Capítulo 6.- Conoce a Riky Fritz
—Bueno, habla de una buena vez —exigió Cindy—. Hay gente rara tomándome fotos, además Judas debe tener hambre, tengo que comprarle su comida, y ya se pasó la hora para ver Mr. Bean. —Hizo puchero como un bebé pequeño.
—Te sabes los capítulos de Mr. Bean de memoria, así que deja el drama. —Roger estaba pensando o eso intentaba.
—Deja de crear expectativa y muévete, quiero irme. —Graciela quería ir a su departamento y llorar otro fracaso, pero mientras debía reprimir sus lágrimas. —¿No me digas que no sabes que reto ponernos?
—Tenía la idea pero Cindy habló y ya no la recuerdo.
—¡Oh por Dios! —exclamó Charles—. Si en dos segundos no dices nada nos vamos y fin del asunto.
—No, no, no, no, no. No te librarás de nuevo de esto. Mira que sigues debiéndome la foto en Instagram.
—Yo me voy, a mí ni me importa porque yo no estaba en la apuesta y de paso gané. Me voy a ver a mi Juditas.
—¡Judas! —gritó Roger—. Eso es... los reto a darle un beso a Judas.
—¿Quién es Judas? —preguntó Carolina.
—Tú no querida, tú pagaras tu reto en una cita conmigo. —Carolina sonrió ante la invitación de Roger.
—Sí, soportarte de verdad es un reto, lo lamento por ti pequeña —comentó Graciela.
—Nada que ver, tú no saldrás con mi hermana de dieciséis años, antes te denuncio por pedófilo.
—¡Dieciséis! Bueno cambio el reto. Tú comerás el postre favorito de Cindy.
—Ok. —Carolina no pensaba que eso fuera un castigo. Aunque Graciela y Roger sí que lo sabían.
—No le daré un beso a ese animal —protestó Charles.
—O es Judas o es Cindy —retó Roger.
—¡Agh! Prefiero al primer animal —se rindió Charles.
—¡Hey! ¿Por qué todos los retos incluyen a mi persona? —dijo Cindy ofendida—. Yo no quiero ser besada por ese, y mi pobre Judas no debería tener que pasar por esa desagradable situación.
—Cindy si lo haces te traeré una novia para Judas, sabes que puedo hacerlo.
Los ojos de Cindy alumbraron, quería que su Judas fuera feliz y tener pequeños Juditas corriendo por allí.
—Trato hecho.
—Falta el reto de Nathan —comentó Carolina antes de salir del auditorio.
—¿Quién quiere ver al chico neutro haciendo algo? —cuestionó Cindy con desagrado—. Es aburrido.
Nathan solo respiró profundo. Sí, él solo era una sombra en medio de ese extraño grupo.
—Tiendo a pensar que tuviste experiencias desagradables con chicos neutros como yo —mencionó dirigiéndose a Cindy.
—Y de paso se la da de psicólogo. Chico neutro tendrás que aprender cuál es tu lugar, o de plano pasarte a algún bando, no puedes estar en la zona neutra por siempre, es algo así como patético.
Nathan no podía creer que Cindy Love, la chica más patética del mundo lo llamara patético a él. Charles se acercó para darle unas palmaditas en la espalda consolándolo.
***
—¡Ay, Cindy! —gritó Roger exasperado—. Te quejas más que un camión de cochino. Supéralo, estamos en la puerta de tu departamento.
—Pero no es normal, ¿por qué debo calarme a mi jefe en horas no laborales, y en mi casa? —protestó.
—Solo abre la maldita puerta. Sigue con el plan y pronto tendrás huevos de Judas por todos lados.
—En serio, ¿qué es Judas, un gallo? —preguntó Carolina.
—Podría decirse porque tiene cresta —susurró Graciela.
Ya sin más preámbulo Cindy abrió la puerta. Carolina se asomó con curiosidad.
—¡Judas, Judas, Judas! ¡Juditas! —llamó Cindy.
No hicieron falta más de tres llamados cuando Judas corrió hacia ellos desde el pasillo con gran velocidad, su lengua afuera y la cresta totalmente levantada. Hacía ese sonido típico de los dinosaurios, y el pavor corrió en las venas de todos, que se aglomeraron más los unos a los otros para protegerse.
—¡Judas, detente! —Cindy gritó tan fuerte que la voz se le quebró. Lanzó la bolsa con ratones a la boca de Judas y este se detuvo para devorar su alimento.
Carolina abrazada a Charles comenzó a llorar, esa escena era realmente terrible.
—Te he dicho que nada de sacar esa cresta conmigo —regañó Cindy tomando el palo de cepillo para intentar controlar a su mascota—. El veterinario ya dijo que me muerdes una vez más y llamará a las autoridades. Tu no quieres que nos alejen, ¿verdad?
Cindy le hablaba como a un bebé algo que obstinaba un poco más a Judas quien no dejó de gruñir mientras comía.
Graciela ya estaba sobre el tope de la cocina, acompañada de Charles quien estaba hasta sentado en forma de indio. Graciela tomó el bol de cereal del mesón y comenzó a comer, tenía demasiada hambre, le ofreció un poco al pálido Charles y él con el estómago rugiendo por comida aceptó.
—¡Qué cobardes! —mencionó Cindy observando a Graciela y Charles—. De todas formas si es por Judas él se sabe subir allí, yo le dejo las sillas bien puestas para que llegue y pueda comerse unos bocadillos mientras se queda solo. Qué raro que no se acabó todo ese cereal, pero es que no le gustan mucho.
Graciela y Charles escupieron al mismo tiempo, soltando los cereales que quedaban en sus manos y limpiándose la boca como si pudieran hacer algo con eso.
—Bueno niño riquillo es hora de que cumplas tu reto. Besa a Judas —Roger se acercó a él y lo jaló para bajarlo del mesón.
—Yo —Charles observó a Judas entretenido con sus ratones—... está bien, puedo hacerlo.
Sí, le daría un beso en el lomo, la cola, o algo así lejos de sus dientes y se iría corriendo de allí. Con nervios se bajó y con pasos lentos comenzó a acercarse. Roger que quería divertirse más le dio un empujón que alertó a Judas. Charles con mucho miedo y a la velocidad de una gacela retrocedió golpeándose con Roger y cayendo ambos al suelo, él encima del idiota de las fotos.
Judas no admitía que nadie molestara sus horas de comer, así que realmente furioso se fue sobre aquellas enormes piezas de carne que se movían, gritaban y retorcían.
Basándose en la relatividad de Einstein, lo que para Cindy fue un parpadeo en lo que Judas corrió para comer un platillo más grande y apetitoso, para Roger y Charles el segundo se prolongó. Charles trastabillaba queriendo ponerse de pie y correr, no sabe ni qué es lo que tocaba al intentar afincarse. Las manos de ambos pasaban de aquí para allá, así como sus gritos. Mientras Charles quería retroceder, Roger quería avanzar, era como si el uno al otro se jalara para permanecer en el mismo lugar.
En cuestión de segundos Judas ya estaría con la oreja de Charles entre sus filosos dientes. Ya sabiendo que debía actuar o moriría, Charles enfocó su vista, intentó pensar con la cabeza fría, y lo que vio fue tan... tan...
—¡Estás tomando una foto!
En efecto la lucha que Roger tenía era la de sacar el celular de su bolsillo, y ahora estaba allí tocando la pantalla, saliendo el flash.
Charles no podía creerlo, olvidó a Judas para concentrarse en que estaba con su cara casi que encima del pecho de Roger, el idiota estaba tomando una foto y en cualquier momento sentiría un fuerte dolor.
Judas tocó con la punta de la lengua la oreja de Charles, su cresta se alzó y sus ojos jamás mostraron tanto brillo.
Charles sintió la fría lamida, cerró los ojos y se aferró más a lo que fuera que estaba sujetando, que por cierto era, la camisa de Roger. El momento había llegado Charles quedaría mutilado, pero un sonido hueco se escuchó, la mordida no llegó y alguien lo jaló del cuello de la camisa lanzándolo sobre el sillón tras él.
Si para Charles, Roger y Judas, los segundos fueron eternos, más lo fueron para Nathan quien pudo tomar un gran tronco que Cindy usaba de silla, se colocó sobre el mueble y afincando sus piernas en el espaldar no le tembló el pulso a la hora de noquear a Judas y jalar a su mejor amigo.
—¡Judas! —gritó Cindy con la voz más varonil que jamás pudo emitir.
Su pequeño estaba tirado de lado con su panza demostrando que aún respiraba. Con gran congoja y lágrimas, Cindy se arrodilló a su lado, subiendo la cabeza de Judas a sus piernas.
—¡Ja! Volví a salvarte —celebró Roger poniéndose de pie.
—¡¿Qué?! Tú no me salvaste lo hizo Nathan —dijo Charles arrodillado aún sobre el mueble, con los cabellos despeinados, y su ropa hecha un desastre.
—La damisela que siempre deben salvar —bufó Roger—. Oh, pero que genial, ya tengo un nuevo hastag.
Charles vio a Roger con el celular tecleando el nuevo post y la sangre hirvió dentro de él.
Cindy alzó la mirada para ver a Nathan y la sonrisa que tenía observando a Charles y Roger. Bajó la mirada hacia su desmayado Judas y su cabeza echó humo.
—¡Te voy a matar! —gritaron Cindy y Charles al unísono, ambos con diferentes objetivos en la mira.
***
Charles se lanzó sobre Roger acertando un buen golpe en su mejilla izquierda. El celular cayó al suelo y Charles no esperó para posar con todas las fuerzas su pie sobre el celular. Brincó una y otra vez sobre el aparato, hasta que Roger de un empujón lo lanzó al suelo. Roger no llegó antes solo porque Graciela lo detuvo, nadie más que ella quería ver ese celular hecho añicos.
—¡No! ¡Perla! ¡Vive! ¡Por favor, no me dejes! —gritó Roger con los trozos del celular en sus manos.
—¡¿Perla?! —cuestionó Charles.
—Así se llama su celular —susurró Graciela tomando una foto de Roger y su eterna amiga. Después de todo ese día desastroso estaba terminando bien.
***
—¡Te mataré! ¡Maldito! ¡Desgraciado chico neutro!
Nathan jamás se vio venir que Cindy se lanzaría sobre él con tanta fuerza que ambos cayeron fuera del mueble. Nathan golpeándose su espalda, Cindy las rodillas, pero el dolor no importaba, acabaría con ese engendro que asesinó a su Judas.
—Romperé tu inservible cabeza.
Cindy tomó el amar del delito y estaba más que dispuesta a aplastar la cabeza del inservible chico neutro. Para fortuna de Nathan, Graciel detuvo a Cindy.
—Deja de pelear y mejor lleva al bicho ese a un veterianario, está respirando.
Aquello despertó una alarma en Cindy. Soltó a Nathan no sin antes hacer rebotar su cabeza en el suelo y corrió a cargar a su Judas, una tarea nada fácil.
—Judas cómo pesas, esos ratones sí que te hacen efecto. —Respirando hondo para no dejar caer al amor de su vida, Cindy se levantó dispuesta a correr a un veterinario. —Roger abre la puerta, corre animal mira que Judas se va. Judas, Judas, no sigas la luz, no se te ocurra seguir la luz —sollozó Cindy.
Carolina no podía salir del shock, admitía que incluso tuvo miedo de que algo le pasara a Charles, justo ahora solo quería abrazarse a él y salir de ese evento tan bizarro.
—Yo digo que el que casi lo mató lo arregle. Vamos chico periodista carga a Judas y hazte responsable de tus actos —insistió Roger, demasiado triste por su celular como para cargar a Judas.
—Pero yo... lo hice para salvar a Charles —balbuceó Nathan.
—Ahí lo ven, la culpa de todo la tiene el cobarde niño rico este. Vamos Charles carga a Judas.
—Ni muerto.
—¡Ya basta! —gritó Cindy—. Ustedes irrumpieron en mi casa para matar a mi Judas, así que ahora no se lavaran las manos. Chico neutro cárgalo, jefe nuevo vaya encendiendo el auto. Si Judas se muere les digo que conocerán la venganza de Cindy Love.
Si todo era tétrico, escalofriante y tenebroso, ahora no existían palabras para describir la demencia de aquellos ojos asesinos de Cindy.
***
Graciela tuvo la gentileza de improvisar un bozal para Judas, así Nathan no sufriría cuando despertara.
Charles no podía creer que pese a haber destrozado el celular de Mr. Músculos, este había guardado automáticamente la foto de ellos con Judas en la nube.
Carolina ya había procesado el susto y ahora no dejaba de reír viendo desde el celular de Graciela la foto de Charles a centímetros del rostro de Roger, con la boca abierta gritando y Judas con su cresta abierta y su lengua afuera preparado para morderlo. Definitivamente la foto era digna de pasarla en el noticiero.
***
Judas sí que despertó en el camino al veterinario, Nathan del susto lo dejó caer y Cindy le dio una buena patada por hacerlo. Nathan se vio obligado a cargar a Judas de nuevo, y juntos entraron al consultorio.
El veterinario era de una especie rara de la misma rama de Cindy, o algo así, porque trataba a Judas con mucho cariño, incluso le preguntó a Nathan si él era el papá. Nathan negó efusivamente, aunque mayor fue el grito de Cindy de que ni loca se emparejaba con un chico neutro. Como fuera, Nathan tuvo que aguantar la consulta, y la mirada asesina de Cindy cuando le dijeron que de la segunda caída Judas se fracturó la pata trasera derecha.
***
Luego de un largo rato todos observaron con grima y pavor a un Judas que salió del consultorio con una andadera de rueditas atada a su parte trasera, y un collar isabelino blanco alrededor de su cuello, era realmente aterrador. Todos en vez de exhalar un "Aw" de ternura, emitieron un "Ah" de terror.
—¡¿Cómo a ese depredador de paso le dieron unas ruedas para que se mueva más rápido?! —replicó Charles tomando lugar detrás de una columna.
—Por culpa del chico neutro mi Judas tiene una patita fracturada y debe estar con esa andadera y con el collar Isabelino por unas semanas hasta que se cure. Pero tú —señaló a Nathan—, te harás responsable.
—Ya pagué el veterinario, cargué a Judas, le compré esa andadera y el collar, ¿qué más quieres?
—¿Te parece suficiente? Tú no quedaste minusválido. Rómpete una pata —ordenó con determinación.
—¿Me estás deseando buena suerte? —preguntó Nathan dudoso, recordando que en algunos lugares se usa esa expresión para desear éxito.
Roger se olvidó de su "Perla" para contener una carcajada.
—¿De qué hablas? —Cindy estaba que echaba lava. —¡Que te rompas una pata! Vamos, es la ley de oro, diente por diente, pata por pata. ¡Rómpete una pata! Vamos, no tenemos toda la noche. —Viéndose las uñas comenzó a esperar a que Nathan obedeciera.
Nathan miró a todos a su alrededor para corroborar si ella de verdad esperaba que él se fracturara una pierna solo porque sí.
—En caso de que hables en serio, es claro que no lo haré —declaró sereno.
—Típico de los chicos neutros, no queriéndose hacer responsables de sus actos. Roger quiébrale una pata.
—Actos violentos en mi consultorio no. Vayan a fuera.
El veterinario comenzó a empujar a Nathan pero él se rehusaba a salir. No quería enfrentarse a Roger.
—Yo no dejaré que el idiota ese te haga nada —prometió Charles.
—Pero sí él se la pasa ganándote —replicó Nathan.
—Haré que no escuché eso.
Salieron del consultorio y Nathan estaba dispuesto a seguir su camino sin ver atrás, pero Cindy lo detuvo.
—Roger ya sabes lo que debes hacer.
—Yo no soy tu gorila Cindy —exclamó con fastidio, no podía olvidar que Perla estaba muerta.
—¿Entonces para qué sirves?
—Para nada —dijeron Graciela y Charles al mismo tiempo.
—Esta gente dañó a mi Judas, que viera mi serie de Mr. Bean, y de paso una buena revolcada, porque ahora que lo pienso el chico de la audición se debió espantar al verme con tanta cara linda.
—Cindy eso es... —Una idea brillante llegó a la mente de Roger. —Tú Charles West me comprarás un celular nuevo o ya sabes la foto de ti que comenzará a rodar en las redes. Y tú Nathan te harás cargo todos los días de la comida y cuidado de Judas hasta que no deba usar más esa andadera, pero aparte le encontrarás hoy una cita a Cindy.
—¿Quién dice que yo saldré con alguien que este me encuentre?
—Ya no nos quedan amigos a Graciela y a mí, y desde cuando no tienes sexo Cindy.
—A pues, ni que fuera una enferma que no puede vivir sin eso. Bueno... yo... pensándolo bien.
—De seguro el chico neutro conoce a alguien que te desagrade. ¿Verdad? —Roger le pidió a Nathan que interviniera.
—¿Me darán la lista de estándares para guiarme? —Haría lo que fuera por esa lista, sería un paso inmenso para su artículo.
—Por supuesto —aseguró Roger.
—Sí, yo tengo muchos amigos feos —aseguró a sabiendas que no era tan cierto.
—Acepto pero no porque esté desesperada, para eso tengo a mi muñeco de Mr. Bean tamaño real —declaró con orgullo.
Charles vomitó un poco dentro de su boca al imaginárselo.
—¿Dónde compró algo así? —preguntó aun conteniendo las náuseas.
—Aunque no lo creas hay personas en este mundo tan o más locas que Cindy —susurró Graciela.
—Bien, chico neutro esta noche espero a tu chico.
—¿Y la lista? —preguntó apurado al ver que Cindy cargaba a Judas.
—Primero intenta sin ella, tal vez es hora de deshacerme de los estándares —dijo Cindy con una sonrisa—. Hasta más luego.
***
Nathan literalmente corría junto a Charles y Carolina, hacia el bar donde generalmente solían reunirse con sus amigos, hoy precisamente había un partido de futbol que se estaban perdiendo por culpa de las locuras de Cindy, pero eso era lo de menos por los momentos.
—Dime, ¿por qué estamos haciendo esto? —Detuvo Charles a Nathan, totalmente agitado por la corrida. —Desaparezcamos de sus vidas y ya está. Despediré a ese fenómeno del hotel, bloquearé al idiota del Instagram, cualquier cosa que diga puedo refutarla con abogados y ya está. Esto realmente no tiene lógica. Tengo mucho trabajo por hacer, juntas, tratos, y estamos perdiendo el tiempo en esto. Esa Cindy Love y el gallo Kellog no estaban en nuestras vidas hace unos días, solo ignoremos a esos fenómenos de circo.
—Charles dijiste que me ayudarías y lo harás. No quiero alejarme de la Acosadora de Feos, ella es importante.
—¡¿Te gusta?! —gritó alarmado—. Amigo sé que te lavó el cerebro diciéndote que eres un chico neutro, pero Nathan tú mereces algo mejor, algo mucho, mucho mejor, un millón de veces mejor, que digo un millón, infinitas veces mejor, que infinito, infinito más...
—¡Ya cállate! —replicó Carolina—. Sí, Charles ya sabemos que sabes de sistemas de medición de cantidades, y por cierto no es que sepas mucho. Este día honestamente ha sido entretenido, ¿y cuántos días entretenidos has tenido desde que trabajas para la corporación de papá, con tu trajecito de ejecutivo y eso?
—Muchos Carolina, demasiados.
—Acostarte con una perra cada semana, no es a lo que me refiero como diversión.
—Bueno ya. El tiempo se agota, necesito una cita para Cindy Love. Tengo mis razones para querer esa lista, y solo para aclarar, no, no me gusta ella, pero sin ella pierdo mi trabajo. Ahora a seguir corriendo.
Fue más el impulso que tomaron para correr que el que les hizo falta para llegar porque sin darse cuenta se habían detenido justo en la entrada del bar deportivo.
***
Sus amigos estaban allí, tomando y burlándose de los adeptos del equipo que estaba perdiendo. Al verlos comenzaron a gritarles que dónde estaban y otras cosas más. Nathan sabía a quién buscaba, así que se centró en Greg, quien inocente de las intenciones de su amigo estaba entretenido comiendo un trozo de pizza.
—Greg, Greg, Greg, que bueno que estás aquí —exclamó sentándose a su lado, apartando a Carl, su hermano menor, al que ni siquiera saludó.
—Vaya Nathan, cuánto amor. Yo sabía que algún día caerías bajo mis encantos —bromeó divertido, era típico de ellos hacer bromas de ese estilo.
—Necesito tu ayuda —dijo rápido—. Necesito que esta noche tengas una cita.
—¿Me conseguiste una cita? —preguntó con el ceño fruncido, no eran cosas típicas de Nathan. El pobre no se conseguía ni una chica para él mismo.
El resto de los amigos se interesó. Incluso Carl se pegó más a él para escuchar. De pronto toda la atención estaba centrada en Nathan.
—Sí, esta noche, es una chica... hum... bastante peculiar, original, no encontrarás a nadie igual.
—Dile que es con la acosadora de feos —exclamó Charles sin anestesia, ganándose un gran murmullo de parte de todos.
Louis fue el primero en reconocer la referencia a la acosadora.
—¿Se lo estás lanzando a Cindy Love? ¡Qué rata eres Nathan! Esas cosas no las veía venir de ti. ¡Eres un sucio!
Todos reían pero Greg no recordaba nada sobre Cindy Love. Jona le explicó y la ira se apoderó de su rostro.
—¡¿Estás insinuando que soy feo?! —gritó cerca del rostro de Nathan llenándolo de saliva.
—No lo está insinuando, te lo está diciendo descaradamente —acotó Carl muriéndose de la risa.
—Greg, amigo, no te ofendas —intentó explicarse Nathan.
—¿Por qué no vas tú? No nos alejamos mucho el uno del otro.
—Lo haría, pero ella ya me catalogó como el chico neutro y me detesta. Por favor Greg me lo debes, sabes lo que hice por ti cuando salió aquella noticia, sin mi ayuda ahora todos....
—¡No lo digas! —gritó antes de que sus amigos se enteraran—. ¿Me estás amenazando?
—No, yo solo te lo estoy recordando. Ahora yo necesito tu ayuda. En verdad necesito que salgas con ella esta noche, para tener la lista de estándares, ya luego te explicaré de eso —completó al ver la cara de confusión de su amigo—. Pero creo que eres su tipo.
—Sí, le gustan los hombres realmente repugnantes —agregó Carolina. Nathan quería matarla en ese momento.
—Gracias por aclararlo Caro —bufó Greg con sarcasmo—. Ahora hasta mal me siento, no sabía que era tan feo. —Con tristeza dejó a un lado su pieza de pizza.
—No eres tan feo, solo del tipo de Cindy Love, la acosadora de feos —siseó Louis, ganándose las carcajadas del resto.
Greg no quería aceptar por nada y Nathan ya estaba perdiendo las esperanzas. Justo su celular comenzó a sonar y presentía que se trataba de Cindy. Charles vio el desespero de su amigo e intervino.
—Greg deja de darte de diva. Vas a ir a esa cita y tendrás sexo con la fenómeno, porque por muchas ínfulas que quieras darte es un mejor plan que ir a tu casa a sobarle la panza a ese cerdo que tienes por mascota. Además si vas te prestaré mí Lamborguini y te conseguiré una cita con Georgina.
Greg amaba a Georgina de toda la vida, la prima de Charles.
—¿Cómo que tendré sexo con ella?
—Al parecer es así de rápida. De todas formas Greg, en la oscuridad hasta la bruja es diosa, así que solo asegúrate que no entre ni el más mínimo haz de luz.
Todos rieron ante el comentario de Charles y Greg comenzó a aceptar la idea de que era feo, y que tal vez pasaría una noche con esa acosadora, que ahora le causaba una mórbida curiosidad.
***
Cindy escogió el lugar dónde se verían. Estaba cansada de un día tan agitado y sin mencionar que Judas ahora estaba de más mal humor que nunca, y gracias a las ruedas llegaba más rápido a cada rincón del departamento, lo que tuvo a Cindy corriendo para no ser mordida por al menos una hora, hasta que decidió esconderse en su cuarto.
Por su mente rondó la idea de que tal vez ya no era tan bueno tener a Judas con ella, pero la desechó al instante, uno no se deshace de su familia solo porque esté pasando un mal momento. En cuanto Judas tuviera novia y huevitos, hijitos, su humor mejoraría, eso quería creer, después de todo al pobre le hacía falta un poco de sexo, ella podía entender eso.
Cindy se arregló lo peor que pudo. Se dio un baño, secó su cabello con el secador hasta dejárselo bastante esponjoso, usó el peine para crear ciertos nudos en ellos, no le gustaba la idea de esos cabellos lisos y desenredados. Usó una mini falda de cuero, unas medias de múltiples colores que tenían algunos huecos alrededor, unos tacones verdes que la hacían sentirse como un duende, y los amaba; y una camisa negra abombada en el cintura, ella odiaba que se notara la figura de la cintura. A su parecer las muñecas debían carecer de cinturas pequeñas, en más, no entendía el por qué Dios hizo al ser humano con tantas curvas inversas, ella veía gran satisfacción en todo lo que fuera redondo, o a su vez lineal.
¡Perfume! Eso era algo que Cindy rechazaba, así que tomó su bolso de Mr. Bean y ya estaba lista. Se asomó por la puerta viendo en dónde estaba Judas, como no lo divisó salió, escuchando cuando ya estaba a pocos centímetros de la puerta que sus ruedas venían hacia ella a toda velocidad, corrió rápidamente, abrió la puerta y la trancó con gran impetú, golpeando a Judas en la cabeza.
—Lo siento, lo siento, en verdad lo siento. Te traeré un enorme bistec, y con eso no me refiero al chico que meteré entre mis pierna, no, te traeré otro bistec.
Su vecina la señora More la miró con gran desaprobación, se persignó con escándalo, eran horribles las cosas que ocurrían en ese departamento y en el de al lado, en realidad, en el de los tres amigos que vivían en ese piso con ella.
Cindy no se cohibió, ignorando a la pura de su vecina se acercó a la puerta contigua para tocarla.
—Roger ya es hora, ¿estás listo?
—¡Entra!
Cindy no esperó. El departamento de Roger era un monumento al color negro, su excusa era que el negro es elegante, además no se ensuciaba tanto.
Roger estaba afligido, vestía una camisa de botones y mangas largas blanca, con los botones de su pecho desabrochados, unos jeans oscuros pegados, y unos elegantes zapatos negros de vestir. Cómo siempre se veía lindo, los vellos de Cindy se erizaron como siempre, pero ya estaba acostumbrada a vivir sintiendo asco.
—Ya eres lo suficientemente lindo y perfecto para que de paso uses tanta colonia. Guácala, hueles tan bien. —Cindy tapó los orificios de su nariz.
—Esto es una desgracia Cindy. No tengo a Perla, ¿cómo confirmo que luzco bien?
Cindy no lo entendió.
—Tú sabes, ¿con qué me tomo una foto para ver cómo luzco?
—No sé tú pero yo creo que existen los espejos y tú eres fans de ellos.
—Los espejos mienten Cindy. Un espejo puede estar truqueado para hacerte ver más delgado, te distorsionan, en cambio una cámara...
—Una cámara te aumenta peso —bufó Cindy.
—¡¿Qué?! ¿De verdad hacen eso? —El perfecto mundo de Roger se derrumbó. —Es decir que no soy tan musculoso cómo creo. ¡¿Qué clase de mundo cruel y mentiroso es este?!
—Ya deja el drama. Eres hasta más caritas que el tipo ese que hace de Thor. Nada más y nada menos tienes el certificado oficial emitido por Cindy Love de que eres lindo, que estás buenote, casi, casi perfecto.
—¿Cómo que casi perfecto?
—Tu cerebro amigo mío, échale la culpa a tu cerebro.
—Mi cerebro es lindo.
—Digamos que al menos está nuevecito.
Roger se alegró de escuchar eso. Le gustaba ser nuevecito.
—Ahora vámonos.
—La selfie Cindy. Las selfies son como Mr. Bean para ti.
Cindy fastidiada sacó su celular y le tomó una foto. Cuando Roger comprobó que se veía bien decidieron salir. Solo unos pasos en frente del departamento de Roger tocaron la puerta del departamento de Graciela, ella ya estaba lista, aunque sentía que detestaba a sus dos amigos necesitaba salir y divertirse un poco, tal vez esa noche encontraría al hombre de sus sueños, y si era el multimillonario Charles West ella no se molestaría.
***
Carolina juró vengarse de Charles al no dejarla ir con ellos al club dónde se encontrarían con Cindy, ella por ser menor de edad no podría entrar y aunque el dinero lo puede todo, Charles se negó rotundamente.
Nathan estaba un poco fastidiado de que todo su grupo de amigos se le hubieran pegados y ahora estaban todos allí para presenciar la cita de Cindy y Greg. Solo esperaba que supieran comportarse, él no quería espantar a Cindy de su lado, al menos no hasta saber lo suficiente para escribir el artículo.
El lugar que Cindy escogió la verdad no estaba nada mal. Era un club nada exclusivo, pero el ambiente era bueno. Greg era el que parecía no divertirse con nada, además que cada vez que Nathan se acercaba para animarlo, él le dirigía una mirada de que se alejara o lo golpearía, así que Nathan mantuvo la distancia.
—Una vez el pobre Greg quede traumatizado de por vida, sin poder tener vida sexual después de haber estado con la acosadora, espero que te consueles diciendo: pero conservé mi empleo —acusó Charles en el oído de Nathan.
—La verdad no es para tanto —repuso Nathan—. ¿Será que van a llegar algún día?
Nathan buscó con la mirada hasta que la localizó. Podía verse la cara de enferma de Cindy, en verdad la estaba pasando mal atravesando la pista de baile. Fue Roger el que reconoció a Nathan, tomó la mano de Cindy y la jaló hasta ese rincón del club.
Cuando Nathan se puso de pie todos su amigos centraron la mirada en los tres que venían hacia ellos, ella, la acosadora de feos, era inconfundible, definitivamente tenía que ser ella. Louis casi se atoró con la bebida al volver a verla, incluso tuvo miedo de que lo reconociera.
Cindy los observó a todos con asco, tapándose la nariz.
—No pudiste escoger un lugar más desagradable Roger —acusó.
—Hola Cindy, estos son mis amigos —dijo Nathan cordial.
Cindy los observó uno a uno y ya iba a protestar cuando su mirada se fijó en un chico pequeño, de grandes orejas y enormes dientes delanteros.
—¡Tú eres mi cita! —señaló contenta a Greg.
El resto del grupo no pudieron reprimir las carcajadas. Greg los miró con fastidio, pero decidió ignorarlos.
—Sí, soy Greg.
Se presentó extendiendo la mano, pero Cindy no le daría solo la mano, ¿acaso estaban en el siglo diecinueve? ¡No! Tomó la mano pero solo para de un jalón acercarlo a ella y rodearlo con sus brazos en un fuerte abrazo, no demoró en bajar su mano hasta el trasero de Greg y apretarlo. Greg se sobresaltó pero no dijo nada.
—¡Hum! ¡Hueles a formol! —reconoció con la nariz metida justo entre el cuello de Greg—. Es tan increíble.
—Sí, lo siento. Yo soy médico forense. —Greg intentó alejarla un poco de él, no era normal que alguien perturbara así tan de pronto el espacio personal, y más cuando apenas se conocían.
—¡Forense! ¡Ah! —gritó Cindy.
Todos brincaron ante el grito que todos exceptos los amigos de Cindy reconocieron como un grito de terror.
—¿Qué pasó? ¿Algo te picó? —preguntó Greg intentando no hacerle caso al sonido de pito en su oído.
—No, qué cosas dices. Eres forense, cada vez eres más apto para mí. —Cindy estaba realmente feliz, podía verse en el brillo de sus diabólicos ojos. —Chico neutro hiciste un magnífico trabajo, y eso sin tener la lista —reconoció—. Roger de ahora en adelante Nathan será el encargado de mis citas, no tú.
—¿Me llamaste Nathan? —El pobre sintió por un momento que se encontraba en el cielo, se había ganado la confianza de Cindy gracias a Greg.
—Bueno chico neutro tampoco te alegres tanto —mencionó al ver la sonrisa boba de Nathan. Los amigos de Nathan definitivamente la estaban pasando de maravilla con Cindy Love, aunque ella ignoraba sus constantes risas burlonas. —Modérate, ya bastante patético eres siendo neutro como para que andes de adolescente hormonal. Ahora a lo que vine, tú y yo de verdad viviremos felices por siempre.
Greg miró pidiendo auxilio a sus amigos cuando Cindy lo tomó de la mano llevándoselo quién sabe a dónde.
***
Más de uno de los amigos de Nathan estaban interesados en Graciela, ella era muy linda y aparte divertida. Ella de verdad la estaba pasando bien, siendo el centro de atención de aquellos hombres ricos, aunque Charles mostraba el mínimo interés en hablar con ella.
Roger tenía atormentado a Charles con el tema del celular que le debía comprar, la foto agradeciéndole que debiera subir a las redes, y parecía que cada vez le debía más cosas al idiota del Instagram. Roger les mostró la foto de Charles y Judas a sus amigos, lo que fue motivo para que no solo se burlaran de Greg sino de él, el resto de la noche.
Nathan no dejó de ser la sombra de Cindy y Greg. Cada que podía se acercaba para ayudar a su amigo, proponía que bailaran todos juntos, que tomaran, para darle momentos de respiros a Greg, claro que Cindy se hartó y le dijo que si no tenía una mujer a la cuál restregarse entonces que no estuviera fastidiando los ligues de los demás, lo que motivó un gran abucheo de todos sus amigos hacia él. Cindy Love era tan graciosa, pensó con sarcasmo.
—Nathan no puedo —lloriqueó Greg acurrucándose a su lado. Cindy había ido un momento al baño. —Siento que me están violando, me siento tan sucio.
—No seas dramático, solo te está metiendo mano por allí y por allá.
—¡Por allí y por allá! Ya no hay lado de mí que sea virgen. No quiero esto Nathan, no puedo, me siento tan usado.
—Ni que fueras virgen Greg. —Ya su amigo se estaba pasando de llorón.
—Claro como no es a ti al que manosean como masa de pizza.
***
Charles sabía que era un tonto por caer ante las provocaciones de Roger pero estaba allí tomando su décimo trago de tequila. Ya no sentía su garganta y eso era bueno, así podía tomar sin remordimiento. Esta vez no dejaría que el gallo Kellogg le ganara.
Ya el juego estaba durando tanto que sus amigos dejaron de tener interés y los dejaron solos en la mesa tomando.
—Ríndete gallo Kellog, yo ganaré. —Charles ya veía a tres Roger frente a él.
—Jamás. Puedo beber todas las bodegas de Jalisco sin siquiera titubear.
—Eres un hablador, siempre has sido un fanfarrón —acusó lanzándose el décimo quinto trago.
—¿Siempre? ¿Acaso me conoces de siempre?
—Ajá. Y voy ganando —advirtió tomando otro trago.
—¿Cuánto es siempre? —preguntó tomando dos tragos al mismo tiempo. Charles bufó.
—Eres tan gallito de corral, siempre queriendo demostrar que eres el mejor. Pero esta vez yo seré el mejor. Te ganaré en los tragos, en las pesas, incluso en las redes, en más hasta te quitaré a tu mejor amiga.
—¡¿Cindy?! —Roger tomó otro trago y ladeó un poco el rostro para ver a Cindy sobre aquel pobre chico.
—Sí, te gusta, ¿no?
—¡¿Cindy?! —Estaba borracho pero no lo suficiente para que esa acusación no le sonara absurda.
—Lo reconozco, es como antes, pero esta vez ganaré. Te aplastaré como un cucaracha gallo Kellogg.
—Que fastidio con mi apellido. Pero con Cindy no te metas, te irá mal Charlesito.
Aquel diminutivo encendió una alarma en la mente de Roger, un recuerdo de antaño quiso hacerse presente, pero cuando su cerebro nuevecito intentó trabajar un ruido los distrajo. Era Cindy jalando la mano de un hombre que caminaba intentando quitársela de encima.
—¡Riky! —exclamó Roger poniéndose de pie dispuesto a darle un merecido a ese imbécil pero cayendo desmayado garrafalmente debido al exceso de alcohol en su cuerpo.
***
La cosa con Greg estaba yendo de maravilla. Ella desde hace tiempo que quiso jalárselo al baño o a su departamento, pero él siempre le salía con algo nuevo. Si no quería bailar, entonces comer algo, o beber, la última excusa fue que quería disfrutar de un momento, sentados y abrazados, luego Greg supo que aquello no era una buena idea.
Y ahora ya sin más excusas estaba siendo arrastrado a la salida, él extendiéndole la mano a Nathan en busca de auxilio. Nathan no pensaba hacer nada, ya se había ganado la confianza de Cindy, pero el destino le sonrió a Greg cuando Cindy se tropezó con un hombre alto, al cual ya molesta por interponerse en su camino le dio una patada en la pierna, el hombre se quejó y ella reconoció esa voz. Alzó la mirada de inmediato para toparse con el que verdaderamente era el amor de su vida, el noviazgo que más tiempo duró, el chico de sus estándares, Riky.
Empujó muy lejos de ella a Greg, tanto que el pobre cayó llevándose a una serie de personas con él.
—¡Riky! No es lo que crees, yo no te engaño, ese tipo se me pegó, estaba acosándome.
—¿Y por eso lo arrastrabas contigo? Mira Cindy me importa poco lo que hagas, ya terminamos, y por cierto, ¡deja de seguirme!
***
Graciela también notó a Riky y furiosa se dispuso a ponerlo en su lugar, los amigos de Charles y Nathan la siguieron, tenían curiosidad.
—Riky, vámonos juntos, estás aquí solo y yo te amo, y tú me amas, ya deja de estar molesto. —Graciela escuchó las palabras de su amiga.
—¡Cindy! —gritó Graciela, incluso la tomó de la mano y puso tras ella—. Tú lárgate —señaló a Riky.
—Dile a Cindy que solo deje de seguirme. Yo estoy haciendo mi vida y ella solo le está poniendo trabas. Jamás volveré con ella, jamás.
Una sola cachetada de Graciela lo hizo callar.
Riky iba a decir algo pero la mirada amenazante de los hombres tras Graciela hizo que retrocediera.
—Solo, déjame en paz, Cindy.
Riky se dio la vuelta y Graciela de verdad intentó detener a Cindy, pero ella corrió tras el amor de su vida, y Graciela decidió dejar de molestarse por ella.
Cuando Cindy volvió era un mar de lágrimas y el chico neutro era acusado de ser el culpable de todo.
—Sí es tú culpa, no me mires como si estoy loca. Me trajiste a ese tipo, yo me embobé y me olvidé de mi principal objetivo, del dueño de mi corazón. —Cindy era un desastre de lágrimas, mocos y olor a alcohol. Tomaba y tomaba, sin duda alguna lo pagaría en la mañana.
—¿Y qué tal si te ayudo a recuperar a tu amor? Ya viste que soy bueno buscándote pareja, soy hombre después de todo, sé lo que nos gusta.
—Tú sabes de hombres lindos —refutó.
—No, recuerda que soy un chico neutro —dijo sonriendo.
Cindy asintió y de verdad la idea no le pareció tan mala. Tal vez solo necesitaba buenos consejos para traer a Riky de vuelta a su lado.
Roger sin esperárselo llegó a su lado, tenía un gran chichón en el centro de la frente, pero Cindy estaba tan ida que no le preguntó a qué se debía.
—Aléjate de Charles West.
Fueron las últimas palabras de Roger antes de caer desmayado de nuevo. Cindy comenzó a carcajearse y apoyó su cabeza sobre la de Roger quedándose dormida casi al instante, pero Nathan el más sobrio intentó buscarle una razón a las palabras de Roger. Buscó con la mirada a su amigo pero no lo encontró.
___________
Y volví! De verdad disculpen la demora, pero ya les expliqué lo de mi cervical que no me deja estar sentada por mucho tiempo. Sin embargo, ya comencé mis terapias, también natación y espero que todo mejore.
No sé si se dan cuenta que hay un pasado entre Charles y Roger del cuál solo Charles se acuerda, pero qué será.
La pregunta de hoy: ¿A qué le tienen fobia? Nuestros personajes sin duda alguna le temen a Judas y a Cindy, pero ustedes, ¿qué es aquello que no toleran?
Por cierto inscribí a La acosadora de feos a los Watty, así que espero su apoyo, también están participando mi comedia ¡Cuidado! Loca al volante, la cuál les invito a leerla, ya está terminada, y Ennoia, que es la segunda parte de mi novela histórica de romance juvenil, "Cupido". Ah, y también comenzaré a subir la versión editada de Cupido para ver si participa también en los watty. Esperemos ganar algo. Las quiero un montón!!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top