Capítulo 13.

Vali no se sorprendió mucho al ver como aquella gata se había encaramado por su amigo, Goku tenía todo lo que esa mujer deseaba después de todo.

Y todo en apenas unas cuantas semanas, era absurdo.

Aunque probablemente la chica ignoraba que su interés lentamente se estaba volviendo en otra cosa más que algo superficial.

Todo esto al punto de pedirle ayuda con su hermana, algo muy personal para la neko quien poco y nada hablaba del asunto y ahora parecía dispuesta a abrirse con el azabache.

"Hmpf"

Y Goku, su tonto amigo quien era una buena persona tampoco se negaría a ayudar a una "amiga" como probablemente la consideraba ahora.

-Goku, ¿me vas a ayudar? -preguntó algo preocupada por probable rechazo, se sentiría triste si fuera el caso.

-Si lo necesitas, claro que sí -respondió con tranquilidad antes de ser fuertemente abrazado.

-Gracias nya -dijo con felicidad.

-¿Pero dónde está ella? -preguntó curioso apartándose la azabache de él.

-Ella es actualmente una de las piezas de Rias Gremory -dijo y con ello la expresión del Son se afiló.

-¿Gremory...? -pensó y buscó entre sus recuerdos y rápidamente la imagen de la niña albina se le vino a la cabeza- Koneko... -murmuró.

-Así es como le ha nombrado la Gremory, su verdadero nombre es Shirone, es mi pequeña hermana -dijo con algo de veneno hacia la pelirroja.

-Ya veo...

Suspiró, esto traería más problemas a su ya caótica relación con el grupo Gremory y especialmente los demonios.

Pero...

Aquello simplemente no le importaba, estaba en sus planes ir en contra de los Maou algún día después de todo.

Akeno.

Ese sí era un problema, ya había visto lo mucho que le afectó su horrenda despedida y aún no estaba seguro de volver a presentarse ante ella.

-Tengo información que el grupo Gremory se encuentra en el inframundo en estos momentos -Arthur dijo acomodando sus gafas.

-Rias Gremory ha puesto a entrenar a sus piezas para fortalecerlos -Le Fay agregó con tranquilidad mientras servía unas cuantas tazas de té.

-Huele rico -habló Goku tomando una de las tazas gustoso.

-Gracias Goku-sama -la rubia asintió con felicidad.

-Bueno... no veo al séquito de Rias un problema, ni a ella ni tampoco a su alfil, caballeros o el emperador dragón rojo -murmuró con tranquilidad recordando como lo enfrentó.

"Sigh"

El suspiro pesado de Vali resonó al recordar a su rival destinado y lo decepcionante que fue.

-¿Y Koneko? ¿qué es lo que ella hace? ¿está entrenando también? -preguntó Goku curioso.

-No lo sé Goku-sama, lo siento, desde su llegada al inframundo no hemos querido que detecten nuestra presencia -explicó Le Fay con tristeza.

-Lo entiendo, no te preocupes -Goku acarició la cabellera rubia de la muchacha para aliviarla algo que fue bien recibido- ¿Cuál es tu plan entonces Kuroka?

-Habrá una reunión importante dentro de poco tiempo y vi eso como una oportunidad -explicó la chica ante lo cual el Son se vio pensativo.

-Eso se podría complicar si alguno de los seres importantes se entrometen -murmuró el azabache pensativo.

-¿Entonces nya? -la voz de la neko se volvió de preocupación.

-Espero que eso pase -habló con emoción asombrando a Kuroka- Ahora solo debemos esperar, ¿podrás? -preguntó Goku tomando la mano de la chica que se ruborizó levemente asintiendo.

-Confiare en ti nya -respondió feliz.

-¡Bien! Peleas, eso es lo bueno de este tipo, me cae bien -Bikou habló energético mientras abrazaba al Son con uno de sus brazos causando risas en este mismo.

.

Koneko se estremeció al ver a su hermana en ese lugar con su expresión juguetona, algo que le estresaba de sobremanera.

-¿Qué haces aquí onee-san? -preguntó con molestia.

Había seguido su aroma y llegado hasta este lugar alejado, no quería involucrar a sus compañeros.

-Vine por ti, Shirone nya -respondió sonriente.

-Y...yo no quiero ir contigo -habló con tristeza posicionándose para combatir algo que no le gusto a la azabache.

-Shirone... hay muchas cosas que tenemos que hablar -dijo con melancolía la nekoshuu.

-¡Koneko! -exclamó una voz alarmada llegando al lugar la Gremory acompañada del emperador Dragón Rojo.

-Koneko-chan retrocede -habló el castaño también preocupado.

-Tú... Kuroka no te acerques a mi pequeña torre -habló peligrosamente la diabla emanando su poder de la destrucción.

-Gremory, esto es entre mi imouto y yo, tú no tienes nada que ver nya -dijo seria.

-¡Wuah! Es u...una belleza totalmente sexy -habló el Hyoudou algo atontado al ver las curvas de la mujer sonrojándose furiosamente.

-Ise -la pelirroja le codeó.

-A...ah, sí, atrás gata -habló poniéndose a la defensiva el dragón rojo rodeando su brazo con su guantelete.

-¿Nya? ¿es este el portador del dragón rojo? -Kuroka comenzó a reir levemente.

-Hermana, por favor vete de este lugar -pidió la albina con molestia y tristeza siendo abrazada por Rias.

-No te llevarás a mi preciada Koneko, todas las cosas que has hecho simplemente la lastiman -dijo con molestia.

-Tú no sabes nada -habló con tranquilidad Kuroka sentándose sobre una rama.

Sabía de sobra que sería juzgada sin siquiera tener oportunidad de hablar, más siendo un demonio renegado.

Con molestia Rias género un ataque de destrucción que sin dudar arrojó a Kuroka.

Pero no llegó más allá cuando una lanza blanca se incrustó en medio de ambas mujeres.

Issei se estremeció al ver aquel blanco, aquel color de lanza que recordaba muy bien, instintivamente posó su mano en una de sus piernas recordando el ardor terrible que fue causado.

-"N...no puede ser, él..." -pensó tragando seco.

Relámpagos negros se habían estrellado al rededor de los demonios con una energía sacra demasiado fuerte que incluso sin que ellos tengan contacto con las mismas se sentían mucho más débiles.

Una abrumadora presencia llegó posándose detrás de los diablos. El guantelete fue sostenido con fuerzas para ser mandado a volar hasta un árbol incrustándose duramente contra él.

Koneko se asustó terriblemente cuando vio a aquel sujeto justo al costado de ellos. Rias simplemente palideció al instante cuando sus ojos se cruzaron entre ellos.

Le odiaba y se juró que le causaría un dolor mil veces peor al que le causó a su amiga, pero ahora no podía hablar.

-Oh, él es un nuevo amigo que hice Shirone nya~

La voz de la gata se tornó casi un ronroneó al ver al chico allí.

-Aunque parece que ya se conocen -dijo burlona la neko.

-Rias, nos volvemos a ver -el Son se atrevió a sonreír con amabilidad emanando toda esa intención hostil que era de sobra para intimidarlos.

Vestía una camisa negra debajo de una gabardina de cuero que se agitaba por sus movimientos, sus pantalones finos y zapatos negros charolados que ni se habían ensuciado aún.

Azazel le había enseñado a vestirse muy bien.

-¡Ma...maldito! ¡¿Q... qué haces aquí?! -Issei se atrevió a preguntar con un hilo de sangre en su rostro.

-¿Está bien? -preguntó Goku caminando hacía Rias que se enfureció.

-¿Qué crees? -preguntó sudando frío.

El Ángel Caído que traicionó a Azazel, Son Goku, un criminal buscado por la traición a las facciones había hecho presencia.

-Shirone, deberías darle oportunidad a tu hermana de hablar -habló con tranquilidad el Son ignorando la respuesta de Rias.

-Tú... ¿te has aliado con mi hermana? ¿por qué? -preguntó sería y preocupada.

-Ella es mi amiga, es normal que le ayude, además me ha contado todo y también lo que ignoras sobre esa historia -dijo suspirando- Rias, simplemente déjales hablar -pidió rascando su nuca.

-Jamás -respondió firme la diablesa parándose en frente de Koneko.

Un haz de luz blanca corto su mejilla en ese instante.

Sus ojos zafiro se abrieron de par en par cuando la sangre comenzó a manchar su mejilla. No fue un pedido, fue una orden de alguien que tenía el control de la situación.

--Fin del capítulo--

Algo corto pero igual sirve para mientras siga actualizando la historia, mañana capitulo nuevo si tiene muchos comentarios.

¿Qué les está pareciendo? ¿apresurado quizás? Dejen sus opiniones.

Para el próximo capítulo 120 votos.

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