[ C a p í t u l o - (2 3) : L e w i s ]
Luego de escuchar las palabras de William, Lewis decidió dejar a William en su delirante paranoica. No es fácil cambiar las cosas cuando ya han sido remarcadas. William era alguien muy extraño para él. Podía mostrarse como una pieza del hielo más frio que existe, sin encontrar nada a cambio. No obstante, lo sorprende lo asustado que se encuentra en ese momento.
No quiso pensar mucho después de eso. Sus ideas dejaron de centrarse en William al momento de que, saliendo de los pasillos y sentándose en la gran estancia, con calma y tranquilidad dentro del lugar más inesperado, vio a Jessica, quien se encontraba tomando un ligero descanso y acariciando su cabello contra su cuello. Era una manía sin sentido, pero le causó curiosidad a Lewis. Este mismo fue hacia ella.
-Oye – Dijo Lewis con cierta imprudencia. Le llamó la atención a Jessica - ¿Te encuentras bien?
-Hmm – Jessica se mostró de forma fría y cortante con Lewis.
- ¿Cómo que "hmm"? – Preguntó Lewis, extendiendo los brazos como si fuera una especie de insulto para él.
- ¿Qué? ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estoy de maravilla, idiota? – Dijo Jessica.
-Wow, wow, wooow – Lewis trató de calmar a Jessica – No tienes porqué hablarme de ese modo, pequeña.
- ¿Pequeña? – Jessica se levantó de su asiento y se acercó furiosa hacia Lewis - ¿Pequeña, pedazo de mierda andante? ¡Pequeña tienes la polla estúpido malnacido! ¡Piérdete y no regreses!
-De acuerdo...
- ¡¿Cómo que "De acuerdo" idiota?! ¡No estes jodiendo conmigo maldito negro de mierda! ¡¿Acaso no sabes quién soy?!
-No...
- ¡Exacto! ¡Eres un pobre vagabundo que no sabe en donde está parado! ¡Será mejor que no se te ocurra en lo más mínimo entrometerte conmigo, o de lo contrario, te descuartizaré aquí!
Lewis suspiró tras escuchar eso.
- ¿Te sientes bien ahora?
- ¡¿Qué?! – Jessica gritó enfurecida y se dirigió de regreso a su sillón.
-No lo dije por el gusto de insultar. Solo quería hacer que me confrontaras.
Jessica se sorprendió al escuchar las palabras de Lewis.
-Y... ¿Por qué? – Preguntó Jessica con cierto disgusto.
-Bueno... A veces las personas solo necesitan gritarle a algo o desahogarse de forma violenta con algo. Creo que así a veces funciona.
- ¡Oh! ¡¿Querías una pelea idiota?! – Jessica pensó en volverse a levantar.
-No no no – Lewis la detuvo – Oye... No soy psicólogo ni nada, pero presiento que algo está mal. Si no me quieres decir no tienes porqué. Solo quería saber si te podía ayudar.
-No gracias... – Jessica siguió con un tono frio.
Lewis se alejó un poco de Jessica y le dijo:
-Está bien.
Jessica, al notar que Lewis se estaba alejando, dijo en voz alta.
-En realidad si...
- ¿Disculpa? – Lewis se detuvo y respondió un segundo después, volteando a ver a Jessica.
-En realidad... Tengo un problema.
-O.K. – Lewis se volteó totalmente - ¿Quieres hablarlo o solo...?
-No – Dijo Jessica – Solo te haría perder tiempo.
-Bueno... Cuéntame y veré si es una perdida de tiempo o no.
Jessica suspiró y habló con un tono más relajado.
-Antes que nada, te pido disculpas...
-Habla menos.
-De acuerdo – Jessica se dio cuenta que Lewis se volvía más frio con ella, pero no tenía a alguien más a quien contarle lo que ocurría – Mi padre fue asesinado.
Lewis dirigió su vista bruscamente a Jessica al escuchar la noticia.
- ¡¿Qué?!
-Si – Dijo Jessica, tomando una postura más firme al sentarse – Hace unas horas me enteré por... fuentes externas.
-Oh. En verdad lo lamento.
-Está bien... No era muy unido a él... Solo fue una noticia que me tomó por sorpresa. No creí que eso pudiera ocurrir, pero...
-Sácalo – Dijo Lewis con un tono cálido – Si tienes que llorar...
-No... Solo que... Es que... Yo... – Jessica no pudo contenerse y comenzó a lagrimear – Es solo que... Cuando yo peleaba lo hacía por él y por su honor. Temo ahora que ya no exista nada sobre él... ni siquiera eso por lo que luché.
- ¿Temes que se olvide a tu padre? – Preguntó Lewis sin acercarse a Jessica.
-Si... – Contestó Jessica tras un tembleque en la voz y un pesado suspiro – A pesar de todo lo que intenté hacer por él... todo se destruyó... se fue a la mierda.
- ¿Tu crees que le hiciste honor? ¿El suficiente?
-No lo sé – Jessica se mostraba insegura al momento de hablar con Lewis de eso, teniendo muchos tropiezos en el habla y tartamudeos.
-No tienes que hablar si no deseas, Jessica.
- ¿Jessica? – Preguntó nerviosa Jessica.
-Si... Así te llamas, ¿no?
-Ah... si... Perdón, mi mente no está bien ahora.
-Está bien... A veces olvido que no estoy en mi casa y me pongo los zapatos en la ducha – Lewis se asustó al revelar ese detalle.
-Si... Espera ¿Te bañas con zapatos? – Jessica se sorprendió, aunque su expresión era más de extrañeza.
-Uy... dije demasiado.
Jessica comenzó a reírse al momento de escuchar eso de Lewis. Rio a carcajadas y no pudo contenerse. Esto le causó mucha alegría a Lewis, quien pudo ver bien a una persona por un disparate que había dicho. Sin embargo, al momento de ver la boca abierta de Jessica, notó dos prominentes colmillos en vez de sus caninos superiores; esto le causó un poco de ruido a Lewis.
-Ay... Jajajaja – Jessica detuvo su risa un poco – Me has hecho reír mucho. Gracias por tu platica Lewis.
Jessica se levantó de la gran estancia y se dirigió a uno de los pasillos. Específicamente al pasillo donde estaba su celda. Lewis miró con calma a Jessica, pensando que lo que había visto era solo un delirio. Lewis se fue hacia las escaleras de la esquina de la gran estancia y se dirigió a los pasillos superiores del segundo piso y se dirigió hacia el pasillo aledaño a su celda.
***
Diario 025
Creo que este lugar tiene un potencial tremendo. Las parafernalias que me encuentro en cada instante me hacen caer más en reflexión.
¿Es este un sitio de corrección? ¿Algún tipo de prisión? ¿Es esto real? ¿O todo es una creación hecha por mi mente? ¿Solo debo seguir o acaso hay algo más esperándome afuera? Definitivamente lo que vi era tangible, era tan real que no puedo descartar su existencia en ningún tipo de dimensión que se pueda analizar tal fenómeno.
Tengo que ingeniármelas para poder analizar bien lo que acaba de suceder en la sala de calderas. Todas esas tuberías en la oscuridad son todo menos algo confortable para un ser humano ¡Que tortuoso destino para pobres fetos!
No voy a negar que me causó cierta gracia como estos caían. Eran tan fáciles de masacrar esas criaturas. A veces fantaseaba con aplastar niños dentro de la panza de su madre. No lo sé. Sería divertido ver cómo este feto emerge descuartizado del útero de su madre en el parto. Ella padeciendo la fuerza de mi pie... HAHAHA.
Pero me estoy distrayendo. Estoy distanciando mi mente de un horizonte al que debo de prestar atención. Quizá volver hacia aquella zona sea la idea más estúpida que pueda tener hacia las cosas. No solo eso, sino quizá sea un suicidio. Debo de ingeniar algún tipo de plan...
Pero... ¿Cómo?
¡Maldita sea mi curiosidad! ¡Algún día moriré! ¡Y espero que sea lo más pronto posible!
Atte: Dolphin, W.
***
-Me siento raro, Ezra – Grant estaba hablando con Ezra en uno de los pasillos, el aledaño a su celda.
- ¿Por qué, Grant? – Preguntó Ezra.
-No lo sé. Loren es una gran persona y le tengo un cariño enorme.
-Un enorme cariño. Me imagino que es muy especial para ti.
-No solo es una gran amiga... muy valiosa...
Ezra había puesto una expresión de curiosidad, tan remarcada que su rostro se había deformado. Sin embargo, rápidamente su expresión cambió a la de un descubrimiento oculto; la expresión que se hace cuando se cuenta un secreto entre chicos o adolescentes.
-Creo que entiendo que te ocurre.
-No – Dijo Grant, mirando apenado a Ezra – No lo entiendes.
-Si... Lo comprendo...
Grant miró de nueva cuenta a Ezra con una mirada sombría. Ocultando algo que le aquejaba.
-Estás enamorado.
- ¿Qué? – Grant abrió los ojos al escuchar eso – Ah... Claro, si... Enamorado.
-Hmm – Ezra notó que no era eso lo que le pasaba a Grant - ¿Entonces que es lo que ocurre Grant?
-Es difícil de decirlo, Ezra.
-De acuerdo... Si no quieres contarme no lo hagas. Hay veces que las cosas más duras es mejor no saberlas.
- ¿De verdad?
-Solo te pido que, sea lo que sea... Loren te aprecia y no quisiera que te atormentaras por... lo que sea que te atormente.
Ezra caminó hacia un pasillo alejado al de Grant, donde se encontraba su celda. Grant hizo lo mismo, caminando hacia la suya y hablando consigo mismo.
-Aunque vaya a parajes diferentes, a dolores más profundos y a silencios sin ningún ruido, todo canta tu nombre... Elena.
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