Capítulo 8: Preámbulo

Aquellas mujeres habían despertado, Ray y Tomoko les recibieron, adviertiendo que estaban bajo custodia de la Alinza Universa y tenían que identificarse, ambas dieron sus datos de mala gana.

—¿Qué ha sucedido? —preguntó Gina Carter con mucha extrañeza.

—Digamos que están en zona de guerra —respondió Ray en la lengua de la fémina, el inglés.

—Maldición, escapando de la guerra durante años y ahora otra vez estoy metida en esto, ¿me es obligatorio combatir? —cuestionó la veterana. 

—Dado que estamos en guerra y tus habilidades se comparan a superpoderes, sí, estás obligada al igual que tu amiga —contestó Tomoko.

Las tropas estaba listas, Annasei portaba con orgullo el estandarte de su pueblo con una reluciente armadura plateada, mientras que Jean más por obligación improvisó una bandera de manta con un modesto grabado de la placa que lo representaba como agente de la Alianza Universal. Liu le pidió a todos los caballeros mantenerse juntos para transportarlos al punto de encuentro, mientras que Lucy y Donovan hacían lo mismo. 

Era sorpresa para todos el encunetro de nuevas caras, Annasei y Arturo jamás habían mediado entre ellos, y Liu estaba fascinado con el hecho de que se hubieran reunido dos ejércitos, mientras que Ray y Lucy sentían cómo el poder del otro había aumentado.

—Al parecer otra vez entrenaste sin mi, Ray —alegó Lucy en tono de broma.

—Sabes bien que aunque te supere sólo ganamos si estamos juntos —siguió el juego el maestro Lumen.

procedieron a tomar camino hacia la fortaleza, aquello les tomaría tres días, aunque tan sólo tendrían que acercarse unos quinientos kilómetros para que aquellos peleadores les llevaran hasta el asalto. el Ente seguía su camino a toda prisa para alertar a los que se dirigieran.

Un Disparo Mental de Liu impactó contra el aire, entonces una figura se hizo visible:

—El actuar de forma violenta contra un Ente merece la pena del Tribunal Espiritual, prepárate para las consecuencias humano —enunció el Ente mientras la Alianza Universal le rodeaba.

—¡Deténganse!  —gritó Marianna. —Yo sé quién es —afirmó.

—¿Agente Boltzmann? —cuestionó el espectro.

—Ente, ellos se podría decir que podrían ser aliados nuestros —contestó la fémina, mientras Ente reconocía el rostro de Ray

—Hey, ¿Acaso tu no eres Ray, discípulo de Garats? —preguntó el agente espiritual.

—Sí, ¿acaso le conocías? —cuestionó el maestro.

—Yo estuve cuándo falleció, le conocí en aquella misión donde perdió la vida —dijo con cierto decaimiento el espectro.

Pronto se habló acerca de lo que sucedió, Tomoko explicó un poco más acerca de lo que Isaías había dicho aquella noche, entonces se acordó que se unirían para restablecer el orden en Lycaion, esto después de que el agente espectral dijo que Lican estaba abriendo un portal para regresar a su mundo. 

Lican rememoraba como había sido derrotado, tan sólo un día apareció un sujeto en en su Corte Real proclamándose el rey no sólo de su tierra sino de todas las realidades.

—"Pronto de apostraras ante nuestro ancestro común, primo" —eran las palabras de aquél individuo al momento de llevarlo a los terrenos del Bajo Mundo Espiritual.

La situación le desesperaba, así que aceleró el paso en la creación de su portal, y aunque había caminos menos largos que ese, quería irrumpir en el medio de su fortaleza sólo para humillar a su agresor. 


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