I
Ansiosa la chica de cabellos rosa, jugaba con sus dedos tratando en vano de calmar sus nervios. Ese era su sueño de toda la vida, pero ahora que lo estaba viviendo era muy difícil de sostener. Mao Chen quien ese día pasaría a ser “de Kon”, estaba recibiendo los últimos toques en su cabello gracias a la intervención de Julia y Emily.
—Te ves hermosa, ahora entiendo totalmente a Rei—mencionó la chica de ojos gris azulado, sonriendo levemente.
—V-vamos, no digas eso—dijo Mao sin poder ocultar sus nervios.
—Pero es la verdad—intervino Fernández—toda mujer es hermosa, y Rei tiene mucha suerte de tenerte a su lado. Nunca tienes que olvidar eso—refutó colocando una mano en su pecho.
—Chicas en verdad agradezco sus palabras, pero creo que se me está haciendo tarde—indicó Chen colocándose en pie, para esa ocasión utiliza un largo vestido rojo donde apenas se ven sus pies. Un saco rojo cubierto de bordados dorados inspirados en pavo reales, una pulsera dorada en su muñeca derecha, y una tiara dorada con diversas flores del mismo color (llevando su cabello recogido en una bolita). Lleva en sus párpados color rojo, sus pestañas levantadas, un poco de rubor además de que sus labios poseían un tenue color rojo.
—Muy bien su alteza, andando, su príncipe le está esperando—dijo Emily entregándole un pequeño ramo de rosas blancas con rojo, sujetadas con un listón dorado.
—Si, y nuevamente gracias por su ayuda—sollozo Mao con algunas lágrimas asomándose por sus ojos.
—¡Oh, sin llanto!—soltó Julia rápidamente—se te correrá el maquillaje, además hoy es tu gran día. Trata de disfrutarlo al máximo—le alentó ayudándola a salir de la habitación.
Una vez las tres chicas salieron, por afuera les estaba esperando un auto, el cual sería conducido por Rai. Quien se acercó hacia su hermana menor para decirle:
—Nunca pensé que este día llegaría tan pronto, te ves increíble vestida así—indicó tomando sus manos—ya que no tenemos padre que te entregué, permíteme hacerlo yo. Cuando eras una niña, siempre te estaba cuidando de lo malo. Pero nunca quise aceptar que podías arreglártelas tu sola, Rei también supo como ganarse mi confianza y ahora que ambos están a punto de dar un gran paso, me siento tan orgulloso de ti.
—Hermano, el que tú me digas eso, me, me hace muy feliz—indicó ella tratando de no llorar—prometo ser una buena esposa, y te prometo que Rei-kun siempre será bueno conmigo, ya verás.
—Pues eso tendrá que decírmelo él—bufó algo molesto, causando una risa en la peli rosa—por ahora vamos, se te hará tarde.
Sin más los cuatro ingresaron, mientras que por otro lado. Kon seguía durmiendo muy cómodamente en su cama, por la puerta y de golpe aparecieron Max y Takao apresurados, notando sorprendidos como el peli negro dormía de lo más tranquilo, hasta parecía que le importaba poco que ese día era su boda.
—¡Rei! ¡Ponte de pie!, ¡ya es muy tarde!—gritó Kinomiya jalándolo del brazo—¡tu boda es en veinte minutos!.
—¡¿Qué?!—gritó el oji dorado dando un salto, quedando de pie frente a su cama.—¡imposible!, mi alarma no sonó—indicó buscando una toalla.
—*it doesn’t matter,—dijo Mizuhara alzando los brazos—date prisa, buscaré tu ropa y recuerda que debes arreglarte todo ese cabello.
—Tienes suerte que nosotros hayamos venido—mencionó Takao quien en esa ocasión viste un hanfu siendo la parte de arriba azul oscuro con estampado de dragones blancos. Una cinta negra, la parte baja color beige y zapatos bajos café.
—Bueno, en eso tienes razón—siguió Max (quien estaba vestido igual que su amigo),—es la primera vez que soy padrino en una boda.
—Deberías acostumbrarte—habló Rei dentro del baño—en una de esas nos toca con Takao.
—¡Ja!, yo todavía no pienso en casarme—refutó el peli azul haciendo un puchero.
—¡Listo!—indicó Rei con solo una toalla cubriendo su cintura, y su cabello goteando detrás suyo.—¿Dónde esta mi ropa?.
—Aquí, pero deberías calmarte un poco—mencionó Mizuhara pasándole otra toalla.
Rei terminó por colocarse su hanfu siendo este en color rojo, con bordado de dragones en color dorado. Siendo algo largo llegándole a las rodillas, la parte baja es en color negro, zapatos blancos y su cabello (gracias a Max) fue recogido en una gran trenza francés decorada en la punta con un broche dorado en forma de hoja.
—¿Cómo me veo?.
—Honestamente te ves bien,—indicó Takao—pero es hora de irnos, nos queda menos de diez minutos.
—¡Andando!—gritó Kon saliendo primero que los demás.
Flashback.
Tanto él como Mao habían crecido juntos, nada parecía ir mal. Hasta que Rei decidió irse para buscar su propio camino. Ella no lo tomó muy bien, ya que las cosas no se habían aclarado del todo, sin embargo luego de su enfrentamiento ambos habían resuelto sus diferencias. Así siguieron pasando los años y su amistad se fortalecía con el tiempo, pero fue durante ese mismo lapso que Rei fue consiente de sus sentimientos por Mao… ya no era más esa tierna niña que llena de ilusión le pedía que le entrenara.
—Me gustas—soltó el peli negro sintiendo sus mejillas arder,—y ahora que lo sabes me gustaría saber si ¿quisieras salir conmigo?.
—¡Si! ¡Si Rei-kun!—gritó Chen más que feliz abrazando al oji dorado—no puedo creer lo que me dijiste, porque tú siempre me has gustado desde hace mucho tiempo.
—Oh no, ¿fui un tonto verdad?—susurró correspondiendo al abrazo.
—Jejeje si, pero no importa. Aun así te quiero—respondió la chica sonriendo muy feliz.
Cuando Rai se enteró de esto, su respuesta no fue como ellos lo hubieran imaginado.
—No puede ser cierto—dijo el peli negro enojado—¿acaso es una broma?.
—¡Para nada!, Rei-kun y yo nos queremos—refutó Mao colocándose a la defensiva.
—Rai, si no crees en lo que te decimos te reto a que me pongas a prueba. Solo así veras que lo que siento por tu hermana es verdad—dijo firmemente Kon sacando su bey.
—Esta bien, demuéstrame de lo que eres capaz ahora—mencionó Chen también sacando su bey.
—Esto es ridículo—dijo Gao preocupado—Rai tú mejor que nadie sabe los sentimientos que Mao ha sentido por Rei desde siempre, ¡no es justo que lo pongas a prueba!—alegó el grandulón.
—¡Silencio! ¡Yo sé lo que hago!—respondió serio—anda Rei, demuestra que tanto influye Mao en ti.
—Ya verás—susurró el oji dorado listo para disparar.
—¡¡Go shoot!!—gritaron los dos dejando ir a sus beys.
—¡Vamos Driger!.
—¡Adelante Galeón!.
Los golpes se hicieron cada vez más intensos, ninguno quería dar su brazo a torcer. Kiki apareció sorprendiéndose al ver la magnitud del evento, tras un pequeño descuido Galeón hizo que Driger dejara de girar haciendo que Rai ganará un punto (aquí el sistema Burst ya existe).
—¿Eso es todo?, pensé que después de este tiempo fuera de casa habías mejorado, pero veo que no.—mencionó Chen con algo de burla—no es personal pero, creo que Mao merece a un hombre fuerte, uno que si pueda defenderla.
—¡No!—gritó ella haciendo que ambos peli negros dirigieran su vista hacia ella—yo puedo defenderme sola, pero Rei-kun es el indicado para mi. ¡No debes dudar!—indicó ahora dirigiéndose a él—¡Recuerda que te quiero! ¡Y si sientes lo mismo por mi, sé que puedes ganar!.
—Mao—susurró Rai sorprendido.
—Ella tiene razón—pensó Rei cerrando sus ojos, haciendo que un fuerte reflejo verde apareciera en su frente,—jamás me he dado por vencido, y más si mi querida Mao esta de por medio. ¡No voy a perder!.
Sin querer cuando volvió a disparar, esta vez diversos relámpagos comenzaron a salir impactando a Galeón quien no tuvo tiempo de buscar la defensiva. Explotando en el proceso, todo esto mientras los demás observaban sorprendidos y Rei caía de rodillas al suelo, a lo que Mao corrió a su auxilio.
—¿Estás bien?.
—S-si, es solo que, hace mucho que Driger y yo teníamos una conexión así de fuerte—explicó Rei un poco agitado.
—Me alegro—susurró Mao dándole un pequeño beso en la mejilla, haciendo sonrojar al peli negro largo.
—Lo admito, tú ganas. Supongo que después de todo no puedo hacer nada cuando me han dejado más que claro que si hay algo especial entre ustedes—confesó Rai tomando su bey armándolo—así que si, aceptó su relación.
—¡Hermano!—exclamó Mao yendo con él para sujetar sus manos,—agradezco que lo entiendas. No sabes lo contenta que estoy de que ahora las cosas sean más claras entre nosotros.
—Si, pero no te acostumbres. Y Rei—mencionó alejándose de la peli rosa—más te vale no herirla, o esta vez serán mis puños los que hablen por mi.
—Descuida, eso nunca pasará—mencionó ya de pie.—Mao-chan es muy importante para mí, y te mostraré con hechos de que ella estará bien.
—¡Rei-kun!—dijo feliz lanzándose a sus brazos, siendo aceptada.
—Awww que lindos son—mencionó Kiki con burla.
—No para mi—soltó Rai dándose la vuelta para irse. La pareja ni siquiera lo notó, pero Rai estaba muy molesto al respecto, pero el único que si se percató de esto fue Gao.
—Solo espero que no hagas algo de lo que te puedas arrepentir, Rai—pensó el oji lila con un semblante preocupado.
Fin del flashback.
Continuará.
*Da igual.
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