Cap.5

-Es imposible que le venzas, el gato jamás vencerá al ratón. Vivirás encerrado el resto de tu vida, como mereces. Como ha pasado con todos los gatos, como ha sido siempre...

-¡N.no!- Gritó Tohru entrando a la habitación con los ojos llorosos- Tiene que haber otra solución. K.kio no es como tú dices, el no se merece vivir encerrado...

-¡Callate!- Me gritó Akito- ¡Tu no lo entiendes! Él es un moustruo, ya es hora de que lo sepas. Agh... Ya es hora de que lo abandones como hacen todos.
-miró a Kio con asco y en un rápido movimiento le arrancó la pulsera de su brazo, revelando la segunda forma del gato-


-¿Lo ves...? Ya no es necesario que sigas fingiendo amor por un monstruo.- Murmuró Akito con cierto toque de diversión en su voz.

Pov. Kio

Me vio... Ella me vio, ha visto mi otra forma. N.no... Porque ella, otra vez no... Todo se vuelve a desmoronar.

Sin pensarlo más salí corriendo de allí, imágenes de mi madre venían a mi cabeza. Desde sus mentiras a su muerte...
Decías que no me tenías miedo mama, ¿pero entonces porque revisabas a cada momento que llevase puesto el brazalete?
T.tan solo quería la verdad... Y.yo también estoy asustado mama, solo quería que me lo dijeras, poder apoyarme en ti y llorar a tu lado.
L.lo siento, por mi culpa estas muerta, no pudiste soportar más dolor y todo porque tu hijo nació siendo el gato.

Cuando estaba suficientemente lejos me deje caer al suelo... Quería morirme.

Pov. Tohru

¿Q.que acababa de pasar?
Kio... Esa cosa era Kio, el chico al que amaba en secreto.

Todo su dolor... ¿Se debía a esto? No solo la maldición, no sólo su encierro, no sólo todo el odio que recibía de su familia. Kio tenía una segunda forma...


El cielo estaba muy gris aquel día, tan gris que daba pena mirarlo. Lloraba. El cielo lloraba y yo también. En mi caso, yo lloraba por ti. Avancé tambaleante a través del bosque mientras recordaba mi infancia, mi desastrosa infancia, en la que yo no era una fruta más del cesto si no que era una bola de arroz pero... Cuando te conocí... Pensé que no importaba que yo fuese diferente porque tú me hacías sentir como si fuese especial. Tus ojos rojos me sacaron sonrisas sinceras que llevaban mucho tiempo guardadandolas en mi corazón pero ahora... Te tengo miedo... Mucho miedo.

Kyo o lo que antes había sido Kyo levantó la cabeza al escuchar que alguien llegaba al lugar, se levantó y vio a Tohru. Aquella chica que vivía con ellos desde que Yuki la había encontrado viviendo en el bosque en una tienda de campaña. Tohru se dejó caer de rodillas a una distancia prudente sin saber qué hacer para parar aquello. Cerró los ojos y se sintió indefensa y desprotegida, intentó recordar a Kyo, a su Kyo, tal y como el era pero no podía.

Sintió una garra rodeándole el cuello, apretando fuerte y que le hizo alzar la cabeza. Se encontró con una gran hilera de dientes amenazantes, unos grandes ojos inexpresivos y horrendos, piel oscura y marrón...

¿Dónde estaba el cabello anaranjado? ¿Y su sonrisa de suficiencia? ¿Y sus maravillosos ojos rojos?¿Y el cariño que había visto en su mirada?

Tohru abrió la boca para hablar pero no podía, Kyo estaba apretando con demasiada fuerza su garganta.

-K... - El monstruo la lanzó lejos. - Kyo... - Sollozó ya en el suelo.

-Kyo... - Tohru se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban. -Te tengo miedo...

El monstruo abrió los ojos de par en par como si aquellas palabras le hubiesen revelado una gran verdad. Yuki y Tohru le vieron echar a correr y empezar a golpear un árbol hasta el punto de herirse. Tohru se le adelantó y rodeó la cintura del ser con los brazos.

-¡PARA! ¡Vas a matarte!¡Kyo! Basta... - Pidió entre sollozos. Se movió y le cogió del brazo antes de que volviese a golpear el árbol.

-Te tengo miedo. - El monstruo paró. ¿De verdad aquellas palabras le estaban haciendo detenerse? -Estoy asustada, muy asustada pero... yo no quiero separarme de ti... ¡Yo quiero seguir viviendo con vosotros! ¡Quiero estar contigo, Kyo!- La joven calló intentando que la voz no se le quebrase. Se levantó y le susurró al oído -Te quiero... - El monstruo apoyó la frente contra el árbol. La joven lo observó.

El monstruo dejó de serlo y tomó forma humana...

Un humano que se dejó caer en brazos de una chica...

Kyo alzó la vista y se encontró con los ojos llorosos de Tohru. La chica lo abrazó con ganas mientras lo ayudaba a incorporarse y apoyar la espalda en el árbol. Era un abrazo frío y hostil, solo apoyando su cabeza en el cuello del otro, la maldicion... No les permitía abrazarse como necesitaban en esos momentos.

-Tohru... - Kyo le acarició el pelo mientras la abrazaba. - Tú... me has dicho la única cosa que siempre quise escuchar de mi madre. Mi madre me decía que me quería pero nunca me dijo que también me tenía miedo, yo quería compartirlo con ella... Te quiero mucho, Tohru. - una lágrima cayó por la mejilla del joven mientras empezaba a perder la consciencia.

-Kyo... - Tohru ocultó el rostro en su hombro, el chico dejó caer la cabeza sobre la de ella con un suspiro.

...

Kyo despertó en su habitación y se levantó apresuradamente a pesar de que le dolía todo el cuerpo. Sin embargo, antes de salir reparó en su ropa manchada de sangre que estaba en un rincón de la habitación. La miró con horror. Tohru...

Salió corriendo de su habitación, con la fuerza de un huracán... Pero la fuerza se le acabó al llegar al salón y ver a Shigure hablando con ella mientras curaban el de Tohru.

-Buenos días... - Dijo Shigure con una sonrisa la mar de animado. Kyo se dejó caer de rodillas y Tohru acudió a su lado.

-¿Estás bien? - Preguntó ella muy preocupada. El chico la observó con atención para cerciorarse de que tan grave fuese su herida.

-¿No estás herida? - La joven negó con la cabeza.

-Kyo el que está herido eres tú... - El joven reparó en sus propios vendajes y suspiró lleno de alivio.-T.Tohru... Tu hombro - Kyo miró a La chica, y ésta le sonrió.

-¿Te lo hice yo?

-Sí, pero ya estoy mejor. No te preocupes. - Tohru sonrió y ayudó a Kyo a levantarse. Lo empujó fuera del salón y lo acompañó al jardín para que le diera un poco el aire fresco y el sol. La chica lo miró y rodeó su cintura con los brazos mientras apoyaba la cabeza en su pecho. No pasaron ni dos segundos cuando Kio ya estaba en su forma de gato.

-Lo siento...-susurró ella- Lo necesitaba.

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