esfumó con relativa facilidad. En cambio, esa sensación que recorrió su espina dorsal y el jolgorio compartido con su lobo, asemejó esa mirada con la que presenció durante el almuerzo.
¿La paranoia de querer conocer lo que su pequeño resguarda con recelo, la tendrá vigilante hacia cualquier señal que está malinterpretando?
―¿Es eso cierto? ―DooNa cuestionó por la ilusión de descubrir diseños únicos que constato en el vestuario que porta el omega con gran elegancia y seducción.
Luce encantadoramente precioso y el brillo en la mirada de su hijo se lo confirmó.
―Es así señora DooNa, puede ir en cualquier momento que desee para una prueba ―respondió JungKook luchando contra la timidez que la excesiva atención sobre sí mismo le causa a su lobo, resaltando la mirada de sol que miró hasta perderse en la clara tonalidad que exhibe.
―Por supuesto que acepto, arrastrare a mi hijo hasta donde sea para que me lleve ―comentó la omega, animada y encantada con el leve acento diferenciador que captó en el habla ajena.
―El problema es que aún no sé dónde queda ―murmuró TaeHyung, entrecerrando los ojos al anticipar lo que llegó como un suave golpe en su brazo y la sonrisa burlesca del bonito omega que está envuelto en un suave dulzor.
―Mucho mejor, así puedo ir yo sola, ya que mi hijo... ―prefirió cortar sus palabras para no exponer aun las sospechas que debe validar.
Una señal que Dominic reconoció en el ligero temblor de su esposa y no hizo más que entornar la mirada y ocultar la sonrisa que cosquillea en sus labios de corazón similares a los de su hijo.
―Yo la llevaré señora, no se preocupe ―expresó Aiden encantado con la omega que dirigió su atención hacia él.
―Sería un honor para mí que me acompañes, Aiden ¿Tenemos un trato? ―DooNa estiró su mano bajo la atención de JiMin que le sonrió dándole el permiso para hacerlo.
El cachorro observó esa delicada mano con una bonita piedra dorada en el anillo que adorna uno de sus dedos, la cual le pareció semejante al color de los ojos del señor TaeHyung que lo animó a sostener la mano de su madre. Aiden apretó un poquito la mano de la omega a la que felizmente va a llevar hasta la casa de modas de su omega.
―Mi omega es el mejor de todos se lo aseguro ―afirmó el menor luego de sellar el trato entre ambos y de nuevo las sonrisas se hicieron presentes en los rostros que se miraron unos a otros por la gracia con la que el pequeño de rizos expone su amor e inocente pertenencia hacia JungKook.
―Ya se te adelantaron, cachorro ―la omega le susurro en coreano a su hijo, tratando de ocultar su voz detrás del bullicio que se hizo más patente en el momento que los llamaron y ellos con su mano en alto pidieron unos minutos más de espera.
TaeHyung sintió su saliva espesarse y observó rápidamente al omega a quien le sería imposible comprender lo que dijo su madre. Pero el miedo irracional que lo atacó, actuó primero que la sensatez.
―Y también debo recordar que JiMin está próximo a darle apertura a su escuela de danza clásica para cachorros y adultos ―TaeHyung comentó con la voz un poco más grave de lo normal y esa variación alteró al lobo de JungKook que tembló por la oscuridad que se deslizó como miel sobre sus sentidos aletargados.
―Es increíble. Son una familia llena de diversos talentos ―Dominic retorno la conversación hacia la formalidad que su omega perdió al jugarle una broma a TaeHyung que solo ellos tres comprendieron, ya que los demás tan solo los miraron con la gracia floreciendo en sus rostros por el susto que eso provocó en su hijo.
Así que fue en su auxilio a la vez que agradeció que DooNa hubiera hablado en coreano e intervino en la nueva propuesta que su hijo propuso en la conversación que es mucho más entretenida que la insistencia que ve brillar en las caras de las personas que no les quitan la mirada de encima al verlo allí, todavía.
―Me gustaría verla pronto ―expresó YoonGi con una enigmática mirada que Kavanagh no tuvo el tiempo necesario para interpretar porque su lobo preso del nerviosismo lo llevó a deshacer la conexión visual.
―Wow, serás toda una sensación en la ciudad, porque no hay demasiadas escuelas de danza enfocada en ambas poblaciones, por mencionar que son bastante elitistas ―comentó HoSeok con un suave aplauso que JiMin agradeció sonriente.
―Si van a estar por varios días más en la ciudad, su asistencia y la de todos ustedes será un honor ―JiMin depositó su mirada en cada uno de los presentes en el pequeño círculo que mantienen para que su invitación sea considerada.
―Cuenta con nuestra presencia asegurada ―respondió DooNa, codeando a su esposa que de igual forma aceptó la invitación.
―Muchas gracias por tomarse el tiempo y los dejamos libres , ya que la molestia de los demás llega hasta acá ―comentó NamJoon con una tensa sonrisa que provocó suaves risas y negaciones en los señores Götz que gruñeron en simultáneo por la insistencia que van a seguir alargando.
―Como padres debemos tomarnos el tiempo para conocer a las nuevas personas que rodean la vida de nuestro hijo ―explicó Dominic.
―Y deben hacerlo, porque son vecinos después de todo ―HoSeok no aguanto más y al ver que su querido amigo aun no les había hablado de ellos a sus padres, añadió el último detalle que TaeHyung le agradeció con una tensa mueca en sus labios.
―Sind es diejenigen, die im Haus nebenan wohnen? ―indagó DooNa, recibiendo un sonido afirmativo por parte de su hijo.
―Si madre, son ellos ―confirmó el de cabellos grisáceos, llevando su atención hasta JungKook que le sonrió con dulzura y el deseo de compartir unos minutos solo con él.
―Así que eso los hace vecinos y compañeros de trabajo, que coincidencia ―expresó Dominic encantado por saber que los nuevos acompañantes de su hijo son personas dentro de lo que puede concluir, amables y cálidas, debido al rango de edad que comparten.
Lo que es un alivio, porque en su mayoría el vecindario está colmado de repugnancia enaltecida por familias adineradas y su cachorro nunca encajó muy bien entre ellos.
―En realidad nos dimos cuenta días después, cuando llegué en mi primer día ―dijo NamJoon, evocando las sensaciones que ese día despertaron en lo profundo de su psique y la agitación que vivió su lobo.
Dos señales que hasta ahora sigue sin comprender. Aunque se debe a la pureza en el linaje dominante del alfa alemán.
―Toda una sorpresa ―añadió TaeHyung y estiró las comisuras de sus labios para hacer reír al cachorro que los contagió con su felicidad.
―Por más que quisiera ignorar a los posibles inversionistas, debemos ir con ellos al menos para mantener la fachada diplomática ―interrumpió HoSeok con la pena reflejada en su mirada marrón que ya no soporta el disgusto que les dirigen a las personas con las que están hablando en ese momento.
―Nosotros nos adelantaremos y tú quédate con ellos unos minutos más ―indicó la omega al rodear el brazo de su esposo con sus manos, pegándolo a su cuerpo.
Ambos con el deseo de postergar el cansancio que se va a extender por varias horas más en lo que dé comienzo el evento inaugural. Los dos confirmaron en medio de sus miradas y la comunicación con sus lobos a través de la marca que lleva resguardada bajo la ropa que usa, la necesidad de que su TaeHyung se recargue de energía antes de continuar de un lado hacia el otro.
―Ich kann mit beiden gehen ―habló TaeHyung, no pretendiendo que sus padres lo salven de la situación de la cual es responsable.
―Por favor, cachorro ―le pidió el alfa a su pequeño con un suave apretón sobre su hombro para tomar parte de la responsabilidad que le cedió a su primogénito.
Además, DooNa y él son lo suficientemente observadores como para ver la intención que su hijo y el omega de orbes esmeralda comparten en sus miradas. Sin importar que su apreciación sea errónea, ambos le van a dar un pequeño lapso de tiempo para hablar.
―Siendo así yo me retiro con este pequeño para ir al baño ―interrumpió NamJoon con la excusa perfecta para salir de la ecuación al igual que el pequeño objetivo que tiene entre sus brazos.
―Ach níl mé ag iarraidh dul go dtí an seomra folctha ―respondió Aiden y debido a la sonrisa del alfa, los demás comprendieron que efectivamente, el pequeño desea ir.
―Nos seguiremos viendo, pequeño Aiden ―DooNa se despidió del sonriente cachorro.
Por lo que McCarthy se excusó cordialmente con un confundido cachorro que tan solo agito sus dos pequeñas manos para despedirse y ser arrastrado por su tío.
―Y nosotros seguiremos nuestro camino ―apremio HoSeok.
―Esperamos verlos durante el evento y en los próximos días ya que son vecinos de nuestro hijo ―manifestó Dominic como excusa y despedida.
―Es admirable haberlos conocido ―confesó JiMin, un poco deslumbrado por el aura que tanto TaeHyung como su padre comparten, siendo mucho más notoria en el alfa mayor―. Además si no es un atrevimiento, me gustaría extenderles la invitación a cenar que le hicimos a TaeHyung hace unos días, por si tienen tiempo.
―Una invitación a comer nunca debe rechazarse ―canturreo DooNa, encantada con la propuesta y Dominic asintió de acuerdo.
―Ustedes proponen el día, no tenemos ningún inconveniente ―afirmó el alfa, siguiendo la dirección hacia la que apunta el rostro de su hijo, hallando a cierto encantador omega correspondiendo la atención de TaeHyung.
Alfa y omega como espectadores, tan solo esperaron entre cordiales sonrisas a que el día fuera pactado y que finalmente, pudieran disfrutar de la compañía ajena. Los dos inmersos en la fantasía que se cristalizó en el acuerdo precedido por una corta despedida que ellos de forma automática e impulsada por la complicidad de sus sonrisas correspondieron hasta que, JungKook fue el siguiente en alejarse hacia la mesa de aperitivos dispuesta en el extremo del lugar.
Un destino que TaeHyung siguió luego de pedirle permiso a los dos únicos acompañantes que sonrieron por la obviedad detrás de las acciones de sus amigos y hermanos de corazón.
―¿Acaso se puede ser más explícito el interés que ambos sienten? ―cuestionó YoonGi, acercándose tan solo un paso hacia el omega que como él dejaron de ver el momento en el que el alfa llegó casualmente al encuentro de un sonriente omega que lo invitó a centrar su atención en los alimentos con los cuales buscan distraerse y alargar su encuentro.
―¿Así son de evidentes, cierto? ―añadió JiMin, girando su rostro para ver al beta que logra desatar cierta perturbación en su cuerpo a la vez que lo calma por su suave y envolvente aroma a algodón.
―Puedo decir que incluso los padres de TaeHyung se dieron cuenta ―añadió Ratzinger, negando al devolver su mirada al bonito omega que rio por su comentario y la sorpresa que inundó su rostro le pareció muy tierna de ver.
―¿En serio? Si Kook se llega a enterar va a querer esconder su rostro en la tierra ―exclamó con exageración, una con ciertos matices reales porque el menor al verse expuesto y revelar más de lo que pretende, entra en un cierto colapso determinado por la actitud reservada que lo domina.
Es por ello, que no va a decir absolutamente nada hasta que todo caiga por su propio peso.
―Ellos no se hubieran ido sin él al ver que no estaba tan cómodo con nosotros y sobre todo por las miradas que ese par no es bueno escondiendo ―YoonGi negó y se situó frente a JiMin que esquivó por unos segundos su mirada hasta que una suave risa brotó de sus labios y volvió a enfrentar el misterio retratado en el rostro de piel caliza y orbes oscuros.
―¿Si también vamos por algo de comer podría malinterpretarse? Porque yo sí siento hambre ―comentó JiMin en un suave susurro, sintiendo como su lobo lo traicionó y encendió sus mejillas en un leve tonalidad coral que le añadió mayor belleza a su rostro bajo la atención del beta que con su mano lo invitó a caminar.
―Al menos hay otra mesa de alimentos en la dirección contraria ―reveló el alemán, dirigiéndose hacia el lugar opuesto a la naciente pareja, en medio de la compañía del omega con aroma a manzanas que sonriente lo acompañó.
Alfa y omega, TaeHyung y JungKook, se saludaron con cierta formalidad que causó un suave ardor en sus pechos y la molestia de sus lobos se extendió con suavidad en sus aromas por tener que mantener una línea divisoria que disgrega el anhelo que cada uno arrastra.
Oposición en la que se impone el deseo mutuo de expresar lo que representan para el contrario. TaeHyung, de forma irracional y motivado por la posesividad de su lobo, quiere marcar al omega con su aroma y que los demás alfas y betas que no han dejado de verlo, comprendan que él ya está siendo cortejado.
Similitud que JungKook comparte el querer tomar el brazo del alfa e ir de un lugar al otro para que la pestilencia causada por el excesivo olor de los omegas, tanto mujeres como hombres, que emanan en su desesperación por atraer al alemán que negó con cierta gracia en su sonrisa de corazón que le otorgo cuando, un pequeño grupo de tres omegas se acercaron a la mesa solo para saludar a Götz, y el azabache, exasperado por haber sido ignorado, gruño suavemente para que se alejaran o al menos para remarcar la molestia que TaeHyung secundo.
―Por favor, en el momento estoy ocupado, así que, amablemente les solicito que me concedan un tiempo para comer algo ―dijo él con cierta dureza que su lobo aprobó debido al trato que le dieron a JungKook.
No va a permitir que el encantador omega al que está cortejando sea invalidado y que ni siquiera tenga la oportunidad de dudar de su compromiso y lealtad.
―Lo sentimos, alfa... ―la rubia dejó de hablar frente a la irónica risa que O'Brien emitió mientras se llevaba una pequeña tostada con una dulce y cítrica mermelada a la boca para entretenerse con algo más y no verbalizar la molestia que burbujeaba en su pecho.
Para el alfa la escena que se desarrolla bajo la intervención del omega, en quien reconoce como la molestia se manifestó en esa ceja alzada y la advertencia de sus feromonas que exhibieron el olor tostado de las avellanas que regocijo a su lobo por ver esa inconfundible escena de celos que lo tiene sonriendo.
―Creo que no es adecuado decirle alfa a quien primero, no le ha dado el permiso para hacerlo, y segundo, mucho menos es su alfa ―comentó JungKook, sin devolver la mirada a la histérica omega que se quejó por su ofensa y antes de que todo escalara, él, el alfa que lo está cortejando intervino.
Haciéndolo merecedor de la absoluta atención del omega de orbes esmeralda que volvió a retornar a la dulzura de su aroma.
―Eviten cualquier comentario, porque lo que él dice ―expresó mirando con profundidad al omega―, es correcto. Así que, les pido se retiren ―TaeHyung avaló la intervención de JungKook, quien verbalizo la molestia que suele sentir en esas ocasiones repetitivas donde el exceso de confianza lo irrita, pero sin poseer la oportunidad de exponer los dos enunciados que él dio forma a su verdad.
Por lo que, tras suaves quejas y miradas arrepentidas, las omegas ante la negativa del alemán, retrocedieron y cabizbajas se alejaron.
Espacio que le devolvió la sensatez a JungKook al pensar que había formado una situación motivada por sus celos, la cual llevó a TaeHyung a apoyarlo solo para no incomodarlo. Además, recordó que por más molesto que sea el momento, a él no le gusta ser tosco con las personas, sin importar que en primera instancia la respuesta molesta haya provenido de los demás.
―Lo siento alfa, no quería ponerlo en una situación incómoda ―murmuró el menor, mordiendo su labio inferior por las dudas que impactaron contra la seguridad que tras la marcha de las mujeres se desvaneció entre sus manos vertiginosamente.
Sensación que lo descolocó porque él no suele dudar de sus acciones y menos compararse con los demás.
Condenado alfa de sonrisa radiante que acobardó a su lobo que escondió su rostro entre sus patas y él expuesto y vulnerable volvió a concentrarse en la última tostada que iba a tomar, pero que le fue robada por el alfa.
―En realidad me has salvado, omega ―pronunció TaeHyung, riendo con suavidad por el ceño fruncido del azabache que se quejó por su robo.
Por lo que con cuidado, mordió la mitad de la dulce tostada y el pedacito restante lo depositó en el plato pequeño que JungKook dejó en la mesa. Sus miradas se encontraron y el omega se sintió cohibido por esa acción que agitó su cuerpo frente a la invitación de TaeHyung.
Sin poder resistirse, tomó entre sus dedos el aperitivo y lo dirigió hasta su boca, tal vez, con un poco más de lentitud de la recomendada para la tensión que entre ambos se alejó como un peso que los retiene, aprisionándolos sin tregua alguna.
―Porque le diste voz a lo que pienso y siento, pero que dada mi posición, en ocasiones, salvo en situaciones en verdad estresantes, puedo pronunciar el incordio que es tener que rechazar con la mayor cautela las atenciones que no he pedido ―susurró TaeHyung, obnubilado por la cadencia que el omega imprime en una insulsa acción como comer.
El reto implícito en su mirada dorada viajó hasta los rosados labios que fueron acariciados por la lengua ajena al barrer las migajas que quedaron en su piel. JungKook totalmente consciente de la atención que intencionalmente dirigió hacia esa zona.
Cumpliendo su objetivo.
―Pero... ―JungKook no sabe qué más añadir porque el cazador terminó siendo la presa y su propósito terminó acorralándolo.
―Me pareció encantador que te haya molestado ese comentario, mein Mond ―no le interesa el concepto que ellas se hayan llevado de él al validar lo mencionado por JungKook.
Tan solo le interesa deshacer la perturbación que ve naufragar en la mirada que le permite respirar con calma. Allí, a su lado y en medio de su presencia, los tormentos que carga, pierden un poco de fuerza y el ardor anidado en su alma le da tregua para vivir la plenitud del presente colmado de caramelo y esperanza.
―Por favor ―pidió el omega, ruborizado y suspirante por el anhelo que se esparce por la mirada del sol que por instantes lo marea debido al fuego abrazador que lo deja totalmente expuesto sin saber cómo reaccionar.
―Te dije que te reconocería sin importar que tanta gente estuviera a nuestro alrededor ―confesó TaeHyung, tentando a la suerte y dando un paso más cerca del omega que se sobresaltó por la calidez que le transmitió.
―¿Fue así, alfa? ―respondió con voz cautivadora y miró de medio lado el precioso rostro de piel dorada como sus orbes.
―Es un pecado que tu presencia sea contemplada por quienes no tienen la capacidad de enaltecer la pureza que encarnas ―el alfa rio por la mirada perdida del omega que tan solo suspiro al asimilar la poética declaración que ideó solo para JungKook.
Él lo impulsa a querer exhibir diversas facetas que solo su familia conoce, además de presenciar la transformación de lo que nunca creyó hacer en nombre de un omega. De la pareja que anhela y lo acompañe en su camino.
―Y es mi forma de admirar la divinidad que hoy se resalta en ti, JungKook ―aspiró con disimulo la esencia que quiere impregnarse sobre la piel para calmar la naciente insistencia de verlo más de lo que puede.
Queriendo compartir mayor del tiempo del que puede obtener para estar junto a él.
―Mis ojos solo pueden verte a ti alfa, es una necesidad que incluso llega a asustarme, pero que no quiero evitar sentir ―JungKook se sinceró y halló comprensión en la mirada ajena que compartió el secreto que en ambos ha sido sellado.
El cual permanece latente en el vínculo que los dos han identificado y que prefieren ignorar hasta la instancia en la que se sientan capacitados para reconocer el peso que une.
―Quiero darte la seguridad de que solo estoy enfocado en ti, y que comparto ese temor por ver como nuestros sentimientos se afianzan pero con la plena seguridad de que solo eres tú ―enunció bajo el hechizo de los orbes esmeralda que sonrieron antes de que la acción se viera reflejada en la boca de JungKook.
Bendiciendo sus odios con una suave y contagiosa sonata que compartieron hasta que la realidad que lo espera reclamó por su presencia.
―Aquí estaré, alfa ―JungKook se despidió de él para no entretenerlo más y permitirle irse hacia el grupo que espera hablar con TaeHyung.
Sus miradas fueron el conducto tangible que acarició sus rostros y el omega valido la seguridad que su lobo le transmitió sobre el alfa que le otorgó la sonrisa más dulce que le robó el aliento a lo largo de una velada que culminó entre vítores de reconocimiento y gritos de admiración por la hazaña alemana que se impuso en West End, resaltando el edificio central que ahora remarca el poderío de la familia Götz.
JungKook se aferró al presente por el que transita mientras se asegura de reunir la valentía suficiente para darle razón a su silencio que está colmado por el petricor que lo rodeó durante el resto de la tarde donde no pudo compartir más que intensas miradas con el centro de su gravedad.
El alfa que lo hace sentir adorado.
Las frases están en alemán: 1. ¿Está corriendo como siempre, señor Götz? 2. Es mi turno 3. ¿Son los que viven en la casa de al lado? 4. Puedo ir con ambos.
La frase está en coreano: Mi pequeño cachorro.
La frase está en irlandés: Pero no quiero ir al baño.
Autora:
Al fin tenemos la visita de los padres de Tae, ellos dos son las personas más adorables 🥺
Quise traerles este capítulo cuanto antes como mi presente de navidad. Un pequeño regalo para agradecer la compañía y el amor que le brindan a la historia 💕🎄
Your love is my guide 💛
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