ⅠⅠⅠ: El hijo del sol lo encontró
En el instante en que TaeHyung escuchó con bastante agudeza los suaves toques sobre la puerta, su lobo que llevaba unos minutos inquieto, tras el sonido producido por los tres golpecitos, se aquietó en gran medida y solo dejó detrás de sí una excitación anticipatoria que ocurre en los momentos en que finalmente se obtiene el tan codicioso premio ante el deseo primario.
Por lo que pareciera que detrás de la parte y desde el exterior proviene el estímulo que hormigueo en la piel de su mano cuando se apuró a abrir la puerta y dio un corto salto cuando la perilla metálica entró en contacto con su piel para jalar con fuerza y ver quién estaba allí, aunque no necesito preguntarlo, cuando la voz de Aiden se alzó desde el otro lado para anunciar su presencia.
Y detrás de él llegó la ambrosía perteneciente a las dulces almendras de la presencia del omega que respondió de la misma forma que él. El impacto los atravesó como un rayo en el día más caluroso del verano que tras su aviso imponente en el cielo desata una tormentosa y esporádica lluvia que da un poco de consuelo por las bajas temperaturas que se asientan para volver a tomar fuerza.
Fue un exceso que atiborraron sus sentidos al no comprender lo que representa la persona que tiene enfrente.
―Buenas tardes casi noches, señor TaeHyung ―saludó Aiden cuando el alfa terminó de abrir la puerta de par en par y ante su llamado bajo su mirada para dedicarle una bonita y curiosa sonrisa de corazón que lo contagió.
―Hallo Lilie ―respondió en alemán el alfa haciendo uso del nuevo sobrenombre que se le ocurrió ponerle al cachorro mientras venía del trabajo y entre los distintos lugares que vio, su mirada se quedó fija en la floristería que le recordó el lenguaje de las flores que hace tiempo no usaba, al menos no de forma directa hacia una persona, porque lo que al ver el blanco de las rosas, recordó los lirios del mismo color que personifican la pureza de Aiden.
Aunque TaeHyung no pudo verlo por estar concentrado en la expresión interrogante del pequeño que luchaba por comprender lo que se le dijo en otro idioma que no conoce, JungKook logró descifrar lo que el atractivo alfa dijo, lirio, tan similar e igual a la forma que él tiene de llamar a su cachorro.
Su mirada se quedó fija sobre los movimientos del alfa al agacharse para quedar a la misma altura de Aiden y su corazón se estrujo con fuerza cuando una fugaz mirada dorada se posó sobre él y rápidamente volvió a la cuestión que el de cabellos anaranjados expuso.
―Creo que solo entendí que me dijo hola, a menos que también me esté equivocando ―afirmó con duda en su ceño fruncido por no saber a lo que se está refiriendo, pero no es su culpa no comprender el alemán más allá de un saludo inicial.
Porque incluso en eso el alfa le lleva la delantera, ya que parece ser que él domina un poco del irlandés, debido a que el día en que su padre lo sorprendió hablando con TaeHyung, él comprendió lo que estaban hablando, o bueno la preocupación acerca de lo que su bonito papi dijo, si la entendió porque luego él excusó el comportamiento agitado de su Minnie.
―Es cierto cachorro, aparte de hola, Lilie, significa lirio, pero en este caso quiero que tengas presente que me refiero al blanco ―explicó TaeHyung sonriéndole tan bonito a Aiden que él logró sentirse un poco cohibido por la presencia ajena.
Hasta que recordó algo y sus ojos se abrieron en grande, exhibiendo aún más la peculiaridad esmeralda en uno de sus orbes.
―Mi tío Kook también me dice así, bueno me dice pequeño lirio ―comentó con energía―. Ahora que lo recuerdo hace un tiempo que no he visto ese tipo de lirios ―inclinó su rostro hacia arriba tratando de recordar la última vez que los compraron para adornar los jarrones de su casa que ahora están vacíos mientras terminan de acomodar todo lo de la mudanza.
Su comentario que para JungKook fue un pequeña imprudencia al dar más información de la requerida así el alfa no conozca su identidad y por tanto no puede relacionarlo con esa coincidencia, acerca del apodo que le tiene al cachorro, para TaeHyung fue una oportunidad que tomó para darle definición más adelante.
―Podría llevarte a un bonito campo de lirios que conozco, si me dices quién viene contigo, porque lo hemos dejado de lado ―murmuró TaeHyung queriendo incluir en la conversación al grácil omega que trata de darles el tiempo que requieran para hablar, pero su lobo lo impulsó a tener la mirada esmeralda sobre su presencia y así fue gracias a su comentario.
Sin embargo, Aiden no sabía a cuál de los dos importantes hechos darle prioridad en el momento, si la mención del campo de lirios que tanto le gusta, o presentar a su tío Koo que justamente lo acompañó para que pudiera cumplir con su secreto propósito.
‹‹Petricor Aiden, petricor›› recordó mentalmente y se animó a olisquear con ligereza el aire cercano que le trajo el aroma del alfa hasta su nariz.
Por lo que el primer y único paso de su tan elaborado plan se cumplió. Y ahora solo debe improvisar.
―Él es justamente de quien estábamos hablando, señor TaeHyung ―susurró un poco más cerca del alfa y retrocedió ese mismo paso para llegar al cuerpo contrario que tiene detrás―. Él es mi tío Koo, mi omega y una de las tres personas que más amo en el mundo ―presentó con solemnidad tomando de nuevo el pantalón contrario para acercarse y nombrarlo como se debe, y de la forma en que su tío Nam le enseñó.
A JungKook se le hizo imposible no sonreír tímidamente por la tierna presentación de Aiden, además de la clara territorialidad en sus palabras. El alfa lo imitó a la vez que comprendió el fuerte vínculo que los une por el apelativo que le dio al omega, que volvió a mirarlo fugazmente para bajar su mirada oliva hasta el cachorro que ya lo veía con una luminosa sonrisa.
―Es un gusto conocerlo JungKook, tío y omega de Aiden ―saludo siguiéndole la corriente al cachorro que le respondió con una contagiosa sonrisa de ojos cerrados que los hizo reír a las tres.
―Es correcto señor TaeHyung, es un gusto. Soy JungKook O'Brien ―respondió fijando su atención en la mirada de sol que le respondió con la misma fuerza y determinación en el contacto que duró unos segundos hasta que la intensidad lo traspasó y lo hizo mirar el objeto entre sus manos.
―Les ofrezco una disculpa por recibirlos en ropa de cama, pero era lo que más deseaba apenas llegue del trabajo ―sintió la necesidad de disculparse cuando reparó la vestimenta que porta comparada a las delicadas y elegantes prendas que usa el omega con una sencillez exquisita.
―Por favor señor TaeHyung, discúlpenos por llegar a estar hora, pero Aiden quería darle algo en persona y no soy quién para negarme ―por alguna razón no quería ir a esa hora, ya que por lo general, es el horario en que uno busca deshacerse del cansancio acumulado del día y sobre todo cuando se vive solo. Pero como ya lo dijo, no podía decirle que no a Aiden.
Y como acción de la timidez que continúa burbujeando en su piel, sus mejillas ganaron pequeñas salpicaduras rosadas por la mirada reprobatoria que le dio el alfa.
―Si no le es incómodo JungKook, puede dirigirse a mí solo por mi nombre, no es necesario un honorífico o apelativo más ―índico con una expresión apenada por su solicitud, porque tiene claro el protocolo que se inculca entre las clases sociales y más aún al referirse a un alfa según los estándares que privilegian el alfismo.
Solicitud que dejó anonadado al azabache, ya que no es lo usual y menos proviniendo de un alfa del porte y las características de TaeHyung, no exaltar su importancia o cierto rasgo de imponencia. Acción que lo sonrojo aún más ante la aprobación de su omega al no ver signos de intimidación ni mucho menos altiveza.
Después de todo, tanto Aiden como JiMin tenían razón, TaeHyung es un alfa atípico a lo que se espera.
―No es habitual, pero lo agradezco TaeHyung ―mencionó JungKook sonriendo con los ojos antes que la emoción llegará hasta sus labios que se curvaron en una amplia sonrisa que el de cabellos grisáceos siguió con diversión. Ambos presos de la tensión que la presencia ajena emana hasta envolverlos en un electrificante ambiente.
Todo bajo la atenta mirada de Aiden que no tiene idea alguna de porque se están comportando de esa manera, y antes de que pudiera preguntar, dos maullidos llamaron su atención a la vez que deshicieron el absorbimiento de los mayores que buscaron el origen del sonido que rápidamente se presentó, por la aparición de Lucifer y Gabriel que se acercaron entre cortos y animados pasos hasta estar al lado de los pies del alfa que los miro con dulzura, causada por la exclamación de Aiden al verlos.
―¡Son ellos, tío Koo! Te lo dije ―aludió Aiden olvidando el regalo que trajo para el alfa cuando en su campo de visión llegaron los dos pequeños gatitos que fueron el primer motivo para que se acercara a la casa ajena, hace un día atrás.
―Tranquilo cachorro, que puedes asustarlos ―manifestó el omega debido al pequeño brinco que dieron los gatitos cuando Aiden gritó al verlos aparecer desde el interior de la casa que está envuelta en el inconfundible aroma del alfa y que nunca antes ha sentido en otra persona más allá de la naturaleza que parece estar contenida en TaeHyung.
―Puedes acercarte si así lo quieres Lilie ―animó TaeHyung al ver que sus pequeños se acercaron curiosos por las voces y no reaccionaron de mala manera ante las dos nuevas presencias.
Tras asentir a la mirada interrogante de Aiden que parecía pedirle permiso otra vez, el cachorro se acercó sin dudarlo y se arrodilló sobre el suelo de madera esperando que los gatitos fueran a su encuentro y no forzarlos a acercarse.
Gabriel fue el primero en salir del resguardo al ser el más confiado de los dos y corrió hasta la pequeña manito que se le estiro para darle suaves caricias en su cabecita que lo hicieron ronronear a gusto, tanto que Lucifer al evaluar la presencia ajena, siguió el camino de su hermano y con timidez acepto la calidez del pequeño que lo relajó en demasía.
―Son adorables ―JungKook pronunció enternecido por el tamaño de los felinos y el agrado que mostraron a las carias de Aiden.
―Oh no, ven aquí noche ―llamó el infante al pequeño gato de pelaje negro que de un momento a otro se sobrepuso al adormecimiento y corrió de nuevo al interior de la casa maullándole al querer que jugara con él.
Aunque Aiden quiso seguirlo, no se atrevió a hacerlo porque no es su casa y no quiere ser abusivo y pedirle permiso al alfa para ingresar.
―No, pero no te vayas tú también nieve ―bramó con el nombre provisional que se le ocurrió ponerle a ambos, cuando el otro gatito salió huyendo hacia donde estaba su hermano esperándolo y desde allí ambos maullaron para que fueran con ellos.
Si bien al alfa le pareció enternecedor los sobrenombres que Aiden les acaba de colocar al no saber sus nombres, omitió preguntar por la razón y lo incentivó a ir detrás de sus dos juguetones gatos.
―¿JungKook, le permitiría a Aiden ingresar para que comparta unos minutos con mis dos gatitos? ―solicitó el alfa a la autoridad a cargo del cachorro que bajo la suplicante y brillante mirada marrón, asintió no sin antes indicarle que no fuera muy adentro donde no pudiera verlo.
Y así fue como Aiden, olvido todo lo concerniente al pastel que su omega sostiene y que incluso él y TaeHyung han olvidado mencionar por el objeto que sostiene entre las manos.
―Ellos son Lucifer y Gabriel ―comentó TaeHyung cuando la atención del omega fue detrás de Aiden en compañía de sus pequeños gatos que cada tanto ronronean por las caricias a las que el pequeño cedió.
―Es una curioso forma de nombrarlos, por la referencia bíblica ¿Cierto? ―parpadeo para dejar de ver a Aiden cuando vio que no había ningún peligro para él y volvió su atención al alfa que le sonrió cálidamente. Tuvo que aferrar sus manos sobre la textura de la bandeja de plata que le regresó el frío del metal cuando la emoción lo sacudió un poco, tan solo un poco más de lo que ya venía sintiendo.
―A simple vista si lo es ―confirmó―. Pero me declino más por la representación de la luz y la oscuridad, y la confusión que cree en los nombres que a cada uno le asigne.
―¿A qué se refiere, TaeHyung? ―indagó con verdadera curiosidad que se reflejó en el brillo de sus ojos que deslumbró al alfa y que le pareció conmovedor, ya que Aiden hace lo mismo cuando descubre algo nuevo.
―Sin adentrarnos a las connotaciones de ambos nombres en el significado bíblico, quise cambiarlo para que fuera divertido o atípico cuando la gente lo escuche. Porque Lucifer es el gato blanco y Gabriel el negro ―explicó riendo por la graciosa mueca que estiró las comisuras de los labios del omega que rompió en una lírica carcajada que la sintió vibrar en su pecho por ser el causante.
Y ya se está desviando hacia esferas no proporcionales en el momento.
Pero no era el único que estaba perdido en la nebulosa causada por los orbes de sol y los rayos plata de la luna que decidieron bañar el cabello de TaeHyung, que forman por excelencia una dualidad que nunca llegó a ver y que ahora contemplándolo por primera vez en su vida, se da cuenta que es lo que muy en el fondo siempre buscó.
La diferencia que resalta sin ser forzada ni mucho menos artificial como una máscara destinada al engaño. Porque solo ve pureza y su lobo quisquilloso reconoce a quien lleva el aroma de la tierra mojada luego de que la lluvia detiene su caída.
―Imagino lo perdidos que se sienten cuando nombra a Lucifer y sale el pequeño como la nieve ―comentó al mismo tiempo en que reía por la ironía que el alfa recreo con los nombres de sus gatos.
―Y después ven que Gabriel es el temido y satanizado gato negro ―opinó Götz.
―Hay una gran serie de eventos desafortunados que se rotulan como malos, cuando en realidad son solo consecuencias de los actos de los demás ―el omega reflexionó fijando su atención en la mirada ajena que le brindó la confianza suficiente para expresar lo que piensa. Si bien lo que dijo es su verdad, no pensó que la iba a compartirla sin pensarlo siquiera.
Oh por todo lo que tiene en su vida, ¿Qué había acabado de hacer? Cuando sus palabras le regresaron lo que dijo bajo su mirada hacia la canasta y se rio con un poco de pena por su ataque de sinceridad.
Para TaeHyung fue todo un espectáculo que lo maravilló al ser testigo de un cálido suceso que como la primavera floreció en la piel tersa e inmaculada de JungKook, la cual fue bendecida por un tímido sonrojo que burbujeo en su garganta por la incontenible risa que se tragó para no incomodarlo y seguir teniendo la oportunidad de ver el precioso lienzo que ante sus ojos dio vida.
―Y son ellos los que nos llevan a vivir bajo lo que consideran acertado sólo para su beneficio ―concordó con lo expresado por JungKook porque en verdad disfruto ver que hay más que sólo belleza en un rostro que recién acaba de conocer y que como primer impacto le generó gran curiosidad por descubrir los misterios que están imantados en los orbes esmeralda.
El omega sintió la intensidad con la que TaeHyung parecía querer escudriñar entre los secretos de su mirada, la cual le respondió con la misma fuerza que la dorada, y mantuvo el contacto hasta que las risas de Aiden deshicieron la batalla silenciosa y un hecho se sobrepuso por encima de la aglomeración de estímulos que lo devolvieron hasta la verdad que sostiene en sus manos.
―Se supone que venía con un propósito, mejor dicho Aiden, tenía una importante labor ―pronunció en voz baja que el alfa escucho perfectamente e inconscientemente dio un paso más cerca cuando vio la intención en los labios carmesí de seguir modulando―. Pero como vemos ese adorable pequeño está muy ocupado ahora.
―No deberíamos molestarlo, en ese caso ―claramente sus palabras están sustentadas en un doble sentido que se manifestó en las sinceras sonrisas que volvieron a encontrarse, esta vez con las manos de JungKook revelando lo que tanto mantuvo consigo.
―Él fue el autor intelectual de esta sorpresa ―refirió estirando sus brazos hasta deshacer la distancia entre sus cuerpos y TaeHyung no estaba seguro de lo que debía hacer.
Solo veía la delicada y bonita canasta de fibra que debe contener algo dulce debido a lo que su olfato captó y sus pupilas se dilataron en el momento en que reconoció el fruto que más le gusta, el aroma de las fresas colmó sus sentidos y por la mirada que JungKook le devolvió pareció comprender la reacción inconsciente de su lobo que emano un poco más de su aroma a petricor y que agitó al omega en gusto por la reacción del alfa por lo que preparó.
―Espero que te gusten las fresas ―mencionó el azabache con obviedad por la reacción contraria cuando reconoció el fruto que inunda el pastel.
Otra coincidencia más que abofeteó a TaeHyung, ¿Por qué cuántas probabilidades había de que justamente Aiden eligiera un pastel de fresas que tanto le recuerdan su infancia? Cuando su madre casi que semanalmente debía preparar un postre o pastel, no importara lo que fuera, con tal de que las fresas fueran las protagonistas.
Dos similitudes en un mismo encuentro desató la curiosidad en ambos de descubrir la causalidad que los impulsó hacia el otro.
―Las fresas son mi fruto favorito ―confesó con evidente emoción en su voz y una cálida mirada irradiante de los rayos del sol que calentaron el pecho de JungKook que le correspondió el gesto animándolo a levantar la canasta.
―Veamos si lo que aquí está sea de su agrado ―dijo con un poco de nerviosismo atorado en las paredes de su garganta, cuando la sonrisa de corazón se estiró más sobre los bonitos y suaves labios del alfa. Y oh por favor, el bochorno volvió a reptar por sus mejillas hasta sus orejas cuando se dio cuenta de sus pensamientos indiscretos.
Sacudió su cabeza para retomar el hilo de su cordura y admiro la delicadeza con la que el alfa sujeto el pequeño arco de la tapa para tirar de él y revelar el paraíso que tuvo TaeHyung suspirando cuando vio el pastel de fresas.
La emoción lo embargó de golpe porque sin duda recordó lo feliz que ha sido durante su vida y que esos momentos siempre han estado ligados al dulce y ácido sabor de las fresas.
Una escala de variaciones que comprenden las experiencias de su vida.
―JungKook ―llamó el alfa sosteniendo aún en el aire la canasta y devolvió su mirada a la ilusión esmeralda que le estaba sonriendo con amabilidad.
―TaeHyung ―respondió el omega tragando con fuerza por la presencia del alfa que sintió sobre su piel por la voz barítono que lo encantó.
―Es el regalo más especial que he recibido en un tiempo ―manifestó con sinceridad, una tan apabullante que de nuevo JungKook tuvo que esquivar su mirada al sentir como su lobo reaccionó complacido por la transparencia en los actos del alfa.
―Y sabe mejor de lo que se ve ―bromeó para romper un poco la intoxicante tensión que tiene a sus músculos rígidos por la timidez que sigue atenazando su interior.
JungKook sintió desarmarse en el momento en el que la sonrisa de corazón se transformó en una coqueta expresión que se profundizó por la ceja en alto que enmarco el apolíneo rostro de TaeHyung. El azabache frunció los labios en una línea para contener la sonrisa que deslumbró su rostro bajo la atención del alfa.
Compartiendo secretamente la respuesta que hubieran querido decir pero que claramente podía ser malinterpretada.
―Mi tío Koo lo hizo ―interrumpió Aiden llegando en compañía de los dos felinos que lo siguieron, llamando la atención de ambos adultos que agradecieron la intervención del infante.
En definitiva era el día de JungKook para actuar como no suele hacer, producto de la retraimiento que lo hizo encogerse un poco entre sus hombros por la ilusión que reverberó en la mirada dorada, cuando se le compartió la información sobre la procedencia del pastel.
TaeHyung en un inicio pensó que lo habían comprado y estaba debatiéndose en si sería cortes preguntar sobre el lugar, porque no había llegado a ver un pastel semejante y mucho menos con el glaseado que las fresas tienen. Por lo que un pequeño hoyuelo se formó en su mejilla derecha cuando la sonrisa fue incontenible y contagiosa para sus acompañantes.
Precisamente para el omega que halló la valentía en su interior aún con los nervios aflorando en su piel que se erizo por la cautivadora expresión del alfa que lo distrajo unos segundos hasta que recordó lo que iba a decir.
Él también puede sumarse al juego.
―Por eso dije que le gustara, TaeHyung ―confesó el omega con una sonrisa ladeada que causó gran diversión en el alfa y compartieron la felicidad que no saben de donde proviene pero que sin duda llegó por parte de la presencia ajena.
―Soy un poco exigente cuando de postres de fresa se trata, JungKook ―decir el nombre del omega se sentía tan correcto, la modulación fluía con armonía y la palabra se escuchaba preciosa para representarlo a él.
―Mi omega es el mejor y esta tarta también es su favorita porque él ama las fresas igual que usted ―Aiden comentó con inocencia al parecerle curioso que a los dos les guste la misma fruta y el omega lo miró con intensidad esperando que no dijera más detalles de los que está dando.
Porque la clara mirada desbordante en gracia, le confirmó la diversión que la situación está causando en el alfa y todo por ser expuesto por el cachorro.
Para TaeHyung es gratificante ver las semejanzas que ambos comparten y aunque quiso invitarlo a que ambos probarán el pastel en compañía de Aiden, considero que la hora no es la adecuada y que después de todo no tiene la confianza suficiente con él como para atreverse a hacerlo.
―Muchas gracias por hacérmelo saber Aiden ―comentó con un tono burlesco que JungKook comprendió cuando su atención vaciló entre el cachorro y su mirada dorada―. Agradezco mucho tu precioso gesto Lilie. En verdad me has hecho muy feliz ―pronunció mirando al cachorro que le sonrió con tanta ternura que su corazón sufrió por la dulzura que él desborda de forma natural.
Enunció una verdad que lo hizo vibrar al saber que la iniciativa del pastel más delicioso que ha visto, aún sin probarlo, lo conmovió por la pureza de una acción que no se esperaba. No creyó que el encuentro pasado hubiera significado tanto como para que el cachorro sintiera la necesidad de darle un presente.
Uno de los más puros que solo recibe cada tanto de sus padres.
―No quiero que se sienta solito señor TaeHyung, después de todo nosotros estamos a solo esa corta distancia ―indicó señalando con su mano la casa en la que vive―. Y quiero darle la bienvenida de la misma forma en que usted lo hizo ayer.
―Lilie, pero no hice nada, antes me siento apenado porque debería ser yo quien los integre al lugar ―expresó el alfa y JungKook rápidamente negó ante sus palabras.
―No es necesario, es solo un gesto desinteresado ―manifestó el omega―. Aunque si le pido que después me haga llegar la bandeja ―bromeó luciendo el sonrojo en sus mejillas que ya perdió la lucha al tratar de ocultarlo y que el alfa tanto agradeció ver al deslizar su mirada sobre esa tersa zona.
―De hecho si hizo algo señor TaeHyung ―confesó Aiden―. Se que la amabilidad no es un gesto que se debe agradecer, porque es la forma en que las personas deberían tratarse sin importar el dinero que tengan o el lobo. Pero usted fue muy amable y me hizo sentir seguro. Y esa es mi forma de decirle gracias ―su familia se lo ha explicado y si bien no debe agradecerlo, solamente se dejó llevar por el impulso de tener una buena acción con el alfa y la bonita forma de ser que él tiene.
―Eres bienvenido cachorro y creo que mis pequeños también estarán felices de verte otra vez ―pronunció al ver como Lucifer y Gabriel miraban atentos los movimientos de Aiden.
Además de la tranquilidad con la que se han conducido durante esos minutos en los que el sol terminó por ese día la aparición sobre el cielo y la oscuridad comenzó a inundar la noche. El alumbrado de las farolas de mecha que hace poco instalaron fue encendido y eso les dio la última posibilidad de ver sus rostros con gran definición.
Pero para el azabache la luz amarillenta es insulsa si el dorado sigue danzando en la mirada del alfa que tan hipnotizado lo tiene.
―No se retracte de sus palabras señor TaeHyung ―indicó Aiden viéndolo con ilusión por seguir viéndolo al igual que a los pequeños gatitos.
―No pienso hacerlo, Lilie ―aseveró el alfa estirando su mano hacia el cachorro que la estrechó con sus dos manos porque la suya es mucho más grande, tanto que ocultó las ajenas en un bonito cuadro que enterneció a JungKook y a su lobo que dejó sentir más de su aroma a caramelo que no se revela de forma tan notoria ni con tanta frecuencia como lo está haciendo ahora mismo.
―Debe recordar estas palabras TaeHyung, porque aquí tendrá a Aiden con frecuencia, si no supone una molestia para usted ―debe asegurarse de que el alfa es sincero y que en verdad disfruta de la compañía de su pequeño lirio, aunque ese primer hecho es lo único que tiene seguro, porque Aiden no suele congeniar con todos, por lo que intuye que el alfa posee una linda conexión con los cachorros en general, como JiMin dedujo.
―Créame JungKook, que me complace tener tan agradables personas viviendo a mi lado en medio de un vecindario un poco gris y hasta frío ―mencionó TaeHyung la realidad del lugar en el que ha vivido toda su vida hasta que la casa familiar se convirtió en un regalo de cumpleaños por partes de sus padres.
Pero que no deja de serle incómodo la frialdad con que muchas de las personas residentes actúan, todo derivado por el dinero que en sus cuentas se acumula y que es lo que tanto los enorgullece.
―Pero no todo tiene porque serlo, al menos no nosotros ―emitió abriendo sus ojos un poco más de lo normal cuando comprendió el doble sentido en el que se podían interpretar―. Me refiero a que ambas casas podemos ser una diferencia, si, eso ―aclaró con algo de afán terminando de ahogarse con la explicación que hizo reír al alfa, siendo seguido por el traicionero cachorro que por primera vez vio a su tío Koo nervioso.
Oh que bonita curiosidad fue para Aiden contemplarlo.
―Somos parte de la diferencia ―el alfa prosiguió queriendo zanjar la conversación para que JungKook logrará aplacar el potente sonrojo que estalló otra vez en su rostro de piel caliza que lo hace lucir más bonito de lo que naturalmente es―. Una vez más, agradezco mucho lo que hiciste Lilie. Y JungKook también a usted por haberlo preparado sin tener idea alguna de a quién se lo estaba preparando, más allá de lo que Aiden pudo decir ―con una sincera sonrisa inclinó su rostro en una venia para manifestar su inmenso agradecimiento, que fue correspondida por el omega y el cachorro que emuló el movimiento.
―Nos vamos pronto señor TaeHyung ―se despidió con una mano en alto mientras la otra sostenía la de su tío Koo que le sonreía con dulzura al alfa en medio de una despedida silenciosa y una promesa retratada en la bandeja de plata que el de cabello grisáceo sostiene entre sus manos.
La mirada del omega y el alfa se concentró en ese mismo pastel que yace expuesto por la canasta y tras un parpadeo volvieron a unirlas, imitando la acción que JungKook logró palpar en el magnetismo ajeno que le llegó a través de un ufano sentimiento más allá de su lobo.
Vivificado en el misterio que la mirada esmeralda causó en la dorada que brillo en una emoción ajena cuando se despidieron y dieron pasos contrarios hacia donde querían ir para seguir descubriendo las verdades que muy seguramente allí encontrarán.
Veneris Dies, 12 de enero, 1.855
―¿Desde cuándo eres tan mezquino? ―cuestionó HoSeok reunido en la amplia oficina de TaeHyung, sentado en la sala dispuesta en medio del lugar desde el cual YoonGi y él, aunque más que todo es solo él, porque el pelirrojo está atento a la conversación pero su atención está inmersa en la agenda que sostiene entre sus manos mientras repasa los detalles que hoy ultimaron para la inauguración de la nueva sede conjunta.
Así que ahora están descansando luego de finalizar el día laboral.
―No sé a qué te refieres ―el alfa se hizo el desentendido girando en su silla para darles la espalda y fijar su mirada en el panorama de una agita Inglaterra a través del cristal al mismo tiempo en que sostiene un tenedor en la zurda y en la diestra el pequeño contenedor de vidrio en el que trajo una pequeña porción del delicioso pastel que lo colma de placer por el dulzor que lo acompaña en cada bocado y que lo hace suspirar extasiado por la forma en que sus músculos, gracias al caramelo de las fresas poco a poco van restando tensión a los nódulos que acumuló a lo largo del día.
En el que estuvo de pie durante largas horas en el ir y venir en el que afortunadamente ya todo está listo y más que dispuesto para recibir a los nuevos integrantes que llegarán posterior a la inauguración que realizarán en un pequeño evento sólo para el gran equipo, y un anuncio pago en la imprenta que va a dominar la primera plana. Es todo lo que necesitan, porque el edificio hablara solo por sí mismo cuando remuevan el gran telón que lanzaron desde lo alto del techo para ocultar ciertos detalles de la fachada.
―Como todo un pecador te ocultas ―alegó el alfa mirándolo con los ojos entrecerrados por el descaro del menor al dejarlo viendo el delicioso postre que llevo hasta su olfato el aroma de las fresas y el caramelo.
El cual TaeHyung le negó toda posibilidad de probar.
―Lo siento Hobs, pero justo en este momento se acaba de terminar, que triste ―exagero un tono lastimero en su voz con las mejillas conteniendo los últimos bocados de pastel que de forma mezquina dejo solo para él.
Porque no pensó que justo en su momento de descanso sus amigos llegarán en el preciso instante en el que estaba a mitad de la pequeña porción que trajo desde casa para recompensar su arduo trabajo.
Y HoSeok que en excelencia es un amante de los pasteles quedó maravillado con lo que el menor poseía entre sus manos.
―El egoísmo te queda corto ―indicó con fingida molestia en sus facciones que derivaron en la risa de YoonGi que no podía creer la escena en la que sus dos amigos están enfrascados.
Uno porque no acepta que no le hayan dado pastel, lo cual es una ofensa para HoSeok, y el otro, porque no es capaz de decir que no por una vez en su vida y trata de hacerse el desentendido para no decir la verdadera razón de su negativa.
―HoSeok puedes comprarte un pastel similar a ese, así que deja a Tae por una vez disfrutar de algo que parece ser especial para él ¿Cierto? ―cuestionó levantando su rostro para mirar al peligris que rápidamente asintió a su indicación.
El alfa mencionado se tragó el último pedazo de pastel en su boca con un ligero sorbo de agua para dar su tan valiosa explicación de la mezquindad de la cual lo acusan.
―El pequeño Lilie, que es el hijo de uno de los nuevos ocupantes de la casa al lado de la mía, es uno de los pequeños más adorables y manipuladores que he conocido ―expresó el alfa, luego de haberlos puesto en contexto sobre las últimas novedades de su vida y la nueva presencia que lo tiene encantado, porque parecen ser muy distintos a todo lo que allí abunda.
―¿Aiden lo preparó? ―cuestionó HoSeok un poco incrédulo por las habilidades que un pequeño de diez años pueda tener.
―Si genio, él lo hizo ―molesto YoonGi al alfa tirándole un pequeña bola de papel que formó con uno de los papeles que descartó por los sucios borrones que tenía, así que le dio un mejor uso cuando dio en todo el centro de la frente del rubio.
―¡Oye! ―exclamó el afectado sobando la zona que dejó un pequeño picor sobre su piel.
―Claramente no lo preparó él, pero fue quien tuvo la idea y su tío fue quien lo hizo ―ante el recuerdo del bonito omega sonrió sin darse cuenta de la forma en que sus amigos lo estaban mirando con ciertas sospechas infundadas.
―No diré nada, pero esa sonrisa es sospechosa ―devolvió HoSeok dejando de lado su capricho por el pastel y sintiendo curiosidad por conocer a los nuevos vecinos de Tae.
―He de admitir que es un omega precioso, eso es todo ―reveló con tranquilidad recargando sus codos sobre el escritorio para ver la emoción cruzar por la mirada de YoonGi que no dijo nada más, no como Hobi que estalló en diversos colores palmeando con emoción.
Oh no, aquí viene el interrogatorio.
―Así que es un omega y muy lindo al parecer el que te hizo el pastel inquirió levantando sus cejas en una graciosa mueca que los hizo reír mientras él mantenía la seriedad a la espera de una respuesta.
―No dije que él lo haya hecho para mí, solo lo hizo porque su sobrino se lo pidió y ya, no cambies mis palabras ―amenazó apuntándolo con su dedo índice y HoSeok levantó sus manos.
―Deshago mis palabras, no he dicho nada ―mencionó simulando con sus manos un cierre sobre sus labios para sellarlos.
―No te emociones por nada, porque ayer lo conocí y ya está, no hay porque alarmarse ―dijo TaeHyung y sintió como su lobo protesto en contra de sus palabras, porque está alargando el momento en el que tenga que ir a entregar la bandeja, solo para tener una oportunidad de verlo.
Pero sabe que no puede salir como lo desea, porque en aquella casa no solo vive él, sino que dos adultos más lo acompañan, aunque si es Aiden a quien ve, también es una ganancia.
―Verte encantado con un omega es toda una novedad ―YoonGi intervino, si bien no va a presionarlo para hablar, que como el alfa ya dijo, carece de sentido porque apenas se conocieron, si puede molestarlo con hechos obvios y que no son exageraciones suyas como las de HoSeok.
―¿Acaso esto es un interrogatorio para saber de mi vida personal? ―preguntó emitiendo una risa seca por la relevancia que le están dando a un tema que en verdad no lo amerita.
Es un hecho que la presencia de JungKook no es una nimiedad, pero tampoco es un evento cataclísmico por el momento. Aunque si debe admitir que lo dice YoonGi es cierto, no suele demostrar particular interés por nadie más allá de una relación amistosa y eso que no tiene demasiados amigos.
―¿Qué vida personal? Si solo se resume a nosotros dos ―bromeó el castaño y antes de que Götz pudiera lanzar la pluma que tomó del escritorio, fueron interrumpidos por el ruido de la puerta siendo tocada con suavidad que detuvo toda réplica que pudiera ser dicha y toda posible agresión que pudiera ser engendrada.
―Señor TaeHyung y compañeros ―pronunció GoEun luego de recibir autorización para ingresar.
Y debido al apelativo con el que se refirió al alfa, ya sabían lo que venía.
―Todavía hay un pendiente del que deben encargarse para que puedan irse ―anuncio con una mirada de disculpa porque ellos ya estaban preparándose para finalizar el día, aunque lo bueno es que aún tienen tiempo para salir temprano.
―¿Nos va a demorar mucho? ―cuestionó TaeHyung sopesando la idea de cancelar si el asunto era muy dispendioso.
―No jefe, no demorará más de 20 minutos, es un por menor nada más ―específico la castaña para salir del lugar después de que los tres se pusieran de pie para seguirla.
Claramente HoSeok no está dispuesto a dejar el tema previo en el olvido.
―Tenemos que conocer a ese misterioso omega ―señaló el de orbes marrón poniéndose al frente del grupo.
―A mí sácame del conjunto ―manifestó el beta negando por la insistencia de HoSeok en un tema que si bien le genera curiosidad, no va a insistir porque aún no ha sucedido nada trascendente.
―No olvides que puedo atormentar tus sueños, Hobs ―comentó Götz pasando de largo al contrario que clavó sus orbes muy abiertos sobre la ancha espalda del alfa que bajo las escaleras para ir al encuentro de la persona a cargo de la iluminación que quieren cambiar en el área del recibidor de ambos edificios.
Y en definitiva, no fue solo una broma, ello lo saben muy bien, porque ya lo han vivido, aunque por errores y voluntad propia que cedieron, TaeHyung puede llegar hasta el límite inexplorado.
JungKook debido a su trabajo y como ha ido puliendo a lo largo del tiempo sus vastas habilidades que hoy gozan de renombre y excelencia, ha adquirido un gusto por el arte.
Por ello se declara fiel admirador de aquellas muestras fascinantes que le roban el aliento hasta sacudir sus fibras más profundas, alterando el orden previo para establecer el nuevo enigma que trae consigo expectativas y cambios que ante la vista maravilla por la singularidad que los colores, formas y texturas componen para dar vida a lo inanimado.
¿Pero qué sucede cuando lo ilustre se transforma en la excelsa belleza encarnada en un rostro dueño de una imponente presencia? No lo sabe, pero es una pregunta que no sólo él se está cuestionando, porque en sincronía hay una contradicción más que susurra tras su oreja advirtiéndoles a ambos la gran diferencia.
O'Brien lo sintió desde el instante en el que despertó con una sensación extraña alojada en el pecho y que solo aumentaba su desespero cuando busco la presencia del alfa al salir de casa esa mañana. No quiere comprender lo que le sucede porque es el asunto más burlesco y carente de sentido que haya podido experimentar en su vida.
―Nos vemos mañana joven JungKook, que descanse ―Eleanor se despidió del omega que con su mano en alto la agitó para irse en dirección contraria con una expresión pensativa.
―¿Y ahora qué le sucede? ―murmuró en voz baja cuando lo vio detenerse en la pastelería cercana para mirar el exhibidor con su mano apoyada en la barbilla sin decidirse a tomar una decisión sobre algo que le llamó su atención cuando vio como sus orbes se abrieron admirando lo que sea que está frente a él. Así que siguió su camino cuando lo vio ingresando al lugar con felicidad en sus pasos.
Minutos después un animado azabache no logró resistirse a realizar una compra más en el mismo lugar del día anterior que hoy especialmente, tenía mayor afluente de personas, por lo que le tocó esperar un poco para ser atendido, pero luchó hasta el final y alcanzó a comprar seis masas de hojaldre rellenas de mermelada de fresa y crema con azúcar derretida sobre la cubierta. Tras su compra escuchó unos pequeños quejidos de las demás personas que al parecer también estaban interesados en el mismo producto que compro.
Se retiró de la panadería entre sonrisas apenadas y con ánimo se sumergió entre la marea de personas que lo recibieron sin opacar la burbujeante emoción en su pecho que lo sacudió cuando su lobo lo impulsó a tomar un camino un poco menos concurrido para evitar que la caja entre sus manos sea estropeada por los empujones que cada tanto recibe por la prisa con que la gente se moviliza.
Va totalmente entretenido en el debate mental del progreso que tuvo hoy con el primer vestido que va a elaborar después de terminar de cortar las formas que lleva la pieza; que pasó por alto el llamado de atención de su lobo que se alzó con energía rastreando una lejana señal que para JungKook fue imperceptible hasta que unos pasos más allá encontró el origen de la cálida advertencia que lo hizo sonreír por inercia.
Con asombro detuvo sus pasos admirando el perfil contrario que lo bendijo con su presencia enfundado en un traje completo de pantalón y chaleco negro con rayas blancas, una camisa de cuello alto con volados que caen sobre su pecho y la gabardina oscura reposa sobre su brazo con el que a su vez sostiene un delicado maletín de piel marrón, siendo la única variación en los colores que viste, porque toda la diversa paleta se completa en el rostro de TaeHyung con su piel canela y su cabello gris con mullet en la zona posterior de su cuello, es todo cuanto necesita para perderse en la presencia que llevó hasta su olfato el petricor, logrando que sus terminaciones nerviosas vibraran por el descubrimiento que como un ramalazo quemo su cordura cuando él se giró al sentir su presencia.
―JungKook ―murmuró el alfa impresionado de verlo allí, justo a mitad de su camino y cuando cruzó un sector distinto por el que antes debió pasar para que sus amigos siguieran su trayecto y terminó frente a la tienda de flores sin pensar con claridad sus acciones, con un poco de desespero por buscar algo en particular.
Una esencia que sólo halló gracias a la presencia del omega que bajo su mirada hasta el suelo y después de un profundo parpadeo le devolvió la mirada y el verde oliva de sus orbes fue el motivo de su correspondida sonrisa.
Frente a él estaba la persona que menos imaginó ver y menos luciendo tan impecable con una camisa similar a la que porta pero con una diferencia, ya que los volados en el cuello son de encaje, lo cual le da más belleza a la prenda, en conjunto con unos pantalones de pinza blancos, para terminar en la espesura del cabello azabache que cae sobre su frente hasta la mitad de sus mejillas en suaves ondas.
Los dos quedaron deslumbrados por el contrario que se presentó como la brisa que acarició la piel de sus rostros hasta llegar al otro en un saludo de reconocimiento que les permitió reír por el nerviosismo fluctuante que de la nada los movió a acercarse unos pasos para lo obstaculizar el avance que los demás deben continuar y así, sus palabras solo serían para ellos, como un devoto secreto que no se puede revelar.
―TaeHyung ―contestó JungKook luego de superar la ansiedad que se alojó en su garganta y que le dificultó entonar sin que su voz tambaleara de la misma forma en que su lobo volvió a la calma después de verlo.
―Es un gusto verlo ―declaró Götz, sin querer lo que siente y que impactó al omega por la arrasadora sensación que lo sacudió desde sus pies hasta anidarse en su pecho.
JungKook boqueó y se resignó al sonrojo que sus mejillas revelaron como una muestra de la timidez que perlo sus ojos de ternura al verse desarmado por la confesión del alfa.
Aunque sus oídos captaron cierta vibración, no puedo enfocarse en nada más que llenar sus sentidos del aroma a fuego que se materializó lentamente hasta que el agua de lluvia formó una perfecta armonía con las llamas que lo sacudieron hasta despertarlo de la ensoñación en la que estaba.
―Veo que mi presencia no es tan grata para usted, siento incomodarlo JungKook ―bromeó el alfa con seriedad solo para molestar al omega que reaccionó al escuchar sus palabras un poco más cerca.
Cuando él se quedó mirándolo sin modular, comprendió lo que posiblemente lo tenía extrañado, en el instante que captó su propio aroma a fuego emanando con un poco más de fuerza y en respuesta para él, el caramelo comenzó a sobreponerse a las almendras que es justo lo que se dirigía a comprar en la nueva panadería unas calles más allá de su trabajo y de la que ha llegado buenas recomendaciones.
Y por lo que intuye de la pequeña caja que JungKook sostiene, él ya pasó por allí.
―Oh no, discúlpeme TaeHyung, su presencia siempre es bienvenida ―aclaró con rapidez al ver que se quedó sin escucha mientras el alfa le estaba hablando y él englobado pensando en el aroma y la belleza contraria.
Solo que el alfa una vez más se aprovechó de la situación y claramente tuvo una idea por la intensa mirada del omega que lo divirtió por el adorable tono rosado que llegó hasta sus orejas cuando se quejó por ignorarlo.
―No tiene que ser condescendiente, en verdad, si debe seguir el camino, no lo retrasare más ―expresó señalando con su mano hacia el lado izquierdo por el que pasan las demás personas que solo les dedican esquivas miradas para seguir su camino.
Oh por favor, que TaeHyung está comenzando a sentir un leve gusto al ver como JungKook se queda sin palabras que decir.
―Créame cuando le digo que su presencia no me incómoda, en realidad es agradable ―si bien por momentos y por primera vez en su vida un alfa ha logrado tomarlo por sorpresa, también es capaz de sobreponerse a la evidente timidez que lo hace sonreír en medio de miradas esquivas y que con sus palabras puede manifestar sus intenciones.
De la misma forma en que el alfa lo está haciendo.
―¿Entonces porque hace unos instantes atrás ignoró mi pregunta? ―devolvió TaeHyung porque no se va a rendir tan fácil ni va a ceder hasta no escuchar lo que quiere oír.
Y es donde justamente el omega está atrapado, entre la perseverancia del alfa por doblegarlo a enunciar una verdad que JungKook está dispuesto a evidenciar con descaro.
―Porque... ―el azabache aspiró con fuerza el aire un poco espeso de la ciudad que poco a poco es purificado por el petricor que lo abraza y le da el incentivo final para decirlo a expensas de su orgullo―. Porque me quedé mirándolo TaeHyung. ¿Esa premisa satisface su curiosidad o me va a presionar hasta obtener la verdad que prefiero callar? ―claro que es una persona sincera que le cuesta quedarse callado, a menos que su vida está en juego, pero ni así es capaz de tolerar que lo encasillen en un marco de prestablecido por solo ser omega y estar supeditado a cumplir con un rol perpetuado.
En el que debe guardar silencio o hablar con recato en presencia de un alfa, y aún más dependiendo del nivel que esté posea, por lo que a través de pequeñas acciones en el pasado fue imponiendo su forma de ser y actuar hasta que ahora así su corazón este frenético por los nervios que hace mucho tiempo atrás dejó de sentir, enfrente el alfa parece volver esa conducta que se le es extraña pero que al mismo tiempo despierta diversas sensaciones que se negó a vivir.
―Tengo un gusto particular por la sinceridad ―afirmó el de orbes dorados fascinado por el nuevo descubrimiento en la actitud ajena, incentivándolo a seguir y empujar un poco más―. En lo que a mí respecta hoy se ve encantador JungKook ―no sabe si le es lícito halagarlo, porque puede serle incómodo o no recibirlo de buena manera, pero las pequeñas señales a las que estuvo atento y posterior a lo que dijo el omega lo impulsó a hacerlo, a decir lo que siente en el momento.
Ambos lo están haciendo y esta vez fue el lobo de O'Brien quien se sintió un poco intimidado por la tranquilidad con la que el alfa lo dijo y JungKook quedó entre el impacto de su instinto y su razón que tiñó de rojo su rostro cuando una dulce risa afloro de sus labios carmesí después de morderlo suavemente al deslizarlo entre sus dientes a causa del nerviosismo que explotó con más fuerza e incluso su estómago se removió con la felicidad que esas palabras le causaron.
Los dos siendo atraídos por la belleza de la que son poseedores y que sin duda los ha empujado por azar de la vida a cruzar sus caminos en medio de la familiaridad que aún no logran reconocer.
―Es usted muy directo TaeHyung ―fue lo único que pudo decir luchando con su propio sistema para que no lo siga exponiendo de la forma en que lo está haciendo y sobre todo esforzándose por calmar a su alborotado lobo que aumenta el bochorno por la severidad de los orbes de sol que no dejan de mirarlo con picardía en su mirada.
―Se que no somos lo suficientemente cercanos como para pedirle esto, pero le agradecería que nos habláramos con menos formalidad, ¿Le parece adecuado? ―pronunció TaeHyung con la finalidad de deshacer la primera barrera de la cordialidad que se espera de cada persona y aún más en la clase social que ostentan.
Es justo lo que más le incomoda, exigir un trato superior amparado por su rango y poder. Mantener la sencillez en cada acto garantiza que la vida en consecución con las propias acciones sea benévola y traiga de vuelta lo que se da al mundo, aunque a veces no suele funcionar. Dominic Götz, su padre le enseñó a recitar ese aliciente en cada obstáculo o desafío que en su camino se cruzará.
De esa forma logró superar la etapa que aún sigue presente en sus sueños cada tanto tiempo.
―Claro que no señor TaeHyung, no tengo ningún problema ―JungKook lo molesto con el apelativo que solo Aiden utiliza para el alfa y que les prohibió en casa usarlo para referirse a él.
TaeHyung contrajo sus facciones y lo miró con absoluta seriedad, una que por un breve instante confundió al omega pero que en el leve brillo que encendió los orbes dorados vislumbro el reto del lobo contrario por su broma, que en respuesta obtuvo una similar cuando Götz vio el tenue brillo esmeralda solo para él y que los hizo evadir el contacto visual por la extrañeza que afloro ante la reacción de sus lobos.
―¿JungKook ahora se dirige hacia su casa? ―cuestionó el alfa dejando el tema anterior a un lado, lo cual el azabache agradeció.
―¿No fuiste quien dijo que dejáramos la formalidad excesiva a un lado? ―devolvió con una ceja en alto e imitó la amplia sonrisa de corazón que le ayudó a deshacer el estrés acumulado del día y disfrutar del final de la tarde en medio de una compañía inesperada.
―No has respondido mi pregunta ―inquirió sin dejar de sonreír y mirando de reojo como las personas siguen su apurado caminar mientras ellos parecen suspendidos en el tiempo frente al otro.
―¿TaeHyung quieres acompañarme mientras comemos masas de hojaldre rellenas de fresas y crema? ―ofreció con una dulce voz un tanto infantil que derritió el corazón del alfa que con un guiño lo invitó a seguirlo, aguantando la sonrisa que pasos más adelante estalló en una carcajada que los acompañó.
―Nunca me negaría a un pastel ―pronunció mirando de medio lado al sonrojado omega que le devolvió la mirada mientras acordaron silenciosamente tomar el mismo camino―. ¿Esos son de la nueva panadería de la cual todos están comentando?
Y la sola pregunta causó un gran estrago en JungKook, porque eso indica que ambos, dada la ubicación en la que se encontraron, trabajan en la misma área cercana.
―Si, incluso ayer también lleve unos pasteles a casa, y cada día tienen unos nuevos para no repetir ―explicó el omega moviendo la caja frente a ambos y de improvisto el alfa lo tomó del antebrazo para detenerlo cuando un carruaje se negó a darles el paso a quienes iban a cruzar hacia la otra acera y se aproximó demasiado, por lo que, TaeHyung lo frenó y lo empujó un poco más cerca de su cuerpo y la anatomía contraria, quedó cerca, tan cerca que logro sentir con fugacidad el calor ajeno y cuando giró su rostro para mirarlo con los ojos abiertos, la cercanía rápidamente fue deshecha por TaeHyung al reparar la sorpresa en los orbes esmeraldas que malinterpretó como un signo de incomodidad.
―Una disculpa, no quería incomodarte, pero era eso o que los pasteles terminaran por todo el suelo ―bromeó para no sacar el tema sobre el repentino sobresalto de JungKook en el momento en que sus cuerpos traspasaron el límite y su lobo tuvo la agudeza suficiente para captar la indisposición, por ello uso otra estrategia a través del humor para no enfrascarse aún más en la situación.
Aunque el omega quiso explicar la razón de su incomodidad, sus palabras quedaron cortadas por la ingeniosa forma del alfa para desviar la tensión y devolver el aura de tranquilidad en la que ambos volvieron a sumergirse.
―Oh una disculpa, por poner en peligro tu alimento comprado por mi esfuerzo ―los dos finalmente cruzaron hasta la acera de enfrente con un tranquilo ritmo en su caminar y las claras exageraciones que no faltan al dejar suspendido el acontecimiento que se deshizo hasta casi dejarlo pasar.
―Es justo la razón por la que sigo aquí ―enunció con una burlesca sonrisa que unió sus miradas hasta que JungKook abrió la caja para exhibir los baluartes comestibles que centellaron como estrellas en los orbes dorados.
―Por lo que veo compre lo justo para mi familia, así que mejor debo guardarlos para ellos ―molesto alejándose con un poco más de prisa y claramente el alfa no se quedó atrás siguiéndolo con la misma insistencia.
―No tenía idea que tanta maldad pudiera ser albergada en tu cuerpo ―y desde allí sus risas crearon una preciosa sintonía en la que sus pies dominaron el cadente avance en medio de bromas que se mantuvieron hasta que algo en especial llamó la atención del alfa.
Ambos desconociendo que tan solo esa desinteresada acción dominaría cada encuentro futuro.
La frase está en alemán: Hola lirio.
Autora:
La verdad verdadera es que ni ustedes ni yo estamos preparados para la ternura que será Aiden cuando vea que su bonita omega le hace ojitos a Tae. No será una guerra de celos, pero en definitiva habrá mucha emoción de por medio 🥺
Además, este capítulo está dedicado a mi sol de ojitos de corazón KimNikari 🌻 Por ella me apure para traerles esta parte y ya luego retomamos las actualizaciones pendientes de MS. Pero por ahora, tenemos este día dedicado a ella y a su sonriente presencia.
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