las galletas de nuez en el horno, el chocolate caliente calentándose y los sándwiches manteniéndose seguros en la canasta de louis era lo que lo mantenían distraído.
ya habían pasado unos días desde que envió la carta a su padre invitándolo para navidad, además de que era el día en que llevaría comida al refugio donde la gente se hospeda cuando no tiene un techo donde vivir.
louis nunca ha tenido problemas cuando va a entregar la comida, todos son amables y respetuosos, todos adoran al lindo omega que va todos los años a entregar comida caliente y unas cuantas cobijas tejidas.
—buenos días, cerecita.
—hola, hazzy.
harry se acercó a darle un beso en los labios a louis quien gustoso lo acepto, y continuó cortando las manzanas que usaría para el pay de manzana que vendería en la cafetería estos días.
—veo que despertaste extremadamente temprano, cerecita.
—sip, tenía muchas cosas que hacer. tenía que salir al huerto para ver las plantas, especialmente porque habrá una nevada dentro de unos días por lo cual tengo que mantenerlas cálidas, además prepare lo que llevaremos al refugio hoy.
el alfa asintió y robó una galletita de chocolate del plato que tenía louis al lado.
—aún no entiendo como tienes tanta energía, cerecita.
—me gusta lo que hago... ademas no podía dormir. —susurró el omega.
—¿sucede algo, louis?
—aún no tengo respuesta de mi padre, es ridículo, usualmente las respuestas tardaban solamente dos días en llegar. —harry se acercó a louis, este se apoyó en su pecho, harry acarició la cintura de louis dejó un beso en su cabeza. —¿qué tal si no quiere venir? —la voz ahogada de louis en el pecho de harry se escuchaba triste.
harry suspiró.
se sentía inútil, no sabía que decirle exactamente a su cerecita, además de que su alfa le recriminaba el no poder hacer que su omega dejara de sentirse triste.
—lou...
el sonido de las cartas cayendo por la rendija de la puerta llamó su atención.
el omega se despegó rápido de harry, y corriendo por la sala se tropezó con sus propios pies y la alfombra.
louis revisó su correspondencia, ignorando todo hasta llegar a ese pequeño sobre azul en el que usualmente niall escribía su respuesta.
el omega abrió rápido el sobre, extendiendo el suave papel entre sus dedos y leyendo con rapidez la carta.
harry se acercó a su omega quien chilló.
—s-si vendrá, también vendrá niall.
louis sonrió y saltó a los brazos de harry quien se sintió feliz por la alegría de su bello omega.
este dejó un beso en sus labios y siguió riendo feliz.
—¡si!
el omega se encontraba feliz en la cafetería sirviendo los postres que eran pedidos.
los pescadores estaban exhaustos y los pobladores tenían frío.
el invierno en el pueblo es agradable pero lleno de trabajo, especialmente para los pescadores... y para louis.
la pesca era intensiva y extensa debido a las bajas temperaturas, pero estos estaban felices cuando su reloj marcaba las cinco de la tarde, porque significaba que podían darse un descanso de las redes pesadas y el agua helada para poder ir a tomar chocolate caliente y comer tartas y sándwiches.
—¡entonces una pesada ventisca golpeó al bote! ¡puedes creerlo, louis! esto está llegando a ser peligroso, y me rehuso a arriesgar a mis hombres. —el señor hayles se encontraba nervioso.
su bigote blanco temblaba y sus ojos se veían aterrorizados.
él era el encargado del muelle, su buena organización mantenía al pueblo con comida y a sus pescadores asegurados.
—¿detendrán la pesca? —louis le sirvió más té de girasoles.
—durante unas semanas, al menos hasta que deje de nevar. —el alfa tomó un sorbo de su té. —hay una buena reserva, además de que los barcos necesitan de mantenimiento.
louis escuchaba las historias de los pescadores, algunos le contaban cómo encontraban peces poco comunes y otros intentaban asustarlo hablando de cosas que se veían poco realistas... pero aún así asustaban un poquito a louis, quien al llegar a casa se acurrucaba con harry para evitar pensar en una criatura marina que intentaba matarlos.
el punto es que louis disfrutaba de escuchar a los comensales de su negocio y estos adoraban que el omega no los viera solo como dinero.
la pesada puerta se abrió y con esta paso el alfa de louis, exhausto y con el ceño fruncido.
se acercó rápido a la barra donde estaba louis y al verlo sonrió.
—hola, cerecita.
era usual que el humor de harry cambiara rápidamente cuando veía a louis. para todos harry era un alfa amargado con un tono sarcástico y burlón en cada una de sus frases y todos se preguntaban como es que el lindo omega que servía chocolate caliente y amaba las flores era su omega, esto si es que nunca los haz visto juntos, cuando louis estaba cerca harry cambiaba por completo, su mirada de suavizaba, su sonrisa aparecía y sus manos buscaban solamente al omega.
—hola, hazzy. —el omega le sirvió su chocolate caliente junto con su almuerzo. —¿qué tal tu día?
—mejor ahora que te veo, mi luciérnaga.
harry acariciaba la cintura de louis quien plácidamente dormía arriba de él, una mano en la cintura y la otra en un pequeño libro que cambiaba la pagina cada que terminaba.
el omega disfrutaba del olor del alfa y sus caricias.
—alfa.
—¿si, omega?
—me gusta que me toques.
—a mi también me gusta tocarte. —rió harry.
—a mi también me gusta tocarte. —imitó louis y dio unos cuantos besos en el cuello del alfa.
este cerraba su libro cuando el omega lo detuvo.
—no, no, termina tu lectura, yo estaré aquí haciendo lo mío.
el alfa rió y continuó leyendo, pero por otro lado los besos y caricias de su omega lo hipnotizaban.
el omega se levantó, acomodándose entre las piernas del alfa.
el alfa pasó de página.
el omega acaricio el abdomen del alfa hasta llegar a su pelvis, acariciando debajo de la tela de sus joggers el miembro que estaba despertando del alfa.
el alfa gimió bajito.
—no te molesta, ¿verdad?
—mátame el día que me moleste, cariño.
louis rió y continuó acariciando el miembro del alfa, analizando la cara y pequeños gemidos que soltaba el alfa.
el omega empezó a bajar un poco el pantalón del alfa, descubriendo sus pesado miembro.
la cabeza estaba roja, y las venas se podían notar a lo largo de esta.
louis acaricio los testículos y apretó un poco el nudo.
su mano se dirigió a la base empezando a subir y bajar.
harry mantenía sus ojos en su libro divertido, pero sus manos picaban por poder tocar a su lindo omega que lo estaba complaciendo.
louis se agachó un poco más y dio una pequeña lamida a la cabeza del miembro de harry, este gimió. continuó lamiendo desde el glande hasta la base, y después de un rato lo metió a su boca, ahuecando las mejillas y manteniendo un buen ritmo. su mano acariciaba los testículos de su alfa mientras.
los gemidos de harry hacían disfrutar al omega quien empezó a trabajar más rápido y acariciando un poco con sus dientes el miembro, lo que no cabía en su boca solo acariciaba con sus manos.
el alfa empezó a jadear más fuerte moviendo un poco sus caderas y acariciando el cabello de su omega.
después de unas suaves embestidas el alfa se corrió, alejando a su omega para que este no se lastimara con el nudo, pero este presionó con su mano el nudo, dándole placer al alfa que tenía la respiración acelerada.
—¿qué tal tu lectura? —la voz rasposa de louis hizo reír a harry quien le se abalanzó a darle un beso.
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