Capítulo 4: Haciendo conflicto

Al ser enviados de la Alianza Universal, aquél individuo de orejas puntiagudas y piel casi pálida llevó al equipo de Ray, Tomoko y Jean ante su líder, la Reina de los Elfos del Bosque Draggcyl Annasei. Mientras tanto Lucy y Donovan iniciaban su caza, tenían que hallar aquella criatura con tal de volver a reunir a los demás, aunque tal bestia les preparaba una sorpresa. 

—Yo, majestad, soy uno de los guerreros que se atrevió a desafiar a Al-Majesh —dijo Liu rememorando sus peleas contra aquellos enemigos que casi causan la destrucción de su Tierra.

—Así que eres de la Alianza, supongo estás aquí por el reino de Lican ¿no? —cuestionaba el rey con cierta preocupación mientras llevaba su mano a su frente para frotársela.

—Así es, aquél territorio está bajo el poder de una amenaza universal, yo tan sólo tengo que ir... —Habló Liu hasta que Arturo le interrumpió  —¡No! Mi reino no permitirá que Lican vuelva al trono.

El maestro Lumen entonces se acomodó, flexionó un poco su cuerpo, posicionó sus puños a la altura del pecho y amenazó:

—Si a partir de ahora no me dejan irme no tendré más opción que luchar contra ustedes, y como tal, estarán a disposición de la Alianza Universal para ser juzgados por entorpecimiento de la ley.

Los guardias más fuertes portaban unos cetros de oro, rodearon al maestro e invocaron un poderoso rayo eléctrico, sin embargo, su rival hizo circular el Lumen por su cuerpo por lo que desvió la descarga en contra de ellos, al ver esto, retrocedieron rompiendo la formación. 

Arturo se levantó de su trono y propinó un golpe contra Liu, este último se enfrascó en batallar contra su nuevo rival, sin embargo, pese a que su entrenamiento le había permitido llegar a los cien puntos de pelea, su majestad contaba con alrededor de trescientos cincuenta.

Con la sensación del poder que tenía el rey, el maestro decidió usar el Destello Lumen para salir de ahí, corrió por toda la ciudad, hasta que una enorme columna de huma cautivo su vista. A la lejanía se podía ver como una fiera parecida a un lobo de gran tamaño devoraba casas, aunque ciertamente estaba escapando, sabía que de cierta forma aquella cosa lo estaba buscando a él.

—Annasei, siento la llegada del humano, tráelo ante mi presencia —decía un hombre calvo vestido con ropas blancas de manta.

—Pero maestro, su energía emanada parece una amalgama entre el Lumen y el Matta, además no creo mi hechizo de entendimiento sea tan fuerte como para comunicarme en su idioma — señaló la señora.

—Debes hacerlo, es el héroe que yo solicité y ahora es momento de brindarle un poco de ayuda —sentenció el hombre.

Lucy, Donovan y dos de los hombres mas fuertes de la tribu les acompañaron a cazar a la besta, se adentraron en una formación selvática y una oscuridad se cimbró en ellos debido a la noche, entonces su presa se apareció sólo para invertir los papeles.

Fasdarg, uno de los cazadores se lanzó contra la criatura, sin embargo ésta le arañó el cuello y le hizo caer sobre una trampa que lo atrapó dentro de un hoyo, mientras tanto, el otro sujeto que respondía bajo el nombre de Kardarg decidió combatir a distancia aventando su lanza, pero los reflejos de su rival eran instantáneos, como si del instinto de un animal se tratase.  

Lucy podía ver un aura, le era muy familiar hasta que cayó en cuenta que era la suya cuando estaba en su transformación de Dominio Animal, por lo que para enfrentarse a ello tendría que combatir fuego con fuego.

Un fuerte choque de puños liberó un gran alumbramiento debido al poder liberado, ahí Donovan se pudo dar cuenta que su contrincante era también, probablemente, humana. Las miradas se intercambiaron en la oscuridad por un momento hasta que Lucy lanzó un Cañón Mental.

Kashack viajaba hasta el lugar dónde se encontraba el sello del semidiós, su trensporte era un antiguo avión que el reconocía, era un biplano de combate de Caelum, rememoraba aquellas batallas donde él y esos aviones le brindaban esperanzas a las tropas aliadas y patrias, sólo para fallar y probar que los Maestros Lumen estaban destinados a morir.

Lican volvía a perder otro combate, el infierno sería su prisión para siempre, uno de aquellos familiares que tenía por parte de su padre, un demonio, le había llevado hasta ahí para extraer información acerca del Núcleo del Mal, artefacto que podría liberar al ancestro de todos los demonios y el ángel caído original, Satanás. Ahora que T'xliop ya no existía y que Dios los había dejado a su suerte, el rey del mal mismo traería su gobierno a todos los planos.

Lican ya no podía más, estaba derrotado, hasta que a la distancia se escuchó un disparo, eran Agentes Ente que habían detectado la presencia de seres del Bajo Mundo Espiritual, entre ellos estaba el decimoquinto Ente, desde hacía más de cuatro años que intentaba que en su camino se cruzara alguno de los luchadores de la Primera Crisis para entrevistarle.

—Estas no son tierras donde puedas extender el infierno, Vaktagran —decía un individuo que parecía un fantasma con una máscara blanca, el sombrero y esa larga capa negra.

El demonio se puso frente a los Entes y empezó a luchar contra ellos, para su sorpresa Lican había vuelto a su Forma Demoníaca, al parecer, era el movimiento desesperado y comodín del rey. Con sus fuertes y veloces garras rasgó las ropas de aquél tipo y un fluido rojo emergió de los rasguños. 

—¡Llamas de Castigo! —gritó el semidemonio mientras lanzaba un fuego ardiente que apuntó a su enemigo, sin importar que frente a él también estuvieran los agentes Ente.

Liu usaba su Lumen contra el lobo, grandes descargas impactaban al enemigo pero no había daño, entonces decidió usar la Sobrecarga Mental, así su mayor ataque era lanzado, pero no tuvo efecto alguno. 

La bestia dejaba su paso de muerte, y entre los escombros se escuchó un llanto, una mujer estaba pálida en el piso mientras que un bebé luchaba por vivir, el maestro corrió lo más rápido que pudo y tomó al infante entre sus brazos, su preocupación era tal que no se dio cuenta que los soldados de Arturo habían llegado ya al lugar.

Corría hasta ellos y les ordenó poner al niño en un lugar a salvo, y ante la atónita mirada de los militares, de nuevo el peleador regresaba a luchar, se arriesgaría más aún, juntó sus manos y gritó:

—¡CAÑÓN MENTAL! 

Un gran has de luz voló hasta el hocico del cánido, y al momento de impactar, este se desmoronó como si de una escultura de barro se tratase. Al parecer, era un golem.

Arturo abrió un portal y se encontró con la escena, pese a que había pedido la captura de Liu, admiró el honor y valentía del agente de la Alianza Universal, entonces le dijo que se podía ir del reino con la condición de no volver, y así lo hizo el maestro. 

 —Ojalá ellos puedan cambiar el destino —concluyó el rey. 

Kashack llegó al lugar con aquellos sujetos, buscaron el sello hasta que lo encontraron, estaba casi borrado, alguien lo había estado deshabilitando poco a poco.

—Hola de nuevo Kashack, ¿vienes a arrebatarme el poder de nuevo? Me temo que ahora tus amiguitos están ocupados y no podrán venir a ayudarte —sentenció una voz muy particular, era la voz de la tirana, pero esta era la que murió en el futuro.

—Que buen futuro logré para ustedes, deberían agradecerme —sumó otra persona, esta vez el tono era de la desquiciada asesina de Tierra I, sin embargo era la del pasado.

Jinete tomó una pistola Colt de su cinturón y disparó contra los espíritus, de manera casi milagrosa, los proyectiles seguían a sus objetivos, Kashack podía reconocerlo, eran balas espirituales, muy usadas por Kolasi.

De su brazo, Pyra emanó una pequeña flama de otro elemento que el maestro de la Vida y la Muerte conocía: El Fuego Espectral, su característico color verde iluminó el lugar intentando acabar con los espíritus.

Annasei se dirigía con una comisión de diplomáticos para recibir al invitado de su maestro...  

 

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