06
Para: Jesenia
Oppa: Youngmin (BF)
CÓMO DECIR NO
Tus párpados caían lentamente al mismo tiempo que tu cabeza se inclinaba hacia el escritorio. Parpadeaste un par de veces y frotaste tus ojos. El cansancio no debía ganarte, tenías un examen pronto y no habías ni empezado a estudiar. Si tan sólo no hubieses perdido tanto tiempo...
-Vaya, te hace falta una siesta. - escuchaste una pequeña risa.
Alzaste la vista para poder encontrarte con aquellas esferas de chocolate. Era Youngmin, un chico demasiado lindo para ser real. Nariz perfilada, labios perfectos, sonrisa radiante, alto, delgado, debería ser ilegal ser Jo Youngmin.
Soltaste un suspiro. No sabiendo qué responder. Nunca le habías dirigido la palabra. Te preguntabas si tal vez él frecuentaba mucho la biblioteca del colegio. Era realmente la primera vez que ibas a aquel lugar, y no esperabas te resultara tan pacífico y confortante.
-Jesenia, ¿cierto?
"Demonios, sabe mi nombre"
Eso sólo podía significar algo, él estaba ahí probablemente por la misma (y la única) razón por la que todos te hablaban en la escuela: para pedirte algo.
Todos te conocían como "El ángel Jess", lindo alias ¿no es así? Cualquiera diría que ser llamada ángel era genial, pero ése no era tu caso. En los últimos días habías descubierto que no era tan afortunado ser alguien buena rodeada en un mundo lleno de gente egoísta.
Siempre habías pensado que ayudar a alguien, en cualquiera que fuese su situación era algo bueno, y era una parte que te gustaba de tu personalidad. Sin embargo, ahora odiabas con todo tu ser el hecho de ser bondadosa, compasiva, pero sobretodo tenías un grave problema que debías erradicar: NO SABER DECIR NO.
Todo comenzó cuando recién llegaste de intercambio de otra escuela, conociste a una chica muy amable y pensaste que habías hecho una muy buena amiga en tu primer día. Gran equivocación. Ella sería quien cavaría tu propia tumba en tu vida académica.
Resulta que esa chica te comentó que necesitaba ayuda para llevarle un ensayo a un profesor. Te explicó que su hermano menor estaba enfermo y que debía cuidar de él ya que estaba solo en casa y su madre estaba trabajando. Amablemente te ofreciste a llevarlo por ti misma. En ese momento creíste fielmente en sus palabras, ahora no sabías bien si era verdad.
Al día siguiente, hiciste muchos "nuevos amigos" todos eran tan amables contigo, y tú eras lo suficientemente ingenua como para creerte que su actitud era sincera y llevaban buenas intenciones. Fue entonces cuando comenzaron a pedirte muchos favores, al principio lo tomaste como una parte común de las relaciones entre amigos. Pero luego, te fuiste dando cuenta que todos en la escuela sólo te hablaban por esa razón.
No tenías ningún amigo, no uno real, a quien contarle tus anécdotas diarias, con quien compartir tus ideales, nadie a quien pudieses acudir. Eras bastante popular en la escuela, aun así te sentías sola. Te sorprendía cuán interesada podría resultar la gente.
-Cierto.
Murmuraste desganada, regresando tu atención a los apuntes en tu libreta.
-Mucho gusto. Mi nombre es Youngmin.
-Lo sé, sunbae. - el chico era académicamente un grado mayor que tú.
-Luces algo exhausta. ¿Tienes examen mañana?
Mostrarse amigable y empático, hacerse lucir como si realmente quisieras volverte cercano. Era una táctica que conocías muy bien. Al final, todos solo te terminaban pidiendo favores, que tú terminarías cumpliendo, así funcionaban las cosas. Mejor te ahorrabas tanto protocolo. La hipocresía te ponía enferma.
- ¿Qué es lo que me pedirás?
-Vaya, sólo quería conversar un rato contigo...
-Sunbae, no te ofendas pero, todos me piden favores. Conoces mi nombre, la razón de mi popularidad. No te aflijas, haré lo posible para cumplir el favor que necesitas.
Youngmin extendió una sonrisa, la cual logró suavizar un poco tu impotencia. Sólo pensabas en la lista de favores que tenías pendientes, adicional un examen al día siguiente. Una avalancha de estrés se apoyó sobre tus hombros. Y ahora tenías al gemelo guapo frente a ti. Honestamente, no sabías qué esperar de él.
-Entonces, quiero una cita, contigo.
-¿Disculpa? -te atragantaste con tu propia saliva.
¿Una cita? ¿Por qué Jo Youngmin querría salir en una cita contigo?
-Dijiste que harías lo posible.
-Youngmin Sunbae...
-Puedes decirme sólo Youngmin. Cancela tus compromisos para mañana luego de clases. - te guiñó un ojo y desapareció de tu vista.
"Pero, ¡qué rayos!"
Tardaste en procesar la situación. ¿Qué era exactamente lo que acababa de suceder? ¿Por qué Jo Youngmin te había pedido aquel favor? ¿Qué le hacía pensar que accederías a tal ridiculez? Ciertamente te la pasabas cumpliendo favores, pero ninguno de tipo personal.
____________________________________________________________________________
Tu cabeza se llenó de pensamientos acerca de la aclamada cita. ¿Qué era lo que harías? Después de todo él se había ido así sin más, sin darse tiempo de escuchar tu respuesta. Aún tenías razones para rechazar la oferta. Pero, ¿quién en su sano juicio rechazaría una cita con Jo Youngmin? Tus emociones eran un caos.
-¿Lista? -una mano extendida apareció frente a ti.
La miraste vacilante, aún cabizbaja. Ninguna respuesta vino de tus labios. Tu cuerpo aferrado a tu asiento. Estabas tan concentrada en tus pensamientos que no te habías dado cuenta que la clase había concluido y que sólo tú te encontrabas en el aula con Youngmin.
El chico dobló sus rodillas y colocó sus brazos cruzados sobre el pupitre, para poder observarte con detenimiento. Inclinó su cabeza hacia ti, encontrándose su mirada con la tuya. Sus ojos eran enormes, comparados con los coreanos comunes, color caoba, y aquel lunar en su cuello, que lo diferenciaba de su hermano gemelo. Tu corazón dio un vuelco, tomándote por sorpresa. Estaba cerca, su rostro estaba peligrosamente cerca del tuyo, causando que tus mejillas se ruborizaran. Una dulce sonrisa apareció en él, satisfecho con tu reacción.
-Si no quieres ayudarme, puedes decir que no, ¿sabes?
-Sunbae...es que... -buscabas las palabras pero no encontrabas las correctas.
-Nunca habías hecho un favor de nivel personal, ¿no es así? -enarcó ambas cejas.
-Sí. -admitiste. -Pero no te lo tomes a mal sunbae. Claro que te ayudaré, sólo quisiera saber la razón por la cual necesitas que te acompañe.
-¿La razón?
Youngmin se rascó la nuca y caminó alrededor del aula. De pronto lucía nervioso.
-Bueno, es que hay una chica que me acosa día y noche. A niveles sobrenaturales. Es más, ni estudia en este colegio. No sé cómo obtuvo mi información, ni nada. Para quitármela de encima, le dije que tenía novia. Y funcionó por un tiempo, hasta que descubrió que le mentí.
-Así que, ¿quieres que finja ser tu novia? -tragaste saliva. Youngmin asintió en respuesta.
-Lo sé, es una locura, nunca debí pedirte algo como eso.
Autocompasión, otra táctica muy conocida por ti. Pero, esta vez sí le creías a la persona que tenías frente a ti. Y eso, era algo que odiabas con todo tu ser.
-No te preocupes, está bien. Te ayudaré. -resoplaste, aunque sentiste un nudo en el estómago.
-¿De verdad? -enarcó una ceja incrédulo.
-Sí. -tartamudeaste un poco.
-¿Estás segura de que quieres hacerlo?
-Bueno, necesitas ayuda, así que...
-Jesenia, tienes un grave problema. Necesitas aprender a decir no. -puso los ojos en blanco.
Parpadeaste un par de veces, sorprendida, o tal vez ofendida, ante sus palabras ¿De qué venía esto?
-¿Disculpa?
-No dejes que la gente se aproveche de tu bondad. ¿Qué tal si te hubiese pedido que nos besáramos? ¡Hubieses besado a un completo extraño sólo por no saber decir no! Es claro que yo nunca te haría daño. Pero cualquier otro patán que se te hubiese acercado, pudiese manipularte así sin más. No puedo permitir que continúes yendo por la vida de ese modo.
-Sunbae, deja de decir tonterías. No hubiese accedido a besarte. Tranquilízate. Además, tú fuiste el de la idea de fingir ser tu novia. ¿De qué va todo esto?
-Quiero ayudarte Jess. Te enseñaré a decir no.
-¿De qué rayos estás hablando? - te levantaste de tu asiento y le diste la espalda.
Youngmin había cruzado la línea, aquella que te llenaba de coraje. ¿Cómo se atrevía a decirte aquellas cosas? Sí, tal vez tenías un problema con lo de los favores, pero no era algo que no supieses. Si fuese tan fácil erradicarlo, ya lo hubieses hecho desde hace tiempo. Lo más desconcertante, era su forma tan directa de decirlo, sin preocuparse de que sus palabras pudiesen lastimarte.
-Jess, no era mi intención ofenderte, por el contrario, quiero ayudarte.
-Sólo vete, Youngmin. -resoplaste con fastidio.
-Yo también era así, quería complacer a todos a mi alrededor, ser amable. Pero tenemos un problema muy grave en nuestra sociedad, siempre se aprovechaban de mí. Y, me di cuenta que tenía que era yo quien tendría que hacer algo al respecto.
-Sunbae, lo que dijiste no fue amable, fue cruel. -bajaste la mirada.
-Perdona. - te tomó del brazo con delicadeza. -Yo, debo admitir que te he estado observando. No me gusta que la gente se aproveche de ti. Tampoco me agrada verte huyendo de todos y comiendo sola para que no te pidan favores. Debe ser muy difícil venir al colegio así. Quiero ayudarte.
Sus ojos marrones te miraron con cariño. Tu pecho subía y bajaba aceleradamente. ¿Por qué rayos tenía que ser tan lindo y guapo? No podías permanecer enojada con él por tanto tiempo. Era prácticamente imposible. Resoplaste rendida.
-¿Y cómo se supone me ayudarás?
-Para empezar, ¿qué favores te pidieron hacer para el día de mañana?
-Mmm... La chica encargada del club de teatro me encargó entregar los guiones a los demás del club. Debo apoyar en la organización de un evento comunitario. Ir a la lavandería por la ropa de Krystal. Creo es todo, para mañana.
-No harás nada de eso.
-¿Qué? Pero yo me he comprometido con ellos. No puedo dejarlos mal.
-Bueno, para no dejarlos mal les llamarás a esas personas y les informarás que hoy tienes otras cosas que hacer y que no podrás cumplir esos favores que te pidieron.
-Pero no tengo otras cosas que hacer, ya concluyó el periodo de exámenes y he adelantado todas mis tareas. Eso sería mentir. -inclinaste la cabeza.
-Entonces, ¿te gustaría salir conmigo hoy? De verdad, no como un favor.
Youngmin mordió su labio inferior y te miró con aquellos ojos tiernos de venado. Sus pestañas eran tan largas y se movían como un revoloteo esperando ansioso tu respuesta. ¿Estabas soñando? Este chico irresistiblemente guapo te acababa de invitar a salir. ¿Era acaso esto un truco para conseguir favores futuros?
-No quiero agradarte para conseguir favores futuros. De verdad, me gustas mucho.
Sus mejillas se ruborizaron. Tu corazón dio un vuelco. ¿Cómo conocía tus pensamientos? Espera, Jo Youngmin acaba de decir que le gustas. No era un simulacro, era real, tan real que sentías que tus pulmones se quedaban sin aire.
Pero aun así, debías asegurarte, no podías confiar en él, aunque fuese guapo, nunca podías saber las verdaderas intenciones de las personas. Te habías vuelto muy desconfiada. Sacudiste la cabeza regresando a la realidad.
-¿Cómo sé que puedo confiar en ti? Realmente no...
-Buena pregunta, bueno te he estado observando últimamente. Demasiado, no comprendo cómo es que no te has dado cuenta. Eres algo despistada, pequeña.
Youngmin lucía nervioso, tal vez no era la respuesta que buscaba. Tal vez, solo tal vez hablaba en serio y acababas de herir sus sentimientos.
-Sé que no crees mis palabras, y lo comprendo. Cuando estás rodeado de personas que te mienten, sueles ser desconfiado.
-La verdad, es que no nos conocemos muy bien. No sé qué decir.
-Te he espantado ¿no es así? Podemos empezar como amigos. Yo sólo te pido una oportunidad, ¿sí? - te extendió una de sus manos. Tragaste saliva.
-No. -respondiste en seco.
-Uhh...está bien. De todas maneras, me gustaría ayudarte con eso de los favores. Ya sabes, aprender a decir no.
Su rostro entristeció de repente. Una gran sonrisa se extendió en tu rostro y tomaste su mano antes de que se volteara.
-Sólo practicaba cómo decir no. -soltaste una risilla.
-¿Tomo eso como un sí? -un pequeño destello iluminó sus ojos. Asentiste en respuesta. - ¡Gracias! ¡Gracias Jes! - te abrazó efusivamente.
-Pero, ¿sí me ayudarás con eso? - balbuceaste sintiendo cómo su corazón latía al mismo ritmo galopante que el tuyo.
-Por supuesto, te ayudaré a decir no. Y te apoyaré en lo que necesites. Seré un buen chico, lo prometo.
Te regaló la más sincera de sus sonrisas. Y entonces, te diste cuenta de que Jo Youngmin no sólo era hermoso por fuera, sino que también tenía un corazón de oro.
-------------------------------------
Hola Jesenia.
Disculpa la tardanza, estuve en exámenes y así.
Espero te haya gustado el imagina.
Le puse esmero. (*w*)
Como se ve en mi perfil soy Bestfriend y Youngminnie es mi fav, así que lo hice con mucho amorcito.
Saludos ¡Ppyong!
PD: Tuve un colapso mental al seleccionar una imagen de Youngminnie. Es que se ve tan hermoso en todas las fotos (> ' <)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top