Capítulo 3
Severus era este tipo de persona, cuya mente siempre estaba buscando el siguiente misterio a descubrir. Nada le bombeaba más adrenalina a su cuerpo que descubrir lo que había detrás de un misterio, ganar donde otros fracasaron. Bueno, era la segunda cosa que podía darle ese tipo de adrenalina, pero teniendo que cuidar al mocoso "ruina de su existencia", no había espacio para esa otra cosa en particular.
Como fuera, Severus tenía un misterio que le daba vueltas en su cabeza. ¿Por qué, de todas las cosas que podían conjurarse o "fingirse" con magia, los alienígenas no podían ser conjurados por ella? Cuando pensaba en todas las reglas de la magia, como no poder conjurar comida, inevitablemente pensaba en otras más como las leyes de Gamp, las leyes fundamentales de la magia... pero ninguna de sus revisiones mentales, arrojaban luz sobre por qué no podía conjurar un alienígena.
Según sus leyes de transfiguración, debería poderse transformar una roca en casi cualquier cosa. Un alienígena no podía considerarse humano y esa era más bien una norma ministerial que una ley, tampoco podía considerarse un "muerto", o comida, así que solo quedaba una ley que revisar y era la de convocación.
Mientras uno podía convocar diversas criaturas, había una excepción que decía que lo único que no puede convocar un Accio, eran objetos previamente tratados para evitar este hechizo en particular o magos. De hecho, en las clases del hechizo convocador, Flitwick solía decir que él era potencialmente convocable porque tenía sangre goblin.
Evidentemente eso era una broma (incluso la sangre Goblin era imposible de convocar), pero quizás ahí estaba la clave. Los alienígenas tenían magia, por ende, podían ser considerados "magos" por las leyes de la magia, y en conclusión, eran imposibles de conjurar o convocar.
Incluso el hechizo que puso Moody en Grimmauld Place era apenas una imitación que pudiera considerarse humana. La pregunta era, si los alienígenas eran "magos", ¿Eso explicaría sus aparentes "poderes"? ¿O acaso eran los magos humanos los que tenían esa "sangre" extraterrestre?
Desgraciadamente para Severus, no tenía manera de demostrar su hipótesis, a menos que lograra encontrar un extraterrestre, y aún más improbable que eso, que lograra comunicarse con él o ella o el género que fuera.
Severus odiaba que un misterio se le resistiera, pero no podía hacer más mientras no tuviera más datos.
Mientras Severus pensaba en todo esto y seguía leyendo los libros de criptozoología, Harry pensaba en que su situación daría algo de gracia si no fuera tan ridícula y desesperada. Siempre supo que sus amigos no eran del todo honestos acerca de quererlo "solo por ser Harry".
Más de una vez, Harry aprendió que gran parte de las interacciones humanas se basaban en una especie de Quid Pro Quo. Es decir, en una relación entre dos o más individuos, todos recibían algún tipo de beneficio de la misma. No siempre era algo tangible y por eso existían la amistad y el amor como dos cosas claramente diferenciadas.
Harry siempre supo que Ron obtenía algo de su amistad, al igual que Hermione. Sin embargo, como Harry también recibía cosas de esta amistad, se sentía seguro de ellos, de que serían amigos durante mucho tiempo y con suerte, toda la vida.
Pero cuando acabó la guerra, algo se torció en sus relaciones. Hermione fue la primera, insistiéndole en que escuchara sus ideas para modificar ciertas leyes de los magos. Por más que Harry intento hacerle ver lo mal adecuadas que estaban sus propuestas de ley, ella se negó en redondo a escucharlo y le insistía mucho en que usara sus votos del Wizengamot para apoyar sus ideas.
Harry se negó, ya que contrario a Hermione, quien se jactaba de haber leído muchos libros sobre el mundo mágico, omitió aquellos que trataban sobre tradiciones mágicas, por considerarlas obsoletas.
Harry no pensaba así y aunque leyó varios libros de historia una vez que ya no tuvo un maniaco detrás suyo, también leyó libros sobre tradiciones mágicas y varios escritos por sangrepuras extremistas. No los leyó para adoptar esas actitudes sino para entender como pensaban.
Conociendo ambas partes del conflicto, Harry entendió que esta guerra nunca fue tan sencilla como bien contra mal, luz contra oscuridad. Los del otro bando tenían razón en varias cosas, así como los de su bando tenían cosas que eran cuestionables.
Eran cosas que Hermione, habiendo sido criada en un ambiente familiar normal, no podía entender por qué eran importantes para los sangrepura y confiaba en la versión del bando de la luz sobre que esas cosas eran "malas", solo por ser "oscuras".
Harry no se cerró a "escuchar" la versión de los perdedores y si bien, muchas de las ideas de los sangrepuras eran extremistas y desprovistas de un trasfondo bien investigado, otras estaban perfectamente fundamentadas.
También había ciertas cosas del bando ganador que eran cuestionables. Cierto que el bando de la luz aceptaba a los nacidos muggles, pero por otro lado, despreciaban a los squibs. Los sangrepura los abandonaban en el mundo muggle pero no los dejaban desprovistos de recursos. La práctica habitual entre sangrepuras con squibs, era darles suficiente dinero para que se cuidaran a sí mismos y se les enviaba a escuelas muggles pero de alta categoría.
Era como el trato que le daban algunos nobles a los hijos fuera del matrimonio. Por un lado, no los podían aceptar en sus familias por el temor de que al reproducirse produjeran otro squib, y por el otro lado, tampoco podían dejar a su sangre a su suerte. Así que les daban una educación que para cualquier muggle estaba bastante fuera de sus presupuestos y una vez que tuvieran sus títulos, les daban una pequeña fortuna para que vivieran holgadamente en el mundo muggle.
Eran pocos los squibs como Filch que no tenían ningún apoyo. Incluso la Señora Figg tenía un fideicomiso bastante abultado que le permitía vivir cuidando sus gatos y a su muerte, al parecer su casa sería donada a una institución de rescate felino, así como el mencionado fideicomiso. Filch era la excepción, no la regla sobre el trato a los squibs.
En opinión de Harry, esa era una manera un poco mejor de tratar a los squibs, ya que si no podían empuñar una varita, estaban en peligro constante en un mundo donde todos usaban magia para todo. Podían estudiar muchas materias que no necesitaban magia, pero al final, siempre habría un mago que podía lanzarles un hechizo y ellos no tendrían una defensa. En el mundo muggle, al menos, estaban en condición de igualdad en ese aspecto y con el dinero mágico convertido al muggle, tendrían mejores oportunidades que el muggle promedio.
El bando de la luz, simplemente fingía que no existían los squibs. Para ellos, los squibs eran una sombra en la magia y aunque no los mandaban al mundo muggle, se solía orillarlos a tomar esa decisión por sí mismos, pero sin el apoyo financiero que las familias sangrepura ortodoxas, si les daban.
Básicamente los alienaban en su propio mundo y luego fingía demencia cuando dicho squib les reclamaba su hipocresía, defendiéndose con que "ellos no lo obligaron a irse". Harry pensaba que eso era más que hipócrita y cuando llegaba a ese punto, invariablemente pensaba en el pariente de Ron, que era contador y que sus padres "no solían hablar de él".
Teniendo esta información de ambas partes, es como Harry había tenido sus propias ideas sobre qué leyes en realidad debían cambiarse, cuales permanecer y cuales eliminarse. Pero Hermione no pensaba así, solo escucho a un lado y actuó en consecuencia, hostigando a Harry, intentando que él le prestaba su voz a ella para que las cosas fueran más fáciles.
Harry no pensaba usar su fama para apoyar este tipo de causas.
Luego estaba Ron. Ron parecía haberse convertido en alguien más. Siempre tuvo este carácter belicoso, voluble, explosivo y celoso/envidioso, pero a últimas fechas, parecía como si considerara a Harry una propiedad.
Hablaba mucho de cuando "fuera parte de la familia". No decía, "cuando seas mi cuñado" o "cuando Ginny y tú se casen". Las palabras siempre eran "cuando seas parte de mi familia", como si Harry fuera un agregado deseado pero no amado. Las palabras tenían un peso específico y las de Ron sonaban como si Harry no fuera una persona con derechos sino una especie de elfo domestico o propiedad que tuviera que pertenecer a su familia.
Constantemente empujaba a Harry a pedirle a Ginny que salieran en serio, o mencionaba casualmente como Ginny sería una hermosa novia de primavera, verano o las otras dos estaciones. Nunca le preguntaba a Harry porque no le hacía la pregunta a Ginny, sino que trataba de establecer una fecha, como si ese matrimonio fuera a ser un hecho.
Harry llegó a pensar que Ginny era la que intentaba forzar las cosas a través de su hermano, pero mientras huía, leyó el artículo de Ginny en El Quisquilloso y le quedó claro que aunque ella lo había amado como hombre, también comprendía que él no sentía eso por ella y le estaba diciendo que estaba bien. Ella lidiaría con sus sentimientos.
Harry quería enviarle una carta o algo, pero con su paranoia sobre estar siendo perseguido (y que probo no ser paranoia, al menos no tanto) le impido hacerlo, pensando que la carta podría ser rastreada hasta donde estaba.
Claro está que si a Snape le había costado trabajo encontrarlo, entonces estaba relativamente a salvo, pero incluso Snape le había dicho que no enviara mensajes o cartas, que si necesitaba enviarlos, le dijera y él se encargaría de enviarlos a las personas correspondientes.
Harry sabía que el hombre siempre tenía una solución a cada problema y por eso confiaba ciegamente su seguridad en sus manos.
Snape se había ganado ese derecho y Harry ahora dormía más tranquilo, sabiéndose seguro en las manos de Snape.
Ahora que Snape le había dicho las cosas que le faltaban en su rompecabezas de información, Harry tenía claro que no podía regresar a Inglaterra, la menos no en el futuro inmediato. Sus amigos e inesperados aliados tendrían primero que neutralizar las amenazas a su seguridad y solo hasta poder garantizar que nadie iba a intentar controlarlo, podría regresar, devolver los votos y el dinero, y entonces volvería a irse.
Sabía que aunque regresara todo lo que no era suyo por derecho de nacimiento o heredado por su padrino, aun así, el mundo mágico tenía el mismo problema que Ron y lo consideraban una especie de objeto comunal. Aun recordaba los artículos preguntando cuando iba a sentar cabeza, cuando iba a empezar a trabajar... y quedaba el asunto de Andrómeda.
Harry sabía que la mujer estaba dolida, pero acusarlo de que si no fuera por él, su hija jamás hubiera muerto, era otro nivel. También lo acusaba de que por su causa, ella se casó con Remus, "contaminando su sangre" de esa forma.
Sabía que Teddy no tenía licantropía y sabía también que Andrómeda no pensaba así, pero la mujer necesitaba un culpable sobre quien descargar todo su dolor y había elegido a Harry como ese culpable. En opinión de Harry, la mujer era capaz de acusarlo de incluso no evitar la segunda guerra, porque cuando era bebé, no eliminó completamente a Voldemort.
Ella, cegada en ese dolor, le impidió ver a su ahijado y Harry no sabía cómo estaba siendo tratado el pequeño Teddy. Sabía que la mujer no iba a hacerle daño físico, ¿Pero y si acusaba a Teddy de ser el causante de la muerte de su madre? Las personas en agonía, no buscaban el causante, sino alguien sobre quien descargar ese dolor.
Sin Harry ahí, Andrómeda podía descargar su furia contra Teddy, haciéndole sentir inadecuado o culpable, tratando de manipularlo con la muerte de sus padres, como alguna vez intentaron hacer los Dursley con él.
Por lo que a él respecta, el mundo mágico inglés podría arder mientras los que amaba estuvieran a salvo pero en estos momentos no podía salir de Estados Unidos, ni pedir ayuda a MACUSA. Snape tenía razón, el Wizengamot ya habría explicado la situación y si Hermione o Ron hablaban con las palabras correctas, habrían pintado un panorama donde él estaba pasando algún trauma psicológico y requería control "por su propio bien".
Además, por lo que sabían, pudiera ser que hubiera más gente involucrada en el complot para controlarlo. Estaba más seguro en el mundo no mágico de Estados Unidos, viajando con estos agradables, aunque algo fuera de la realidad, grupo de no-majs.
Snape también estaba más seguro aquí. MACUSA no tenía nada contra él y dadas las garantías de que ya no pertenecía a una "organización terrorista" como habían sido los mortífagos y su entrada al país era completamente "legal" (el papeleo, porque Snape confirmo que unto varias manos con algunos dólares), Snape tenía la facultad de moverse por el mundo mágico sin ser vigilado. Si necesitaban algo de los mágicos, Snape podía conseguirlo por ambos.
Por el momento, donde estaban era el mejor lugar para ellos.
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Andrómeda Tonks estaba deprimida. Todo aquello por lo que había trabajado incansablemente durante su juventud y una buena parte de su adultez, se había perdido. Había escogido como esposo a un nacido muggle que la trataba maravillosamente, le dio una vida llena de amor, cariño y confianza, una hija que fue su adoración y construyeron juntos una buena vida.
Entonces Voldemort regresó de entre los muertos y su esposo murió mientras huía. Su hija que se había empeñado en casarse con un hombre lobo, estuvo a salvo hasta que Voldemort intento atacar Hogwarts, y aun cuando su hija acababa de dar a luz poco tiempo atrás, ella insistió en pelear al lado de su esposo. Como resultado, ambos murieron en la pelea, pero lo más desgarrador es que fue su propia hermana la que acabó con la vida de su hija.
Si Molly Weasley no la hubiera matado, ella misma hubiera torturado a su hermana antes de matarla de la manera más dolorosa posible.
Como resultado de todo esto, ella había caído en una profunda depresión y cada que veía a Teddy, veía todo lo que había perdido. Era peor cuando Harry Potter, el padrino de Teddy, venía a verlo y jugaba con el pequeño, diciéndole que sus padres estarían orgullosos de su pequeño, de cómo ya caminaba y empezaba a balbucear.
Harry hablaba mucho sobre Tonks y Remus. Él, aun ella muerta, seguía respetando los deseos de su hija de no ser llamada Nymphadora. Le contaba historias a Teddy sobre Remus, de cuando le enseño a hacer un Patronus y de cómo su mamá cambio el suyo a un lobo cuando fue consciente del profundo amor que tenía por su papá.
Era algo tan hermoso y doloroso de ver, que Andrómeda empezó a resentirse con Harry. Ella no pudo despedirse de su hija, no pudo verla un momento más, pero Harry sí pudo verlos a ambos. Sabía racionalmente que Harry no tenía ninguna culpa respecto a sus muertes pero su dolor no provenía de la mente sino del corazón, y el corazón no es racional.
Sin quererlo, vertió todas sus frustraciones sobre Harry, acusándolo de haberse dormido en sus laureles y prolongar innecesariamente la guerra. Le dijo muchas cosas horribles y ella se sintió mejor. También tuvo un placer mezquino al correrlo de su casa y prohibirle ver a Teddy. Su nieto estaba llorando en sus brazos, mientras los bracitos de este intentaban llegar hasta Harry.
La última imagen que tuvo Andrómeda de Harry, fue sus ojos llenos de lágrimas mientras se despedía de Teddy y atravesaba el flu, antes de que ella cerrara la red y no permitiera que nadie más visitara su hogar.
Un tiempo después, Andrómeda se enteró de todo el problema que hubo a través de los periódicos y aunque estaba enojada con Harry por su necesidad de tener un culpable, no pudo menos que sentir que el mundo se había vuelto loco si necesitaban localizar a alguien que claramente no quería ser encontrado.
La culpa la atenazo cruelmente al darse cuenta de cuanto daño ella le había infligido al joven y su parte de culpa en que este prefiriera irse del Reino Unido. Lo peor era que las consecuencias no solo las estaba lidiando ella, sino también su nieto.
Teddy había pasado de ser un niño vivaz y juguetón a uno taciturno. No lloraba como los primeros días que Harry no estuvo, sino que conforme pasó el tiempo, Teddy ya no cambiaba el color de su cabello y paso del habitual azul o rosa, a uno negro como alas de cuervo. El color de Harry.
Sus ojos siempre estaban verdes también y constantemente miraba hacia la chimenea, como esperando que algo, o mejor dicho alguien, saliera de ahí. Cuando Teddy entendió que nada saldría de la chimenea, empezó a ser un niño callado y raramente jugaba con sus peluches o juguetes mágicos. En cambio, solo jugaba con unos bloques de plástico que Harry le había traído.
Andrómeda estaba muy preocupada por este cambio de ánimo en su nieto y pensaba que la única solución era que Harry regresara pero cuando pensó en eso, Harry ya había huido del país y nadie sabía su paradero.
Al mismo tiempo, Andrómeda intuía que algo muy grave le había pasado al chico si este prefería irse del país cuando ni Voldemort logró hacerlo. Por un momento, pensó que quizás fue ella, pero ella solo fue responsable en una parte. Aun así, contribuyo a que el joven pensara que no le quedaban lazos a los que aferrarse.
No podía comunicarse con él, ni sabía por dónde empezar a buscarlo. Además, antes hubiera pensado en hablar con Hermione o Ron, pero una de las ultimas cosas que Harry habló con ella, es que sentía que ya no tenía amigos, ni siquiera esos dos. Había mencionado brevemente a un par de sus compañeros de año a los que aún les hablaba pero no estaba seguro de si ellos lo consideraban amigo: Neville Longbottom y Luna Lovegood.
Quizás podría ver si alguno sabía alguna forma de contactarlo y disculparse con él. Además, debía ver la manera de que Teddy pudiera verlo. Ella no soportaría perder a su nieto también. No cuando era todo lo que le quedaba de su familia.
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Luna Lovegood estaba experimentando con algunas pociones. Muchos podrían pensar que la bruja de ojos soñadores era una negada de las pociones porque en las clases del profesor Snape, ella solía hacer otras pociones que no eran las que el profesor intentaba enseñarles. Sin embargo, contrario a lo que todos esperaban, Snape jamás la regaño o instruyo a que siguiera la clase, simplemente evaluaba la poción de Luna, gruñía algo que nadie escuchaba y se iba, dejando a la rubia bruja hacer lo que quisiera con su poción.
Aquellos gruñidos que nadie escuchaba más que Luna, eran instrucciones para mejorar la poción o contrarrestar algunos efectos secundarios que Luna jamás había encontrado como hacerlo. Luna sabía que debajo de la fachada de cascarrabias, Snape era un buen hombre que había cometido muchos errores antes de que su verdadera naturaleza emergiera.
Simplemente sucedió que dicha naturaleza no debía haber surgido hasta después de que Harry hubiera terminado la escuela y por eso fue tan duro para Snape tratarlo como lo hizo durante sus años escolares.
Luna siempre supo que Snape eventualmente sería lo que estaba destinado a ser y aunque muchos ya se habían dado cuenta de la verdadera naturaleza de Luna, preferían fingir demencia. No fuera a ser que el Ministerio se diera cuenta y aunque sabía que Kingsley era un buen hombre, conocía la fe ciega que el hombre había tenido en Dumbledore y eso no era bueno.
Si gente como Hermione decía las palabras correctas, por muy buen hombre que fuera el Ministro en funciones, caería ante un argumento que sonara muy parecido a las disertaciones de Dumbledore. Luna no estaba segura si su naturaleza como vidente real se revelaba. Por eso solo se sentía segura de ser ella misma con sus amigos.
Lamentaba mucho que Harry tuviera tantas dudas sobre sus verdaderos amigos, pero no podía culpar al hombre. Toda su vida había sido una montaña rusa y cuando por fin debería estar en camino a tener una buena vida, había gente que pensaba en él como algo que les pertenecía para usar como quisieran.
Luna había conocido a esos dos, Hermione y Ron, desde que llegó a Hogwarts y siempre pensó que eran amigos honestos. Claro, con altibajos como toda relación humana pero honestos en su búsqueda de Quid Pro Quo de ser amigos y esperar amistad. No pensó nunca en que su Quid Pro Quo fuera de otra forma hasta que escucho sobre esa plática que había descubierto Thicknesse y Narcissa Malfoy vino a su casa a pedir ayuda de su padre.
Dado que el bando ganador fue la luz, si Hermione intentaba unirlos a todos bajo la bandera de "es lo que Dumbledore creía justo o correcto", muchos escucharían a la mujer, pero otros como los neutrales y oscuros (pero que no eran mortífagos o habían sido indultados) no la apoyarían, aunque tampoco irían contra ella abiertamente.
Necesitaban contrarrestar las ideas de Hermione sin caer en una lucha de bien contra el mal. Lo que menos necesitaban era polarizar a la población cuando acababan de librar una guerra que diezmo bastante a la población.
Las pociones que estaba haciendo Luna eran potenciales protecciones contra pociones del tipo control mental y filtros de amor. Dado que no había una legislación contra ellas y no la habría en el corto plazo, su mejor esperanza contra la Amortentia del departamento de misterios era crear una base de protección desde cero.
La madre de Luna, Pandora, había sido una bruja brillante y ella misma había visto el peligro de los filtros de amor, así que había empezado una investigación sobre ellas y la interrumpió por su embarazo. Luego del nacimiento de Luna, su atención se centró en su familia y durante años dejó el proyecto guardado en un cajón.
Luego de su muerte, Luna encontró sus notas y aprendió mucho de pociones con ellas. Nunca pensó en retomar los proyectos de su madre hasta ahora, y estaba centrando su atención en la poción protectora. Las otras bases las intentaría terminar en otra ocasión y esperaba que para ese entonces, Snape estuviera de vuelta en el país y pudieran trabajar juntos.
Mientras Luna estaba con sus pociones, Neville y Draco estaban revisando en los archivos del ministerio sobre cualquier cosa que pudieran encontrar que contrarrestara aquellos proyectos de ley que Hermione intentaba colar a las sesiones del Wizengamot.
Ciertamente estaban redactados de forma que pocos notarían las pequeñas excepciones que podrían poner en peligro su modo de vida. Neville, aun siendo una persona progresista, entendía que los cambios debían ser graduales, de forma que la población no notara un gran impacto en su vida. Así, cuando llegaran más cambios, estos serían mejor recibidos y por ende, aceptados para con el tiempo, convertirse en la nueva norma, el nuevo Status Quo.
Hermione era ese tipo de persona que siempre pensaba tener razón y por eso era peligrosa. Estaba tan empeñada en llevar a cabo sus planes que no pensaba en cuanto podían afectar a otros, o en cómo podrían no ser bien recibidos.
Incluso con los votos de Harry e imponiendo sus ideas, Hermione no estaba considerando la posibilidad de que la población mágica volviera a alzarse, esta vez contra el Ministerio y el Wizengamot si lo que consideraban sagrado, como varias tradiciones de larga data, eran eliminadas por un simple tecnicismo como el hecho de que Harry retenía los votos de casi todos los asientos del Wizengamot.
Mientras no fuera seguro para Harry volver al país y devolver los votos a los representantes de los asientos, lo mejor que podían hacer era buscar evidencia tangible que pusiera en evidencia los errores en los proyectos de ley.
Neville sabía cómo presentar la información de forma digerible, mientras Draco era un animal político gracias a su padre. El hombre había sido un pésimo padre, pero Draco nunca dudo que lo amara, aunque en su particular forma de pensar. Si no fuera así, su padre no le habría dado las herramientas para hacerse de su propia facción cuando llegara a la mayoría de edad.
Draco ya estaba formándola con los jóvenes indultados, neutrales y oscuros que se abstuvieron de la guerra. Neville, siendo llamado por Luna Lovegood, accedió a formar parte de dicha facción y junto con el trajo a Seamus Finnigan y Dean Thomas. Otros que se sumaron fueron los padres de Lavender Brown, quienes pensaban que debían empezar a tender puentes, ya que su hija, siendo infectada con Licantropía, era considerada ahora una ciudadana de segunda clase.
Solo la facción oscura consideraba sus derechos, pero no se sentían cómodos con ellos, hasta que se enteraron de la facción neutral (que no existía porque no había tantas familias neutrales) que Draco estaba formando.
Las pocas familias neutrales que quedaban, se sumaron gustosos a una facción "nueva" y prometieron sus votos a Draco si consideraba la preservación de ciertas tradiciones. Lentamente pero con constancia, Draco estaba formando una nueva opción para que magos indecisos pudieran expresar sus ideas sobre cómo debería ser el nuevo rumbo de su mundo.
Draco, Neville, Luna y otros tantos más, estaban conscientes de que la oscuridad no era la solución, pero la luz tampoco. Debían llegar a un entendimiento entre ambas partes y también debían abrazar la idea de que necesitaban cambios radicales en su modo de vida, pero debían preservar sus tradiciones o su propia cultura iba a desaparecer en aras de un progreso que no sabían si era lo adecuado para su situación particular.
Como fuera, eso es lo que ellos podían aportar hasta que Luna encontrara la base correcta de poción y pudieran evitar que Hermione y Ron llevaran a cabo sus planes con la Amortentia de la Sala de Amor.
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En medio de la noche, en una montaña de aspecto extraño en Nevada, Estados Unidos, una figura extraña se deslizaba afuera de una cueva. La figura era difícil saber si era femenina o masculina por cómo se movía y por la androginia evidente en su cuerpo. Su forma era tanto femenina como masculina y si eso no fuera suficiente, parecía ser "borrosa" mientras se movía.
Había sentido magia cerca de su cueva y se preguntaba por qué. Cuando encontró la camioneta y el campamento de unos no mágicos cerca de su residencia, entendió por qué. Con el grupo de no mágicos, viajaban dos magos que parecían estar complaciendo al grupo con algunas ilusiones.
No era la primera vez que la figura se enfrentaba a magos pero casi siempre podía evitarlos. Era solo que esta magia no estaba siendo ocupada en las cosas habituales y sintió curiosidad.
Esta figura también sintió curiosidad de como dos magos viajaban con tantos no mágicos y se atrevían a usar magia, de forma discreta, a su alrededor, cuando estos dos grupos solían evitarse tanto.
Dicha figura decidió que los vigilaría mientras estuvieran por el área, ya que hace años que no encontraba algo interesante que mirar y además, le gustaban los misterios. No en balde se había hecho de varios libros de Sherlock Holmes.
Severus Snape, sentado junto a Harry Potter, mientras cenaban en su campamento, sintió como si alguien los estuviera mirando y aunque alcanzo a ver una sombra humanoide correr hacia la montaña de aspecto extraño que adornaba el paisaje, no sintió peligro. Era más como si alguna criatura tuviera curiosidad sobre ellos y luego se hubiera ido.
Quizás había sido un sasquatch. Había algunos por la zona.
Harry también había sentido la vigilancia, pero contrario a Snape, Harry dudaba que hubiera sido una criatura mágica. Se sentía como un mago y a la vez, como si no lo fuera. No conocía ninguna criatura que tuviera esa característica y se preguntó si podría ser alguna nueva especie o una hibridación. Si había cruzas de tigre y león, podría haber una cruza de criaturas.
Después de todo, Harry sabía que los escregutos de cola explosiva, no eran "naturales" y aun así existían gracias a Hagrid.
Quizás algún mago loco creo una especie nueva y luego se le escapo o la libero y la criatura se había vuelto feral.
Como fuera, ambos magos simplemente levantaron barreras más fuertes contra cualquier cosa no humana y luego de una cena de frijoles (esta vez sin habanero), se fueron a dormir a sus tiendas de campaña. Severus compartía tienda con Harry y Jerry, al menos el Gryffindor ya no tenía pesadillas y su único problema era que Jerry roncaba bastante, pero unos tapones de oídos ayudaron mucho.
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