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Sejeong se había metido dentro de la tienda de la costurera, en su mano llevaba las medidas de su hermana y el diseño que haría para las vestimentas que usaría en el instituto. Usualmente solo la gente de la aristocracia tenía derecho de estudiar en un colegio; pero gracias al pago de su señor, podía enviar a sus hermanas y salieran adelante.

Mijoo asomó su rostro desde el techo, olfateando a su alrededor, había seguido a esa sirvienta solo por curiosidad. Pasado unos largos minutos la vio salir y de forma inconsciente, su cola se movió de un lado a otro, en eso escuchó unos gritos a la lejanía y como una orda de vampiros impuros se acercaban, su ceño se frunció y soltó un enorme chillido de onda en forma de amenaza.


Las vigilantes que se encontraban arriba del techo del palacio del Duque Jeon, se giraron de un solo al escuchar el llamado de su líder, una de ellas empezó a bajar por la pared para dar aviso a su amo. Se asomó por la ventana del primer piso e ingresó para saludar con respeto.

—Amo, hay una horda de vampiros impuros atacando el primer pueblo, la líder Mijoo nos ha avisado.

—¿Cómo?—Jungkook se levantó de un golpe. Hace mucho que no había avistamientos de impuros, debido a que muchos de ellos pertenecían a sangre puras, al menos que haya alguien que haya roto la ley de la paz y anda convirtiendo a humanos en impuros. Soltó un largo suspiro—. ¿Crees que lleguen a este lugar?

—No lo sé, mi señor. Pero pienso que sería adecuado dejar a 50 vigilantes y poner bajo protección la mansión.

—Hmm...¿Debería despertar a las impuras que aún duermen en el sotano?

—Mi señor; pero ellas aún no están completas—dijo sorprendida la sub-lider.

—Tienes razón, manda a 50 de las mejores...no se quien se atrevería a atacar a uno de mis pueblos. En un rato llego.

Aquella vampira afirmó y pasó a su lado animal, soltó un chillido agudo dando aviso a sus demás compañeras que se tiraron del cuarto piso y echaron a volar, saliendo una orda de aquellas impuras para ir a defender el pueblo. Jeon Jungkook suspiró y tocó un pequeño timbre, el mayordomo apareció en unos segundos y se hincó con respeto.

—¿Me ha llamado, mi amo?

—Mantén en vigilancia este lugar, no dejes que nadie salga ni entre, si aparecen vampiros que no son de los nuestros, mátalos...¿Dónde está el joven Min?

—Jennie me acaba de avisar que se encuentra en la biblioteca, pero no se preocupe que hay dos sirvientas y dos vigilantes en el exterior, cuidando.

—Bien, cualquier situación de emergencia, mandalo al refugio, donde se encuentran las vigilantes que duermen.

—Si mi amo ¿Y usted qué piensa hacer?

—Debo ir a encargarme de esa situación.

Jeon Jungkook pasó a su lado animal y desapareció en unos segundos, dejando en silencio aquel lugar. Su mayordomo suspiró y salió de aquella oficina, silbó en bajo y varias vigilantes empezaron a ponerse en los puntos estratégicos de aquel edificio, sin dejar ningún punto ciego.


Sejeong frunció el ceño al ver como personas empezaban a correr en dirección suya, cuando subió su mirada, pudo ver en el cielo a vampiros impuros, que poseían su piel grisácea, grandes alas puntiagudas, una cola puntiaguda, garras afiladas y enormes colmillos, medían dos metros y eran difíciles de matar. La humana pegó un grito al ver como muchos de esos monstruos agarraban con sus patas a varias personas y les metían los colmillos, para succionar la sagre y de último tirarlos desde arriba.

Sejeong empezó a correr buscando donde refugiarse; pero tropezó con una de las personas que corría y al girarse uno de esos monstruos se abalanzó sobre ella lista para comerla, cerró los ojos pensando que era su final.

Mijoo se puso encima de aquel vampiro que estaba sobre Sejeong y atravesó su mano por el pecho hasta arrancar el corazón y tirarlo a un lado, si eso no fuera suficiente con sus manos arrancó la cabeza de su puesto. La humana abrió sus ojos con lentitud, su rostro se había manchado de sangre y su ropa también; pero la sangre de los impuros era negra, debido al veneno que recorría en sus cuerpos cuando eran transformados.

—¿Quieres morir aquí o te levantas ya?—inquirió aquella impura que levantó a la sirvienta, rodeó sus manos alrededor de la cintura.

—¿¡Q-qué haces aquí, animal feo-...¡AAAAH!

Sejeong soltó un desgarrador grito cuando la vigilante alzó vuelo y se empezaron alejar de aquel pueblo, llevando la impura de regreso a la mansión para resguardarla, a la lejanía pudo ver a las suyas que se iban acercando para atacar a sus enemigos. Se podían distinguir entre ellas por el aroma, tendrían el olor del veneno del duque.


Jeon Jungkook llegó al pueblo, habían cuerpos de personas sin vida, suspiró con pesadez, se suponía que había un decreto de paz entre vampiros y humanos, hecho hace cien años, si esa situación se daba a conocer, habría caos y empezarían a ser cazados: ¿Quién demonios haría algo así?

Logró ver a lo lejos a una chica castaña que corría desesperada y venía tras ella un impuro, Jungkook se apresuró y pasó de aquella humana, tomando a una increible velocidad del cuello al monstruo e introdujo con sus largas uñas sus manos al pecho, arrancando el corazón de su lugar. Los impuros eran fáciles de matar, arrancabas su corazón y para asegurarte, la cabeza; pero los sangre pura, al poder regenerarse, debían atravesar con una estaca puntiaguda y de metal su corazón, mutilar sus cabezas y otras partes de su cuerpo y ser quemados hasta ser desintegrados.

—¿Se encuentra bien?—preguntó el duque sin ver a esa humana.

—Ayúdeme...por favor—susurró la chica que se levantó aturdida y nerviosa.

En eso otro impuro iba hacía ella, por lo que Jungkook sacó sus alas y con sus afiladas puntas cortó en dos el cuerpo de ese ser, sacando de último el corazón hasta destriparlo entre sus manos. La humana cayó inconsciente al suelo y el Duque frunció el ceño muy preocupado, en eso recordó el rostro de la humana, la había visto en aquella fiesta: ¿No era esa sirvienta que tropezó y fue expulsada de su trabajo?

Al recorrer su manos por el rostro de ella, se sorprendió por la suave tez y bonitos rasgos, una humana bastante preciosa.La sub-lider de las vigilantes se acercó a su amo y se hincó.

—Mi señor, hemos contado unos 30 impuros, podemos encargarnos nosotras.

—Hazlo—Jungkook tomó aquella humana entre sus brazos, no podía dejarla allí, debía llevarla a su mansión hasta que volviera a estar segura y pudiera volver a ese pueblo—. Ten cuidado.

Jungkook alzó vuelo y se llevó consigo a la humana, a la lejanía un joven disparaba con ayuda de su ballesta, flechas cargadas con veneno para matar a los impuros, sus ojos se abrieron en par al ver como un monstruo de esos se llevaban a su amada a la lejanía—¡Taeyeon!—gritó con preocupación y empezó a correr hasta que no pudo seguir el vuelo de aquel ser, ni siquiera pudo atinar varias de sus flechas.

Se dejó caer en el suelo, viendo varios cuerpos de humanos sin vida, horrorizado cubrió su rostro, dejando ensuciarse con la sangre negra que poseía. En eso vio como otros vampiros se iban alejando e iban a cierta dirección, después de haber acabado con otros.

—¡Soohyuk!—llamó uno de sus amigos que era también cazador.

—Esos vampiros...los que atacaron a los otros ¿De dónde provienen?

—Sabes que este pueblo es parte del Ducado de un sangre pura—dijo con pesar—. Pero esos vampiros que atacaron, estoy seguro que no eran de él, debido a que tenemos protección y había un trato de paz.

—Esa paz, se ha roto...—gruñó molesto golpeando el suelo—¡Esos malditos monstruos han atacado personas inocentes y ese demonio se ha llevado a mi amada! convoca al gremio, hemos sido atacados y todo es culpa de ese maldito Duque.

El amigo de aquel cazador afirmó en silencio y empezó a ver alrededor para buscar si alguien en ese lugar quedaba vivo.



Jeon Jungkook apareció por la puerta principal con aquel cuerpo en sus brazos, el mayordomo abrió y frunció el ceño con suma extrañeza. El vampiro le entregó a la joven con sumo cuidado.

—Llama a un doctor y que la atienda.

—Si, mi amo...¿Quién es ella?

—La encontré por allí.

Sin decir más, el Duque se alejó en silencio para regresar a su oficina y seguir trabajando. El mayordomo contempló a la humana y se la entregó a una doncella de allí que tomó a tiempo a la chica, este limpió sus manos con cierta frialdad. Jennie se acercó a su compañero.

—¿Y esta quién es? ¿Piensa el Duque convertirla en su nueva amante?

—No lo sé; pero ponla en un cuarto que la bañen y arreglen por si acaso—suspiró con pesadez—, de seguro es para reemplazar a la primera amante.

—Hmm ¿pero no es esta una pueblerina? no tiene nada en especial—la ama de llaves abrió uno de los ojos de la humana y luego se limpió las manos—, sus ojos...son de color lila, son bonitos.

—¿Acaso te recuerda al primer amor de nuestro Duque?—interrogó aquel mayordomo viendo como ahora aquella sirvienta se llevaba a esa humana para ir a ponerla en el cuarto de invitados.

—Si no fuera por sus cabellos castaños, pensaría que es ella; pero el primer amor del Duque la mató el padre de nuestro amo, no es posible.

Jungkook se sentó en el escritorio, pasó sus manos con cierta frustración sobre su rostro al tener un recuerdo de su pasado, esa joven humana le recordaba a su primer amor de infancia. Una sirvienta que había llegado a trabajar en ese lugar junto a su madre y la ayudaba en la lavandería, Jungkook se sintió atraído por el bello color de sus ojos lila; pero su padre era un hombre sin corazón y al darse cuenta, mató a esa humana frente a él, la dellogó, dejando que muriera desangrada.

El nunca pudo perdonar a su padre, que le quitó todo lo que amaba: "Un ser como nosotros, no puede enamorarse, eso te hace débil." Era lo que siempre le recordaba aquel hombre que también se deshizo de su esposa cuando creyó que no era suficiente para la crianza de Jungkook y la mató. Claro que él cuando creció y cumplío su edad adulta a la edad de 18 años, mató a su propio padre y heredó toda su fortuna, además de deshacerse de sus otros hermanos en el proceso para no tener amenazas a su vida, se había transformado en ese monstruo que su padre deseaba desde un principio.


Yoongi se mantenía muy feliz leyendo, había pasado ya dos horas desde que ingresó, la puerta del lugar fue tocada, ingresando una limpia y perfumada Sejeong, quien había llegado hace tiempo al ser rescatada por Mijoo; pero no quería presentarse de semejante manera y asustar a su señor.

—Mi señor—llamó Sejeong su atención—. Es hora del té.

—¿Ya?—dijo con sorpresa, se bajó de la cama y se llevó consigo el libro para terminarlo de leer más tarde.

Salió de la biblioteca con una gran sonrisa y saltarín se dirigió a su cuarto para tomar el té, aunque si bien podía pedirlo en la biblioteca, debería relajar un poco su mente de haber imaginado las escenas que leía. Mientras caminaba, se encontró con el Duque, el cual parecía ir a cierto lugar, Yoongi se ruborizó y le saludó con sumo respeto, juntó sus manos y presionó sus labios tratando de controlar los latidos de su corazón.

—Joven Min ¿A dónde se dirige?

—A tomar el té, ya es la hora—dijo haciendo un gesto con su mano como si llevar un reloj; pero el quiróptero no comprendió porque ese chico puyaba su mano—¿Y usted?

—Solo quiero despejar un rato mi mente—dijo desviando la mirada.

—Por cierto, gracias por poner la cama y aquella mesa de té en la biblioteca ¡Estoy muy feliz, tanto así que estoy excitado!—Yoongi cubrió su boca al darse cuenta que no pensó en lo que decía.—pero...no ese tipo de excitación, solo lo-...

Jungkook tomó del cuello de la camisa al humano y lo empezó a jalar para dirigirlo a un cuarto, Yoongi miró con ojos de auxilio a su doncella, quien sonrió e hizo una persignación imaginativa, dando su bendición con una gran sonrisa para luego susurrar: "Animos, mi señor" Min Yoongi se sintió traicionado: "¡Maldita mi lengua desde el día que nací!" se reclamó a sí mismo.



Jeon Jungkook se terminó de vestir después de haber tenido sexo con aquel humano, el se veía muy tranquilo mientras Yoongi, permanecía ido viendo el techo y sin fuerzas, soltó un suspiro y se cubrió con la sábana ante su cuerpo tan débil.

—¿Sucede algo?—preguntó Jungkook terminando de abotonar su camisa.

—¿¡Por qué usted no está muerto del cansancio?!—reclamó y tomó la almohada para tirarla en dirección de aquel ser; pero Jungkook la agarró a tiempo.

—Debería quitar esa costumbre de tirar objetos a las personas, es peligroso...además, soy un vampiro Sangre pura, tengo resistencia, no se de que te quejas, he sido muy gentil contigo.

—¿¡Llamas a es gentil?!—chilló encolerizado—¡Siento como si hubiera robado mi energía vital y usted está fresco como lechuga!

—Por eso digo que debes comer más, para tener energía ¿Has estado comiendo bien en este tiempo?—Yoongi afirmó y se sentó con cuidado, dejando solo cubierto su parte bajo, se recostó—, que extraño...tal vez deba llamar al médico para que te revise.

—No, estoy bien. Tal vez porque no estoy acostumbrado a esto, supongo que mi cuerpo siempre fue débil desde que era más joven.

—¿Supones?—inquirió extrañado.

—Desde que vine solo pasé postrado en cama, pocas veces salía...pero ahora ya no quiero vivir en estas cuatro paredes, no tengo tiempo para quejarme, ya morí una vez—musitó de último bajando su mirada—. Duque...¿Me puede prometer algo?

—Soy un hombre que cumple sus palabras—exclamó enrollando las mangas de su camisa para ponerse sus guantes de cuero.

—¿Qué pasará conmigo cuando de a luz a su hijo? ¿Se va deshacer de mí?—Jungkook terminó de ponerse sus guantes bajo la mirada de aquel humano. Se acercó a Min Yoongi y acarició con sutileza sus cabelleras negras.

—Puedes vivir aquí hasta tu muerte, de todos modos ahora eres mío.

—¿Lo promete, que no se va deshacer de mí?—inquirió con tono triste al recordar parte de la novela, el Duque dejó a un lado a sus amantes debido a su amor por la protagonista—. Es decir, si se llega a enamorar de alguien, tal vez me abandone.

—Un ser como yo, no conoce el amor, no tienes que preocuparte por algo sin sentido. Descansa.

—¡Pero-...si llegara alguien a su vida—dijo apretando sus manos y conteniendo sus deseos de llorar—. No me olvide, yo...estoy enamorado de usted.

Jeon Jungkook al escuchar aquellas palabras, se quedó viendo al humano por muchos segundos hasta que salió de aquel cuarto de prisa, cerrando la puerta de un golpe, Yoongi se estremeció y bajó su mirada un tanto pensativo. Había sido en una invitación de caza que se hacía una vez al año, donde él moriría, pero ni siquiera sabía en que tiempo el Duque se volvería a reencontrar con la protagonista.

La puerta del cuarto se abrió, ingresando Sejeong que se había llenado de las nuevas noticias que habitaban en aquel lugar y una le llamó mucho la atención, vio a su amo acostado sobre la cama, dejó la bandeja con el té para depositarla en su respectiva mesa.

—Mi señor, me acabo de enterar de algo—Yoongi le contempló con suma curiosidad—, el duque trajó a una nueva humana, dicen las sirvientas que se convertirán en su nueva amante. La recogió cuando el pueblo de ella fue atacado por unos vampiros impuros.

Yoongi palideció al escuchar aquello.

—¿¡Qué has dicho?!

—Si, si no fuera por Mijoo que me sacó a tiempo de aquel lugar, yo no estuviera aquí.

—¿Te encuentras bien?—preguntó tomando rápido la manos de aquella sirvienta, Sejeong afirmó con rapidez—. Tráeme ropa, quiero ir a ver quien es esa joven que el Duque trajo.

Mijoo se asomó e ingresó al cuarto de su señor, viendo al chico bajarse de la cama y cubrir su desnudez con la sábana.

—¡Traigo el chisme del día!—exclamó la vigilante—. Mi amo trajo a una humana del primer pueblo y-...

—Ya sé—afirmó Yoongi, Mijoo hizo un puchero al darse cuenta que no había sido la primera en contar lo que empezaba a circular en aquella mansión—. Iré a ver como es.

—Dicen que es muy bonita—comentó Mijoo y contempló sus manos para sonreír ladina—¿Y sabe qué más? es una castaña, de piel blanca y ojos lila—Yoongi se sostuvo con ayuda de la silla al escuchar aquella característica, Mijoo al notar la reacción de su señor, frunció el ceño con más curiosidad—. El amo ordenó que le dieran un cuarto y la atendieran, algunas lenguas dicen...bueno, no me consta, que la usará como una de sus amantes.

—¿El duque en serio la trajo?—Sejeong se acercó y le entregó la vestimentas a Yoongi, quien la agarró rápido—, es tal como en la historia—susurró de último—. Esto no es bueno.

—¿A qué se refiere, mi señor?—inquirió extrañada Sejeong, viendo a su amo ingresar al cuarto de baño para cambiarse—. No tenga miedo de que el Duque lo vaya a ignorar ¡Nadie es más bonito como usted! estoy segura que no es digna de su presencia.

—No es eso—espetó el omega desde la otra habitación que se vestía apresurado—. Es lo que está por venir.

Mijoo se tiró al cuarto y pasó su larga cola, enrollando alrededor de Sejeong con suma diversión, la humana le dio un manotazo cuando sintió la larga y húmeda lengua de esa impura pasar por su cuello, asqueada se limpió con rapidez y la empujó a un lado.

—Ahora que recuerdo, a mi señor no le gustan ese tipo de características ¡Iré a matarla!

—¡Te has vuelto loca!—le gritó Sejeong agarrando del cuello a la impura—. Si el Duque la trajo a este lugar es por algo, te cortará la cabeza y además, puede meterse en problemas mi señor!

Mijoo soltó un chillido como perro castigado. Yoongi salió ya arreglado del baño y miró a ambas doncellas. Les hizo un gesto para que lo siguieran, ellas afirmaron quedando atrás del joven Min, quien con sus pasos apresurados, preguntó a una de las sirvientas donde se encontraba la nueva chica que trajeron, una de ellas indicó el lugar y Yoongi se apresuró.

Al llegar al cuarto indicado, dio una gran respiración profunda, exhaló y abrió la puerta de par en "par". Adentro pudo ver al médico Paul Ahn que revisaba el pulso de la nueva intrusa, Min Yoongi palideció al ver aquellas reconocidas características y que era la sirvienta con la que se chocó en el baile.

Ahora que ella había aparecido en ese lugar, se dio cuenta que solo le quedaban tres meses de vida y que debía deshacerse de ella a como diera, así salvaría a su personaje preferido. No importaba si se convertía en un antagonista de Santé, esa mujer no le tocaría ningún pelo a Jeon Jungkook.

Mar-18-octubre-2022:

[Cualquier error de ortografía o redacción, serán corregidos cuando este fanfic pase a edición]

¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!

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