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El pequeño omega se movía con rapidez en la cafetería, atendiendo a cada uno de los pescadores que entraban a la cafetería.

Preparaba cafés, tés y postres, de vez en cuando uno que otro sándwich de jamón de pavo y a cada uno le ofrecía una menta al terminar con su comida.

─¡Sunoo, el omega más hermoso de este pueblo! ─entró alegre Riki a la cafetería.

Su overol de pesca se veía pesado, pero Riki siempre remarcaba que él era lo suficientemente fuerte como para cargar con ese pesado overol todo el día. Sus botas de color café estaban desgastadas y manchadas por el agua y en su cabeza tenía un gorro de lana que el mismo Sunoo le regaló hace dos navidades, era de color azul pero de una tonalidad gris, su cabello estaba completamente oculto por el gorro. 

Sunoo sonrió y sintió ese cosquilleo por los nervios de ver que Riki sí recordó que tenía ese viejo gorro que Sunoo le regaló.

Riki se acercó y besó la mejilla de Sunoo, quien lo aceptó gustoso, pero el omega de Sunoo se sentía agobiado y enojado.

─Hola, Riki, ¿qué tal la pesca de hoy? ─Sunoo continuó paseándose por el lugar con Riki siguiéndolo con la mirada.

Sunoo tenía puesta un short color amarillo, de una tela delgada y flores en todas partes, se encontraba a la altura de los huesos de la cadera así que se podían apreciar las caderas del joven omega, además hoy decidió usar un crop top color blanco que antes era una camisa de los beatles, pero Sunoo la arregló a estilo que quedara como un crop top que ajustaba su cintura, así que su abdomen estaba a la vista.

Riki veía con poca inocencia y pureza al omega quien amigablemente se acercaba a las mesas para tomar platos sucios o ver si sus clientes necesitaban algo más. 

─Sabes, Sunoo, me encantaría llevarte a cenar la próxima semana, ¿qué opinas? ─Riki se acercó galante a Sunoo y tomó la mano del omega.

─E-estaría bien ─Sunoo sonrió y su ánimo subió, se sentía nervioso y ansioso por tener una cita con el alfa.

Tal vez su omega no era fanático del olor a bosque del alfa, o tal vez no se sentía como siempre le dijeron que se sentiría tener un alfa, pero Sunoo apreciaba a Riki, sabía que era un buen alfa y además este era atractivo.

─Te recogeré mañana a las 8:30pm, te espero bonito ─sin más el alfa abandonó la cafetería no sin antes dejar un beso en la mejilla de Sunoo, quien se sonrojó en el momento.

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Sunoo se encontraba en la cocina de su casa, era pequeña y con lo básico, pero Sunoo de vez en cuando gastaba su dinero en "lujosos" instrumentos de repostería. Al omega le gustaba hornear postres, en especial pasteles y cupcakes, a la gente parecía gustarles y los pescadores siempre regresaban por más.

Su tranquilidad amasando la masa para la base de una tarta fue interrumpida por el toque de la puerta de enfrente. 

El reloj en la pared marcaba que eran las 6:48pm, la lluvia era intensa afuera por lo cual los pescadores se encontraban en sus casas o guardando sus herramientas de trabajo, al salir de la cocina con su delantal lleno de harina y sus manos con un poco de masa que se quedó pegada y harina que dejó sus manitas de color blanco.

Al correr la pequeña cortina de la ventana de cristal en la puerta puede ver hacia afuera que llueve con intensidad, frente a esta se encontraba el alfa rizado mojado, casi escurriendo. Sus ojos le suplicaron que abriera y sus brazos se abrazaban a sí mismo.

Sunoo, sin pensarlo, abrió la puerta y dejó entrar al alfa, quien llenó la cafetería con su olor combinado con el de tierra mojada y la lluvia, una brisa de aire frío entró a la casa estremeciendo al omega que chilló. 

Dejó pasar al alfa que sus botas pesadas dejaron unas marcas en el suelo y se encontraban mojadas junto con su ropa.

─¡Dios, Sunghoon! ¿Qué hacías allá? Creí que los pescadores se habían ido a casa. ─el alfa suspiro. 

─Tenía que ir a ver si 'Matilde' se encontraba bien, no había pensado que la lluvia fuera a ser tan fuerte. Cuando estaba allá, la tormenta me atrapó y creí que la mejor opción era buscar un lugar... ─se abrazó a si mismo─. Supe que esta era tu casa.

Sunoo lo volteó a ver curioso─. ¿Cómo sabes que esta es mi casa? ─pasó a la cocina limpiando sus manos para poder pasarle una toalla y ropa limpia a Sunghoon para evitar que el alfa se resfríe.

─Vi la cantidad impresionante de flores afuera, además tu puerta es amarilla, lo supuse ─Sunoo se sonrojó.

Le entregó una toalla esponjosa y suave al alfa con la que este se cubrió.

─Iré a ver si tengo algo que te pueda prestar.

─Bueno, cereza, no es por ser pesimista, ¿pero lograré entrar en algo que sea tuyo? ─las mejillas de Sunoo se pusieron rojas.

─C-claro que sí, no seas ridículo ─Sunoo volteó a ver al alfa que claramente era más alto que él, tenía más músculos que él y parecía pesar unos 15 kilogramos más─. Solamente sígueme.

Sunghoon siguió a Sunoo por un pequeño pasillo, la casa de Sunoo es pequeña, con paredes de diferentes tonos del mismo color, los muebles eran de madera y pintados a mano, su sala era pequeña, con un pequeño librero y tres sofás, dos individuales y uno de tres asientos, todos del mismo color verde, había unas cuántas fotos en marcos de color blanco. Todo en la casa de Sunoo era de segunda mano y las partes maltratadas fueron retocadas por el mismo Sunoo, como por ejemplo su librero tenía crisantemos pintados por todas partes porque la madera se veía vieja y muy descuidada. En la mesa del centro y en la mesita del comedor de Sunoo había velas arriba.

Al llegar a la habitación de Sunoo vio que era un cuarto pequeño, una cama individual con sábanas de color blanco, dos burós color celeste pastel y un ropero de madera café, los burós tenían una lámpara vieja de color azul y unas cuantas velas. 

Había un estante con libros.

─Esta puerta da al baño, toma una ducha caliente para que no te resfríes, te dejaré ropa en la cama, dentro del baño debe de haber más toallas dentro del baño ─Sunoo le indicó a Sunghoon que podía pasar a su baño y se acercó a su closet.

─¿Por qué tantas velas, cereza? ─Sunghoon llamó la atención de Sunoo.

─A-a veces con las lluvias de verano la electricidad del pueblo falla, en especial aquí porque está alejado de la central de energía, las velas son por si acaso ─la voz de Sunoo se escuchó temblorosa. 

─Si un día tienes problemas con tu electricidad o con algo solo avísame, cereza ─sin decir más, Sunghoon entró al baño dejando a un Sunoo sonrojado en su habitación.

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Después de 10 minutos, Sunghoon volvió a la habitación en donde Sunoo había dejado sobre la cama un cambio de ropa que se basaba en los pants más grandes que Sunoo poseía y una sudadera que alguna vez su padre le regaló. 

Algo que lo alarmó fue él como la lluvia persistía sin indicios de querer parar, y el cielo parecía oscurecer. Las luces de la casa empezaron a tintinear.

Sunoo en la cocina se preparó teniendo cerillos a mano y terminando de preparar el pay que pensaba llevarle mañana a sus vecinos que le prestaron su auto para poder llevar unos cuantos ingredientes pesados que Sunoo compró en el mercado.

Sunghoon llegó a la cocina descalzo y buscando al bonito omega.

─Cereza, parece que la lluvia no planea terminar, creo que lo mejor sería que me fuera ahora que no se ve tan mal ─Sunoo lo vio asustado.

1. No era una buena opción salir ahora.

2. Él no quería estar solo. 

Gaeul estaba en el suelo de la cocina durmiendo y manteniéndose a salvo del agua fría de la lluvia.

Cuando Sunoo iba a hablar sus palabras se convirtieron en un chillido de miedo al notar que las luces de la casa se fueron por un relámpago que cayó dejando a su casa sin luz.

─Demonios... ─susurró Sunoo─. Sunghoon, no tengo problema con que te quedes y tal vez no tengamos luz, pero es mejor que ir afuera. Por favor, quédate ─Sunoo prendía una vela, la mirada de Sunoo era pidiéndole a Sunghoon que se quedara.

─Está bien, cereza. Me quedaré.

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