III

Tras volver a la realidad, el abogado hizo la pregunta crucial para ambos… y estos respondieron sin problema, dando el si. Con eso aclarado la pareja prosiguió a besarse, causando que los invitados aplaudieran. Dando por terminada esa parte, poco tiempo después todos fueron hacia la pista donde habían diversas mesas, adornos florales. Sillas, y como no podía faltar el pastel de bodas, siendo este en color blanco con flores rojas, de tres pisos (llevando en la cima a Driger y Galux).
Los novios partieron el pastel, y Rei se encargó de darle un pequeño bocado a su ahora esposa. Ella quiso hacer lo mismo pero se llevó la sorpresa de ver cómo Rei tomaba toda la pieza y se la metía a la boca, provocando las risas de los demás.

—Ay Rei, tú nunca vas a cambiar—mencionó Takao tomándole vídeo a esa escena.
—¡Takao ven! ¡Ya sirvieron la comida!—gritó Daichi.
—¡Ahí voy!—respondió yendo con los demás hacia la mesa que le tocaba.

Todo estaba marchando muy bien, hasta que los novios tuvieron que bailar su primera canción. Algunos como Max y Takao se unieron al baile casi de inmediato, mientras que otros como Yuri y Kai fueron arrastrados para bailar. Poco a poco los demás se fueron soltando, claro que el alcohol dado tenía mucho que ver.

—¿Vamos por pastel?—preguntó Marian al chico mitad japonés.
—Claro, a que llegó antes—refutó Max corriendo a toda velocidad.
—¡Oye espérame!—exclamó la peli azul algo juguetona yendo tras de él.
—Ves amigo, todo salió como querías. Y míralos—indicó Kinomiya apuntando hacia los esposos quienes estaban siendo felicitados por algunos de sus amigos.
—Tienes razón, es solo que, quería que Rei y Mao fueran felices en este día tan importante que, no me di cuenta de lo demás—expresó el castaño rascando levemente su cabeza.
—Pero eso que más da, lo mejor de todo es la comida—soltó Sumeragi (Daichi).
—¡Eres un glotón!.
—¡Mira quien lo dice!.
—Ustedes dos si que son el colmo—dijo Kai cruzando sus brazos, ahora más que nunca se lamentaba de que les tocará compartir mesa.

De repente diversas chicas comenzaron a correr para formar un círculo. Ya que había llegado el momento de hacer el clásico “atrapar el ramo”, pero entre todas Ayaka no participaría. A ella no le gustan esa clase de cosas, por lo que tomó asiento mientras le daba un pequeño sorbo a la copa de champagne que estaba en su mesa. Si más la peli rosa se dio la vuelta, contó hasta tres y arrojó el ramo. Todas alzaron las manos para alcanzarlo, pero lamentablemente Mao lo había arrojado con tanta fuerza que terminó cayendo sobre las piernas de alguien más, para su sorpresa.

—¡¿Qué?!.
—Felicidades Ayaka—indicó Takao apareciendo detrás de ella—no te olvides de invitarnos a tu boda.
—Oh claro que no podrías faltar tú—mencionó Regina con burla.
—¿Por qué lo dices?.
—Pues porque…
—¡Ya basta!—exclamó la peli gris levantándose de su asiento.
—Bueno, esto se está haciendo aburrido. Mejor voy a molestar a Kai un rato—dijo Hase para salir de allí.

Mientras la fiesta continuaba durante un baile improvisado, hizo que todos cambiarán de la pareja que tenían. Dando como resultado que los novios volvieran a estar juntos, Rei y Mao sonrieron, después de todo el destino siempre se encargaba que de algún modo ellos siempre estuvieran así.

—Aún no puedo creer que sea tu esposo, todo esto me parece como un sueño. pero no, es una realidad que me encanta haber podido realizar—indicó el peli negro pegándola más hacia él.
—Te lo dije antes y te lo repetiré, te amo. prometo siempre hacerte feliz, prometo que pase lo que pase nunca voy a abandonarte, quiero estar contigo en las buenas y en las malas tú mismo lo dijiste somos un equipo y debemos actuar como tal—respondió la peli rosa cerrando sus ojos dejándose llevar por el movimiento de sus pasos.
—Oye gatita, me siento cansado. Creo que ya es un buen momento para que nos vayamos a casa—le susurró haciendo que las mejillas de la chica fueran del color de su cabello. Ya que en ese instante recordó lo que Julia le había dicho sobre lo que vendría después.

Flashback.

—¿de qué hablas?.
—Obviamente me refiero a la luna de miel, ya sabes esa situación cuando podrás comerte a Rei completito sin sentir remordimiento—explicó la peli naranja buscando algo dentro de su bolsa.
—¡¿Estas loca?!, Rei-kun y yo jamás haríamos algo como eso—refutó totalmente avergonzada.
—Claro que tiene que pasar, o ¿acaso prefieres que Rei vaya hacia los brazos de otra chica y la haga suya?—soltó Fernández sacando de su bolsa un conjunto de ropa interior de encaje negro.—esta es el arma secreta para que cuando llegué, él también se lleve una sorpresa.
—¡Julia!, ¡eso es muy vergonzoso!—exclamó roja de la pena.—Rei-kun es muy importante para mí, no sé cuando será el día que eso pase. Me he conservado virgen para él, es por ello que hablar de estos temas no es tan sencillo como parece.
—Eso es muy tierno de tu parte, pero tienes que ser realista. Cosas como esas tarde o temprano ocurrirán, tampoco tienes que acostarte con el primer sujeto que se te ponga al frente pero, nunca vas a saber lo que es vivir esa experiencia si nunca te arriesgas a probarla—soltó Julia de manera directa.

Las palabras de su amiga eran ciertas, era normal sentir miedo pero ella misma lo había decidido al querer casarse con él. Tomando una buena bocanada de aire la peli rosa tomó el conjunto y lo guardó entre sus cosas, ya lo usaría después… por ahora tenía que prepararse mentalmente para el encuentro.

Fin del flashback.

—E-esta bien, pero exactamente ¿A dónde iremos?—dudó nerviosa.
—Bueno quería darte la sorpresa, hace poco tiempo logre comprar un pequeño apartamento en la ciudad. Así que estaremos ahí hasta que encontremos un sitio más acorde a nuestras necesidades—aclaró Kon tomando su mano para así, ambos comenzar a salir sin ser vistos por los demás.
—A-aguarda, ¿no vamos a despedirnos?.
—Jejeje claro que no gatita. Descubrí que en estos casos los novios suelen escaparse de su boda—explicó llegando a una motocicleta negra con rojo—y eso es exactamente lo que haremos tú y yo.

Sin más la pareja subió, y se fueron con rumbo a su nuevo hogar. Terminaron llegando a un complejo de apartamentos en color café oscuro con blanco, subieron por el ascensor, hasta terminar en el cuarto piso. Al abrir la puerta por dentro se encontraba una sala, un comedor para cuatro personas. Una cocina pequeña y más al fondo estaba la habitación donde ambos tendrían que dormir, fue ahí que Mao fue consiente del porque tenía tanto miedo antes, causando que comenzará a tener un pequeño temblor.

—Hoy sin dudas fue un gran día—comentó Rei soltando la trenza de su cabello—tomaré un baño y me iré a la cama, ¿y tú?.
—¡Ah, yo! Pues, supongo que también haré lo mismo—dijo tratando de sonar tranquila.
—Genial, nuestra ropa esta por aquí. Sígueme—indicó el oji dorado ingresando a la habitación, en la cual solo había una cama, una mesa de noche, un clóset y otra puerta, en la cual estaba el baño.

Mao salió hacia la sala tratando de controlar su respiración, cerró los ojos y miles de imágenes pasaron por su mente. Rei cubierto únicamente por una toalla, su largo cabello húmedo pegado a su piel mojada. Sus músculos a flor de piel dándole un deleite único, Rei subiéndose encima de ella, besando sus labios, probando su piel… conociendo cada rincón prohibido.

—¡¡Kyaaaa!! ¡No debo pensar así! ¡Soy una pervertida!—pensó ella dando un salto, con sus manos en sus mejillas mientras que su rostro estaba a nada de explotar.

Sin más la chica se fue a la habitación para resolver ese problema, pero se topó con una imagen sumamente tierna para ella. Rei estaba acostado con su pijama puesto, durmiendo plácidamente, dándose el lujo de roncar un poco. Además de que su largo cabello estaba suelto por toda la almohada, después de todo dijo la verdad, si que estaba cansado. La oji dorado sonriendo se acercó a él para darle un pequeño beso en la frente y susurrar:

—Descansa Rei-kun, te lo has ganado—dicho eso ella tomó una toalla para ingresar al baño, también quería sentirse cómoda luego de ese apretado día.

Continuará.

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