Cinco: Sin Escapatoria
JungKook estaba muy cómodo, parecía como si estuviera en alguna nube, con un delicioso aroma relajante en su nariz. Era un aroma que había anhelado desde hace algunos meses.
¿Quizás su mente había traído el recuerdo de aquel aroma?
No sabía y no le importaba, aunque aquella vez el aroma estaba lleno de excitación y ahora era más suave y le relajaba por completo.
Tampoco sabía cómo había llegado a su casa, o lo que había hecho después de que lo hizo, solo recuerda, recuerda haber salido a la tienda para abastecer su alacena y después...
Lo que pasó después era solo una mancha borrosa.
JungKook se removió en la cama, teniendo cuidado de no hacer ningún movimiento brusco por su vientre abultado, se sentó y miró a los lados. La habitación era especialmente grande, al igual que su cama, colores cálidos y frescos pintaban las paredes.
Las cuales también estaban adornadas con cuadros, armarios con detalles brillantes y elaborados, una fresca brisa entraba por el enorme balcón con puertas de vidrios y cortinas elegantes, afuera se podía ver algún tipo de jardín y un árbol con aves cantantes.
─La cama es muy cómoda.─ JungKook se volvió acostar frotando su rostro en las almohadas, no sabía de quién era esa habitación pero era muy linda, le preguntaría al dueño después.
"Espera..."
...........
─¿¡Donde carajos estoy!?─. A pesar de la panza que tenía, se las ingenió para levantarse rápidamente de la cama, ahora estaba entrando en pánico.
JungKook miró con los ojos muy abiertos por todo el lugar, el sueño en su cuerpo ya se había extinguido por completo, y ahora las cosas estaban siendo más claras.
El menor se dió cuenta también de la ropa que tenía puesta, o la casi nada, solo era una camisa azulada de botones y manga larga que le llegaba hasta más abajo de su trasero, y por suerte tenía ropa interior.
Lo bueno era que era ancha y no molestaba su vientre, incluso parecía una bata para él, pero era más que obvio que le pertenecía a alguien, pues el aroma agradable de Alfa estaba impregnado en ella.
JungKook tomó el cuello de la camisa, siguiendo a sus instintos, y la olfateó, ronroneó mientras lo hacía, era un aroma tan bueno, era el aroma del prime, JiMin.
Ahora que su mente también se aclaraba por completo y los recuerdos volvían, pasó cómo un vídeo, recuerda haber degollado a dos betas con solo sus garras, y después de eso, el Alfa prime apareció.
El menor se estremeció cuando sintió un aroma llegar a su nariz, no venía de la camisa que sostenía, además de un aliento cálido en su cuello.
─Buenos días, Kook─. La voz ronca del Alfa, al cual había anhelado más de una vez, sonó sobre su oído enviándole un escalofrío por la espalda.
JungKook podía sentir como su Omega interior chillaba y se derretía por completo. Su parte instintiva estaba a los pies del rubio.
─Y-yo...─. El menor se colocó una mano en el vientre por reflejo, después volteó para encarar al alfa, y aunque su Omega quería mostrar sumisión, su parte racional no pensaba lo mismo, no sabía las intenciones del Alfa y no podía arriesgarse─. ¿Qué estoy haciendo en este lugar?
JiMin sonrió divertido, a pesar de estar casi temblando, el Omega le miraba de manera retadora y determinada. Como quería ponerlo en cuatro sobre la cama y llenarlo de su semilla hasta el cansancio, incluso ahora estaba usando todo su autocontrol al verlo solo con una camisa suya.
Se miraba tan jodidamente sexy, pero sabía que ya podría domar a esa pequeña fiera después, ahora, solo debía hacerle saber que ya no tenía escapatoria de sus manos, ya era suyo y debía aceptarlo.
─¿Que no es obvio, Kook? Estás en mis tierras, estás en mi casa, tienes a mi cachorro, eres mío─. JiMin vió como un brillo extraño apareció en esos bellos ojos de bambi, dió un paso hacia el menor, quien no se alejó.
"Vaya forma de pedir una segunda cita".
JungKook pensó con algo de miedo, aunque, varias cosas le inquietaban en ese instante, más la última palabra que dijo del rubio, haciendo énfasis en "eres mío". Sonaba a una película de terror con el loco sicópata posesivo con sus víctimas.
Y pensando en las víctimas...
─¿Por qué esos betas me atacaron? Es más, ¿quién eres realmente?─. JungKook tenía una sospecha, o JiMin era alguien muy importante, más de lo que pensó en un principio.
O era alguien muy peligroso, nadie mata a personas en la calle y se sale con la suya tan fácilmente.
JungKook alzó la cabeza para mirar al rubio a los ojos, ahora le parecía más alto que antes, aunque, los primes eran conocidos por ser grandes, en todo.
─Bueno, es obvio que esas ratas quisieron acabar con el Omega del Yakuza más peligroso del país─. JiMin le contestó como si fuera lo más normal del mundo, y JungKook se atragantó con su propia saliva.
─¿¡Y-ya-yakuza!?─. Se podría decir que JungKook se esperaba algo como eso, pero saberlo de verdad, y contando con sus bajas probabilidades, seguía siendo sorprendente y alarmante.
JiMin tomó el mentón del menor con suavidad, le acarició con su pulgar y le sonrió casi que con cariño, el alfa hacia lo mejor que podía, él no era alguien muy romántico ni suave, lo poco que sabía del amor era por sus padres, aunque nunca estuvo interesado en ese tipo de cosas.
Eran muy cursis para él.
Sin embargo, ahora se arrepentía un poco de no haber escuchado un poco más de sus padres, podría por lo menos ser un poco más dulce con esa hermosura que tenía entre sus brazos, pero no sabía ni pío.
─No te preocupes por nada, mientras estés aquí conmigo nada va a pasarte, ni a nuestro pequeño─. JiMin azuzó su aroma, haciendo al Omega suspirar y calmarse un poco.
─¿No pudiste ser una persona normal e invitarme a un restaurante como una cita normal?─. JungKook se empezó a cuestionar sobre su decisión de haber ido a ese bar aquella noche, ahora la inseminación artificial sonaba más linda en su cabeza.
"¡Pero miles de embarazos son de esa manera, además en un hospital para hacerse una inseminación artificial le iban hacer muchas preguntas, ni tampoco era seguro que se la hicieran al ser un Omega soltero!"
─¿No pensaste en una mejor manera para quedar en cinta?─. Contraatacó el rubio, y JungKook abrió la boca para decir algo y después la cerró.
"Touché"
─¿No pudiste decirme que eras un Yakuza? Me habrías ahorrado muchos problemas─. JungKook se cruzó de brazos mirando al rubio con un pequeño puchero en los labios.
─Aunque quisiera no podría haberlo dicho, además, tú eras quien solo buscaba a un alfa para quedar preñado─. JiMin miró con diversión como el menor buscaba alguna respuesta inteligente para atacarle de nuevo, pero lo vió bufar y voltear con los brazos cruzados sobre su pancita.
JungKook se preguntó cómo era que ese alfa era tan fastidioso, además de que parecía conocer cada aspecto sobre el y sus planes, tenía miedo de preguntarle cómo era que lo sabía, aunque, si JiMin era un Yakuza tan poderoso como decía, no le sería difícil buscar alguna información sobre su persona.
El menor suspiró profundamente, miró al rubio de reojo quien seguía sonriéndole de manera divertida. Parecía un depredador con su presa contra la pared y la espada, pero él no era una presa fácil.
─¿Piensas quedarte ahí parado o me buscarás algo de ropa?─. JungKook se sentía devorado por el alfa, en más de una forma, pero no se iba a dejar dominar tan fácil, aunque ese pensamiento era muy tentador.
JiMin abrió los ojos ligeramente, estaba sorprendido, no creyó que fuera aceptar algo de esa manera tan rápido.
Sonrió con orgullo, después de todo no había elegido a un Omega normal.
─¿Debería de dejarte así mejor, y hacer que camines con poca ropa por la mansión? Nah, para eso tendría que sacar a todos para que no te vean─. JungKook sintió como su corazón saltaba con fuerza en su pecho, ese elfa era incorregible.
"Dominante, posesivo y pervertido. ¿Habría algo más para agregar a su personalidad?"
JungKook se volteó por completo hacia el prime, colocó sus manos a los lados de las caderas.
─Pues fíjate que no soy tan fácil "señor mando a todos"─. JungKook hizo comillas con los dedos─. ¡O me buscas ropa, o no salgo de aquí!
El menor se dió vuelta, fue hasta la cama y se sentó en ella, tomando la manta para cubrir su cuerpo. JiMin tuvo que aguantar una carcajada que casi estuvo por salir de su boca, de verdad que le encantaba ese Omega, era increíblemente lindo y retador.
─Bien, haremos las cosas a tu manera por el momento, después hablaremos bien de algunas cosas, además tienes que recibir a tu madre que llegará hoy a la mansión. Busca en los armarios, Kook─. JiMin informó caminando hacia la salida de la habitación, dejando a un Omega menor, sorprendido y muy alarmado.
¿¡lba a traer a su mamá a ese lugar!?
Bueno, pensándolo bien, era algo lógico. Si estuvieron a punto de hacerle daño a él y a su pequeño, también podrían hacerle daño a su madre. Una parte suya estaba alegre por eso, pues el alfa no solo se preocupaba por él, sino que también lo hacía por su familia.
Pero eso no quitaba el hecho de que el rubio sabía hasta donde estaba su madre, eso le confirmó que de verdad era alguien de que cuidarse.
JungKook colocó una mano en su frente y se dió unos golpecitos de reproche a sí mismo.
"¡Un Yakuza, JungKook, de todos los estúpidos alfas del mundo tenías que engancharte con un Yakuza!"
El Omega se regañó internamente, sin embargo, no se arrepentía de nada, ni siquiera le preocupaba que el alfa prime fuera un jodido Yakuza.
¿¡Que estaba mal con él y por qué aceptaba tan fácilmente esas cosas!? ¡Debía por lo menos estar más preocupado o más asustado!
Estaba loco, quizás igual o un poco más que ese alfa, pero ciertamente no era como si le preocupara demasiado.
Toda su vida estuvo solo, nunca tuvo a alguien que le protegiera y quisiera como algo más que amigos o hermanos.
Parte de su soledad fue su decisión, pues cuando algunos alfas se acercaban él solo los rechazaba al no ser de sus gustos. Pero era porque nadie cumplía con sus expectativas, hasta ahora, pues ese primer era todo lo que buscaba.
Guapo, fuerte, protector, y con un aroma que le hacía temblar las rodillas.
Sí, tenía un problema, pero era muy tarde para cambiar las cosas, a menos que inventara una máquina del tiempo, pero él no era un científico loco para hacerla. Además, no era como si de verdad quisiera cambiar su destino.
Regresar a su vida monótona anterior, que lo único que hacía era trabajar y hablar de vez en cuando con sus amigos no sonaba tan tentador.
Quizás fue por eso que le dió fiebre de cachorros en primer lugar, porque estaba solo, y aunque lo negaba o se decía que no necesitaba de nadie, internamente añoraba tener a alguien en casa con él.
Y su Omega interior creyó que al tener un pequeño, ese vacío se llenaría, pues tendría alguien a quien cuidar y con quién estar siempre.
Pero ahora, su Omega no iba a estar conforme solo con eso, no solo quería al cachorro, si no que también quería al padre de éste, y no podía estar más que de acuerdo de eso.
─Estás enfermo, deberías ir a un psiquiatra─ Se dijo a sí mismo el menor mientras se levantaba de la cama, aún enrollado en la sábana, fue hasta uno de los armarios de la habitación y lo abrió─. Santa madre que me parió.
El interior del armario era más grande de lo que se miraba por fuera, y dentro tenía un sin fin de ropas distintas, algunas incluso tenían las etiquetas de nuevo. Y por el tipo de tela, todo era de marca.
"Ésto cuesta mucho más que un año de mi salario."
JungKook pensó internamente, pues le pagaban bastante, pero no sé comparaba con lo caro de podría ser la ropa que tenía al frente, y lo más curioso de todo era otro detalle.
"¡Todo es de mi talla!"
Cada prenda tenía su número ya fuera hasta una media, bueno, quizás ahora sí estaba asustado de verdad, una cosa era información y otra era invadir la privacidad de su cuerpo.
Aunque, pensándolo bien, la primera noche en la que conoció al rubio dejó que lo follara hasta quedar más rellenito que un pavo de navidad. Así que no hubo privacidad desde el principio, y no debía quejarse por eso, no tenía ningún sentido ahora.
"Será mejor no tardar mucho"
El menor terminó por elegir del armario una camisa grande y desahogada para no apretar su lindo vientre, y un pantalón corto muy cómodo, toda una ropa de embarazado…
'Nuestro alfa es tan atento'.
JungKook se quedó de piedra al escuchar eso de su Omega interior, la única manera de escucharlo hablar sería en sus celos cuando pedía de un alfa a gritos, pero ahora era algo casi imposible.
El impacto que tenía el alfa rubio sobre su persona era increíble, sabía que podría ser dominado por él al instante, pero aún así, de verdad que no era alguien muy fácil, y para que estuviera entre sus piernas de nuevo tendría que ganárselo.
Le iba a demostrar que le debía tratar con respeto, se lo merecía, en parte, pues acostarse con él aquella vez fue por fines lucrativos, su pequeño.
Era algo razonable ¿no? Tuvo un punto aquella vez para hacerlo de ese modo..
Salió de la habitación con cautela, no sabía en donde estaba, tampoco sabía cómo de grande era el lugar, y por la palabra "mansión", debía de suponer que lo era bastante.
─Pensé que ya no saldrías─. JungKook dió un pequeño brinco al escuchar la voz detrás suyo, JiMin estaba apoyado en una pared con su teléfono en mano, apartó su vista del aparato y le miró de arriba a abajo, dando una pequeña aprobación a su vestimenta─. Vamos, tu madre ya está casi por llegar.
─¿De verdad la has traído por mí?─. JungKook bajó su vista sintiéndose un poco intimidado y avergonzado, JiMin solo sonrió de medio lado antes de dar su asentimiento.
─Eres mi Omega después de todo, así que tu familia también es importante─. JiMin se apegó más al menor pasando su brazo por la cintura del menor y JungKook se tensó un momento, pero después aceptó los toques─. Captaste mi atención desde el principio, y te quiero solo para mí, así que ve aceptando que me perteneces por completo, junto con mi cachorro, los cuidaré los dos.
El rubio llevó una de sus manos hacia el vientre abultado del menor, acariciando, y escuchó como éste ronroneó inconscientemente por los toques, disfrutando de ellos.
Al final, JiMin terminó guiando al menor por los pasillos de la mansión, prometió decirle a alguien que le diera un tour, o lo haría el mismo cuando tuviera tiempo disponible, pero por el momento solo lo llevaría hasta donde estaba su madre.
Quizás las cosas no eran tan malas, al menos JungKook pensaba eso, pudo haber terminado con un alfa peor, y aunque aprendió su lección, era algo tarde para remediarlo o volverlo hacer, pues estaba casi seguro que JiMin podría matar a cualquier estúpido alfa que se le acercara.
Al llegar a un elegante salón, JungKook pudo ver a su madre, obviamente nerviosa, mirando a todas partes como si estuviera en otro planeta, o quizás lo era, aunque fuera solo una clase más alta y algún tipo de realeza, era como otra dimensión.
Ella al verlo aparecer tomado del brazo con el alfa rubio abrió los ojos totalmente sorprendida, parecía como si le hubiera crecido otra cabeza. La Omega mayor se levantó de donde estaba sentada y fue hacia él rápidamente.
─¿Ko-Kookie...?─. Suni parecía no saber qué decir o qué preguntar, así que el menor se aclaró la garganta, necesitaba verse creíble para la historia que estaba a punto de inventar.
─Mamá, él es Minni- Park JiMin─. El menor hizo una pequeña pausa, mirando al rubio, quien le devolvía la mirada intensamente y serio─. E-es mi alfa...
JungKook vió como su madre abrió la boca y la cerró de nuevo, la mayor estaba sin palabras, apenas si podía creer lo que estaba pasando o lo que le estaba diciendo el menor.
─¿P-pero cómo?─ Ciertamente era desconcertante para la Omega mayor, pues no era como si estuviera saliendo con él de verdad, pues se lo habría mencionado alguna vez.
─Es un gusto señora Jeon, su hijo me ha hablado maravillas de usted─. JiMin parecía un actor profesional, serio y seguro. JungKook no entendía cómo era que el alfa podía ser así─. Permítame explicarle, después de la primera noche que conocí a su hijo lo busqué para poder salir con él, aunque debo decir que fue algo difícil, pero aún así pudimos tener citas, aunque me sorprendí bastante al saber que quedó en cinta, obviamente me haré cargo. Aunque al principio su hijo parecía muy inseguro con ello, al final logré convencerlo para que se mudara conmigo.
Suni estaba sorprendida y confundida, eh JungKook estaba peor que la Omega, no sabía si el prime tomaba clases de actuación en serio, no podía creer todo lo que le había dicho a su madre en menos de dos minutos.
─¿Por qué no me habías dicho nada?─. La mayor le preguntó un poco ofendida, JungKook no supo qué decirle, aunque JiMin se aclaró la garganta tomando la atención de ambos nuevamente.
─Disculpe ese detalle señora, pero yo le hice prometer que no dijera nada a nadie, pues soy un empresario importante y todas nuestras citas fueron en secreto─. JiMin dijo haciendo que la Omega le creyera casi por completo, pues eso explicaría la elegante mansión y que JungKook no le dijera nada.
"Claro, empresario importante".
JungKook pensó con ironía y quiso reír, todo parecía sacado de una película de drama y acción, era hilarante la situación, pero debía seguirle la corriente.
─Es verdad, mamá─. Juraba que si fuera Pinocho su nariz ya habría alcanzado a marte─. JiMinnie me dijo que no podría decir nada, él es muy importante y se podría armar un escándalo con la prensa.
El Omega sintió como una mano iba a su cintura de nuevo y se apretó allí con un agarre firme. JungKook vió como los ojos de su madre se volvían llorosos y llenos de cariño mezclado con felicidad.
─¡Kookie!─. Chilló ella recibiendo un pañuelo que JiMin había sacado de quién sabe dónde, y se lo ofreció para que limpiara sus lágrimas─. ¡Estoy tan feliz por esto, de verdad creí que morirías solo!
JiMin rió cruelmente por lo bajo al escuchar a la mayor y JungKook se colocó la mano en el puente de su nariz.
"Gracias por el apoyo moral".
JungKook sonrió levemente mirando a su madre enternecido, ella siempre había hecho tanto por él, desde cuidarlo cuando estuvo sola, trabajar sin descanso solo para poder alimentarlo y darle estudios, y muchísimas cosas más.
El Omega se apartó del rubio para poder abrazar a su madre, se sentía mal por mentirle de esa forma, pero quizás no era tan malo al verla tan feliz, quería verla así todo el tiempo y no que esté preocupada por su soledad y trabajo sin mucho descanso.
─Señora Jeon─. JiMin la llamó haciendo que ella se terminara de limpiar el rostro para verlo con atención─. JungKook me ha contado mucho de usted y sus esfuerzos, por eso quiero proponerle algo.
Tanto JungKook como Suni miraron al rubio confundidos hasta el hueso, aunque el menor ya no podía sorprenderse mucho, pues JiMin era alguien totalmente impredecible, ya se estaba acostumbrando a eso.
─Mis padres viven en Italia, en una finca de viñedos con una gran casa, solo es una sugerencia, pero JungKook me había mencionado que siempre estuvo trabajando duro para poder ayudarle a sacarle adelante, por eso se merece un buen descanso, podría ir a vivir con mis padres allá, tendría muchas cosas, además le vendría una buena compañía a mi madre malhumorada─. Si la boca de JungKook se pudiera caer ya estaría en el suelo, aún no cambia en su cabeza todo lo planificador que era ese alfa.
Parecía como si tuviera previsto todo desde el principio, era algo de miedo, pero, también era algo que él mismo hacía, como quedar en cinta después de pasar una noche con un desconocido, descabellado.
─P-pero...─. Suni estaba en shock, no podía creer que su, ahora yerno, le estaba ofreciendo una vida de lujos por el resto de la suya, y era casi hasta mentira, pero por el rostro serio del joven parecía ser completamente cierto.
─Mis padres están aquí de visita ahora, pero nos han dejado privacidad para explicarle las cosas a usted, además ellos también querían conocer a JungKook ya que se mudó conmigo─. El menor se tensó al escuchar tan declaración, y vió en Park un brillo de diversión al cruzar miradas con él.
¿Qué le diría a los padres del rubio?
"Hola soy JungKook, me acosté con su hijo para quedar en cinta y después me secuestró cuando dos betas estaban a punto de matarme y ahora sé que es un Yakuza"
Eso sonaba sin rodeos y más sincero, pero estaba seguro que la reacción de los padres del rubio no sería tan comprensivos como quería que fueran. Estaba jodido en muchos sentidos.
JungKook suspiró de manera temblorosa y acarició su vientre, fue casi de inmediato la reacción del rubio, quien llegó a su lado en un segundo y comenzó acariciar su espalda suavemente.
─No te preocupes, cariño, estoy seguro que a mis padres les va a agradar, no estés nervioso─. Dicho eso, el rubio soltó un poco su aroma, el menor escuchó a su madre dar un chillido enternecida, tuvo que sonreír con nerviosismo y un sonrojo en sus mejillas.
"Que amabilidad tan falsa, y mi madre cayó redondita"
Ahora JiMin parecía un ángel caído del cielo ante su madre, con la misión de ayudar y proteger a su preciado cachorro y sus nietos.
"Si tan solo supiera que los ángeles caídos son en realidad los demonios".
Era otra ironía sobre las cosas, podía jurar que si miraba la sombra del rubio podría ver dos cuernos y una cola sobresaliente de ella, estaba seguro que JiMin era un demonio manipulador y un devorador de almas sin compasión.
"Me lo merezco, después de todo yo me lo busqué".
Después de todo el fue quien fue al bar, quien tuvo la audacia de provocar al rubio, de montarlo hasta quedar con su nudo en el fondo de su coño, de tomar todo su semen para quedar en cinta, aún sabiendo que era un alfa de alto rango, creyó que se había salido con la suya.
"Perdóname, Dios, prometo nunca más volver a desafiarte."
Juró el menor internamente, no volvería a desafiar a su destino. JungKook salió de sus pensamientos cuando sintió el agarre de su cintura apretarse un poco, miró hacia arriba encontrándose con esos ojos avellana que fueron su perdición desde un principio.
Quizás no debió dejar llevarse mucho, pero aún así, con todos esos problemas que tenía ahora o lo más imposible que parecían ser las cosas, no se arrepentía de nada.
─Entonces mamá, ¿sí aceptas la propuesta de JiMinnie para ir a vivir en Italia? Sabes que siempre quise darte unas buenas vacaciones, pero ahora puedes vivir increíblemente allá─. JungKook sintió como JiMin dió un suave apretón en su agarre y lo acarició como si hubiera dicho algo bueno.
─P-pero JungKook, ¿y tu embarazo?─. Suni parecía ciertamente interesada en eso, pues quería ver a su nieto y no podía irse así como así.
─No pasa nada, mamá, aún falta mucho, además puede venir a visitarnos cuando nazca o un poco antes, o también puedo ir a visitarte yo, estaré bien aquí, JiMinnie me cuidará─. JungKook sonrió en grande, mientras abrazaba al rubio como si lo llevará conociendo desde hace mucho tiempo y ahora fuera una pareja muy enamorada.
─B-bien entonces─ Respondió la mayor al final─ Pero quiero hablar con los padres del joven JiMin también.
Bien, ahora solo faltaba los jefes finales, JungKook no estaba seguro si podría aguantar un poco más, pues lo que quería en ese instante era meterse bajo las sábanas de esa cómoda cama en la que despertó ese día.
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