Austin se quedó mirándole sorprendido ¿Qué estaba haciendo? ¡Iba a perder su avión! 

-Austin... Susurró Nick al llegar hasta su amigo.

Austin solo le miraba sorprendido esperando que dijera algo.

-Te- Tenía que darte esto... Le dijo Nick.

Austin esperaba algo material pero abrió los ojos sorprendido al ver que de pronto sus labios estaban unidos a los de Nick. 

Niall los miraba con asombro y algunas de las personas del aeropuerto solo sonrieron, otros seguían mirando.

Nick se separó de Austin.
-Adiós... Susurro con una leve sonrisa mientras Austin lo miraba sin poder creerse lo que acababa de suceder.

Niall comenzó a reír.
-Que bien escondido te lo tenias hermanito...

-¡No seas estúpido! Yo no sabia nada de esto. Me ha sorpendido igual que a ti. Le contesto Austin.
-¿Quieres decir que Nick acaba de confesarte que le gustabas?

-Eso parece... Suspiro Austin.  

-¿Y ahora que? 

-Eso me pregunto yo... ¿Ahora qué? No volveré a verle... Susurró Austin con un tono triste mientras no hacia mas que pensar en lo que acababa de pasar.

-¡No digas eso! Siempre podremos ir a visitarlo. Sonrió Niall.

-Nick no debería de haber hecho esto... Ahora sera todo más difícil... Porque vamos a empezar a desatar sentimientos... y no me gusta.

-Si estas pensando esto ahora mismo, es que realmente sentías algo por el de hace tiempo ¿no?Le miró Niall a los ojos.

-Quizás sí... y no me daba cuenta o no quería darme cuenta... No lo se... Es todo tan confuso.

-Llegaremos a casa, descansaremos y ya mañana sera otro día. Le animó Niall.

-¡Mamá ya hemos vuelto! Exclamó Niall entrando por la puerta de la gran mansión.

Austin fue corriendo a su habitación y miro un pequeño reloj que había en su mesita de noche, era obvio que Nick aun no había llegado a Londres y no podía llamarlo.

Se tiro en la cama desesperado cuando sintió como arrugaba un papel con su peso.

Se levantó y se quedo mirando varios segundos. "De Nick"

No era tiempo para rodeos. Ni siquiera sabía como había llegado esa carta a su cuarto. ¿Su madre quizás? Tal vez Nick se la diera a ella.

Abrió la carta, suspiró y comenzó a leer:

Querido Austin.

Seguramente cuando estés leyendo esto, estés más confundido que nunca y lo siento por ello.

Pero era incapaz de irme a Londres sin decirte o expresarte lo que sentía por ti desde el primer día.

Nunca te lo dije porque temía perderte y eso si que no me lo perdonaría. Por favor no me mires mal a partir de ahora y espero que podamos hablar como siempre hemos hecho.

Te quiero.