(III) El Regreso de Kai
El plano terrenal no era el único donde los problemas acechaban, puesto que, en los tranquilos baldíos del plano espiritual, Oogway se encontraba en una profunda meditación. Bajo las hojas de un brillante durazno dorado que caían suavemente, Oogway buscaba la Paz interior. Pero la Paz no era lo que iba a encontrar, dado que algo perturbaba su tranquilidad.
Desde otro plano del mundo espiritual, uno más lúgubre y color verdoso, las hojas de una espada encadenada se aproximaban a la paciente tortugas a gran velocidad, haciendo que este saliera de su letargo. Sin apenas inmutarse, agarró con ambas manos la hoja que le podría haber cortado el pecho en dos. Luego, levantó la mirada ligeramente, y con su bastón de jade, golpeó la espada que tenía sujeta y la lanzó hacia otra que caía desde las alturas en un movimiento simple y elegante.
Las dos espadas chocaron en pleno vuelo mientras Oogway dejaba su posición de meditación y adoptando una postura de combate.
Oogway: - Kai. Viejo amigo. -
Desde el otro plano del mundo espiritual, se asomó un ejemplar de toro Black Pied con una enorme cornamenta. De sus ojos emanaba una brillante miasma verde y miraba a Oogway con cierto rencor. Su pelaje estaba desgarrado y las tiras simétricas flotaban paralelamente a su cuerpo. La espadas estaban unidas a su brazo, las cadenas que las sujetaban penetraron su piel y se fundieron con sus huesos. El cuerpo del vacuno apenas era reconocible, pero Oogway fue capaz de reconocer a su viejo camarada incluso detrás de tan deforme figura.
Oogway: - Veo que el tiempo no te ha tratado bien. -
Kai: - Oogway. - Decía su nombre con una voz demoníaca envuelta en odio.
Oogway: - Ha pasado tiempo viejo ami -
Oogway no pudo terminar su frase, y la grotesca figura de Kai se lanzó de frente sobre él. Su cuerpo se propulsaba con fuerza en el vacío del plano espiritual. Usaba sus espadas como resorteras que encajaba sobre las rocas flotantes para impulsarse con fuerza. En un abrir y cerrar de ojos, Kai cortó una enorme roca sólida de varias toneladas y aterrizó con fuerza donde Oogway estaba, creando una escalofriantes cicatrices verdes sobre la roca y consumiendo al durazno hasta convertirlo en cenizas.
Oogway saltó para evitar la embestida de Kai mientras miraba con terror la silueta de lo que antes fue su amigo. Al mirar con cuidado, Oogway también se percató que atados al cinturón de cuero de Kai, había unas pequeñas figuras de jade talladas, algo bastante extraño.
Oogway: - Kai, viejo amigo. ¿En qué te has convertido? -
Oogway tomó su bastón y cerró los ojos mientras respiraba profundamente. Su bastón comenzó a brillar y se transformó en una imponente Guja(*) que solía usar al luchar codo con codo con su amigo. Nunca contra él.
La deforme figura miró hacia arriba y saltó haciendo movimientos bruscos y algo desordenados, a veces parecía que sus articulaciones simplemente se rompían sin control.
Kai: - ¡Oogway! - Gritaba con odio.
A pesar de su dolor, Oogway tuvo que enfrentar a lo que antes consideraba su hermano en una violenta batalla que estremeció el mundo espiritual. La poderosa Guja bloqueaba con suma precisión las fieras espadas encadenadas de Kai, e incluso logró acertarle un corte que lo atravesó desde su hombro hasta su cadera en una trayectoria diagonal.
Kai cayó sobre un fragmento de piedra flotante, sin distraer su tenebrosa mirada de su antigua amigo y maestro. El nuevo corte abrió el cuerpo de Kai una vez más, sin embargo, las tiras de piel simplemente se quedaban flotando alrededor de sus huesos.
Más que simplemente hacerle un corte, la verdadera intención de Oogway era arrebatarle el cinturón con las extrañas figuras de jade. Pero cuando las vió, la vieja tortuga quedó en shock.
Oogway: - Oh no. Kai. ¿Qué has hecho? - Refiriéndose a las piedras de jade, que se trataba nada más y nada menos que de las almas de antiguos maestros del Kung Fu. Todos, antiguos alumnos de Oogway.
Kai: - ¡Oogway! - Volvió a gritar con odio.
Kai saltó tomando a Oogway de imprevisto. Su velocidad se había incrementado exponencialmente, y la vieja tortuga no pudo hacer nada para evitarlo.
Kai penetró el duro caparazón de Oogway con unas de sus espadas de jade mientras envolvía su cuerpo con la otra. Lentamente, comenzó a jalarlo hacia él mientras la tortuga no podía hacer más que mirarlo con tristeza sin poder decir una palabra con su pecho perforado por la hoja de la espada.
Finalmente, cuando Kai arrastró a Oogway lo suficientemente cerca, usó sus manos en unos extraños movimientos y el cuerpo de Oogway comenzó a transformarse en jade, para luego, convertirse en una pequeña piedra similar a las anteriores.
Kai había absorbido el Chi de Oogway, y su cuerpo comenzó a hacer pequeñas explosiones de energía que trituraban y desfiguraban aún más su deforme figura. Una miasma descontrolada de energía verde comenzó a rodear su cuerpo mientras generaba una onda expansiva que arrasaba con todo a su paso en el mundo espiritual, y tras unos segundos, la terrorífica figura simplemente desapareció.
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En uno de los rincones de China, al lejano oeste había una pacífica granja donde sus residentes se dedicaban a sus labores diarias. Pero entonces, una enorme bola de miasma verde comenzó a sembrar el caos en uno de sus campos mientras consumía la vida de la tierra y los vegetales a su alrededor comenzaron a pudrirse.
Los dos granjeros presentes miraban con terror cómo la enorme bola de miasma se disipaba, dejando ver a la terrorífica figura de Kai. Lentamente, Kai se puso de pie, y las tiras de piel que flotaban libremente alrededor de su cuerpo comenzaron a acercarse y a unirse entre ellas. Y tras unos segundos, Kai había recuperado la forma que antes tenía en el mundo terrenal.
Kai: - Al fin. He regresado. - Dijo un poco más calmado que la ira que antes tenía en el mundo espiritual.
Kai levanta la cabeza y ve a los dos granjeros, y antes que estos pudieran mandarse a correr, Kai usó una de sus espadas encadenadas para cavar un profundo surco y cortarles el paso. Los granjeros no tuvieron más remedio que quedarse donde estaban, mirando aterrados como el enorme toro se acercaba a ellos lentamente.
Kai: - ¿Por qué tanto miedo? ¿Acaso vieron a un fantasma? - Les preguntaba cínicamente. - ¿Alguno de ustedes sabe dónde queda el Palacio de Jade? -
Granjero: - No señor no sabemos. - Dijo tartamudeando y consumido por el miedo.
Kai suspiró profundamente, y tomó varias de las piedras de jade que colgaban de su cinturón y las lanzó al aire. En pleno vuelo, las piedras comenzaron a emitir una luz verde brillante y a aumentar de tamaño, cayendo sobre el suelo como los guerreros que antes eran.
Kai: - Vayan, y encuentren a los últimos alumnos de Oogway. -
Las estatuas de jade con vida se dieron vuelta y se dispersaron por los campos hasta perderse en la lejanía.
Granjero: - ¿Qué pasará con nosotros? - Preguntó con miedo.
Kai: - A ustedes los dejaré descansar en paz. -
Ante que los granjeros pudieran mostrar una leve sonrisa aliviados, Kai les cortó la cabeza a ambos de un solo tajo de su espada.
Kai: - En paz para toda la eternidad. -Dijo mientras las cabezas de sus víctimas rodaban colina abajo sobre el suelo árido de lo que antes fue un próspero campo de vegetales.
(*)Guja: Arma medieval similar a una alabarda (Una lanza con filo en uno o ambos lados, más la punta) que era más ligera y versátil.
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