(IX) La Camaleona

Po: - Así que tu eres la famosa Camaleona. -

Camaleona: - Veo que no necesito presentaciones, gran Guerrero Dragón. Así como veo que ya conociste a mi protegida. - Decía mientras señalaba a Zhen.

Po: - Si... Ya... Nos conocimos de antes. -

Entonces Zhen se dió la vuelta, con la cabeza baja oculta dentro de su capucha, incapaz de saber si era por miedo a la Camaleona o por vergüenza hacia ella misma. Entonces, le ofreció el báculo a la reptil.

Zhen: - Aquí tiene... Señorita Gongzhú. -

Gongzhú: - Ah... perfecto... Muy buen trabajo, aprendiz... Muy buen trabajo. 

Con un acto de completa sumición, Zhen se inclinó ante la ahora conocida como Gongzhú y le entregó el Báculo de la Sabiduría, quien lo aceptó sin dudarlo. 

Gongzhú: - Por fin... Ahora tengo el poder para cumplir mi destino. -

Po: - Dejame adivinar... Vas a conquistar China y todo eso. -

Gongzhú: - ¿Qué te hace pensar eso? -

Po: - No lo se... Quieres riquesas, poder. Tienes un ejército a tu disposición... Es bastante esquemático si quieres mi opinión. -

Gongzhú: - No te equivoques, panda. No me compares con lord Shen. Yo no tengo esas intensiones. -

Po: - ¿A no? ¿Y por qué exiges entonces tantos tributos? -

Gongzhú: - Mantener un ejército y a los políticos corruptos de esta ciudad contentos no es algo que se pueda logar solo con caridad. Pero creo que te estas confundiendo, panda... Por qué no... me dejas contarte una historia. -

https://youtu.be/NntTYAsoBLk

(Mira Dreamworks... Así se hace una historia de trasfondo desente XD)

Gongzhú: - Le enseñaré a esos bastardos... Les mostraré el verdadero poder de la magia, y que su patético Kung Fu es inútil ante mi. -

Po: - Y todo este... ¨juego de falcedades¨... ¿Por qué? ¿Por que tanto empeño para traerme hasta aquí? -

Gongzhú: - Bueno... Tu presencia aquí no es más que un imprevisto. La verdad solo necesitaba el báculo para cumplir mi cometido, pero entiendo que Zhen no halla podido cumplir con tal tarea sola... En cambio... Ya que estás aquí... Serás el conejillo de india perfecto para mostrar mi punto... cuando acabe con tu vida. -

Po: - Bueno... Si tan desesperada estás por comprobar lo patética que es tu magia... ¿Por qué no me liberas y lo averiguamos? - Pero tal comentario solo causó una risa en la camaleona. 

Gongzhú: - No no. Yo soy muy conciente de mis habilidades, y no subestimaré al Guerrero Dragón, ni a ningún guerrero en este mundo. Para eso... Debo hacerme más fuerte. Y ya se como hacerlo. -

Po: - Algo me dice que no quiero oir la respuesta. -

Gongzhú: - Ahora que tengo la llave al mundo de los espírtus en mis manos, usaré mi magia para reclamar el poder de cada maestro muerto antes de mi. Seré... invencible. -

La frase de la camaleona concluyó en una sínica risa, la cual duró más de lo que Po hubiese querido, aún así, el panda parecía prestarle poca o casi nula atención, pues él estaba más enfocado en encontrar una respuesta en el rostro de Zhen. Pero ella era incapaz siquiera de mirarlo a los ojos. 

Po: - ¿Sabes...? Nunca he entendido porque ustedes villanos siempre quieren contarme sus planes malévolos... Es muy cursi. -

Gongzhú: - ¿De qué estas...? -

Po: - Pero esto ya se volvió aburrido. Supongo que tendré que detenerte. -

Gongzhú: - Oh... ¿Y como harás eso exactamente? Esos barrotes están infundidos con una magia milenaria... Ni siquiera el Guerrero Dragón sería capaz de destruirlos. 

Po: - Es posible... Pero eso solo se aplica a los barrotes. -

Definitivamente nadie esperaba el ingenio del Guerrero Dragón, mucho menos su desmesurada fuerza. En un acto que parecía imposible, Po golpeó el suelo bajo de él y el suelo de piedra fina se resquebrajó ante su fuerza. Una y otra vez, sus puños no dudaron ni por un segundo, y con solo unos golpes, creó una enorme grieta que lo hizo caer junto a la pesada jaula consigo. 

Por la forma del castillo, era probable que bajo tal sala hubiese algo más. Una especie de guarnició o algo similar. Y estaba en lo cierto al cien por ciento. Con un movimeinto preciso, Po salió de la jaula y la mandó a volar lejos de él. Que no fuese capaz de romperla no quitaba el hecho que fuese capaz de manipularla, mucho más en caida libre. Aunque no esperase que cayer justo encima de unos desafortunados soldados que estaban en el momento y en el lugar equivocado. 

Ahora, Po aterrizó sobre un piso igual de sólido, y una espesa cortina de humo se alzaba ante el destrozo que haía hecho. La luz de la luna se colaba por el mismo agujero que sus puños dejaron sobre el jade, dándole la forma de un espectro nocturno, al igual que todos los guardias que lo rodearon en cuestión se segundos. Todos portando peligrosas alabardas o espadas sumamente afiladas. Entonces... la batalla comenzó. 

Los reptiles armados se lanzaron sobre el gran maestro, el cual sin apenas esfuerzo esquivó sus armas mientras mandaba a volar a todos por los aires. La discreción ya no era una opción, y Po no dudó en despojarse de su túnica, la cual usó para segar a varios oponentes antes de lanzarlos contra la dura pared de piedra. Aunque el sombrero lo conservaría. Eso lo hacía verse bárbaro. 

Una a uno los incontables enemigos iban cayendo antes la sombra que el gran maestro dejaba en la estela de polvo. No había arma lo suficientemente rápida para alcanzarlo, o enemigo lo suficientemente resistente para soportar uno de sus golpes, en una brutal pelea que lo condujo poco a poco haca una puerta, la cual conectaba a uno de los largos pasadizos sobre las murallas del palacio. 

Allí, dos desafortunados guardias vieron al intruso y creyeron ser capaces de detenerlo. Pobre inocente que no pudieron hacer nada ante un simple golpe, el cual mandó a volar a ambos fuera de los muros, a una muy posible muerte. 

Ahora, en un minúsculo ápice de silencio y soledad, Po era capaz de recuperar el aliento, mientras su mente se saturaba de pensamiento negativos. Se veía a si mismo como un tonto al caer en una trampa tan obvia. 

Debió haberlo visto venir. Debió haber previsto la traición de Zhen. No de este modo, pero debía saber que tarde o temprano sucedería. ¿Por qué rayos confió en ella en primer lugar? ¿Por mostrar debilidad? ¿Por mostrar compasión? Eso no significa nada, y él como maestro y como Guerrero Dragón debía saberlo. O al menos estar preparado para tal evento. 

Pero no. Bajó la guardia en el momento más inoportuno, y ahora se encontraba en una situación desventajose. La Camaleona mencionó que obtendría el poder de los guerreros del pasado, pero Po no sabía exactamente a qué se refería. Seguro algo relacionada con la oscura magia que escapaba a su comprensión. 

Más, sabía que el Báculo de la Sabiduría era una pieza importante para los planes de la Camaleona. Después de todo, después de toda esta treta, el único propósito detrás de este meticuloso plan era obtener dicho artefacto espiritual. Po no sabía que tenía ella planeado, pero sabía que debía detenerla a toda costa. 

Zhen: - ¡Po! -

De pronto, la voz de Zhen lo sacó de sus pensamientos. Po alzó la mirada solo para ver con furia como la zorra se acercaba a él, portando en sus manos el Báculo de la Sabiduría. El cómo se lo había quitado a la camaleona era un misterio, un misterio sin importancia que se veía opacado por la necesitad de recuperar el artefacto. 

Po: - Tienes muchas agallas para venir después de lo que hiciste. -

Zhen: - Perdóname por haberte mentido... Solo hice lo que me ordenaron. -

Verla no le dió la menor gracia al panda, y ahora caminaba hacia ella con un semblante claramente colérico. No le importaban sus disculpas... No le importaba nada de lo que ella tuviese que decir. No podía volver a confiar en esa rata de alcantarillas nunca más. 

Po: - Me da igual tus disculpa. Puedo perdonar muchas cosas... Pero no perdono la traición. - Decía mientas cada vez estaba más cerca. - Voy a detener a la Camaleona... Y tu no volverás a interponerte en mi caminó. -

????: - ¡PO! -

De pronto, la mente del maestro recibió una fuerte sacudida. Una voz proveniente de su espalda rompió toda lógica en su pensamiento. No era posible. ¿Cómo?... La voz a sus espaldas era la Zhen... Pero Zhen estaba justo al frente y esta no había movido sus labios. 

Po quedó estupefacto, y se dió la vuelta solo para ver, efectivamente, a Zhen descendiendo por los muros del palacio con marcada prisa hacia donde él estaba. La gran pregunta era... Si esa es Zhen... Entonces... ¿Quíen era la que estaba a un paso de él? 

Zhen: - ¡NO! - Grito la Zhen que corría desde el interior del palacio. 

Po sintió un escalofríos recorrer su cuerpo, cuando una energía misteriosa comenzó a concentrase justo a su lado. El panda solo bajó la mirada, mientras los ojos de la falsa Zhen se tornaban de un brillante color celeste. Po no había visto a la Camaleona transformarse hasta este momento, y la sensación que le dió al ver la verdad con sus propios ojos le heló la sangre... Pero no hubo momento para arrepentimiento. 

En un acto frenético, la mano de la Camaleona adquirió un tétrico color oscuro con patrones celestes que parecía queres estallar, y con solo un movimiento, dicha energía estalló justo frente a Po, lanzándolo por los aires fuera de los muros del palacio. Una enorme caía desde cientos de metros hacia una muerte segura. No había que pudise hacer para salvarse. 

Po: - ¡NOOOOOOOO! - Solo pudo gritar al ver al pande caer y perderse entre la espesa cortina de niebla mañanera que rodeaba el castillo sobre la montaña. 

Ahora, Zhen miraba con horror lo que había provocado. Las consecuencias de sus actos, mientras la oscura presencia de su mentera se arrastraba a sus espaldas, retomando su forma original mientras admiraba con especial júbilo el báculo que ahora le pertenecía. Ignorante de los conflictos que saturaban la mente de su pupila. 

Gongzhú: - Bien hecho, Zhen. -

Zhen: - ¿Por qué...? - Susurró

Gongzhú: - ¿Que diiste? - 

Zhen: - ¿Por qué hiciste eso? No era necesario haberlo... haberlo... -

Gongzhú: - Era muy ingenua... Aprendiz... Pero ya hablaremos de eso más tarde... Ahora mismo... tenemos cosas más importantes que hacer. -

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