11. Oficial caído
Durante una semana entera los días de Vincent Hardy se vieron divididos en su trabajo como detective, sus actividades nocturnas como Vigilante y, aún bajo esta identidad, ayudar a los jóvenes que había rescatado del peligroso Steelblock a establecer un nuevo sitio seguro en sus tiempos libres.
A aquellos jóvenes les había costado un poco entrar en confianza con el héroe, pero al ver que se había movilizado para instalar agua caliente, gas y electricidad en aquel viejo edificio donde se estaban refugiando empezaron a mirarlo con mejores ojos. Aunque había otros tantos que estaban más que fascinados de tener al héroe de Krimson Hill junto a ellos.
Cuando el viejo orfanato donde se había criado quedó en condiciones habitables, algo que no resultó muy difícil considerando que aquellos chicos no paraban de trabajar y de poner las cosas en orden, Vincent consideró que era el momento de hacer su pedido: espiar el bajo mundo y reportarle cualquier movimiento grande que pudieran captar. El Detective fue particularmente específico en recalcar que no debían buscar la información activamente, sino reportar cualquier cosa que pudieran captar en las conversaciones que se daban entre los criminales. Lo último que quería Vincent era meter a aquellos pobres diablos en más problemas de los que ya estaban.
Para sorpresa del héroe la gran mayoría aceptaron el arreglo inmediatamente y el primero en ofrecerse como voluntario fue Tom Davis, aquel trágico muchacho que había tenido que aprender demasiado temprano lo que se sentía tomar una vida. Karen Turner había utilizado todas sus armas pesadas y cobrado cada favor que había podido conseguir en sus pocos años ejerciendo su profesión y todo eso, sumado al testimonio del mismo Tom, habían logrado no sólo apresar a Steelblock y a sus secuaces, sino también mantener al joven en libertad, con la condición de que se presentara una vez a la semana con una psicóloga del Estado durante un año entero para evaluar su condición.
El muchacho se apresuró a aceptar el trato y Karen le hizo prometer que iba a cumplirlo, ya que de lo contrario se estaría enfrentando a tiempo en un reformatorio juvenil. Vigilante, al oír las condiciones, le hizo prometer cumplirlas por segunda vez.
En tanto a Steelblock, Vincent y Rebecca intentaron interrogarlo, descubrir un poco más de él, pero antes de que pudieran hacer algo, unos agentes del gobierno llegaron y se lo llevaron sin más, argumentando que Krimson Hill no tenía la tecnología para contener a un criminal de esas características (en lo que no se equivocaban). Tanto Vincent como el Comandante Walker intentaron retenerlo un tiempo más, debían comprobar si Steelblock no estaba conectado a más crímenes dentro de la ciudad, pero aquellos agentes venía de muy arriba, de forma que no hubo mucho que hacer y después de ser identificado por Tom en una rueda de reconocimiento fue transportando lejos de Krimson Hill, aunque Vincent no hubiera podido adivinar exactamente a dónde.
Por otro lado, las cosas habían permanecido silenciosas en tanto a Rampage. El brutal asesino había permanecido oculto desde su breve encuentro con Vigilante en la estación de trenes, algo que realmente preocupaba al héroe considerando que su enemigo había salido de ese combate llevándose una camioneta cargada de municiones.
Vincent patrulló las calles de su ciudad sin parar, hizo que la computadora de su base registrara cada escena del crimen en la que armas de fuego fueran disparadas para comprarlas con las otras e intentar determinar si se trataba de Rampage, pero no hubo caso. Su temible enemigo solo se mostraría cuando estuviera listo para hacer su próximo movimiento.
Era un miércoles cerca de las seis de la mañana cuando Vigilante apareció, como de costumbre, en la azotea de The Shelter.
No era la primera vez que volvía a ese viejo orfanato en donde se había criado, pero por primera vez sentía una conexión más profunda con el lugar. El hecho de que estuviera cumpliendo nuevamente su vieja función, pero de una forma reinventada, llenaba de emoción a Vincent, quien se perdió por algunos segundos viendo las oxidadas hamacas en donde tantas veces el Padre Esteban lo había regañado a él y a Ryan por sus travesuras. Tan concentrado estaba el héroe, que ni siquiera escuchó a Tom acercándose a él por detrás y el muchacho tuvo que aclararse la garganta para ganar su atención.
—Lo siento, estaba pensando en algo —se excusó Vincent.
—¿Cosas de héroes? —preguntó Tom, quien aún se lamentaba el no haber estado ahí para ver la batalla entre Steelblock y Vigilante.
—Algo así —replicó con una media sonrisa en el rostro— ¿Hay algo hoy?
Durante toda la semana Vincent se había aparecido en el tejado del orfanato para recibir el informe de sus jóvenes espías, pero la mayoría de las veces se encontraba con pistas que él ya había seguido o información realmente irrelevante, lo que hacía sospechar a Vigilante que su pequeño proyecto iba a resultar ser un fracaso e iba a tener que volver a buscar formas más convencionales de rastrear a Rampage.
—Algunos de los chicos escucharon que hubo un tiroteo en el distrito industrial.
—Estuve allí, enfrentamiento de pandillas.
—Bueno, no hay mucho más que eso —dijo Tom encogiéndose de hombros—. Una de las chicas dice que escuchó a unas personas hablando de una criatura viviendo en las alcantarillas, pero no creo que estés interesado en leyendas urbanas; otros escucharon que el negocio de drogas más grande del año va a llevarse a cabo en Grimmson y Doyle esta misma noche, pero no creo que estés interesado en mentiras; otros dicen que...
—Espera, ¿qué fue lo de Grimmson y Doyle? —lo detuvo Vincent en seco.
—¿Eh? Ah, sí, supuestamente un empresario importante está buscando meterse en el negocio de las drogas y va a reunirse con D-Tox para empezar una sociedad —continuó Tom—. Pero te advierto que es mentira, así que no pierdas tu tiempo con eso.
—¿Cómo sabes que es mentira?
—Bueno, para empezar, tenemos a alguien que solía trabajar haciendo mandados para D-Tox y jura que el maniaco no está en la ciudad, que fue a buscar no sé qué tecnología corvyniana a Estados Unidos hace un tiempo y que dejó a su mano derecha a cargo del negocio —explicó el muchacho—. Por otro lado, ¿Grimmson y Doyle? En se lugar sólo hay una vieja casa victoriana abandonada que se convirtió en una crack house hace años y sigue siéndolo hasta el día de hoy, ¿de verdad crees que un empresario y D-Tox elegirían ese lugar para llevar a cabo una reunión? ¡Vamos! Los grandes negocios de drogas no se hacen en lugares oscuros en barrios pobres y venidos abajo, se hacen en mansiones, con una sonrisa en el rostro y un vaso de whisky en la mano.
—¿Cuántos escucharon eso?
—Unos cuantos, por lo menos diez, en distintas partes de la ciudad, ¿por qué? —Tom respondió y escudriñó al héroe tratando de descifrar sus pensamientos— ¿Crees que sea algo importante?
—No lo sé, tal vez... —replicó el héroe, intentando analizar toda la información que había recibido—. Gracias, Tom, ahora ve a dormir. Recuerda que hoy es tu primera sesión. Se puntual... o vendré a buscarte —dijo Vincent, poniendo la voz que utilizaba para intimidar delincuentes, pero esto sólo logró sacarle una sonrisa al muchacho.
—Hasta mañana, Vigilante —dijo Tom y volvió a entrar al orfanato.
El héroe se tomó un segundo para apreciar el amanecer y luego partió hacia su guarida para quitarse su traje y poder tener unas horas de sueño antes de entrar a trabajar nuevamente.
Sin embargo, en ningún momento dejó de pensar en lo que Tom Davis le había contado. D-Tox era un criminal peligroso de Krimson Hill, uno al cual él se había enfrentado en repetidas ocasiones. El brillante químico convertido en delincuente se dedicaba a crear nuevas y poderosas drogas de diseño, pero también había incursionado en el campo de las armas químicas, aumentando así su riqueza y su clientela. A diferencia de Cronos, a D-Tox le importaba muy poco lo que pasara en la ciudad, su objetivo principal era el dinero, así que rara vez entraba en conflictos con otras organizaciones criminales.
Luego de su breve descanso y con una taza de té caliente en su mano, Vincent se dedicó a revisar sus archivos y comprobó sus sospechas: si la reunión era verdadera, sería la primera vez que D-Tox asomaba su cabeza en meses, lo que la convertía en una oportunidad muy buena para volver a capturarlo después de su increíble escape de prisión. Sin embargo, Vincent sabía que Tom tenía razón: todos los detalles relacionados a esa reunión sonaban mal.
También le llamaba la atención la cantidad de sus pequeños informantes que habían obtenido esa información y Tom mencionó que se encontraban en distintos puntos de la ciudad. La información se estaba propagando rápido y sin lugar a dudas habría algo extraño en todo eso, pero si sus sospechas eran ciertas y Rampage también contaba con informantes, no cabía duda de que también estaría al tanto de la importante noticia.
Vincent debió detenerse un segundo y preguntarse qué haría él si hubiera recibido esa información y la respuesta era clara: él iría al lugar a comprobarlo de todas formas, así que cabía la posibilidad de que su actual enemigo hiciera lo mismo. Así que quedó decidido: establecería una vigilancia de unas cuantas horas para asegurarse de que todo estaba bien en el lugar. En el peor escenario aún estaría vigilando una casa de crack y asegurándose de que sus habitantes no cometan ningún crimen en las inmediaciones del lugar y en el mejor tendría otra oportunidad de detener a Rampage o incluso a D-Tox si llegaba a haber algo de verdad respecto a la información de Tom.
Las cosas estaban algo lentas en el precinto, así que aprovechó para informar a Rebecca de lo que le habían contado y cuáles eran sus planes para cuando el sol cayera.
—Espero que atrapes a ese bastardo, pero necesitas ir preparado, seguramente no va a caer sin una pelea y sabemos que gusta mucho de utilizar armas de fuego —comentó Rebecca, llevando la taza de café a sus labios, esa mañana no había podido desayunar con Karen—. Si alguno de los vecinos escucha disparos sin lugar a dudas llamará a la policía y no hay forma de saber de qué lado se van a poner...
—Pensé en eso, así que voy a ir bastante temprano y voy a colocar inhibidores de señal por lo menos a tres cuadras a la redonda del lugar —replicó Vincent—. De esa forma ninguna comunicación puede entrar o salir de la zona, Rampage va a quedar aislado.
—Pero eso también te dejaría aislado a ti.
Vincent no respondió.
—¿Qué pasa si necesitas apoyo?
—Tendré que correr cuatro cuadras.
Por primera vez en una semana, Vincent sentía que estaba detrás de algo realmente grande y eso hacía que estuviera increíblemente ansioso, de forma que ni siquiera pudo esperar a la noche para ir a repartir los inhibidores de señal y decidió hacerlo después de terminado su turno en ropa de civil, haciendo todo lo posible para pasar desapercibido.
Sin embargo, aquella tarea resultó ser bastante más rápida y sencilla de lo que esperaba, dejándole unas tres horas hasta el anochecer sin mucho que hacer, de forma que regresó a su guarida, entrenó un poco, se aseguró de tener todas sus herramientas preparadas y su traje listo.
A las nueve en punto, Vincent se montó a Nocturna y condujo en modo silencioso hasta las inmediaciones de Grimmson y Doyle, ocultando su vehículo en un sitio que había elegido mientras colocaba los inhibidores durante la tarde.
Con la agilidad que lo caracterizaba, Vigilante subió al tejado de un edificio desde donde podía observar aquella vieja y destartalada casa victoriana.
—Seguro que no todas las casas victorianas abandonadas están embrujadas, pero esta sin lugar a dudas lo está —comentó para sí mismo mientras observaba la fachada del edificio y si preguntó que estarían haciendo Mago Universal y Venatrix en ese instante y cómo habrían reaccionado a su comentario, aunque estaba bastante seguro de que la última sencillamente murmuraría algo en italiano y pondría sus ojos en blanco en desaprobación.
Las horas se fueron pasando y las cosas estaban demasiado tranquilas. Algunas personas pasaron por la calle, unos pocos hombres delgados y temblando se adentraron en la casa con claras intenciones, y Vincent pudo escuchar a algunos perros ladrando, pero más allá de eso, toda la cuadra parecía estar abandonada.
Ciertamente no parecía que nada iba a acontecer en aquel lugar; ni un enorme negocio de drogas con D-Tox como protagonista, o un intenso tiroteo con Rampage en el papel estelar. El aburrimiento empezaba a dominar los nervios del héroe y la sensación de estar perdiendo su tiempo se volvía insoportable, hasta que de repente un convoy de camionetas negras se detuvieron justo frente a la casa y un grupo de sospechosas personas vestidas de negro y con sus armas listas se bajaron y se mantuvieron con la guardia en alto hasta que un sujeto alto y delgado, vistiendo con ropa elegante se adentró en la casa, para luego seguirlo, dejando sólo un guardia en la puerta principal.
Vincent intentó identificar al dueño de la ropa elegante, pero llevaba parte de su rostro oculto con una bufanda y se había adentrado velozmente en la vieja casa, de forma que fue poco lo que el héroe pudo hacer. En esa situación él no podía afirmar o negar que aquel sujeto fuera D-Tox, pero ciertamente era posible. En última instancia, algo estaba sucediendo, así que debía decidir cuál iba a ser su aproximación a la situación.
Decidió que lo mejor era esperar durante algunos minutos más a ver cómo continuaba todo y luego avanzar e intentar conseguir respuestas de aquel misterioso grupo de matones.
Sin embargo, la situación apuró al héroe, ya que apenas cinco minutos después de que aquel pequeño escuadrón de enemigos se adentrara en la casa, un nuevo sujeto encapuchado salió tambaleándose de un oscuro callejón.
Pocos segundos después ya se encontraba frente a la puerta y el guardia se apresuraba a frenarlo.
—Vete de aquí antes de que te meta un tiro entre ceja y ceja —le advirtió el malhumorado seguridad.
Pero para su sorpresa, antes de que siquiera pudiera atinar a alzar su rifle de asalto, aquel "vagabundo" tomó su arma con una mano y con la otra quitó una pistola con silenciador de su bolsillo, que se apresuró a meter en la boca del seguridad, para luego gatillar dos veces, llenando la pared de sangre.
Rampage se quitó en ese mismo instante la campera que había estado utilizando para acercarse al lugar, dejando ver todo su esquipo y luego se adentró a la casa con la delicadeza de un gato.
Vigilante al ver esto supo que ya no podía quedarse al margen de la situación y utilizando su pistola de garfios bajó del tejado, apresurado por acercarse hacia la casa, pero decidió que lo mejor no era entrar por la puerta principal, así que volviendo a utilizar la pistola de garfios, se colgó del tejado y buscó otro punto de acceso. Después de todo, Rampage parecía querer tomarse las cosas con calma y eliminar a todos los enemigos posibles en silencio, así que eso le ganaba algo de tiempo.
Pero al llegar a la ventana del último piso se encontró con una situación extraña. Por las pocas aberturas que quedaban entre las maderas, Vincent pudo ver que aquel grupo de hombres vestidos de negro habían tomado de rehenes a todos los consumidores que habían podido encontrar dentro de la casa y los tenían de rodillas a punta de pistola en lo que alguna vez había sido la habitación principal. Para complicar más la situación, notó de inmediato que aquel sujeto que había entrado cubriendo su cara no era ni D-Tox ni un empresario corrupto, sino que se trataba de nada más y nada menos que del Detective Michael Burton.
—¿Cómo está el perímetro? —preguntó Michael por el comunicador, pero los inhibidores de señal estaban funcionado a la perfección—. Repito, ¿cuál es la situación del perímetro?
Cuando finalmente se dio cuenta de que las comunicaciones estaban cortadas tomó su confiable pistola M1911, la misma que usaba en sus horas como Detective y le quitó el seguro, poniendo en alerta a los pocos guardias que tenía a su alrededor.
—¡Prepárense muchachos! —exclamó y Vincent juraría que vio una leve sonrisa dibujarse en su rostro— ¡Tenemos compañía!
Acto seguido, Burton tomó un pequeño dispositivo de su bolsillo y pulsó un botón y de un momento al otro las luces de toda la cuadra se cortaron, dejando a todos a oscuras.
Casi en ese mismo instante, Vincent pudo escuchar movimiento a su alrededor y al girar la cabeza notó que entre las sombras se acercaban más sujetos de negro portando armas. El traje casi totalmente negro de Vincent le servía de camuflaje en aquella situación, ya que de lo contrario probablemente lo hubieran acribillado en ese mismo instante. La trampa era casi perfecta y Vigilante supo que debía actuar rápido para reducir el número de víctimas al mínimo.
El héroe soltó un poco de cuerda de la pistola de garfios, quedando frente a una ventana del primer piso y se impulsó contra la pared para generar un movimiento pendular que le permitió adentrarse en la casa abandonada haciendo estallar los vidrios con sus poderosas piernas.
Casi como si lo hubiera planeado, Vincent aterrizó sobre uno de los hombres de Burton, que se desplazaba silenciosamente por la casa buscando al intruso.
Otro se giró para abrir fuego, pero Vigilante fue lo suficientemente rápido para girar por el suelo y luego sorprenderlo con un brutal golpe debajo del mentón, que acabó por lanzarlo al suelo.
Sin embargo, antes de que Vincent pudiera estabilizarse del todo, Rampage apareció desde una esquina oscura y lo recibió con una poderosa patada al medio del pecho, para luego colocarse encima de él con un cuchillo en su cuello. Pero el agarre de su enemigo era bastante pobre, y el héroe no tardó en revertir la situación, logrando poner cierta distancia entre ambos.
Rampage se recuperó de inmediato y apuntó con las dos pistolas que cargaba consigo al medio del pecho del héroe, quien sólo atinó a levantar las manos.
—Rampage tienes que escucharme, esto es una trampa y si nos quedamos aquí van a matarnos a los dos —advirtió Vincent, sabiendo que en cualquier momento un enemigo podía bajar de las escaleras a sus espaldas y acribillarlo.
—¿Y crees que no lo sé? —replicó el otro sin bajar sus armas—. Estoy aquí para matar a quien esté a cargo de esta pequeña operación y enviarle un mensaje claro a Cronos.
—¿Te estas escuchando? Lo único que vas a lograr aquí es matarte.
—Si muero, muero peleando —contestó con severidad Rampage.
—Diablos, de verdad eres un completo idiota.
Sin dudarlo un segundo, Vigilante tomó una pistola de bengalas de su cinturón y la disparó por la ventana, pasando el proyectil a escasos centímetros de Rampage.
—¿Qué carajos crees que haces? —preguntó el asesino con furia.
—Nos compro un poco de tiempo —respondió Vincent.
El proyectil estalló en un haz de luz en las afueras de la casa, dejando cegados a gran parte de los enemigos que estaban rodeando la casa debido a sus gafas de visión nocturna.
—Inteligente —comentó Rampage al darse cuenta de la jugada, sin embargo, los pocos que quedaban con su visión intacta empezaron a balear la casa, forzando al detective y a su contrincante a tirarse al suelo.
Algunas pocas balas atravesaron las paredes del lugar, la puerta y las ventanas, pero ninguna impactó en los enmascarados, quienes permanecieron cuerpo tierra durante la duración de la lluvia de proyectiles.
Ni bien tuvieron un segundo de tranquilidad, los dos se levantaron y Vigilante reaccionó lo suficientemente rápido para arrojar sus cuchillas hacia un enemigo que venía bajando las escaleras, forzándolo a soltar su arma. Sin embargo, antes de que pudiera acercarse para noquearlo, el criminal recibió dos disparos en el pecho provenientes de Rampage.
Vigilante se dio vuelta rápido para intentar detenerlo, pero recibió un culatazo en el medio del rostro que lo arrojó nuevamente al suelo.
—Lo siento, pero no voy a dejar que me detengas —dijo Rampage y se lanzó corriendo por las escaleras.
Vincent estuvo a punto de seguirlo, pero justo en ese instante uno de los hombres de Cronos pateó la puerta y se adentró en la casa, seguido de un gran grupo de secuaces, los cuales empezaron a disparar inmediatamente contra el detective, por lo que tuvo que rodar por el suelo para acercarse a sus enemigos y evitar las ráfagas de disparos.
Con un puñetazo lanzó a uno de ellos contra otros dos y luego giró dando un codazo en medio de la nariz a otro de los enemigos que tenía cerca. Un tercero atacó con un cuchillo, pero Vigilante logró atrapar su mano antes de que lo alcance y replicó con un limpio puñetazo a la boca de su estómago, seguido de un rodillazo al medio del mentón.
Viendo que más enemigos empezaban a entrar al lugar y que otros tantos se acercaban, hizo dos increíbles volteretas hacia atrás y en pleno vuelo tomó unos pequeños dispositivos de su cinturón, los cuales arrojó en varias direcciones.
Cuando los hombres de Cronos intentaron acercarse, varios de ellos pisaron los diminutos artilugios y recibieron una carga eléctrica lo suficientemente fuerte como para dejarlos fuera de combate de inmediato y al ser un espacio tan pequeño para un combate, cuando alguno de sus compañeros los tocaban por accidente también recibían una descarga.
Sabiendo que aún quedaban unos cuantos enemigos por derrotar, pero que si no se apresuraba Rampage acabaría con la vida de todos en el segundo piso, Vincent arrojó tres más de sus "bombas" eléctricas al suelo y luego soltó una de humo para dificultar la vista de los hombres de Cronos.
Hecho esto y sabiendo que tenía el camino despejado, por lo menos por unos escasos minutos, Vincent comenzó su carrera escaleras arriba, solo para encontrarse con un cadáver con un tiro en medio de la frente tendido en el pasillo del segundo piso y otro en condiciones similares a escasos metros, pero no podía detenerse.
Uno de los matones de Cronos atravesó una puerta de madera y aterrizó en el medio del pasillo, Rampage salió detrás de él y le disparó dos veces mientras estaba en el suelo.
—¡Rampage! ¡Detente! —exclamó el detective, corriendo velozmente hacia su contrincante.
Por un segundo, Vincent pensó que el asesino iba a disparar contra él, pero a último segundo bajó el arma y se puso en posición de combate, por lo que el héroe no redujo su marcha.
Rampage fue el primero en arrojar un puñetazo, pero fue débil y bastante lento, por lo que Vincent no tuvo mayores problemas para esquivarlo y contraatacar con un golpe directo al pecho, aunque el blindaje de su enemigo absorbió la mayor parte del impacto.
En un intento por recomponerse, Rampage lanzó un rodillazo, pero Vigilante lo bloqueó y esta vez replicó con un cabezazo que hizo retroceder a su enemigo, por lo cual procedió a darle una patada en el pecho que terminó por arrojarlo al suelo.
Rampage estuvo a punto de levantarse, pero Vincent se apresuró a darle una patada justo debajo del mentón, dejándolo tendido y sin reaccionar.
Vincent se agachó para quitar la máscara de su enemigo y comprobar su estado, pero entonces un grito proveniente de la habitación principal lo hizo detenerse.
—¡Por favor! ¡Déjenos ir! —suplicaba uno de los junkies que habían tomado por rehén, con su voz quebrada de tanto llorar— ¡No diremos nada! ¡Lo juro!
—Cierra el hocico, drogadicto de mierda —replicó una voz más acallada.
Vincent supo que la vida de aquellos chicos estaba en riesgo y debía hacer algo para salvarlos. Tomando esa prioridad, dejó a Rampage tendido en el suelo y avanzó hacia la habitación, no sin antes arrojar algunas trampas eléctricas más en el pasillo, para asegurarse de que si los hombres Cronos subían no lograrían acercarse a Rampage ni interrumpir el rescate de los muchachos.
Con paso decidido, Vincent avanzó hacia la puerta. Sabía que intentar ser silenciosos no tendría sentido, Rampage ya había creado suficiente alboroto, así que sencillamente pateó la puerta y se arrojó al suelo, esquivando los disparos de Burton y del único guardia que había quedado dentro de la habitación con él.
Sin pensárselo mucho, Vigilante arrojó una bomba de flash al medio de la habitación y se apresuró a cubrirse los ojos.
El guardia disparaba sin cesar, aunque no podía ver exactamente a qué y Vincent actuó rápido para evitar que una bala perdida lo impacte a él o alguno de los rehenes. Sin más, se lanzó corriendo contra el matón para luego patear el arma con tal violencia que la arrancó de sus manos y asestarle un puñetazo brutal en el medio del rostro que acabó por dejarlo noqueado.
Antes de que Burton pudiera siquiera reaccionar, Vigilante avanzó hacia donde estaba él y con una mano tomó el brazo del corrupto detective y con la otra lo sujetó del cuello, llevándolo con fuerza contra la pared, haciendo así que suelte su pistola, la cual se deslizó por el suelo.
—Va a pagar a por esto, "Detective" Burton —le advirtió Vincent a escasos centímetros de su rostro—. He luchado contra todo tipo de criminales, pero ustedes, los corruptos, son la peor basura.
—¡Déjame ir, demente! —exclamó Michael, quien aún tenía sus ojos afectados por la bomba.
Los aterrados jóvenes que estaban arrodillados en el suelo también estaban sufriendo los efectos del estallido de luz, pero aun así se levantaron e intentaron alejarse de la pelea. Sin embargo, el primero en acercarse al umbral de la puerta recibió un disparo fatal en el pecho. Rampage había vuelto a levantarse.
Al oír el disparo y el sonido del cuerpo al caer, Vincent dejó caer al aturdido Michael Burton y se giró para observar la situación.
Los tres chicos que quedaban se volvieron entre gritos a la habitación. Por la puerta pasó Rampage con una de sus pistolas en alto, más que listo para empezar a abrir fuego.
—¡Basta! —exclamó Vigilante— ¡Deja a estos chicos ir!
—¡No! ¡Ya tuve suficiente de tus estupideces! —exclamó el villano con violencia, por primera vez Vincent percibía furia verdadera en aquel sujeto, como si las cosas estuvieran saliéndose de control—. Primero te entrometes cuando estoy intentando eliminar a la mafia más grande de Krimson Hill, ¿y luego vienes y proteges a estos desperdicios de seres humanos? ¿Cuántos crímenes creen que cometieron para poder comprar sus drogas? ¿Cuántas veces crees que han sostenido apuntado un arma contra un transeúnte inocente que lloraba mientras les entregaba lo que se habían ganado con esfuerzo durante un duro día de trabajo? Me cansé de los parásitos, me cansé de que vivan de nosotros, no pienso tolerarlo un solo día más y no soy el único. Así que es momento de elegir, héroe, ¿estás de su lado o del mío?
—No estoy abalando o justificando sus crímenes, bajo ningún aspecto, pero no tengo tiempo para ponerme a discutir posiciones filosóficas contigo —replicó Vincent poniéndose en posición de combate una vez más, esta vez con sus palos de eskrima entre manos—. Tal vez lo haga mientras te llevo maniatado a la prisión donde perteneces.
—Bien, que así sea.
Vincent arrojó uno de sus palos de eskrima contra su enemigo, esperando golpear el arma, pero este lo esquivó justo a tiempo y abrió fuego, contra los asustados chicos, aniquilando a dos al instante y hubiera acabado con la vida de los tres de no haber sido porque Vigilante se apresuró a saltar delante del arma, recibiendo un disparo en el medio del pecho, el cuál fue frenado por los materiales antibala del su traje.
Solo una delgada chica quedaba viva y la misma se arrastraba a través de la habitación para alejarse de Rampage, cuando sus manos se pusieron en contacto con el frío mango de la pistola del detective Burton, quien observaba toda la situación petrificado en el suelo.
—¡No! —exclamó Vincent, al ver lo que la chica sujetaba entre sus manos.
La muchacha se giró y disparó cuatro veces contra Rampage. Dos disparos fallaron y se instalaron en las paredes de la casa, un tercero dio en la cadera del enemigo y el cuarto se instaló en su cuello, haciendo que un chorro de sangre salga despedido del mismo. Sin embargo, Rampage, fiel a su palabra, disparó una vez más, acabando con la vida de aquella delgada chica al instante.
—¡No! ¡No! —repitió Vigilante, quien se levantó con dificultad, horrorizado ante la escena.
Se planteó tomarle los signos vitales a la chica, pero no tenía sentido, probablemente había muerto antes de tocar el suelo. Sin embargo, Rampage aún se debatía entre la vida y la muerte, desangrándose contra una de las habitaciones de la pared, sin fuerza para volver a alzar su mano y acabar con la vida del detective Burton, que se escabullía del lugar aprovechando el desconcierto de Vigilante.
—¿Qué hiciste? —murmuró— ¿¡Qué mierda hiciste!?
Con ese grito de furia, Vincent se lanzó sobre el abatido criminal, que tenía sangre chorreando por todos lados.
—Yo... yo... fallé —era lo único que atinaba a decir Rampage—. Esto no tenía... n-no tenía que... acabar así.
Vincent intentó hacer presión sobre la herida en el cuello de su enemigo, mantenerlo vivo hasta que pudiera ponerse en contacto con una ambulancia, pero Rampage utilizó sus últimas fuerzas para quitar la mano del héroe.
Con movimientos lentos y un pulso débil, Rampage llevó su otra mano hacia su máscara y se la quitó, revelando su verdadero rostro.
—Fallé... —volvió a decir, con sangre brotando de su boca.
Vincent conocía ese rostro, pero le costó un segundo ponerle nombre.
—¿Soap? —preguntó, aunque conocía la respuesta.
De repente se le vino la imagen de aquel joven oficial de policía y recordó pedirle indicaciones en la escena del crimen donde se había enfrentado por primera vez con Rampage.
Aquel chico apenas y tendría unos 25 años, toda una vida por delante y ahí se encontraba, desangrándose en el suelo de una sucia casa con un disparo en su cuello. A Vincent le estaba costando trabajo conciliar esta imagen con la que tenía del brutal asesino que era Rampage.
En los ojos del oficial Soap muchas emociones se intercalaban: horror, sorpresa, furia, pero por sobre todas las cosas miedo. Aquel chico jamás pensó que iba a encontrar la muerte en aquel lugar y sin embargo allí estaba.
Las lágrimas empezaron a caer por el rostro de Vincent, que de repente no sabía qué hacer, hasta que el sonido de unas lejanas sirenas de policía empezó a sonar, devolviéndolo a la realidad. Alguien había escuchado la guerra que se había desarrollado en ese lugar y había logrado sortear su perímetro y ahora la caballería se acercaba, pero ya era demasiado tarde. Rampage estaba muerto y los hombres de Cronos también habían abandonado el edificio, escoltando al derrotado Detective Burton lejos del lugar.
Vincent se levantó con dolor en su pecho y un nudo en su garganta y desde el umbral de la puerta dio una última mirada a la masacre que se había llevado a cabo en aquella habitación.
—Fallé —fue lo único que el héroe atinó a decir antes de darse media vuelta y alejarse del lugar.
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