02

Para: Iratxe

Oppa: Suga (BTS)


¡Atrapada!


Tus ojos recorrieron el lugar a los laterales. No había nadie en los alrededores. Respiraste profundo y encendiste el ordenador. Tu corazón latía a mil por hora mientras unas diminutas gotas de sudor comenzaban a brotar de tus sienes.

"Tranquila Iratxe. Todo irá bien. Sólo tienes que apurarte"

Escribiste la contraseña de forma cuidadosa mientras el brillo cegador del monitor alumbraba la oscura oficina del director de la escuela. Todo estaba en completo silencio, lo cual era buena señal, pero aumentaban aún más tus nervios de que fueras descubierta.

Sin darle cabida a más pensamientos negativos, te dispusiste a realizar tu misión en aquel lugar. Una vez terminada tu tarea, resoplaste aliviada de haber logrado tu cometido y tomaste tu mochila que se hallaba en el suelo.

- Te has portado mal pequeña, muy mal. – una voz grave fue escuchada tras tus espaldas.

Tus rodillas temblaron y por un pequeño instante tus pulmones se olvidaron de la necesidad de respirar. Estabas ahí de pie, paralizada sin siquiera poder voltear la mirada hacia quien te había descubierto.

- Cambiar tus calificaciones, eso no se hace.

Aquel chico caminó alrededor de ti en la oscuridad. Lucía alto y con tez clara, aunque realmente no podías distinguir su rostro debido a la escasez de luz. Su andar era demasiado despreocupado, y de alguna forma te causaba irritación.

- Debo confesar, que no me lo esperaba de ti, señorita. – una mueca torcida se extendió hacia una media sonrisa.

Y fue entonces, que reconociste al espectador de la escena del crimen: Suga. ¡Demonios! ¿Por qué de todas las posibles personas en el mundo tenía que ser el imbécil patán bueno para nada de Suga?

"¡Trágame tierra!". Pusiste tus ojos en blanco.

- No es como si tú no estuvieses aquí para hacer lo mismo. ¿O me equivoco?

- Te equivocas realmente. Y no te recomiendo que alces tanto la voz. Podrían escucharnos y, te meterás en graves problemas. – habló en murmuros.

- Entonces cállate. – hablaste entre dientes.

- Hablemos afuera.

Aquel chico sin modales te tomó de la muñeca y te arrastró hacia la ventana. Brincó hacia el techo, como si fuera una tarea sencilla y te extendió su mano para ayudarte a subir. La tomaste a regañadientes, ya que no te quedó opción.

- Dejemos esto claro. Tú no viste nada, y yo tampoco. Fin de la discusión.

- Pero sí vi algo. Vi a Iratxe cambiando sus calificaciones.

Tus pies se detuvieron y rechinaste los dientes. No podías creer lo que estaba sucediendo. Sí, estabas a punto de ser chantajeada por nadie menos que Min Yoon Gi, a quien odiabas con todo tu ser.

- Para empezar, ¿cómo es que sabes mi nombre?

Regresaste hacia el chico que se sentaba sobre el techo despreocupadamente.

- Todo mundo en la escuela sabe tu nombre. Eres la número uno en todas las clases ¿no es así? Así como todos también me conocen por ser el rapero de BTS. Supongo que igual sabes quién soy, por lo que estaría de más presentarnos.

- Sí, lo está.

- Perfecto. Entonces, iremos al grano. Mi silencio tiene un precio, pequeña.

- ¿Precio? ¿De verdad esperas que podrás chantajearme? Sé muchas cosas acerca de ti, que tampoco se consideran legales.

- Y eso me importa porque...

Tenía razón, lo odiabas tanto. Todos conocían la clase de mala reputación que Yoon Gi tenía. El sacar a la luz los hechos no sorprendería a nadie. Además de que era intocable por sólo ser una celebridad.

En cambio tú, habías crecido esforzándote todos los días en ser la mejor en todo. No descansabas ni un segundo, dando todo de ti. Pero esa estúpida profesora tenía que ponerte una nota baja. Cuando tú te merecías la más alta de toda la clase. No, ella decidió desquitarse contigo y plasmar en tu perfecto historial académico una nota reprobatoria. No podías permitirlo. Así que debiste cambiar tu calificación, sin importar qué método usaras. Igual y la nota te la merecías, así que tu conciencia estaba tranquila con ello.

- Creo que ya ves bien cómo funcionan las cosas aquí. – aquella sonrisa retorcida apareció en su rostro de nuevo.

- Ve a grano. ¿Qué quieres? – te cruzaste de brazos derrotada.

- Chi-maek

(Expresión coreana alusiva a una comida compuesta por pollo frito y cerveza)

- Pensándolo bien, no tienes evidencia alguna. Será tu palabra contra la mía, y la tuya no es muy confiable que digamos.

- Sabía que dirías eso. Clásico de ti.

"¿Podría dejar de decir esas frases? Ni que me conociera este idiota"

- Por eso, le tomé foto a la escena del crimen. – alzó su teléfono celular.

Era astuto, muy astuto. Para tu lamentable vida.

- ¡Chi-maek suena genial para la cena!

- Estoy hambriento preciosa.

- Sí, me imagino. – el sarcasmo denotaba en tu voz.

¿Quién demonios tendría hambre a las tres de la mañana? Cualquier persona con sentido común tendría sueño, no hambre.

- ¿Por qué te caigo tan mal? Digo, todo el mundo me ama. Soy genial.

- ¿Qué te hace pensar que me caes mal?

"Digo, claro que te odio, pero creí no se notaba".

- Siempre haces tus ojos así – puso los ojos en blanco. – Y me tratas con indiferencia.

- Es la primera vez que te trato.

- No es cierto. Ya habíamos hablado antes ¿Qué no recuerdas? – ladeó su cabeza.

"Claro, los minutos más largos de mi vida, con las pláticas vacías de alguien sumamente arrogante. ¡Cómo olvidarlo!"

- No realmente. – respondiste cortante.

Llegaron a aquel lugar donde el princeso quiso y ordenó un pollo entero y cerveza. La felicidad corrió por su rostro apenas vio la comida e inmediatamente introdujo aquel alimento grasiento dentro de su boca. Comía como un cavernícola.

- Come despacio, o te atragantarás.

- Tranquila, no seas tan amargada. – esbozó una gran sonrisa.

- ¿Cómo le haces? Para ser tan despreocupado y que todo te salga bien. Tienes suerte.

- ¿Suerte? Sí, claro preciosa.

- Es la verdad. Casi ni vas a la escuela y eres el segundo de la clase. A pesar de ello, nunca te he visto estudiando ni nada por el estilo. Y sí, sé que debe ser difícil ser un artista de kpop y todo eso, pero para ti luce tan fácil todo. Lo haces lucir como si obtuvieses las cosas sin esfuerzo.

- Pensar eso es tan ridículo. – una carcajada se escuchó al eco del lugar semivacío.

- ¿Ves? Y todavía te ríes.

- Supongo que dormir una hora al día te parece que es de suerte. Tener que ensayar coreografías de alta dificultad hasta las cuatro de la mañana sin parar ¡Oh qué afortunado soy! Levantarme todos los días con una sonrisa en la cara, aunque a veces sólo quiera descansar. Y tener que producir y componer canciones, ir a eventos, dar entrevistas, grabar programas y tener sesiones de fotos; todo en un solo día. ¡De verdad que chico más suertudo! La universidad princesa, no es nada para mí.

Lo miraste atónita sin poder expresar ni una sola palabra. Nunca lo habías visto de ese modo. Suga siempre era el chico genial que lucía como que lo tenía todo y su vida era perfecta. Lo habías prejuzgado de la peor de las formas, sin darte cuenta que él estaba esforzándose el triple de lo que tú lo hacías. Un nudo amargo se formó en tu garganta.

- Por supuesto, tú no sabías nada de eso. Porque siempre parece que mi vida es perfecta. Y no es que no me guste mi vida. Puedo compartir mi música con mis fans ¿Qué más podría pedir? Eso no significa que sea fácil.

- Yo...

- Toma. – colocó un pedazo de pollo frito sobre tu boca.

Tomaste un bocado para luego sostener la pieza con tus propias manos. Vaya forma de callarte.

- Así que, ¿por qué la súper inteligente de Iratxe ha decidido cometer un crimen? No es como si tuvieses necesidad de cambiar tu calificación.

- ¿Bromeas? La profesora me reprobó injustamente.

Tomaste un trago de su lata de cerveza impulsivamente, conteniendo tu ira.

- Interesante. ¿Y eso por qué?

- Porque me odia. La corregí en algo que dijo en frente del director y desde eso se la trae contra mí.

- Así que, tuviste que recurrir a métodos ilegales para hacer justicia.

- No es por mi orgullo, es por mi beca. No puedo tener ninguna calificación reprobatoria. No me puse una calificación de excelencia, sólo lo suficiente para aprobar la asignatura.

- Ya veo. A pesar de que te merecías más. Tú te esfuerzas mucho en tus estudios, eres una total ne... - se detuvo sin terminar su oración.

- Nerd. Puedes decirlo sin problema. Ya lo sé.

- No lo tomes a mal.

- No lo hice, estoy acostumbrada. Pero, siendo sincera hay algo en lo que tengo curiosidad ¿Tú también has cambiado tus calificaciones?

- ¡Ja! No, claro que no. Sólo tengo buena memoria fotográfica para ser exactos.

- ¿De verdad? No te creo. Así que realmente eres muy inteligente ¡Quién lo diría!

- ¿Qué? Tú también crees esos rumores de que hago trampas en exámenes y así. – agrandó sus pupilas con asombro. – Me has decepcionado lindura, yo que pensé que eras muy inteligente para creer en esas tonterías

- ¿Acaso me estás llamando tonta?

- Te acabo de llamar inteligente, y me has entendido todo lo contrario.

- Yo conozco tus negras intenciones Suga.

- Llámame Yoon Gi. – sus ojos almendrados penetraron los tuyos con delicadeza.

- Yoon Gi – murmuraste.

- Oppa... Yoon Gi Oppa. Puedes llamarme así. -guiñó.

- Oppa. ¿Cómo fue que me descubriste entonces? ¿Qué hacías en la escuela a tan altas horas de la noche?

- Me escapé de mi manager. Supuestamente teníamos ensayo, pero es muy aburrido para mí. Además de que ya me sé bien la coreografía. Decidí ir al techo de la escuela, que queda cerca del edificio de mi compañía, a tomar un poco de aire. Desde ahí fue que te vi escalar a la oficina del director y te seguí porque pensé sería divertido.

- Oh...ya veo. ¡Qué cosas! – suspiraste. – Me cachaste con las manos en la masa.

- Así es preciosa. – rio por lo bajo. – Pero no te preocupes, tu secreto está a salvo, gracias a la cena de esta noche.

- Gracias, te debo una.

- ¿Sabes? Sé que debes estar muy ocupada siendo la número uno de la clase, pero me gustaría volver a salir y charlar. Me agradas mucho.

- Tú eres el que está súper ocupado siendo una estrella Hallyu, no yo, una estudiante nerd.

- A lo que voy es, que quiero repetir esto, muchas veces. Platicar contigo acerca de cosas cotidianas me hace sentir una persona normal.

"¿Y yo como por qué haría eso? Igual y no es tan malo como parece"

- Adivinaré, no te parece. – sus ojos de cachorrito demostraban decepción.

- Está bien. Pero no seas tan arrogante cuando estés conmigo.

- No lo soy. – una falsa sonrisa comprobaba que mentía.

- Ni sé por qué estoy accediendo.

- Porque sé tu secreto.

- Cierto. – resoplaste.

- Y, porque soy irresistible. Acéptalo. Has caído princesa ante los encantos de Suga.

Se acercó a tu frente y presionó sus labios sobre ella lentamente. Querías protestar, pero sinceramente te tomó muy de sorpresa. Su perfume tenía un dulce aroma a fresas y vainilla, simplemente hipnotizante.

- Si estuviese un poco más ebrio, te beso en los labios princesa. Tienes suerte. – su risa retumbó en tus oídos.

- No vuelvas a hacer eso. – miraste al suelo.

- Pero me agrada tu rostro rojito. Es muy bello. – bromeó. – Debo irme, asegúrate de llegar a casa. Me avisas. – te pasó un papel con su número escrito.

- Estaré bien.

- Si quieres portarte mal de nuevo, me dices. Sabes que soy experto en ello.

Su peculiar sonrisa retorcida se extendió por su rostro y se alejó de aquel lugar sosteniendo su chaqueta sobre sus hombros. Yoon Gi, aquel oppa no lucía tan malo después de todo. O tal vez, habías caído ante sus encantos como muchas otras Army.

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Iratxe. Espero te haya gustado el Imagina ^^

Saludos y gracias por leer :D

Atte. Yendi_Heart

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