Capítulo 1.- Conoce a Cindy Love


Él no podía creer que su hermana lo hubiera obligado, se basó en sucios chantajes para tenerlo ahí, en aquel enorme supermercado, sentado en el taburete frente a la sección de charcutería con su elegante traje Armani gris metalizado, sintiéndose ridículo por estar en un supermercado con esa pinta y por estar sentado en la sección de charcutería sin nada que pedir.

El joven que atendía lo observaba y observaba esperando que pidiera algo, él solo desviaba su mirada de un lado a otro para luego perderse en su celular, finalmente el chico decidió aprovechar que el único cliente estaba ahí solo para pasar el rato —algo que le pareció inusual—, para irse un rato a seguir cortejando a la nueva promotora de jamones Plumrose que se encontraba en el pasillo seis.

Charles suspiró de alivio cuando el chico se fue. Extrañamente estaba solo, por el fondo en la sección de hortalizas veía a algunas parejas; señoras con niños escogiendo frutas, pero muy pocas pasaban por su lado. Se concentró en ver a un niño que jalaba un tomate haciendo que toda la montaña cayera, rió burlón, recordando lo torpe que solía ser de niño. 

Recordando esos viejos tiempos reviró a su lado derecho para notar a una mujer de cabellos castaños destruidos por el frizz y de vestimenta deplorable acercarse hacia él.

Ella caminaba extraño, demasiado relajada, sus cabellos tenían restos de comida, o eso se imaginaba. Aquel ser, porque no podía llamarlo de otra forma, se acercaba sonriendo, reía sola, o eso quería creer. Horrorizado notó que la distancia entre ambos se acortaba. ¡No podía ser!

Ella se acercó más y más hasta que extendió su mano. ¡¿Pensaba tocarlo?!

—¡Oh, no! Contigo ¡Nunca!

Se echó hacia atrás escapando de esa mano que amenazaba con tomar su cara, pero la alta silla perdió equilibrio lanzándolo al suelo.

Todo pasó tan rápido que Cindy no lo entendía. Vio como el chico lindo y elegante se cayó y no pudo evitar reírse a carcajadas, tomó el número de la tickera de la charcutería y mentalmente intentó descifrar qué le había pasado a ese tonto.

—¿Contigo nunca, qué? Quería esto, tarado —dijo intentando frenar su risa.

Charles se levantó cual resorte, notó que ella tomaba el ticket y no paraba de reírse de él, la ira se reveló en lo rojo de sus mejillas. ¿Será que se había equivocado? ¿Ella solo quería el ticket que él estaba bloqueando?

Cindy pensó un poco más en el evento y de pronto su mente sumó dos más dos. La explosión de carcajadas fue aún mayor.

—¿Creíste que iba a violarte o algo así? —Le era imposible dejar de reír. —¡Por favor! ¿Contigo? ¡Nunca! Eres demasiado caritas. ¡Uy! —Su cuerpo timbró. —De solo pensarlo se me erizaron los vellos, que horror, que asco.

Charles no entendía por qué era incapaz de contestarle, estaba paralizado escuchándola, ella parecía sincera, era como si él fuera tan desagradable para ella como ella lo era para él, pero, ¿cómo era eso posible? Sin duda alguna era una buena actriz, pero veía sus brazos y en efecto, tenía la piel de gallina.

El joven volvió tan rápido como pudo cuando vio a Cindy con un número en la mano. La llegada del chico sacó de su estado de inercia a Charles e hizo lo más valiente del día, salir huyendo de ahí.

Charles recorrió un pasillo y otro rascándose la cabeza. Acabó de vivir uno de los momentos más bizarros de su vida. 

Decidió que no seguiría esperando más a la supuesta cita a ciegas programada por su hermana. Antes de irse dispuso comprarse una bolsa extra grande de maíz frito y sin que se le fuera el malestar de hace rato, se dirigió a la caja. En el camino volvió a verla y de inmediato se escondió detrás de la torre de melocotones. ¿Acaso le tenía miedo?

Entre las latas observó como ella empujaba su carrito tarareando alguna canción, salía de aquel pasillo y de pronto algo llamó su atención. Él no podía ver qué hizo que ella cambiara todo el semblante de su rostro, pero de improvisto, "La rara", como la denominó, se devolvió con su carrito, despeinó aún más su cabello y luego de contar con sus dedos, decididamente tomó su carrito y con toda velocidad lo empujó.

Chocó de frente con el carro de un hombre, pero Charles casi botó las latas de melocotones cuan notó el físico de ese que ahora era dueño de toda la atención de La Rara. Era alto, muy alto, tan delgado que una brisa podía llevárselo volando, su cara tenía las mil marcas de un acné crónico mal tratado, su piel era tan blanca que parecía que alguien le succionó toda la sangre; y sus dientes salidos, sujetos por todos esos alambres que conformaban sus breakets, desparramaban gotas de saliva.

Ella se disculpaba entre risas tontas, él molesto la evitaba, le decía algo que Charles no lograba escuchar, pero era obvio que solo quería alejarla de su camino, ella continuaba riendo, jugando con su cabello y disculpándose, hasta que él furioso jaló su carrito y antes de pasar por su lado le gritó: "¡No vuelvas a seguirme!".

Ella dijo algo más y se quedó observando un rato, con ojos tristes, al gigantón que se perdía de su vista.

Él estómago de Charles se revolvió por segunda vez en el día, ahora sí lo había visto todo. Ella estaba enamorada de esa cosa y esa cosa se daba el lujo de rechazarla, había raros en este mundo y esos dos.

—No entiendo, ¿aquel tipo creía que ibas a besarlo o algo así? —preguntó Graciela.

Ella era su linda vecina, una belleza sureña que cantaba en bares para ganarse la vida y soñaba con ser una gran cantante, aunque el tiempo ya se le estaba pasando.

—Eso creo. Fue muy raro, digo... ¿acaso es tan rutinario para él que las mujeres se le lancen encima? Súper nulo el juguete de aparador ese.

Cindy con su delantal rosa y su gran cuchillo carnicero fileteaba un buen trozo de lomito de res.

—Así de bueno estará el presumido ese. —Sonreía jugando con una aceituna en su boca. —¿Cómo era, pues?

—Totalmente despreciable, con esos ojos azules como vomito de extraterrestre, de cabellos cobre, como el óxido que se carcome el hierro, de piel blanca como la de un bebé, es decir ¡Por Dios! ¡No eres un bebé! ¿Por qué conservar su piel? Es escalofriante. Y por cómo le quedaba el traje supongo que tenía músculos, esos asquerosos macro cayos. ¡Cómo puede la gente disfrutar de tener esas cosas duras guindadas de sus brazos, en su abdomen, en su todo. —Volvió a erizarse.

—No tienes remedio, cuando te conocí pensé que bromeabas, o que solo eras una resentida social, pero de verdad lo lindo es feo para ti y viceversa, en fin, ojala me lo hubiera topado yo, me hace falta un buen cuerpo que me sacuda. Por cierto ¿Por qué tanta comida?

—Es la cena de Roger.

—Hasta cuando vas a cocinar por él, para que las bobas que conquista crean que él es tan perfecto y se las lance. —Molesta tomó varios arándanos y se los lanzó en la boca.

—¿Te molesta? ¿Sientes algo por él?

—¡No! Fue una apasionada noche y más nada, pero debe dejar de ser tan perro y tú de ayudarlo. Porque él no es un buen amigo sino habría ido a moler a golpes al idiota de Riky, tal y cómo yo se lo sugerí.

—Hoy vi a Riky. —Cerró los ojos esperando el grito de su amiga.

—¿No me digas que estabas en el supermercado del este solo para verlo? —Cindy no respondió y ella podía interpretar su silencio. —¡Agh! ¿Por qué eres tan tonta? Ese tipo no te merece debería tener un letrero que diga con orgullo "Cindy Love me ama". Quiero matarte. —Hizo gesto con sus manos de querer ahorcarla. —Y ¿Qué hizo?

—Nada. —Bajó su cabeza avergonzada.

—Dime. —Insistió con voz fuerte.

—Ya tiene novia.

Dijo con tristeza y Graciela molesta no la quiso escuchar más.

Charles pensó que la junta con la empresa de envasados nunca acabaría, pero ahora estaba lanzando su abrigo al mesero y sentándose con estruendo en la mesa donde sus amigos entre cervezas y gritos miraban el partido del Bayer Munich vs el Manchester United. Llegó a tan solo cinco minutos para que terminara el primer tiempo. Todos gritaron de decepción cuando aquel intento de gol no se completó, y ya más calmados le dieron paso a la conversación en el intermedio.

Charles conversó sobre sus fastidiosos socios y sus juntas inoportunas, observó que su amigo Nathan no llegaba aun y alzó la cabeza para mirar a la puerta y ver si entraba. Se atragantó con su bebida cuando la vio entrar, sacudía su paraguas con estruendo llenando de agua todo el lugar, tenía la misma sonrisa desquiciada del supermercado y sus cabellos seguían siendo un despliegue de frizz.

—¿Y a ti qué te pasa? —preguntó Jona, uno de sus amigos de la infancia, de contextura delgada y rubios cabellos.

—La rara, la rara del fin de semana, la que les conté que confundí con la amiga de Sarah —susurraba, escondiendo su cara como si ella lo fuera a reconocer.

—¡Ajá! ¿Vas a seguir con eso? Ni que hubieras visto al chupa sangre, creo que ese día exageraste porque... —Carl, el pequeño hermano de Nathan no pudo terminar de hablar.

—Está aquí, tontos —gritó a susurros.

—¿Dónde? —Fue la exclamación general y los siete amigos alzaron sus cabezas buscando a la bestia de tres cabezas, porque algo así se imaginaron por la descripción de Charles.

—En la barra —señaló con su dedo por encima de su hombro, aún con la cabeza casi que apoyada en la mesa. —La de suéter gris y cabellos locos.

Todos reviraron y les parecía cómico estar tan pendientes de la chica fea, pero uno de ellos la reconoció, la reconocería en mil años y años luz de distancia.

—¡Ah! —exclamó Louis restándole importancia—. Es la acosadora de feos, no sé cómo no la asocié con el cuento del sábado.

—¡¿La acosadora de qué?! —preguntaron al unísono.

—La acosadora de feos. Estudié con ella, te digo amigo que te topaste con una leyenda, la cosa más rara que pueda existir ¿Listos para oír la historia? —Con su habitual tono de narrador de películas observó a todos con fijeza creando expectativa.

—¿Qué historia? —preguntó Nathan haciendo saltar a todos—. Vaya ¿De qué hablan? ¿Qué los tienen tan alterados?

—Hablamos de la acosadora de feos —contestó Carl, su hermano.

—¿De qué? —dijo estupefacto.

—Ni nosotros mismos sabemos, deja que Louis nos cuente. —Charles jaló a su amigo obligándolo a sentarse y volvió a prestar atención a Louis quien tomaba un sorbo más de cerveza para aclarar su garganta.

—Hay quien dice que está demente, otros que es un genio, muchos más que solo es sensata, cómo sea nadie escapa de la curiosidad por saber qué tiene esa mente obsesionada por feos.

—Ok, me perdí ¿De qué hablan?

—¡Cállate!! —le gritaron todos a Nathan.

—De la acosadora de feos —esbozó ya cansado de ser tan interrumpido—. Su nombre verdadero es Cindy Love. Lo sé porque de castigo trabajé con ella en un refugio por un tiempo. Claro que no le hablaba. Como sea, ella ama a los feos, si llegaba un nerd que se comía los mocos, ahí estaba ella haciéndole porras, que había una espinilla andante ahí estaba Cindy Love ofreciéndose a reventarlas. —Todos arrugaron la nariz ante aquello. —Sí, en High Bury School todos los rechazados tenían una fiel fans babeando por ellos y esa era Cindy Love. Y no lo finge, ella de verdad los ama. Entonces como entenderán a ninguno de esos fenómenos les gustaba tener a Cindy Love locos por ellos ya que eso era el certificado fidedigno de que eras... un fenómeno.

—No entiendo, dices que ama a los raros, entonces la aplaudo por ello —mencionó Nathan.

—Va más allá, ella ama a los feos y siente un gran desagrado por los de buen ver. No es que odie a los... tú sabes... los "populares", me siento gay diciéndome lindo —bromeó y todos rieron—. Es solo que no les gustan, pero a tal punto que es como si dijeran que Charles se enamorará de una vaca.

—Es decir, los "lindos" son feos y los "feos" son lindos. —Razonó Nathan.

—En su rara mente así es.

El intermedio acabó y todos volvieron a prestar atención al juego, aunque continuaban haciendo hipótesis de por qué Cindy Love era así.

Nathan reviró para verla y notó que de nuevo agitaba su paraguas ya dispuesta a salir y enfrentarse a la fuerte lluvia de afuera. Le llamó la atención la historia de la acosadora de feos y quiso saber más sobre ella. ¿Quién de verdad era Cindy Love?  

Los tres primeros capítulos serán cortos ya que son una introducción de los personajes. 

Espero que les haya gustado, y aquí va la pregunta del capítulo de hoy: 

¿Qué es lo que más les atrae de un chico (a)?

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