-¡Pero mama si no me gusta One Direction! Le gritaba Austin a su madre al escuchar que enn

una semana se iba a 1D ACADEMY.

-Mentiroso, te pasas el día escuchándolos.

-Pero mama, ¡no puedo ir a un internado!

-No me has dejado terminar... Dijo ella

-Mama, no voy a ir

-Las clases te las dan ellos, así mejoraras mucho.

-¿Ellos? ¿Estas enserio? Sonrió Austin.

-Sí... Sonrió ella. -Lo hacemos por tu bien.

-Pero mama... un internado... no podré salir de allí, ¿y mis amigos?

-Los verás en vacaciones.

-Pero mama, no quiero ir allí, no quiero que la gente crea que soy un loco de One Direction. Dijo Austin

-La gente no pensará eso, venga...¿no te hace ilusión ver a tus ídolos? Preguntó su madre

sonriente.

La madre de Austin era una mujer alta y rubia, muy amable que quería lo mejor para su pequeño

"príncipe"

Austin era un niño mimado de dieciséis años, rubio dorado de ojos marrones y estatura normal.

Era engreído, egoísta... Pero en el fondo era un buen niño.  (Foto de la derecha: Austin)

A pesar de tener todo lo que quería no era buen estudiante, por lo que sus padres decidierón

enviarle a estudiar allí.

El internado fue expresamente hecho para niños con malas notas y mal comportamiento para

que con sus ídolos mejorasen bastante.

A Austin le encantaba la idea de poder verlos, pero no de quedarse en un internado, además

no iba a quedar delante de One Direction como el que se moría por verlos, No.

Par él sería caer bajo.

Una semana después

-¿Lo tienes todo? Preguntó el padre de Austin.

-Sí. Contestó él muy seco.

El padre de Austin también era rubio, con bigote y ojos verdes, un hombre fuerte y parecía

estricto, aunque en realidad no lo era, al ver como había educado a su hijo.

Austin se despidió de su gran mansión llena de todo tipos de lujos para empezar un curso

totalmente diferente.