Arco I. Parte I


Nota antes de comenzar la lectura.

Los párrafos que estén centrados son partes que no se narraron en la novela "The Lovely Princess", sino acciones o pensamientos propios de los personajes.

Gracias por su atención.

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Dicen que las cosas siempre pasan por algo》


—¿Qué tengo que hacer para que su majestad me ame?–.

Athanasia observó a la persona frente a ella con un rostro manchado de lágrimas. Sin embargo, su padre, el emperador Claude, solo miro su rostro sin emociones en sus ojos.

Mientras tanto, una joven dama estaba parada a unos pocos metros de Athanasia. Artemisia, la segunda princesa del imperio; poseedora de una gran belleza que es alabada por toda persona que la haya visto alguna vez.

—¿Tengo que ser como Jeanette? Entonces, ¿Me amarás? ¿Dirás mi nombre con ternura y me mirarás amablemente con tus ojos llenos de calidez como a Jeanette? Si me esfuerzo un poco más quizás...–

Su ingenua hermanastra. No fue suficiente quitarle la gloria que nunca habian tenido ni Athanasia ni Artemisia, sino que tambien les robó a su padre. En ese momento, Athanasia estaba lo suficientemente nerviosa como para mencionar su nombre frente a él.

—En lugar de rechazarme, ¿no me abrazaras con esas manos tuyas?

[Athanasia... Basta].

La princesa de largo pelo dorado solo miraba con pena a su hermana, ¿hasta este punto llegaba por su atención? No importa cuántas veces lo piense, Claude no valía la humillación de Athanasia.

—Nunca, incluso si muero–.

[Bastardo... ¿tanto te cuesta darle un poco de amor? Ámala, no importa si mientes con tus sentimientos, pero finge amarla].

Aquella frase salida por los labios del emperador solo lograron que ella apriete más el abanico entre sus manos, mientras que muerde sus mejillas para no decir alguna estupidez.

—¿Por qué?–

Sin embargo, Claude no dudó en responder. Ni siquiera se sorprendió cuando su hija siempre obediente se mostraba tan desesperada frente a él.

Artemisia rápidamente comenzó a caminar hacia su hermana, queriendo evitar que diga algo más. Pero la mirada de fría de Claude la hizo parar en seco unos pasos atrás de su hermana.

—También soy hija de su majestad, llevo aquí más tiempo que Jeanette–.

—Athana– No pudo terminar, porque tan pronto como Athanasia escuchó su voz, lanzó más razones a su padre–.

—Artemisia lleva más tiempo que yo en este lugar, pero su majestad siempre la esta ignorando al igual que a mi, a pesar de que ella es la princesa heredera. Un poco de amor, solo eso te pido, ¿acaso no somos tus hijas?

Esto se llevo todo el coraje de Athanasia para rogar por su primer deseo, y fue su último recurso. Sin embargo, su rey, su padre permaneció indiferente hasta el final.

Claude dirigió disimuladamente su mirada hacia la mayor de sus hijas; Artemisia Eileen de Alger Obelia, la rosa de imperio. Si fuera ella la que estuviera de rodillas frente a él, lo consideraría. Él quería ver a esa mujer humillándose ante él, suplicando su amor.

—Estúpida–.

Las manos que se aferraban a las piernas de Claude cayeron al suelo sin fuerza. Las fuertes palabras distorsionaron la mente y los pensamientos de Athanasia. La voz que atravesó sus oídos fue mucho más cruel que antes. Estaba lleno de profundo desprecio.

—Jamás te he considerado mi hija–.

Artemisia levantó sus ojos, fijándose en las joyas de su padre, las cuales la veían fijamente.

Cualquier persona que este escuchando la conversación pensaría que las palabras eran para Athanasia (y lo eran, en parte), pero en realidad estaban dirigidas a Artemisia.
Aquellas palabras no solo esconden un desprecio hacia sus hijas, no, contiene algo más oscuro; un deseo. El deseo prohibido del emperador hacia la mayor de sus hijas.

Artemisia avanzó al frente con decisión, siendo cada paso suyo observado por Claude, el cual abrió levemente sus ojos al ver a la mencionada arrodillarse.

¿Acaso su deseo se haría realidad? ¿Por fin tendría a su merced a la hermosa rubia? ¿Por fin podría hacer todo lo que estuvo anhelando en aquellas noches solitarias en su habitación?
Él esperaba ansioso la respuesta a sus preguntas. Pero se llevo una gran decepción.

Artemisia habia ayudado a su hermana a levantarse, la cual temblaba en sus brazos. Mientras acariciaba sus cabellos murmuró algo que nadie mas que Athanasia alcanzo a escuchar.

Mirando una última vez al emperador, se giró y caminó hacia la entrada del salón, siendo su figura perseguida por los ojos de los caballeros presentes, ganando una mirada a muerte del emperador.

"The Lovely Princess. Capítulo 8: destino distorsionado"

No pude evitar funcionar el ceño ante el recuerdo de aquella novela que leí antes de morir. A todo esto, ¿cómo carajos morí?

Bueno, cambiando de tema, al parecer reencarné como alguien importante en un mundo de fantasía, ya saben; príncipes, princesas, caballeros, etc. Siendo, según las sirvientas que me cuidaban, una "princesa", aunque no sé si una princesa real o solo la princesa de una casa noble.

Lo bueno es que, a diferencia de otras novelas de leí en mi vida pasada, no reencarné en una bebé... no del todo. Según logre investigar (escuchar) pronto cumpliría 2 años, solo faltan unas semanas.

Debo admitir que no me tratan de la mejor manera, pero tampoco es como si me dejaran morir, es soportable, me agrada una de las niñeras en específico. Ella tiene el pelo castaño y unos hermosos ojos celestes, aunque tiene una mirada rara al mirarme, es como una mezcla de tristeza y miedo.

Al parecer, la dueña original de este cuerpo ya ha logrado un par de cosas, suelo escuchar que soy una "genio" a pesar de mi corta edad. No entiendo, ¿los niños aquí no están acostumbrados a aprender a caminar temprano o decir algunas pocas palabras? Bueno, no es como que sepa cómo se desarrollan exactamente las cosas en ésta época, pero bueno.

No necesito que las sirvientas estén tan al pendiente de mí (bueno, no es como si lo estuvieran, en primer lugar) por lo que suelo salir de este tipo de... ¿palacio? a caminar a, lo que supongo, que es el jardín. Es un palacio hermoso, aunque parece estar a punto de derrumbarse. También hay algunas enredaderas en algunas estatuas y columnas, lo cual le da al lugar una sensación de serenidad. Si bien el lugar pudo haber sido hermoso en sus primeros días, me da nostalgia mirar todo esto.

En una de mis escapadas me pude dar cuenta de algo, mientras el lugar en el que estoy parece un palacio romano. Las columnas, las decoraciones, todo (a excepción de las plantas y enredaderas) dan ese aire.

Mi lugar favorito de todos es una especie de jardín "secreto".
Un día, una de las mucamas me empujó (accidentalmente, quiero creer) contra una pared de tan apurada que parecía; supongo que para atender al otro bebé que está en el palacio, por lo que choqué con una de las paredes que están cubiertas con enredaderas, traspasando inmediatamente un hueco que había en ella (gracias a mi pequeño tamaño).

Este tenía trazado un camino, por lo que empecé a caminar hasta llegar al lugar indicado.
Después, de lo que supongo que fueron pocos minutos, llegué a una especie de lago, era bonito, he de admitir, aunque estaba descuidado (al igual que gran parte del palacio), pero supongo que eso le da el atractivo.

Más enredaderas crecían en las columnas de aquel pabellón, el cual tenía una pequeña mata de arbustos rodeándolo.

Lo más curioso es que, a parte de ese pabellón, también había otro, a la orilla del otro lado del lago. Tenía la misma estructura, pero éste estaba mejor cuidado, mucho mejor cuidado.

Es una imagen curiosa, uno irradiaba dinero y elegancia, mientras que el otro te daba una sensación de libertad y tranquilidad. Es como ver las dos caras de una moneda.

Caminé por el pequeño camino que llevaba al pabellón, y al llegar a éste me acerqué a mirar más el lago. Habían muchos peces, peces de muchos colores, al igual que una hermosa flor que parecía estar hecha de diamantes. Si pudiera la hubeira sacado, pero mi estatura no me permitía ni mirar arriba de la cerca.

Desde éste lugar se puede ver un hermoso atardecer, iluminaba cada pequeña estructura de ambos pabellones y su brillo se reflejaban en el lago, una vista impresionante. Es increíble toda la naturaleza que se puede apreciar en esta época.

Decidí quedarme un poco más, después de todo, hoy a Lilian le toca cuidar a la otra bebé, y solo ella solía preocuparse por mí en aquel palacio.

Fui a sentarme debajo de un gran árbol, mirando hacía el pabellón más cercano.

{—Desde el momento en que te conocí mi corazón brillando siempre está}

¿Eh?

{—Mis sentimientos hoy hacen daño y silenciosamente lloro por ti.}

¿Lo estoy imaginando o realmente es la voz de alguien?

{—Tu me trataste con gran frialdad, indiferente siempre hacia mí}

Es una hermosa voz, tan triste, pero curiosamenteme trae una gran nostalgia.

{—Al recordarlo siento dolor y siento que otra vez lloraré}

¿Dónde la escuché antes?

Lenta e inconscientemente comencé a cerrar los ojos, ni siquiera tenían sueño, pero de repente mis parpados pesan demasiado.

{—Mi solitario co...}

No pude más, simplemente me rendí y me dejé llevar por el sueño, cayendo en los brazos de Morfeo.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Parecía que no había pasado ni un minuto cuando volví a abrir los ojos, pero todo al rededor era diferente. El lugar se notaba más cuidado, pero aún no llegaba a la elegancia del otro lado del lago. Otra cosa que llamó mi atención fue una mujer parada en el pabellón, de espaldas a mí.

Con duda empecé a caminar hacia ella y al acercarme pude verla mejor; era hermosa. Su largo pelo negro hacía lucir su piel aun más pálida de lo que era, mientras sus ojos grises eran de otro mundo (eh, bueno. Yo de por sí ya era de otro mundo).

De lo que me di cuenta al observar su cara, es que estaba llorando (aunque realmente no se notaba por su tono de piel casi blanco), mientras miraba hacia el otro pabellón. Con curiosidad fijé mi vista hacia el mismo lugar y pude ver una pareja. Al parecer era una muchacha rubia con ropas reveladoras, mientras que el otro era un chico con el mismo color de color de cabello, pero más dorado, abrazando a aquella chica mientras se alejaban del lugar.

—Mi solitario corazón...

¿No es esa la misma voz que escuché antes de dormirme?

—Estoy tan sola ahora, pobre corazón... -mientras susurraba aquella canción, las lágrimas bajaban con más fuerzas por sus mejillas. -Entre la dicha y el llanto, siempre soñando que algún día podré ser feliz -en ese momento, mostró lo que tenía cubierto entre sus brazos. Era una bebé, supongo que con apenas pocos meses de nacida, porque apenas se notaba su rubio cabello–.

En algún momento dejó de cantar y miró hacia mi dirección, dude al pensar que me podía ver, pero una sombra detrás mío, así que volteé. Era una joven un poco más baja que la otra, con un muy abultado vientre, por lo que supongo que estaría embarazada.

Ella simplemente me traspasó y se acercó a abrazar (como podía) a la señorita del cabello negro, mientras le susurraba algunas palabras que no pude entender.

Ambas comenzaron a caminar por un camino distinto al que vine, por lo que empecé a caminar detrás de ellas.

—Es momento de despertar, Artemisia– comentó la dama de cabellos negros, volteando la cabeza–. No es recomendable que la pequeña dama ande sola por estos lugares–.

En ese momento todo empezó a dar vueltas, lo último que pude escuchar fue la voz de su acompañante.

—¿A quién le hablas, Neri?–

Todo se volvió negro.

• ────── ✾ ────── •


Me levanté de golpe, teniendo como resultado un terrible mareo. Pude notar que aún no era tan tarde, por lo que fui por el camino en el que iban ambas chicas en mi sueño. Pude notar que el camino era mucho más largo que el otro, por lo que decidí dejarlo para otro día.

Corrí como pude hacia la entrada secreta del palacio en el que vivo, agradeciendo que nadie haya notado mi ausencia, pero para estar segura me apuro a llegar a mi habitación.

Yo sabía que no todo me podría salir tan bien. La desgracia me persigue incluso en esa vida.

—¡Princesa! –grita una preocupada y enojada Lilian– ¿Dónde ha estado? ¡Llevo una hora buscándola! Le he dicho muchas veces que no puede salir del palacio, ¿qué pasaría si el emperador...? Olvídelo, solo no vuelva a salir sola–.

Ya aguante 20 años a mis padres en mi anterior vida, ¿ahora tengo que volver a pedir permiso para salir? Es el colmo.
Bueno, aun soy una beba en esta vida, por lo que se entiende.

—Perdóneme, señorita Lilian...

—... La ayudaré a cambiarse, espéreme un momento -habla ya más calmada mientras se aleja de mí-. ¿Por qué pierdo mi tiempo intentando hacer entrar en razón a una niña de dos años? –murmura acercándose al armario y perdiéndose al entrar en éste–.

Ahora que lo pienso, aún no me presenté, ¿verdad? Bueno, soy Eun Ji, o lo era, antes de morir. Hasta donde recuerdo tenía 20 años y estaba en mi segundo año de carrera, sigo sin saber cómo morí, tampoco sé que pasó de los pocos amigos que tenía.

Todo el transcurso de mi vida fue normal hasta que tuve 16 años; todo parecía ir perfecto, hasta creía que dentro de poco lograría tener algun novio. Pero un día cualquiera mi mejor amiga de la infancia, Ji Eun, desapareció misteriosamente. Nadie sabía su paradero; si la secuestraron, si la mataron... Nadie lo sabía, es como si la tierra se la hubiese tragado, ni siquiera indicios de su cuerpo fueron encontrado.

Desde lo que le pasó a Ji Eun mi vida decayendo poco a poco. Cuando pensé que todo lograría mejorar, la vida me dio una bofetada en la cara. A mis 25 años ya no tenía ganas de vivir, ni siquiera sé lo que pasó el último día de mi vida, ni tampoco como logré "morir". Por alguna rara razón mis recuerdos luego de mi cumpleaños número 20 estan borrosos.

En fin, una mierda, si me preguntan.

Creo que todo hubiera sido mejor si Ji Eun nunca hubiera desaparecido, si bien hay cosas que no podría haber evitado, al menos la tendría a mi lado como un soporte emocional y lograría avanzar.

[Cielos, ¿realmente estaba enamorada de Ji Eun, eh? Soy una estúpida por darme cuenta casi una década después]

En fin, no me queda otra cosa más que ver cómo será mi vida en éste lugar... Una parte de mí sigue suplicando a cualquier Dios que exista que me logre reencontrar con Ji Eun, viva o muerta, en otra vida o en ésta. Yo solo quiero ver a Ji Eun una vez más.

Con todos esos pensamientos logré quedarme dormida, a la espera de un nuevo día.

{El amor trae un solitario corazón. Aun mantengo la esperanza de que un día vuelvas y entre tus brazos por fin ser feliz}

La canción tiene la misma melodía que la que escuché, en la tarde, pero la voz suena diferente. Más aguda, más atrayente.

La heredera miró por el rabillo del ojo a los pocos presentes mientras caminaba hacia la gran puerta que daba la salida del Garnet.

Poco se había fijado en el caballero que desde el inicio miró únicamente a ella, estando al tanto de todos sus gestos y acciones.
Aquel caballero de pelo carmesí intentó salir tras ella, pero unas palabras en su mente lo detuvieron.

[—Félix, yo no lo haría si fuera tú]

La voz pertenecía al emperador que estaba a su lado, sentado en el trono, mirándolo de reojo. Él lo sabía, Claude empezaba a dudar de sus intenciones con la princesa mayor, y Félix sentía que eso no le gustaba nada.

Una parte de Félix también lo sabía, Claude no sentía odio hacia su hija mayor. Él sabía que lo que Claude sentía era algo enfermo, pero mientras no le hiciera nada, no intervendrá.

Él aún tenía esperanza en que su amigo cambie... Él sabía que él no hacía eso por propia voluntad, o bueno, no completamente

[Lo lamento, querido amigo. Pero si lo que estoy pensando es correcto, no podré dejar que sigas gobernando].

Pensó el caballero, bloqueando sus pensamientos para que Claude no pueda leerlos, aquel plan sólo lo pondría en marcha si Claude no mostraba signos de mejoría. Él entiende que pueda sentir cariño hacia la princesa Jeanette, pero él jamás serviría a un emperador que hace daño a sus propias hijas. Si llega a matarlas, habría una rebelión.

Porque no importa cuán linda y tierna demuestre ser la princesa Jeanette, no era adecuada para el trono, y todos los nobles sabían eso.

—Todos, largo de aquí –Jim comenzó a ordenar–. Eso te incluye, Félix Robain –dijo por último antes de levantarse de su trono–.

Al oír aquellas ordenes, todos dieron una reverencia.

—Gloria y bendiciones al sol de Obelia –cantaron a coro antes de salir por la gran puerta, seguido de los guardias, que al salir todos los nobles presentes cerraron la puerta, quedando de custodia para que nadie se atreva a interrumpiar Jim.

Claude comenzó a caminar detrás de su trono, removiendo la roja cortina. Sobre la cortina había muchas alfombras que parecían mullidas y tenían muchos cojines que parecían blandos y llenos de algodón.

Ariela Orla¹, ¿cuándo será el día en el que dejes de desafiarme con aquellos ojos tan fríos? En vez de alejarme, solo hace que quiere tenerte cada vez más y más –habla consigo mismo mientras en sus manos permanece la corona que Artemisia había usado el día de su debut–. De todas formas serás mía, y pobre del ser que quiera arrebatarte de mi lado–.

Ariela Orla¹= Valiente princesa dorada.

Bueno, aquí está el capítulo que debí subir hace... ¿dos/ tres semaas?

Perdón por la tardanza, ocurrieron ciertos inconvenientes y la inspiración se me fue de golpe. En ese tiempo logré reunir pequeñas ideas acerca de qué hacer con el futuro de este fanfic, debo admitir que logré acumular muchas... Pero muchas ideas después de que Artemisia haga su debut ¡AHHHHHH! ¿Cuánto falta para eso? Probablemente dos arcos más. Y perdonen por eso, pero necesito desarrollar a los personajes, sus sentimientos, pensamientos y muchas otras cosas de manera lenta, para que ninguna relación sea forzada ni poco sana.

Sé que hay algunas personas a las cuales no les gusta que Claude sea uno de los protagonistas masculinos, por lo que le hizo a Artemisia en la línea de tiempo "original" -que sería Lovely Princess- pero les aseguro que todo tiene un motivo y que por favor no lo odien. Si bien no es lo suficientemente justificado como el por qué mató a Athanasia en la verdadera novela, se puede entender y aceptar un poco.

Y bueno, todas amamos a Claude, no lo podía simplemente dejar de lado y no lo haré, perdón por eso, pero él es esencial para el fanfic.

En el caso de que no les guste Claude, pondré un aviso en cada parte para que lo lean bajo su propio riesgo. Pero enserio, TODO TIENE UNA RAZÓN, no juzguen a los personajes por su personalidad y demás.

Y recuerden, esta sería una dimensión alterna de "The Lovely Princess" (la de éste fanfic), por lo que el Claude de esta línea de tiempo, al igual que todos los demás personajes, serán diferentes a sus originales "yo", ya que las dos princesas obelianas son reencarnadas.

Esto no es LEA (la emperatriz abandonada), gente. Aquí Claude si tiene razones para haber sido así en la primera línea de tiempo, a diferencia de Ruve que no tiene ni el perdón de Dios.

En el caso que quieran recomendar a alguien este fic (ya que vi por Facebook que algunas personitas ya lo hacían 😭❤) recuerden le que vea las etiquetas de esta historia, para que después no anden de que hay algo que no les gusta. También cambié la sinopsis del libro, por si quieren volverlo a leer. Contiene spoiler del futuro arco de la línea de tiempo de The Lovely Princess.

Gracias a todas las personas que están comentando y votando, a las que no también, ya que gracias a los fantasmitas logramos llegar al mil de lectores 💖.

Ya dejaré de molestarle, nos leemos dentro de unos días para la siguiente parte ❤.

Palabras: 3408.

_Lady_-_SPC_

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