❛15❜

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Los días fueron pasando, la burla de Emmett siguieron, los chicos con sus susurros groseros de las miles de fantasías que tenían con ella, le daba algo de asco escucharlos, y creo que a Edward lo perturbaban más la existencia.

{Desearía que me mirara, tal vez con una mirada me dejase ser la banana} había susurrado un chico de la clase al verla llegar con sus hermanos.

{Es increíble no haberla visto sonrojada al poner el condón, muchos dicen que ya no es virgen, me acercaría pero... }un chico iba a comentando a otro no muy lejos de su mesa, pero por alguna razón Edward los vio serio y los que comentaban se pusieron tensos y temblorosos.

—Si tan solo hubieran dicho: "Oye, Kuarahy podés saltarte tal materia, te entenderemos", esto... No hubiera estado pasando. —decía la albina mientras comía un sándwich con mucho ketchup.

—Lo siento, princesa, no era mi intención que pasara todo esto. —respondió arrepentida Rosalie y luego mirar recriminando a su esposo, regañandolo.

—Rose, yo no sabía que ocurriría esto, solo quería hacerle una broma a mi querida hermana, además.. —iba diciendo Emmett pero fue interrumpido por algo que estrellaba contra su cara.

Un objeto material y medio viscoso, lo agarró mirando de donde había venido la trayectoria del sobrecito del ketchup hacia su rostro.

—¡Kuarahy! —la mira incrédulo y regañandola.

—Ibas a decir comentarios obscenos, reconozco esa mirada, y no, no lo iba a permitir, ya suficiente tenemos que sufrir. —dice la albina mientras terminaba el sándwich en cuatro a cinco mordiscos hambrientos.

—Sigo sin entender como es que puedes comer algo así sin que te de mal sabor—dice Edward, al verla ya para cuando se limpia la boca con la servilleta.

—Mirá querido Edward, la cuestión no está en poder, sino que en adaptarse. Nosotros debemos tener similares hábitos como las tienen las personas, y me parece un desperdicio que vosotros compren, más nunca lo prueban, yendo directo al basurero. Ustedes debéis de aplicar, adaptar y mostrar, no sólo es fingir tocar algo que ni siquiera saboreamos, porque realmente si siguen así, ¿para que seguir yendo a estos hábitos casuales si nisiquiera saben ejecutarlo? —dice mientras toma su vaso de jugo de pera en esta situación. —Además, prefiero mil veces que digan que soy una gorda a que puedan creer que soy chica fácil.

Rosalie la mira con orgullo, realmente tener a otra chica era divertido, pero también estaba segura de que en algún momento si no hacían las cosas bien, podían ser afectados.

—No apliques ese mal hábito en mi, Kuarahy, que yo solo tomo un poco de esa bebida dietética. —dice la rubia terminando también de consumir lo comprado.

—Perfecto. Entonces si me permiten, me iré a tirar la basura y me llevo a mi querida rubia —dice Kuarahy, levantándose con las cosas que utilizó y que irían al basurero.

Aunque para su sorpresa, Alice había terminado su gelatina, en unas "rápidas" cucharadas, y Jasper mirada algo incómodo pero igual lo hizo al terminar de comer la ensalada, aunque por más que lo intentó, quedó migajas de repollo.

—¡Nosotros ya terminamos! Vamos con ustedes, apresurense hermanitos, porque sino, el regaño de papá llegará —dijo Alice con tanta emoción que parecía que estaba encantada de haber visto algo, que había logrado que tanto Emmett como Edward, hicieran una mueca.

Edward no podía ver lo que la visión había mostrado, porque la misma tenía una trabalenguas rara en la mente, dando cuerda mientras se dirigían al basurero:

«Tras la compra de un traje, compramos tres trampas y cuatro trompetas, tres trampas y cuatro trompetas compramos tras la compra de un traje. »aquella trabalenguas extrañas era repetida una y otra vez en distintos tonos vocales como las que pudieran ser pronunciadas.

—A la próxima que desees hacer una broma, que no sea público Emmett, que me causa más jaqueca. —dijo Edward mientras tira en un bote cerca de basura su comida.

Edward no creía en lo que pudiera ser solo un regaño simple, se fuera a convirtir en un problema a futuro. Por lo que, aunque ella fuera la mayor por así decirlo, no le haría caso en todo, tal vez se estaba confiando mucho en sus apariencias.

[... ]

Las semanas fueron pasando, habían situaciones complicadas, las clases iban pasando monotonas para algunos Cullen, pero para Kuarahy todo un menudo caos, su ceja su fruncía un montón cuando trataba de descifrar por si sola que decía el libro de historia, al parecer aún este idioma del inglés le resultaba muy complicado en todas sus versiones. Y muy a pesar que tuviera unos siglos menos de Carlisle, ni siquiera aquello le ayudaba con entender el idioma. Pero no porque fuera difícil se rendiría, hacía todo lo posible para comprender, no quería pasar una oportunidad así sin aprovecharla, por ende cada vez que podía le decía al maestro sus dudas y este aunque le diera algo de gracia sus dudas ante la historia junto los dichosos términos, la ayudaba. Porque cuando una joven tenía ganas de aprender y estudiar se debía aprovechar, no todas las veces pasaba eso.

Eso era con cuestiones de un inglés muy avanzado para ella, mientras que las clases de Educación Física, esa si que eran realmente exhaustivas, tenía un permiso médico que había hecho Carlisle para esta situación pero no quería siquiera pensar que con esas piernas no podía hacer algo más que correr, aunque tampoco le convenía sobreexigir a la máquina a hacer imposible, y aunque fuera vampiro, con esas habilidades sobrenaturales, habían varias veces que el golpe de una pelota dio contra su cara, su pecho o bien, su cuerpo quiso dar un abrazo al suelo. Sus piernas no eran aptas para cualquier ejercicio físico.

Y digamos que el día que menos quería que ocurriera, pasó, el profesor no fue meticuloso ni reservado, algunos alumnos habían escuchado de su deficiencia y esparcido el chisme; en menos de unas horas, las miradas raras no tomaron tiempo en aparecer.

La confidencialidad, la conservación de info, y la privacidad no existía en el Instituto de Forks, aunque fuese un gran disgusto notar las miradas de lastima de las personas, no podía evitar sacar un pensamiento positivo de todo esto, los comentarios obscenos habían disminuido de sobremanera, pero eso no quería decir que no hubieran, habían mentes podridas que pensaban en muchas cosas y fetiches que podía sorprender a extranjeros. Sin embargo, sus hermanos por eso mismo no la dejaban sola.

El haber escuchado aquella frase, la tenía perturbada, realmente las personas la sorprendían tanto para bien como para mal, aquel comentario había sido solo un susurro, pero ese susurro no fue algo tomado a broma.

{El hecho que no tenga piernas, no quiere decir que sea una incompetente, aún tiene esa boca y lengua para satisfacer, con solo un empujón en algún lugar cerrado y tiempo se puede arreglar detalles. Aún tiene lo que la hace mujer, además de sus atributos de pechos, belleza y labios me tienen loco, ¿que dicen me ayudan?} aquel pensamiento se notaba perfectamente que era de un chico muy necesitado por perder su virginidad, deseoso de hacerlo con la popularidad del momento, aunque hubiera detalles que pudieran interrumpir.

Aquel comentario no tardó en llegar a Rosalie que con su belleza e ingenio terminó acercándose en las finales de clases de ese día. Con una sonrisa, y con unas ligeras palabras había ocasionado el silencio, pero no estaban seguros de dejar a su hermana en manos de los humanos, cada vez le parecía más desagradables los hombres, pero para la suerte de estos, Kuarahy ponía de buen humor a Rosalie con ciertas cosas o detalles que juntas hacían, logrando olvidar esos desagradables comentarios.

[... ]

Todos los días después de las clases, Kuarahy iba a casa de los Black que prácticamente, poco a poco se iba convirtiendo en su segundo hogar. A veces ayudaba en las clases a Jacob, o bien a veces ambos hombres de la casa la ayudaban.

Llegaba con su mochila y su perorata de dudas aparecía, se convertía en una cotorra en busqueda de respuestas más tranquilas, cosa que parecía cansar y explotar la cabeza de Jacob, mientras que para Billy esa emoción que nunca perdía la Señorita Cullen, era su diversión de cada día.

—Bien, ya terminamos, ahora podemos ir a comer una hamburguesa, esa clase de matemáticas me abrió el apetito—dijo Jacob cerrando el cuaderno y tirándose al suelo, muerto de cansancio.

—Pff... Dramático, ni siquiera terminamos la unidad tres, pero tienen razón, me hace falta humor alegre y estas bajando en uno muy cansado para mi gusto. —dice Kuarahy, levantándose con algo de torpeza al estar mucho tiempo sentada a veces se olvidaba como avanzar.

—Perfecto, Jake pide delivery, es demasiado tarde para que vayamos conduciendo. —añade Billy— mientras iré a darme una ducha, me habéis dejado molido.

Kuarahy tenía ganas de llevarlo y ser ella quien ayudase en esos hábitos de higiene a su Tua Cantante, pero por el momento aún era muy reciente, de besos en la frente no pasaban, a veces sentía que avanzaban pero luego retrocedían tres pasos. Era como si aún le costará adaptarse a su naturaleza.

Bien que entendía que tu pareja este 24/7 fría como un cadáver, pero... ¿No que la imprimación te hacia ser medio dependiente en tener roces con tu destinado? Porque ella en definitiva se estaba volviendo loca al no tener ninguna actividad sexual, a veces Edward la miraba con pena, y Emmett aprovechaba para burlarse. Aunque no quisiera verse con cara de muerta por la abstinencia, pasar demasiado tiempo con su madre y hermanas la habían hecho pendiente del mar de sensaciones de los placeres de la vida.

—Y bien...

Kuarahy suspira caminando a recostarse en el sillón, tapándose los ojos, no quería tener su mirada sedienta recorriendo el cuerpo de su Tua Cantante.

—¿Si, pequeño Jacob?

—Las cosas con Papá van bien, ¿no? —pregunta nervioso, mientras busca en el libraco de deliverys el número de las hamburguesas.

—Y si, el señor Black, es un caballero, me imagino que estas feliz de tenerlo como padre. —dice Kuarahy mientras levanta su antebrazo de encima de sus ojos, para inclinar su cara en dirección al chico, quien fruncía el ceño al estar colocando los números en el teléfono móvil.

—Siempre a Estado para nosotros, aveces es gruñon, pero me imagino que así son todos los padres. —se encoge de hombros mientras logra teclear para luego empezar a pedir la orden.

Kuarahy empezaba a creer que todos los Black tenían un carácter escondido, ella conocía la parte tierna, su familia la parte firme y defensiva, mientras que la reserva poseía un fuerte sentimiento de alegría y emoción cada vez que lo escuchaban. Como si el respeto estuviera en el aire, aunque siempre que ella estaba cerca las personas se callaban repentinamente.

Aunque hubiera pasado tres meses y poquito, la gente aún desconfiaba de su apariencia sobrenaturalmente hermosa. Si tan solo supieran la verdadera versión suya estarían espantandos y no con desagrado en la mirada, o desconfianza.

Esperaba que con el tiempo fuera a cambiar la reacción o que pudiera hacer algo para que no la tomaran como amenaza. Tras aquellos pensamientos, la comida llegó, Billy black con aquel aroma a talco masculino con aroma a recién bañado se había presentado en la sala justo cuando el pedido había llegado.

Pagó por la comida, volviendo nuevamente a comer en familia, estas acciones eran las que más disfrutaba en poder realizar, era más normal y menos sangrienta.








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Holaaa 😆 que tal están? Espero que bien, en breve les estaré subiendo uno tras otro capítulo, espero que lo disfruten! Saludos.

Ya se acerca el cierre del segundo acto, pronto comenzará el tercero. Y el caos que podría afectar tanto para bien como para mal la llegada de Bella, se acerca también.

Estoy emocionada de saber cuales serán sus reacciones ante la bienvenida de Bella, y las miradas de extraña de Charlie.

Gracias por siempre comentar y apoyar la historia, espero tengan buen día.

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