Capítulo 9.- La lista de estándares

—Roger que me devuelvas la lista de estándares —exigió Cindy a su moribundo nuevo crush.

—Yo no... hum... hum... hum... boté.

—¡La botaste! Maldito desgraciado, cómo pudiste, me la pagarás.

Realmente molesta se subió sobre Roger, zarandeándolo y golpeándolo en el rostro. Roger estaba tan drogado que quería defenderse pero le era imposible abrir bien los ojos.

—Más te vale que recuerdes cada letra de la lista. Levántate Roger y escríbela, vamos, ¡levántate!

—¿Acaso no ves que está enfermo?

Nathan corrió hacia ella para quitarla sobre Roger que parecía estar a punto de decirle adiós al mundo.

—¡No me toques chico neutro! Este tonto botó mi lista de estándares. Es que voy a... —Ya estaba dispuesta a arañarle la cara.

—Creo que nadie más que tú debe recordar lo que le gusta de un chico o no, así que déjalo en paz, no está consciente.

Cindy miró por última vez a Roger prometiéndose mentalmente que cuando se recuperara se las pagaría.

—¿Qué haces tú aquí? —cuestionó mirando de arriba abajo a Nathan.

—La operación recuperando a Riky nada que ha comenzado, y yo soy eficiente, me gusta cumplir lo que prometo. ¿Qué te parece si hacemos la lista desde cero?

—No, yo tengo la lista original, solo es cuestión de transcribirla. Ese trabajo fue el que hizo el tonto de Roger pero... ¡agh! Déjame patearlo una vez más —pidió con cara desquiciada.

—Ya te dije que no. Ahora vamos a tu casa a hacer esa lista.

Molesta Cindy volvió a su hogar. Judas estaba en medio de su siesta matutina, así que pudo entrar sin inconvenientes a su habitación.

Nathan se emocionó cuando la vio volver a la cocina con aquella carpeta azul que antes había visto.

—Será bueno que transcribamos la lista de nuevo —sugirió Cindy—. Espero que no tengas una linda caligrafía, sería de lo último para ti. ¡Verdad! Jamás he puesto en la lista de estándares que no tolero la linda caligrafía. Lo agregaremos en la nueva.

Nathan vio en cámara lenta como dos hojas amarillentas fueron sacadas de la carpeta y depositadas frente a él, fu como ver oro, todo su futuro materializarse frente a él. Pronto escribiría su gran artículo y volvería a ser un periodista respetado, o al menos popular, no es que escribir sobre la Acosadora de Feos fuera un gran logro.

—¡¿Esta es la lista?!

Las letras eran enormes y cuadradas, llenas de pequeñas palabras por los bordes, todo con referente a la fealdad.

—La lista era más larga pero Judas se comió dos partes de ella —explicó Cindy con cara triste—. Igual a mi Judas le perdono todo, y no eran tan importantes. Con el tiempo dejé de ser tan exquisita, ahora con que sean hombres realmente fracasados, despreciables, pobres, necesitados y estén dispuestos, me vale.

—Entonces si Charles cayera en la desgracias, las personas lo despreciaran por ser pobre y estuviera necesitado de afecto, ¿lo aceptarías?

—¡Eu! ¡No! Charles es lindo.

—Las personas lindas también pueden ser despreciables y despreciadas.

—Para hacer esas excepciones existe la lista de estándares. Apúrate en transcribirla, yo te diré lo que no debe ir.

Nathan comenzó reconociendo que la locura de Cindy Love era más grave de lo que creía.

—¿No importa si es gay? —preguntó anonadado.

—Al principio estaba de exquisita con que solo hombres heteros, pero luego descubrí que los gay feos enclosetados eran un buen mercado por explorar. Claro con esos no hay futuro, pero siempre es bueno sacarlos de la duda de si le gustan las mujeres o no.

—¿Tú los sacas de la duda?

Nathan de inmediato formó en la mente un comentario de su nuevo artículo:

"Y gracias a Cindy Love la comunidad LGBT aumentó".

Sí, era una buena afirmación.

—Paso con el número dieciséis. Tenía dieciséis años cuando lo vi y cambió mis estándares, antes me gustaban inteligentes, pero por él borré eso de la lista. Era el peor de la clase, bastante gordo, siempre comiendo frituras y nadie le hablaba. Comenzaron a decirle que era gay, y de verdad lo era, yo empecé a salir con él, y... bueno... comenzaron a decirle que era preferible que fuera gay a que salir conmigo, pero estoy acostumbrada a esa clase de comentarios maliciosos. Y lo ves no duramos saliendo ni dos semanas cuando decidió salir del closet. Yo de verdad soy buena en eso.

Nathan se debatió entre carcajearse o llorar consolando a Cindy por lo miserable de su vida, pero ella parecía tan contenta con todo lo que pasaba a su alrededor, que lo más lógico era reírse.

—¿Les colocas números a tus novios?

—Es que las personas son tan poco originales que casi todo el mundo se llama igual. Un día de aburrimiento Roger y yo comenzamos a ordenar las fotos de la pared por sus nombres, descubrí que por mis garras han pasado quince Jhon, diez Alexander, inclusive tres Rikys. Oh por cierto dos Nathan. Es por ello que los llamo por su número, es más fácil de recordar.

"Y clasifica a sus pobres amantes como un científico desquiciado calificaría a sus ratas". Definitivamente ese artículo sería su obra maestra.

—¿Por qué eliminaste de la lista a los pelirrojos? —preguntó continuando con las transcripción.

—Los pelirrojos son estúpidos. Uno solo de ellos casi me hizo volver a tenerles fe. Pero treinta y ocho fue una inmensa decepción. Estando yo en bandeja de plata en la habitación del hotel por hora, llegó, me vio y se fue. Lo seguí, lo atajé, pero forcejeó conmigo se metió al taxi y cerró la puerta atrapando mi chaqueta. He de decir que esa noche no solo treinta y ocho vio mucho de Cindy Love.

Nathan respiró hondo para no reír, a parte que la escena era por demás perturbadora en su cabeza.

—Así que cero pelirrojos, además que no son normales, eso de cabello rojo es tan exótico y de lo último.

Él no sabía si era conveniente seguir preguntando, apeligraba su salud mental pero debía hacerlo, su trabajo dependía de ello.

—¿Por qué no bronceados?

—Nada más los tipos que se creen Ken se broncean. No sé tú pero no me gusta la idea de salir con un melocotón con boca. Me gusta lo natural.

—¿Por qué es indispensable que sean fracasados?

—Yo conozco bien lo que soy y lo que puedo obtener, solo alguien realmente desesperado saldría conmigo, así que los fracasados, los chulos y los sexualmente frustrados me aman.

—Estás sola.

—Pero temporalmente me aman. Tú estás aquí justo para que recupere al único hombre que quiero hasta la muerte a mi lado, así que trabaja y deja de echarme en cara que estoy sola.

"¿Qué habrá hecho el pobre Riky para ganarse a esta acosadora?".

—Mientras más oso mejor —leyó Nathan transcribiendo uno de los requisitos.

—Amo a los hombres con mucho vello, son como peluches hediondos.

—Bueno aquí está la lista resumida.

Ambos la vieron notando que se resumió en pocas líneas.

—Como que al pasar de los años has sido menos exquisita.

—Eso porque no hemos mencionado las profesiones. No tolero a los profesores, ni a los administradores, mucho menos a los periodistas y los veterianrios, ¡agh! Me empalaga tanta dulzura. Me caen muy bien los ginecólogos, los forenses y los científicos como mi Riky. Ahora dime, ¿tienes algún amigo que cumpla con la lista de estándares?

—Yo creo que podemos crear a tu hombre imperfecto.

Los ojos de Cindy por primera vez se iluminaron por algo más que no fuera Mr. Bean.

IQI

Charles volvió al departamento pensando en la forma de controlar a Cindy, no podía dejar que dañara la fiesta de boda de su hermana. Al entrar se dirigió a la habitación para saber qué era de la vida de Roger, esperaba no haberse pasado con los calmantes.

Sus ojos se agrandaron al ver al grandulón lanzado en el suelo, acostado boca abajo casi inerte.

—¿Qué te pasó? —se apresuró a voltearlo, notando que el yeso en la nariz estaba algo trizado. Acercó el oído al pecho de Roger para saber si aún latía— ¡Uff! Sigues vivo.

—Ayuda. Me duele, todo duele, ayuda —comenzó a balbucear.

—¿Cómo te caíste?

—No sé, me ahogaba, me ahogo.

Charles sabía que Roger era más que exagerado, como pudo comenzó a intentar levantarlo aunque Roger no ponía nada de su parte.

—No estás inválido, solo te operaron de la nariz, así que haz el esfuerzo por levantarte.

—¡Todo me duele! Eres un mal enfermero, me dejaste solo y a la deriva, incluso un monstruo vino a intentar matarme.

—¿Un monstruo?

—Era horrible, tenía dientes afilados y manos callosas. Se montó sobre mí y comenzó a darme golpes.

—Definitivamente te drogué demasiado.

Charles tuvo que tomar a Roger por debajo de sus brazos, aferrando sus manos al pecho del musculoso y ejercer toda su fuerza para sentarlo en la cama, solo que no midió que Roger caería sobre él, aplastándolo contra el colchón, y que su peso sería tan grande como para arrastrarse lejos de él.

—¡Rueda lejos de mí! —gritó intentando quitarse a Roger.

—No puedo moverme, todo me duele, mi cuerpo es como de gelatina. —Roger no mentía los calmantes no lo dejaban coordinar sus movimientos.

—Tienes que quitarte. —Charles intentó empujarlo pero él mismo estaba agotado.

Era incómodo estar debajo de Roger, con él de frente. Lo único que los separaba a ambos eran las manos de Charles intentando empujarlo, fue entonces cuando Roger notó algo.

—Estando tan cerca siento que... recuerdo algo de cuando era niño... tú...

Charles asustado tomó una de las almohadas que posaban a su lado y golpeó con fuerza la cabeza de Roger. Él se desplomó a un lado de Charles, aunque gran parte de su cuerpo seguía sobre él.

—¡Ayuda! ¡Ayuda!

Gritó hasta que una puerta fue abierta.

—¿Qué están haciendo ustedes dos? —cuestionó viendo la escena con desaprobación.

—Ayúdenme a quitármelo de encima, se cayó de la cama y ahora...

Fue Nathan el primero en intentar con delicadeza correr el cuerpo de Roger hacia un lado. Cindy por su parte fue menos delicada en jalar por un brazo a Charles hasta que lo hizo caer de la cama.

—Con este enfermero de pacotilla jamás me voy a curar —lloriqueó Roger sintiendo el dolor de todo el maltrato del día—. Y me muero de hambre.

—Ya te cocinaré algo, con tal que tú si aprecias lo que en mi trabajo detestan.

Charles salió casi detrás de Cindy evitando a Roger.

—¿Por qué estás tan pegado a mí? —Cindy con fastidio se alejó buscando los ingredientes en el refrigerador.

—Ahora soy tu nuevo amigo, ¿no?

—Los amigos no andan tan pegaditos. Bueno, mentira, Judas cuando lo conocí tenía un amigo y se la pasaba montado encima de él, creí que era hembra pero resultó ser macho, así que los amigos si pueden estar pegaditos, pero tú y yo no —advirtió.

—Roger dice que tiene ganas de ir al baño —dijo Nathan llegando a la cocina.

—¡Agh! Ni que fuera camello, vive queriendo ir al baño cuando ni agua le he dado desde ayer —refunfuñó Charles sirviéndose un trago—. Y qué haces aquí diciéndome, ¡llévalo al baño Nathan!

—Pero, tú eres el enfermero.

—Y tú la maldita razón por la que estoy en esta situación, ¡llévalo!

Nathan tragándose las palabras se dio la vuelta para hacer lo que le habían ordenado. Cindy se quedó riéndose y observando a Charles chocó las manos con él.

—Gritarle a un chico neutro es tan divertido. Para mí la sensación es parecida a la de un Berteno comiéndose un troll.

Charles coincidió con Cindy, si alguien en el mundo real se parecía a un Berteno era ella.

IQI

Roger continuaba molesto porque Charles había evadido sus responsabilidades. Cindy estaba dándole de comer y todos estaban en la habitación de Roger haciéndole compañía, la televisión estaba encendida pero Charles solo le prestaba atención a la conversación de Cindy de su plan para darle celos a Riky.

—Que disparatada, no le darás celos con un bicho feo y desagradable con los que te codeas. El tal Riky te dejó porque piensa que eres poca cosa.

—¡Charles! —regañó Nathan.

—Es la verdad, claro que Cindy no es poca cosa, es demasiado para ese espantapájaros.

—¿En serio crees eso? —preguntó Cindy anonadada. Roger y Nathan también lo observaban con sospecha.

—Por supuesto. Entre todas las cosas eres graciosa, innovadora, original, ni sé por qué ese esperpento te gusta, pero si quieres darle celos debes demostrarle que eres capaz de atrapar a un macho alfa. Alguien que él quiera demostrar que tan hombre eso. Es decir, necesitas salir con alguien como yo.

—¡Ja, ja, ja! Este más bien es un cachorro de lobo, ni siquiera cachorro, es un feto. Si quieres un macho alfa ese soy yo mi Cindy Cindy —Roger intentó tocar la cara de Cindy pero se atoró con su saliva en el proceso.

—¿Eso es un macho alfa? Cindy sabes que Riky no creería que sales con Roger, ya lo conoce, en cambio a mí no. Y no se te ocurra hacerle caso a Nathan, el pobre ni novia tiene.

—¿Por qué quieres ser novio de Cindy? —Nathan lo enfrentó, siendo apoyado por Roger.

—Es ser novio de mentira, y quiero hacer bien mi papel de mejor amigo. Jamás he tenido una mejor amiga.

—Cindy ese gnomo no me cae bien, me huele a podrido.

—¿En serio? Si hueles a podrido hasta te ganarías unos puntos conmigo, no es que pueda pasar por alto lo bello de tu cara, pero sería algo.

—Por ti dejaré de bañarme —prometió Charles.

—¡Ay! Aprende Roger, Charles sí sabe ser complaciente, se adapta a la situación. En qué momento creí que sería buena idea escuchar la voz de un chico neutro, tuve un colapso. Nathan no te necesito, Charles estás contratado. Eso sí, aunque te mueras por hacerlo, nada de meterme mano.

—¡Vas a aceptar! Cindy no seas gafa, ese tipo no tiene buenas intenciones.

—Roger el gafo eres tú ni que me fuera a enamorar de él o algo así, que asco.

—Pero es que...

—¡Lo logré!

Todos reviraron ante el grito de una Graciela que iba entrando en la habitación para lanzarse sobre la cama y comenzar a brincar.

—¿Será que por fin le hicieron efecto el veneno de las pulgas que le picaron aquella vez que encontramos a Judas? —susurró Cindy a Roger que se encogió de hombros.

—Quedé en el concurso —gritó emocionada.

—¿Qué concurso? Y ya deja de brincar Graciela, mi nariz.

—El concurso de talento —aclaró sonriendo, era el mejor día de su vida.

—Pero si tú no quedaste, las audiciones las pasamos Roger y yo.

—¡La audición! ¡Me la perdí! ¡Ya no seré famoso! ¡Que desastre! —El llanto de Roger no se hizo esperar. Le arrancó el celular a Nathan y comenzó a grabar un video. —A mis seguidoras vivan conmigo hoy este día nefasto. No pude ir a las audiciones finales, mi estado no es el mejor luego de haber intentado salvarle la vida a un débil hombre, pero no lloren habrán otras oportunidades de dar mi talento a conocer, por ahora les dedico esta canción que sería parte de mi audición. Cindy graba.

Cindy sin muchas ganas tomó el celular apuntando a un Roger con la nariz enyesada y al que no se le veían los ojos de lo inflamado que estaba su rostro.

—Des – pa – ci- to.

—¡Oh por el amor de Dios! —explotó Graciela lanzando el celular de Nathan a un lado—. ¿Eso es lo que ibas a cantar? Por qué todo siempre tiene que ver contigo o con Cindy. Yo pasé las audiciones finales porque le robé su número a Cindy y estaré en el programa televisado, yo haré mi sueño realidad, y solo espero que mis amigos lo celebren conmigo. No quiero ver a un cara de cerdo cantando despacito y lloriqueando porque no cumplió un sueño que ni siquiera nunca fue su sueño. Ahora ambos me felicitaran, sacaremos una botella y celebraremos que por fin seré famosa.

Cuando terminó todos solo la observaban. Cindy incluso bostezó, y Roger comenzó a arrastrarse para alcanzar el celular de Charles.

—¡Muévanse!!!!!

—Yo buscaré la botella —tartamudeó Nathan.

—Miren que lame botas es el chico neutro —bufó Cindy—. Desagradable.

—¡Desagradable! —Los ojos de Graciela estaban rojos de la ira—. ¿Qué clase de amigos tengo? Ambos son una parodia, los reyes del narcicismo. Hoy es mi día...

—Ya Graciela disculpa si no te felicito por un logro que de paso me robaste y por algo que debiste haber alcanzado hace muchos años atrás. A ti resulta que hay que estarte poniendo una estrellita en la frente por cada cosa buena que logras, patético.

—La única patética de mierda aquí eres tú.

Cindy cayó en cuenta que estaba en medio de una pelea cuando cayó de espaldas en la cama con una Graciela enfurecida jalándole los cabellos y arañándola.

—No, no, no. ¡Mi nariz! ¡Atrás perras! —Roger comenzó a retroceder en la cama, pero justo habían caído sobre sus pies—. ¡Charles ayúdame! ¡Protégeme!

Cindy no se dejaría masacrar así que comenzó a dar pelea. Eran Graciela y ella buscando la forma de hacerse daño la una a la otra. Nathan intentó detenerlas pero salió con un rasguño en la cara. Charles se acercó también siendo jalado por Roger que se abrazó a él cual pereza, intentando usarlo como escudo.

—Mi nariz, mi nariz, cuida de mi nariz Charles.

—¡Suéltame! ¿Por qué yo?

—Eres mi enfermero, ¡protégeme! Y por favor saca tu celular, esto hay que grabarlo.

Graciela atinó a meterle un dedo en el ojo a Cindy y ella a darle una patada en la espinilla.

—¡Te mataré Cindy! Te he aguantado por mucho tiempo.

—Yo también mala versión de Barbie Malibú.

Rodaron hacia el suelo alejadas de Roger, pero cada vez más cerca de Nathan quien estaba recostado en la puerta que daba a la habitación de Cindy. Cuando ambas mujeres se le vinieron encima no tuvo otra opción que correr por su vida, aunque en el proceso sin querer movió la manija de la puerta y esta cedió ante la presión de Cindy y Graciela, cayendo ambas hacia la otra habitación.

El rugido que se escuchó ya era conocido por todos. Graciela que había quedado sobre Cindy tuvo el impulso de levantarse y correr por su vida. Cindy en cambió vio en cámara lenta a un hambriento Judas que iba por su cabeza.

Nathan fue el que jaló a Cindy por los pies todo lo rápido que pudo, sin embargo, Judas alcanzó a tomar una porción del cabello de Cindy entre sus dientes. Un último jalón y la puerta cerrándose aprisionaron a Judas del otro lado.

Todos quedaron cual papel y agitados. Cindy aun temblando se llevó las manos a cabeza, una buena parte de su cabello se encontraba cortado por la mitad por los dientes de Judas. Vio a Nathan arrodillado al lado de ella, tan asustado como el resto y supo que le debía la vida al chico neutro.

"¿Por qué siempre te pasan cosas malas a ti?".

Roger continuaba abrazando a Charles y este al igual que todos con el corazón en la boca ni lo había notado.

—Sigues recordándome a alguien —susurró Roger observándolo.

—¡SUÉLTAME! —De un manotazo se alejó de él—. Por cierto Cindy esa cosa es un peligro mortal. Pudiste haberle dicho adiós a este mundo esta noche. Es como tener a un mini dinosaurio. Tendrás que decirle adiós.

—Judas jamás me comería, lo de ahorita fue porque lo asusté.

—Si sabes que casi no tienes la mitad del cabello —comentó Graciela pasándole un espejo.

Cindy lo tomó y se vio de inmediato. Era un completo desastre.

—Judas solo sabía mis deseos de hacerme un cambio de look.

—De verdad estás loca Cindy. Solo una persona demente pensaría algo así, y tendría a esa cosa en su hogar. Me rindo contigo.

Graciela se puso de pie y se fue lo más pronto de allí. Cindy salió pero solo para buscar un pedazo de carne en la nevera para lanzársela a Judas y poder entrar a su departamento.

Charles y Nathan no sabían qué hacer. Nathan estaba pensando irse tras Graciela, pero se detuvo cuando la canción de la marcha fúnebre comenzó a sonar. 

https://youtu.be/QNw-dqLr0qA

Su piel se erizo y volteó esperando que la propia muerte se apareciera tras él, pero solo vio a Cindy tomando su celular y contestando.

"Claro cómo pensar que Cindy tendría un ring tone normal".

—Que desgracia, ahora resulta que mi nuevo trabajo es cocinar para una boda. ¿Acaso creen que soy una cheff de esas que van a Master Cheff o algo así? Yo tengo reputación. Yo no me maté en la academia de cocina por cinco años, de los cuáles solo debí estar tres, porque sí. ¡Cocinar para una boda!

Cindy seguía refunfuñando y despotricando cuando Charles se acercó a Nathan.

—Cindy cocinará en la boda de Sam —susurró Charles.

—¡¿Sam ya tiene fecha de boda?! —Nathan jamás pensó que la boda comenzara a organizarse ya.

—Es en un mes.

—¡Tan pronto!

—Sí, y de paso yo soy el encargado de organizar la boda.

—No puedes dañar la boda de Sam dejando que Cindy cocine. Ella...

—Tampoco quiero arruinarla, con suerte Cindy en un mes se convencerá de que lo mejor es cocinar lindo y perfecto.

—¿Por eso quieres ser su novio de mentira? ¿Quieres enamorarla?

—No hables idioteces Nathan. Tengo mis planes, eso es todo.

Nathan ayudó a Cindy a lanzar la carne, incluso a encerrar a Judas en una de las habitaciones. Tomó la lista antigua y le tomó una foto rápida, y la nueva la guardó en el bolsillo de su pantalón. Charles estaba queriendo alejarlo de la acosadora de feos, pero él encontraría la forma de conocerla mejor y tener su maravilloso artículo. Por otro lado una boda estaba aproximándose y aquello comenzó a robarse gran parte de sus pensamientos.

Roger recibió una buena dosis de calmantes antes de dormirse, pero pese a la droga no dejó de pensar en esa especie de raro Deja vú que había sentido. Incluso su memoria lo trajo de vuelta, solo que al despertar no lo recordaría del todo.

Charles por fin se acostó en el sofá de la sala, necesitaba descansar muy bien, a la mañana siguiente sería el novio falso de Cindy, su jefe como coordinador de la boda y el enfermero de Roger Kellogs. Las cosas parecían estar a su favor, aunque se odiaba por aún tener esos sentimientos dentro de él. 

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Bueno yo digo que nunca es tarde para volver jajajaja. No daré excusas porque son muchas y sobran, pero quise retomar esta historia, ahora que pronto volveré con una nueva histórica, creo que Cindy merece ser continuada y tener su final. Así que aquí estamos de nuevo con las locuras de este quinteto. Gracias a los que esperaron. 

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