4) ¿Reapareció?

-Esto es una estupidez- Suspire con pesadez y mire a Sebastian de reojo.

-En cualquier caso, si ella volviera a aparecer, no tendríamos necesidad de seguir fingiendo que la buscamos- ¿Realmente estábamos fingiendo que la buscamos? Ella no me importaba. Me daba lo mismo su existencia. Solo se había metido en mi vida con una amenaza... Pero no había estado tan mal... Las cosas no habían sido tan malas... Quizás si ella nunca se hubiera entrometido, las cosas hoy no serian de esta forma, y supongo que debería... ¿Agradecerle? Pero esta muerta, así que no puedo hacerlo, no puedes agradecerles a los muertos, no van a escucharte.

La campana de la escuela sonó y vimos desde la calle como comenzaban a salir los estudiantes con el uniforme de la escuela. -Supongo que hay que asegurarnos que realmente no esta aquí...- Y por el momento, ninguna de las chicas se parecía siquiera un poco a ella.

-Me alegra que tengamos que buscar a una chica- Aquel comentario del estúpido de Sebastian hizo que me volteara a verlo sin comprender por que él diría algo así -De esa forma, no estará mirando chicos- Me sonrió con burla.

-¡No seas idiota! ¡No me gustan los chicos!- Le grite, pero el solo soltó una risa

-¿Entonces por eso yo le atraigo? ¿Porque soy un adulto?-

-Eres un estúpido pedofilo, ese es el problema.-

-Y tu eres un ninfomano, Ciel- Desvié la mirada con la intención que no notara mis mejillas sonrojadas.

-Mira quien habla... El demonio lujurioso...- Me cruce de brazos y el solo rió un poco mas fuerte

-¿No hemos tenido esta conversación antes?- Pregunto con obvio sarcasmo, pues la respuesta era demasiado obvia para nosotros

-Muchísimas veces, pedofilo-

-Ninfomano-

-Pedofilo Y ninfomano, ambas cosas.- Su rostro se transformo en una falsa mueca intentando aparentar estar ofendido

-¿Ambas?-

-Si, ambas.- Suspiro y ahora volvió a sonreír con burla.

-Entonces eres un enano ninfomano que esta con alguien de mi edad porque lo hace sentir mas... Lleno.- Eso DEFINITIVAMENTE había sido demasiado, y no pude contener mi ira y le di un golpe en el brazo... Y luego otro... Y otro... Porque parecía no sentirlos, pero se que en el fondo estaba agonizando del dolor por mis golpes... Bueno, quizás no, pero el pensar en eso me animaba

-¡No soy un enano ninfomano! ¡Y no estoy contigo por tu gran...!- Pero antes de que pudiera terminar mi quizás desubicada frase, el me cubrió la boca... Quizás estaba gritando demasiado fuerte y había varias personas mirándonos de mala manera... Solo quizás.

-Cálmese, solo estaba bromeando- Ahora se veía molesto. Dejo escapar un suspiro y soltó mi boca -Deberías estar atento para ver si la chica aparece.- Realmente dudaba que ella fuera a aparecer, pero preferí hacerle caso. 


Por el momento, ninguna de las chicas que salían de la institución se parecía a quien estábamos buscando. -¿Sabia que ahora podemos casarnos incluso en Texas?- "Sebastian... ¿Por que tienes que ser tan idiota?"

-No empieces con esas estupideces.- Pero el ni siquiera me presto atención.

-Antes había carteles que decían que si eras homosexual ibas al infierno en muchos lugares, pero ahora el matrimonio igualitario es legal en todos los estados de Estados Unidos.-

-Esa información ya es vieja.-

-Pero no quita que podamos casarnos-

-¿Y eso por que me importaría?-

-...¿No sabes detectar cuando estoy tirándote una indirecta? ¿Tengo que escribir un cartel que diga "Casémonos" y pegarmelo en la frente?- Me miro indignado, mientras que yo no hice mas que suspirar

-Sebastian, supéralo... No vamos a casarnos.-

-¿No me ama lo suficiente como para casarse conmigo?-

-No empieces con tus estupideces... Si no te amara, no hubiera pasado contigo tantos años.-

-Quizás era por mi gran...-

-¡Sebastian!- Lo interrumpí antes de que siguiera. "Maldito demonio idiota"

-Entonces casémonos, vas a usar un vestido blanco y...-

-¡Definitivamente no!-

-Y nos vamos a ir de luna de miel a París...-

-Sebastian... NO-

-Y vamos a adoptar hijos.-

-¿¡Q-QUE!?-

-Un nene y una nena, el nene se va a llamar Rodolfo y la nena Rigoberta-

-¡Serias un padre terrible! ¡Ni siquiera puedes pensar nombres decentes!-

-Ohh, olvide que usted era el amo de los nombres... Sebastian Michaelis es un nombre TAN original...-

-¡Es muchísimo mejor que Rodolfo y Rigoberta!-

-¡Era el nombre de su perro!-

-¡No le pondría ni Rodolfo ni Rigoberta a un animal!-

-¡Rodolfo se llama el reno de Santa!-

-¡Santa no existe!- Y unos segundos después de haber gritado eso, note como varios niños pequeños comenzaron a llorar preguntándole a sus padres si estaba diciendo la verdad... Y sus padres me miraban con tanto odio que no estaba seguro de que hacer -Y-Yo... Lo que quise decir fue que...- Pero realmente no se me ocurrió absolutamente nada, y lo único que me quedo por hacer fue cerrar la boca o todo iba a ser peor.

-Si yo seria un desastre como padre, tu serias un desastre como madre.- "¿¡Como puede ser que sigue hablando de esto!?" -No sabe cocinar, planchar, lavar, barrer, ni muestra afecto hacia los demás.-

-Es por eso que TU serias la madre y yo el padre.- Sonreí orgulloso, pero después me di cuenta de lo que había dicho -¡Pero no nos vamos a casar! ¡No vamos a ir de luna de miel! ¡Y mucho menos vamos a adoptar hijos! ...Y no te dejare ponerle esos nombres a absolutamente NADA.- Y supuse que eso seria suficiente como para terminar con una conversación tan malditamente estúpida como la que estábamos teniendo en ese preciso instante.

-Definitivamente ustedes son la pareja homosexual mas rara y adorable que vi en mi vida- 

"Esa voz..."

Sonreía de oreja a oreja y nos miraba a ambos con sus ojos grandes y rosados. Su cabello negro llegaba hasta la cintura y lo traía suelto y ligeramente despeinado. Varios piercing diferentes en una de sus orejas, la corbata desajustada y mal puesta, el blazer desabrochado y la camisa fuera de la falda. Uñas negras. Traía un maletín negro sobre su hombro mientras esperaba algún tipo de respuesta a su comentario, pero realmente tanto yo como Sebastian no podríamos creer lo que estaba frente a nuestros ojos.

-¿A-Ashley?- Su mirada destellante cambio a una extrañada.

-...¿Nos conocemos? ¿Por  que sabes mi nombre?- Miró a Sebastian y luego volvió a mirarme a mi, pero estaba seguro de que Sebastian no iba a esforzarse en ayudarme aunque fuera un poco.

-Si, bueno, no exactamente...- ¿Como le explicas a una adolescente que en otra vida fue un demonio? No es algo simple.

-¡Te pedí que me esperaras!- Y esa voz... También me resultaba muy familiar.

Corría hacia nosotros, en realidad, hacia la pelinegra. A diferencia de la otra, traía el cabello color albino y recogido en una coleta. Dos aritos pequeños y brillantes adornaban sus orejas. Su uniforme se veía exageradamente limpio y perfecto, todos los botones de la camisa blanca abrochados, hasta el mas alto y con esta dentro de la falda gris a cuadros. Con la corbata ajustada, las medias largas y blancas hasta los muslos. Las uñas pintadas con una linea blanca en la punta.

"¿Ella también estaba aquí?"

-Es que te tardas mucho, Amy- Y claramente se trataba de ella... Del ángel, que en otros tiempos había causado la muerte de la pelinegra, ahora le hablaba como si nada.

-No es mi culpa... El baño esta repleto de germenes...-

-Eres una exagerada, no necesitas ponerte guantes y pasar toallitas desinfectantes por todo el baño.-

-No me gusta la suciedad- La albina inflo las mejillas y luego desvió la mirada hacia nosotros. -...¿Estas acosando a otra pareja de gays?- . "...¿Pareja de Gays? Dios, se que me odias, pero intenta disimularlo un poco..."

-¡Es que no puedo evitarlo!- Mientras ellas hablaban me hubiera gustado ser capaz de decir algo, pero simplemente no pude hacerlo, mi cerebro estaba intentando procesar toda la información que estaba recibiendo, y cuando quise darme cuenta, ambas gemelas se alejaban rápidamente.

-...Creo que... La encontramos.-


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top