[ C a p í t u l o - (3 2) : H e r i d a ]
Diario 027
Vivo en un mundo extraño.
Afirmo esto cada vez que tengo que escribir aquí... o tal vez en otras partes. Me siento tan aislado que me propongo la idea de experimentar la realidad que me lleva de la mano. Ahora no miro la presencia neblinosa y turbia de todo lo que me encuentro. Melancólicos gritos de auxilio y de injusticia son los que abrazan mi presente. Me aíslo cada vez más del lugar en el cual la moral se ha perdido. En que los valores del respeto y el amor son cada vez más distantes, pero, irónicamente, se ven más, aunque sea como un producto capitalizado.
No siento que tenga sentido pensarlo mucho. Solo diré que estamos condenados. Que nuestro mundo algún día nos regresará el favor por haberlo vuelto un sitio hostil, peor que un escenario postapocalíptico. El miedo no se encuentra en la ficción; está aquí, junto a nosotros y se aproxima a ser más errante en su final. Seremos la sombra de la desgracia del pasado y la inspiración de los enfermos del mañana.
Espero que al final, mi vida sea terminada. No pretendo seguir, solo quiero que todo acabe, pero no me iré sin hacer antes mi acto final; debo morir de una forma inolvidable o al menos ser más que un simple suicida más.
Independientemente de como sea el mundo de afuera, me regocijaré en mi espectro; si cambia para mejor, estaré satisfecho y seré un ser feliz y completamente satisfecho, reiré de amor y de completa calma; si empeora, me mofaré de quienes lo han hecho sentir más distante y comparable con un infierno. Me reiré del sufrimiento que han cosechado y seré quien tenga el ultimo aliento, incluso muerto. En caso de no haber nada después de la muerte, no me interesa entonces.
No espero mejoras y más fallos; solo me mantendré observando. Es divertido ver como se desmorona todo frente a tus ojos y tu... de algún modo... crees que solo puedes mirar. Es gracioso notar que no hay salida y solo queda el final fácil.
No seré un cobarde; quiero terminar mi acto de la forma más espectacular posible.
Atte. Dolphin. W.
El que jamás será ficticio.
***
Loren había descansado bastante, incluso después de cuestionarse realmente que era lo que había en aquel colegio, en aquella institución y si todo realmente podía ser como lo veía y no había nada detrás de ello. Algo que había comenzado a inquietarla eran las noches con alaridos sin explicación. Temía que fueran peleas, algún tipo de trifulca o algo más.
Estos alaridos comenzaron a la par que desaparecían ciertos reclusos y miembros que antes estaban. Loren recordó todo lo que había vivido desde que llegó allí y sentía que algo no estaba bien. Faltaba el primer prisionero que había estado en el primer día, contando algo de su pasado. Recuerda un prisionero cerca del grupo de Paola que lentamente se aislaba de todos.
También faltaba alguien más, muchos más. Se sentía más vacía la cárcel, se sentía más vacío el instituto. Todo se sentía más lejano que al inicio. No comprendía que ocurría, peor era su sensación al darse cuenta que era tan diminuta para siquiera actuar ante la avalancha de incertidumbre y temor autoimpuesto que la carcomía lentamente.
Salió de su celda para dar un paseo por la enorme prisión, instituto o mera farsa de todo, para distender su mente. Quería alejar aquellos temores, pero es imposible sentir nuevas emociones cuando las que quieres eliminar están ligados a un lugar en particular. Ese lugar era el instituto L Y N X. No podía olvidar nada, mucho menos si sentía que tenía que estar lejos, estar lejana a la mayoría de personas.
Loren seguía caminando de camino hacia la nada, paseando por los pasillos. Se tropezó con una zona emergente de los pasillos metálicos y resintió el golpe en su cabeza, abriéndosela. Siempre ha sido muy sensible con los golpes con objetos duros o contundentes. Su cabeza comenzó a gotear sangre, a la par que una voz detrás de ella le hablaba.
- ¿Necesitas ayuda? – Preguntó Jessica detrás de ella.
Loren no se podía creer aquella coincidencia, pero a diferencia de sus encuentros anteriores, no parecía querer ejercer ningún tipo de afección hacia ella. No quería lastimarla, o al menos eso parecía. Igualmente, Loren no quería nada que ver, pues no era fácilmente fiable.
-No – Loren se levantó.
-De acuerdo.
Loren comenzó a secar la sangre de su cabeza con su camiseta, levantándola hasta su cabeza. Mirando la enorme mancha de sangre y notando que no podía secarla, Jessica le propuso algo.
-Oye Loren – Dijo – ¿Por qué no vienes conmigo? Tengo algunas cosas que pueden ayudarte a detener la sangre.
Loren solamente le dijo que no quería preocuparla, pero ella insistió.
-No – Dijo Loren – Y será mejor que dejes de insistir.
La sangre de la cabeza de Loren no dejaba de salir.
- ¿Vas a desangrarte hasta morir solo porque no quieres aceptar mi ayuda?
-Intentaste violarme – Dijo Loren furiosa, tras que su orden no fuera apelada.
-Y será peor para las dos si no te curas la cabeza. Fue un golpe muy duro – En eso Jessica tenía razón, pues la sangre no paraba de salir, a pesar de que fue un golpe.
Loren, pensando si aceptar la propuesta o no, simplemente se detuvo y decidió solo seguir a Jessica a su habitación.
***
-Y como nueva – Jessica improvisó un vendaje con un trozo de calceta en la cabeza de Loren, junto con un poco de agua con jabón, la cual había guardado en un vaso de plástico. Esto logró ocultarlo por debajo de su cama, donde posiblemente guarda más cosas – Solo tienes que evitar golpearte más seguido Loren.
- ¿Acaso eres enfermera? – Preguntó Loren con sarcasmo.
-Cuando trabajaba en el Seven Eleven tuve que tomar un curso de enfermería obligatorio. Aprendí al menos a hacer vendajes improvisados.
- ¿Trabajaste allí? – Loren mostró interés, aunque su semblante no cambió y se mostraba de una forma algo adversa.
-Solo por tres años seguidos. Después me despidieron – Dijo Jessica.
- ¿Por qué?
-Bueno, aunque no me agrade decirlo mucho – Jessica dio un suspiro – Tuve problemas con las drogas. Comencé con el alcohol y terminé en la calle. Eso hizo encolerizar al idiota de mi jefe, quien solamente veía como tener sexo con la gerente del turno nocturno – Jessica tuvo una pequeña risa.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué quería tener sexo con la gerente o por qué terminé en la calle?
-Ambas – Loren preguntó interesada y algo nerviosa.
-Bueno – Jessica sonrió un poco – Sobre la primera, quizá solo estaba tan desesperado por la atención de una mujer bastante mediocre y simplona. Sobre lo otro... – Jessica tuvo un recuerdo interno sobre esa escena – Es complicado.
- ¿Por qué es complicado?
-Eres muy preguntona al parecer – Dijo Jessica – Me parece curioso que hacia un minuto me recriminaste que intenté violarte y ahora solo no paras de preguntar.
Loren se molestó, causando que Jessica dejara de lado esa expresión de egocentrismo que había emergido tras la declaración.
-Lo siento, Loren. No me agrada mucho responder preguntas... tampoco debí recordarte eso.
-Solo no lo vuelvas a decir, idiota – Dijo Loren molesta.
Hubo un silencio incomodo de unos segundos, hasta que Jessica, con interés, rompió el silencio.
-Tengo una condición... distinta... – Jessica se miró las manos, las cuales estaban cubiertas con aquellos desgastados guantes, con restos de sangre seca – No se si lo hayas notado cuando peleé contra Paola... No soy un humano normal.
- ¿A qué te refieres, Jessica?
-Bueno... Se que no debería contarte... Mucho menos decírtelo así de fácil... Podrías usar lo que me sucede en mi contra.
Lorena simplemente la vio, aunque no con tristeza, melancolía o con algún atisbo de empatía. Solo le dijo.
-Mira Jessica – Dijo Loren – Estoy rodeada de gente extraña. Un grandulón, muy sexy, el cual tiene ojos brillantes y manipula energía. Una soldada italiana del siglo pasado y no solo eso. He visto cosas tan fuera de lo normal en esta academia, así como fuera de ella. Creo que lo que tu tengas para decirme me podrá saber a poco o nada.
Jessica suspiró hondo y simplemente decidió sacarlo.
-Mi nombre es Jessica Scarlet. Soy hija, o era hija de un magnate de negocios conocido como "Sr Scarlet" ...Qué original, ¿no? – Jessica se levantó de donde se encontraba Loren, con quien se había sentado a lado tras curarla – Él era temido en los barrios bajos de todas las comarcas, de Japón, Latinoamérica, India y otros lugares que no puedo mencionar. Y estoy seguro que te estarás preguntando, ¿cómo fue que la hija de un magnate se haya deslindado de todo lo que significaba eso para tener una vida peor que la promedio?
-Un poco... sí – Dijo Loren.
-Bueno... Algo que no me dijo mi padre es que él no era humano, al igual que yo... ¿Tu crees en los vampiros?
Loren se había quedado perpleja ante tal pregunta, aunque su respuesta fue de menos algo extraña.
-A estas alturas, no lo sé – Dijo Loren con agotamiento, aunque fue gracioso para Jessica la forma en la cual Loren reaccionó.
-En fin... Pues resulta que... soy una vampira – Dijo Jessica, levantando los hombros y suspirando.
- ¿Eso es algo malo?
-Parcialmente, pues no lo soy totalmente, aunque creo que sí... Es complicado decirlo.
-Deja las complicaciones, rubiecita – Dijo Loren, haciendo que Jessica se mostrase incomoda con el comentario.
- ¡No vuelvas a llamarme rubiecita, ojos tristes!
-Entonces sigue contando, sin tanto rodeo – Dijo Loren.
- ¡Arsh! Está bien – Jessica refunfuñó tras aquella represalia por parte de Loren – Hay distintos tipos de vampiros. Los Nosferatu, los Vulgáris, los Medusa y los Synt. Estos últimos no pertenecen a ninguna estirpe.
- ¿Estirpe? – Preguntó Loren.
-Bueno... Los Vulgáris son pertenecientes a la clase obrera o la especie de mandados, encargos o de fuerza bruta. Son inmunes al sol, a cualquier tipo de contacto divino y usualmente tienen los ojos rojizos. Usualmente son con quienes suelen relacionarse más los humanos. Mi padre era un vampiro Vulgáris... Por consecuencia yo también soy una.
-De acuerdo... ¿Tu vienes de una estirpe obrera?
-Mis habilidades, sí.
- ¿Y los Nosferatu y Medusa?
-Los Nosferatu vienen de una estirpe real, la cual ha sido protegida y prolongada por el pasar de los siglos. Solo son idiotas pretenciosos que buscan ser el centro de atención. Algo así como los más conocidos en la pantalla grande y chica, pero más oscuros y con un hambre más grotesca.
- ¿Y los Medusa?
-Ellos usualmente son descendientes de deidades, seres místicos y se les relaciona como vampiros no por cuestiones normales como consumir sangre o ser repelentes al sol, como ocurre con los Nosferatu. Son similares a... ¿Alguna vez leíste El vampiro de las estrellas de H.P. Lovecraft?
-No...
-Bueno. La situación es que son más criaturas que seres terrenales. Se les es difícil de encontrar y usualmente se encuentran en una disputa política extensa y eterna con los Henkar... Como Grant o los demás segadores de almas.
- ¿Henkar?
-Eso si ya se lo preguntas a Grant.
-Espera... Mencionaste otra raza o clasificación.
- ¿Los Synt?
-Si... ¿Por qué no pertenecen a una estirpe?
-Por una simple y sencilla razón. Todos los anteriores y posibles candidatos (Nosferatu, Vulgáris y Medusa respectivamente) tienen un lugar del cual provienen, que tiene siglos y siglos, incluso milenios, de existencia. Los Synt, así como las computadoras, el humo en el cielo y la enorme pobreza son productos de... ustedes. Bueno... Nosotros.
- ¿Nosotros?
- ¿Te sorprende que no me considere vampiro?
-No es eso... Ya me has dicho que escogiste una vida distinta... Mi duda es el cómo los Synt existieron.
-Microorganismos, bacterias, virus, parásitos, descompuestos moleculares y un sinfín de Blah blah blah.
-Oh... ¿Entonces son más por enfermedades y organismos?
-Son consecuencias de un enorme descuido de milenios humanos. No se trata de una evolución, sino de errores. Es más normal de lo que crees encontrar a Synts por todas partes.
- ¿Qué te hizo dejar de lado el vampirismo? ¿Las riquezas y todo el poder que podrías tener?
-Esta vida no solo se rige por poder, Loren... A veces solo quieres sentarte con la cabeza limpia y dejar que un momento de paz sea eso... Sin alarmas, sin sorpresas y con un último apretón de monóxido de carbono. Yo me alejé porque quería ser feliz... Hubieras intentado lo mismo y créeme que no estarías aquí.
- ¿Entonces por qué estás aquí tu?
-Tomé muy malas elecciones Loren – Dijo Jessica abriendo la puerta de su habitación, invitando a Lorena a irse – Tienes que descansar. Que mañana será otro día, Loren.
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