Ⅸ: Debilidad encarnada y sollozante
TaeHyung siguió el ritmo normal que lo abdujo al profundo cansancio que recayó sobre su cuerpo en el momento en que se fue a dormir. Después de terminar las labores de casa y cocinar para él y sus pequeños gatitos, sin comprender porque se sentía tan exhausto, solo siguió el trayecto hasta su cama y se dejó acunar por la suavidad de las mantas y la calidez de una noche que fue sacudida por la opresión que en medio del sueño despertó su conciencia, pero no a su cuerpo.
Un sueño lúcido es lo que puede identificar en medio de la habitación llena de niebla tan espesa que incluso su respiración se atasca en sus pulmones, y sus manos van frente a su cuerpo para tratar de sentir infructuosamente una entidad física que se desvanece como humo, uno que no puede contener y que lo arropo tanto que por reflejo incursiono en la nada indefinida.
En el momento en el que decidió avanzar, sintió como la bruma inmediatamente abrazó su cuerpo, apresándolo sin retenerlo pero creando cierta resistencia en su escaso y desconfiado caminar, porque no sabe en dónde está y el silencio es tan abrumador que ni su respiración puede oírse.
Aunque todo se debe a que no es su cuerpo el que está allí presente, sino su psique, su mente es la que está activa siendo receptora de una conexión que lo llevó de forma onírica a estar en un espacio desconocido. Totalmente consciente de las sensaciones que enfrían su piel física que reposa bajo el abrigo de las frazadas, debido a la recepción de la fría niebla que lo envuelve y que transporta cada estímulo a su cuerpo, mientras él habita en un vacío mental que continúa recorriendo.
―Se supone que debería despertar ―murmuró girando su cabeza para seguir viendo la neblina que sigue adherida a sí mismo y aumentando gradualmente la sensación de sofoco que comienza a disparar los latidos de su corazón.
Además, él, hipotéticamente y como siempre ha sido a través de un enlace psíquico, tiene la facultad de deshacerlo y maniobrar su conciencia para despertar en el momento en que está soñando y se da cuenta de lo que está viviendo, pero ahora, si bien sabe lo que está sucediendo e incluso su lobo, como un vigilante que respalda sus pasos, solo pueden estar a la espera de tener una mínima idea de donde se encuentran.
A pesar de que no parece estar avanzando tan solo sigue con el miedo apresado en su garganta por una nueva variante que ni en su pasado ha experimentado. Por lo que, paso a paso y con sus manos girando frente a su cuerpo lucha por encontrar alguna señal que delimite una barrera que no deba atravesar y que evite que siga sumergiéndose en su propia memoria.
Ya que es justo lo que está sucediendo, a medida que sus pies se mueven sin una dirección clara, percibe la misma sensación cuando es él el invasor en una mente ajena. Cada paso es una barrera psíquica que expone los recuerdos que yacen preservados en su memoria y cada trauma que continúa siendo perpetrado en los socavones del inconsciente que parece estar a disposición de quien está ejerciendo su misma habilidad sobre él.
―¿Eres similar a mí? ―preguntó elevando su rostro a la par que cesó sus pasos porque carece de sentido intentar avanzar cuando termino de comprender que está en un lugar que representa parte de su memoria, aunque no en su totalidad.
Debido a que ve el tránsito de sus recuerdos y aprendizajes ser arrojados con mayor luz a la vez que las emociones se agolpan con fuerza y lo llenan de sentimientos contradictorios, porque su psique que está activa a la vez que está siendo registrada en esa misma medida, también está accionando su poder para abrirse paso frente al bloqueo que lo hizo retroceder, dando un paso hacia atrás por la contundente energía psíquica que no le permitió el acceso.
―El mío no está funcionando ―esa misma habilidad de la cual él dispone y que aísla su mente frente a cualquier invasión, por primera vez en años está siendo vulnerada por un mayor oponente que lo bloqueo instantáneamente.
Con gran facilidad él le mostró un solo fragmento de su vida para que siguiera las pesquisas como una trampa a la que se entregó voluntariamente, ya que al captar que allí no solo está presente su consciencia, quiso ir detrás de los murmullos inteligibles que terminaron frente a un impulso onírico que rechazó su invasión.
Situación que disparó sus palpitaciones con exponencial magnitud, la cual se amplifico en el espacio onírico, ya que, comenzó a escucharse a su alrededor los latidos desaforados de su corazón colmado en adrenalina, cuando la realización llegó a sus pensamientos al buscar una forma de despertar a su cuerpo y activar la parte de su cerebro que controla el mecanismo del sueño para crear un conflicto y así obligarse a salir del espacio que su propia psique sostiene junto a la extraña que comenzó a hacer presente.
―Vamos, ayúdame a despertar ―TaeHyung cerró los ojos y le pidió a su lobo que está conectado tanto a su consciencia como a su cuerpo que lo ayude a emerger de la misma forma en la que lo obliga a despertar cuando la sobrecarga emocional de la otra entidad a la que se enlaza, rebaza su contención y es su lobo quien entra en acción para forzar su despertar.
Mensaje que fue correspondido por la agitación en su pecho proveniente de su conciencia animal que estaba atento a sus indicaciones, porque así como él, su alfa nunca se ha enfrentado a un acontecimiento similar donde su mente haya terminado siendo capturada por un enlace que él no preciso y del cual no puede obtener más que una extraña vibración que en respuesta a sus pasos en retroceso, la niebla comenzó a adquirir una tonalidad esmeralda, tan tenue que parece imitar el verde de las hojas de los árboles.
Lo que sin duda acrecentó el ritmo de su inerte respiración a la vez que su cuerpo comenzó a agitarse en leves espasmos para que su conciencia retorne al estado de vigilia que su cerebro aún no quiere accionar.
―Por favor, no lo hagas ―una voz desconocida se abrió paso y retumbó en el espacio con un pedido que le dio mayor fuerza a la bruma verdosa, la cual se fue esparciéndose para dejar su cuerpo onírico libre de la densidad que estaba abrazándolo. Poco a poco comenzó a alejarse y abrió un camino frente a sí mismo.
Por más que sabe lo intransigente de acatar la sola indicación de la sosegada voz de él, su lobo intervino para avalar la decisión que quería tomar. Su cuerpo físico dejó de moverse y el extraño reconocimiento comenzó a diseminarse por su psique que tras un contradictorio asentimiento, cerró los ojos y en compañía de su lobo avanzaron por el nuboso camino que confirmó sus preguntas anteriores.
―Eres igual a mí ―respondió él, luego de sentir como el cuerpo huésped dejó su intento de despertar, lo que le permitió asegurar el enlace que no le fue tan fácil mantener, no al menos como Götz piensa que lo fue.
Para el alfa fue aún más extraño, la forma en la que ahora puede captar los pensamientos de la otra persona que comparte su habilidad, cuando anteriormente, incluso le denegó el acceso.
―Tengo mayor poder que tú ―explicó él frente a la confusión que TaeHyung compartió en el espacio onírico que sus dos mentes conformaron―. Aunque tu aun no has permitido que tu esencia evolucione, también impusiste una batalla que no te diste cuenta, porque si bien accione el bloqueo, antes de eso tus defensas actuaron de la misma manera.
―Y luego se debilitaron hasta que lograste ingresar ―completó el de orbes dorados frente a la explicación de la resistencia que su propia psique impuso a la invasión de él.
De quien no conoce su identidad, y aunque el miedo lo tiene totalmente alerta en medio del camino en el que se detuvo, percibe cierta familiaridad que su conciencia aprueba porque no identifica un peligro real al que temer.
―No es una invasión es un reconocimiento ―él tan solo quiere darle calma y la suave risa lejana que llegó hasta el espacio en el que sus psiquis están, lo hizo sonreír en una mueca aun desbordante de tensión.
Porque de la misma forma en que sabe que no corre peligro estando allí junto a él, quien fue el artífice del enlace y la conexión entre sus mentes, un hecho que nunca antes experimentó y en contra de las advertencias que su lobo le compartió para que mantuviera presente, después de muchísimos años, encontró a otra persona con la comparte la misma capacidad de navegar en la mente del soñante y que además, le está mostrando un nivel superior que puede alcanzar.
Una fascinación que activó el riesgo que tanto su familia como él creyeron que fue sepultada para siempre, al menos, los bastos años de tranquilidad en la que han estado inmersos formó un velo de fingida ignorancia que tras la manifestación en la que está envuelto, sólo indica que esa puerta sellada con lágrimas y pesadillas constantes, ha vuelto.
Su pasado está resurgiendo a través de las grietas de su psique que una vez más fue encontrada.
―No hagas eso Tae, no irrumpas nuestra conexión ―pidió él, cuando sintió el rechazo de la mente de el de cabellos grisáceos por el terror que un solo recuerdo le compartió. Así como TaeHyung, él está arriesgando la última opción que dispone y que le ha quitado tantas partes de sí mismo, que quiere evitar que el alfa alemán sufra su misma desgracia.
Inmediatamente el pecho de Götz se estabilizó por el breve periodo de ansiedad que se disparó en su sistema al comprender la situación de la que al parecer no puede escapar. Y así como su tormento eclipsó sus recuerdos, los sentimientos de pérdida absoluta provenientes de él, le fueron compartidos.
Dejándolos a ambos en esferas de vida distintas, pero similares por la agonía que a muy temprana edad tuvieron que vivir. Con la única diferencia que ha tenido la bendición de gozar un periodo de relativa calma.
―¿Lo que una vez conocí va a volver? ―cuestionó TaeHyung, parpadeando con un poco de fuerza cuando la niebla con absoluta rapidez explotó a su alrededor dejando un estallido de luz que le dio vida a una silueta humana envuelta en una tonalidad esmeralda que le recordó a cierto alguien que trajo la presencia de su aroma al espacio mental, lo cual logró aquietar su perturbación y su intento de huida.
Por lo que, tras varios intentos, abrió los ojos para enfrentar la anómala oportunidad que se le está dando para obtener respuestas y saber que más allá de los límites que conoce, hay varias personas como él.
Sin embargo, en medio del suave aroma a avellanas dulces que aquietaron los quejidos lastimeros de su lobo, la acidez contrasto con la frescura que finalmente reguló sus latidos en medio de la comprensión en la que ambos están obligados a pertenecer a través del rol y la designación que se les fue dada.
―Lo siento Tae, quisiera darle respuesta a cada una de tus preguntas pero no podemos seguir en este espacio por mucho más tiempo ―añadió él con voz lastimera, si bien tiene tiempo, no puede ser imprudente, después de haber logrado encontrarlos.
―¿Al menos puedo saber quién eres? ―indagó el de aroma a petricor, rindiéndose a la sospecha que sin ser contestada por sí mismo llegó a su propia conclusión anunciada.
Un hecho que puede ser abstraído por medio de la presencia que arribó hasta su psique y que trajo consigo un sombrío augurio.
―Es mejor que no lo sepas, porque si me atrapan no quedara una huella de mí con la cual puedan rastrearte al desconocer mi identidad ―decidió explicarle al confundido alfa que suspiro en medio de la inminente desolación que cristalizó el color de ojos más bonito que en su vida ha contemplado.
―Por favor, no de nuevo ―Götz le suplico no a él, sino a la siniestra realidad que los tiene apresados por haber nacido con la condena de poseer la herejía que ellos tanto proclaman como propia.
Por lo que, desesperado y abatido avanzó hacia la lejana figura esmeralda que no ha dejado de detallar en busca de una característica a la cual aferrarse, pero que dejó de buscar por la advertencia que se alojó en la parte posterior de su cabeza con una ardiente insistencia y tan solo se detuvo cuando el ruego proveniente de él confirmó su presentimiento.
Uno que llegó en la finalización del vínculo en medio del espacio onírico que no sabía que su mente podía crear y que él le enseñó para obtener una ventaja.
―No confíes en la cautela y el silencio que por elección osan mantener ―relató él a través de un enigma que espera y TaeHyung pueda resolver ―. La duda será la brújula que los dirigirá. La soledad es un eufemismo lejano que será quebrantado cuando la apertura de la psique permita el mutuo reconocimiento de los cuatro puntos cardinales.
››La necedad abunda, los horrores perpetrados deben ser vencidos para la invocación del vínculo que en la hoguera de la herejía ha sido condenado, o de lo contrario todos caerán por los errores que tanto desean mantener resguardados y las lágrimas impías darán forma a la creación divina.
Él finalizó lo que TaeHyung reconoce como un acertijo, un entramado de posibles aproximaciones que están por suceder en su vida y que depende de él identificarlas, así que grabó el mensaje original, gracias a la gran capacidad de su memoria para almacenar información y evocarla en el momento en que lo necesita.
Y dentro de esas pesquisas quiso preguntar acerca de la referencia colectiva que antes de ser enunciada, fue lanzado de su mente y su cuerpo logró despertar, preso de la agitación que lo sentó sobre el colchón de su cama entre hondos suspiros por la escasez de la respiración al interior de sus colapsados pulmones mientras trata de reconducirse hacia el espacio circundante.
TaeHyung no tiene plena seguridad del lugar en el que está, no confía en sus aletargados sentidos que todavía le arrojan información confusa del espacio onírico en el que estaba y de forma intermitente frente a sus ojos logra verlo frente a él.
―Estoy aquí, sigo aquí ―pronunció llevando su mano hasta su pecho para palpar con su palma el potente ritmo de su corazón y el amplio movimiento de sus costillas por la necesidad apremiante de sus pulmones por obtener mayor oxígeno.
Pero no se trata de una exigencia fisiológica sino del desespero de su lobo que está inquieto, siente la indisposición que le está causando por la búsqueda que lo mantiene alerta. Posterior a la sobre exigencia a la que fue sometido, su parte animal desea obtener el mismo aliciente que lo ayudó en medio de la conexión que fue irrumpida por él y su abrupta marcha le concedió la posibilidad de despertar.
En medio de la confusión y la necesidad de su lobo, Götz lentamente a través de ejercicios de respiración consciente, con su mano sobre su abdomen, se enfocó en el movimiento de su pecho entre cada aspiración de aire que lleva su propio aroma, el cual, comenzó a ser acompañado de ciertas notas dulces a las que no quiso darle definición debido al pánico creciente de arrastrarlo hacia la tragedia que al parecer ha vuelto a su vida.
No puede permitirse reconocer la compañía lejana que entra como un fantasma por la abertura de la ventana que aunque quiso levantarse para cerrarla con bastante prisa, tuvo que afirmar sus pies sobre el suelo que crujió por su fuerza, cuando la debilidad lo atacó devolviéndolo a sentarse sobre el colchón mientras sus manos se apoyaron en los suaves bordes en los cuales fijó su atención para concluir que está despierto y que efectivamente, lo que acaba de vivir, fue una abstracción de su espíritu o de su alma consciente a un plano onírico.
―Vamos, no ahora ―mencionó el alfa entre dientes frente a la protesta de su lobo por lo que está pensando hacer, pero no hay tiempo que conceder cuando su existencia nuevamente está siendo amenazada.
Esperó unos minutos hasta que el sonido de la lluvia comenzó a caer contra el alféizar del marco de la ventana y guio su descompuesto rostro hacia el panorama que para su fortuna barrio el rastro lejano de la presencia que debe salvar del conflicto que él representa.
Debe salvarse a sí mismo de una nueva pérdida que en definitiva puede acabar con su realidad.
―Tenemos que hacerlo por él, por su recuerdo ―TaeHyung le pido comprensión a su insensato lobo que terminó rindiéndose frente a la mención que le dio la oportunidad de vivir, y así no condenar a nadie más junto a él.
Así que se puso de pie luego de superar el reciente mareo y entre cansados pasos, posicionó sus manos sobre el frío cristal de la ventana y frente al ángulo opuesto que desea ver bajo el marco, le impidió al foráneo aroma seguir debilitando sus barreras.
Marti Dies, 16 de enero, 1.855
―Vas a decirme de una buena vez porque has estado tan retraído durante todo el día, TaeHyung Götz ―demando YoonGi después de beber de su copa de vino en la cual se refugió para mirar al meditabundo alfa que está perdido en el panorama nocturno del ventanal del restaurante que eligieron para ir a cenar en medio de la sentida ausencia de HoSeok que en ese momento debe estar junto a su pareja.
Por lo que ambos siguieron los murmullos de varios de sus empleados, acerca de un restaurante que lleva un par de años oculto a varias calles de la constructora, lo cual los hizo llegar hasta la locación. Desde que ingresaron la calidez de las luces y el fresco aroma de la menta unida al olor de los platillos que allí preparan, fue un gratificante recibimiento para sus fatigados cuerpos y su emoción aumentó cuando consiguieron una mesa cercana a la ventana para no sentir el agobio de las voces y las charlas que poco a poco fueron incrementando.
Sobre todo para ellos, o mejor dicho para el beta que ha tratado de mantener una conversación muerta con la perturbación con la que vio llegar al alfa esa mañana y las pequeñas ojeras tan tenues bajo la piel de sus orbes dorados delataron la incómoda noche que pasó y que a lo largo del día disimuló con gran maestría.
Pero no de él que lo conoce desde que era un pequeño con demasiados berrinches multiplicados en dos expresiones.
―¿Qué estás diciendo? Disculpa ―TaeHyung pidió sacudiendo levemente su cabeza para enfocar la expresión impávida de su mejor amigo que curvó una ceja para revelar su fingida molestia.
En realidad si lo escucho pero no sabe si hablarle sobre lo sucedido, así que espera que su falsa calma convenza a Ratzinger de desistir en su intento.
Solo que no tiene tanta suerte cuando se trata de la insistencia de quien subsano el lugar que dejó inerte su vida, además de ser la persona que con total disposición le ofreció su ayuda para aprender a controlar su peculiaridad.
Su más grande pecado.
―Tú y yo sabemos que me escuchaste con claridad, así que no me hagas volver a repetirlo, mocoso ―expresó YoonGi manteniendo su ceja en alto y apuntándolo con el tenedor que tomó de su plato para llevarse el último bocado de carne que le quedó, y al cual se le sumó uno más proveniente de la simpatía de Götz que le sonrió con total inocencia, ladeando su rostro para acentuar la mueca de disculpa que desde pequeño hace para convencerlo―. No puedes caer más bajo que esto, alfa ―molesto frente al gruñido contrario sin ninguna connotación de molestia, más bien fue un quejido al ver que sigue manteniendo la templanza al esperar una sincera respuesta.
―Por favor ―el menor que quejó abultando su labio inferior para acentuar la incomodidad que se está filtrando en medio de los rincones de su memoria, la cual quiere hallar contención en la misma persona que ha estado para él durante toda su vida.
Asimismo para avalar la ambigüedad en la decisión que esa mañana lo empujó a salir un poco antes de su hogar para evitar cualquier encuentro que lo haga desistir de su tambaleante convicción.
―Tae, no hagas esto, no te encierres en lo que vives como si estuvieras condenado a vivir en el dolor ―dijo con total sinceridad, palpable en su cálida mirada que hizo al alfa evadirlo y vio la imponente coraza resquebrajarse por el fugaz brillo que la mirada de sol exhibió.
El alfa de TaeHyung se mostró ante él, frente al mayor vínculo que lo ha seguido desde Alemania y con quien creció. Ambos separados en distintas castas que se complementan una a la otra. Por ello, el mayor se sintió conmovido de ver al lobezno que es todo menos un cachorro, pero que sigue siendo ese pequeño niño de mejillas rojizas y gorditas que no paraba de llorar y que solo él podía llegar a calmarlo.
Y después cuando el alfa que siempre habitó en el de cabellos grisáceos emergió con imponente brío, se sintió aún más preocupado por el porvenir de TaeHyung al mismo tiempo en el que su necesidad de protección lo llevó a convertirse en un escudo para él.
Por lo que no le es difícil ver a través de las máscaras que Götz utiliza para conducirse en medio del rubro en el que están. Donde una muestra de flaqueza es razón suficiente para subyugar al otro.
―No quiero que más personas se vean afectadas, mucho menos tú ―confesó el alfa devolviendo su pesarosa mirada a los orbes marrones que lo recibieron con la absoluta calidez del café que se respira en el lugar.
Si bien no le gusta beberlo, lo siente como un abrazo frente a la fidelidad de YoonGi.
―Hemos estado en esto desde hace mucho tiempo ―manifestó Ratzinger―. Así que tengo plena confianza en decir que algo no anda bien con tu habilidad ¿O me equivoco? ―señaló terminando de masticar su último bocado de comida y procedió a limpiarse las comisuras de la boca con la servilleta de lino que reposa sobre sus piernas, dándole el tiempo suficiente a la vacilación que hizo a TaeHyung suspirar con cierto pesar en su postura.
Está cansado, pero no físicamente sino que carga en su alma una profunda herida que ni su compañía nunca podrá sanar. De hecho nada ni nadie lo hará.
―¿Por qué llegas justo a esa conclusión? ―preguntó solo para asombrarse con la gran capacidad de observación de YoonGi.
La cual se ha agudizado con el tiempo y aún más, en todo lo concerniente a su capacidad cerebral.
―Porque es lo único que te roba el sueño, de resto no hay nada lo suficientemente grande como para que al ir a dormir tu mente siga pensando en ello. Lo cual me deja esa sola opción ―señaló con un guiño que hizo sonreír al menor y a él mismo para transitar la tensión que se quedó entre ambos con un eco distante de la risa que solo fue una distracción.
TaeHyung arrugó las cejas y clavó su mirada en su plato vacío, contando mentalmente los sucesos vividos y sopesando la idoneidad de narrar la experiencia onírica que tuvo durante la madrugada. Frente al tintineo de la copa del azabache, volvió a centrarse en el rostro que ha visto cambiar a lo largo de los años.
Su baluarte de confianza, porque solo él tuvo la osadía de seguirlo cuando no tenía una forma de parar los constantes horrores que su psique captaba sin control alguno, hasta que el silencio fue lo que consiguió en medio de los intentos sucesivos que ocurrieron.
―Sabes lo que viene después de una fuga al bloqueo que se creó ¿Cierto? ―no sabe si es correcto lo que está haciendo, porque no quiere exponer a nadie más en el caos que sigue profanando su mente.
Incluso creyó poder ocultárselo a su mejor amigo hasta al menos tener una base sólida y una aproximada solución a un conflicto que parece no tenerlo. Pero no puede coaccionar las decisiones de quienes en el pasado también han sufrido los estragos que junto a él eligieron enfrentar.
Por más que el miedo erice sus bellos, debe volver a recurrir a su red de apoyo para no creer que el hermetismo total va a extinguir los peligrosos susurros que ahora parecen haber aumentado su expansión.
Porque después de tanto tiempo y una gran distancia impuesta, lograron encontrarlo.
―¿Está volviendo a suceder? ―cuestionó el beta, sintiendo un gélido hormigueo nacer en la zona posterior de su cuello, el cual bajó por su columna como un escalofrío que lo sacudió un poco.
En medio de la comprensión, ya que hay mucho más que solo una nueva experiencia usurpada de otra mente. La cual, en primera instancia, ni siquiera debería ocurrir porque la mente de TaeHyung ha estado protegida durante varios años y la única forma en que las intermitencias se manifiesten es por medio de la voluntad a enlazarse, pero que de nuevo estén escurriéndose entre el fuerte psíquico que construyó, es un pregón del venidero caos.
Que ya una vez desintegró su realidad.
―Creo que esta vez es mucho peor Yoon ―confesó con una mirada vacilante. Tratando de reunir la valentía suficiente para que el nudo alojado en su garganta le permita relatar cada señal para que entre los dos puedan visualizar el panorama que se está desarrollando.
Admite que no puede enfrentar una fuerza desconocida él solo.
―Primero que todo ¿Has vuelto a conectar con los recuerdos de un soñante? ―indagó Ratzinger.
―Sí ―afirmó el alfa, inclinándose sobre la mesa para apoyar los brazos sobre la superficie sin perder la postura dominante ni mucho menos la cadencia de sus movimientos al cruzar una de sus piernas sobre la otra―. Lo cual catalogue como un hecho aislado, sin real relevancia porque en ocasiones sucede, no es frecuente pero puede pasar. Después de todo esa experiencia no volvió a repetirse hasta la noche anterior.
―En la que algo más sucedió ―completo el de cabello rojizos anteponiéndose al cansancio exhibido en la mirada dorada por el desespero que ensombrece la calidez del sol que hoy ha perdido su fulgor.
Es lo que más le duele de toda la situación, volver a ver la perturbación en la inmaculada expresión del alfa que aún sigue viviendo los estragos del pasado que marcan una alerta en su retorno.
―Esta vez no fui yo quien comenzó la conexión, sino un alguien, él ―explicó TaeHyung mirando su reflejo en el vidrio y bajo la atención de YoonGi mientras asimila lo que le dijo. Sintió el impulso de su lobo de no callar ni omitir la valiosa información que aún tiene a su alfa incómodo―. Él fue quien llegó hasta mi mente, y llevó a mi consciencia a un espacio onírico que no tenía idea que podía formar.
―¿No sería lo mismo que el lugar al que te llevan las memorias de los soñantes? ―cuestionó sin comprender con exactitud la composición del espacio en el que estuvo TaeHyung.
―Al principio pensé que así era, pero allí no había nada, era un lugar vacío en el que solo estaba la representación onírica de mi cuerpo, además de mi consciencia y la de él. Éramos los únicos que teníamos acceso ―aún sigue sorprendido por descubrir una variante más de la inexplorada habilidad que se esforzó por retener en lo profundo de su mente.
Pero que a lo largo del tiempo a medida que crecía, la sentía arrastrarse en lo profundo de su psique, moviéndose lentamente en busca de mayor espacio del cual le cedió en un comienzo, luego de contenerla en un abrasador rincón que cubrió con un tenue velo de su actividad psíquica condensada en un solo espacio. En paralelo, en el transcurso de los años precedido por su crecimiento, cada vez más necesitaba mayor energía con la cual sustentar la parálisis ejercida sobre su maldición, como una entidad aparte de sí mismo que iba transformando su esencia e incrementando el poderío al que estaba acostumbrado.
Todo creció junto a él, de una forma avasallante con la cual fue jugando y aprendiendo, lo que le permitió a su psique desarrollarse impresionantemente, o de lo contrario, sentía que podía ser consumido por el potencial de su cerebro. Aunque este último hecho lo dejó para sí mismo, porque se aferró a la ilusión de no volver nunca más a su pasado.
El cual retorno para recordarle diversas variaciones que no había explorado y que parece haber sido llamado, un despertar a su habilidad evolucionada, debido a la conexión similar que suscitó nuevas vertientes que imitar a la misma vez que las fugas van adquiriendo fuerza para emerger por acción propio del exilio al que las condenó.
Ahora percibe que su habilidad ha ido aumentando, especialmente durante los últimos meses. Y tal parece que esa parte intangible tan suya, se estaba preparando para ese momento.
¿Pero frente a que se está armando con tanta necesidad?
Mientras pueda, prefiere no darle una respuesta a la casualidad inconexa que formó un gran entramado y que él apenas es consciente de lo que estaba sucediendo bajo las sombras de su poder.
―¿Estaba hablando contigo? ―YoonGi susurró cuando las voces en el restaurante por momentos bajaban de intensidad y la mirada de TaeHyung retorno hacia él y la calma volvió a aflorar en los orbes dorados.
Una respuesta que Götz anticipó al observar la excesiva preocupación que curvó ligeramente el ceño del beta frente a las ideas y las teorías que ve reflejadas en la mirada marrón.
Ambos se conocen tan bien de la misma forma en que compartieron las mismas prendas de pequeños.
―Si Yoon, él pudo acceder a mis experiencias solo cuando mi bloqueo cedió ante la fuerza oponente ―reveló carraspeando para que la emoción no lo supere y las palabras no se enreden en su lengua por la prisa de compartir el temor que va liberándolo poco a poco y entre cada oración que tiene la gracia de entonar para YoonGi Ratzinger, su fiel amigo de la infancia―. Y solo lo hice cuando me sentí seguro, porque si bien es extraño y más por lo que sabemos que significa, algo, ya sea mi habilidad o los mismos pensamientos que capte de él, me indicaron que es alguien digno de confianza.
››Y así como he tenido pérdidas, creo que las suyas son aún más devastadoras que las mías Yoon. Es empatía porque llegó para advertirme y sentí un temor similar que lo tiene escapando y en esa misma lucha me encontró, porque al parecer no provenían de Alemania, sino que están en distintos rincones del mundo.
YoonGi abrió sus felinos ojos de la impresión por la última frase que lo impulsó a acomodarse sobre la silla, mientras TaeHyung volvió a apoyarse en el respaldo de la silla. El mayor ubico sus manos cruzadas sobre la mesa y las observó durante unos segundos hasta que controló la fuga exacerbada de preocupación por el futuro venidero que los espera.
Porque él no está dispuesto a dejar que el alfa viva otra pérdida.
―A esa persona que mencionas ¿Lograste verla de la misma forma en que tu cuerpo estaba proyectado? ―está familiarizado con cada una de las características señaladas sobre la habilidad contraria que no le es difícil aprehender la nueva información que confirmó la teoría que mantuvo por un tiempo hasta casi olvidarla.
YoonGi mantuvo la creencia que la capacidad psíquica de TaeHyung durante estos años estuvo evolucionando, porque a muy temprana edad aprendió parte del funcionamiento de la psique que se unió a la propia y en su momento sabía que cada cierto período de tiempo el bloqueo necesitaba ser reforzado, debido al incremento de la actividad onírica que en el presente, es posible que haya alcanzado otro nivel distinto.
Lo puede ver reflejado en la confianza que el sol encapsulado en los orbes de TaeHyung le transmitieron. Una gran diferencia que revela la madurez y la maestría que el de cabellos grisáceos ha adquirido.
―No, el lugar primero estaba colmado de niebla y luego en medio de un camino, una figura esmeralda formó su cuerpo, pero todo se debe a una precaución en caso de que lo atrapen, porque ahora mismo está huyendo ―sabía que no iba a poder retener el pesar que guarda, y mucho menos si la seguridad de su manada y familia está en juego.
Además, a medida que va señalando cada particularidad, el conflicto en el que está inmerso su lobo va disminuyendo al sentir como deja de presionarlo para seguir hablando. Porque la otra carga que lleva, solo frente a una sublime presencia podrá deshacerla.
Solo que es un hecho idealista que ya no se puede permitir. Y desde el inicio mismo debió contemplar la imposibilidad que lleva como un estigma, que al parecer no le permitirá un normal vivir.
―Así sea que él se haya presentado con buenas intenciones ¿No crees que su manifestación va a ocasionar exactamente lo que tememos? ―suspiró el beta captando las insípidas notas del aroma a petricor que se dejaron sentir fugazmente, luego de un rato de no sentirlo, pero dada su incapacidad el rastro se perdió rápidamente.
―Lo sé Yoon ―afirmó el alfa, cruzando sus brazos frente a su pecho y humedeció sus labios al sentirlos un poco resecos―. Pero ambos estábamos seguros en medio de ese espacio onírico y aunque no sea así, y por más que me duela admitirlo, tanto tú, como mis padres y como yo sabíamos que lo que dejamos en Alemania volvería. Por lo que, la presencia de él es una alerta y agradezco que haya llegado antes de que todo explote y sea más devastador.
YoonGi en ese momento por más que quiso continuar la advertencia que suscita la presencia de esa persona, desvió su atención y frunció los labios para contener la frustración de una situación que por más que analice y encuentre ciertos puntos de potencial riesgo, los va a dejar en el mismo punto inicial.
Un vacío que solo una vez conocieron y que sería intransigente aprehender sin tener claridad de los sucesos que rodean la nueva presencia desconocida que deben validar para saber cómo proceder. Solo que la pretensión de lograrlo los sitúa en un nuevo dilema que ineludiblemente los llevará a incursionar en el origen que se formó en Alemania y que allí dejaron sepultado para siempre. O eso fue lo que creyeron.
Lo cual, arrojó una sonrisa de sol en sus pensamientos al recordar la valiosa presencia de HoSeok y la ventana de tiempo que les puede dar la posibilidad de observar, al menos, una fracción efímera que pueda inducir sus caminos hacia un trayecto medianamente seguro.
―Hobi podría ayudarnos, aunque sea para tener una pesquisa que seguir ―indicó YoonGi regresando su mirada al alfa que negó ante su propuesta.
―Su intervención será valiosa en el momento en que podamos presentarle mayor información, así que déjame intentar algo más antes de que le sumemos a este caos ―solicitó el alfa con una sonrisa ladeada al recordar la otra variable que está inmersa en medio del conflicto naciente.
El alfa a quien conoció en medio de su adolescencia por medio de Ratzinger y la persona que así como él posee una singularidad en su psique. Una mucho más peligrosa y que ha sido penalizada con la muerte ardiente bajo el alegato de herejía.
Alguien a quien no quisiera volver a arrastrar, pero sabe que HoSeok está mucho más involucrado de lo que YoonGi mismo podría estarlo.
―Te voy a dar solo una semana Tae, no quiero presionarte pero sabemos que actuar con rapidez es lo único que tenemos ―manifestó el beta de aroma a algodón, mirando a su menor con cierta demanda para que no dilate más la situación.
Ya se han ignorado varios hechos aislados, que parecen tener mayor conexión de la que pensaron.
―Lo tendré presente Yoon. Además, no quiero que Hobi se vea inmerso en la preocupación cuando debería estar disfrutando de los pocos días que va a pasar con su pareja ―puntualizó la justificación que tiene a su amigo ausente de la cena tradicional que tienen cada mes.
Todo siendo amparado por el amor que lo hizo suspirar y apretar sus manos sobre sus brazos por el gruñido que retuvo en su garganta como señal de protesta de su lobo, el cual sigue molesto por lo que está haciendo.
―Es cierto, ahora mismo debe estar con el misterio que muy pronto nos va a presentar ―ambos sonrieron al compartir la misma emoción por el alfa que después de mucho esperar y tras varias bromas de su parte, finalmente encontró a una persona que merece su amor.
―Por esa razón debemos ser cautelosos y tratar en la medida de lo posible no arrastrar a nadie más en medio de lo que aún no estamos seguros ―reveló la decisión que tomó la noche anterior y que lo impulsó esa mañana a evitar cualquier encuentro soñado, y los venideros que no está seguro de cómo frenar.
Pero ya tendrá tiempo para idear un plan de contingencia para un ferviente deseo que no debió nacer.
―No sé por qué siento que estas tomando medidas no tan gratas Tae ―el pelirrojo puede ver cada variación en TaeHyung con suma facilidad y justamente, esa última precisión con la cual está de acuerdo, sin que Götz se diera cuenta, uno de sus orbes se encendió brevemente en una tonalidad dorada mucho más refulgente que la que posee, evidenciando la contradicción entre su parte racional y animal.
Alfa y persona, están dividas en medio de un conflicto que YoonGi no se atreve a cuestionar porque sabe que presionarlo solo tendrá el efecto contrario, y si no se lo ha mencionado es porque está atravesando un dilema que causa mayor dolor que bienestar.
―Aún no deja de sorprenderme tu capacidad para descubrir cada cosa que me pasa ―pronunció el de aroma a petricor con los ojos cerrados y una sincera sonrisa en sus labios frente al señalamiento que si bien no se atreve a enunciar, existe en su interior como un confrontamiento constante con su lobo.
―Sea lo que sea, recuerda que también mereces ser feliz Tae. No te castigues ni te condenes por algo de lo que no estamos seguros que va a suceder, y aunque así sea, es una decisión que no solo te corresponde a ti, sino a ese alguien en el que sé que estás pensando ―añadió Ratzinger volviendo a distraerse con la copa que llevó a sus labios sin despegar su mirada del rostro conflictuado del menor.
Frente a la verdad que involucra la actualidad de la vida del alfa y cada variación que lo ha tenido sonriendo con mayor frecuencia durante los últimos días, y que hoy, al verlo llegar a la constructora, pudo ver que ese rayo inmenso de felicidad se esfumó por completo. Señal que lo alertó en medio de la seguidilla de distracciones y falsas sonrisas que TaeHyung mantuvo a lo largo de la jornada, hasta ese momento donde su fachada decayó para exponer su dolor.
―Tus bellas palabras solo acaban de acrecentar el dilema en el que estoy con mi lobo ―reprocho Götz rodando los ojos frente a su compañero que no hizo más que reírse de la visible irritación en su rostro como una queja frente al malestar que se reavivó en su interior, producto de la opinión compartido de su lobo la cual coincide con lo que YoonGi le transmitió. Como si él tuviera la capacidad de ver sus acciones a través de sus gestos y señales que para el beta nunca pasan desapercibidas.
Y que justamente haya elegido esas precisas palabras para que no recurra a un intento de huida, lo impulsó a llevar su mano hasta la zona lateral de su cuello que está resguardado por un paño de seda negra que cae en un moño suelto sobre su pecho, y a través del tacto frío de sus dedos, palpó la calidez de su piel canela que se agito por la comezón que se aglomero en esa pequeña zona, sobre su glándula de olor, donde presionó para disminuir las sensaciones que su alfa le está transmitiendo con cierta insistencia molesta.
Un efecto contraproducente de la burla de YoonGi que continúa, aun después de su comentario.
―Eso es porque tu lobo es un poco más sensato en ciertos aspectos que tú siempre quieres llevar a la lógica extrema ―el beta chasqueó los labios en una mueca que los hizo reír a los dos―. Y lamento informárselo distinguido y respetado señor Götz, que en los asuntos que trascienden la razón, como lo es el amor, no hay que ser pragmáticos ni creer que podemos detenerlos cuando ni siquiera fuimos conscientes del instante en el que emergieron ―en contra de su voluntad para seguir atormentando a su mejor amigo, se calló frente al suave gruñido perteneciente al alfa que se manifestó aprobando sus palabras.
Incluso en contra de TaeHyung que golpeó suavemente con su puño la mesa antes de ponerse de pie y seguir evadiendo la complejidad a la que no desea darle atención.
―Agradezco tu excesiva motivación Romeo, pero conmigo no va a funcionar porque ya se nos hace tarde ―dijo TaeHyung con una ceja en alto mientras abotona el chaleco de paño oscuro que eligió en conjunto con la camisa de seda y los pantalones de pinza altos que completan su vestuario ausente de color más allá de su cabello y sus ojos.
Por lo que sin darle tiempo a su amigo de idear un comentario aún más sarcástico, se giró y con total elegancia se encaminó hacia el recibidor del lugar para hacerse carga de la cuenta que en esa noche y solo porque está agradecido con el gruñón de YoonGi, va a asumir sin importar las protestas que no se hicieron esperar cuando el mayor lo alcanzó después de adivinar sus intenciones.
Para TaeHyung la infantil discusión que los siguió luego de salir del restaurante y en medio de comentarios sueltos en el tránsito de la caminata que emprendieron, aligero la inquietud que él y su lobo soportan, y que la compañía elegida con la cual fue bendecido en su vida le permitieron respirar con mayor calma cuando ingresó a su hogar y dos pequeños peludos fueron a su encuentro. Marcando el resto de una noche lluviosa que terminó de vivir en el refugio del desconocimiento que alejó de sus pensamientos el objetivo del cual está huyendo.
Y quien desde la distancia dejó fluir un lastimero suspiro cuando vio la escasa luz aportada por las lámparas de lienzo ser apagadas y con ellas la nula oportunidad de verlo.
Dos almas afligidas por diversas causas que en sus sueños retrataron el temor de la pérdida y el desespero de la condena frente a la imposibilidad de tomar la aflicción que sus lobos esa noche compartieron.
Jovis Dies, 18 de enero, 1.855
JiMin decidió tomarse unos minutos para descansar y comer lo que JungKook le preparó como merienda para la tarde. Así que se detuvo para ir en búsqueda de la bolsa que el omega menor alisto esa mañana cuando le informó a su familia la noche anterior que pasaría el día completo en su academia de baile para avanzar con los arreglos finales. JungKook aún con la pesadumbre presente en su aroma casi que imperceptible, se despertó un poco más temprano de lo usual para preparar su almuerzo y el de Eleanor, además de cada una de las comidas que dispuso en una bola de tela para él.
Lo cual lo hizo emocionar en demasía hasta que las lágrimas perlaron sus orbes marrones y por más que lo intentó el llanto terminó salpicando su rostro frente a los cuidados de su pequeña manada que está apoyándolo en la realización de su mayor sueño. Por ello abrió un espacio entre las diversas actividades que debe culminar antes de ir a casa y se encamino con la pequeña cesta entre sus manos ubicando un suave cojín para sentarse sobre el suelo del salón de baile más amplio que va a tener su academia.
Desde allí y en ambas direcciones su reflejo le fue devuelto a través de la superficie de vidrio que se extiende a la largo y ancho de ambas paredes, admirando su intento de sujetarse el cabello con una pequeña cinta de la cual se han escapado un par de mechones que sopló para alejarlos de su rostro y llevo a su boca el emparedado de crema con mermelada casera de fresa que se deslizó sobre su lengua e inundó su boca del dulzor que barrio la amargura de los recuerdos que por momentos terminan filtrándose en medio de la euforia que experimenta al ver su academia, Renaître, finalmente terminada.
―Ya solo falta terminar la decoración y todo estará listo ―pronunció admirando los diversos cristales de las lámparas que va a darle vida a las clases de danza que muy pronto comenzarán hacer impartidas.
De la misma forma en que la sorpresa en la que ha estado trabajando ya está culminada y a escasos retoques finales de ser enseñada a la persona que le dio inspiración para hacerlo.
―Esto solo despertó el hambre que no sabía que tenía ―JiMin en la mañana pensó que los alimentos que el omega con aroma a avellanas le cocinó eran más que suficientes para su jornada y aunque quiso llevar algo más lo creyó innecesario.
Pero grande es su desilusión al ver que su constante movimiento y desgaste de energía han incrementado su apetito, así que considero apropiado acortar lo que iba a hacer y extender su tiempo a solo una hora más e irse a casa para preparar la cena.
Ese fue el nuevo plan que se trazó hasta que una familiar voz se expandió como un eco en la inmensa habitación.
―Ya hasta del hambre estás delirando Kavanagh ―expresó NamJoon al ingresar al lugar y ver a el de cabellos anaranjados hablarle a su reflejo en el espejo.
―Es por eso que estoy creyendo ver a cierto alfa con una canasta entre sus manos y de la cual capto el delicioso olor de la comida no echa en casa ―enunció JiMin con un tono cantarín y una expresión rebosante de alegría al ver al alfa llegar justo cuando estaba por sucumbir al hambre que se manifestó en el suave gruñido proveniente de su estómago cuando el olor de las papas dulces llegaron hasta él.
En consecuencia de su desespero, se apresuró poniéndose de pie para acercarse al alfa de aroma a menta que muy astutamente retrocedió hasta darse la vuelta y salir por donde vino, seguido del quejido incrédulo del omega que se quedó congelado por unos segundos hasta que su lobo se manifestó por medio de las manzanas dulces que brotaron frente al reto que McCarthy le impuso.
Su objetivo es la comida y hará lo que esté en su poder para conseguirla.
―Eres un poco lento, omega ―molesto el de cabello castaño desde la zona de recepción de la academia, sentado sobre la superficie de la resistente mesa de roble sobre la que también reposa la canasta con las preparaciones que decidió comprarle a su compañero al adivinar que la ración de comida preparada por JungKook no iba a ser suficiente para el apetito de JiMin que incrementa frente al esfuerzo físico que estaba supuesto a realizar a lo largo del día.
Luego de salir un poco antes del trabajo, dado que aún está en proceso de acoplamiento, de camino a casa se desvió por el delicioso aroma de la comida casera que le hizo recordar al omega mayor de su familia y de quien es responsable.
―Y tú eres un descarado por aprovecharte de mí estado de indefensión por hambruna ―bramó con desaprobación al acercarse al lugar en el que está sentado el desvergonzado alfa que tomó la canasta y se apiado de él al extenderle el paraíso que lo hizo salivar a la vez que la felicidad envolvente de las manzanas se presentaron con un poco más de alegría.
Que contagió a NamJoon al ver el tierno sonrojo brillar en las mejillas del omega debido al esfuerzo físico que ha estado haciendo durante las últimas horas.
―Solo por esta vez voy a ignorar que una vez más subestimas mis habilidades culinarias ―pronunció con una gran sonrisa que JiMin imitó con las mejillas llenas, mirándolo desde el suelo donde eligió sentarse, ya que es mucho más cómodo para él.
―Tus fallidos intentos pasados te preceden McCarthy, así que tengo razones suficientes para diferenciar la gran habilidad que no posees querido amigo mío ―reconoció el omega luego de tragar el jugoso bocado de papas dulces con la carne que contrasta por el sabor ahumado en la que fue cocinada.
―Algún día extrañaran mis mezclas viscosas ―amenazó NamJoon con un chasquido de labios que fue correspondido por la gran carcajada de JiMin que tuvo que dejar el contenedor de cartón a un lado cuando la emoción lo superó y terminó acostado sobre el suelo por la incontrolable risa que lo hizo llorar.
Ambos estuvieron inmersos en una extendida conversación en la que terminaron poniéndose de pie para retomar el trabajo inconcluso que van a finalizar con mayor rapidez gracias a la ayuda del castaño.
―Ya todo está más que listo Mimi ―gritó el alfa desde el pasillo superior al terminar de evaluar las reparaciones pendientes y asegurarse de que no hubiera ningún riesgo en la estructura que deben llevar al piso inferior.
―Estoy contento de que así sea ―respondió el pelinaranja subiendo las escaleras en espiral para llegar a la habitación en la que su sorpresa se esconde.
Kavanagh y McCarthy unieron sus miradas y las llevaron hasta la bonita y deslumbrante representación que esperan con prontitud sea presentada a la principal causa que contribuyó a la cristalización del sueño de JiMin.
―¿Qué es lo único que te falta para el evento de inauguración? ―cuestionó el alfa manteniendo su atención fija en la delicada pieza de porcelana fabricada para estar exhibida en el recibidor principal. Solo que aún no la van a llevar hasta allá para evitar que cierta presencia la vea antes de tiempo.
―Necesito encontrar a alguien que se haga cargo del repertorio musical, en especial, un pianista ya que va acorde a la identidad de la academia ―él mismo podría encargarse de la ambientación musical, porque es un instrumento que va a implementar en sus clases.
Sin embargo, él es el anfitrión y no puede encargarse de los dos momentos en simultáneo, no al menos si quiere que la música sea entonada desde que el pequeño evento de inicio.
―Puedo preguntar a mis compañeros, aunque ya creo tener una idea ―NamJoon recordó un vago comentario que escuchó durante uno de los almuerzos en los que sus superiores describieron al personal de la sede principal y los talentos no tan conocidos de cada uno de ellos.
Así que espera que él pueda ayudarlo.
―¿Oh, y de quien se trata? ―expresó JiMin con interés y giró su rostro para ver el perfil del alfa que sigue inmerso en el escaneo de cada particularidad de la pieza que está ansioso por mostrarle a su pequeño conejito.
―Primero voy a confirmarlo antes de ilusionarte con algo, así que déjamelo a mí ―le pidió al omega que asintió de acuerdo.
―Por favor, no quiero generarte presión pero espero pueda ser antes de este final de semana, porque conseguir un pianista no es tan fácil, al menos no uno bueno ―solicitó el omega juntando sus manos frente a su rostro en un ruego silencioso que hizo reír al alfa que negó y comenzó a empujarlo con las manos sobre sus hombros mientras lo llevaba de espalda hacia la salida de la habitación.
―Si señor Kavanagh, cuente con eso ―dijo con voz mecánica, empujando el cuerpo del omega que se dejó hacer con un pequeño mohín entre labios por los nervios que la fecha comienza a generarle. Y sobre todo por la calidez proveniente de una de las personas que más ama de su pequeño mundo.
―Gracias por existir en mi vida ―confesó con la dulzura vibrando en sus ojos, lo cual tomó por sorpresa a NamJoon y sus ojos se perdieron detrás de la emocionada sonrisa que compartieron.
El alfa detuvo su avance y las palabras no fueron necesarias cuando la conexión que ambos poseen afloro para transmitir las emociones que solo pueden ser compartidas con tanta exactitud entre ambos. Por lo que NamJoon sello ese momento al inclinar su rostro para dejar un suave beso sobre la frente contraria que sintió como su lobo se calmó y le dio paso a la calma.
Dulce y anhelada que reverbero durante el tiempo que alargaron para acomodar los muebles y posicionar los diversos elementos entre los dos, lo cual requirió un desgaste de energía que los entretuvo tanto, hasta la ignorancia de la perturbación que no captaron a la distancia.
En sincronía a las amenazas que JungKook estaba recibiendo al mismo tiempo que corría por su casa de modas para salir a tiempo y que Eleanor no lo deje encerrado y abandonado allí, porque incluso tuvo la osadía de llevarse su juego de llaves, dejándolo sin opciones, por lo que, ahora está buscando su libro de bocetos para terminar unos diseños en la tranquilidad de su casa.
―Vamos pequeño Kook, no quiero tener que avisarle a tu familia que esta noche no llegarás ―canturreo la beta desde la entrada de O'Brien Faisin, repiqueteando su pie contra el suelo de madera del área principal, solo para generarle mayor presión al omega que escucha correr de un lado a otro entre exclamaciones de protesta al no encontrar lo que busca.
Está tomando una medida un poco exagerada, pero es la única forma que dispone para tratar de aligerar la carga a la que se abocó JungKook durante esos días en los que muy débilmente pudo captar el aroma del omega, el cual, siempre rebosa de emoción. Sin embargo, en las limitaciones que su olfato posee, esas características vibran en las avellanas que no han sido tan notorias después de la potente manifestación durante el inicio de la semana que exacerbó la esencia natural de O'Brien como un álgido pico de emociones que decayeron vertiginosamente porque están ausentes.
Como si el lobo de JungKook no quisiera presentarse frente a ellos o la perturbación que logra filtrarse en el rostro de piel nívea es la causa de la incomodidad que lleva en silencio solo para él.
Cualquiera que sea el motivo ha tratado de implementar diversas estrategias para al menos librarlo del aura acongojada en la esta cautivo.
―Listo, he llegado, cruel mujer ―el azabache jadeo con una mano en su pecho que sube y baja con un marcado movimiento debido a la carrera que tuvo que emprender para estar a tiempo frente a la amable beta que solo lo apuro más para que saliera de una vez por todas.
―No veo que se mueva joven JungKook ―apremio Eleanor abriendo sus ojos y molestando al menor con el honorífico que frunció su ceño en incomodidad a la vez que aceleró sus pasos hasta atravesar el umbral de la puerta y ella terminó de asegurar los cerrojos, ya que, el omega lucha por organizar la bolsa de cuero en la que lleva sus pertenencias.
―No puedo creer que en mi propio lugar de trabajo me traten de esta forma ―farfulló indignado el de orbes esmeralda que luchaba por contener la sonrisa que quiere derribar su falsa fachada de molestia.
A la cual Collins no le prestó atención en el instante en que reanudó su camino para alejarse del lugar y del omega que jadeo indignado una vez más.
―Claro, ahora ignoras a tu jefe ―vociferó O'Brien corriendo detrás de la beta que aminoró su paso permitiéndole igual su caminar.
―Joven JungKook le recuerdo que usted mismo me ha dicho que no le diga ni jefe ni señor, así que no lo comprendo ―comentó Eleanor con una expresión confusa, la cual el omega miró con los ojos entrecerrados porque sabe lo que está haciendo.
―Eres tan astuta y conveniente cuando quieres ―comentó señalando el rostro ajeno con su dedo índice, negando en desaprobación y devolvió su atención al camino inundado de personas que así como ellos están saliendo de sus trabajos.
―Aprendí de los mejores ―Eleanor hizo precisión en los dos autores principales de su vida, su hijo Jacob y su pequeño JungKook, quienes se han encargado de enseñarle algunos hábitos que ya hacen parte de ella.
Ambos sonrieron frente al comentario de la mujer y se dedicaron a transitar la calle principal en medio del silencio que es deshecho por los parloteos de las conversaciones entonadas en voz alta producto del ruido de los carruajes y los vendedores que gritan ofreciendo sus productos.
Frente a ese panorama, la melancolía apabulló su corazón como un golpe indeseado que no contemplo, similar a una ráfaga que llego desde la distancia para agitar los recuerdos que sacudieron a su indispuesto lobo que se levantó en búsqueda de ese alguien que ha llenado esas solitarias caminatas con su presencia, y hoy, en medio del vacío que no había llegado a reparar, a su lado hay otra persona que si bien le da consuelo, no es lo que su lobo y él desean.
Pero antes de sumergirse de nuevo en la incoherencia que ha estado afrontado durante esos dos días, la voz de Eleanor lo trajo de vuelta al despedirse de él.
―Nos vemos mañana joven JungKook, por favor, no trabaje demasiado en casa ―indicó la mujer cuando noto la ausencia en la mirada perdida del omega que se sobresaltó ligeramente ante su llamado y con una escueta sonrisa ambos se despidieron.
―Así lo haré, no te preocupes ―expresó el omega agradeciendo la prudencia de su querida cuidadora de no indagar en lo que no quiere comunicar.
Porque ni siquiera sabe cómo definir la aflicción que ha ido acarreando en el poco tiempo de la marcada ausencia del alfa que parece estar hecho de humo y distancia. Lo cual, lo tiene en un gran estado de confusión porque no puede hallar en las acciones previas una señal de lo que al día siguiente iba a suceder.
―Vamos Kook, no es un buen momento ―murmuró al sentir la tristeza de su lobo que después de la agitación pasada durante la cena ha estado reticente a interactuar y solo se mantiene vigilante y un poco meditabundo frente a sus llamados que responde, sólo a sí mismo.
Por ello en búsqueda de darle consuelo, recordó la labor que tiene asignada y hacia la que se encaminó con una tenue sonrisa dibujada en sus labios cuando el sol del final de la tarde comenzó a acariciar su piel y el viento agitó sus cabellos, barriendo momentáneamente la pesadumbre que moderó la carga que lleva en su pecho a medida que acortaba la distancia con el lugar en el que está la razón de su felicidad.
Su pequeño cachorro de rizos de algodón hoy tuvo que ser dejado bajo el cuidado de una reconocida niñera del área, ya que, él hoy tenía varias reuniones que atender debido a que la próxima semana finalmente abrirán al público. NamJoon al haber ingresado a la constructora no podía hacerse cargo y JiMin no podía llevarlo a la academia debido a los arreglos, los cuales exigían su atención permanente y aunque estuvo a punto de no ir, entre McCarthy y él tomaron la responsabilidad para encontrar a una mujer indicada para el cuidado de Aiden.
Lo cual lograron después de una rápida búsqueda impulsada por diversas recomendaciones que dejaron al omega mayor mucho más tranquilo, en contra de la necesidad de supervisión que su lobo exige frente a su cachorro. Que muy emocionado esa mañana se despidió de ellos, antes de que cada uno partiera hacia sus obligaciones.
Él tomó la vocería para ir por Aiden al salir del trabajo para ir rumbo a la escuela de danza de JiMin, y de allí, irse todos juntos con destino al mercado y luego a casa.
―Ya casi llego pequeño ―JungKook canturreo con emoción sin importarle la atención que fue depositada sobre él por parte de las omegas que van con sus pequeños cachorros en brazos y que le dedicaron miradas despectivas frente a su comportamiento.
El cual socialmente no encaja con su efusividad en público, así que solo le gruñó a medida que sus fastidiosos aromas llegaron hasta su sensible nariz que se arrugó en rechazo.
―Tengan un buen día ―enunció inclinando su cabeza en burla frente a la excesiva atención de un pequeño grupo de tres omegas que no le quitaban la mirada de encima al detectar su casta.
Porque aún hay cierto recelo por parte de las mujeres, en que un hombre sea omega, por lo que, su inadecuado comportamiento las asustó y las hizo huir con sus cachorros en brazos.
―Pobres criaturas ―farfulló al ver a los niños ser arrastrados por sus madres para huir de su presencia.
Con mayor tranquilidad, prosiguió hasta ingresar al último tramo de la limpia y posicionada manzana de imponentes casas, en la cual, a mitad de la calle vio una construcción ser cubierta por una suave tonalidad celeste, y la pequeña mujer de suaves rizos castaños que es la omega a cargo del cuidado de los cachorros al verlo a unos pasos de distancia salió corriendo hacia él totalmente alterada, casi que descompuesta porque su delicado cabello estaba un poco despeinado y su rostro desencajado por las lágrimas que brotaron como un río que incrementó su caudal al verlo llegar.
―Señor O'Brien, en verdad lo siento ―berreó Emily Clay tan agitada por el llanto desesperado que no le deja hablar correctamente y que entre balbuceos detuvo el avance del azabache que se quedó inmóvil tratando de comprender lo que estaba sucediendo.
En medio de las exclamaciones histéricas de la omega y el agarre en sus hombros que se desvaneció cuando Emily fue retirada por parte de la beta que le ayuda en su labor, Lisa Ellis, aún inundada en llanto hizo su mayor esfuerzo para contenerlo y enunciar la escabrosa verdad que lo pasmo. El aire fue contenido en sus pulmones y la angustia resbaló desde su cabeza en un gélido recorrido que lo mareo, sacándolo de su centro de consciencia al ser un agente pasivo frente al cual un escenario ajeno a su realidad seguía desarrollándose.
JungKook inhibió cualquier estímulo exterior que se retrató frente a sus desorbitados ojos esmeraldas, los cuales perdieron toda ilusión y su corazón fue oprimido sin piedad, hasta que su mirada recobró la luz y brillo en presencia de su lobo que compartió la multitud de sensaciones que lo arrojaron a la acción, de forma automática apretó con tanta fuerza su mandíbula para no desquitarse con la ineptitud humana de la cual se encargará después porque no hay tiempo que perder.
Él y su lobo reaccionaron en medio de una marcada carrera para pedir ayuda en la búsqueda del pequeño que debería estar a su lado. Sus orbes encendidos en esmeralda exhibieron una tácita amenaza frente a quienes se giraban para gritarle por sus empujones, pero jodidamente, la integridad de su existencia depende del ardor que comenzó a abrirse paso en sus músculos por la velocidad que lleva y que lo hicieron trastabillar unos metros antes de llegar al lugar que lo hizo recobrar la consciencia para ver en donde estaba.
Sin darle mérito a su acelerada respiración, subió los escalones de la entrada y sin poder coordinar sus movimientos para tomar las llaves, estrelló sus palmas contra la puerta y las exclamaciones provenientes desde el interior se hicieron oír, sobre todo la voz gruesa de NamJoon pidiendo paciencia, la cual decayó y dreno la fuerza que lo llevó hasta allí, por lo que estuvo a punto de caer cuando la puerta se abrió y la ágil reacción del alfa lo contuvo contra su pecho.
En donde trato de hallar consuelo en el efímero olor con el cual viven impregnados. Una familiar unión de sus aromas que en ese instante se vieron contagiados por sus desabridas feromonas que los alertaron a medida que escuchaba sus voces pidiendo una explicación o queriendo saber lo que había pasado.
Y lo siguiente que dijo entre frases cortas, laceró su garganta al ser pronunciado.
―Es Aiden... ―tartamudeo el omega menor que huele al tipo de angustia que es causada por el abandono, solo que en esta ocasión lleva el nombre del pequeño que JiMin y NamJoon no vieron a su lado.
Una sensación compartida se propagó velozmente a través del vínculo que entre ellos poseen al completar mentalmente lo que con palabras JungKook no fue capaz de terminar. Los tres en medio de la fracción que los une, experimentaron el horror más calcinante que ni siquiera en medio de su huida de Irlanda llegaron a vivir.
Sus vidas se alinearon para compartir el fuego helado que despertó a sus lobos y sus instintos más animales se impusieron cuando sus psiquis vibraron por la tortura que desgarro su realidad por la marcada ausencia de Aiden y su desaparición.
Autora:
¡Ya es tiempo de que La Orden de la Sangre Azul, emerja!
Atentos, porque a partir de este capítulo el misterio comenzara a manifestarse y estamos a mitad de culminar la primera herejía. No se confíen, esto solo tiende a ponerse cada vez más oscuro.
Muchas gracias por seguir leyendo y nos vemos muy pronto 💙
All my love is yours, midnight sunshine 🌷
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top