14) "Él todo lo sabe"


Estaban llegando tarde por culpa del baño interminable de la peliblanca y Sebastian conducía mas rapido de lo que debía. El deportivo rojo adelantaba a los demás autos bajo la habilidad del demonio para conducir. -¿Sabes? Podrías ser piloto de autos de carreras- Le propuso la peliblanca, pero él no le dio demasiada importancia. 

Comenzó a pisar el freno unos metros antes de llegar al instituto y, a duras penas, pudo detenerse un poco mas adelante de la puerta del edificio, con la trompa que se acercó demasiado al suelo. Tanto Amy como Ciel salieron a gran velocidad del auto, aunque a diferencia del peliazul que caminaba deprisa hacia la entrada, ella se quedo parada mirando a su alrededor -¡Te alcanzo luego!


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Se sentó en su banco llegando justo a tiempo para la clase de filosofia, y se alegro de que Drew no se encontrara en su lugar habitual. Supuso que había faltado, pero aquella suposición se desmoronó al notar como ingresaba en el salón y se sentaba a su lado. No estaba alli para hacer amigos, pero él lo saludo cordialmente y una ligera sonrisa apareció en su rostro. -¿Agendaste mi numero?- El menor lo miró con ligera molestia, pero le dio igual 

-Si, ya lo hice.- Mintió. 

-¿Sabes? El bus se atraso, asi que llegue tarde. Que extraño, desde que vienes aquí, siempre eres tu el que llega tarde.- Una sonrisa burlona se posó en el rostro del muchacho, pero Ciel solo se limito a asentir. Ante esto, el muchacho lo miró con molestia. -¿Puedes dejar ser tan anti-social, enano anorexico?- El semblante del demonio cambió de mostrar aburrimiento a mostrar enojo

-¿¡Quien te crees que eres para llamarme asi!?-

-¿¡Quien te crees que eres para ignorarme todo el tiempo?!-

-¡Yo al menos no te insulte!-

-¡Yo al menos hago un esfuerzo para ayudarte con tu anti-socialidad!-

-¡Esa palabra ni siquiera existe, ignorante!- Drew estuvo a punto de contestarle, pero el profesor parado frente a ellos los nombró con una clara molestia, pidiéndoles que se callaran o se fueran. Ambos optaron por la segunda.

Durante la hora de almuerzo se sentó en una mesa apartada, y hubiera jurado que se sentaría solo toda la hora, por eso se sobresaltó al levantar la vista y ver a la peliblanca sentada frente a el, con el uniforme del instituto.

-¿De donde lo sacaste?- Señalo su ropa y ella sonrió de la misma forma que antes, intentando parecer misteriosa.

-Pregúntale a Dios, "Él todo lo sabe"- Y esa respuesta fue suficiente para que Ciel comprendiera que ella no planeaba decirle nada en relación a ese tema.

-¿Por que no estas con tu grupo de amigos?- Miró a la mesa donde siempre se sentaban, y le pareció extraño no ver a ambas gemelas allí.

-Porque ni siquiera somo amigos... Son mas como un pasatiempo.- La muchacha puso una bolsa sobre la mesa, y de allí saco algunos sandwiches.

-¿Y eso?- Ella lo miro con molestia

-¿En serio quieres que te responda?- El peliazul negó con la cabeza y ella comenzó a comer. Le ofreció uno pero él lo rechazo (Y ella volvió a llamarlo anorexico).

-Por cierto...- Comenzó a hablar la peliblanca despues de terminar su tercer sándwich. -¿Te peleaste con el señor perfecto?

-...¿Sebastian?-

-Si, Sebastian, como se llame- Puso los ojos en blanco y volvió su vista a Ciel. -¿Y?

-¿Por que crees que estamos peleados?- Él la miraba con molestia, pero ella o no se daba cuenta, o no le importaba

-Yo hice la primera pregunta.- El peliazul suspiro

-No, no estamos peleados.-

-¿Distanciados?-

-Creí que era MI turno de hacer una pregunta- La muchacha desvió la mirada con molestia -¿Por que crees que estamos peleados?

-Ahora no creo que estén peleados, ahora creo que están distanciados.-

-¿Y por que crees que estamos distanciados?-

-¡Perdiste tu turno!- Ella rió, cosa que hizo enfadar aun mas al demonio -¿Por que están distanciados?

-Pregúntale a Dios, "Él todo lo sabe", ¿verdad?- Sonrió de forma burlona, y si bien al principio ella se sorprendió por su respuesta, sonrió tambien

-Dios, sálvenos a todos, arderemos en el fuegos de mil soles....- Tarareó esto ultimo como si fuese una cancion

Durante la siguiente clase ni siquiera se habló con su usual compañero de banco. Ni siquiera se miraron, cosa que al demonio no le intereso demasiado. 

Después de que las extensas horas pasaron y fue libre de irse del instituto, el deportivo freno frente a él, con su amante sentado al volante. Corrió y se sentó en el asiento del copiloto, contento de que aquellas horas hubieran finalizado -Volvamos a casa- Sebastian lo miró extrañado

-¿No se olvida de algo?- Y la puerta trasera del auto se abrió, dando paso para que Amy se sentara. 

-Bien, volvamos y tratemos de ver si podemos recordar algo de anoche- Esta sonreía, incluso cuando noto la mirada de odio por parte de ambos demonios.


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-Bien, cierren los ojos-

-Amy...- Dijo con molestia el demonio menor

-¡No van a librarse de mi hasta que encontremos a Ashley!- 

Amy estaba intentando hacer que alguno de los dos recordara algo con los trucos que usaban en las series policiales hasta que el timbre sonó. Ciel se levantó del sofá y se encaminó al teléfono conectado con el portero electrico -Debe ser equivocado- Levantó el auricular. -¿Hola?

-Hola, Ciel- El peliazul utilizó su sofisticado lenguaje para comprender por qué aquella voz había sonado por el auricular "....¿Porque? ¿Porque? ¿Porque? Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda." Miró a Sebastian "Mierda. Mierda. Mierda" Miró a Amy "Maldicion..." ¿Lo ven? Sofisticado.

-Hola... ¿Drew?





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