Ⅹ: Florecimiento psíquico

El caos se desató en sus vidas de forma intempestiva, lanzándolos a la voraz desesperación ocasionada por la debilidad en sus brazos que en lugar de mantener su cuerpo a flote, parecía hundirlos en el vacío gélido y oscuro que quería devorarlos. Frente a la amenaza que de nuevo golpeó sus vidas.

En esta ocasión son sus pies los que recorren diversos caminos al sondear las posibilidades que poco a poco se van agotando. De la misma forma en que la cordura nubla sus pensamientos y enceguece sus miradas brillosas y anegadas en lágrimas. Producto de la ardiente abatimiento que tiene a sus lobos alterados mientras tratan de ubicar al motivo principal que desde hace diez años alumbró sus vidas. Aiden es la razón por la cual abandonaron su ciudad natal.

En contra de lo que en verdad deseaban y para proteger no solo a su pequeña luz, sino la integridad de su familia cuando la desgracia cruzó los muros de su realidad en medio de la sacudida que Irlanda enfrentaba en su período de estabilización posterior a la hambruna y el ascenso de sus familias, fue amenazado por una entidad que llegó hasta el vínculo que sus mentes mantienen y que por primera vez fue perpetrado. Seguido por una fuerza mayor que de forma inexplicable dedujeron que venían por ellos.

Como si los estuvieran rastreando.

La invasión a su espacio psíquico alteró las noches de descanso de JiMin y NamJoon, que conforman un enlace completo y quienes identificaron el peligro silencioso que agitaba a sus lobos y la persecución en la que se estaban adentrando. Por lo cual tomaron estrategias que reforzaron con la ayuda brindada por JungKook hasta que la situación fue insostenible. Con sus sueños deshechos pero con la fiel creencia en el amor, su altruismo los llevó hacia Inglaterra y llevaron con ellos a su fuente de vida.

Aiden se convirtió en su pequeño tesoro y sin su presencia el eje que los ata a la tierra se desvanece hasta empujarlos con dureza. Seccionando sus almas que sollozan bajo la inclemente desesperación de no tener una idea clara hacia dónde dirigirse para no perder el tiempo en medio de vueltas ciegas e infructuosas.

Lo que aumentó el calvario del omega mayor y padre del pequeño de rizos anaranjados que con cada minuto que pasa lejos de él, su lobo solloza y su pecho se contrae hasta quitarle por momentos la respiración. Si no fuera por la contención de su pequeña manada, su mente se hubiera disociado frente a un acontecimiento que no sabe cómo gestionar.

―Debemos detenernos y pensar en dónde más podría estar Aiden ―indicó NamJoon alterado pero consciente de que el avance que mantienen en medio de pasos agitados, en definitiva, los hará seguir perdiendo tiempo valioso.

Los tres se detuvieron en una de las calles cercanas a la academia de baile de JiMin. Rodeados por construcciones antiquísimas e imponentes que reflejan el poder económico y adquisitivo de las familias.

―¿Ellas no dijeron algo más? ―cuestionó JiMin un poco desesperado frente al menor que para su desgracia negó.

JungKook con sus mejillas sonrojadas por el esfuerzo y la exhibición de su lobo que está grabada en la fiereza del amenazador esmeralda que actúa como un mandato de imposición, que incluso, resultó incómodo para varios de los alfas a los que terminó empujando en medio de su búsqueda desesperada, sigue vibrando en su mirada. Llevó sus manos hacia sus oscuros cabellos para empujarlos fuera de su perlada frente por el sudor de estar corriendo por los alrededores en los que no captaron ningún atisbo de su pequeño lirio.

―No, solamente me dieron el aviso y salí corriendo para buscarlos ―contestó el menor después de regular la agitación que tiene atrapada en la garganta y que no le permite respirar lo suficiente.

Por más que trata de silenciar la naciente culpa que se está adjudicando, el brillo acusador en la mirada marrón de Kavanagh solo incrementa el desespero que siente. Incluso su lobo, que está totalmente presente y alerta, trata de tranquilizarlo, porque después de todo ellos confiaron en el cuidado de una fuente confiable de recomendación que en lugar de ser un beneficio, destruyó la tranquilidad que tanto les costó mantener.

―Pero debiste preguntar si tenían algún indicio Kook, alguna señal ―pronunció JiMin tomando un poco de distancia del omega que respondió instintivamente al engrosar su aroma a avellanas y sus feromonas amenazantes se hicieron notar. Al igual que el destello en los orbes esmeralda que le advirtieron de la mala elección de sus palabras.

Sabe que el menor no es responsable pero no puede evitar que la necesidad que desgarra su interior busque una forma de exteriorizar el veneno que corroe sus venas. Dirigiéndolo hacia la persona que es su contención y apoyo en la vida. Como el blanco perfecto que desata su absurdo comportamiento.

―Si ellas tuvieran una idea ¿Crees que me hubieran recibido entre lágrimas y excusas? Por favor, JiMin ―pidió JungKook tratando de controlar la ferocidad de su lobo que en ese momento le está enseñando los dientes al omega con aroma a desabridas manzanas que, incluso pican en su nariz por la incomodidad que le causa.

Sin importarle que sea su mayor, su hermano de corazón y su mejor amigo, su omega no hace distinciones al imponer su descontento que crece cuando es justamente una persona cercana a su círculo amado, quien transgrede el respeto para querer responsabilizarlo de una situación que no solo le compete a él.

NamJoon reconoció la advertencia de JungKook y el error de JiMin por lo que intercedió para disipar la tensión que solo los va a entorpecer.

―Así no vamos a conseguir nada. Lo mejor es volver al lugar donde debían cuidar a Aiden ―remarcó sus palabras y miró directamente a su par para que entendiera de quien es la responsabilidad real―. Y a partir de allí deberíamos separarnos para cubrir terreno, porque no creo que nuestro cachorro haya ido muy lejos en una zona que no conoce.

El azabache asintió para concentrarse en las indicaciones que se disponía a seguir hasta que JiMin volvió a intervenir.

Oh, diosa luna, dale la paciencia que ahora su mente no posee y tranquiliza a su lobo que está comenzando a alterarse más de lo debido por la ofensa.

―¿Crees que un enlace pueda funcionar? Podemos tratar de encontrar algún rastro de su pequeña mente ―sugirió el de cabellos rojizos, mirando al alfa. Solamente a él e ignorando deliberadamente al menor que prefirió alejarse unos pasos cuando entendió que él no era bien recibido.

Aborrece cuando JiMin cae en ese viejo hábito en el que empuja a un lado aquello que lo indispone e ilógicamente deposita su enojo en la figura más cercana y los ataca desde el punto que más le duele. Para JungKook es sentirse ignorado y dejado de lado como si su presencia estorbara.

Le duele el alma experimentar esa dosis de crueldad por parte de él. De su hermano de elección.

―No creo que funcione JiMin ―NamJoon dijo entre dientes rodeando con su mano el antebrazo ajeno en el momento en que el omega le dio la espalda al contrario y se ubicó frente a él para sugerirle una opción que no los va a beneficiar en lo absoluto.

Ya que Aiden debería estar dormido y lo que menos su cachorro hará, será quedarse dormido en un lugar que desconoce. Además, no considera la funesta forma de actuar de JiMin impulsado por su lobo caprichoso que trata de buscar un culpable.

―Podríamos intentarlo, enlazarnos para obtener... ―se detuvo frente a la fuerza que sintió en su brazo producto del agarre del alfa que abrió sus ojos para que se callara.

En ese instante, imitó su acción cuando olfateo el aire y se dio cuenta de la presencia de su lobo, en una forma no grata, casi como una amenaza, no dirigida hacia el menor que lo interpretó de forma errónea por la mirada cargada de furia que contenía JungKook.

No, la molestia de su omega nada tiene que ver con O'Brien, sino consigo mismo, su lobo está tratando de frenar sus acciones, pero después de todo es él quien comanda sus decisiones y en esta ocasión, cuando reparó en lo que estaba haciendo al salir de la bruma asfixiante en la que estaba atrapado, terminó hiriendo a su pequeño conejito, que ahora está lleno de resentimiento en sus orbes oliva.

Aunque quiso acercarse para tratar de disculparse el agarre de NamJoon lo detuvo a la vez que negó suavemente, sin mencionar el suave gruñido de advertencia de JungKook que desplazó su atención hacia el alfa que le entregó su comprensión en una dulce mirada.

―Es mejor que ustedes se vayan hacia esa zona y yo iré volveré hacia la casa de modas y de allí recorreré cada lugar al que fui con Aiden, aunque sé que hay cierta distancia, es una posibilidad ―explicó el azabache solo a McCarthy, porque de mirar a JiMin no va a poder contener la molestia de su lobo, además del dolor que está alojado en su pecho.

―Kook, no es necesario que nos separemos, podemos hacerlo todos y cubrir más terreno entre los tres ―NamJoon se adelantó unos pasos para cubrir con su cuerpo el del arrepentido omega que prefirió girarse para no ver la indiferencia de la mirada esmeralda que él se encargó de lastimar.

―Puede que sí, pero somos solo tres y pronto el atardecer va a comenzar así que es mejor que ustedes se vayan por su lado y así yo enmiendo mi error por mi parte ―lanzó una indirecta hacia la culpa que Kavanagh instantes atrás le lanzó y el mencionado cerró los ojos con fuerza por la dureza de su tono y la acusación de sus filosas palabras.

NamJoon quiso intervenir pero el ruego en el rostro de JungKook le hizo entender que solo busca una oportunidad para deshacerse del dolor y concentrarse en lo realmente importante. Encontrar a Aiden es la máxima prioridad.

―Está bien ―dijo con una tensa línea dibujada en sus labios sin despegar sus ojos del omega―. Pero Kook, ten cuidado, no te pongas en peligro ―pidió abriendo un poco los ojos para acentuar sus palabras, porque el carácter del omega en medio del estado que está puede acarrearle ciertos problemas debido a la irritación que le produce cada persona y lo intolerante que se vuelve frente a cualquier ofensa.

Por eso está tan irritable, y con justa causa, por el comportamiento de JiMin. Es inevitable para él como alfa de su pequeña manada preocuparse por cada uno de ellos y asumir la labor de mantener la calma cuando su corazón y su pecho se estruja en desespero frente a la ausencia de su sobrino. De su pequeño cachorro.

―Lo haré ―aseguró JungKook comprendiendo la solicitud en la mirada ámbar.

―Si alguno de nosotros lo encuentra o pasado más de dos horas no hemos podido encontrarlo, nos reuniremos en ese pequeño parque que está en medio del centro del comercio y nuestro hogar ―indicó NamJoon una zona media para reunirse y no estar andando en círculos.

Así que en verdad espera que el próximo encuentro Aiden vaya con ellos.

―Adiós ―JungKook se despidió con un suave asentimiento y se giró para marcharse del lugar con el corazón acongojado y el dolor instalado acaparando sus pensamientos.

Su lobo fue el que lo hizo reaccionar al recordarle su objetivo principal para que no siguiera nadando hacia las orillas de la aflicción que busca hacerse paso en su mente. Ignoró su enojo y el incipiente resentimiento causado por el omega mayor, y tras un hondo suspiro llevó su mirada al cielo para ver el astro que aún se mantiene en alto, marcando un recordatorio y un lapso de tiempo límite antes de ir hacia el lugar pactado en que descubrirán los siguientes pasos que deberán dar.

―Cálmate un poco ―murmuró, poniendo su mano en el pecho por el descontento que atacó a su lobo precipitadamente.

Indisponiéndolo ante cada paso que es seguido por otro más rápido y que entre más distancia gana, la angustia más se esparce, debido a la insistencia de su lobo en un mandato que no comprende.

JungKook está atravesado por la ambivalencia, sabe el trayecto que debe recorrer, pero sus más profundos deseos y la manifestación del anhelo de su instinto animal le dictan un camino distinto. Un sentido que de nuevo vibró en su corazón y un suspiro colmado de añoranza lo disperso momentáneamente hasta que un impulso lejano lo arrastró por acción de su lobo que solicitó su permiso para influir en su decisión y marcar un nuevo rumbo que dista del que originalmente pactó.

Las posibilidades abundan y carece de una guía plena que oriente su acción, por lo que confío en su omega y el empuje de sus pasos hacia el lugar que conforme se acercaba, sus latidos comenzaron a retumbar con mayor insistencia en su pecho.

El alfa de origen alemán suspiro con extremo cansancio y apoyó su cabeza en el respaldo de la silla que por más cómoda que fuera, después de estar allí fundido por más de tres horas entre planos que revisar, ajustar y corregir, su cuerpo extenuado clama por un merecido descanso o va a terminar fundido al cuero del sillón.

Por ello hace una hora atrás le pidió a GoEun que le informará al personal de ambas sedes de la constructora la hora adelantada de salida, que se retrasó para él y los líderes de área que aprovecharon para ponerse al día con algunos pendientes y comenzar otros más que no dan espera.

Jadeo harto e incómodo golpeando un par de veces la parte posterior de su cabeza contra la almohadilla del respaldo, porque su lobo está igual o más agotado que él debido a la presión a la que lo ha estado sometiendo durante esos escasos días que parecen pesar sobre sí mismo. Debido a la cadena con la que empezó a rodearse para mantenerse fijo en la determinación que le está costando mantener.

―Es lo que debo hacer ―se recordó, o más bien, le alegó a su protestante lobo que prefirió ignorarlo, dejándolo con una sarta de mentiras que ni a él lo convencen.

La álgida necesidad por verlo arde en su interior. Sus pulmones añoran la caricia de su aroma hasta atiborrarse del dulzor de las avellanas bañadas en la ambrosía del caramelo, sus ojos buscan desesperadamente un atisbo de su presencia, su piel quiere recuperar el hormigueo que quedó atrapado del sutil roce de esos rosados labios que con descaro le fueron dedicados.

Él, tan solo él. Está lleno de su presencia y ahora al enfrentar la lejanía autoimpuesta, no sólo es su alfa quien lo culpa y constantemente lo ataca por la decisión que por más que repita y se diga a sí mismo que es la mejor elección a futuro, de nuevo, su lobo se agita con enojo por la forma abrupta en que lo hizo. TaeHyung es consciente que la forma en que abordó la situación no fue la adecuada, sobre todo porque puede hacerse a una idea de lo que JungKook puede estar sintiendo.

Fue él quien continuó acercándose al encantador omega del cual hoy ya no hay rastro de su presencia. No más allá de los momentos que fisgonea a través de su ventana que da directamente hacia la casa contraria y ve las tenues llamas de las lámparas de mecha ser encendidas y antes de que alguna figura sea definida cuando alguien se acerca al lugar, da media vuelta y retorna a su soledad autoimpuesta.

Una que cree firmemente ser necesaria para no poner en peligro a JungKook y a su familia. Aunque no sabe con certeza lo que ahora está sucediendo en su vida ni hacia dónde dirigirse después de la extraña manifestación de él, no puede tomar el riesgo de inducir a más personas a su complicada vida.

Sería egoísta arriesgar el sacrificio pasado que le dio la oportunidad de vivir.

―Ya es hora Tae ―gritó su asistente desde el otro lado de la puerta, golpeándola con suavidad para alejarse a paso apurado, lo cual sacudió a Götz al alejarlo de la bruma que inundó sus pensamientos y el malestar de su lobo se clavó en su pecho con mayor desespero.

Su alfa se levantó con cierta urgencia que no comprendió por más que cuestionó lo que le estaba pasando, negó para concentrarse en ordenar los papeles y salir para obtener un merecido descanso. Ya que mañana, finalmente se llevará a cabo la inauguración del nuevo edificio adjunto de la constructora.

Por lo que no necesita mayores complicaciones que solo el hecho de ir a su hogar y elegir qué preparar para la cena.

―Pon de tu parte, lobo quejoso ―le habló a su consciencia animal que siguió en el mismo estado de ansiedad.

Si bien quería indagar, decidió hacerlo después cuando estuviera en casa, porque su cuerpo ya no resiste más. Así que apoyó sus manos sobre la superficie de madera y empujó la silla hacia atrás para ponerse de pie lentamente. Algunos de sus huesos sonaron con la posición en la que estaba y un suave mareo le nubló la vista unos segundos. Hasta que pudo enderezarse para tomar su maletín de cuero e introducir el documento con la planeación del evento que ya está listo.

Frente a un hecho que se coló en su consciencia. Sonrió ampliamente al recordar la llegada de sus padres que por ciertos inconvenientes en el trayecto van a llegar mañana. Justo a tiempo para presenciar el culmen de su arduo trabajo hasta hace unos años.

TaeHyung terminó de ordenar su escritorio, cerró su maletín y se encaminó hasta el perchero para tomar su abrigo marrón. Sin embargo, al estirar su mano para tomar la prenda, su visión se desenfocó, desestabilizándolo.

Se tambaleó y sus esfuerzos por abrir sus ojos para recuperar la claridad de su mirada fueron inútiles. Como pudo apoyó la mano sobre la pared para cercana para sostenerse y no caer. La debilidad lo atravesó y su lobo perturbado se estremeció, tratando de ayudarlo a recomponerse, aun cuando él estaba sufriendo el mismo zarandeo.

―¿Qué significa esto? ―murmuró en un jadeo.

Aun en la misma posición, aferrado con el brazo a la pared, le habló a su lobo. Quien fue el principal afectado de una sacudida desesperante y un sollozo desde la distancia parecía llamarlo. TaeHyung captó la vibración que sus sentidos desarrollados por la presencia de su alfa agudizó hasta canalizar un inmenso dolor y de sus labios emano un suave quejido a la vez que llevó su diestra hacia su pecho que contiene a su embravecido corazón que palpita con mayor fuerza.

El malestar que se asentó en su organismo con extrema rapidez, de esa misma forma intempestiva lo abandonó. Lentamente el malestar le dio tregua para volver a retomar su normal postura y su lobo emergió algo confundido por lo sucedido.

Su mirada dorada recuperó la claridad que le permitió respirar en calma y escaneo todo el lugar para tomar conciencia del lugar en el que está. Sin saber que más hacer, retomó lo que estaba haciendo anteriormente y sujeto su abrigo en medio de un estado de desconcierto que aún se mantiene vigente en su pecho.

Su pulso no ha mermado y el suave mareo persiste pero no lo suficiente como para impedirle caminar hasta que se acercó al espejo que tiene en la oficina y observó su rostro un poco descompuesto, producto del sorpresivo malestar que lo desestabilizó. Empero, su atención se centró en el fugaz brillo en uno de sus orbes que se encendió en dorado.

Pero lo que fue aún más desconcertante fue el hecho de que su lobo no es quien se está manifestando, porque sintió la extrañeza de su alfa acompañando la suya.

¿Esa señal es un rastro de aquello que arribó hasta él para llamarlo?

Antes de que pudiera definir la corazonada que lo asaltó, la puerta de su oficina fue tocada y abierta por YoonGi que inmediatamente reparó en su estado. Frente a la evidencia que exhibe su rostro un poco pálido.

―¿Qué te sucede? ―cuestionó ingresando a la habitación y cerró la puerta para acercarse al alfa que negó con una ladeada sonrisa para quitarle importancia.

TaeHyung en lo primero que pensó fue en la variación de sus orbes y miró fugazmente su reflejo y se dio cuenta que esa señal había desaparecido. Por lo que pudo respirar con más calma para tratar de esconder lo sucedido.

―Estoy bien Yoon, es solo que me levante muy rápido después de estar varias horas sentado y sentí que la vida se me iba en medio de un mareo ―aclaró con la mayor convicción que pudo reunir para que su amigo no sospechara.

No quiere que los pensamientos de Ratzinger se dirijan hacia donde no deben ir.

Está seguro que lo sucedido nada tiene que ver con su conexión con él. Porque esta necesidad llegó desde un cierto alguien que ni coincide con las vibraciones que hubiera reconocido si se tratara de la misma persona.

Por esa razón no quiere decirle nada al beta que lo evalúa con su mirada marrón enmarcada por su ceja en alto que refleja la duda mientras analiza sus palabras en contraste con su estado. Buscando alguna hendidura en la cual hurgar para hallar la verdad.

―¿Me vas a decir a mí que un alfa de tu rango sufre de la presión en el momento en que se levanta muy rápido? ―interrogó con cierta incredulidad que reflejo en su sonrisa ladeada, tan llena de ironía que fue una alerta para el alfa.

―Tengo clase y rango pero también soy un mundano más querido compañero. Perdóname por ser tan intransigente con mi salud e ignorar las pautas de descanso. Sin mencionar que no he comido nada desde el almuerzo ligero que tuvimos ―es sincero al remarcar la carencia de un buen almuerzo debido a la prisa que desde la mitad de la mañana lo lanzó a un sinfín de decisiones y correcciones que tomar.

Las cuales se acrecentaron al dar las indicaciones para que todos salieran temprano y así, la disposición mañana sea absoluta. Por lo que, el tiempo destinado para comer a medio día lo hizo moviéndose de aquí para allá y luego los papeles lo atraparon.

En verdad espera que esa excusa sea suficiente para el pelirrojo que continúa observando con una mezcla de preocupación e incredulidad. Sabe que su justificación no es del todo creíble.

―Ja que gracioso eres ―expresó YoonGi entrecerrando los ojos―. ¿Estás seguro que no tiene que ver con lo que te ha estado sucediendo? ―es inevitable para el mayor no estar alerta frente a cada variación del alfa de mirada perdida.

Ve el esfuerzo que TaeHyung está haciendo por fingir normalidad y hacer pasar su indisposición como un efecto de la mala alimentación que no es usual en ellos. Sin mencionar que no es la primera vez que lo hacen y en ninguna de esas ocasiones pasadas llegó a sentirse de esa forma.

―Te lo aseguro ―afirmó Götz.

―Podemos hablarlo con Hobi de camino a nuestros hogares ―volvió a insistir solo para ver hasta donde el de cabellos grisáceos va a soportar sin decirle lo que le acaba de suceder.

―Yoon, por favor ―pidió el alfa, un poco frustrado por la tenacidad de YoonGi y hasta exasperado por no saber cómo responder. Porque ni siquiera es consciente de lo que acaba de suceder―. Quiero que lo hablemos después con HoSeok, no ahora cuando estamos en medio de este evento ni mucho menos, cercanos a la fecha del encuentro con su pareja.

El beta dudo, su ceño se curvo debido al dilema que enfrenta y por más que quiere seguir presionando, no es correcto cargar a TaeHyung de una responsabilidad más entre las sucesivas que lleva sobre sus hombros.

―Es lo que haremos, entonces ―Ratzinger cedió, acercándose unos pasos más al alfa que trago con un poco de fuerza cuando su mirada marrón se suavizó al igual que su tenue aroma a algodón le brindó cierto consuelo a su alterado lobo―. ¿Pero puedes prometer que lo acaba de sucederte no está relacionado con esta nueva aparición? ―solicitó para tener un aliciente que por ahora le de calma, mientras la oportunidad perfecta llega para revelarle a Campbell la verdad.

―Fue un impulso que indispuso a mi lobo, una señal que llegó pero nada tiene que ver con él ―aclaró poniendo su mano sobre el hombro ajeno, en donde apretó un poquito para transmitirle al beta la seguridad de sus palabras y su intuición que no captó ninguna amenaza.

Lo sucedido se sintió como un llamado que no sabe cómo responder debido a la carencia de las señales inequívocas.

―¿Si fue un llamado a tu alfa, no se supone que el único en la jerarquía con la posibilidad de hacerlo sería un omega? ―indago YoonGi, un poco más tranquilo pero experimentando otra nueva preocupación que lo único que ocasionó es que sienta la impotencia apabullarlo, ya que no puede comprender lo que TaeHyung y HoSeok en varias ocasiones han experimentado.

Aunque nunca ha renegado de su casta, en estas ocasiones, quisiera sumergirse en las sensaciones que ellos captan y que por más que le describan, él no alcanza a dimensionar lo sucedido más allá de hacer uso de la información que ha aprendido y que le permite establecer hipótesis con base a esas referencias.

Es un estigma que maldice en aquellas instancias en las cuales no puede aplicar más que su inteligencia para ayudarlos a ellos.

―En teoría sí ―respondió el menor, volviendo a dejar un apretón cargado de fuerza para aquietar la desilusión que cruzó fugazmente la mirada del pelirrojo.

―Pero los omegas cercanos y con quienes tienes un vínculo están bien. Y no debe ser tu madre, porque, primero aún no está en Inglaterra y si así fuera lo hubieras reconocido ―YoonGi concluyó alejándose del cálido tacto y los dos se encaminaron hacia la salida de la oficina.

TaeHyung se giró una última vez para comprobar que todo estuviera en su sitio, y al ver que tenía consigo todas sus pertenencias, invitó a su acompañante a salir primero.

―Pero si ese fuera el caso tampoco sé qué sucedió, ni mucho menos mi lobo. Porque está claro que no era mi madre ―ambos rieron por la poca información que disponen y sobre todo, por la incapacidad de su alfa por comprender lo sucedido.

Uno que se quejó por la burla que claramente comprendió.

―Pero ni tu lobo ni tú poseen otro vínculo más ―murmuró Ratzinger tratando de hallar una razón. Al enfrentar la mirada de sol, TaeHyung alzó los hombros sin tener idea alguna sobre el planteamiento del incansable beta alemán que no deja pasar nada por alto.

Sin embargo, YoonGi balbuceo cuando la animada voz de HoSeok se pronunció en el lugar, buscándolos, así que lo que quiso decir murió en su garganta y Götz rio con energía por la mueca que surcó el rostro de piel blanquecina cuando el cuerpo del alfa con aroma a jengibre y una esencia más que no supo reconocer, se pegó a la espalda del pelirrojo que gruño por el beso que el recién llegado plantó en su mejilla.

―Tan pegajoso como siempre ―pronuncio con fingida acidez, manteniendo su avance con el cuerpo ajeno aun pegado a él.

―Tan gruñón como siempre ―respondió Campbell, rodeando con su brazo los hombros del beta que como es usual pelea por las demostraciones afectivas, pero se deja hacer después de alegar.

―Eso sí es cierto ―contestó TaeHyung unos pasos más adelante, mientras camina de espaldas al pasillo que está grabado en su memoria. Tanto así que se giró en el momento en que la curva final llegó y le permitió perder la presencia de sus dos amigos que apuraron sus pasos para seguirlos.

Continuó avanzando y sus amigos entre sonrisas lo siguieron hasta que llegaron al recibidor del tercer piso, y que él rápidamente comenzó a bajar con una carcajada enredada en sus labios de corazón. Olvidando la perturbación anterior que le permitió disfrutar de su compañía.

―No creas que tú te vas a salvar, alfa ―grito HoSeok al dejar ir el cuerpo del beta que agradeció esa oportunidad para bajar en calma los escalones, viendo como dos pequeños alfas se persiguen a lo largo y ancho de los dos niveles restantes.

―Ich werde auf dich warten ―TaeHyung contestó con voz agitada y solo pudo reír cuando el quejido del castaño resonó por todo el lugar. Incluso, asustó a GoEun que les pidió que se detuvieran.

―Haces uso de tu idioma cuando te conviene ―alego HoSeok sin poder creer la osadía del menor que llegó al primer nivel antes que él. Otra falta de respeto más que le deja pasar a ese alfa de bonita sonrisa y encantadora mirada.

Pero ellos continuaron persiguiéndose por las escaleras y gritando sin detenerse. Ni siquiera cuando el alfa menor llegó a la recepción las exclamaciones de Campbell se detuvieron.

―Du bist ziemlich langsam ―TaeHyung volvió a hablar en alemán y su gran carcajada se escuchó por toda la recepción principal por la frustración de HoSeok.

―No sé qué dijiste, pero siento que me estás insultando ―exclamó con voz agitada al llegar al primer nivel y ver al alfa traidor apoyado con suma tranquilidad en el escritorio de la sonriente beta que hace todo su esfuerzo por no reírse.

Aunque ni ella ni él saben lo que Götz está diciendo.

―En eso si no te equivocas ―aclaró YoonGi con una mirada cargada de diversión al pasar de largo a sus acompañantes que lo siguieron en medio de quejas y sonrisas que no se detuvieron a lo largo del camino que mantuvieron.

Los cuatro salieron de la constructora agradecidos por disfrutar de la calidez del sol acompañado del suave viento que le da frescura a la tarde. Transitaron a paso calmo y tranquilo, casi con pereza debido al cansancio que esperan reparar durante la noche, ya que el día que les espera será sumamente agitado. Luego de varios minutos, GoEun se despidió para ir por su hijo y terminar el día junto a él.

El trío dinámico continuó avanzando y alargaron un poco más el camino para no separarse aún. Una tranquila conversación que iba de un tema a otro fue el epicentro de la atención de TaeHyung hasta que se adentraron al camino tan conocido para él y que ha recorrido en medio de la compañía de un precioso omega a quien no ha visto desde hace más de dos días. A causa de la tajante decisión que está empeñado en hacer cumplir.

Sin embargo, grande es su osadía al tratar de maniobrar el destino que lo posee a él y a cada persona.

Lo que marcó el desvanecimiento de su sonrisa cuando volvió a sentir la agitación estallar en su pecho y su lobo despertó totalmente alterado al captar el llamado que esta vez sí logro reconocer, o al menos es lo que cree porque comenzó a arañar su interior en enojo cuando siguió de largo. TaeHyung no comprende a dónde debe ir, porque su alfa no se está comunicando, tan solo está demandando su acción.

No es capaz de concentrarse entre los diversos estímulos que lo atacan y la conversación que trata de mantener con sus amigos. Una de la cual ya perdió el hilo como la tranquilidad que se convirtió en angustia.

Su lobo está inundado de inquietud que parece crecer conforme un sollozo casi que imperceptible lo sigue alterando.

―¿Alfa, nos estás escuchando? ―preguntó HoSeok con una divertida sonrisa al dejar de escuchar la voz de TaeHyung. Solo que al adelantarse un paso para mirar directamente al menor, su rostro inundado en preocupación fue lo que YoonGi y él vieron.

Los dos se miraron cuando la alterada mirada de sol brilló en dorado frente a la manifestación de su lobo. Una señal que los alertó a ambos, no por sentir la amenaza que el alfa nunca les ha dirigido, sino porque el lobo de TaeHyung no suele imponerse de esa forma.

Mucho menos a través de la potente plétora del aroma que hasta el pelirrojo sintió con tanta fuerza.

―¿Tae, estás bien? ―YoonGi hablo con un poco más de fuerza para despertar o reconducir a TaeHyung a su conciencia que parece estar tomada por lo que su lobo le está transmitiendo.

El nombrado parpadeo con fuerza y al abrir sus ojos el haz de luz dorada desapareció, pero el ahogo en su pecho se instauró, como si esa fuerza que llegó hasta su lobo estuviera escarbando en él para que fuera a su encuentro. Uno al que no cedió porque no sabe lo que le está sucediendo.

―Yo... ―farfulló con gran dificultad por la tensión alojada en sus cuerdas vocales, producto de la voz de su lobo que engroso el barítono que lo caracteriza.

Es la necesidad de su alfa que le pide actuar.

¿Pero hacia dónde debe ir cuando ni su lobo le da claridad sobre el camino que debe tomar?

―¿De nuevo te estás sintiendo mal? ―cuestionó YoonGi luego de que todos se detuvieran para acercarse a la entrada de una librería poco visitada en el momento y así evitar molestar a la marea de personas que transitan las calles.

―¿Cómo que de nuevo? ―preguntó HoSeok un poco perdido pero ninguno de sus dos amigos parecía dispuesto a responder. Porque esa no es la urgencia del momento.

―De nuevo es mi lobo, esta vez necesita que yo lo siga ―TaeHyung respondió con lentitud. Su mirada esquivó ambos pares de ojos que comprendieron sus palabras.

Su saliva al tragarla se sintió dulce. Oh jodida vida la cual alumbró su pensamiento cuando cierta mirada esmeralda se impuso en su memoria y el aullido de su lobo le confirmó.

―¿Te está pidiendo ir a algún lugar? ―HoSeok logro comprender lo que YoonGi mencionó y aunque tiene varias dudas más entorno a lo que ha estado pasando y de lo cual, muy probablemente no se ha enterado, prefirió hacerlo a un lado y por el momento enfocarse en la aflicción que inunda los orbes de TaeHyung.

―Sí, pero no sé cómo hacerlo o bueno no es claro lo que siento ―murmuró, respirando con pesadez y tuvo que aflojar un poco el listón que rodea su cuello. Elevo su mirada más allá de las figuras de sus amigos, tratando de hallar un punto por el cual comenzar la búsqueda infructuosa que palpita en su pecho.

―Tal vez, se debe a que el lazo que te está llamando aun no es muy sólido y tu lobo como puede, trata de responder ―señaló Campbell al comprender lo que su mejor amigo está experimentando y que a él le ha sucedido con su actual pareja.

YoonGi se mantiene en silencio asimilando la información que HoSeok compartió y que al girarse a mirarlo, tuvo la leve sospecha de que el alfa ha vivido una situación similar, porque en sus orbes marrón vio la nostalgia y la alegría convivir.

―¿Y si tratas de conectar con tu lobo de la misma forma en la que él te despierta cuando las conexiones son demasiado fuertes? ―Ratzinger sugirió en una cuestión la única idea que en ese instante puede idear a partir de lo compartido con el castaño.

Una sugerencia que causó una grata reacción en TaeHyung al abrir sus ojos en demasía por la aceptación que le llegó de su lobo. La habilidad alojada en su mente se desplegó con absoluta rapidez hacia su conciencia animal, reforzando sus sentidos y comenzó a percibir el lejano llamado que desplegó una suave corriente eléctrica por todo su cuerpo, sacudiéndolo en medio de la añoranza que su lobo le compartió a través de una súplica que al menos, Götz aun no termina de identificar.

YoonGi y HoSeok comprendieron lo que está sucediendo, cuando la mirada dorada se alternó entre sus rostros. Ambos sintieron la necesidad de girarse para tratar de formar una barrera entre el cuerpo del alfa y las posibles personas indiscretas que para su suerte están lo suficientemente apuradas como para reparar en lo que están haciendo.

―Por eso eres mi beta favorito ―susurró HoSeok con una dulce sonrisa que YoonGi correspondió al rodar los ojos para ocultar la timidez que el castaño sabe provocarle.

―Y se supone que el alfa eres tú ―molesto el pelirrojo.

―Darum geht es also ―habló TaeHyung, deteniendo la conversación de los dos espectadores que lo miraron con inquisitiva fuerza en sus miradas buscando una aclaración.

―Digamos que entiendo ―comentó el alfa, haciéndolos reír brevemente antes de que Götz volviera a hablar.

―Si quieren pueden irse, a partir de aquí ya sé lo que debo hacer ―llevó sus manos a los hombros de sus compañeros y con una bonita sonrisa, pretendió alejarse hasta que sus voces lo hicieron detenerse antes de que diera un solo paso.

―Aunque no tenga idea de lo que está sucediendo, mi querido alfa alemán no voy a dejarte solo ―expresó HoSeok derritiendo aún más a TaeHyung que ama demasiado la expresividad del alfa mayor que llegó a su vida para irradiar alegría y orientar su camino a partir de la singularidad que él también posee.

―Después de todo fue mi idea, así que andando, mocoso ―YoonGi afirmó y lo miró con una expresión interrogante al pedirle una señal de hacia dónde moverse.

Götz de nuevo, volvió a encontrar su polo a tierra en la presencia de sus dos hermanos de corazón que siempre custodian sus pasos. Los cuales fueron dirigidos hacia la dirección que ya habían pasado hace unos minutos y que sin cuestionar siguieron para no entorpecer la conexión potenciada que mantiene con su lobo.

En la mayor brevedad posible, TaeHyung los dirigió a través de un sector que conocen por visitas esporádicas, pero que al parecer para el peligris es mucho más que un insulso camino más. Porque conforme seguían sus alargados y contundentes pasos, el petricor de su aroma se aplaco y el aura imponente de su lobo se calmó.

Esto como una señal de la conciliación entre su lobo y él, que finalmente descifró el entramado que sigue ardiendo en su pecho. Y que inesperadamente comenzó a palpitar con mayor fuerza, sus entrañas vibraron y un dulce aroma se inmiscuyo en su olfato. A la vez que el miedo se desató por la anunciada presencia que no sabe cómo enfrentar.

Aun así, con el temor y la contradicción albergadas en sus pensamientos, giró una última vez a la izquierda y se detuvo abruptamente, consiguiendo que HoSeok y YoonGi hicieran lo mismo, mirándolo con cierta confusión que él mismo siente, ya que hasta ahí llegó la señal que dirigía a su lobo.

―¿Qué sucede? ―indagó HoSeok por el escaneo de TaeHyung que va de una dirección a otra. Su desesperada mirada se mantiene por todo el lugar, atento al atisbo que conoce.

Se detuvieron en una gran calle comercial que da apertura unos metros más adelante al parque principal ubicado en el centro de West End.

―Hasta aquí... ―TaeHyung abruptamente dejó de hablar y sus pasos se reanudaron con extrema lentitud cuando sus orbes encontraron el enlace oliva que tanto estuvo anhelando.

El llamado sórdido le dio tregua a su lobo y por tanto a él que pudo contemplar la realización de un deseo metamorfizado en la etérea presencia del omega que sintió a su lobo chillar al ver al alfa que logró traspasar la coraza con la cual se enfrenta a la sociedad.

Alfa y omega, se encontraron después del llamado al cual acudieron. TaeHyung y JungKook sonrieron por la alegría que los atravesó y el suspiro de alivio que compartieron antes de reanudar sus pasos para deshacer los escasos metros que los separan.

―¿A dónde vas? ―volvió a decir el alfa que se volteó con el rostro inundado en confusión cuando la firme mano de Ratzinger se aferró a su brazo para detenerlo.

―Eres alfa y tonto después de todo ―YoonGi chasqueo los labios mientras negaba en desaprobación con una irritante sonrisa bajo la mirada de HoSeok.

―No estoy para entender tus insultos ahora mismo ―dijo con un suave puchero en sus labios y la molestia en su ceño fruncido.

―La persona hacia la cual va Tae debe ser quien lo estuvo llamando ―habló con extrema lentitud y vio como los orbes contrarios se abrieron al asimilar lo que dijo.

―¿Cómo es eso siquiera posible? ―contestó sin poder dejar de ver el avance de su amigo hacia el bonito omega que lo deslumbró. Así que esa es la persona de la cual Götz les habló hace unos días.

El omega llamó al alfa para que acudiera a él.

Para TaeHyung todo estímulo exterior dejó de ser visible, las personas se convirtieron en humo, las casas comerciales y los pequeños edificios se desvanecieron al perder su forma. El sonido en sus oídos fue acaparado por la agitada respiración de JungKook que puede escuchar como parte de él. Su lobo se removió con extrema alegría cuando vio los orbes del omega iluminarse en esmeralda, de la misma forma en que los suyos brillaron correspondiendo al llamado.

Sus lobos se saludaron y la calma en su interior se desató como una potente avalancha que los hizo sonreír por volver a verse. Dos días fue el tiempo máximo que pasaron sin la presencia ajena, después de haber vivido toda una vida sin cruzarse en sus caminos, ya no es concebible para ellos continuar sin ver al otro.

―Omega ―pronunció TaeHyung y como reflejo, extendió sus brazos para recibir el delicado y torneado cuerpo del azabache que no dudo en fundirse en su pecho.

JungKook aferró sus manos a la espalda ancha del alfa al que extraño más allá de la comprensión que le impide darle sentido a la añoranza que se anidó en su pecho y ahora al respirar el petricor envuelto en el tizón del fuego, se relajó. Se permitió ser tan omega y lloriquear por la fuerza con la cual TaeHyung lo está abrazando.

Sus fuertes brazos envolviéndolo contra su cálido cuerpo, deshizo las dudas sembradas en su mente y el decaimiento que tuvo que esconder, lo abandonó al estar contenido y refugiado en la presencia de Götz. Su lobo ronroneó a gusto por las suaves caricias de la mano de TaeHyung que se apoyó en la parte posterior de su cuello rodeado por un suave listón de seda, y sus dedos se enredaron en su cabello para tranquilizarlo cuando un indiscreto sollozo salió de sus labios.

―Alfa ―su voz se escuchó entrecortada por el llanto que retiene y porque su rostro está apoyado contra el hombro ajeno. En donde la presencia del aroma que evoca no solo el recuerdo de su hogar natal, sino que ahora, esta enlazado a la presencia de TaeHyung.

Ambos alargando el encuentro en el que solo habitan ellos dos. Es la primera vez que materializan la atracción que sienten en un abrazo que poco a poco barre la tensión que habita en sus cuerpos. Su tacto recién reconoce el cosquilleo de la piel ajena que aun sobre la ropa, sus manos palpan. Cerraron los ojos para sumergirse en la corriente que bajó por sus columnas, atravesándolos y despertando las emociones que se arremolinaron en sus pechos y en el vientre del omega que se dejó ir en la seguridad que el alfa le causa.

Su lobo igual de complacido por ver a quien llamó sin darse cuenta. JungKook no pensó que el desespero que lo movilizó hacia ese camino al que su omega le pidió dirigirse, lo iba a terminar llevando hacia TaeHyung.

El alfa que se alejó de él y en contra del orgullo de su lobo, fue su parte animal el que conectó con el otro extremo del vínculo que siente recorrerlo completamente. Su cuerpo se debilitó al ser contenido por el divino ser de cabellos grisáceos y la inquietud que se aglomero en su pecho hallo un placido refugio en la curvatura de su cuello, donde un suave hormigueo se arremolino en su nariz por el placer de sentir su esencia colmarlo.

―¿Qué sucede, omega? ―cuestionó TaeHyung, no pudiendo esperar más para obtener una respuesta del alterado estado de JungKook que huele a tristeza y añoranza.

Trago saliva con fuerza al separarse un poco del omega para ver sus preciosos orbes esmeralda abnegados en lágrimas y un poco rojizos por el llanto que sin darle tregua se deslizó por su inmaculada piel nívea luego de un suave hipido que le hizo doler el corazón debido al tormento que volvió a embargarlo. Por lo que, tímidamente estiro su mano para robar esa pequeña gota cristalina y sin poder contenerse, deslizo su pulgar en una suave caricia a través del recorrido de que dejo sobre la tersa piel que robo un hondo suspiro. Sus miradas en ningún momento dejaron de observarse y el omega que quejo bajito cuando el tacto fue retirado de su mejilla.

JungKook por más que quería llorar contra el pecho de TaeHyung, cerró los ojos para concentrarme en lo que ahora es más importante y con cierta renuencia que curvó su ceño en molestia, dio un paso hacia atrás para despertar del letargo hechizante que causa en su cuerpo el aroma del alfa.

Quien no dejó de tocarlo, al afirmar sus manos alrededor de sus antebrazos para mantenerlo cerca. Como si supiera que de soltarlo, su debilidad lo atacaría hasta hacerlo caer. Aferrándose a esa conexión, O'Brien exhalo el desconsuelo que carga y abrió lentamente sus ojos para ver el sol retratado en los orbes que tanto codicio volver a ver.

―¿Te pasó algo? ―TaeHyung volvió a decir con la angustia apabullando su pecho frente al silencio o la dificultad de JungKook para hablar. Lo que irremediablemente lo llevó a imaginar escenarios catastróficos por la perturbación del rostro del bonito omega.

―No ―su voz se cortó por la dificultad a la que se sometió durante la acelerada marcha que ha estado manteniendo durante la última hora. Además, su lobo sintió la preocupación del alfa y lo impulsó a intervenir para calmarlo―. Es Aiden ―revelar ese hecho volvió a ahogarlo por el suplicio de no saber en donde pueda estar su cachorro.

―¿Qué le pasó a Aiden? ―debido a las cortas respuestas, TaeHyung optó por ayudarlo a hablar mediante pequeñas preguntas. A la vez que lucha por mantener la calma porque esa sola mención envió un frío ramalazo de temor por su cuerpo al darle definición a la alteración que JungKook exhibe.

El toque en sus antebrazos, lo sacó de la nebulosa en la que se sumerge por breves instantes al tratar de conectar con su pequeño a través de la conexión con su instinto que ahora parece ser dominado por el alfa que sin exponerse, logró aplacar su sobreestimulación.

La manifestación imperante de su lobo que ardía sobre su piel y en la exhibición de sus instintos, se replegaron de vuelta a su interior, porque ahora está el alfa para contenerlo.

―Hoy debía ir por él al lugar donde lo estaban cuidando, porque ninguno de nosotros podía estar con Aiden ―explicó girando sus manos para sujetar los antebrazos ajenos. Ambos manteniendo esa cálida unión, que le dio la fuerza necesaria para continuar―. Y tras la recomendación de una cuidadora, confiamos y lo dejamos a su cuidado. Pero en el momento en que llegué por mi cachorro ya no estaba, me dijeron que se escapó o se perdió porque no podían encontrarlo ―su voz perdió la fuerza y un sollozo lo hizo cerrar los ojos por el padecimiento que no le ha dado tregua.

Se dejó hacer en el momento en que TaeHyung deshizo el agarre de sus brazos y volvió a abrazarlo para darle fluidez a su llanto para ser contenido en la curvatura del cuello ajeno en el que encontró el éxtasis del fuego rodearlo y las suaves caricias envolventes ser dejadas sobre su espalda. El alfa desplegó su presencia solo para el omega, para contener la tristeza que lo embarga al pensar en donde pueda estar su Lilie. Ese pequeño de mejillas gorditas y adorables rizos anaranjados que con sus sonrisas inocentes logran iluminar cada momento en el que esté presente.

Y ahora, tras su ausencia no hay más que pena y desdicha.

―¿Imagino que ya has ido a cada lugar cercano a esta zona en la que él pueda estar? ―por más que quiera seguir abrazándolo y tomar su dolor como propio, debe centrarse en la urgencia de encontrar a Aiden.

―Sí ―respondió JungKook, saliendo de su nuevo refugio favorito, lo cual impulsó un suave sonrojo en sus mejillas cuando su lobo se movió contento por sus pensamientos―. NamJoon y JiMin también están buscándolo en el área cercana a nuestra casa y yo me quedo sin opciones porque ya he recorrido todo lo que Aiden podría conocer ―terminó por alejarse del alfa para limpiar su rostro, no demasiado, pero sí impuso una corta distancia para poder idear otras alternativas que se le hayan pasado en medio de su acelerada corrida de un lugar a otro.

―Mis amigos y yo podemos ayudarte a cubrir algunos lugares más antes de hacer el reporte sobre la pérdida de Aiden ―aunque no espera que lleguen a esa instancia deben tenerlo presente porque el tiempo los presiona a obtener resultados con prontitud.

Si bien esa sugerencia la estuvo contemplando durante todo su recorrido, en definitiva lo que lo alarmó fue la implicación de TaeHyung al mencionar a sus acompañantes, en quienes no había reparado hasta ese instante en el que alzó su mirada sobre el hombro del alfa y vio dos rostros desconocidos que le sonrieron con cierta aprehensión debido al momento que los reunió.

―Oh, lo siento mucho ―se disculpó el omega a la vez que ocultó su rostro tras sus manos y TaeHyung se giró para encarar a sus amigos de miradas sospechosas que lograron alterarlo un poco.

Pero aun así, refugió el cuerpo de JungKook y agradeció el esfuerzo que YoonGi y HoSeok están haciendo para no ahogarlo en preguntas, ni poner incomodo al azabache que se cohibió demasiado.

―Sé que no es el mejor momento, pero es un gusto conocer a la persona de la cual Tae... ―el codo de Ratzinger en sus costillas silencio al castaño que se disculpó con una mirada arrepentida por su pequeña imprudencia.

Es solo que no puede evitar la ternura que el tímido omega que sigue escondido detrás de TaeHyung le despertó tanto a él como a su lobo. Es natural para él adorar lo tierno.

―Lo que HoSeok y yo queremos ahora es solo ayudarlo a encontrar al cachorro. Ya después tendremos tiempo para presentarnos ―corrijo YoonGi la intervención de HoSeok, que en otra situación lo hubiera hecho reír. Pero ahora mismo ve la necesidad que urge en la mirada de sol del alfa que les agradeció con un suave asentimiento.

JungKook se quejó porque no es la manera en que quería conocer a dos de las personas más importantes para TaeHyung, pero allí está con el rostro un poco hinchado, aún resguardado entre sus manos, y los ojos rojos por el llanto, mientras se oculta detrás del alfa que no pudo evitar sonreír con ternura de la timidez que sabe y está experimentando el encantador omega que tras un hondo suspiro dejó su escondite y se ubicó a su lado para enfrentar la efusividad retratada en las miradas de sus amigos que cohibieron un poco más al azabache.

―Les agradezco que se sumen a la búsqueda de mi sobrino. Soy JungKook O'Brien ―dijo con voz ahogada por el reciente llanto y por el sobrecogimiento que lo invadió como un tonto y tímido omega frente a los amigos del alfa que le agrada más de lo que reconoció antes de la lejanía impuesta por TaeHyung.

―Es un gusto ―respondió HoSeok para apaciguar su broma anterior.

―¿Deberíamos dividirnos? ―cuestionó el beta mirando la interrogativa mirada esmeralda que se abrió un poco por la pregunta que le dirigió―. Soy YoonGi y este bromista de acá, es HoSeok ―señaló a su compañero que le sonrió ligeramente al omega que respondió con una corta inclinación y aunque quiso decir algo más la voz del alfa menor cortó toda merecida presentación que deberán posponer.

―Sería lo mejor considerando el poco tiempo que disponemos ―concordó TaeHyung.

―Entonces pueden ir ustedes juntos, y YoonGi y yo por aparte ―sugirió Campbell recibiendo una ligera negación por parte de el de cabellos de plata.

―Lo mejor sería que yo solo fuera a buscarlo ―expresó con suavidad, mirando al omega que rápidamente protestó.

―¡No! ―exclamó con más fuerza de la que pretendía y carraspeo para corregirse a la vez que rieron por el quejido lastimero del castaño de nombre HoSeok―. Lo siento, no es como... ―dejo la oración al aire que YoonGi se apuró en cortar al interrumpirlo cuando vio el bochorno salpicar de nuevo sus mejillas.

Culpa a su vulnerable estado y al llanto por ponerlo tan sensible y tímido. Pero sobre todo, responsabiliza a su lobo que hace unos minutos atrás estaba ardiendo en enojo e instinto, hasta que vio al alfa al que llamó.

―Entendemos que después de todo podría no ser tan cómodo ―aclaró YoonGi, sonriéndole en respuesta al azabache que agradeció su comprensión con una bonita mirada colmada en disculpa.

―Pueden darnos su descripción y nosotros haremos lo posible por hallarlo ―añadió HoSeok, alternando su mirada entre el alfa y el omega que tienen una pequeña dispuesta mientras se observan uno al otro.

―Es por eso mismo que quisiera ir solo ―expresó y dejo de ver los orbes olvida brillar en molestia―. Aunque se hagan a una idea de cómo luce Aiden, ¿Saben a dónde ir? Porque no creo que vayamos a conseguir algo si le preguntan a cada persona que ven si han visto a un pequeño con rizos anaranjados y ojos bicolor ―al terminar su explicación devolvió su atención a la mirada evasiva de JungKook cuando entendió su punto.

―¿Entonces sugieres que me quede aquí? ―le preguntó con cierta incredulidad brillando en su mirada al ver el rostro del alfa que negó antes de justificar su elección.

Tampoco quiere separarse de JungKook, pero el omega ya ha caminado bastante y puede ver el agotamiento relucir en su mirada. Solo quiere cuidarlo y encargarse por él de buscar a Aiden en el poco tiempo que disponen.

―Somos un pequeño grupo y podemos irnos todos juntos pero eso de nuevo nos llevará a perder más tiempo ―manifestó mirando a sus amigos y de vuelta al bonito y molesto omega que volvió a evitar su mirada―. Sin mencionar que si ellos corren con la suerte de encontrarlo, Aiden podría asustarse por verlos llegar y mientras alguno de los dos vienen a buscarnos quien sabe en donde porque vamos a estar en otro lado, el cachorro podría irse.

JungKook sobrepasó el incipiente enojo irracional por la mala interpretación de su lobo al pensar que TaeHyung estaba evitándolo de nuevo, pero se aferró a la razón y hallo sentido en sus palabras. Aiden es muy astuto y capta con gran facilidad la presencia de las personas a su alrededor, por lo que es muy probable, que al sentir la mirada de alguno de los dos amigos del alfa, se siente amenazado y de nuevo salga huyendo.

―Pero... ―quiso protestar por la desilusión que no debería ser importante en ese momento, pero su lobo no está colaborando.

Sin embargo, antes de que pudiera disculparse, TaeHyung sostuvo su mano con delicadeza y lo alejó unos pasos después de disculparse con sus amigos.

Todo bajo las miradas emocionadas de los dos espectadores que sin dudarlo le otorgaron el permiso para retirarse. Las palabras escasearon por el agradecimiento de ver a su pequeño alfa interesado en un omega que bajo la primera impresión que JungKook les dio, parece ser la persona adecuada que TaeHyung merece, o de lo contrario Götz no estaría actuando así con él.

―No quiero que pienses que no te quiero conmigo ―fue lo primero que TaeHyung aclaro y aunque dudo al empuñar su mano para contener el impulso, la mirada suplicante de JungKook lo movilizó a acunar su suave mejilla en la palma de su mano. Palpando la pureza que los motivó a sonreír por el acercamiento que hasta ahora nunca habían tenido.

Del cual pueden declararse necesitados por volver a revivir, una y otra vez.

―Discúlpame a mí, porque son tus amigos, tus hermanos y si confías en ellos yo lo haré ―confesó derritiéndose por la calidez del alfa y sus latidos se dispararon en su pecho por sentirlo así, tan cerca de él pero manteniendo la prudencia y el respeto que lo llenó de alegría―. Es solo que me siento inútil esperando.

―Sé cómo te sientes, pero si nos hemos encontrado permíteme encargarme de encontrar a Aiden ―solicitó moviendo con cautela los dedos al retraer su mano para acariciar y grabarse la sensación de la piel caliza que despertó sus sentidos―. Además, estás cansando y aunque puedas seguir caminando no quiero que te lastimes. Por favor, omega, confía en mí ―es su última oportunidad para intentarlo y compensar su absurdo esfuerzo de alejarse del omega que lo terminó llevando hasta él.

―Lo hago, alfa ―afirmó JungKook a la vez que sus ojos brillaron.

Inundado por el capricho, se atrevió a rozar la mano de piel canela con la suya en el momento en que TaeHyung retiro el toque de su mejilla y terminó siendo una víctima que se entregó a su captor, cuando el alfa la capturó para llevarla hasta sus labios y a medida que hablaba la respiración ajena golpeó su piel, derrumbando su razón y calcinando su corazón.

―Encontraré a nuestro cachorro ―declaró en un tono oscuro de voz con un deje de la presencia de su lobo que tomó posesión del pequeño cachorro al cual se ha ido vinculando.

Y en verdad, JungKook no debió sentirse tan a gusto por la sugerencia que lo hizo encoger los dedos de sus pies cuando la emoción lo asaltó hasta debilitar sus rígidas piernas por la fuerza que mantiene para no sucumbir a sus instintos.

TaeHyung fijó su mirada en los orbes esmeralda y acercó un poco más la mano de JungKook y finalmente, apoyó sus labios en la piel nívea que se erizo por la caricia que no llegó a ser tan marcada. Tan solo un roce que calmó a sus lobos y los hizo sentir satisfechos, en la misma medida en que sus silenciosas sonrisas desplegó un manto misterioso sobre la complicidad del contacto que Götz extendió durante unos segundos y bajó la intensidad de la mirada oliva que fue el aliciente como la confirmación a su deseo.

Sus labios depositaron un beso cálido en el dorso de la mano que desató una tormenta de sensaciones que llevaron al omega hacia una lejana nube que movilizó su cuerpo por el hormigueo que quedó atrapado allí en su piel y en sus entrañas que ardieron por las brasas del fuego implícito en la esencia de TaeHyung que usó toda su templanza para alejarse y dejar al acendrado omega con el corazón agitado y una tímida sonrisa entre sus labios a la espera de su llegada con su pequeño lirio entre sus brazos.

Las frases están en alemán: 1. Te esperare 2. Eres bastante lento 3. Así que de eso se trata.

Autora:

He aquí ese primer e inocente beso, aun no llega el momento que deseamos, pero muy pronto 👀 

Esperen el próximo capitulo con emoción porque comenzara una bonita etapa que ni yo tenia contemplada todavía...

Nos seguiremos leyendo con mayor prontitud de ahora en adelante 💙

My love is yours 💕

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