Ⅷ: El primer misterio revelado
JungKook aunque quiso intervenir en medio de la hilarante situación en la que se vio inmerso como el autor principal de la discusión o como centro reinante de discordia, prefirió callar porque el bochorno del recuerdo pasado volvió a invadirlo con fuerza cuando al desviar su mirada hacia el alfa, lo hizo hacia la mejilla que rozó con absoluta suavidad el día anterior y que lo persiguió hasta el momento en el que se fue a dormir totalmente exhausto por la organización que los tuvo el resto de la tarde moviéndose de un lugar a otro en su casa.
Por ello, en el instante que su mirada acarició desde la lejanía la mejilla ajena, el recuerdo que tanto se obligó a reprimir para no rememorarlo cuando estuviera frente a TaeHyung, lo terminó traicionando justo cuando su cachorro está en medio de una contradicción causada por el de orbes dorados que está disfrutando en demasía de la situación. La divertida sonrisa lo contagió tanto que se forzó a desviar su atención y centrarse en otro punto de referencia que no fuera el rostro ajeno y la dulce memoria de la osadía que lo llevó a palpar a través de la piel de sus labios la dermis ajena que le dejó la sensación del rocío de la lluvia en su cuerpo.
Sin embargo la contienda que se está llevando a cabo a su lado lo sacó de la burbuja de ensoñación que lleva el nombre del alfa y de su pequeño de rizos de algodón.
―Comprendo Lilie, pero si ese consentimiento viene de tu tío Koo ¿No es válido? ―preguntó con fingida inocencia cuando miro al omega que ya lo estaba observando con severidad en sus orbes esmeralda y una clara señal de alerta para que se detenga.
Pero claramente los dos saben que no se van a detener hasta seguir presionando sobre el hilo que los tiene sujetos y que incremente su acción con cada nueva provocación.
Porque si, esta tal vez es la revancha para igualar el marcador que JungKook sin pretenderlo inicio y que TaeHyung tomó silenciosamente como un reto a seguir, ya que, en definitiva esa pequeña espina que se quedó clavada en su interior por consecuencia de la delirante acción que hizo bombear con mayor fuerza la sangre en su corazón cuando vio al omega esa tarde, debe ser sustraída por la persona que la depositó en su pecho.
―¿Qué quiere decir con eso? ―cuestionó Aiden sin comprender lo que el señor TaeHyung le está diciendo. Es inaceptable lo que él pretende sin recibir su autorización.
―Lilie, que fue tu tío Koo quien me dio permiso para hacerlo ―Götz pronunció con una excesiva lentitud sus palabras que fueron dichas bajo la mirada del omega que boqueo sorprendido por su descaro y porque ignoró el pedido para que no dijera nada más o que al menos no se enfrascara en una pequeña disputa con un cachorro de diez años.
―Eso no puede ser cierto, no es bueno que diga mentiras señor TaeHyung, nah, nah ―negó con un pronunciado mohín entre sus labios que hizo a ambos adultos sonreír con sus corazones bañados en almíbar por el precioso gesto de duda y molestia que frunció su ceño.
―¿Estás dudando de mi palabra, Lilie? ―devolvió el alfa regresando su mirada al frente para ver el camino en el que ahora transitan muchas más personas y sobre todo un poco herido al ver el primer atisbo de la molestia de Aiden a cerca de su desaprobación por el trato que ha estado llevando con JungKook y que a futuro espera mantener.
―Pequeño lirio, si TaeHyung lo está diciendo es porque es cierto, no deberías dudar de su palabra ―intervino O'Brien al sentir la perturbación de Aiden a través del tacto que mantienen sus manos y la otra señal que proviene del alfa y las feromonas que delataron fugazmente la impresión ante la renuencia de su cachorro a aceptarlo.
En ocasiones, junto a JiMin y NamJoon pensaron o llegaron a imaginar el día en que una situación similar sucediera, debido a la arraigada muestra de Aiden frente a los alfas que se le acercan y la cierta posesividad que tiene para cuidarlo y defenderlo como su omega, sin que eso implique una concepción amorosa. Tanto fue lo que hablaron, que llegaron a prever un escenario cercano al que está viviendo, donde el pequeño de rizos anaranjados comience a ser confrontado sobre algo que siempre ha creído que solo él tiene el mérito para hacerlo.
JungKook no estaba en desacuerdo con que así fuera, en realidad, en muchas ocasiones en el pasado, Aiden lo ayudó a espantar a varios alfas que lo pretendían y que por más que se negaba, al otro día volvían a visitarlo a su casa de modas y era allí donde su cachorro entraba en acción y los ahuyentaba.
Ahora está haciendo lo mismo y por capricho propio porque la presencia de TaeHyung no le molesta debe comenzar a dejar en claro y explicarle a Aiden las diferencias que aunque no le van a gustar en un inicio, poco a poco deberá integrarlas hasta aceptarlas porque por lo pronto no cree que el alfa y él se dejen de ver. No sabe hasta dónde llegarán, pero si tiene seguro que mientras tanto, ambos están encantados con la presencia contraria.
―¿Pero por qué Koo? Tu eres mi omega, tengo el derecho de llamarte así desde siempre ―replicó Aiden descolocado y extrañado por lo que le dijo su tío Koo, además, se sintió un poco culpable por dudar de la palabra del señor TaeHyung, pero en verdad deben entenderlo, porque su mundo ahora es su pequeña familia de tres y para él considerar a alguien más como perteneciente a su nido, es complejo, tanto que siente la incomodidad lejana presionar su pecho y no le gusta esa sensación.
Así que solo lo deja ante una opción y es rechazar aquello que Aiden identifica como la nueva variación que llegó para cambiar la rutina de su vida, y aunque en un comienzo lo adoro, no fue capaz de dimensionar que tan importante sería a futuro. Uno que llegó mucho más rápido de lo que imagino.
―Ya lo hemos hablado antes Aiden, aunque soy tu omega, somos familia y no soy una posesión, ¿Recuerdas lo que eso significa? ―explicó JungKook con un tono conciliador que interrumpió lo que TaeHyung estaba a punto de decir ante la protesta de su cachorro.
Agradeció la intención del alfa, porque comprendió por medio de la aflicción que cruzó la mirada de sol cuando lo miró brevemente, TaeHyung tenía toda la intención de intervenir para excusar su comportamiento y muy posiblemente retirar las palabras de las que antes estaba seguro.
Y esa sola duda, tanto a su lobo como a él mismo no le gustaron en lo mínimo, y sin querer darle sentido al disgusto que vibró en su pecho, prefirió aclarar la situación para que Aiden comprenda cuál es su verdadera posición y que no puede crecer con la idea arraigada de que debe controlar todo lo que sucede en su vida.
―Si Koo, eres mi omega porque eres mi familia y a quien desde muy pequeño he estado apegado, y que no por eso debo verte como una pertenencia ―el menor repitió lo que su padre le enseñó y que nunca le había costado tanto volver a decir como lo estaba siendo en ese momento.
Porque es diferente, el señor TaeHyung es un alfa diferente, a quien desde el primer día que lo conoció quiso que su Koo lo conociera por el aroma que lo impulsó a querer que su omega recordará el país que tanto extrañan. No se arrepiente de lo que hizo, pero tal vez, no creyó que el alfa sería tan distinto hasta el punto de merecer llamar a su Koo por ese distintivo que él quería obtener para siempre.
Aunque no sabe lo que esa palabra signifique, quiere que todo siga en absoluta normalidad por mucho más tiempo de los años que tiene de vida.
―Es así cachorro, y por ello si le permití a alguien más, en este caso a TaeHyung, llamarme por mi designación o por mi casta, es porque él ha hecho méritos para merecerlo ¿O qué crees tú? ―giró su rostro para ver la felicidad nacer en la sonrisa de corazón que lo tranquilizó por el leve asentimiento ajeno que lo incentivo a dar un suave apretón en la pequeña mano que sostiene y le devolvió la atención al cachorro que inclinó el rostro para mirarlo.
―Yo... ―Aiden se tomó unos segundos para mirar los bonitos ojos de su omega, ya no tan suyo, pero después de todo comprende que él no es propiedad, no es una pertenencia ni mucho menos es suyo, solo le gusta tener esa complicidad que ya es momento de compartir con alguien más. Y después de todo, ese alguien no es nadie más que el señor TaeHyung.
―No es necesario que hagas algo que ahora no quieres Lilie ―Götz por más que trato de mantener el silencio y permitirle a JungKook continuar con algo que al parecer ya han discutido en el pasado, no fue capaz de permitir que por su presencia el pequeño se sienta incómodo o forzado a ceder en algo que en el momento no desea.
En un inicio quería molestarlo, pero no hasta el grado de indisponerlo.
―¡No! ―exclamó Aiden mirando al señor TaeHyung con cierto horror en su cara porque no se trata de él, sino de la forma en que siempre busca proteger a su tío Koo y que si bien no va a dejar de hacerlo, al menos sabe que en su presencia puede estar tranquilo de la seguridad de su omega. Porque sigue siendo suyo después de todo, aunque sea solo un poco―. No se trata de eso, porque sé que usted es un buen alfa.
―¿Entonces te molesta que le siga diciendo a JungKook de esa forma? ―preguntó tocando con suavidad el brazo del cachorro que le devolvió la mirada un poco apenada por su comportamiento.
Si su papi estuviera ahí, le estaría diciendo que no continuara con su berrinche y luego lo llenaría de suaves besos, lo cual le permitiría comprender sus emociones.
―Pequeño lirio, estamos esperando por ti ―canturreo el omega con aroma a almendras sacudiendo la mano de su pequeño que sonrió con timidez porque hizo un pequeño problema por algo que no debería tener tanta relevancia como la tiene.
Es solo que para él es nuevo tener que compartir y dejar ingresar a una nueva persona a su mundo, y que haya una predilección por su omega y la referencia a la casta que deberá compartir con el señor TaeHyung, quien también se lo merece.
Tan solo un poquito.
―No voy a mentir y decir que no me molesta ―explicó mirándolos a ambos para regresar la atención a sus zapatos e inspiró con fuerza para tomar valentía y continuar con lo que quería decir―. Pero no me malentienda señor TaeHyung, no se trata de usted, si no que siempre ha sido así, no me gusta escuchar que alguien más le diga así a mi tío Koo, al menos si él no lo ha autorizado, ¿Por qué si te agrada que te diga así, cierto? ―cuestionó levantando su mirada hacia su omega para confirmar otra vez que él se siente cómodo con lo que está sucediendo.
Sin embargo, su inocente pregunta, lanzo un reto hacia el omega porque su respuesta va a exponerlo frente al alfa que lo mira provocación, ya que de admitir que tiene cierto gusto por ser llamado bajo la designación de su jerarquía, aumentara el orgullo que el descarado TaeHyung ya siente.
Lo cual le va a dar más permisividad de la que ya le ha dado voluntariamente. JungKook en verdad quiso enfrentarse al reto de su lobo al contemplar enunciar una pequeña mentira que rápidamente se deshizo al ver a su cachorro y percibir la necesidad de una sincera respuesta para hallar un poco de calma.
―Si cachorro, no tengo problema con eso, porque así como a mí no me molesta que lo haga, a él tampoco le molesta que le diga alfa, es un pequeño juego que hay entre ambos ―manifestó con cierta tensión alojada en su garganta luego del hondo suspiro que fluyo entre sus labios, mientras miraba a su pequeño y luego a TaeHyung que asintió de acuerdo con lo que dijo.
Por lo que tuvo que negar con delicadeza al percibir el atisbo de la sonrisa que ambos están conteniendo.
―Eso se escucha interesante ―pronunció con lentitud el cachorro que se está esforzando por asimilar las palabras de su tío Koo, además de la sorpresiva confesión sobre la referencia de la jerarquía con la que su luna ahora se dirige al señor TaeHyung.
Ambos se están nombrando por sus castas y es algo que le parece un poco extraño, porque su Koo nunca había llegado a hacer algo así, ni siquiera a su tío Joonie que también es un alfa. Pero que tal parece y TaeHyung se merece, aunque no sabe que implique esa diferencia.
―No tienes de qué preocuparte porque estoy bien con eso, pequeño lirio ―por si no había sido suficiente para su cachorro, volvió a dar claridad sobre su estado y la comodidad que siente al ser llamado así por el alfa.
Hasta ese momento no había reparado en la importancia sobre lo que ambos están haciendo, porque no es común que dos personas de castas opuestas se refieran al contrario por su jerarquía poco después de conocerse, pero cree firmemente que el factor determinante es la familiaridad que encontraron en sus aromas y que les permite sentir confianza o la tensión necesaria para hablarse sin tanto protocolo.
―Siendo así, está bien ―respondió Aiden, sabiendo lo que debía hacer a continuación porque puede ver que se dejó llevar por la molestia y dudo de las palabras del amable alfa que ha hecho grandes méritos para que su tío Koo se sienta tranquilo a su alrededor―. Discúlpeme señor TaeHyung, no era mi intención dudar de sus palabras, pero quiero que comprende que solo estoy cuidando a mi familia y a mi omega ―reveló con su ceño fruncido en concentración mientras miraba al alfa y mantenía la seriedad para no perder lo que quería decir.
Un pequeño discurso que para Götz fue enternecedor de presenciar, debido a que no se esperaba que un pequeño de diez años tuviera tanta propiedad al hablar y que lo hiciera con tanta seguridad.
Le encanta ese rasgo de Aiden Kavanagh.
―Comprendo Lilie ―expresó TaeHyung―. Pero no tienes por qué disculparte, después de todo entiendo cuáles son tus intenciones al querer cuidar de JungKook ―aunque quiso referirse al contrario como omega, comprendió porque en un comienzo el azabache se sorprendió por el apelativo usado, ya que hay cierta intimidad que está reservada solo para ambos cuando son los únicos en presenciar una designación que los representa en la sociedad.
Es diferente decirlo ante el público por más reducido que sea, como Aiden, a solo expresarlo cuando es el contrario quien comprende la intención y el llamado detrás de una sola palabra acompañada de un nombre que los identifica.
―Voy a estar muy pendiente señor TaeHyung, así que, por favor, cuide de mi luna ―dijo con un tono serio de voz mirando brevemente al alfa que asintió ante sus palabras y haciendo un especial esfuerzo por no sonreír de la excesiva ternura que Aiden despierta con su sola presencia.
JungKook no podía dejar de observar el precioso cuadro que frente a él se está escenificando, no es capaz de apartar la mirada de la contraria que se mantiene sobre su cachorro que después de escuchar las palabras del alfa, asintió con energía y murmullo en aprobación para continuar caminando. Estado que pudo validar bajo el tacto de su mano y que al parecer llegó hasta TaeHyung que se quedó unos segundos de más con su atención fija en los rizos de Aiden y que lentamente ascendió hasta que sus miradas se encontraron.
Lo cual le permitió validar la veracidad de lo mencionado por el alfa y la conciliación que refulgió en el dorado que provocó una suave pigmentación rosada en sus mejillas por la forma en que abordaron una situación para la que no estaban preparados, pero que validó la intención y el deseo de seguir teniendo contacto.
―¿Cómo estuvo el día para ti? ―preguntó TaeHyung para superar la atmósfera anterior y alivianar la tensión que chispeó en sus miradas sin un motivo aparente más allá del encanto que cobró vida en sus sonrisas.
Conversación que llamó la atención de Aiden que se centró en las voces de sus mayores a la par que siguen caminando en dirección a su casa. Porque hacia allá es a donde cree que van, ya que reconoce medianamente las calles que están recorriendo.
―Como aún no he abierto al público, he podido avanzar más en los diseños que tengo pendiente y Aiden fue de gran ayuda hoy ―respondió agitando la mano del cachorro que confirmó sus palabras.
―Sí, mi tío Koo me dijo que tenía un gran futuro recortando tela ―dijo con tanta emoción cómo fue posible contener en su pecho que salió en una sonora carcajada que fue iniciada por ambos adultos, sobre todo por TaeHyung que comprendió la broma detrás de las reales palabras de JungKook.
―Estoy seguro que tendrás un gran futuro siempre y cuando sea lo que quieras hacer Lilie ―indicó despeinando los rizos anaranjados del pequeño que le sonrió con ilusión por lo que dijo al validar lo que su tío Koo le había dicho en la mañana.
―Es algo que espero cuando crezca señor TaeHyung ―respondió el cachorro.
El alfa desvió su atención hacia el cuerpo ajeno y no pudo sentirse más que fascinado por el encantador panorama de ese día, en el que la presencia del omega decidió iluminar su tarde, como si la caída del sol, trajera consigo la luminiscencia compactada en los orbes esmeralda.
―Puedo ver que el día fue un poco agitado para usted ―comentó en voz baja para mantener su conversación solo para ellos y no distraer demasiado a Aiden que esta entretenido con la pequeña flor rosada que una mujer le regaló cuando pasaron hace un rato frente a la tienda donde su tío Kook suele comprarlas.
Por lo que su entretenimiento le dio un poco de privacidad a los mayores que cada tanto mantienen sus miradas en la presencia ajena que es irresistible no observar.
―¿Por qué lo dice omega? ―susurró con especial profundidad esa última palabra para no despertar la atención del cachorro que siguió caminando sin ninguna queja de por medio, por lo que cree que no lo escucho o que de hacerlo prefirió no protestar.
―Es algo que se nota en su rostro alfa, la tenue coloración bajo sus ojos es una señal de que no descanso apropiadamente o que el día fue muy agitado entre todo lo que tuvo que hacer ―O'Brien añadió ambas posibilidades porque ahora que reflexiona en ello, entre todas las cosas que ha podida hablar con TaeHyung en ninguna de ellas han llegado a mencionar el trabajo que él desempeña.
Solo sabe que trabaja en una empresa y que está vinculado a la arquitectura, pero más allá de eso no conoce mucho del área laboral del alfa.
―Eres bastante observador por lo que veo ―expresó con un guiño cómplice que le arrebató una sonrisa al omega que volvió su mirada hacia el frente, permitiéndole detallar su delicado y marcado perfil―. Fue un día bastante agitado en la constructora, en la que por cierto, ya que lo recuerdo me encontré con el otro integrante de tu familia que aún no he conocido ―pensó acerca de si mencionar o no el curioso suceso que ocurrió en su trabajo en medio de la bienvenida a los nuevos reclutas y que trajo consigo la presencia del único alfa de la pequeña familia de JungKook.
Así que considero apropiado exponer la irónica situación.
―¿Qué se supone que sucedió? ―indagó dándole una corta mirada al alfa que estaba viendo hacia adelante y él se tomó el atrevimiento de detallar la marcada línea de la mandíbula que resalta sobre la piel canela, que lo descolocó cuando volvió a ascender hacia los rosados labios que se movieron para entonar ciertas palabras que no alcanzo a escuchar.
―Tal vez si me escuchara podría saber de lo que estoy hablando ―bromeo el de cabello grisáceo por el prolongado silencio del omega, a quien atrapó mirándolo y que apenas encontró su mirada con rapidez volvió a centrarse en el camino, lo que causó que riera un poco más fuerte hasta ser imitado por Aiden que sin comprender lo que está sucediendo se dejo contagiar por la alegría del mayor.
Se dejó seducir por la agradable risa del señor TaeHyung y se dispuso a disfrutar del bonito sonido que los tres crearon cuando se unieron en una sola carcajada.
―No vayas muy lejos alfa ―índico con una ceja en alto, evidenciando el desafío detrás de sus palabras a pesar de tener el rostro teñido por la vergüenza que le generó el comentario del descarado alfa que le devolvió el gesto provocador que decidió evadir para no seguir exponiéndose y que Aiden no note lo extraño que suele actuar cuando está con TaeHyung.
Porque su pequeño es un especialista en detallar esas sutiles variaciones.
―¿Vives con alguien que se llama NamJoon McCarthy? ―como ya había conseguido lo que quería, le concedió una oportunidad al omega y retomó la pregunta previa para no seguir acorralándolo con sus palabras, aunque de no ser por la agradable y bonita presencia del cachorro, no se hubiera abstenido de hacerlo.
JungKook fue salvado por una campanilla de rizos de algodón y lo supo porque al devolver una vez más su atención al alfa, vio la diversión encapsulada en sus orbes y la provocadora sonrisa fue la señal de alerta que miro con fijación y tuvo la necesidad de humedecer sus labios en un lento movimiento al que TaeHyung fue llamado a contemplar.
Los dos envueltos en una burbuja de provocación mutua.
―Por supuesto que sí, ese es mi tío Joonie, ¿Cierto que sí, Koo? ―la suave voz de Aiden irrumpió con vigor en la concentración de dos personas que cada tanto pierden el hilo de la conversación al sumergirse en la tensión que incrementó por la acción del omega que con descaro lo siguió mirando.
―No creo que haya otro alfa con un apellido irlandés en medio de Inglaterra y menos que haya ido a trabajar a la constructora Die Familie Götz ―a medida que pronunciaba la última oración sus párpados se expandieron cuando reparó en un hecho que hasta ahora había ignorado y pasado por alto al conocer la procedencia alemana de TaeHyung y que nunca vinculó con el lugar de trabajo al que iba a ingresar NamJoon.
Sabía que la constructora provenía de Alemania y en cierto punto llego a escuchar el nombre del alfa que ahora tiene enfrente, pero no estuvo interesado en ahondar a profundidad sobre quién era él, no como con TaeHyung, que si bien fue particular escuchar ese nombre, tan similar el director de la empresa, lo dejo pasar porque no creyó probable que fueran la misma persona.
Después de todo, lo que menos hicieron ellos dos al conocerse fue exponer sus posiciones o los apellidos que los preceden.
―Tú eres ese... ―JungKook volvió a decir en medio de un tartamudeo por la impresión de asociar a ambas personas y por la suave confirmación contraria que válido el hecho principal― ¿Lo dice en serio? ¿Usted es el tan reconocido hijo de la familia Götz que ha dirigido con excelencia la filial de la constructora acá en Inglaterra? ―cuestionó con gran apuro y bastante formalidad por la impresión de descubrir junto a quien estuvo durante ese tiempo sin tener idea alguna.
Por lo que la sorpresa lo invadió al comprender que el alfa es el nuevo jefe de NamJoon y que además, es un hombre altamente reconocido en todo el campo de la arquitectura. No podía ser cierto, en verdad, nunca se interesó por darle rostro al renombrado alfa que su amigo de la vida tanto admira y que sea la misma persona que lo tiene totalmente encantado es una coincidencia que trastoca el sentido común.
―¿Ahora vas a hablarme con formalidad, JungKook? ―inquirió Götz con una mirada bañada en leves matices de severidad, porque si hubo algo que disfruto en demasía durante ese tiempo, fue que la última preocupación de ambos se precisó en identificarse a través de una posición social y ver el atisbo de esa diferencia que tanto repugna de las personas manifestarse en el trato del omega le produjo un mal sabor de boca. Es lo que tanto detesta en la mayoría de las ocasiones, y que le ha sucedido varias veces en el pasado.
Es la justificación que lo ha llevado a evitar cualquier intención romántica que tenga la otra parte hacia él. Porque siempre es movilizada ya sea por su apariencia o el poder económico del cual goza, y que parece ser la primera barrera de la cual muchas de las personas que se le han acercado codician. En especial los omegas que van en busca de una oportunidad de ser cortejados por el mayor heredero de la familia Götz.
Sin embargo, su malestar se trató de una mala interpretación que JungKook rápidamente captó en el aroma de TaeHyung que varió modificando su fuerte esencia hasta ser casi que inexistente y solo dejar en medio del aire las cenizas que el fuego desprende antes de extinguirse totalmente.
―¿Eso quiere decir que usted es alguien importante señor TaeHyung? ―Aiden se adelantó al potente silencio que quedó después de la última pregunta del alfa, la cual su tío Koo no respondió, así que sintió la necesidad de ayudarlo así no tuviera idea alguna de la extraña tensión que ocasiono una leve incomodidad en su pecho.
Más allá de tener una noción básica de lo poderoso que él puede ser, ya que es el nuevo jefe de su tío Nam, lo cual significa mucho. Aunque no le sorprende del todo, porque desde el primer día en que conoció al señor TaeHyung sabía que era alguien especial, bastante desde su percepción y ahora mucho más al saber lo que el alfa hace.
Sin dudarlo lo convierte en alguien mucho más deslumbrante frente a su atención.
―Eso parece Lilie, pero bajo mi percepción solo continuo con el legado de mi familia ―respondió mirando los orbes bicolor de Aiden que le sonrieron con especial ternura, lo cual aminoró la incomodidad que aún persiste.
Pero al ver la admiración florecer en la sonrisa del cachorro minutos después de haberse molestado con él, lo tranquilizó tanto, que recordó lo que esa tarde había comprado para darle.
―¿Ahora que descubrimos su identidad, eso quiere decir que ya no vamos a seguir viéndonos? ―Aiden cuestionó con un poco de temor al asumir que todo podría cambiar luego revelar que el señor TaeHyung será el jefe de su tío y no sabe lo que eso pueda significar más adelante.
Pero sea lo que sea que suceda, lo que más le dolería es que el alfa se aleje y esté solito en esa gran casa junto a nieve y noche, Lucifer y Gabriel.
―La única forma en que eso sucede cachorro, es que tu no quieras verme más ¿O acaso es eso lo que deseas? ―preguntó TaeHyung fingiendo una mueca preocupado que hizo al pequeño negar con efusividad, mientras ignoraba la intensa mirada de orbes esmeralda sobre sí mismo, pero no quiso, o más bien, se privó de caer en ese hechizo.
Sabe que deben hablar, pero por el momento lo más importante es tranquilizar la preocupación de Aiden que cree que todo va a cambiar luego de la revelación de su verdadera identidad que siempre estuvo expuesta.
―¡Jamás! Nah, nah, no quiero que eso suceda ―exclamó con prisa levantando su rostro para observar al alfa que le sonrió con la misma dulzura que el día en el que lo conoció.
―Siendo así, eso me recuerda algo que quería darte ―expresó con un tono cantarín, tomando la caja superior para extendérsela al cachorro que lo miro con grandes ojos por la emoción de estar recibiendo un regalo que a su parecer huele demasiado bien y que lo hizo salivar en expectación.
Pero aun así no sabía si tenía permitido tomarlo, por lo que apretó sus manos en dos pequeños puños y así retener el impulso. La duda en su mirada fue la señal que Götz leyó con gran sensibilidad, interpretando la timidez que inundó las mejillas salpicadas por suaves pecas.
Si bien JungKook quiso animar a su pequeño, le dio la oportunidad al alfa de manejar la situación. Esta tan apenado que prefiere seguir al margen, al menos hasta que puedan hablar con tranquilidad.
―Es un regalo que quería darte y ahora es una muestra para decirte que de mi parte nada va a cambiar, sigo siendo el mismo TaeHyung sin importar donde este ―declaró el alfa acercando un poco más la caja al pequeño que soltó la mano que era sostenida por el omega que no podía dejar de ver la preciosa escena que tiene delante.
Tan solo se convirtió en un espectador pasivo de la deslumbrante sonrisa de ojitos cerrados de Aiden debido a la alegría que burbujeo en su risa al sostener la caja entre sus manos y alternando su mirada hacia el alfa que removió los rizos que se alborotaron un poco más, pero que en esa ocasión al cachorro no pudo importarle menos.
―Me encanta ―el pequeño murmuro con cierta timidez, porque no había llegado a pensar en lo que contenían las cajas que el señor TaeHyung sostenía, ni mucho menos que alguna de ellas fuera precisamente para él.
Aiden sintió como su pecho se agitó en emoción por la bonita e inesperada acción del alfa que hoy luce tan lindo como lo recuerda, incluso un poco más. Ya no sabe ni lo que está pensando, pero no le importa, no cuando tiene algo delicioso que disfrutar más tarde.
―Hay varias cosas que elegí para que puedas compartirlas con tu familia ―manifestó el de cabellos platinados, dejando una última caricia sobre el cabello rojizo de Aiden y finalmente elevó la mirada para encontrarse con la intensidad esmeralda dirigida hacia él.
Un hechizo del que salió cuando la pequeña voz del cachorro se hizo escuchar de nuevo. JungKook frunció sus labios en una pronunciada mueca por seguir perdiendo la oportunidad de hablar con TaeHyung y darle claridad a su reacción, por lo que, suspiró con pesadez y prefirió posponer el momento hasta que lleguen a sus hogares y pueda tener unos minutos con el alfa, después de todo ya están cerca.
―Muchas gracias por pensar en mí señor TaeHyung, lo valoro mucho ―confesó con tanta alegría que hizo notar en el sonido de su dulce voz que causó una gran sonrisa en el de piel canela que no contuvo su impulso y le dio un toquecito a la pequeña nariz de Aiden en el instante en el que el cachorro se giró a mirarlo.
Aunque quiso detener sus pasos para abrazarlo, Aiden consideró que lo apropiado para no hacer molestar a las demás personas era esperar hasta que llegaran a casa y así poder ver que era todo lo que contenía esa cajita que lleva con sumo cuidado entre sus manos.
―Eres encantador Lilie ―exteriorizó con una risa compartida con el cachorro que dejó de mirarlo para volver a enfocarse en el trayecto y porque se sintió otra vez un poco intimidado por la atención del señor TaeHyung.
―Ya no diga eso, al menos no así ―balbuceo Aiden con sus mejillas llenas de aire lo que formó un adorable mohín en sus pequeños labios que provocó una carcajada compartida en ambos adultos por el retraimiento del pequeño que volvió a quejarse por su burla.
―¿Entonces cómo debería decirlo? ―devolvió el alfa, mordiendo su labio inferior para no seguir riendo.
Oh por todo lo que lo sujeta al suelo, O'Brien tuvo que carraspear para reconducir su atención fuera de la acción de Götz que continuó aprisionando su labio inferior y el omega sin darse cuenta imito el movimiento, tragando con fuerza por el único pensamiento que lo agito y que en definitiva catalogo como erróneo.
―No sé, pero no así, porque me hace sentir chiquito ―pidió sin saber a qué se refiere, pero de alguna forma debía detener la vibración emitida desde su pecho que lo hizo sonreír, pero evitando la mirada del alfa.
―¿Y no eres un cachorro después de todo, Lilie? ―TaeHyung no iba a ceder con tanta facilidad.
―Oh mira, ya llegamos, que alivio ―Aiden susurró la última palabra para que no fuera escuchada y aunque quiso correr, la mano de su omega sobre su hombro lo detuvo ante el avistamiento de su casa, de su lugar seguro al cual quiere ingresar en ese instante para evitar el cuestionamiento del señor TaeHyung que no sabe cómo responder.
―Con calma pequeño lirio, aún falta un poco ―apremio el omega un poco decepcionado al ver que llegaron un poco antes de lo esperado.
En realidad, demoró un poco más del tiempo habitual que le toma llegar a casa, pero en esa ocasión como en las anteriores en las que comparte con el alfa, todo parece ir más deprisa y los minutos que componen las horas se quedan cortos ante su deseo de alargarlos.
―Mi papá y Joonie ya deben estar ahí, así que ellos pueden abrirme la puerta y tú puedes quedarte solo unos minutos más junto al señor TaeHyung ―propuso con extrema rapidez en su forma de hablar un poco atropellada pero pronunciada con claridad, debido a la necesidad de huir del alfa que lo pone nervioso, aunque de una forma agradable que necesita aclarar con la ayuda de su papi.
No comprende lo que le está pasando ni porque su corazón se agita de la forma en que lo hace.
―¿Quieres deshacerte de mí? ―molesto el de aroma a petricor por las evasivas miradas del cachorro que quiere huir hacia su casa para evadir la respuesta frente a la pregunta que le hizo.
Aiden Kavanagh es el pequeño más deslumbrante y elocuente que ha conocido en su vida, y que además acaba de darle un poco más de tiempo junto al omega que agradeció en medio del suspiro que se escapó de sus sonrojados labios que ha estado humedeciendo con insistencia y que él ha estado contemplando en cada movimiento.
Por lo que ayudó en medio de la situación y comenzó a disminuir el ritmo de sus pasos hasta detenerse casi que al frente de su hogar, lugar desde el cual pueden ver la huida del pequeño para vigilar sus pasos.
―Nah, es solo que quiero ir a descansar un poco ―negó Aiden con una pequeña mentira porque en realidad ya fueron demasiadas emociones por el día, así que prefiere que su luna tenga unos minutos con el alfa.
―Oh eso es interesante ―expresó Götz con una ladina sonrisa dedicada al omega que rápidamente giro su rostro en la dirección opuesta―. ¿Así que estás dispuesto a concederme unos minutos con tu omega? ―fue algo que le pareció enternecedor y claramente no podía dejarlo pasar en lo absoluto.
―Puede arrepentirme si se sigue riendo de mí, señor TaeHyung ―dijo alejándose unos pasos para pararse frente al alfa que se agacho a su altura y volvió a toquetear su nariz.
Una acción que lo hizo sonrojar porque le gusta que él haga eso, como un gesto que ambos comparten.
―Lo hago porque eres muy adorable Lilie y estaré muy agradecido si me dejas hablar unos minutos con tu tío Koo ―no va a tentar a la suerte y perder la oportunidad de compartir un poco más con el omega que parece haber perdido el habla.
―Voy a estar contando los minutos ―Aiden entrecerró sus párpados con recelo y luego levantó su mirada para ver la sonrisa de su omega que lo animó aún más a concederle secretamente unos minutos más junto al señor TaeHyung.
―Eso espero Lilie ―respondió el alfa por la adorable aclaración del cachorro que terminó de ceder en el momento en el que JungKook imito su postura para dejar un suave beso en la pequeña frente que está cubierta por los desordenados rizos y una dulce composición se desprendió de la boca de Aiden que se sintió lo suficientemente intimidado para hacer algo más que solo retroceder en medio de una inclinación para darse la vuelta e ir directo hacia su casa.
Ambos adultos se pusieron de pie y vieron con atención el avance de Aiden hasta que cruzó el camino de entrada de la casa y con suavidad tocó la puerta a la vez que llamaba a su padre desde afuera pidiendo que lo dejara ingresar. Lo que en la mayor brevedad posible fue concedido, cuando la puerta se abrió y el cachorro se lanzó con cuidado hacia los brazos de su padre omega que lo recibió con gran efusividad.
JiMin desde el pórtico y con su cachorro en brazos, de la forma en que pudo agito su mano para saludarlos y en contra de su voluntad se obligó a ingresar a la casa, porque si su pequeño de rizos está allí mientras JungKook aún permanece al lado del alfa, quiere decir que van a estar un tiempo más juntos.
Lo que fue un alivio para O'Brien que temía un posible comentario de parte del pelinaranja que lo termine exponiendo. Y sorpresivamente no fue así.
―Gracias por la sorpresa que preparó para Aiden, alfa ―JungKook se sintió en total libertad de hablar cuando la puerta de su hogar fue cerrada y al girarse se encontró con la disimulada seriedad de TaeHyung, así que, como primera fuente de intervención se vio en la necesidad de agradecer la bonita y especial atención que tuvo con su cachorro.
―La verdad no lo pensé hasta que llegue a la pastelería y al ver las nueva preparaciones supuse que a Aiden y a ustedes podría gustarles ―Götz agradece ver el intento realizado del omega para retornar a la complicidad que entre los dos cobra vida y aunque quiso nombrarlo por el mismo referente que el azabache uso, prefirió contener su impulso y ver lo que el contrario estaba dispuesto a decir.
―Estoy más que seguro de que así será ―añadió mirando con profundidad los orbes de sol que lo impulsaron a seguir hablando―. Pero ahora lo que quiero dejar en claro es que no me importa la posición que ostenta ni el apellido o la familia que lo precede, desde el primer día en que lo conocí y los días posteriores a ese encuentro no fue una necesidad saber las riquezas que posee.
››En verdad TaeHyung, disfruto de su compañía por quien es usted y lo que he ido conociendo, así que, por favor, no quiero hacerle entender lo contrario a raíz de lo sorpresivo que fue conocer quién será el jefe de NamJoon. Fue solo la impresión de incluso comprender que de alguna u otra forma nos íbamos a conocer, pero que para nosotros se dio de la manera menos pensada y que puedo afirmar como una de las más gratificantes experiencias de estos últimos días.
JungKook eligió confesar sus sentimientos y la razón de su efusiva reacción para no dejar dudas en medio que puedan ser asumidas de forma errónea, y que le den una señal contradictoria al alfa que a medida que escuchaba sus palabras, una tenue sonrisa fue tomando mayor aparición en su rostro hasta que le dio vida al hoyuelo sobre la piel de la mejilla de color canela que lo hizo tragar con fuerza a la vez que evadió el contacto visual y parpadeó mirando brevemente sus zapatos para obligarse a elevar su mirada.
Pero ese fue su error porque TaeHyung tomó provecho de la situación y dio dos pasos para estar más cerca del omega que respiró su esencia y sonrió de la misma forma en que lo está haciendo. Los dos compartiendo un secreto inteligible en sus miradas.
―Debo admitir que no fue agradable la sensación que me generó su reacción, y no porque haya sido exagerada, no se trata de eso ―aclaró el alfa manteniendo un tono suave de voz que para JungKook fue hipnotizante de escuchar―. Es solo que por un momento me vi reflejado en el pasado y las situaciones que han empezado de la misma forma cuando descubren quién soy realmente. Por lo que, le ofrezco una disculpa si lo hice sentir incómodo por la actitud que asumí después ―reconoce que luego de ese comentario la desilusión se alojó en su corazón hasta incomodarlo al tratar de evadir la atención del omega.
Una que solo quiere tener sobre sí mismo.
―Alfa, no tiene por qué disculparse, de la misma forma en que me incomodo esa situación el día de ayer en el mercado y usted comprendió mi motivo ―declaró dando un paso más hacia el alfa para retomar lo que quiere transmitirle―. Hoy quiero hacerle saber que no debe disculparse por su sentir, todos tenemos ciertas heridas que en el pasado nos han dejado, pero decirlo como lo estamos haciendo es la forma adecuada de comunicarnos y no permitir que lo puede llegar a realizarse, finalice incluso antes de empezar o dar el primer paso ―siempre ha sido partidario de la sinceridad que nace en el momento idóneo y no bajo un pretexto de buscar la oportunidad perfecta para que suceda.
Cuando cada instante en el que el pensamiento ocurre debe ser comunicado bajo acertadas pautas para deshacer malentendidos o manifestar la incomodidad que se esté experimentando.
Y TaeHyung no es una excepción, es más, el alfa es la única que ha permitido durante todos estos años y que le hace querer llegar a un acuerdo en el que los dos expongan lo que en el camino los va incomodando y a partir de allí conciliar lo que el contrario desee expresar. Por ello considero necesario lo que en ocasiones el alfa trata de hacerle decir y que él se niega.
Quiere decirle lo que siente y la tranquilidad efervescente que a su lado experimenta para que ese temor de ser usado por un beneficio no sea vinculado a él. JungKook tan solo desea continuar por el camino que la vida le ha decidido presentar y que anhela seguir explorando.
―Eres una persona que mis sentidos no terminan de aprehender ―pronunció TaeHyung con una ladeada sonrisa que emergió de las sensaciones que conmovieron su corazón y que le dieron la tranquilizante confirmación de que en presencia del omega está seguro, porque puede seguir depositando su confianza en él.
―Oh, ya basta ―pidió un sonrojado omega preso de la naciente timidez que volvió a estar en su contra por la gracia que tiene el alfa de revertir una situación a su conveniencia.
―No me gusta privarme de decir lo que quiero y lo que deseo ―sus palabras pueden ser peligrosas porque abren una gran posibilidad a futuro que en verdad quiere conocer.
―Eso estará por verse alfa ―murmuró con complicidad porque si debe resaltar una cualidad en TaeHyung es la sinceridad que desde el primer momento estuvo presente en él. No se esconde bajo una máscara para revelar sus intenciones y dejar en claro sus intereses.
Por lo que disfruta de la particular presencia de TaeHyung Götz.
―Veo cierta provocación ―canturreo bajando un poco más su tono de voz que encandiló al omega que una vez la tranquilidad se asentó en su pecho, tanto él como su lobo se sintieron mucho más confiados debido a la actitud conciliadora que puede reconocer en el de cabellos grisáceos.
―No sé de dónde sacas la información para concluir esa aseveración ―expresó con una deslumbrante sonrisa que causó un suspiro en el alfa que se perdió en el encanto esmeralda de una mirada que brillo en una emoción a la que no logro darle nombre, no pudo cuando nuevamente fue sorprendido.
JungKook decidió aventurarse y dar un paso más para entrar en el espacio de TaeHyung y ser envuelto por el olor que emana la tierra seca al ser mojada por la lluvia que cayó con la misma fuerza que los latidos de su agitado corazón. Debido a la confianza, encontró valentía para ser un poco más atrevido y porque disfruta ver la contemplación dibujada en la mirada dorada en el instante que acercó su rostro y sus movimientos fueron seguidos con extrema precisión.
Los dos y sus miradas enfrentadas se convirtieron en el canal de comunicación que refulgió en esmeralda por la impaciencia de O'Brien de continuar esperando una oportunidad que él mismo fabricó cuando en esta ocasión repitió su acción pasada y en medio de un paso más, desvió su rostro hacia un lado para tener contacto con la mejilla de piel canela que lo recibió con un adictivo hormigueo que se deslizó sobre sus labios cuando depositó la suave caricia que en esta ocasión prolongó por más tiempo.
Sus labios se presionaron con la justa fuerza para sentir el contacto con mayor profundidad y su respiración acarició la dermis que se erizó por el contraste entre la temperatura exterior y la calidez que brotó de la suave caricia que en esta ocasión estiró lo más que pudo mientras captaba cada variación interior que disfruto con los ojos cerrados y la respiración contenida para que nada se filtrara en el inexistente espacio del que obtuvo el calor de las estrellas que tras sus párpados se dibujaron.
Y que TaeHyung profundizó cuando llevó su mano hasta la cintura ajena que está rodeada por el ancho cinturón de seda, lugar al que su mano se dirigió y solamente apoyó la punta de sus dedos sin atreverse a depositar toda su palma. Ambos se mantuvieron en esa unión por escasos segundos con tintes de eternidad que fue deshecha por la causa original. JungKook aunque quiso vivir en esa experiencia, lo dejó ser hasta que consideró el bienestar de salud emocional que está altamente desbordada.
En el instante de volver afrontar la mirada de sol, sus sonrisas dieron forma al lenguaje no verbal que se convirtió en la despedida prolongada en la que estuvieron inmersos en medio del caminar del omega que bajo ningún estimulo externo se perdería ese magistral instante.
El rostro del alfa bañado por la inmaculada luz del atardecer, lograron que sus orbes adquirieran mayor claridad, como el suave caramelo que sintió en sus labios cuando los humedeció con su lengua y captó notas dulces provenientes del delicado beso que se atrevió una vez más a otorgarle a TaeHyung. La combinación del ocaso se derramó sobre los cabellos de plata que dibujaron una analogía a lo que estaba a escasos minutos de suceder.
El sol sería tomado por la luna, quien lo relevaría para iluminar los caminos bohemios de dos seres que después del naufragio volvieron a encontrarse.
―Solo tienes unos pasos más de distancia ―indicó Götz con una gran sonrisa de corazón entre sus labios a la par que mantiene su atención en la marcha protestante del omega que camina de espaldas hacia su hogar.
―Los estoy contando, alfa ―respondió al reconocer de memoria el trayecto que lo va a separar de la anhelada presencia que lo tiene suspirando y frente a quien ya no le interesa mostrarse tan embobado como lo está ahora mismo.
―Eres deslumbrante, mein Mond ―pronunció TaeHyung bajo la curiosa mirada del omega que ladeo su cabeza en señal de desconocimiento por el referente en alemán que uso para llamarlo.
―Está jugando sucio, porque no comprendo lo que está diciendo ―manifestó con un imperceptible mohín entre sus labios porque la sola frase entonada en la lengua madre de Götz, aumento el ritmo de su corazón así no haya comprendido lo que le dijo.
―Puede darle un libro de significados para la próxima ―bromeó con un fugaz guiño que puso mucho más nervioso al omega que mordió su labio inferior para no ceder a la risa que está atrapada en su garganta.
El alemán atesoro el sonrojo que constantemente delata a JungKook, pero que para él es una positiva indicación de continuar avanzando.
―Me gusta más cuando es usted quien me lo dice alfa ―provocó con una inocente sonrisa que recibió un lejano gruñido por parte de TaeHyung que continuó sonriendo sin modular nada más.
Va a seguir acumulando razones y dudas que responder en el futuro próximo. Por lo cual no cedió a la mueca dolida de JungKook que no quería irse con la incógnita de saber qué fue lo que él le dijo. Pero tal parece que deberá hacerlo, porque el alfa retrocedió concluyendo la conversación abierta con la que deberá vivir hasta el día siguiente o hasta el momento que el alfa considere oportuno para librarlo del desconocimiento.
―Deberás seguir esperando, mein Mond ―sonrió con energía al ver el ceño fruncido del omega como una protesta a su juego y a su provocación de mantener el misterio entre ambos.
Sin mayores dilaciones, una última mirada sello la felicidad perpetuada en sus sonrisas que se mantuvieron hasta que cada uno se giró para ingresar a sus hogares y enfrentar una nueva realidad en la que ahora suspiran por la presencia ajena.
―De todo lo que me imagine que hoy iba a suceder, nunca pensé que el señor TaeHyung que tanto encanto a Aiden desde el primer momento terminaría siendo mi jefe ―pronunció NamJoon ayudando con la preparación de la cena, específicamente con la organización de la mesa porque su labor de cortar vegetales ya finalizó, y JungKook no lo va a dejar acercarse para cocinar nada más.
Que poca confianza le tienen para cocinar.
―Es toda una coincidencia, porque fuiste el único que en todos estos días no se cruzó ni en un solo momento con él ―respondió JiMin ingresando de nuevo a la cocina después de verificar lo que está haciendo su hijo en la sala, que finalmente luce como una, luego del arduo trabajo de organización del fin de semana.
En donde está su pequeño pintando y creando retratos de la familia mientras espera que la cena esté lista para poder comer los pasteles que el señor TaeHyung le obsequió. Y que está ansioso por probar.
―Así que imagina la confusión mía cuando al verlo hablar en la presentación de hoy, sentí las palabras que nuestro cachorro tanto repetía de su señor TaeHyung y que ¡Oh sorpresa! Yo también lo conocía ―confesó finalizando su tarea al apoyarse en la mesa con los brazos cruzados sobre su pecho para ver el movimiento coordinado de ambos omegas que le prohibieron acercarse más.
―Y luego mientras veníamos hacia acá validé que TaeHyung resultó ser esa misma persona de la que todos hablábamos y que nos terminó sorprendiendo ―comunicó JungKook girando con un tenedor la carne sobre la paila de metal para terminar de asarla.
El espacio de la cocina y el área del comedor fueron bañadas por el delicioso aroma de las especias con las cuales está preparando la carne en unión con la mantequilla para evitar que la misma se pegue a la superficie ardiente de metal.
―Imagino tu sorpresa al descubrir que no te interesaste en cualquier alfa ―molesto JiMin alzando sus cejas en complicidad al mirar al azabache que rodó los ojos un poco apenado con el sonrojo que sintió reflejarse en la piel de sus mejillas, por ello inclinó su rostro para enfocarse en terminar de preparar la carne.
Pero la amplia risa de NamJoon fue alimentada por la complicidad de JiMin al mirarlo, cuando ambos coincidieron en lo mismo, un hecho innegable y que en el aroma que acompaña a JungKook después de estar con el alfa, es un indicativo más que claro de lo que está sucediendo.
Así que mientras tanto, ellos dos van a seguir presionando y molestando a su adorable omega de orbes esmeralda.
―Ja que gracioso eres, pollo insolente ―se excusó devolviéndole la broma a Kavanagh que remarcó con el suave empujón que le propinó al pasar por su lado para tomar los vegetales que NamJoon había cortado y que ahora se dispone a terminar de cocinar solo por unos minutos junto a la carne.
―Ahora eres un conejito cautivado, así trates de negarlo ―respondió JiMin con una gran sonrisa que rápidamente se esfumó de su rostro cuando O'Brien alcanzó a propinarle un puntapié en el instante que salió huyendo hacia el área del comedor con el tazón lleno de arroz aromatizado con jazmín que llamó la atención del alfa que le ayudó con la labor al verlo correr del molesto omega que les gruño a ambos mientras seguía con su labor.
―Después de todo conocer a un alfa alemán como TaeHyung no sucede todos los días y menos cuando tiene a un séquito que quiere lo mismo de él ―McCarthy interinó recibiendo un guiño cómplice por parte de el de cabellos rojizos que sonrió ante su provocación.
El omega menor puede afirmar que después de todo no es una mentira, debido a que notó la atención que el alfa despierta sin importar el rango, pero con un excesivo interés por parte de los omegas que integran el grupo y a quienes vio en varias ocasiones mirar con excesiva atención a TaeHyung.
―Agradezco su interés pero si se lo ahorran para ustedes les voy a estar enteramente agradecido ―JungKook respondió entre dientes porque ese hecho señalado por NamJoon no es ninguna exageración que no hubiera comprobado por sí mismo el día anterior y que en protesta su lobo exhibió su incomodidad por medio de su aroma tostado a almendras, por la molestia que se llevó consigo al ver que es una situación que rodea constantemente a Götz y que no le agrada demasiado, pero después de todo no es como si pudiera hacer algo para revertirlo.
Empezando porque ni debería molestarle que lo miren. Por favor, ¿Qué es lo que le está sucediendo?
―Yo solo digo lo que seguiré viendo a lo largo de los días ―canturreo saliendo de la cocina para ir en busca del cachorro que está totalmente entretenido en los dibujos que está coloreando, dejando detrás de sí a un molesto omega que volvió a gruñir como señal de advertencia.
Para JiMin, el azabache no puede verse más adorable de lo que es, si a eso se le suma la presencia de su consentido y berrinchudo lobo que si bien se quejó, para él fue fascinante ver el recelo que JungKook siente por la mención de la excesiva atención que despierta el alfa, y que, aunque trata de negarlo o mantenerlo oculto solo para él, el interés que siente por TaeHyung es tan latente como el brillo de sus orbes esmeralda.
Está agradecido que después de mucho tiempo, su pequeño conejito expanda su mundo y demuestre inclinación hacia un alguien distinto a su familia. Espero durante mucho tiempo por un acontecimiento similar y ahora que lo está presenciando no va a dejar pasarlo y lo va a presionar lo necesario para que JungKook no se acobarde y termine retrocediendo cuando la ansiedad se desate a causa de la novedad de sentimientos que nunca ha llegado a experimentar, no al menos en una gran magnitud.
―Sabes que Nam solo está tomando ventaja porque fue el único que no conoció a nuestro vecino hasta que se lo encontró hoy en el trabajo ―intercedió el de orbes marrón para calmar la molestia que sin darse cuenta el lobo de JungKook sigue manifestando a través de las feromonas que llenaron el aire.
Además, no quiere que su cachorrito las perciba porque él si no va a tener piedad y va a insistir una y otra vez hasta saber cuál es el malestar que aqueja a su omega.
―Claro se está vengando, pero en parte no es nuestra responsabilidad que ambos no se hayan encontrado antes, es más creo que debió ser interesante la sorpresa de los dos al ver que parecían conocerse por medio de las descripciones de Aiden ―O'Brien trató de aligerar la molestia que ardió en su pecho y se concentró en traer de vuelta la conversación que NamJoon les comento y sostuvo con TaeHyung cuando ambos concluyeron quienes eran.
Por lo que le dio a su lobo y a él mismo algo distinto en lo que pensar para no seguir enfrascado en la incomodidad nacida de un comentario que no pretende ofender, pero que su lado animal y más instintivo no parece estar de acuerdo, o mejor dicho, no quiere reconocerlo.
―Nuestro pequeño sabe lo que hace ―respondió JiMin terminando de emplatar las demás preparaciones para la cena a la par que el azabache finalizó de asar la carne.
―Ahora no lo va a soltar por nada ―añadió JungKook con una minúscula sonrisa al recordar el temor de Aiden al pensar en que muy posiblemente su relación con el alfa iba a cambiar luego de que se revelara que sería el jefe de McCarthy.
Y una vez más, la elocuencia y la sinceridad de TaeHyung lo deslumbró.
―Así como tú no puedes evitar la molestia de saber que hay más omegas... ―JiMin mordió su lengua para no seguir hablando porque en esta ocasión el suave gruñido se escuchó más cargado de molestia y eso solo causo que dejara fluir una risa nerviosa a la que se unió el de orbes esmeralda, luego de sobreponerse a la manifestación de su lobo que los desconcertó a los dos.
JungKook cuando reparó en la acción que sintió vibrar en su pecho y encaminarse hacia su garganta, levantó su asustada mirada para ver a JiMin que le compartió la misma sorpresa que llenó el espacio con sus risas después de la cara disgustada del azabache hacia su lobo caprichoso.
―En verdad lo siento JiMin, creo que mi lobo anda un tantito irracional ―se apresuró a disculparse por su acción e inspiró con profundidad para darle la oxigenación suficiente a sus pensamientos y que por ende su lobo llegará a la calma.
Porque no hay una razón que justifique su acción como si hubiera identificado una amenaza que ni existe.
―Tal vez tu lobo fue el primero en darse cuenta de algo que tú aun no reconoces ―expresó con una dulce mirada que le dedicó a JungKook, al adelantarse a las señales que emergen del tranquilo pero demandante lobo del menor cuando es necesario.
Lo conoce absolutamente bien, tanto como se conoce a sí mismo y puede comprender que hay una justificación lo suficientemente importante como para que el lobo ajeno esté exhibiendo un comportamiento atípico y para nada convencional, ya que, JungKook y su omega por lo general siempre han gozado de un excelente vínculo y que ahora, ambas partes están en medio de una oposición de intereses es realmente interesante.
JiMin logró hacerse a una idea fugaz de lo que está sucediendo y que inicia con un mito que JungKook no conoce.
―¿A qué te refieres? ―preguntó llevando la carne hacia la mesa, pero antes de que pudiera reclamar una respuesta más, NamJoon llegó con un animado cachorro aferrado a su espalda que tarareaba una suave canción producto de la emoción por comer y obtener el permiso para comer alguno de los dulces que aguardan en la bonita caja que está en medio de la mesa del comedor.
―¿Papi no podemos comenzar con la hora del postre primero? ―indago Aiden siendo depositado en el suelo y se acercó junto a su Joonie a la mesa para tomar asiento.
Pero sabe que es una batalla perdida, porque su padre solo le permite hacer eso el día de su cumpleaños y para que llegue ese día aún falta mucho.
―¿Qué tanto lo quieres? ―cuestionó JiMin pasando los platos en lo que JungKook iba sirviendo, quien por cierto luego de la irrupción de la pregunta que dejó sin responder, se sumió en un calmo silencio por la confusión a la que muy posiblemente le está tratando de hallar una justificación.
―Mucho con demasiado ―respondió con rapidez el cachorro que por unos segundos creyó tener la oportunidad que tanto deseaba.
―Bueno mi pedacito de vida, espero que con esa misma emoción primero termines con tu comida antes de pasar a los dulces ¿De acuerdo? ―indicó el omega poniendo frente a su hijo el plato con sus alimentos en una menor cantidad y ajustada para lo que debe comer.
Ignorando el hecho de que una vez más Aiden sigue tratando de modificar el orden de la comida y su reacción siguiente que no suele cambiar lo hizo sonreír, porque su pequeño por medio de sus artificios ha logrado manipularlo o presionarlo con su excesiva ternura hasta que termina cediendo, pero esta es de las pocas ocasiones en las que siempre se mantiene firme.
―Oh bueno, lo intente ―pronunció en voz baja con un pronunciado puchero y estiró su mano para tomar el tenedor y comenzar a comer.
Entre más rápido termine más rápido podrá comer los pasteles.
―Siempre tan ansioso pequeño ―expresó NamJoon removiendo los rizos naranjas del pequeño que asintió con las mejillas llenas y todos sonrieron por la ternura de la impaciencia que caracteriza a Aiden cuando de deliciosa comida se trata.
Sin embargo, JungKook tuvo que forzar su sonrisa al tener que reprimir la incomodidad que palpitó en su pecho con una escandalosa fuerza, como si un potente vacío se hubiera impuesto sobre su corazón y tirado en una dirección desconocida, pero que de la misma forma en que llegó fue diluida por la risa de Aiden, cuando su pequeño se giró a mirarlo esperando que le diera más vegetales y aunque se demoró unos segundos en reaccionar, hizo lo mejor que pudo para ocultar su malestar.
―¿Estás bien? ―JiMin murmuró en voz baja para atraer la atención del azabache que movió su cabeza en afirmación y la mirada un poco desconcertada no le dio tranquilidad, pero no pudo hacer más porque reparó en la forma en que JungKook trató de sobreponerse a lo que sea que lo incomodó.
―Sí, es solo que ver a mi cachorro pidiendo más vegetales es un motivo para celebrar ―ideo JungKook para resolver la mirada interrogante de JiMin y NamJoon sobre su rostro al presentir la incomodidad que lo atravesó, pero que ni él mismo sabe de dónde emergió.
―Mi tío Koo siempre me apoya ―manifestó el cachorro parpadeando con inocencia ante la mirada acusadora de su padre que lo hizo reír en demasía.
―Recuerda que eres mi hijo Aiden Kavanagh, mantén tu lealtad ―expresó con fingido enojo en su rostro que provocó una gran risa que se mantuvo ante los gritos de emoción del pequeño cachorro cuando el momento que más estuvo esperando durante la cena llegó.
Y con ese instante, una confirmación lejana emigró hasta el alterado receptor que en medio de una pesadilla atrapado quedó.
Autora:
Todo va avanzando con relativa calma y la relación ya existente entre Tae y Kook será un poco lenta, porque la época lo exige, aunque tampoco tanto, ya verán lo que va sucediendo 😶
Por favor, no se confíen, esto va en ascenso y el primer misterio ya se presentó. Así que esperen el próximo capitulo, porque en definitiva todo será... Besos, besitos y nos vemos próximamente.
Todo mi amor para mi sol de medianoche, quien es parte de la inspiración para adelantar las actualizaciones 🧡
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