Ciel POV

La niña estúpida me arrastró por Londres hasta que entramos a un bar -¡¿Que piensas hacer!?- Ella me miro de reojo con una sonrisa maliciosa
-Ya veras~- Me guiño un ojo y apenas entramos ella se sento SOBRE (no en) la barra y se recosto en una pose bastante provocativa
-¿Que esta tratando de hacer?- Susurre molesto, ¿piensa exponer su cuerpo para ganas dinero?
-Caballeros, les ruego que me escuchen~- Dijo ella, aunque todos la miraban desde antes, y sus miradas no eran para nada confiable.  -Quiero jugar un juego- De pronto comenzo a desaprovechar los botones superiores de su vestidos y metió su mano derecha entre sus pechos "¡¿Por que tengo que ver esto?!" Desvíe la mirada por un segundo, pero queria saber que se traía entre manos. De pronto saco una baraja de cartas. -Vamos a apostar, ¿les parece? Ustedes apuesten dinero, y yo apostare mi ropa- "Ya entiendo..." Y ya tenía millones de hombres queriendo jugar.

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Caminábamos por las transitadas calles de Londres con los bolsillos llenos de dinero a mas no poder -¿Que te parece si paramos a almorzar algo entre lo que los dos mayordomos vuelven?- Pregunto ella con una gran sonrisa.
-Como quieras- Realidad: tenía hambre.

Caminamos hasta encontrar un restaurante. Nos sentamos en una mesa y al poco tiempo nos atendió un hombre -¿Que desean comer los hermanos? - Lo mire extrañado "¿Hermanos? ¿Parecemos hermanos?" Aunque es la relación mas normal que tendrían dos personas de nuestra edad. Mire a Ashley, esta sonrió bastante "¿Eh?"
-¿Que te gustaría comer Ciel?- Su tono de voz se había vuelto demasiado dulce "¿Que rayos le pasa?"
-Cualquier cosa me da igual- Respondí mirando la ventana, aunque de pronto algo me llamo la atención, una mujer paso veloz por la ventana. "Una blanca figura" Me acerqué a la ventana y ya había desaparecido
-¿Te parece bien Ciel?- Al parecer ella había ordenado algo, pero nisiquiera escuché que era.
-Si- Tampoco tenía ganas de pensar mucho en que comeriamos.
-Ya se los traigo- El hombre se alejo y Ashley me miro con aquella sonrisa
-¿No crees que podríamos ser hermanos?- La mire extrañado, ¿ella quería que parezcamos hermanos?
-No seas tonta, no nos parecemos en nada- ¿Como alguien de cabello y ojos azules iba a ser hermano de una chica de cabello negro y ojos rosas? Que estúpido...
-Ohh... Pero ese hombre dijo...- La interrumpi antes de que continuará.
-No me importa- De pronto su rostro pareció entristecer.

Nos quedamos en silencio un buen tiempo hasta que llegaron con la comida. Como era de esperarse, ella ataco el plato sin piedad, pidiendo repetir antes de que yo pudiera acabar la mitad.

Un rato después los dos mayordomos aparecieron con un maletín donde seguramente estaba el dinero. -Ya lo tenemos- Dijo el mayardomo de la niña.  Limpié mi boca con la servilleta.
-¿Por que tardaron tanto?- Pregunté.
-Porque no sabíamos donde estaban- Dijo Sebastian.
-¿Ya reservaron la habitación?- Pregunto la demonio.
-Si, deberíamos volver a desempacar- La pelinegra se levanto de la mesa casi tirando todo.
-Vamos entonces- Dejo el dinero que gano de las apuestas y salió corriendo tomando el brazo de su mayordomo. Sebastian se acercó y miro el dinero
-Parece que lo hizo bastante bien- Lo mire extrañado
-¿Por que le diste a ella el dinero? Sabías que lo olvidaría, ¿no es asi?- Sebastian sonrió
-Por supuesto que si, solo quería probarla- Río un poco, yo me levanté de la silla
-¿Probarla?- Sebastian asintió
-Quería verificar cual debía ser mi nivel de preocupación si usted se encuentra solo con ella sin mi presencia.- "Asi que es eso..." Mire los ojos de mi mayordomo e instantáneamente mis ojos bajaron a sus labios. "Estúpido demonio" Ahora por su culpa quería sus labios sobre los mios, pero en este lugar sería imposible.  Mordi inconscientemente mi labio inferior, pero el tomo mi barbilla y tiro de ella para que no lo haga -Joven amo, ese gestó no es muy apropiado- Sonrió con picardía, el me conocía demasiado bien.
-Callate- desvíe la mirada y camine delante tratando de parecer indiferente -Deberías probarla por su habilidad para luchar, no para ganar dinero- Dije sin mirarlo.
-Estaba probando su inteligencia, joven amo-