(V) El Renacer de los Furiosos

La tensión era perceptible en el ambiente. Los cinco estudiantes estaban bastante nerviosos ante la presencia de su maestra. La muchedumbre se mantenía en silencio, a la espera. Y tras el fuerte sonido provocado por un inmenso gong de cobre, el combate entre Víbora y los cinco aspirantes dió inicio.

Los primeros en cargar contra Víbora fueron Lain y Peng. Sus ansias no les permitían esperar más. Los dos leopardos de las nieves se entrelazaban y se acercaban con rapidez a Víbora, pero la serpiente ahora tenía varios años de experiencia sobre sus hombros.

Sin apenas mucho esfuerzo, Víbora logró deslizarse delicadamente entre los golpes que los leopardos de las nieves le propiciaban, y una vez posicionada a sus espaldas, los lanzó hacia los otros tres con un brusco giro de su cola. Víbora había perfeccionado su estilo de combate al límite. Muy diferente al estilo de Po, rígido y poderoso, Víbora se deslizaba entre sus oponentes con sutileza. Estudió la anatomía de cada especie, y sabía con exactitud los puntos débiles de sus oponentes. Al luchar, evitaba un enfrentamiento directo, en cambio, se deslizaba con gracia, como una hermosa danza. Y antes que su oponente pudiese notarlo, ya estaba derrotado.

La primera decisión de Víbora fue ubicar a todos sus oponentes frente a ella para evitar puntos ciegos. Y ahora, con todos los aspirantes reorganizados, comenzó el verdadero combate.

Esta vez, Bian Zao y Jing Mai cargaron de frente. Los enormes jabalí y búfalo de agua tenían un porte imponente con sus más de dos metros de altura cada uno. Los cuernos de Jing Mei y los colmillos que sobresalían de la boca de Bian Zao eran mortíferas armas que podían despedazar a sus oponentes.

Víbora no titubeó. Con un delicado gesto golpeó a Bian Zao por el rostro y lo desvió hacia un costado, provocando que este chocara con Jing Mei y ambos mastodontes cayeran uno sobre el otro. La muchedumbre gritaba de emoción, pero antes que Víbora pudiese reincorporarse, los dos leopardos de las nieves ya estaban sobre ella.

Víbora enrolló su cuerpo rápidamente sobre el brazo de Peng y lo empujó para que golpeara el estómago de Lain. La leoparda retrocedió por el impacto y Peng usó su otro brazo para intentar romper el agarre de la serpiente, pero lo único que consiguió fue un golpe directo en el rostro. Víbora se disponía a rematar a Peng, pero una sombra llamó su atención.

Sin siquiera mirar, Víbora soltó los brazos del leopardo y retrocedió justo antes que Jian pudiera alcanzarla. El ganso usaba un estilo muy similar al del Maestro Grulla. Un estilo que Víbora conocía muy bien al entrenar a su lado durante años. Jian descendió de los cielos justo entre Peng y Víbora, levantando un poco de arena que luego lanzó con un agitar de sus alas hacia la cara de la maestra.

Víbora saltó con fuerza hacia un lado sólo para encontrarse con Lain. La leopardo de las nieves logró acertar una patada en el cuerpo de Víbora. Pero lo que no se esperaba era que la serpiente usaría su propio golpe en su contra. Víbora giró sobre la sección de su cuerpo que estaba apoyado sobre la ardiente arena y le devolvió toda la fuerza de su golpe a Lain con la punta de su cola, y de no ser por Jing Mei, la leopardo de nieves hubiese salido de la arena de combate.

Ahora, Peng, Bian Zao, y Jian, lanzaron un ataque conjunto. Cada uno de ellos tenía sus propios estilos y características. Peng era explosivo, sus ataques eran rápidos y potentes al estilo de su tío Tai Lung. Jian era pequeño y lograba encontrar las aperturas, además mantenía la distancia desde las alturas, y finalmente, Bian Zao era fuerte y tan difícil de derribar cómo una montaña. Su técnica imitaba a la del maestro Rinoceronte: una defensa impenetrable, un muro sólido que cargaba de frente contra sus oponentes. Enfrentarse a este trío no sería sencillo, pero Víbora, más que mostrar preocupación sobre su rostro, mostraba una extraña sonrisa. Algo que adquirió de Po inconscientemente.

Bian Zao golpeó el suelo justo frente a Víbora, y aunque no le dió, la serpiente salió volando. Cubierta por la arena, el cuerpo de la serpiente era algo borroso, pero Peng y Jian saltaron de frente. La maestra estaba justo delante de ellos, pero cuando lanzaron sus golpes sobre la silueta camuflada por la arena, Víbora simplemente desapareció.

Peng y Jian quedaron atónitos. ¿Cómo era posible? Estaba justo ahí.

Bian Zao: - ¡Cuidado! -

El grito del jabalí sacó a Peng y a Jian del estado de shock en el que se encontraban, pero era demasiado tarde. Los dos miraron atrás lentamente, y ahí estaba. Unos enormes ojos rojos resaltaban sobre la cortina de polvo. Era Víbora. ¿Cómo era posible? ¿Cómo pudo desaparecer delante de sus narices a aparecer a sus espaldas? ¿Acaso fue simple velocidad? Cualquiera hubiese sido la respuesta, ninguno de los dos pudo evitar sus ataques. Jian fue lanzado contra el suelo con fuerza, y Peng recibió un fuerte golpe sobre sus costillas antes de poder darse vuelta.

Peng se cayó y rodó sobre el suelo y fue sujetado por Lain. Su respiración era errática, como si el golpe le hubiese dejado sin aire. Víbora cayó sobre el suelo al lado de Jian, quien no se movía. Al parecer, ambos habían quedado fuera de combate.

Víbora apenas pudo levantar la mirada y los enorme Bian Zao y Jing Mei estaban frente a ella, y antes que pudiera reaccionar, las enormes montañas golpearon el suelo con fuerza produciendo un fuerte ruido y levantando una espesa cortina de arena.

Ante tal sorpresa, la muchedumbre se quedó en silencio, mirando en shock las siluetas que apenas podían verse entre la arena. Lo dos enorme aspirantes quedaron paralizados, algo sorprendidos, pero antes que pudieran reaccionar, Víbora salió de bajo de sus manos. Entre el humo y el asombro, Bian Zao no pudo evitar que Víbora se deslizara por sus brazos y lo agarrara por el cuello, lanzándolo con fuerza de cabeza contra el piso.

Lain aprovechó el momento para pasar por al lado de Jing Mei e intentar tomar a Víbora por sorpresa, pero eso no iba a suceder. Ninguno de ellos lo sabía, pero Víbora, como la mayoría de las serpientes, era capaz de percibir las vibraciones que producían los pasos de su oponente con su cuerpo. Así que tomarla de imprevisto no era una opción.

Víbora se dió vuelta con prisa. Ninguno de los presentes pudo percatarse con excepción de Lain, pero el rostro de la maestra mostraba cierto descontrol. Esto desembocó a Lain un poco, la cual no pudo evitar recibir un potente golpe sobre su estómago. Lain cayó al suelo y Jing Mei fue en su ayuda, entonces se produjo un escalofriante suceso.

Los cinco aspirantes se recuperaban poco a poco, pero Víbora actuaba algo extraña. Mantenía su cabeza baja, pero sus ojos miraban hacia el frente. Sus ojos color verde azulados tenían una coloración rojiza. Sus pupilas verticales estaba contraídas a más no poder(*). Su lengua bífida se mostraba fuera de su boca en repetidas ocasiones y un silbido seco salía de su boca.

Po: - Ahora empieza la verdadera prueba. - Se susurró a sí mismo sin que nadie lo oyera.

Tanto los espectadores como el resto de alumnos comenzaron a sentirse nerviosos ante la presencia de Víbora. Cada uno de sus sentidos se estresaron ante las señales de advertencia que la serpiente hacía. La aterradora presencia y el silbido desgarrador provocaba un profundo miedo en el corazón de los presentes, o en casi todos.

A pesar de estar cansados y adoloridos, Lain, Peng, Bian Zao y Jing Mei, lograron reincorporase lentamente. Tanto cómo al resto, la imagen de Víbora causaba terror en sus corazones, pero su voluntad era aún más fuerte. El principal problema era Jian. El joven ganso dudó mucho, el miedo parecía estar apoderándose de él, pero no podía rendirse tan fácilmente. Al igual que Po en su niñez, Jian aspiraba a ser uno de los mejores maestros. Entrenó duro y sin descanso, y ese no sería el día que se diera por vencido.

Finalmente el ganso se puso de pie y se puso en guardia cómo el resto de sus compañeros. Los cinco estaban de frente a la terrorífica forma de su maestra, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso, pero eso no sería todo.

Víbora alzó su cuerpo y el delgado velo que llevaba sobre su cabeza se expandió, dándole un aspecto similar al de una cobra real. Sus ojos no cambiaban su siniestra mirada, y el silbido que producía se volvía cada vez más intenso.

Los alumnos que conformaban el círculo retrocedieron ante tal presencia, y los espectadores comenzaron a asustarse de verdad. A los cinco aspirantes se les podía notar el miedo grabado en su rostro, pero en vez de retroceder, se mantuvieron firmes resistiendo la enorme presión que se ejercía sobre ellos y sus corazones. Y finalmente, tras apenas treinta segundos. Víbora relajó su cuerpo y su rostro volvió a tomar la dulce sonrisa que siempre la caracterizaba.

Todos los presentes quedaron atónitos. Incluso los cinco aspirantes que no sabían cómo reaccionar, pero tras unos segundos de confusión, el enorme gong de cobre volvió a resonar tras la orden de Po, rompiendo el absoluto silencio.

Víbora: - Los cinco aún tienen mucho camino por recorrer. - Habló en voz alta tras tomar una gran bocanada de aire, para luego dirigirles la palabra uno por uno. - Lain. Debes confiar más en ti misma. Peng. Debes aplacar tu orgullo. Bian Zao. Debes controlar tus impulsos. Jing Mei, debes mirar más a tu alrededor. Y Jian, debes controlar tus dudas. -

Las palabras de Víbora marcaron un profundo silencio una vez más. Los aspirantes bajaron la cabeza y saludaron con respeto, creyendo que ninguno había pasado la prueba. Los cinco se sentían derrotados, y les pesaba haber decepcionado a su maestra, pero Víbora aún no había acabado.

Víbora: - Aún así. Tiene lo necesario para seguir adelante. ¡Felicidades! ¡Ahora los cinco serán los nuevos Cinco Furiosos! -

Al concluir, el gong volvió a sonar con fuerza, esta vez, acompañado por los cientos de tambores que percutaban constantemente. Desde todos lados se lanzaron confeti y fuegos artificiales, acompañados por la gran emoción que no podían contener los espectadores. Los cinco aspirantes quedaron atónitos. Ninguno de ellos podía creerlo.

Los cinco saludaron con fuerza y emoción a su maestra, y Víbora correspondió el saludo con orgullo, para luego retirarse de la arena y llegar hacia donde Po estaba. Víbora y Po se saludaron marcialmente mientras ella se colocaba a su lado y los miles de estudiantes miraba con paciencia. Los nuevos Cinco Furiosos permanecían en el centro mientras Po los miraba con orgullo. Y cuando Víbora se detuvo a su lado, los tambores y la muchedumbre hicieron silencio.

Po: - El día de hoy es un día de regocijo para el Valle de la Paz, y para el Kung Fu. Una nueva era comienza a dar sus primeros pasos. El día de hoy... el universo nos ha enviado a los Cinco Furiosos. -

Cuando Po concluyó, uno de los sirvientes del palacio hizo sonar un pequeño gong dorado, y seguidamente, los tambores volvieron a resonar junto a los gritos de alegría de la multitud. El resto de estudiantes corrió entusiasmados hacia los Cinco Furiosos para expresarles sus felicitaciones mientras los maestros Po y Víbora se dieron vuelta y regresaban hacia el palacio.

Víbora: - ¿Crees que lo hice bien?

Po: - Lo hiciste excelente. -

Víbora: - Creo haberme excedido un poco. -

Po: - La verdadera fortaleza de los guerreros yace en sus corazones, no en sus músculos o habilidades. La capacidad de enfrentar el miedo es lo que hace de los Cinco Furiosos algo único. - Víbora se alegró ante las palabras de Po, pero algo la estaba preocupando.

Víbora: - "Una nueva era..." Es... difícil de aceptar. -

Po: - Es natural e inevitable. Algún día estaremos junto a Oogway, Shifu y al resto de maestros. Lo único que podemos hacer es dejar un legado aquí. -

Decía mientras miraban con cierta felicidad cómo el resto de los estudiantes lanzaban por los aires a los nuevos Cinco Furiosos, incluso a los enormes Jing Mei y Bian Zao. Pero las palabras de Po no eran del todo ciertas. La verdadera razón por la cuál decidió que ahora era el momento indicado, era porque sentía una inmensa oscuridad aproximarse.

(*) Se que en la película Víbora tiene las pupilas redondeadas, tal vez para que parezca menos aterradora. Pero el personaje esta inspirada en las víboras del bambú, las que si tienen las pupilas verticales. Creo que este detalle provocaría que su rostro en ese momento fuera aún más aterrador.

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