❛14❜

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—Resulta que Emmett y Rosalie son mis compañeros de clase, voy al cuarto año por lo que no voy a sufrir tantos años el mismo horario que me tocó esta primera vez, uff, y por suerte la mía —empieza a decir mientras se sienta en el sofá.

—¿Por qué lo dices como si fuera lo peor? —pregunta curioso mientras se traslada a sentarse a su lado en el sillón.

—Porque es hasta las 3pm ... ¡Mis horarios no eran hasta esa hora en mis otras instituciones virtuales! Estoy indignada, no pude llegar antes junto a ti, maldita educación tan norteamericana —gruñe frustrada pero al sentir la mano cálida y la sangre cerca se calma levemente—¿porque sois tan complejos?

Billy se aguanta una carcajada mientras la ve con ojos divertidos. Mientras la escucha tan entretenida contando su día frustrante. Poco a poco se iba perdiendo en aquello gestos tiernos y sencillos de su rostro. Cuando le parecía desagradable su nariz se fruncía levemente, o cuando estaba contándole con toda la pasión y frustración su nariz se movía como si lo necesitase hacer, como si respirase. Cuando llegó el momento de la Cumbre de su incredulidad al relatar su día, tan solo sentir como su corazón se tensaba al escucharla tan seguridad pero esbozando una sonrisa nerviosa.

—Y si, el profesor empezó a relatar como utilizar el condón con una... ¡Una banana! No quería tener esa escena turbio en mi mente, y lo peor es que, no sé que le ven a la gente para elegirme, ¡quise que me tragara la tierra! ¡Fueron peor que cuando Tanya me molesta! —exclama movimiento los brazos para abrazarse como si la hubieran perturbado.

—¿Pero que te hicieron?

—Fui la ayudante, y como algunos alumnos enseguida se avivaron con la escena de estar colocando el condón al dulce plátano o banana, pues... Sus susurros no eran necesarios. —empezó Kuarahy a decir mientras hacia una mueca al callar, para no empezar el caos.

Pero era tarde, Billy ya se había imaginado las millón de cosas vulgares que los chicos habrán imaginado a la albina hacer con solo esa inocente instrucción sexual. Porque si, la clase de Educación especial, era de sexo.

Como cuidarse de un embarazo no previsto. De enfermedades contagiosas, y esas patrañas. Una escena totalmente incómoda para la albina de corte pixie. Los puños de Billy se afirmaron a sus pantalones ante el solo pensar en las cosas, por lo que con algún tipo de forma emocional logró calmarse porque el ver el disgusto en ella, le daba la plenitud de que las palabras dichas por ella, de ser su Tua Cantante, eran reales. Por lo que no debía preocuparse.

—Es raro que un maestro hubiera tomado como ayudante a una alumna nueva, te aconsejaría que tengas cuidado. Ya sé que eres capaz de cuidarte y años tendrás, pero, nunca esta de más prevenir. —admitió Billy a medias su malestar y preocupación con una expresión tranquila.

Reacción que había causado en Kuarahy un impulso de una sonrisa por la ternura, él, esa persona malhumorada que conoció en malos términos le estaba dando paso lentamente pero era agradable.

—Me cuidaré si es lo que deseas, pero ninguna persona puede dañarme, además con mis hermanas y madre ya tuve educación sexual, no era necesaria que un profesor viejo y delante de chicos hormonales lo hicieran, ya he tenido sexo, no es nada que pueda perturbarme—dijo la albina despreocupada mientras se dejaba acostar sobre el regazo de billy.

—¿Q-que?

Billy al escuchar esas palabras el aliento se le había cortado, y la amargura nuevamente lo había inundado, "¿Ya había Estado con alguien? No iba a ser el primero", por algún motivo aquello lo molestó, pero negó a si mismo, no podía ser así, recién la conocía, no podía, no debía.

—Y para que no te hagas ideas malas, porque esa expresión amarga de tu rostro ya me hace tener una idea de lo que sacaste a conclusión. —dice Kuarahy mientras levanta sus brazos desde la pose de estar recostada en el regazo, para poner sus manos en el rostro moreno de Billy, y dar caricias para calmarlo.

—No he estado con hombres desde que reviví, osea en esta forma vampírica, sino que en mi familia solo hay más mujeres que hombres, por lo que, si, he tenido sexo con mujeres. —dice nerviosa, debido a que en su ojo derecho apareció un tic.

Billy estaba que flipaba, entonces ella tenía una o dos orientaciones, ¿porque le importaba tanto saber de esto? Porque le molestaba e incomodaba. Su mirada quería dejar de verla pero el roce de las manos en su rostro, el choque de temperaturas distintas lo habían hecho estremecerse.

—No hace falta que me expliques nada, entiendo, y no soy nadie para decir algo al respecto. —dice firme pero la garganta le parecía arder en cada palabra.

Empezaba a creer en que no solo era una hipótesis eso de haber despertado a medias su gen metamorfo. Por lo que solo lleva sus manos y posar sobre las femeninas, cerrando los ojos.

—Eres una mujer muy distinta a lo que estoy acostumbrado a ver, Señorita Cullen —dice irradiando incomodidad, pero por sobre todo inseguridad.

—¿Te arrepientes de darme una oportunidad? —pregunta algo triste Kuarahy.

—No. No pienses en eso. Solo que... —Billy no sabía que palabras decir exactamente, por lo que solo, se la queda mirando por unos instante.

—¿Solo que, qué Señor Black? Soy demasiado rara para estar entre las mujeres de su particular ideal? —empieza a decir, mientras su tono de voz luce dolida pero sus ojos color ámbar lucen desafiantes.

—Kuarahy no es así.

—¿Entonces como es S...?

Iba a espetar ya por molestia pero sus palabras fueron interrumpidos por un roce de labios contra la frente de la misma, mientras que una mano acariciaba sus cabellos albinos.

Billy Black le estaba dando un beso, un beso en la frente.

Y con ese beso, su mirada se perdió en esos ojos oscuros, sus lágrimas quedaron pausadas pero la emoción creció y solo un sollozo emergió de su garganta.

—Eres más que un cascarón, más que un ser raro, eres un sol exótico, y eso nunca me contradiga, Señorita Cullen—dice Billy Black al despegar sus labios del beso que había sucedido por temor a que todo se terminara.

Ambos se quedaron viéndose hasta que Jake entró a la casa, viéndose incómodo por haber interrumpido.

—Esto... Soy un fantasma, s-solo pasaba por el helado.

Rápidamente y nervioso, fue a por el helado con una cuchara, encerrándose en su habitación, por lo que Billy se siente algo avergonzado por la sorpresa de que su hijo menor los viera en una cercanía comprometida.

Y por el lado de Kuarahy solo se dedica a reír levemente cerrando los ojos, las cosas que pasaba cerca de su Tua Cantante eran nuevas, empezaba a divertirle este ambiente tan hogareño.

—Me gustaría saber si esas reacciones son cosas de usted o de la madre, porque realmente será un placer verlo a usted, ser así en algún momento de la vida.

Esas palabras hicieron ruborizarse a Billy quien tan solo aprovecha que ésta no lo ve, pero lo que se había olvidar él, era que ella tenia buen oído y están escuchando perfectamente sus latidos del corazón acelerados en conmoción.

Por lo que la risa no tardó en llegar. Pasando de un ambiente íntimo a uno casual y divertido.


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Aquí les traigo la maratón 3/3 que les debía. Intentaré subir las otras tres, o bien, mañana será día de maratones locas. ¡Saludos!

¿Que parte les gustó más?
¿La parte que le causó gracia?
¿Ternura?

Nos leemos!

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