Ⅺ: La consolidación de una unión

TaeHyung desplegó sus agudizados sentidos y su lobo se empeñó en rastrear cualquier atisbo que le diera una señal del pequeño cachorro. Su mente poseedora de un pecado, trató de encontrar la vibración de las ondas cerebrales de Aiden.

Una estrategia que en el pasado llegó a desarrollar como consecuencia de un error devenido de los sucesivos intentos por dominar su inquieta psique. Descubrió una facultad que aunque se volvió obsoleta con el paso del tiempo, su alfa le recordó y a medida que sus pasos mantienen un ritmo constante, reprodujo el recuerdo instaurado en su mente y su pecho vibró por la confirmación lejana que lo impulsó a correr.

Registró cierta alteración conocida y asustada que se desvaneció con rapidez pero que le dio la oportunidad de ubicarla en un lugar que identifico plenamente y al cual llegó con suprema inmediatez. Su acelerada respiración agita su pecho con un marcado movimiento por la premura con la que llegó al parque alterno de West End y su mirada dorada viajó por todo el lugar verdoso y extenso.

Cruzó el colorido césped y el olor de la tarde inundó sus pulmones, llevando consigo el rastro del pequeño que para su fortuna encontró apoyado contra el tronco de uno de los árboles más antiguos del lugar. La pequeña figura de Aiden con su rostro escondido entre sus piernas retraídas hacia su pecho, lo atiborro de felicidad e impuso una sonrisa de corazón en su rostro que también alivio a su lobo al ver que cumplió la promesa que le hizo al omega.

Allí frente a él está su pequeño Lilie envuelto en un suave aroma a leche y tristeza.

―Lilie ―susurró a una prudente distancia para que el cachorro reparara en su presencia y no se asustara demasiado.

Aiden como primera reacción después de haber corrido hasta perderse y ser víctima de la desesperación, al escuchar una voz cercana lo asustó, su pequeño cuerpo saltó en la posición en la que está y por temor no se atrevió a deshacer a la espera de que su escaso movimiento terminará aburriendo a la persona que no escuchó bien al hablar.

―Lilie, estoy aquí por ti ―repitió con un poco más de fuerza en su voz para que fuera reconocible por el pequeño que inmediatamente dejó la posición en la que estaba y levantó su rostro cuando esa voz y ese sobrenombre que solo una persona le ha dado en su vida fue reconocible para él.

Sus grandes y bonitos orbes marrones enlazados con el esmeralda se cristalizaron por la llegada de las lágrimas de alivio por la emoción de ser encontrado. Sin pensarlo apoyó sus manos bajo la tierra en la que estuvo sentado durante todo ese tiempo y se impulsó para correr hacia el alfa que lo recibió con los brazos abiertos, sosteniéndolo con fuerza para abrazarlo contra su pecho.

―Señor TaeHyung ―Aiden exclamó aliviado y sollozante con el rostro oculto en la curvatura del cuello del alfa que le compartió el tranquilizante aroma de la lluvia sobre la tierra que evoco su hogar natal.

―Aquí estoy ―respondió Götz acariciando con una de sus manos los despeinados rizos del cachorro que comenzó a relajarse bajo su tacto y con la otra, rodeó su espalda para mantenerlo firme contra él.

Sintió sus ojos picar cuando las tímidas piernas de Aiden rodearon su cintura y con un murmullo consoló el suave llanto que duró varios minutos. TaeHyung reconoció la desesperación ajena y el alivio entre cada hipido que sacude el cuerpo que tiene fundido contra él.

Sin esperar más tiempo, el alfa comenzó a devolverse sobre sus pasos para salir del parque y no esperar más tiempo para llevar a Aiden con su familia. Aun manteniendo su tacto inmerso en los suaves rizos, avanzó a paso calmo, seguro del tiempo que dispone.

―Señor TaeHyung ―el pequeño volvió a decir con un poco de dificultad y voz llorosa, solo para sentir que en verdad eso estaba sucediendo. Que fue rescatado por ese bonito alfa que huele bonito.

―¿No crees que ese llamado es muy largo? ―prefirió abordar la situación sin cuestionar directamente sobre lo sucedido.

La suave risita de Aiden acarició la piel de su cuello que alegró a su alfa y en respuesta su aroma a petricor emano un poco más, lo cual aligero la tensión en el cuerpo del cachorro que se relajó entre sus brazos.

Tanto que tuvo que dejar de acariciar sus cabellos para rodear su espalda con ambos brazos.

―¿Puedo llamarlo de otra forma? ―preguntó sintiendo el movimiento de la suave caminata que mantiene el alfa que lo sostiene con extrema delicadeza y fuerza para no dejarlo caer. Se siente seguro entre sus brazos. Por eso giró su cabeza y apoyó su oreja en su hombro y su pequeña nariz de botón fue directo hacia la fuente del tranquilizador aroma del señor TaeHyung a quien le está buscando un nuevo sobrenombre.

―Puedes hacerlo, solo te lo permito a ti ―respondió moviendo sus dedos a ambos costados del torso de Aiden que rio con energía por las cosquillas que no duraron mucho, pero que en definitiva terminó por desprender la tristeza de su aroma.

―¿TaeTae? ―pronunció dos veces la parte inicial del nombre del alfa que le parece muy bonito como para dejar de llamarlo por ese diminutivo.

―Me gusta ―TaeHyung sonrió por lo adorable que suena la repetición de su nombre en la pequeña voz de Aiden.

Los dos se sumergieron en un cómodo silencio en tanto se acercaban al lugar en donde encontrara a sus amigos resguardando al omega que les encargó su cuidado.

―TaeTae, gracias por encontrarme ―Aiden fue el primero en hablar luego de unos minutos y aferró sus manos en la suave tela de la camisa que porta el alfa.

―Así de especial soy ―bromeo haciendo reír al pequeño que está tan cómodo entre sus brazos―. Debes tener más cuidado, Lilie.

―Sé que hice mal al preocuparlos a todos, pero estaba tan enojado que no sabía que más hacer ―confesó suspirando con pesar y cerró sus ojitos cansados por el llanto para no volver a hacerlo.

―¿Quieres contarme qué sucedió para poder entenderte mejor? ―solicitó TaeHyung con voz suave y conciliadora para que Aiden no pensara en que le estaba exigiendo una respuesta.

La cual llegó después del suave asentimiento que sintió por parte del cachorro que respiró más de su aroma a petricor antes de hablar.

―Mi papá me dejó esta mañana al cuidado de alguien más y todo fue bonito, hasta que unos niños se acercaron a dibujar conmigo y hacerme varias preguntas que respondí sin problema, hasta que me preguntaron por las personas con las que vivo ―al volver sobre ese recuerdo su pecho dolió por lo insensibles que pueden ser los niños, así él sea uno, tiene más valores y principios para comportarse.

―¿Dijeron algo que te disgusto, Lilie? ―cuestionó Götz para darle apertura al silencio en el cual Aiden se sumergió.

―Me hicieron la pregunta que creo todos se hacen cuando digo que vivo con mi papá omega, mi tío alfa y mi otro tío omega ―respondió con un mohín enredado en su gordito y tierno labio que provocó una suave sonrisa en el alfa, que aunque no podía verlo si lo imaginó por el suspiro molesto que el cachorro le compartió.

―Supongo que preguntan por tu padre alfa ―completó TaeHyung y rápidamente Aiden lo confirmó con un suave murmullo.

―Sí, todas las personas siempre esperan que habla de un hombre que no me interesa conocer ―expresó con el ceño arrugado en molestia solo para sí mismo, porque ni loco va a salir del resguardo en el que está. Aunque hizo el intento de enderezarse, mejor apoyo su mejilla en el hombro del alfa que ajustó su agarre alrededor de su cuerpo.

Esa aseveración ardió en el pecho de TaeHyung por la consciencia que tiene Aiden acerca de una situación que desconoce e involucra a su progenitor, pero que el cachorro sea tajante al decir que no le interesa conocerlo, cuando gran parte de la sociedad espera que tenga un núcleo completo formado por sus padres, es tan sorprende como desgarrador.

Le duele que su Lilie deba estar expuesto a la insensibilidad que los adultos le transmiten a sus hijos y que ellos replican sin dimensionar las consecuencias de sus actos.

―¿Eso fue lo que te llevó a irte de ese lugar? Porque te incómodo esa pregunta ―TaeHyung quiso ahondar un poco en el significado real de las palabras mencionadas, pero desecho la curiosidad que no es importante, si Aiden no lo quiere compartir abiertamente.

―En parte sí y en parte no ―expresó el cachorro―. Me molesta que lo hagan porque empiezan a decirme que "un papá alfa es importante en la vida de cada niño" ―imitó una voz más chillona de la tonta niña de coletas torcidas que con sus manos en la cintura quiso reprenderlo.

Pero ella no sabe que fue instruido por su tío Koo para defenderse y no permitir que nadie más allá de su familia guíe y corrija su comportamiento.

―Puedes creerlo TaeTae, una niña que tenía los mocos pegados en su nariz se atrevió a decirme a mí la cosa más obvia de todas, como si ella tuviera un buen padre después de lo que escuche, ridícula ―habló con el enojo en su dulce voz y TaeHyung no debió sentir que moría de ternura por esa pataleta, aunque justificada, muy adorable y elocuente.

Aiden es demasiado para su débil corazón que ama a los niños.

―Esa fue la parte más fácil, aguantarla, ¿Cierto, Lilie? ―trato de responder con seriedad, aunque fue imposible que una pequeña sonrisa estirara sus labios a escondidas del impetuoso cachorro con una gran dosis de exaltación en la que pudo ver a JungKook.

―Fue un poquito terrible pero nada del otro mundo ―confirmó―. Pero lo que sí me dolió fue lo que dijeron, sobre que todo omega con un cachorro necesita a su alfa y mi papi siempre me dice que lo único que necesita en la vida, soy yo. Por eso me enoje porque esperan que todos sean iguales, pero también me da miedo de que sea cierto y mi papá omega necesite de un alfa a su lado para no sentirse tan solito ―Aiden acercó un poco más su rostro al refugio de la lluvia en donde emana con mayor fuerza, cuando su corazón volvió a doler por las palabras que se esfuerza por ignorar, pero tal vez tengan razón.

Solamente es un cachorro de diez años que no comprende mucho del mundo.

―¿En todos estos años tu papá ha llevado a otro alfa a casa? ―cuestionó él, abrazando con un poco más de fuerza a su pequeño Lilie que de nuevo comenzó a oler a amargura.

―No, nunca. Es igual que mi omega, ambos odian los acercamientos de la mayoría de los alfas ―respondió sintiendo sus párpados un poquito pesados por el arrullo del petricor que logró deshacer la presión en su pecho.

Esa mención no debió emocionarlo tanto como lo hizo, pero TaeHyung se sintió orgulloso de haber logrado traspasar esa barrera que JungKook al parecer siempre ha impuesto.

―Y eso es porque ni tu papá ni tu tío necesitan de un alfa para sentirse acompañados. No solo son omegas, sino que son personas y la pequeña familia que ustedes forman es lo único que por ahora necesitan ―explicó TaeHyung eligiendo con cuidado sus palabras y totalmente atento al camino que cada vez más los acerca al lugar donde dejó a JungKook junto a sus amigos.

―¿Cómo está tan seguro de eso? ―Aiden solo quiere tener toda la seguridad posible de que su padre no se siente solo. Lo que menos quiere es que él sea infeliz a su lado.

―¿JiMin te ha forzado a estar con tu otro padre? ―contestó con otra pregunta en la que debe ahondar superficialmente para ayudar al cachorro que está confundido.

―Jamás ―exclamó en un suave grito que aturdió un poco al alfa―. Yo lo vi varias veces, pero nunca me agrado, no es una buena persona y menos un buen alfa ―de eso está seguro y agradece no tener un papá alfa presente si debía aceptar a la mala persona que conoció.

―Es eso mismo Lilie, tú elegiste no tener a este tipo de personas a tu lado y JiMin tampoco, porque desean lo mejor para sus vidas ¿O acaso se quedaron al lado de ese hombre solo para que la sociedad los vea como una manada tradicional? ―le duele saber que Aiden debe seguir luchando por defender su ideal de familia.

Sin mencionar que JiMin es quien lleva toda la responsabilidad y el peso de tener una relación fracturada con un cachorro que tampoco desea tener ninguna relación con su progenitor.

―No, porque incluso la niña mocosa del lugar en donde me cuidaban, también la escuche hablar sobre los malos tratos de su papá hacía su madre y aun así siguen juntos ―dijo negando con el rostro compungido en fastidio. Porque prefiere estar solo con su familia a tener que soportar un estorbo a quien debe decirle padre―. Sería peor vivir en un ambiente así.

―Es por eso que JiMin no necesita una pareja a su lado, porque él no quiere darte a ti ese futuro ni mucho menos vivir lleno de infelicidad ―en ese instante no siente más que admiración por la familia que rodea a Aiden―. Tanto tu padre como tu tío, no necesitan encajar en el pensamiento de los demás solo por tener a alguien a su lado. Cuando su verdadero tesoro eres tú.

―¿De eso se trata el amor, TaeTae? ―indagó sintiendo un suave calor concentrarse en su pecho que lo hizo cerrar los ojos, murmurando con ternura por lo bonito que es estar allí, rodeado por la presencia de un buen alfa como el señor TaeHyung.

―En cierta parte lo es Lilie. Ustedes forman una manada, y tu padre y tus tíos quieren darte bienestar y tranquilidad, porque eres quien los mantiene unidos ―si JungKook estaba así de descompuesto, no puede imaginar cómo ha de estar JiMin al perder a su cachorro.

Lo que dijo logró adormecer a Aiden que finalmente encontró la verdad en el amor que siempre lo unirá con su familia y por más molesto que sea, no podrá evitar los malos comentarios que podrán hacerlo dudar, pero su pequeña manada va a estar para él.

Así como Aiden prometió en medio del silencio y un ritmo tranquilo en la caminata del alfa, dar todo de sí para hacer feliz a su papi.

―Eres un gran alfa, TaeTae ―confesó con el corazón lleno de alegría al reconocer que todavía hay buenas personas allá afuera y que justo él tuvo la fortuna de encontrarse con el alfa ese día.

―Y tu un gran cachorro Lilie ―devolvió con sus orbes rebosantes de cariño por el suave dulzor que se manifestó en el aroma del somnoliento cachorro.

Sus pasos adquirieron un poco más de fuerza al ver el inicio del parque central en donde detallo a más personas de las que recordaba haber dejado atrás en un principio.

―Cachorro ―agito con suavidad al pequeño que se quejó por ser molestado―. ¿No quieres decirle a tu padre cuánto lo amas? ―apenas terminó de decir, Aiden se enderezó y salió del refugio en el que estuvo durante todo el camino y movió su cabeza de un lado a otro para buscarlo―. Un poco más adelante, en el parque ―guio la mirada del cachorro hacia el omega que al verlos salió corriendo hacia ellos.

―Daid ―Aiden gritó en irlandés al ver a su padre tan desesperado y con el rostro rojo por el llanto. Al verlo así sus ojitos bicolor se llenaron de lágrimas por haberlo hecho sufrir por su ausencia.

―Ná téigh mar sin arís ―respondió JiMin abriendo sus brazos en el momento en que TaeHyung dejó ir el cuerpo de su cachorro para entregárselo. Sano y salvo envuelto en su agradable aroma a petricor.

El omega aferró el cuerpo de Aiden en un apretado abrazo y el pequeño se pegó a él con gran necesidad, escondiendo su rostro en la fuente directa del aroma a manzanas que comenzó a recuperar la dulzura que lo define al volver a ver a su pedacito de vida.

―Él está bien ―añadió Götz por la llorosa mirada del omega que parecía querer decirle más de lo que podía enunciar en ese momento.

―Se lo agradezco tanto, en verdad ―con voz ahogada JiMin como pudo le agradeció al sonriente alfa que se alejó unos pasos para darles la privacidad que necesitaban.

Inmediatamente su mirada encontró la esmeralda con un brillo particular que lo puso nervioso, agradeciendo silenciosamente antes de ir junto a NamJoon, que lo saludó de forma corta y se reunieron con el pequeño que como pudo los abrazo a ellos.

―Ahora se le suma a mi vida otro idioma que no entiendo. Cuando pensé que tenía suficiente con el alemán llega lo que quiere que sea ese ―HoSeok se quejó en voz baja al acercarse en compañía de YoonGi hacia el alfa que los miró con una bonita sonrisa de corazón.

―Es steht Ihnen frei, zu gehen, wann immer Sie möchten ―bromeó el beta que por más que lo intento terminó riendo por el suave grito del alfa con aroma a jengibre, que palmeó el brazo de TaeHyung para buscar apoyo.

―Tu amigo de la infancia quiere que me vaya, dile algo, por favor ―se apegó al brazo de el de cabello grisáceo que sólo negó para no involucrarse.

―¿Solo entiendes lo que te conviene? ―dijo Ratzinger mirando de forma acusadora al castaño que alzó los hombros en desconocimiento a su señalamiento.

―Si le vives diciendo a cada rato que se vaya como crees que no se va a aprender esa palabra ―expresó abriendo los ojos para remarcar lo que dijo y rieron por el fingido lloriqueo del Campbell.

Lo cual llamó la atención de la pequeña manada que comenzó a acercarse de nuevo, en silencio mientras ven la disputa entre ellos.

―Se supone que son mis amigos ―manifestó con reproche en su mirada al alejarse del beta que de nuevo sonrió con tanta gracia que cierto espectador admiro con el corazón acelerado a la distancia.

―Hör auf, dich zu beschweren, Kind ―añadió YoonGi con una ceja en alto que se ganó un resoplido por parte de HoSeok.

Instantes después, repararon en la presencia ajena, sobre todo Ratzinger que fijó su atención en el omega de bonitos cabellos anaranjados que lo miró brevemente y una ladeada sonrisa se escabullo en sus delgados labios al detallar el suave rubor expandiéndose por sus mejillas antes de mirar a su mejor amigo.

―TaeHyung, en verdad agradecemos lo que has hecho. No hay más que gratitud por haber encontrado a nuestro pequeño ―NamJoon tomó la vocería al enfrentar no solo a su jefe, sino a su vecino quien les devolvió la luz a sus vidas. Por lo que estiró su mano para ser tomada por la de piel canela que tras un suave apretón le respeto importancia a su acción.

―Tan solo tuve suerte de haberlo encontrado. Aiden también es importante para mí, así que estaba comprometido en hallarlo ―respondió con un guiño que le dirigió al pequeño cachorro que tras un suave grito se escondió en el cuello de su padre.

Provocando que todos rieron por la ternura de Aiden causada por el alfa que deslumbra a la mayoría de las personas.

―Por favor, permitamos invitarlo a cenar como una muestra de agradecimiento, TaeHyung ―solicitó JiMin un poco cohibido por la susceptibilidad de su lobo al prestarle atención a cierta persona de cabellos rojizos que lo ve con dureza.

Una que parece ser característica de él y que solo cambia cuando se dirige hacia Götz o HoSeok, a quien conoció cuando el alfa fue a su encuentro por pedido de JungKook para reunirse en ese parque a la espera del alfa. Que los llevaría a tomar una decisión que no quería, si lo veían llegar sin su cachorro.

―¿Por qué tienes hojas en tu cabello? ¿Te gusta abrazar árboles? ―Aiden sin poder contenerse interrumpió el momento mientras señalaba al castaño que en respuesta llevó sus manos hasta su cabello y encontró el motivo de su burla.

Cada uno de los presentes se miraron antes de romper en una contagiosa carcajada por la sorpresa dibujada en el rostro de HoSeok que fue ayudado por YoonGi tras un quejido de súplica le retiró las pequeñas hojas enredadas en su cabello.

―Sí, él es un poco raro ―reconoció el pelirrojo aun sonriendo y su mirada se desvió hacia la marrón que rápidamente dejó de verlo para centrarse en su cachorro.

―Oh que interesante ―dijo Aiden formando un círculo con sus pequeños y gruesos labios, asimilando lo que le dijeron uno de los dos desconocidos.

―En realidad estuve entre los arbustos del parque buscándote ―contestó HoSeok llevando sus despeinados cabellos a su sitio.

―¿Y por qué debía de estar ahí? Hubiera sido doloroso ―Aiden exageró con una fingida mueca de dolor.

―Cuando yo era pequeño lo hacía, así que era una posibilidad ―alzó sus hombros para justificar su acción.

―Sigue siendo algo extraño. Concuerdo con el señor que está a su lado ―expresó mirando a YoonGi que sonrió con total diversión, contagiando a los demás, debido a la situación hilarante en que la que HoSeok está enfrascado en una pequeña disputa con el cachorro que estuvieron buscando.

―Cachorro, por favor, más respeto ―JiMin le habló a su pequeño que al mirarlo perdió la pequeña sonrisa al comprender que se había dejado llevar por la simpatía que el hombre de cabello rojo le despertó.

Aunque HoSeok quiso intervenir para restarle importancia al llamado de atención, YoonGi lo detuvo con un movimiento de cabeza para que se mantuviera al tanto.

De la misma forma, en la que JungKook está ubicado unos pasos más atrás con la mirada intermitente de TaeHyung sobre él.

―Lo siento ―se disculpó Aiden mirando al sonriente alfa de cabello castaño―. Les agradezco que me hayan buscado así no los conozca.

―El señor de cabello rojo es YoonGi ―hablo TaeHyung―. Y el alfa que le gusta la naturaleza es HoSeok ―mencionó señalando con su mano, debido a la duda en la mirada de Aiden.

―Es un gusto ―mencionaron Campbell y Ratzinger al mismo tiempo y Aiden les devolvió la sonrisa.

―¿Ellos son importantes, TaeTae? ―cuestionó el pequeño.

―Si Lilie, ellos son parte de mi familia, de mi pequeña manada. Son buenas personas ―contestó Götz, mirando al retraído omega que sigue sus movimientos con excesiva atención.

Necesita saber qué le sucede, ya que desde el momento en el que llegó con Aiden, la única reacción de JungKook fue aferrarse al pequeño cuerpo que lloro refugiado en su cuello hasta que se calmó y retorno a los brazos de su padre, con quien el omega de aroma a avellanas compartió una incómoda mirada antes de alejarse para darles espacio.

Por lo que sospecha que algo sucedió, pero no está seguro de tener la ocasión de preguntar. Ya que para su desilusión el omega debe marcharse junto a su familia después de la agitación que los sumió en un estado de angustia por su cachorro.

―Si usted confía en ellos, yo también ―aseveró con fuerza moviendo sus rizos al asentir hacia los dos adultos que le sonrieron con ternura.

―Por favor, no descarte nuestra invitación TaeHyung ―recordó JiMin.

―Lo tendré presente ―añadió Götz con un suave asentimiento dedicado al omega mayor. Mas su mirada se desvió hacia la esmeralda que rápidamente rehuyó de su contacto y dio un paso hacia atrás por la timidez que reconoció en el aroma que su lobo captó con gran exactitud y que al parecer solamente él identificó.

―Yo se lo recordaré ―intervino NamJoon con una ceja en alto que le dedicó al alfa alemán que asintió en obediencia a sus palabras―. Y una vez más les doy las gracias a todos por ayudarnos a encontrar a Aiden ―agradeció dándole la mano a cada uno.

Para TaeHyung fue inevitable mirar a JungKook que ya lo estaba observando y con un sutil gesto le pidió quedarse. Aunque no sabe si fue lo suficientemente claro porque la voz de JiMin interrumpió la conexión entre ambos.

―Ya es momento de irnos antes de que se haga más tarde y además, porque hay ciertas cosas que hablar con este pequeño fugitivo. Por lo que me disculpo ―dijo con una sonrisa dedicada hacia cada uno de los presentes que correspondieron su gesto de despedida.

―Está bien. Nos vemos mañana ―TaeHyung le dio un pequeño golpecito a la nariz del cachorro que agito su mano con alegría.

―Resiste Aiden ―exclamó HoSeok con sus puños en alto para animar al pequeño que imitó su gesto.

YoonGi por más que quiso golpearlo se abstuvo de hacerlo, porque no quiere que Aiden vea ese comportamiento que podría llegar a imitar, así que solo suspiro resignado y dio media vuelta tras despedirse cortamente de Götz y dejar abandonado al alfa que llegó rápidamente a su lado.

―¿No vas a ir con nosotros Kook? ―cuestionó McCarthy un poco preocupado por el silencio del omega que curvó sus labios en incomodidad y por el retraimiento en el que estuvo sumergido durante esos minutos después de la llegada del alfa con Aiden en sus brazos.

Pero antes de volver a hablar para obtener una respuesta, la suave voz de TaeHyung los interrumpió.

―Yo puedo acompañarlo a casa ―sugirió, observando la ilusión florecer en la mirada de JungKook que sonrió en agradecimiento.

―¿Estás de acuerdo? ―le pregunto al menor que asintió con cierta efusividad que llenó su pecho de ternura ante la emoción que esa solicitud causó en él.

―Estaré bien Nam ―respondió JungKook luego de un suave carraspeo al darse cuenta que se quedó en absoluto silencio mientras ambos alfas esperaban una respuesta que causo una sonrisa en el alemán que le sonrió tan bonito que de nuevo su tonto lobo se agito contento en su interior.

―Nos vemos más tarde. Por favor, tengan cuidado ―NamJoon aceptó al reconocer la sinceridad en la mirada esmeralda.

Además, de la complicidad en el comportamiento de ambos, que se reservó para sí mismo al no emitir ningún comentario y se encaminó hacia JiMin que con desilusión en su mirada se resignó a caminar con su cachorro en brazos. Mañana será un nuevo día para enmendar la situación.

Una que JungKook agradeció por no enfrentar y así disfrutar un poco más de la atención de TaeHyung que lo tiene un poco confundido.

―Gracias por traer a Aiden de vuelta ―la sinceridad en sus orbes esmeralda atravesó al alfa que se movió contento en su pecho. Feliz por la tranquilidad de haber llevado al cachorro de nuevo con ellos.

De mantener la promesa que le hizo en un arrebato de borrar el dolor del deslumbrante omega que camina a su lado.

―Te prometí que iba a hacerlo ―susurró con cierta dureza que JungKook reconoció al recordar la forma en que TaeHyung le aseguro que iba a traer a Aiden de vuelta.

Ese calificativo que los vinculó y que aún tiene a su lobo encantado y chillando al confirmar que ese alfa, no es cualquier hombre.

―Gracias por salvarme, alfa ―prefirió desviarse hacia otro tópico para volver a entonar la palabra que se siente tan correcta de ser pronunciada y que tuvo que omitir frente a su familia.

También por la presencia de los amigos de TaeHyung porque, ahora, después de que la sensibilidad del llanto lo abandonó recordó lo vulnerable que se mostró frente a ellos y ante el recuerdo sus mejillas fueron inundadas por un suave tono rosa.

Una debilidad para Götz que con sus pasos marcó el trayecto para adentrarse al parque en medio del atardecer que poco a poco va dándole paso a la naciente noche. Así que creyó conveniente que JungKook disfrutara un poco más del panorama para que la aflicción abandone su suave aroma a avellanas que está envuelto en la melancolía de sus feromonas.

―¿Sucedió algo mientras me fui? ―cuestionó el alfa.

―No ―expresó al comprender lo que TaeHyung está pensando―. Tus amigos son muy agradables y sus discusiones me permitieron entretenerme mientras esperaba tu llegada.

―Ya viste que hasta HoSeok puede discutir hasta con un niño ―bromeó Götz, sintiendo como la presión en su pecho se aligero por la bonita risa del omega que no se privó de contemplar―. ¿Entonces algo más sucedió? ―le señaló al omega uno de los asientos del parque para que descansaran al menos por unos minutos.

JungKook sin dudarlo aceptó la sugerencia, riendo con el cansancio en su mirada. Debido a la tensión en la que estuvo inmerso, ahora que ya encontraron a Aiden, abandonó su cuerpo, dejando la extenuación a su paso.

―Tuve una pequeña discusión con JiMin y lo que menos quiero ahora es verlo. Pero tampoco puedo no ir a casa porque eso va a preocupar a Aiden y ya fueron demasiadas emociones por el día de hoy ―explicó, viendo el sol encapsulado en los orbes ajenos que lo miraron con un cierto encanto que volvió a alterar el ritmo normal de sus pulsaciones.

―Es prudente esperar a que el enojo disminuya, para poder hablar con un poco más de tranquilidad ―concordó TaeHyung. Deshaciendo la conexión entre sus miradas para ver el atardecer dibujado en el cielo y los altos árboles forman sombras a su alrededor en medio de la frescura del viento que mece sus cabellos de un lado para el otro.

Están simple y encantadoramente disfrutando de su compañía.

―Tratare de recordarlo en el momento en que quiera hablar ―dijo con una mueca de disgusto en su rostro que los hizo reír y volver a buscar la mirada ajena.

Manteniendo una distancia prudente entre los dos que se siente incorrecta después de haber sentido la calidez contraria en medio del abrazo que compartieron.

―¿Fue un día largo para ti? ―indagó el alfa al notar cierta emoción cruzar por los orbes esmeralda que alojó cierta preocupación en su pecho.

―Ya casi la casa de modas va a estar abierta al público así que fue desgastante todo lo que tuve que hacer y luego, terminé casi que atravesando medio West End ―explicó con total ironía que provocó una bonita sonrisa de corazón que acompañó con una más pequeña y cansada―. Y puedo ver que para ti ha sido igual.

―¿Por qué lo dices? ―preguntó él.

―Por la suave coloración bajo tus ojos que indica el poco descanso que has tenido ―señaló sus ojos con sus dedos y luego los dirigió hacia el rostro del alfa que asintió en respuesta.

―Ese cansancio se va a ir mañana, después de la inauguración de la nueva sede de la constructora ―espera que así sea, pero después de todo su estado no se debe al agotamiento físico de una movida semana.

Sino a la descompensación que sufrió su cuerpo frente al llamado del omega. Ambos acordando silenciosamente no hablar de lo que aún no están dispuestos a definir.

―NamJoon no ha parado de hablarnos de ese gran evento ―abrió sus ojos con cierta ironía, que de nuevo, exhibió dulces sonrisas en sus rostros.

―¿Y piensas ir? Digo, después de todo él como nuevo miembro puede llevar a su familia ―sugirió TaeHyung a la espera de una respuesta afirmativa.

―Tal vez no lo haga porque tengo mucho trabajo pendiente ―JungKook expresó, girando su cuerpo de medio lado para enfrentar el perfil del alfa. Apoyó su brazo por el respaldo de la madera de la silla y la palma de su mano acuno su mejilla, ladeó el rostro para mirarlo y adentrarse en la verdad que quiere aclarar.

―Me gustaría verte allí mañana, omega ―confesó él con su rostro bendecido por la caricia de la luz del sol cayendo sobre la mitad de su rostro y la respiración de JungKook se atascó en sus pulmones al reconocer la veracidad tras esa afirmación del alfa.

Al mismo tiempo, no puede ignorar la conexión que movilizó a su lobo en acudir al alfa. Los dos de nuevo, prefieren omitir un hecho revelador que puede suscitar un evento para el que aún no están preparados.

―¿Estás seguro, alfa? ―devolvió JungKook―. Aunque dudo que así sea.

―¿Qué te hace dudar de lo que digo? ―respondió con la misma complicidad que identificó en la mirada contraria.

―¿Cómo me notaras a mí entre todos los omegas que van a estar revoloteando a tu alrededor? ―provocó con una inocente mirada cargada de diversión.

De un momento a otro y sin esperar por una respuesta se puso de pie y TaeHyung no pudo hacer más que mirar al sonriente azabache que comenzó a alejarse para salir de las inmediaciones del parque. Y él como su admirador, imitó su acción para perseguir al omega que troto para alejarse de él.

―Así tenga que perseguirte de esta manera, mis ojos solo pueden seguir tu presencia, omega ―JungKook olvido algo y se dio cuenta muy tarde, porque TaeHyung es un descarado de primera y no tiene reparo alguno en expresar lo que siente o desea.

Las miradas de las demás personas se ubicaron sobre ellos, en consecuencia, O'Brien comenzó a disminuir sus pasos sin dejar de mirar al frente y por más que la timidez lo haya tomado de rehén, no le prestó atención al cuerpo que llegó a su lado.

O al menos puso toda su voluntad en mantener presente el reclamo que burbujea en su garganta por ser pronunciado.

―Voy a sentir tu presencia, incluso si no estamos en el mismo recinto ―TaeHyung completo su confesión y la mirada sorprendida del omega le confirmó lo que estaba pensando.

Los dos son conscientes de las palabras que ahora callan, pero que los invita a descubrir que hay más allá del velo que unió a sus lobos durante esa tarde.

―Eso es lo que me confunde ―respondió JungKook sin poder postergar más lo que quería decirle al alfa.

Por más que su lobo escondió su rostro entre sus patas, totalmente rendido a la presencia del fuego en el aroma del alfa y aunque su corazón clama eufórico los sentimientos que poco a poco despiertan, debe afrontar la realidad que no puede seguir ignorando.

―Puedes explicármelo, por favor ―pidió con confusión, arrugando su ceño en preocupación por la triste sonrisa que JungKook le otorgó.

―¿Prometes ser sincero, alfa? ―necesita saber que el único alfa por el que su lobo se ha vuelto tan omega, es diferente.

Necesita comprobar que la única persona a la que le permitió cruzar los límites que desde hace años mantiene, no es más que una ilusión que, de nuevo, busca engañarlo.

―Lo prometo ―respondió con firmeza y una profunda mirada que incentivo al azabache a continuar.

―Ahora sabemos que podemos sentir nuestra presencia ―comenzó pasando la espesa saliva que se acumuló en su boca. Una que lleva la esencia del alfa grabada en ella―. Y afirmas que solo me verás a mí sin importar a quienes tengas enfrente, pero si eso es así, entonces dame una razón creíble que justifique la lejanía que impusiste, alfa ―se armó de valentía para ver el desconcierto en la mirada de sol que rápidamente se convirtió en arrepentimiento y rogó por no haberlo visto.

Porque eso confirmó su teoría. TaeHyung estuvo evitándolo y su pura mirada fue la revelación que necesitaba.

―No es lo que parece, omega ―se excusó pero la mano en alto de O'Brien lo detuvo.

―No puedes mentir Tae, no a mí y no a lo que siento aquí ―indicó tocando su pecho para hacer alusión a su lobo y a sí mismo―. Porque tu presencia en estos dos días fue borrada por completo y hasta Aiden se preguntó en dónde estabas. Así que, por favor, explícame cómo puedes decirme eso con tanta sinceridad cuando te alejaste de mí. Te lo pido, TaeHyung, no juegues conmigo de esta forma.

―JungKook ―clamó el nombre del omega que lo mira con decepción―. Duda de lo que desees, pero de mis acciones y mis sentimientos nunca. Sé que tomé distancia, pero no es por la razón que asumes. No eres un juego para mí, omega.

―Eso es lo que más me confunde ―volvió a decir el azabache deteniéndose frente al alfa que dejó de caminar―. Que yo te creo, lo siento en mí y sé que eres sincero, pero luego esta lejanía me aturde y no soy tan fuerte como para no corresponder a las inseguridades que llevó grabadas en mí y que de alguna forma te enseñe.

Oh, por todo lo sagrado, TaeHyung sintió como su corazón se saltó un palpito cuando los orbes esmeralda se cristalizaron por el dolor de la confusión que está creando en medio de su indecisión que lo hizo callar, porque es lo que debe asumir de acuerdo a la elección que tomó.

Su cobardía lo llevó a huir en lugar de enfrentar al omega que está lastimando. En verdad no considero que su repentina ausencia iba a causar tantos estragos en la vida de quien debió alejarse desde un comienzo.

―Perdóname JungKook ―se disculpó―. Eres una persona tan pura y no considere que podría llegar a acercarse tanto a mi vida hasta el punto donde debo detenerte ―su voz se quebró y sus ojos ardieron por la desilusión que enrareció su aroma por la tristeza que embargó al menor.

Su corazón arde por tener que encarar la situación con un deseo que corroe su razón y lastima a su lobo que le pide detenerse. Pero no puede complacerlo, ni puede permitirse a sí mismo avanzar por una senda que su presencia puede condenar a la desdicha.

―¿Me estás alejando de tu vida? ―exclamó con incredulidad y su pecho fue cobijado por el frío del arrepentimiento en la mirada de sol. Su respiración se atascó en sus pulmones y la desorientación lo atacó al no reconocer a la persona que tiene delante.

Le cuesta creer que lo que aquello a lo que le tenía miedo, una vez que tocó su corazón se convirtió en el anhelo ferviente de una próxima realización que se incineró antes de que el fuego siquiera lograra encenderse.

―Debo hacerlo, omega ―murmuró TaeHyung conflictuado por la molestia de su irascible lobo que le pide confiar en JungKook.

Pero no es tan fácil hacerlo, y no por el omega, sino por el riesgo de que lo acepte en su vida. Su existencia misma lleva una condena que arrastra como un vestigio del pecado que en su mente fue sellado y que a donde quiera que vaya, tal como ahora está sucediendo, la desgracia lo persigue.

Y no está dispuesto a engañar a JungKook que desconoce el pasado que lo aterró durante su infancia.

―¿Qué te lo exige, TaeHyung? ―pronunciar su nombre se sintió tan amargo.

Pero ver el ruego en sus orbes, lo hizo apretar sus párpados por la punzada de desconcierto que recayó en la parte posterior de su cabeza. Mareándolo al reconocer la lucha interna que tiene al alfa de rehén y las palabras condenadas a no salir de su boca. JungKook empuño sus manos para no sucumbir al llanto y le rogó al cielo que miro brevemente que no le quite la ilusión que creyó verdadera después de tanto tiempo.

―¿No vas a decir nada? ―cuestionó O'Brien frente a la indecisión del alfa que guardó silencio después de boquear en pequeños e insulsos intentos que fracasaron porque nada llegó desde el ruego que está encapsulado en la mirada dorada que tembló por las lágrimas que retuvo.

Lo cual acrecentó su desesperación en la confirmación que palpitó en su corazón al ver que el de hebras grisáceas que se mueven por acción del suave viento que viaja entre ambos, no está dispuesto a liberar la verdad que comprende y es difícil de compartir, pero que al parecer también lo tiene cautivo a él que cayó en medio de una red de dulces hilos que finalmente le permitieron despertar.

A la misma vez, decidió no perseguir una causa perdida, y en contra del pedido de su lobo que le exige darle un poco más de tiempo a TaeHyung, se dio media vuelta para retomar su solitario camino y limpiarse la única lágrima que se permitió derramar.

Sin importar que sea el único alfa por el que estuvo dispuesto a hacer más de lo que nunca considero llegar a realizar, no va a permitir que transgredan su honor y el respeto que merece.

―¿Estás dispuesto a vivir una situación similar a la de hoy con Aiden? ―preguntó TaeHyung preso de la desesperación para detener los escasos pasos que dio el omega.

TaeHyung no cree soportar ver la realización de lo que siempre anhelo alejarse de su lado sin intentar darle razón a la oscuridad que contiene. Miró al cielo y le pidió perdón a su recuerdo pasado, quien prometió mantener esa condena sobre su vida.

Aunque todo terminé mal, necesita averiguar qué tan sólido es el vínculo que ambos comparten antes de poner a prueba la disposición de lo que deberán enfrentar en el futuro. Por primera vez en su vida está dispuesto a compartirle a alguien más la sentencia que lleva grabada en sus entrañas.

―¿A qué te refieres? ―indagó el menor sin atreverse a mirarlo, porque no va a ceder tan fácil y por la ansiedad de su lobo, observar esa afligida mirada de sol, tan solo lo terminará confundiendo antes de obtener una razón que sea creíble.

―Espero que no sea un descaro de mi parte decirlo ―TaeHyung tomó aire con cierta prisa a la vez que las palabras se dibujan con velocidad en sus pensamientos―. Pero ¿Qué tan fuerte es lo que sientes por mí como para soportar conocer una parte escabrosa de mi pasado?

JungKook abrió sus ojos y clavó su mirada en el suelo a la vez que sus manos empuñadas perdieron fuerza en el duro agarre que lastimo la piel de sus palmas, cuando el aire mismo le compartió la esencia que lo transportó hacia el alfa que está dispuesto a confesar el dolor que en su mirada dorada ha llegado a contemplar.

Si debe confesar lo que siente para recibir la verdad, no se contendrá frente a un deseo por el que va a luchar una última vez.

―Si sigo aquí dispuesto a escuchar tu razón significa algo ―expresó al cerrar los ojos y darle voz a las emociones que hasta ese momento no había condensado en una definición explícita dedicada hacia TaeHyung―. Si continuo a la espera de una respuesta es porque eres el primer alfa al que le permito llegar a mi vida y cruzar el límite que nunca antes había sido invadido.

Su verdad impactó con fuerza a Götz que sintió la desesperación abrazar su garganta por la dicha que contradictoriamente brotó de su pecho al confirmar la validación que él también siente.

JungKook O'Brien es el primer omega a quien le da apertura hacia los recovecos pesarosos que ha escondido por tanto tiempo y que hoy claman la presencia del azabache para hallar la redención.

―Así que, por favor, alfa, no me decepciones. Te lo pido ―pidió JungKook sin saber qué más hacer por el lloriqueo de su lobo que le ruega por concederle una oportunidad a el de cabellos de plata.

El alfa por contradictorio que fuera a través del pedido ajeno, encontró la liberación que lo baño del dulce bálsamo que estuvo anhelando a lo largo de su vida.

Por primera vez, va a luchar no solo por su familia, sino por él mismo.

―Si me aleje es porque siento que no puedo evitar querer verte ―explicó, respirando para mantener la calma y elegir bien sus palabras―. Porque me da miedo que te acerques a mi vida que está rodeada de una sombra que me persigue desde pequeño. No tengo claridad de lo que es, pero hace poco volvió no de la misma forma pero sí me llegó una advertencia y no quiero que eso te alcance, ni mucho menos a tu pequeña manada. Sería egoísta de mi parte querer que hagas parte de mi vida, cuando puedes estar en riesgo.

JungKook dejó salir un suave quejido porque esa verdad clavó pequeñas espinas en su ser por la verdad que calla. Por la sombra que él también posee en su vida y que aunque, juran haber dejado en el pasado, no pueden afirmar que nunca más vuelva de la misma forma en que TaeHyung le está explicando.

Sería hipócrita de su parte reclamarle a él no haberle contado antes, cuando él mismo aún no está dispuesto a ser sincero. Solo porque no quiere perderlo luego de que presencié su verdad. Pero esta es la aproximación para reconocer la valía de un alfa que está más allá de sus sentidos.

―¿Por qué entonces estás aquí? ―preguntó O'Brien, girándose con lentitud y de la impresión dio un pequeño paso hacia atrás al ver la cercanía del alfa que contra la melancolía que los envuelve le sonrió de forma tan linda. Provocando que riera a la vez que le permitió a TaeHyung sujetar su mano con tanta delicadeza que quiso volver a llorar.

Ambos con la necesidad a flor de piel de sentirse cerca. De sentir que no se están alejando.

―Porque por primera vez estoy siendo egoísta al desear obtener más de lo que debería. Pero no puedo hacerlo sin decirte que mi pasado esconde ciertos horrores que no puedo mencionarte, no ahora ―aclaró concentrado en dejar suaves caricias en la mano del omega que elevó su mano contraria y con sus dedos se aventuró a apoyarlos en su mentón para levantar su rostro.

―Esa es una decisión que me corresponde a mí ―expresó retrayendo su mano por la timidez traicionera que lo embargó, a la vez, su lobo le dio la seguridad de lo que está eligiendo.

De la misma forma en que lo impulsó a reencontrarse con TaeHyung, su lobo está seguro de confiar en la revelación contraria y si bien el temor logró filtrarse, lo reconoce como parte de él, porque no quiere pensar en volver a su cotidianidad sin la presencia del alfa merodeando su vida.

―¿Vas a arriesgarte por mí a una situación igual de angustiante como la que hoy viviste? ―cuestionó con duda y la mayor claridad posible para que el de orbes esmeralda comprenda que es mucho más que una exageración de su parte.

―¿Tu pasado volvió a amenazarte? ―indagó JungKook y los latidos disparados de su corazón solo le permiten enfocarse en la preocupación acerca de la posibilidad que tiene en peligro al alfa.

―No, en todos estos años la tranquilidad ha estado de mi lado, pero hace poco hubo una alerta me recordó que no debo confiarme y es por eso que asumí alejarme de tu vida para no añadirle un peso que no mereces cargar ―le dio un apretón a la delicada mano que enredó sus dedos entre los suyos, uniendo sus manos.

Un toque que asentó el temor en su interior y le permitió entregarse a ese breve momento.

―¿Vas a estar en ese futuro de la misma forma en que hoy llegaste? ―devolvió la cuestión que le regresó el brillo a su mirada esmeralda.

No puede negar que el miedo habita en lo profundo como una advertencia que él igual lleva consagrada en su vida. Pero así como TaeHyung está siendo egoísta, JungKook también puede serlo.

Agradece la confianza que Götz le está demostrando al conferirle una fracción que vincula el pasado tormentoso del alfa al presente que parece haber sido sacudido por la razón que lo llevó a imponer cierta distancia para protegerlo. Lo cual le confirma, la valía del alfa que llegó de forma intempestiva a su tranquila e ignorante realidad.

―Si confías en mí como lo hiciste hoy, llegaré a donde sea que estés ―afirmó TaeHyung, dando un paso más cerca del omega que lo miró con coquetería en su mirada.

El aura de pena que los rodeaba comenzó a llenarse de partículas cargadas de tensión y alivio por confirmar el deseo que tienen de seguirse conociendo.

―¿Eres consciente de lo que estás diciendo, alfa? ―su pulso se aceleró por la respuesta del lobo contrario que tinto sus orbes en un potente dorado que provocó que sus piernas hormiguearan por la implicación de la respuesta que lo dejó sin aliento.

―JungKook ―pasó saliva con nerviosismo y con su otra mano acuno la unión ya formada entre ambos. Cerró brevemente sus ojos por lo que ya no puede callar por más tiempo.

―TaeHyung ―respondió O'Brien en un susurro desesperado por la calma contraria que lo tiene ansioso.

―¿Me concedes el honor de cortejarte? ―creyó haber pensado con profunda lentitud la oración que salió disparada de su boca y esos grandes orbes esmeraldas mirándolo con tanta sorpresa, le hicieron creer que se había apresurado.

Ciertamente no espero el giro que los envolvió en la complicidad compartida en sus aromas.

―No tienes por qué responder ahora, es más si es demasiado pronto me disculpo, porque esta no es la mejor situación en la que estamos ―la tierna sonrisita del azabache le permitió respirar de nuevo, porque solo asumió que estaba incómodo, cuando JungKook está igual de nervioso que él.

Sus eclipsadas miradas refulgen en atracción y sus cómplices sonrisas comparten la euforia que están tocando con sus manos después de sentir que estaban sentenciados a vivir en soledad.

―Alfa, ya no puedes retractarte. Porque mi lobo y yo no podemos mirar a otra persona que no seas tú ―el descaro se combinó con el bochorno en sus mejillas rosadas y la sonrisa deslumbrante del alfa lo hizo sentir tan seguro que dejó atrás la advertencia que tiene plena convicción de poder enfrentar junto a TaeHyung en caso de que llegue.

Así como él se va a preparar para enseñarle parte de su naturaleza.

El de cabellos grisáceos sonrió de medio lado producto de la emoción que aceleró las pulsaciones de su corazón por la confesión que agito en gozo a su enérgico lobo.

―Es solo que no deseo que te sientas presionado ―aclaró él y afianzó el agarre que ejerce con sus manos sobre la contraria―. O que quede alguna duda de la razón por la que deseo y me permitas cortejarte, omega.

―¿Cuál es esa razón? ―indagó solamente para seguir escuchando a TaeHyung en una confesión que está adorando.

―Lo primero que quiero dejar en claro es que no lo hago motivado por la desesperación de que te alejes de mí ―aclaró la posible duda que puede concluirse a partir de su solicitud―. Tan solo se trata del deseo y la aspiración de seguir a tu lado a la vez que te enseño mi vida y quien soy.

―Es lo que más valoro de ti, alfa. Y así como tu solicitud, yo deseo que seas tu quien me corteje ―la dicha inundó su incontenible sonrisa por el agradecimiento dirigido hacia la vida que lo recompensó a lo largo del tiempo en el que espero por una persona, por un alfa que no fuera uno más de la sucesiva repetición que una vez tras otra tenía que sortear.

Hasta que el presente hacia el que perdió la ilusión, volvió a llegar hasta su vida en medio del petricor que ahora mismo lo rodea como un potente abrazo que busca extinguir sus dudas.

―Mein Mond ―nombró al bonito omega que huele a dicha y emoción. Su dulce aroma a caramelo se impuso sobre el de las avellanas y su alfa se agitó con brío en su interior por obtener lo que tanto codicio y hacia quien lo llevó en medio del llamado que los enlazó.

―Meine Sonne ―respondió JungKook, tirando de las manos ajenas para retomar la marcha, cuando no pudo ignorar por más tiempo la intensidad con la cual las personas los observan y ocultar el encogimiento que desvió su mirada hacia cualquier lugar menos hacia el galante rostro de su acompañante que afianzó la unión entre sus manos.

―¿Cómo es posible? ―TaeHyung no pudo dejar de sonreír por el gozo que sintió al escuchar el alemán ser pronunciado por el omega al que ahora está cortejando.

Por favor, nunca imaginó que este día terminaría así para él.

―Nada que un libro básico de alemán no resuelva ―aunque lo dijo con orgullo, se encogió entre sus hombros por la mirada intensa de sol sobre su rostro.

Uno que se negó a ver porque, por todo lo sagrado, le permitió a ese alfa cortejarlo y no puede con la dicha que lo tiene sonriendo durante el camino por el que avanzan con sus manos unidas a través del suave agarre entre sus dedos y una dulce amalgama creada por sus aromas secundarios.

Ninguno atreviéndose a deshacer el velo que los rodea en medio del silencio fue la excusa para procesar la divergencia desatada en su interior por la culminación de una situación que anticiparon con la finalización de un hecho que ni siquiera hacia comenzado.

Los dos exhibiendo con orgullo la vinculación que acaban de confirmar por medio de la complicidad de un contacto que los demás no pueden no observar. Dado el significado que representa para la sociedad ese acto implícito de relacionamiento.

Conforme, sus tranquilos pasos los acercan hacia sus hogares, TaeHyung repaso los sucesos de una agitada tarde y su corazón dolió, debido a la euforia que perdura en su sistema y que no le permitió reconocer el hecho de ver el esfuerzo que tal vez ignoró durante esos días y que el omega con ilusión preparó en medio de la búsqueda de un libro que le permitiera entender lo que le dijo días atrás.

―¿Tae, te sucede algo? ―cuestionó el azabache al advertir el sutil cambio en el aroma del alfa que se giró a mirarlo con la duda retratada en el ceño fruncido de sus cejas.

―Discúlpame, omega. Discúlpame por alejarme de la forma en que lo hice ―expresó él, alternando su mirada entre el precioso rostro de piel nívea y el trayecto que cada vez más se acorta.

―No comprendo... ―el omega balbuceo sin comprender la disculpa que llegó repentinamente.

―Mientras yo estaba ahogándome en mis dudas, tu estabas buscando un libro de alemán sin saber lo que yo estaba haciendo ―TaeHyung lamento su comportamiento y se reprochó a sí mismo su apresurado actuar.

Uno que es atípico en él, pero que exhibió al no saber cómo abordar los sentimientos que corresponden a la presencia del omega junto al que camina tomados de la mano.

―Ahora comprendo porque lo hiciste y es lo único que me importa ―dijo O'Brien, reconfortando al alfa a través del apretón que le dio a su mano para que lo mirara―. Me dolió la confusión que ocasionaste pero no te culpo porque tratabas de hacer lo que creías correcto y hoy después de todo llegaste ante mi ―es un hecho que aún no puede asimilar porque implica una conexión que nunca antes experimentó.

Por lo que, por ahora, va a enfocarse en lo inmediatamente importante y con el avance de los días se asegurará de hallarle una razón a lo vivido.

―Compensare mi error ―aseguró TaeHyung con un guiño que causó la alegría del omega que lo miro con adoración en sus orbes esmeralda―. Me asegurare de protegerte ―aclaró el alfa a escasos pasos de distancia de la casa del omega, aun con sus manos unidas, se detuvieron en la separación de ambos hogares que hoy, después de una distancia impuesta de más de dos días, los recibe en medio de la plétora de un deseo cristalizado.

―Y yo me asegurare de cuidarte, mein Mond ―esas dos palabras son tan dulces de pronunciar y si cada vez que lo haga TaeHyung va a sonreír de esa forma tan bonita que marca ese hoyuelo que busca en cada sonrisa de él, va a tratar de aprender más palabras en alemán, solo para el alfa.

―Sé que puede ser apresurado pero no quería seguirme conteniendo de no tratarte de la forma en que mereces. Y para mí el sentido objetivo, es comenzar con una solicitud para poder acercarme a ti, meine Sonne ―aclaro Götz, un poco ansioso en medio de la incredulidad al reconocer que tuvo la bendición y el atrevimiento de darle vida a su anhelo.

―Alfa, no lo consideró apresurado, porque reconozco que también lo deseaba ―confesó―. Hubiera sido aún más confuso para mí que me trataras de esa forma sin darme la seguridad de que no soy solo un intento de conquista.

―Es lo que menos eres JungKook ―interrumpió de forma tajante para no dejar ninguna duda detrás de su decisión―. Incluso si manifesté mi deseo de cortejarte, es porque quiero darle un nombre a nuestra conexión y a lo que sabemos y sentimos que nos guiará hacia lo que ambos queramos que suceda ―expresó con ardiente sinceridad y el omega sonrió dichoso por permitirle a TaeHyung cortejarlo.

Por más que querían capturar el tiempo para que no los obligará separarse, el arribo de la noche comenzó a presentarse y la desilusión en sus miradas fue la señal anunciada.

―Nos vemos mañana, alfa ―la pérdida del sol y la imposición de la noche es la señal para alejarse y vivir en la materialización de un deseo que le dio la seguridad de enfrentar los días venideros.

Porque se siente correcto que él haya llegado a su vida y que sea el alfa que le devolvió la ilusión del amor, después de negarse la posibilidad de hacerlo.

―Descansa, meine Sonne y gracias por sorprenderme tan gratamente ―TaeHyung atiborró sus pulmones de la dulce esencia del omega y antes de que se alejara, le dedicó una mirada cargada de solicitud que fue concedido tras un suave asentimiento y beso con dulzura el dorso de la mano del omega que cerró los ojos durante los segundos que duró el contacto.

Se grabó la respiración del alfa sobre su mano y Götz palpó la sensación de la blanquecina piel que dejó ir después de unos minutos.

JungKook caminó de espaldas hacia su hogar. Mirándolo con una deslumbrante sonrisa que le dio paz a su corazón y por un momento, creyó firmemente en la posibilidad de enfrentar su pasado por el impulso de fuerza renovada que JungKook le transmite.

Por su pasado y por el sacrificio que le permitió vivir, en su nombre y en su memoria luchará por la felicidad que creyó no merecer y que la confianza del omega le devolvió en esa mirada oliva que representa la esperanza.

―Gute Nacht, meine Sonne ―JungKook habló en alemán al recordar la última y escueta frase que se aprendió, y que espera haya sido entonada correctamente.

Oh, por favor, sus piernas quisieron correr en la dirección de TaeHyung por la deslumbrante sonrisa a causa de sus palabras y que lo hicieron merecedor de la oscura sonata de la risa que vibró en su pecho y que lo acompañó en el corto trayecto que para su desdicha marcó el final de un precioso día en el que finalmente retorno hacia el alfa por el que suspira.

Las frases están en irlandés: 1. Padre 2. No vuelvas a hacer eso.

Las frases están en alemán: 1. Eres libre de irte cuando quieras 2. Deja de quejarte, niño.

Autora:

Aiden esta sano y salvo 🥺 Además, comienza el cortejo de nuestro Taekook. Dios los amo mucho con demasiado 😍

Seguiremos teniendo grandes emociones por delante, porque nos estamos adentrando a la parte final de la primera herejía, aun falta un poquito, pero ya casi llega el momento...

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