En casa
Referencias al final del capítulo 31 del manga y 9 del anime.
Lemon.
Cuando Kuro abrió los ojos lo primero que registró su cerebro fue la estantería llena de libros y el olor pesado a químicos en el aire le dañaba la nariz. Sentándose, observó todo con curiosidad; tuvos de ensayo con líquidos de diferentes colores y en varias temperaturas de ebullición llenaban mesas junto a cuadernos y más libros.
¿Donde diablos estaba?
Casi pudo escuchar el Click en sí cabeza y los recuerdos llegaron uno a uno de forma veloz, pero todo encajando en su lugar.
Su primer instinto fue buscar a su novio y lo encontró a su lado, a casi un metro de él, tirado en el suelo. Mahiru estaba inconsciente, pero Kuro podía escuchar el latido de su corazón y vió que su pecho subía y bajaba de manera lenta por su respiración acompasada.
"—Increible, Shirota Mahiru lo logró."
El vampiro reaccionó a la voz desconocida y con una velocidad que no había usado en años empleó una posición defensiva frente a su Eve, cubriéndolo con su cuerpo. El sonido ronco de un gruñido retumbando en su pecho, sus colmillos expuestos.
"—...¿Quién eres?"
"—No puedo creerlo. Sleepy Ash, el Servamp de la Pereza está frente a mí." El nombrado se estremeció gracias a la incomodidad que le provocaba el lunático ese. Y era toda una molestia que el sujeto supiera quién era él y Kuro no tuviera ni la menor idea de que hacía en ese lugar. "—Oye, ¿Puedo tocarte? ¿Medirte? ¿Cuanto pesas? ¿Qué edad tienes? ¿Cuanta fuerza tienes exactamente?"
La lluvia de preguntas era un fastidio, él también tenía dudas y por primera vez ,después de tanto tiempo, quería respuestas claras.
"—Kuro..."
Al bajar la mirada se topó con las orbes que tanto ama sonreírle. Era un rayo de sol directo a su frío corazón. Quería decirle tantas cosas a Mahiru y besarlo hasta que el aire fuese estrictamente necesario.
Pero primero debían salir de ahí.
Y lo recordó, el tipo frente a él era quien había drogado a Mahiru para meterlo en su cabeza.
"—Johannes-san, gracias."
Pasaron minutos -en los que Mahiru aprovechó a borrar su nombre de su frente- y varios intentos de huida hasta que lograron salir de ese lugar de mierda, y mientras Shirota corría hacia quien sabe dónde, Kuro se acomodó en la cabeza de su Eve, había extrañado tanto la suavidad de su cabello, incluso -increíblemente- el olor a vainilla.
Fue mientras veía sus garritas aferrándose a las hebras chocolate que comprendió a donde se dirigían.
"—Mahiru, espera" Lo sorprendió sobre manera cuando su Eve se detuvo en seco, casi llora al comprender que realmente la confianza había crecido a tal grado. Ahora no sólo oían lo que se decían. Se escuchan.
"—¿Qué ocurre, Kuro?"
"—Estamos cerca de casa, ¿no?" Casa. No han ido desde que se trasladaron con el chico Onsen, convirtiendo las aguas termales en su fortaleza improvisada.
Mahiru miró a su alrededor y asintió "—A unas cuantas cuadras, sí."
"—¿Podemos ir? Necesito... " Tragó, las palabras que tenía en la punta de la lengua lo las había pronunciado en muchísimo tiempo. Porque no quería sentirse un monstruo. Porque exigirlo lo haría más fuerte y el no quería tomar acciones. Hasta ahora. "—Sangre... Quiero sangre, Mahiru..."
Ahora tenía motivos para luchar y personas que proteger. Y alguien a su lado que lo apoyaría en todo. Sabía que no era el momento, pero eventualmente llegaría la hora en que Mahiru y él se sentarían a hablar sobre lo que pasó en su cabeza, sobre su pasado, sus miedos e inseguridades. Y sobretodo, hablarían sobre su futuro.
Cuando llegaron al departamento, Kuro se bajó de su cómoda almohada y volvió a su forma humana, entrando antes que Mahiru pero sin soltar su mano, inspeccionando el lugar en busca de enemigos.
Quizá estaba poniéndose paranoico.
Al comprobar que no había de que preocuparse, dejó que su novio lo arrastrará hacia la habitación. De verdad le gusta ese lugar, su hogar. La habitación de Mahiru seguía impecable, tal y como su dueño la había dejado. Los libros, mangas y películas en su lugar, no hay ropa esparcida por el suelo ni cosas tiradas por ahí, pero lo que llamó su atención fue su pequeña cama para mascotas. La camita estaba justo donde debía estar, junto a la cama de su amo. Y por algún extraño motivo, ese simple hecho llenó su corazón de calor.
Acercándose titubeante, se sentó sobre el colchón de MahiMahi. Esa cama guarda secretos entre él y su Eve. Besos, caricias, confesiones, su primera vez juntos... Dios, si esa cama hablara...
Un sollozo interrumpe sus pensamientos sobre Mahiru desnudo bajo su cuerpo, sólo para encontrarse al mismo Mahiru llorando frente a él. Y lo sabe, sabe lo que está pensando porque el también quiere llorar.
Le extendió los brazos y casi se ríe la ver la rapidez con la que el chico corre hacia sus brazos, sentándose a horcadas en su regazo.
"—¡Estaba tan asustado, Kuro! Creí... creí que no te volvería a ver... ¡Que no volvería a escuchar tu voz!"
"—Shh... mira que eres ruidoso..." Lo abrazó con más fuerza entonces, queriendo sentir su piel quemándolo, sentir que es real y que están juntos de nuevo "—Ya estoy aquí, MahiMahi..."
Como si Mahiru no le creyera y quisiera comprobar sus palabras, comenzó a repartir besos húmedos en su cuello, justo donde segundos atrás caían sus lágrimas.
Kuro suspiró. Extrañaba eso, casi tanto que la desesperación lo estaba matando. Cuando sintió las manos de su chico forcejear con su chaqueta,fue él mismo quién se la quitó y la arrojó al otro lado de la habitación. Sonrió al escuchar la risa de Mahiru.
"—...¿Qué?"
Su novio sólo negó divertido y se separó lo suficiente para quitarse la camisa, dándole un espectáculo digno al Servamp. "—¡Rápido, rápido!"
Las prendas cayeron una a una al piso de madera y mientras Mahiru gemía bajo su cuerpo, por los dedos dilatando su entrada, Kuro no podía despegar la mirada de su sonrojado rostro.
Realmente estaba completamente agradecido y podía decir que, al menos en ese momento, agradecía de todo corazón ser un vampiro y haber conocido a Mahiru. Y que sea ese mismo motivo -su inmortalidad - el porqué puede estar ahora en ese lugar, en esa cama, sobre el chico que ama y poder disfrutar de la idea de un futuro a su lado.
Saca los dedos del cuerpo ardiente de su novio y colocándose en la entrada de éste, sin desviar la mirada de las orbes ambarinas empuja lo necesario para que la cabeza de su miembro entre y absorbe la imagen de Mahiru arqueándose por el placer.
Comienza con lentos embates, enterrándose cada vez mas profundo en el estrecho canal. El interior de Mahiru es fuego y suavidad, una combinación extraña que lo vuelve más loco con cada golpe.
Los gemidos de Mahiru llegan a sus oídos y Kuro puede escuchar su propia respiración acelerada.
"—K-kuro."
No sabe en que momento cerró los ojos para canalizar más las emociones y el placer, así que los abre de inmediato al escuchar el llamado de Shirota y se detiene en seco ante lo que ve.
Mahiru está lánguidamente cómodo en la cama, su cuerpo brillante por la capa de sudor y su cabello hecho un desastre en la almohada, ojos ámbar brillando cual oro fundido. Mejillas y cuello completamente rojos. Y es ahí donde se centra su mirada, en el delgado y sonrojado cuello que Mahiru le ofrece como quién sacrifica algo sagrado a un Dios.
O a un demonio.
"—... ¿Mahiru?.." Está atónito.
"—T-tu lo dijiste, ¿no es así? Necesitas... sangre." Y se levanta, sin romper la unión de sus cuerpos, para quedar sentado en su regazo, la vena yugular prácticamente latiendo justo frente a sus ojos.
Y era cierto. Él lo dijo, pero no comprende el miedo que tiene. El miedo que el mismo Shirota debería tener. Sangre es el alimento necesario para un vampiro. Ellos matan para conseguir del néctar vital que corre bajo la frágil piel de los humanos.
Y él, el primer vampiro original, no ha bebido hasta saciarse hace muchísimas décadas, quizá siglos. Los pocos tragos que ha tomado de Mahiru durante sus batallas han sido algo insuficiente, pero necesario para pelear. ¿Cómo podría detenerse ahora que sabe, que recuerda, quién es y lo fuerte que puede llegar a ser?
No necesita más respuesta que los orbes llenos de confianza y amor de su novio.
"—Todo estará bien, Kuro. Yo sé que tú jamás me harías daño." Las calientes manos de Mahiru acariciando su rostro.
"—¿Cómo... cómo puedes estar tan seguro?" Gira ligeramente la cabeza y lame la palma de su mano, porque sabe que eso le da cosquillas al castaño. Suspira al escuchar su risa.
"—Porque te amo." Ahí está, como si fuera lo más obvio del mundo y no la confesión causante de la taquicardia vampírica.
"—Esto va a matarme..."
Y con delicadeza toma el mentón del chico con una mano, ladeando su cabeza y exponiendo la yugular a su boca hambrienta.
Lame la extensión y siente la vena latir bajo la lengua, sus colmillos agrandándose, listos para exigir sustento.
Y muerde.
Como sí dé mantequilla se tratase, sus dientes atraviesan las capas de piel hasta llegar a su destino, sangre fresca brotando de la vena.
"—Así, Kuro... bebe lo que necesites." La voz de Mahiru junto a las caricias en su cabello son lo que lo obligan a mantenerse cuerdo y estable. Recordándole dónde y con quién está. Y, sobre todo, quién es.
Algo sinceramente difícil. Gracias a la renovada y recién agrandada confianza, junto con la fuerte determinación de Mahiru hacen una mezcla perfecta en su sangre. El líquido irradia calor y fuerza de tal magnitud que lo vuelven casi una droga, espesa y adictiva, la determinación fluyendo hacia el centro mismo de Kuro.
Nunca había probado sangre así. La sangre de Mahiru jamás había sido tan deliciosa.
Con la mano libré -la que no sostiene la cabeza de su Eve-, el vampiro toma la cadera de su novio obligándolo a moverse mientras el alza las propias al encuentro de su carne.
Pasan los minutos y al tiempo que Mahiru cabalga sobre él, Kuro puede sentirlo llegando al climax. Es entonces cuando suelta su vena, lamiendo para cerrar la herida y se aleja para sonreírle. Gran error.
Sabe lo que el chico ve. Sus ojos rojos brillantes gracias a la satisfacción y su iris alargado, digno de un depredador.
De un León.
Espera que Shirota se asuste y se aleje, pero hace todo lo contrario.
El castaño se aferra aún más al cuello del vampiro y lo besa con ansias, sus lenguas luchando por la supremacía, sus labios en una guerra tan antigua como el amor. Shirota probando el sabor de su propia sangre.
"—Eres hermoso, Kuu-chan..."
Kuro sonríe y embiste con mayor fuerza el delicado cuerpo "—Te pones muy elocuente cuando te hago el amor, MahiMahi..."
Mahiru iba a replicar cuando una ola de placer anunciando su climax lo dejo mudo y sus labios buscaron, de nuevo, los de Kuro.
El grito de placer del castaño murió en la garganta de Sleepy Ash.
Kuro gimió al sentir las paredes interiores de su Eve apresar su miembro, provocando su propia liberación.
[...]
No puede evitar una mirada de amor hacia Mahiru mientras se abrocha el botón del pantalón y sube el cierre de la bragueta. Shirota está amarrado las agujetas de sus tenis y la marca hecha por su mordida en su cuello aún es visible.
Sleepy se siente embriagado por el sentimiento de orgullo que recorre cada fibra de su ser. Aunque no sabe si es por haber logrado mantener vivo al amor de su existencia o por haber dejado su marca en él.
"—Debemos darnos prisa, Kuro. Tenemos que salvar a Licht-san y a Lawless." El aludido hizo una mueca al escuchar el nombre de su hermano. Después de décadas intentando olvidar el motivo del odio de Codicia, ahora se siente como si realmente se lo hubiese merecido.
Como si leyera su mente, Mahiru lo alcanzó ofreciéndole su playera. Kuro alzó los brazos como niño pequeño, esperando que su mamá lo vistiera. Mahiru tuvo que hacer malabares para colocarle la prenda debido a sus diferencias de altura , aún si él se encorvaba.
"—Prometeme que hablaras con Lawless. Es tu hermano, después de todo, y se necesitan ahora más que nunca." El abrazo de Shirota era realmente cálido.
"—Supongo que debo agradecerle..."
Ya que fue gracias a que no lo perdonara que Kuro se encerró en sus inseguridades y deambulaba en la oscuridad por demasiado años... fue gracias a eso que él llegó a ese callejón y conoció a un humano problemático, molesto y jodidamente especial.
🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒
A falta de material de Shippeo en el manga. -A lo que KuroMahi se refiere ,claro- Les traigo esta suculenta escena que vendría a tomar lugar mientras todos están luchando en el edificio y Kuro está saliendo de la esfera en el laboratorio del loco de Johannes.
Ahora, ¿Cuantas aún lloran el final del anime tanto como yo? Y lo digo porque ya se acabó, no porque me hubiera encantado esa parte.
Es decir, esfumaron todas mis esperanzas de una segunda temporada y no conformes con eso hicieron de menos mi amado manga...
Pero bueno, no entraré en discusiones porque nos queda precisamente eso: el manga.
Mejor hablaré (escribiré) sobre las partes que SÍ me gustaron del final del anime.
• Kuro modo hermano mayor. Lo ame 😍 Todo protector con Lawless y todo hermano regañón con Tsubaki... bello bello.
•Licth yendo en búsqueda de su erizo idiota... yo soltaba un aww😍 cada vez que lo veía con Hyde en brazos.
•Misono deteniendo a Tetsu.
•Sakuya... (?) Dios, no sé qué decir que eso. No me lo esperaba.
•Y las escenas KuroMahi....
Mahiru protegiendo a su Servamp, no sólo de Tsubaki sino también de la lengua afilada de Mikuni.
Cuando Kuro se puso todo seme sobreprotector porque Tsubaki daño la bella carita de su uke(?)
Mahiru con su Tate-quieto León.
Kuro sonriendo ¡SU HERMOSA SONRISA!😍😍😍 al ver como Mahiru está dispuesto a Luchar junto a él....
•Y la escena final... ¡Kuro queriendo tocar un gatito y siendo pillado! ¡Se avergonzó! 😍 Y la carita de MahiMahi como de "Ajá" 😏
Juró que haré un one-shot de esa escena ❤❤❤
En fin... fue un honor ver este anime con ustedes.
Nos seguimos leyendo gracias al manga. -y los fics-
ByeByeNya🐾🐾
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