Capítulo 2.

Las clases habían concluido por hoy, Goku caminaba con tranquilidad a la salida de la academia. Hace rato se separó de Akeno quien apenas y lo dejaba solo, de verdad que estaba feliz de verlo.

La misma mencionó que debía asistir a una importante reunión que incluía al club de investigaciones ocultas.

No tardó mucho para alejarse varias cuadras de la academia, pero de repente algo llamó su atención.

Dos personas cubiertas con unas gabardinas blancas pasaron cerca suyo, una de ellas cargaba consigo algo rectangular de gran tamaño, el objeto estaba envuelto en vendas, pero Goku pudo sentir algo peculiar emanando de aquello.

-Ya llegaron -murmuró el chico recostándose contra una pared ocultado su presencia- "¿Van de a la academia?" -se preguntó el chico notando la dirección por la cual iban.

Al parecer debía volver a aquel lugar fuerte de sus dolores de cabeza.

-¿Huh? -uno de los encapuchados se giró a mirar en dirección de Goku, pero este ya no se encontraba allí.

-"Tiene sus sentidos muy agudos para ser una simple humana" -pensó divertido parado sobre un poste de luz con una pequeña sonrisa- Esto es interesante, ¿podría ser con ellos con quienes los Gremory se reunirán? -se preguntó curioso- Podría preguntarle a Akeno luego, no puedo arriesgarme a que me atrapen espiando, eso solo causaría más problemas -dijo el chico mirando los alrededores.

-Además me quedé con ganas de probar ese ramen -se dijo el chico acariciando su barriga.

Momentos después vemos al joven Goku sentado en un pequeño puesto móvil cerca de una plaza. Los platos rápidamente se iban acumulando, no había alimento que le dure siquiera un minuto al chico.

-¡Está riquísimo Teuchi-osan! -exclamó Goku extendiendo sus brazos con emoción.

-Jajajaja, ya puedo ver que te gusta muchacho, me agradas tú y tu apetito voraz -respondió el hombre de mediana edad el cual vestía ropas de cocinero, extrañamente el mismo no abría sus ojos.

-Me sorprende que no tengas muchos clientes más, es una pena -dijo Goku chibi con molestia.

-Es cuestión de tiempo Goku, solo espera y dentro de un tiempo verás mi propia tienda en un lujoso edificio -respondió el hombre animando a Goku.

-Estoy seguro de ello, le prometo que volveré Teuchi -el muchacho dijo a la vez que ponía el dinero correspondiente por la comida sobre la mesa.

-¡Claro! Cuando quieras y trae amigos si quieres -el hombre asintió con orgullo cruzando sus brazos.

-Lo haré, adiós -Goku se despidió saliendo de la pequeño puesto andante.

Goku caminaba por las calles de la ciudad de Kuoh a pasos tranquilos hasta que pronto llegó hasta en frente de una casa esbozando una sonrisa.

-Por fin en casa supongo -dijo entrando al patio para luego abrir la puerta con ayuda de una llave que sacó de su bolsillo.

Lo primero que hizo Goku fue prender las luces de la sala, un lugar bastante amplio que estaba bien equipado con un televisor, aire acondicionado, un juego de sofas con tres, dos y una parte ubicadas de forma perfecta. A la vez que esta sala conectaba directamente con el comedor que tenía una puerta deslizante que llevaba al patio del fondo. Del costado de la habitación se encontraba unas escaleras que llevaban al segundo piso.

-Wow, este si que fue un día largo -mencionó el chico lanzándose sobre el sofa de forma perezosa.

Cerró sus ojos un momento, sí, fue cansador, pero eso no evitó que también fuera alegre al volver a encontrarse con su vieja amiga Akeno, aunque aquello también tenía sus peros como ella dijo.

-Debo llamarlo ahora, o sino lo olvidaré como ayer -se dijo el muchacho llevando una de sus manos al oído formando un círculo mágico color negro.

-Hola, ¿Goku? -del otro lado de la llamada alguien preguntó de forma tranquila.

-Sí, soy yo amigo -respondió le joven con una pequeña sonrisa.

-¿Ya tienes una respuesta? Han pasado días -la otra voz dijo con seriedad.

-Acepto Vali, me iré contigo, ya lo decidí -respondió Goku esbozando una sonrisa más grande.

-Estaba casi seguro de que aceptarías, já, somos casi iguales después se todo -el llamado Vali con confianza- No te preocupes Goku, yo te cuido jajaja -se burló.

-¿Cuidarme tú a mí? ¿qué dices? Si soy yo quien siempre debo cuidar tu espada -contrarrestó Goku más burlón aún.

-No digas tonterías, ambos sabemos que soy más fuerte -habló Vali algo más molesto, al parecer no sabía tomarse bien las bromas.

-¿Esa pelea hace cuándo fue? ¿dos meses? ¿sabes lo fuerte que me volví en este tiempo? -volvió a preguntar Goku chibi desmeritando la victoria de su amigo..

-... -Vali no dijo nada.

-No te enojes, eh -volvió a agregar Goku echando más leña al fuego.

-Estoy contento de que te unas a mí, pero la próxima vez te dejaré claro quien es más fuerte entre nostros, ¿oíste? -habló Vali de forma sumamente fría.

-Te espero dragoncito, te ganaré la revancha y todas las veces que tú quieras -dijo Goku mucho más confiado.

-Tonto cuervo, te arrepentirás de tus palabras -agregó Vali.

Goku podía jurar que en estos momentos su amigo tenía más de una vena palpitante en su frente.

-¿No me digas que te enojaste? -al preguntar eso se dio cuenta que la comunicación se había cortado- No aguantas nada -fue lo último que dijo Goku riendo.

Con tranquilidad Goku se puso de pie y caminó hacia el baño que se encontraba en el piso de arriba. Unos 15 minutos había tardado en terminar su ducha, salió de allí con una toalla en la cintura dejando al descubierto toda la parte superior de su cuerpo el cual como se podía intuir incluso con ropa estaba muy trabajado mostrando una figura muy atlética.

-Necesitaba eso, es una lástima que no haya un lugar donde pueda entrenar por aquí -murmuraba el joven con sus cabellos mojados cubriendo parte de su rostro.

El chico agitó su cabeza rápidamente y como si fuera un acto de magia aquel cabello de palmeras volvió.

-¡Mejor! -exclamó caminabdo hacia la habitación principal.

Entró allí dejando ver que el lugar era bastante normal, nada muy llamativo. Una cama mediana, ventana con cortinas abiertas, aire acondicionado, un ropero no tan grande, un televisor y un par de mesitas de luz a los costados de su cama.

Goku se dirigió al ropero y de allí sacó la ropa que usaría. Ahora Goku ya vestía una camiseta blanca y pantalones largos negros.

-Mañana debo hablar con Akeno, pero ¿estará bien? ¿no la estoy usando de esta forma? -se preguntó el chico dejándose caer sobre su cama a la vez que su mano caía sobre su rostro- Esto se complicó con la presencia de ella, hubiera preferido no involucrarme con ella, pero es tarde -murmuró Goku cansado.

Problemas, nada más que eso había en su vida desde hace unas semanas. Primero, los que trabajaban a espaldas de Azazel, su líder, segundo el asunto de su amigo Vali que ahora ya estaba solucionado, al menos en parte.

Entre pensamiento y pensamiento el cayó completamente dormido pudiendo al menos descansar esta noche, ya que mañana sería un día largo para este joven.

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En el patio de una casa, la cual era de gran tamaño y tenía características japonesas tradicional, se encontraban jugando dos pequeños. Uno era una pequeña niña que vestía un kimono de colores entre violeta y rosa, un hermoso cabello de color negro y ojos violeta con una tierna e inocente sonrisa.

El otro era un pequeño de estatura baja, no más de 1.30 cm de altura, más pequeño que la niña vistiendo un kimono blanco que tenía manchas de suciedad en el, su cabello era bastante peculiar de color negro en forma de palmeras, ojos del mismo color, él se encontraba tirado sobre el pasto mientras la pequeña lo miraba con una sonrisa.

-¡Volví a ganar, Goku-kun! -exclamó la pequeña sonriendo victoriosa.

-Si no me hubiera caído en el barro hubiera ganado -se quejó el pequeño mientras se frotaba el antebrazo por la cara para limpiar la suciedad.

-Pero igual gané, jajajaja -se burló la oji violeta divertida.

-Sí, sí. Como sea, igual es divertido jugar contigo -habló Goku restándole interés al asunto y de un salto se puso de pie.

-¡Goku-kun, Akeno! -abriendo una puerta de tatami salió una hermosa mujer casi idéntica a la pequeña solo que esta tenía su cabello atado en una cola de caballo y sus ojos eran de un hermoso avellana.

-¡Mami! -exclamó la pequeña Akeno corriendo hacia su madre para atraparla en un caluroso abrazo.

-Tia Shuri, ¿qué pasa? ¿ya está la comida? -preguntó el pequeño Goku más animado.

-Dentro de un rato, ahora vayan a lavarse bien sus manos, especialmente tú Goku-kun jujuju -la mujer dijo cubriendo una risa con sus manos notando la apariencia del pequeño.

-¡Está bien! -ambos niños respondieron animados corriendo hacia lo que sería el baño.

Los chicos se limpiaban sus manos animadamente hasta que de repente la niña comenzó a hablar más seria.

-Yo antes estaba muy solita, Goku-kun. Solo estábamos solo mi mami y yo, algunas veces mi papá venía también -dijo Akeno frotando el jabón por sus manitos.

-¿Akeno? -Goku levantó una ceja curioso.

-Pero cuando llegaste tú las cosas cambiaron, por fin tengo un amigo que es igual que yo y con el que puedo hablar y jugar -siguió mirando al peli-puntas con una hermosa sonrisa- ¡Gracias por llegar a mi vida, Goku-kun! -exclamó la pequeña tomando completamente por sorpresa al joven chico.

-No entiendo por qué me dices eso, pero no hay de qué agradecer, yo también estoy muy feliz de haberte conocido -respondió Goku con una gran sonrisa lo que sin que él quisiera produjo un sonrojo en la pequeña- ¡Te prometo que siempre seremos amigos a partir de ahora! -exclamó Goku levantando sus manos que tenían jabón.

-Sí -la chica muy alegre asintió, pero luego ouso un rostro más pensativo- Tal vez también podamos casarnos algún día, ¿verdad? -preguntó la pequeña sonriendo con los ojos cerrados, pero el chico la miró confuso.

-¿Casarnos? ¿cómo se hace eso? -preguntó Goku curioso.

-¿No sabes? Ya tienes 10 años, bueno, te lo explico -dijo la pequeña con una sonrisa algo malvada mientras Goku la miraba inocentemente.

"Mmmmgh" algunos quejidos sonaban en una habitación oscura que de repente se iluminó gracias a un pequeño velador.

-¿Un sueño? No, era un recuerdo -frotando sus ojos Akeno murmuraba algo somnolienta, pero luego esbozó una hermosa sonrisa.

La chica se veía muy hermosa incluso recién despertada con sus cabellos alborotados.

-Es una hermosa forma de comenzar la mañana -se dijo mientras levantaba las frazadas que cubrían su hermoso cuerpo- ¿Goku recordará ese día también? -se preguntó riendo inocentemente viendo las luces del sol que entraban a través de su ventana.

Algo le decía que este sería un muy buen día, ¿y cómo no? Su antiguo amigo que no veía hace años y al cual tenía tanto aprecio volvió ayer y ahora estaban en el mismo salón.

Nada podía salir mal, ¿verdad?

_______________

Academia Kuoh, salon 3A.

El joven chico de pelos negros entraba a su clase con rostro serio y determinado. Todo el camino hasta aquí lo pensó y llegó a una conclusión, lo que sería lo mejor para la misión que le encomendaron.

-Allí está -con su mirada buscó a su objetivo y lo encontró.

-¡Goku-kun! -Akeno Himejima era a quién Goku miraba tan fijamente, la diablesa se asombró cuando este se acercó a ella como si quisiera decirle algo.

Goku se dio cuenta que extrañamente cerca suyo no estaba la demonio carmesí, Rias Gremory.

-Hola Akeno, que...quería hacerte una pregunta -habló el chico rascando su nuca.

-¿Huh? ¿qué necesitas? Puedo ayudarte con cualquier cosa que quieras -habló la chica y instintivamente una sonrisa algo pervertida se hizo presente, pero rápidamente desapareció.

Ambos ignoraban todos los murmullos y cuchicheos que el resto del alumnado producía hablando de ellos.

-Quisiera hablar contigo sobre algo ¿podemos salir luego de clases? -preguntó con tranquilidad.

Akeno abrió sus ojos asombrada, pero también pudo sentir como sus latidos se aceleraron de repente sintiéndose increíblemente feliz. Solo anoche estuvo soñando con él y ahora le pedía una cita, su emoción salía por sus poros.

-¡Claro, no tengo problemas! -respondió rápidamente la muchacha con una hermosa sonrisa y un pequeño y casi imperceptible rubor- Primero debo avisarle a Rias que no iré a la reunión de hoy, pero no creo que me diga que no -siguió de forma alegre.

"¡Tan fácil y rápidamente!" Fue el pensamiento el común del resto de compañeros del 3A.

-Bien, entonces hablamos luego, te lo agradezco -Goku dijo con una pequeña sonrisa para luego dirigirse a su lugar.

Justo en ese momento la señorita Gremory llegó, Goku pudo ver como Akeno le hablaba y luego la pelirroja con un rostro no tan seguro asintió soltando un suspiro.

Akeno se giró a verlo y le levantó el pulgar y Goku asintió con una sonrisa.

-¿Justo con todo lo de la iglesia, Kiba y los caídos quieres salir con tu amigo de la infancia recién aparecido? -preguntó la pelirroja Rias entre susurros.

-No es simplemente eso, Rias -respondió la chica con rostro tranquilo mirando hacia el frente a lo que la Gremory se asombró, pocas veces Akeno se comportaba de esta forma- Genuinamente estoy alegre de verle -terminó esbozando una tierna sonrisa.

-"Al menos no la tendré estorbando entre Ise y yo" -pensó viendo el lado positivo de esta situación.

El maestro llegó en ese preciso momento comenzando así las clases. Así siguieron hasta la hora del receso donde esta ocasión Akeno fue con Rias, con la pelirroja estando seria. Luego las clases fueron retomadas por una maestra y finalmente las clases acabaron, este día más temprano pues el último profesor al parecer tenía algunos inconvenientes de salud.

Todos los alumnos del último año se apresuraban en salir, algunos planeando salidas ya que tenían más tiempo debido a la ausencia del profesor.

Akeno se despidió de su mejor amiga y luego se acercó a Goku quien ya había juntado todas sus cosas en una mochila negra.

-¿Estás listo? -preguntó la diablesa.

-Así es, vamos -Goku respondió con una sonrisa.

La pareja salió de las instalaciones de la academia quedándose parados en la entrada.

-¿Y a dónde me llevarás? -preguntó Akeno levemente ansiosa.

-Pues pensarías que soy alguien inexperto sobre la ciudad al ser nuevo aquí, pero te equivocas -respondió Goku mientras comenzaba a caminar seguro.

Apenas eran las 4 de la tarde, era un jueves por lo cual habrían muchos locales y tiendas abiertas al faltar tan poco para el fin de semana.

-Oh vaya, sorpréndeme entonces -dijo Akeno alegre siguiendo a Goku.

-Desde que llegué busqué por toda la ciudad varios lugares para comer, y sabes que no soy quisquilloso, me gusta lo dulce, lo salado, amargo, en fin, lo como todo -explicó el chico con una gran sonrisa.

-Entonces sigues siendo un gloton, eh, ¿no que habías cambiado? -preguntó Akeno burlona.

-No es ser glotón, es solo comer mucho, además nunca dije que cambie -respondió Goku con cara de póquer.

Glotón: persona que come en exceso.

-Jajajaja -Akeno comenzó a reír por las ocurrencias de su amigo extrañando a Goku, pero poco tiempo después se unió a su risa.

-Es una suerte que la academia esté tan cerca del centro -dijo Goku llegando a una zona más movida- Ya preparé todo un tour para hoy Akeno -dijo Goku alegre.

-Estoy ansiosa por pasar por tu tour Goku-kun.

-¿Tú almorzaste? -preguntó Goku a su amiga.

-No, no tuve tiempo, hubieron cosas que tuvimos que solucionar con Rias y el concejo estudiantil -respondió Akeno recordando aquello.

-Bien, pues podemos hacerlo ahora, apenas son las 4:15 p.m. -dijo Goku sonriente.

Akeno y Goku charlaban sobre cosas de su clase, los alumnos por ejemplo que hablaban mucho, cosa que Akeno confirmó entre risas.

-Es aquí -Goku señaló un pequeño puesto móvil, sí, el mismo que el del día de ayer- Te asombrará su comida -aseguró confiado.

Los dos chicos tomaron asiento viendo al hombre que estaba recogiendo los platos y cubiertos usados de sus últimos comensales.

-¡Hola Teuchi-osan! -Goku llamó alegre.

-¿Huh? Oh, si eres Goku y, vaya, trajiste a una preciosa chica contigo -Teuchi habló alegre viendo a uno de sus mejores clientes.

-Buenas tardes señor -con una pequeña reverencia Akeno saludó.

-No hace falta tanta formalidad señorita, si eres amiga de Goku, eres mi amiga, ¿qué van a pedir? -preguntó volviéndose a poner su delantal.

-Tres platos de ramen hoy algo liviano -mencionó el chico poniendo nerviosos al hombre a su amiga.

-Yo pediré un solo ramen, por favor -Akeno dijo de forma educada.

-¡Bien, esperen que enseguida va a estar su comida! -exclamó el hombre comenzando a cocinar, era una suerte que le hayan sobrado algunos ingredientes luego del medio día.

-Conocí este lugar cuando llegué, recuerdo que estaba lloviendo muy fuerte y buscaba un lugar donde refugiarme porque no encontraba mi casa -comenzó a hablar Goku mirando al hombre hacer su labor- El me invitó a pasar para que no me moje y luego no pude evitar comprar mucha de su comida, al principio como forma de retribución, pero luego fue porque su sabor era absurdamente rico -Goku habló divertido.

-Eso solo me da más ganas de probar su comida, si es tan buena persona probablemente hace las cosas con cariño -dijo Akeno viendo la forma magistral como cocinaba Teuchi- Espera, ¿tu casa está por aquí cerca? -preguntó Akeno asombrada.

-A unos 20 minutos más o menos a velocidad normal -respondió Goku tranquilo.

-Ya veo, deberías invitarme un día jujuju -la chica dijo riendo fingiendo inocencia.

-Claro, cuando quieras eres bienvenida -respondió Goku inocentemente- Oye Akeno -Goku llamó con rostro más serio.

-¿Qué pasa? -preguntó la diablesa confusa por el repentino cambio de su amigo.

-En esta ciudad algo está pasando, ¿verdad? -preguntó Goku cerrando sus ojos y suspirando.

Lo había hecho, había decidido tratar de sacarle información a su amiga, pero en parte también era por su bien, no quería que lo que sea que esté pasando aquí la afecte o lastime, jamás se permitiría dejar que eso ocurriera otra vez.

-... -Akeno no dijo nada, más solo bajo su cabeza asustando a Goku.

-¿Qué pasa? No tienes que responder -tal vez se había precipitado con su pregunta.

-¿Por qué preguntas? -Akeno habló suspirando.

-Ayer al salir de la academia mi topé con dos chicas, ambas cargaban consigo algo "raro" -respondió Goku con seriedad.

-Esas probablemente sean las enviadas de la iglesia y lo que sentiste eran las espadas Excalibur -Akeno levantó sus ojos mirando a Goku- Por favor no te involucres en esto Goku-kun, jamás me perdonaría que algo te pasara -pidió, cosa que hizo que Goku abra sus ojos de par en par.

-Te iba a pedir lo mismo -dijo Goku riendo con ironía- No quiero que te hieran nunca más -dijo apretando sus puños.

-¿Tanto te preocupa lo que me pase? -preguntó Akeno mirando directamente a Goku.

Era una suerte que Teuchi sea una persona la cual respeta la privacidad y que además esté más en el fondo cocinando, y cuando él cocina no le prestaba atención a nada más, ese era el secreto de la magia de su ramen.

-Claro que sí, es una de mis prioridades -murmuró esto último, pero gracias a sus super sentidos la chica pudo oír.

-Goku-kun, ¿por...? -Akeno estaba muy asombrada, pero internamente también muy alegre por las palabras del chico.

Rápidamente Goku volvió en sí.

-¿Q...qué querían esas enviadas? ¿pelea? -preguntó Goku cambiando de tema.

-El ángel caído Kokabiel robó dos de las espadas Excalibur en procesión de la iglesia y ellas se reunieron con nosotros para confirmar que nosotros no estemos involucrados -respondió algo distraída aún pensando en la anterior respuesta del chico, tal vez por ello dijo más de lo que debería.

Goku solo negó con su cabeza, con que eso es lo que había estado haciendo.

-"Kokabiel-sama, ¿qué estará planeando?" -se preguntó Goku con seriedad- "Debo informarle esto a Azazel-san lo antes posible" -pensó, pero su cita lo sacó de sus pensamientos.

-También las enviadas pelearon con dos de mis compañeros -siguió Akeno recordando aquello con pesar, le daba pena su amigo Kiba.

-¿Cómo les fue con eso? -preguntó Goku interesado, las peleas siempre le gustaban en todos los casos.

-Un peón y caballero pelearon y perdieron, eso fue un golpe duro para nuestro caballero, para Yuuto -dijo con tristeza la chica.

-Ya veo, qué lastima, pero al parecer esas dos enviadas son fuertes como para derrotar dos demonios -dijo Goku asombrado- Pero probablemente si hubieran peleado contigo las hubieras derrotado, puedo sentir que te has vuelto sumamente fuerte -Goku dijo alegremente.

-Jujuju, quién sabe, pero no fue el caso -respondió la diablesa halagada por las palabras del pelinegro.

-No, yo estoy seguro de que sí -volvió a decir el chico con rostro serio asombrando a Akeno.

-¡La comida ya está chicos! -Teuchi cargando dos platos exclamó interrumpiendo a los jóvenes.

-Debes decirme cómo haces para cocinar tan rápido y tan rico Teuchi-osan -Goku habló con su gran sonrisa tomando los dos platos y poniendo uno en frente de Akeno quien seguía viéndolo, pero volvió en sí.

-Gra... gracias señor Teuchi -agradeció Akeno saliendo de sus pensamientos negando con su cabeza.

-Bien, que lo disfruten -habló el hombre mientras volvía cerca de donde estaba el resto del ramen comenndo a limpiar.

-¡A comer! -exclamó Goku comenzando a devorar su comida, pero más relajado por la presencia de su amiga.

-Huele muy bien -dijo Akeno sintiendo el cálido aroma entrando por sus fosas nasales hasta el punto de ruborizarse un poco, pero en eso volteó a ver a su amigo.

Inconscientemente una sonrisa se formó en su rostro, ella estaba disfrutando estar con Goku, por más cosas extrañas que solía decir.

-¿Pasa algo? -preguntó Goku dejando de comer por un momento.

-No pasa nada, es solo que estoy disfrutando de tu compañía -respondió con honestidad Akeno alegre.

Posteriormente comenzó a comer abriendo sus ojos de par en par.

-¡Qué rico! -exclamó asombrada, el sabor golpeó su paladar.

-¿Lo ves? Te lo dije jejeje -Goku con las mejillas llenas dijo mirando a su amiga.

-Sí -volvió a decir cubriendo su boca con rostro asombrado, la misma miró a Teuchi que le levantó el pulgar con una gran sonrisa de dientes que soltaban un pequeño brillo casi fantasioso.

--Fin del capítulo--

Bien, segundo capítulo de esta historia. Muchas gracias por el apoyo que recibió el primero, como dije este es el especial 1k por lo cual me apresuré en actualizar, trataré de subir el próximo capítulo lo antes posible si este capítulo tiene mucho apoyo, estoy seguro que será así :'D.

Comenten chicos, díganme sus opiniones, críticas o dudas respecto a la historia, obviamente que no contengan spoilers que yo les responderé alegre >:).

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