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Claramente Sunoo estaba nervioso, y sus movimientos lo confirmaban.
Rompió un plato por accidente, se cayó en la entrada por culpa de la nieve y sus galletas se estaban quemando.
Sunoo sin pensarlo tomó la charola sin guantes y se quemó, chillando de dolor y haciendo a Sunghoon correr desde la habitación hasta donde estaba su cerecita.
─Solecito, ¿qué sucede? ─puso la mano de Sunoo en agua fría y empezó a reunir las cosas del kit de emergencias.
─Mi padre llegará dentro de poco, Jay también, estoy nervioso por verlos. ¿Qué tal si...? ─Sunoo estuvo durante 3 min explicando todos los escenarios negativos que podían pasar mientras que Sunghoon solamente escuchaba a su omega y acariciaba su espalda o le daba espacio para que este moviera sus manos con rapidez.
─Mi cerecita, no hay nada por lo cual estar nervioso, tú eres técnicamente perfecto. Tu casa es perfecta, tu comida está bien y les dará gusto verte después de tanto tiempo.
Sunoo suspiró y dejó que su alfa lo abrazara, este marcó a Sunoo con su olor para no seguir presenciando los nervios del dulce omega.
Sunghoon solamente esperaba que el padre de Sunoo no lo decepcionara o juzgara. Aún así, en cualquier escenario, Sunghoon estará ahí para consolar o celebrar con su omega.
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Los copos de nieve caían, la fogata estaba encendida y una taza de té descansaba en las frías manos de Sunoo, una cubierta con una venda.
Sunghoon se encontraba afuera cortando madera y paseando a Gaeul, quien alegremente lo había acompañado.
Unos golpes en la puerta llamaron la atención de Sunoo quien se levantó a toda velocidad y ajustó el suave suéter a su cuerpo.
Dio una profunda respiración antes de abrir la puerta.
Al abrirla pudo encontrar a su padre, Kim Seokjin, famoso escritor de una saga de libros, editor y reportero.
Este se veía delgado, un poco pálido y con ojeras marcadas. Seguía siendo increíblemente alto, con un porte que asustaba a Sunoo un poco, su cabello castaño con canas estaba cubierto por un gorro de lana azul marino y todo su atuendo se veía costoso y oscuro. Sus ojos eran igual de azules que los de Sunoo.
─Hola, papá.
─Sunoo ─sin pensarlo el alfa abrazó a su hijo, lo abrazó con tanta fuerza y sus ojos se llenaron de lágrimas. Se separó por un momento para poner sus manos en la cara de su hijo, impresionado y como si estuviera viendo a una persona que regresó de la muerte.
El omega le devolvió el abrazo y aspiró el fuerte aroma a bosque de su padre.
Un alfa con cabello rubio entró a la casa y en cuanto este se separó de su padre. Jay lo abrazó fuerte y lo levantó del suelo.
─Sunoo, no sabes cuanto te extrañe.
Sunoo le sonrió feliz.
Sunoo sintió paz después de poder abrazar de nuevo a personas importantes en su vida, realmente los extrañaba. Su padre pudo haber sido un mal padre hasta cierto punto, pero su cariño por él no disminuye y ahora está dispuesto a tener una buena relación con él.
La puerta trasera se abre, dejando entrar a Gaeul que se encuentra cubierto de nieve y se lanza hacia los invitados. Después entra Sunghoon con el hacha en su mano izquierda y madera en el brazo derecho.
─Les quiero presentar a alguien muy importante en mi vida ─tomó la mano de su padre y Jay para dirigirse a Sunghoon quien había dejado las cosas en donde correspondía─. Este es Sunghoon, mi alfa.
Sunoo sonrió alegre y Sunghoon acercó su mano para poder darles un apretón de manos.
─Mucho gusto, Sunghoon. Jay Park ─se presentó Jay─, el ser humano favorito de Sunoo desde que tenemos 10 años.
Sunoo rió y Sunghoon sonrió con amabilidad.
─Kim Seokjin ─el padre de Sunoo estrechó la mano de Sunghoon, tenía una sonrisa amable y volvió a ver a su hijo─. Es decente.
Sunoo rió nervioso y Sunghoon se sonrojó.
¿Solo decente? ¡Vamos!
─¡Preparé un pavo delicioso! ─Sunoo exclamó feliz.
La cena fue agradable, con un Jay parlanchín hablando de su nuevo trabajo en la ciudad junto al pueblo, su emoción por su nuevo apartamento y un interés nuevo en salir con alguien.
El padre de Sunoo se mantuvo tranquilo, no hablando más de lo necesario y siendo cortés con todos. Sus comentarios no tenían malas intenciones, pero aún así Sunoo sabía que al final de la noche era necesario que ellos dos hablaran.
─Tu cuarto es el de la puerta morada, y el de papá es el de la puerta celeste ─Sunoo le dio a Jay una suave toalla para que se diera un baño.
Sunghoon levantó la mesa y acomodó los platos en el lavabo, cuando estaba apunto de lavarlos Sunoo se acercó.
─Yo los lavaré, cariño. Tú ya lavaste los que use cuando cocine.
Sunghoon le dio un beso en la mejilla a Sunoo. Detesta lavar platos.
─Gracias, cerecita, iré a dormir. Feliz navidad ─el alfa besó a su omega y se fue.
El padre de Sunoo entró a la cocina y se recargó en la barra.
─Es una hermosa casa, Sunoo.
─Gracias, he tenido que arreglar muchas cosas, yo cambié las puertas porque todas estaban astilladas.
El padre de Sunoo suspiró─. Perdóname.
─Papá...
─Y-yo debí haberte escuchado, debí haber comprendido mis errores antes y ser un guía en tus decisiones, no un dictador.
Sunoo volvió a ver a su padre.
Los dos eran parecidos.
Pero extremadamente diferentes.
─Yo solo buscaba ser feliz.
─¿Eres feliz?
─Demasiado. Esta era mi definición de felicidad.
─Creo que ese siempre fue mi mayor error ─Sunoo vio a su padre con curiosidad─. Te quería presionar para que tu definición de felicidad fuera la misma que la mía.
─S-sí. Yo siempre quise algo tranquilo, bonito y simple.
─Yo quise que fueras el mejor en algo que no era lo tuyo.
─Papá, podríamos pasar toda la noche hablando de en qué cosas nos equivocamos, pero ambos sabemos que yo ya soy feliz.
El padre de Sunoo asintió.
─Lo puedo notar, esta vida te hace feliz, y lo hiciste tú solo.
─No exactamente, mamá me dejó todo esto.
El alfa se puso rígido ante la palabra 'mamá'─. ¿Cómo estaba ella?
─Muriendo. Tenía leucemia.
El padre de Sunoo suspiró triste.
─Siempre amaré a tu madre por el simple hecho de que me dio al mejor hijo del mundo entero.
─Mamá me dijo lo mismo sobre ti ─Sunoo sonrió.
El padre de Sunoo vio a su alrededor.
La casa tenía ciertas características de estilo indie, con flores y plantas en todas partes y colores llamativos pero que transmitían paz.
─Esta casa me recuerda demasiado a tu madre, esta casa es ella técnicamente.
─Lo sé, ella adoraba esto. ¿Cómo es que estuvieron juntos?
Sunoo rió, era verdad, el padre de Sunoo es extremadamente elegante, porte fuerte y una idea de felicidad igualada al dinero y cosas caras.
Su madre era diferente, liberal, indie, increíblemente desordenada y con un amor a las plantas inigualable.
─Éramos jóvenes, inocentes y aún no llenábamos nuestra cabeza con basura egoísta, o más bien yo no llenaba mi cabeza con basura ─el padre de Sunoo suspiró y tocó la marca en su cuello, se encontraba cerrada y oscura─. Pensábamos que solamente necesitábamos amor y no era necesario sanar todo lo demás de nuestra vida, y eso no es verdad, para poder amar a alguien como se merece, tienes que ser la mejor versión de ti. Creo que dejé ir a mi omega por algo tan absurdo como una vida frívola. Tenía dinero y fiestas lujosas, Sunoo, pero al llegar a casa solo podía notar lo sola y vacía que estaba mi vida sin tu madre.
El omega suspiró triste.
─Ya no hay nada que hacer...
─Así es como funciona la vida si no aprecias lo que tienes, hijo.
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