Prólogo

Costa de Nueva providencia 1691,

El mar cobraba vida. Las olas rompían en el casco de los buques, mar picada, tormenta, cañonazos… 
En la oscuridad de la tormenta a gran distancia de la costa, lo único que podía verse eran los relámpagos que Neptuno lanzaba sobre su reino, y los rugientes fogonazos de los cañones de dos navíos, abriéndose  fuego ente ellos. 
Uno de los navíos era enorme, onda pabellón español en sus mástiles, era un enorme galeón de guerra, de unas cuatro cubiertas y 98 cañones, unos 49 cañones por banda, velas cuadradas, tres mástiles, y un cargamento de oro, oro valorado en casi catorce millones de doblones de oro españoles, rumbo a Sevilla.
Uno de los barcos del tesoro españoles más importantes de la flota real española, 
L’Arka de Gálata, comandado por el legendario almirante español, Armando de Díaz.
El otro navío era un Jabeque de dos cubiertas, y casco y armazón rojos, velas triangulares de color del vino, sin pabellones, sin banderas, piratas...  El buque tenía 20 cañones por banda, y un mascarón, un mascarón que le hiela la sangre a aquel que lo ve, una arpía de alas negras. La Buse, el Jabeque del capitán Olivie Bones, un desquiciado pirata francés de descendencia Galesa. 

Ambos buques se encontraban en una tormenta devastadora.
El capitán Bones tenía el objetivo de hacerse con el tesoro español del rey Felipe.
Olivie Bones, ¿Qué decir de él? Nació en París, en un año desconocido, poco decir más que nunca compartía su edad con nadie. Bones era uno de los piratas más feroces pero más misteriosos de las Indias Occidentales, se cubría el rostro con un pañuelo rojo para que nadie le viese la cara en alta mar, y nadie le pudiese reconocer cuando éste desembarcaba.
Era alto y muy delgado, pero era un maestro de la esgrima, quien la gente sospechaba de que aprendió su técnica en Francia.

Por otra parte estaba el almirante Armando de Díaz, leal servidor a la corona de Felipe V de España. Nacido en Valencia en el año 1670, 21 años de edad. Una vez corsario para la corona española, ahora de sus mejores almirantes, y el más joven por diferencia. Siempre se le veía con uniforme, y un gran sombrero con tres plumas, dos rojas y una amarilla entre ellas.
Un lobo de mar sin amor por los piratas, siempre llevaba seis pistolas de trabucos encima, dos en el cinturón que le cruzaba el pecho, dos a los lados de las caderas, y dos colgando por detrás de su cinturón. Y por supuesto, una cimitarra española siempre consigo.

Ambos buques crujen bajo la presión de las olas, ninguno de los dos contaba con el barlovento ya que los vientos no eran favorables para ninguno. Disparaban andanada tras andanada, hasta que el La Buse consiguió embestir al L'Arka por babor.
Olivie no tardó nada en enganchar con los garfios de abordaje el armazón del castillo de popa de la nave española, el La Buse debido a las corrientes giró bruscamente y embistió con tal fuerza el timón de L'Arka que este quedó destrozado, haciendo el navío inútil.
Por el impacto el La Buse hacia aguas incontrolablemente, y el jabeque pirata pronto se iría a pique.

Fue muy estúpido por parte del capitán Bone de intentar abordar otro barco en medio de un huracán.

Los piratas del La Buse abordaron el galeón español abriéndose paso a disparos y cuchilladas, los españoles estaban mejor entrenados que los piratas y les superaban en número. Olivie no tardó en encontrar a Armando, y pronto se enfrentaron. La batalla siguió por lo que parecían horas. El Jabeque se hundió en las profundidades arrancando el timón y la mayor parte del castillo de popa y el palo de mesana entero del barco de Armando e inutilizado así el navío. 

La batalla fue feroz, los piratas resistían pero cada vez quedaban menos. La batalla entre los capitanes continuaba, Armando lanzando fuertes y grandes golpes sobre Olivie y este rápidos y furiosos contraataques.
El barco se zarandeaba y sus cubiertas estaban empapadas de las lágrimas de Neptuno haciendo que los marineros resbalen y caigan durante la lucha. Armando buscaba con desesperación a su oficial de cubierta y al divisarlo en el castillo de proa hizo que su lucha con Olivie se moviese hacia ahí.
Cuando se encontró junto a su oficial este le hizo un gesto con la cabeza indicándole algo.
En su mente se preparaba para lo que iba a ocurrir.
Carlos Lorenzo, el oficial de cubierta de L'Arka de Gálata, corría lo más equilibrado posible hacia las cubiertas inferiores abriéndose paso a través de los piratas invasores.

"Si el tesoro está en peligro de ser capturado por manos enemigas enciende la mecha. Los tripulantes están comprometidos. Por la corona y el rey, por el trono y por el imperio, por Dios y por España."

Lorenzo llegó con mucha dificultad hasta la puerta en la bodega que llevaba hasta la Santabárbara justo al lado de donde guardaban el oro. Debido a los piratas y el constante zarandeado del buque le resultó difícil llegar, pero llegó.

"Si el tesoro está en peligro de ser capturado por manos enemigas enciende la mecha" 

Las últimas órdenes de Armando a Carlos tras ver el buque La Buse. Carlos cogió su llavero y buscando la llave de la Santabárbara uno de los piratas se abalanzó sobre él haciendo que las llaves se cayeran al suelo el cual ya llevaba medio pie de agua, solo podía esperar de que la pólvora de dentro estuviese seca. 
El pirata llevaba un hacha en una mano y un alfanje en la otra, la batalla se olía que fuese dura. 
Carlos y el pirata empezaron a luchar, su espada y las armas del pirata colisionaban y soltaban chispas, Carlos logró desarmar el hacha del pirata haciendo que esta se clavase  en la base del mástil de trinquete. 
Carlos tenía mucha experiencia y pasó años perfeccionando su técnica, pero el pirata luchaba suciamente. De un golpe devastador el pirata destrozó la espada de Carlos quebrandola en varios trozos, y haciendo que Carlos cayera al suelo un poco desorientado.
Cuando éste iba a embestir su alfanje en el pecho de Carlos, él decidió jugar sucio también y le disparó en la cabeza desde la parte inferior de la mandíbula hasta la parte superior del cráneo, un tiro limpio.

Carlos se levantó y escupió sobre el cuerpo del pirata diciendo 

"Por el rey y por España, malnacido"

Enseguida trancó la puerta de la bodega para evitar que más piratas entrasen, y prosiguió a buscar la llave de la Santabárbara muy agitadamente.

Sobre él, en el castillo de popa ambos capitanes seguían luchando y tirándose puñas entre ellos mientras todo se sumía en el caos alrededor. Gente moría y el barco se rompía cada vez más.

Armando lograba vencer al pirata. Hasta que le clavó el alfanje en el abdomen y con el pomo de su arma le dio en la nariz rompiendola y haciendo que este se cayese al suelo agotado. Con la punta del alfanje y con cuidado destapó el pañuelo rojo descubriendo su roto y deformado rostro que más parecía un coral viviente que un hombre. 

"Así que esto es lo que causa un disparo en el rostro, me pensaba que solo sería un mito, que lo decíais por ahí capitán para fardar e infligir miedo en sus víctimas. Pues le diré que usted al igual que su tripulación caerá en el olvido para siempre junto a este tesoro" 

le soltó Armando mientras Olivie perdía más y más sangre.

" Ni los reyes, ni los imperios podrán con la confederación, pues no estamos bajo su yugo ni estamos bajo su influencia" 

Dijo Olivie con dificultad mientras tosía sangre.

"Deberíais de tenerlo en cuenta español. Que gran pirata seríais."

Con estas últimas palabras Olivie murió a los pies de Armando, mientras que este le dedicó unas últimas palabras en francés a su rival caído: "Tu as bien combattu, laisse les marées te permettre de te reposer en paix, parmi les morts"
Al acabar se volvió y siguió luchando.

Carlos tardó varios minutos en encontrar la llave buena, pero al hacerlo en seguida logró entrar mientras los piratas intentaban forzar la puerta para abrirla. Ya en la Santabárbara Carlos hizo todo lo posible por encender uno de los barriles de pólvora repitiéndose en la cabeza "enciende la mecha". Consiguio encender una de las mechas mientras los piratas abrieron la puerta al fin y entraron para parar a Carlos. Se acercaron más y más y uno consiguió atravesarle el pecho a Carlos con un puñal, pero éste consiguió tirar la mecha encendida sobre un rastro de pólvora que llevaba hasta uno de los barriles. Asustados, los piratas intentaron huir gritando "abandonen el barco"

Ya era demasiado tarde.

L'Arka de Gálata estalló partiendo la nave en dos, y enviando el tesoro al fondo marino junto al pecio.

Jamás se supo dónde se hundió el L'Arka junto a su enorme botín de oro, ya que no quedaron supervivientes. Excepto uno…

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top