Prólogo

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La mujer de cabellos negros se encontraba observando desde hace mucho tiempo el artilugio tecnológico que había justo en el medio de su cama. Si bien en sus tiempos esa cosa tuvo un gran camino para llegar a ser tan elegante, haber obtenido sus primeros modelos de celular entre ellos: Nokia, después el BlackBerry que había muerto a manos de Irina, y luego su último celular que era el más antiguo que era una combinación para todo: el mp7, un celular para usar dos tarjetas de sim, radio y televisión incluido con antena, lo mejor de un mundo; pero lastimosamente había muerto tras un arranque de frustración y desde allí ya no quiso tener más celulares, se podría decir que solo su familia disponía de uno, el no moverse mucho ayudaba en esta situación, no eran muy nómadas que digamos, pues no había necesidad de usar uno.

Un celular J1 Ace, Android Samsung de buena gama, nueva y pequeño. Bastante sencillo, una pantalla táctil y el forro era de un tono rojo con bordes negros como la oscuridad. El motivo por el cual observaba aquel objeto era porque hace varios días que ha estado sintiendo una extraña necesidad de volver junto a su rubio hermano mayor, pero temía que llegara para molestar sus días tranquilos. Si bien podía ser la más pequeña en estatura pero era la medianamente vieja(por no decir que era 20 siglos menor que Carlisle en cuanto a la edad de su amigo y doctor personal.

—¿Cuánto te vas a tardar para decidirte en una sola cosa?

La voz de Kate Denali había inundado el ambiente silencioso, logrando sacar un suspiro innecesario en la mujer que se encontraba observando esa cosa. Realmente hace como unos meses había accedido a comprarlo pero aún no se acostumbraba a tener tanto lujos.

—Realmente quiero hacerlo. Pero... ¿Y si le dificulto más su vivencia con mi presencia? —la inseguridad en la pequeña mujer de facciones regordetas pero finas a la vez, era notable.

—Kuarahy, mi pequeña hemos hablado por tantas décadas de lo mismo... Para Carlisle nunca has sido una carga, ni siquiera para nosotros. A pesar de las diferencias físicas, eres parte de la familia ya sabes que la familia se ayuda y se cuida.

Levantó los brazos la mujer de ojos ámbar para pedir un abrazo con un leve puchero. Logrando que, Kate Denali cayera ante el encanto de su hija adoptada, la adoraba y sentía demasiado cuan difícil era su vida. Inclusive tras la vida inmortal.

—Entonces, iré a visitarlos una temporada. Espero que Irina no se adueñe de mi cuarto.

—¡Ni que la fuera a quemar! —exclama a lo lejos la mencionada.

—Eres muy capaz. —se mofa la pequeña. Logrando que Kate y Tanya se rían un poco.

—¿Entonces te irás con los Cullen un tiempo? ¿Ya avisaste? —dice Eleazar mientras cruzan por la puerta junto a su esposa.

—Uhmm... Aún no. Pero me emociona llegar de sorpresa. ¿creéis que los moleste?

Eleazar y Carmen Denali niegan divertidos, pero es Carmen quien comenta primero:

—Las sorpresas son buenas, ¿Quién sabe...? Tal vez que para la vuelta ya encuentras al Tua Cantante, sería muy bueno.

—Fua... No gracias. Creo que ya tengo suficiente con mis hermanas y madre —se mofa Kuarahy, logrando que todos terminen riendo.

—No me tientes pequeña, que todos sabemos cuanto disfrutas de los placeres de la vida—dice Tanya con una mirada pícara, logrando que la joven Kuarahy se remueva incómoda.

—Mamá diles algo —alarga la palabra rezongando.

—Cálmense chicas, que mi bebita tiene un momento de vergüenza. Hay que aprovechar. —se mofa divertida Kate.

Logrando que la menor gruña avergonzada. Aunque aquello no dura mucho ya que las chicas ayudan a la pequeña a preparar sus remeras y muletas.

[...]

En el viaje Kate y Tanya habían llevado a la pequeña Kuarahy a Forks, donde se ubicaban actualmente los Cullen. Pero en el camino muchas cosas habían ocurrido y el aroma a sexo estaba fundido con el auto. El tener relaciones sexuales con tales características y en familia no era un tabú, por lo que no hubo necesidad de adivinar ya se sabía de antemano que Tanya era la más activa que Kate e Irina no quedaba detrás, era obvio que Rahy no iba evitar su destino. ¿Con que más desperdiciaría el gran tiempo de la eternidad?

—Espero nos extrañes mucho pequeñita, ya sabes que eres bienvenida en casa.

Kate Denali besa su frente mientras le entrega a Emmett las pocas maletas de su pequeña integrante. Mientras que Tanya abraza fuertemente a su hermanita, arreglando su cabello despeinado.

—Diviértete y aprende mucho. Recuerda cuánto te queremos y estaremos esperando tu regreso —sonríe mordiendo el labio.

Kuarahy estaba segura que si fuera humana sus mejillas estarían muy sonrojadas con esa mirada y labios pícaros que poseía su hermana mayor, Tanya.

«Perdón señorito Edward, por perturbarlo» pensó avergonzada.

El cobrizo asintió dedicándole con una sonrisa divertida. Como si le restará importancia a los pensamientos que ya estaba acostumbrado de ver en las hermanas Denali. Era normal notar la actividad sexual en esas hermanas, más de Tanya Denali porque con Kate era más reservada, ella la miraba más como su bebé, y siempre buscaba que de alguna manera se sintiera viva más que una muñeca de cáscara linda pero vacía, porque así sabían que se menospreciaba la menor.

—Familia, los esperamos pronto en casa, espero nuestra pequeña no les sea un caos como piensa y pues... Ya saben, nosotras siempre estamos para cualquier cosa —dijo Kate mientras abrazaba a Tanya, mirándola.

—Vamos viejitas, no se vuelvan sentimentales no me voy de por vida de casa, tontas —bufa la mujer de cabellos negros, con aquel corte de cabello pixie.

—¡Encantada la cuidamos, estará feliz con nosotros, lo he visto! —dijo una chica del mismo corte de cabello pero más petiza.

Kuarahy se extraña, la última vez solo recordaba que la familia tenía a Rosalie y Edward en ella, habían tres personas que no conocía, entre esas la duendecillo, el hombre de porte militar y por último el grandote de musculatura. Una vez dentro y verlas marchar supo que solo quería ir directo hacia su creador, solo lo pudo lograr con facilidad acostumbrada ante la ayuda de las muletas, por lo que una vez que llegó a los brazos de Carlisle se relajó tanto que dejó caer una de las muletas al suelo, por suerte y el rubio ya estaba siendo su soporte en cuestión de segundos factible por la velocidad vampírica.

—Te extrañé mucho hermanito.

—También te extrañe mucho señorita, ¿quieres que te muestre tu alcoba? aunque no lo creas, gracias a uno de los nuevos integrantes de la familia ya sabía de tu llegada. Además, la amoblaron para tu disfrute.

Una vez dicho eso, me sorprendió notar que había una adición a la casa, y extrañamente no era por las condenadas escaleras. Dios sabe al fin que necesito más recompensas como ésta, al fin sin sufrir. Detestaba subir y bajar por las escaleras con las muletas de una u otra manera siempre terminaba cayendo por las mismas.

—¿Entonces... ? Ésta es la casa que Esme tanto me has hablado? —pregunta Rahy, una vez, que Esme le pasa la otra muleta. —Gracias, querida.

—Si, he estado tan al pendiente de tenerla a tiempo, que con tu visita me emocioné demasiado. Ya te extrañábamos mucho querida, además, deseaba tanto que conocieras a tus otros hermanos —dijo Esme mientras besaba sutilmente la mejilla de la joven de cabello negro.

—He notado, y al parecer ya no soy la única con el mismo corte, me encantaría que me acompañase a hacerme un cambio de look, quiero dar buena cara a mi pequeño alojamiento con ustedes. ¿Te apetecería querida Esme?

—Sería un placer, estoy segura que Rosalie estará encantada, ya sabes que ella quiere siempre la mejor vestimenta para ti. —bromea levemente Esme.

—No la invoques, que aún no me recupero de la última vez, realmente no quiero que desperdicien dinero en mi, ya sabes mis motivos..

—Y lo respetamos, pero te queremos cual una hija pequeña, siempre lo serás.

—Si pudiera llorar, créeme que lo haría querida, porque sus palabras son tan bonitas para mi humilde corazón.

Siendo así como Carlisle, fue guiándonos ante el recorrido a la que sería mi habitación y de paso, contándome de su trabajo y de la vida dentro de Forks, también de un Tratado Quileute con unos lobos, lo cual me fue llamando mucho la atención, ya que solo de vez en cuando notaba lobos en Canadá. Aunque les tenía respeto a los animales, le dolía matarlos pero la propia naturaleza salvaje que los bosques poseían la habían dejado así, con su final inmortal. Nada podía hacer para cambiarlo.

—Entonces... ¿Mañana iremos a verlos? Supongo que sería lo ideal no? —pregunta la joven.

—Exactamente, por lo que una vez que acomodes tus cosas, te estaremos esperando en la Sala, para que después te cambies de look, pequeña.

—Entendido, no tardaré. Solo una ducha corta y voy.

—Te esperamos, cualquier cosa, solo dime querida.

—Muchas gracias por su amabilidad, los quiero y los he extrañado mucho.

Ambos le sonrieron, dejándola sola en su propia intimidad. Rahy hizo un piquito de pato entre sus labios, haciendo maniobras para encontrar la nueva ropa, su toalla; prontamente y con cuidado entrando al baño. Sin duda los Cullen se daban sus pequeño lujos, extrañaba su pequeña casa en esos suburbios humildes de su antiguo hogar, a veces se sentía tan sacada de onda al ver como muchos disfrutaban de estos lujos adinerados que para ella no eran indispensables porque lo pequeño, barato y justo tenía gran significado de comodidad.

Perdiéndose tras las puertas, solo tenía en mente una cosa, disfrutar la estancia, cambiar su look como para volver loca a su madre y hermanas, para después presentarse de la mejor manera ante los Lobitos. Algo le decía que había un secreto y gran aventura por descubrir para ella en esos terrenos. Y esperaba  que no fuera nada malo, porque otra cosa añadiendo a su gran lista de infortunios tan solo la haría querer dormirse en los laureles para ya nunca moverse más. 








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Me tardé un poco en subir el prólogo, porque se fue la luz en mi casa. Hasta recién volvió. :") Aquí les dejo el prólogo, espero que les de una idea de lo que pasará, me encantaría saber sus hipótesis, realmente me da intriga vuestros pensamientos.

¿Creen que los lobos tendrán una reacción mala o buena? Una nueva chupasangre ha llegado, es obvio que les molestara, pero el cáscara no es el mismo.

¿Será Rahy la excepción? Ni idea.

¡Saludos! Y muchas gracias por contestar a la sinopsis me habéis hecho muy feliz. Nos leemos pronto. Espero estéis teniendo buen día.

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