❛23❜
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Desde aquel momento, por alguna razón Billy y Kuarahy se complementaban perfectamente. Si uno cocinaba, el otro completaba sus acciones. Era extraño ver que parecían danzar juntos, pero por algun motivo en el momento en que estuvieron solos, Billy agarró la mano de Kuarahy y la detuvo despues de haber comido algo, parecía que había algo que hablar íntimamente.
-¿Qué pasa?
Fueron las primeras palabras de Kuarahy al estar tarareando mientras lo veía y ella probaba si comer carne de animal con sangre le funcionaba igual, y prácticamente funcionaba pero era muy raro verla calladita.
-Quiero saber que pasó mientras no estabas conmigo, y como pasaste tu día de regreso al Instituto -preguntó suavemente, en aquellas fosas oscuras que tenía por ojos se encontraba una preocupación y amargura.
-Hay cosas que no te van a gustar, e hice todo lo mejor pude para evitarlo, pero. . . Tengo que ser sincera, realmente no creía que pudieras aceptarme, por un momento me rendí al dolor del rechazo. E irme con mi familia a Canadá solo me confirmó que ya nada es divertido como antes si no estoy contigo. Mi naturaleza y ser se han impregnado solo en las pequeñas cosas que he apreciado con tenerte cerca.
-¿H-haz tenido sexo? Apestas a vampiro, demasiado para mi gusto -admite amargamente.
-Si, pero fue mi castigo por quemar a Edward.
Billy Black, lo primero que siente ante la sinceridad, es dolor y amargura de que no lo hubiera hecho con él, pero luego frunce el ceño sin comprender, ¿quemar?
-¿Quemar?
-Billy, soy un sol encerrado en un jarro de cristal que nunca se romperá. Irónicamente mi nombre y personalidad se enlazaron con el don que desperté en vampiro. Quemé a Edward en un manojo de sentimientos, porque te extrañaba. Y. . . Últimamente he estado teniendo mal humor, y el mal humor es la amargura de no tenerte, de no poder dejarte en claro mis sentimientos, de no unirme contigo, porque. . . ¡Porque soy una maldita que solo me mato a mi por tenerte tal respeto de no querer incomodarte mas!, más de lo que ya estás con mi presencia -se muerde el labio la albina, llena de frustración sexual, amor y dolor.
-Quieres decir que: te has ido, has tenido sexo pero no ha funcionado porque me tienes siempre en tus pensamientos y no me lo pediste porque soy muy obvio ante aun mis contradiciones de costumbres y aceptación hacia ti.-dice con el rostro neutro como si estuviera masticando cada palabra.
Kuarahy estaba segura que si hubiera estado viva, sus mejilla se le habían calentado de la vergüenza y enojo que poseía, contra si misma y las palabras que Billy decía, parecía estarse burlando de ella.
-Si, ¿que puedo decir? La tua cantante que me tocó es un cabeza cuadrada que sigue sus leyendas al pie de la letra, que no quiere ceder al amor aunque esto le este matando de angustia y dolor a su impronta, y bueno. . . ¡El hecho que sea inmortal no te da derecho de hacerme esto! Es una injusticia, es una maldita burla, ¿que te he hecho yo para merecer tantos rechazos? Realmente ser vampiro siempre me traerá angustias?¿tengo que ir junto a los Vulturi y pedir que me maten para terminar con sus angustias? ¿Para que seas libre?
Menos mal que Jacob había sido un buen hijo, quedado en que esa noche les dejaba para que arreglasen sus problemas, que estaría en la casa de Embry hasta el otro día. Porque esas palabras no habían salido de manera suave y susurrando, sino que ya eran palabras que no podía callar, que eran mandados por el coraje, la frustración y el daño del tiempo por su naturaleza.
Billy tensó su mandíbula, trago saliva al sentir la fea punzada que atizó en lo profundo de su corazón, primero fue amargura a pesar de que le hubiera dicho de forma sarcástica, con aquellos ojos ambarinos brillantes pero la sensación de estar sufrimiento lo dañaron, le lastimó saber que ella se lo había dicho de manera indirecta pero directa lo que realmente le pasaba. El rencor estaba palpitando, pidiendo auxilio en ese mar de tristeza.
-No te permito que vayas, no.
Las palabras salieron con miedo y horror, horror al haber escuchado que ella se sacrificaría por él si realmente ya no quería la unión sobrenatural, que ya no aguantaba, que ya estaba harta de las malas miradas.
-¿Sabes que no puedes decirme solo eso verdad? Porque el hecho que seas mi Tua Cantante o tu impronta, no quiere decir que sea tuya, usted. . . Señor black, nunca me ha reclamado como tal, no ha luchado por mi. He sido yo quien ha regresado siempre, luchado, dado la cara y plantado ante la naturaleza, es mas, ¿sus amigos lo hacen no? ¡Por qué no haces algo tu también, maldito cobarde! El hecho de que tus costumbres lo dicten no quiere decir que debes pasar por sentado todo! Me lastima saber que solo das por hecho que soy una del montón, que soy alguien que es común y normal como el resto. ¡Pues lastima, no lo soy, soy Kuarahy y soy extraña, no entiendo el sentido común en ningún plan, así que o me plantas cara, le plantas cara a todos o. . .!
Billy había notado como la tensión entre ellos era como el hilo en tensión, ella temblaba, su respiración que no era necesaria tambien era turbia y sus manos tambien le temblaban, por lo que con los labios rectos deja salir un suspiro pesado, sabiendo cuanta razón tiene, se había dejado llevar por todo y no luchado como lo había prometido y lo seguía repitiendo.
-O. . . R-renuncio a toda esta maldita mierda.
Y esa fue la gota que colmó el vaso, Billy pudo notar como los hilos temblaban, pudo notar como un lobo se escuchaba aullar de dolor y pánico en su interior, dolor de que el daño era demasiado y pánico de perderla estaba demasiado cerca. Por lo que con el corazón en un puño, sus manos temblorosamente fueron a parar hacia las sillas, el coraje y la determinación atizaron su corazón. Él ya no era el hombre de antes, ya no era aquel hombre casi inválido por la diabetes, tenía un lobo dentro, un lobo que despertaba y aullaba con solo la presencia de un sol naciente en la oscuridad, cómo sólo una impronta le podía dar vida a un lobo, todo eso que siempre se prometía y salía del corazón ante la imprimación estaba pasando a flor de piel. Había sido un mal amigo, un mal conocido, había comenzado mal desde el principio, creyendo que esa era lo que ella y él necesitaban, pero no, lo que ella realmente necesitaba era a él, el billy black fuerte para protegerla de todo de lo que ya estaba cansada de lidiar, de dejar que su familia sufriera con ella, ella estaba buscando un hogar en una pareja, y era ahora cuando recién lo había entendido.
La diabetes ya había desaparecido magicamente, el dolor en las piernas ya no era como antes, no se sentía débil, pero si sentía las ganas de calmar la angustia, el dolor y la desesperación porque el la viera por como es, que la reconociera.
Parada frente a el, ésta había tomado cierta distancia entre su vomito de palabras contundentes hacia él. Pero más que nada, había dejando palpitando de pánico la posibilidad de ya no tenerla nunca mas.
Si seguía por ese camino, tal vez ya ninguna ley de lobos, ni misticidad, ni algo sobrenatural le daría otra oportunidad como esta, por lo que se paró determinado de aquella silla que solo limitaba sus pasos, que solo lo ayudaba a retraerse, que solo limitaba la cercanía y firmeza que podía plantar cara frente a lo que ella literalmente ya le estaba exigiendo. Por lo que con el rostro serio, determinado y con la adrenalina a tope en sus venas, pudo sentirse vivo y revitalizado, como si se sintiera en sus tiempo juveniles. Él había despertado con ella como lobo, y ahora ya estaba listo para plantarle cara y aceptar lo que ella causaba en él.
La albina tan solo estaba allí mirándolo con ojos cristalizados, lágrimas que nunca caerían y él, allí dando sus primeros pasos hacia su nueva vida, literalmente hablando, al llegar frente a ella, esta tan solo lo miraba sin creerle nada de lo que pudo haber visto.
-Kuarahy Cullen, ¿aceptaría ser la novia de este tonto e idiota quileute para enmendar sus errores hasta que otra vez tenga que dar una cachetada oral para hacer que reaccione a las necesidades de la verdadera razón, no... De la verdadera razón para seguir vivo, que aun sigue teniendo?
Las palabras habían salido, la firmeza de sus palabras, y la sensación cálida que los envolvió repentinamente fue la primera reacción palpitante que la albina dio antes de un sollozo.
-Señor Black, el mas grande y maldito idiota, ¿l-lo sabe?
-Lo sé perfectamente-su corazón dolía con sentir cada vez el rechazo.
-Acepto. Acepto porque también necesito ser la testigo de las mil promesas que esa determinación trajo.
Las palabras lo hicieron soltar lágrimas, sus ojos lloraban después de tanto tiempo pero no de amargura sino de felicidad, tanto que no pudo evitarlo, ni se hubiera aguantado mas para abrazarla y refugiarla entre sus brazos como debía haberlo hecho desde un principio.
-Te amo Kuarahy. . .
-También lo amo, Billy.
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A pesar que me atraso en lo que digo, siempre doy el corazón en los capítulos, dios, literalmente temblaba cuando escribía las palabras de Kuarahy.
¿Les pareció apresurado esta reacción o ya era tiempo de que pasara? ¿Se esperaban que sucediera lo de Billy?
¿que les pareció el ataque de coraje y dolor que tuvo Kuarahy para decirle todo a la cara? Demasiado dramático?
¿Que parte les gustó mas?
A mi me gustó, cuando al fin se aceptaron como una pareja. ¡Saludos! Los quiero!
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