Capítulo 19: El discurso del Rey


- ¿Y-Yunyun? Po-Por qué tu... Una chica hermosa no debería ser la villana.

- No lo entenderías, Dust-san. – Dice la chica, blandiendo su espada en una mano, y estirando la otra hacia el aventurero con quien alguna vez hizo equipo.

Antes de que Dust pudiera reaccionar, Yunyun hizo un rápido movimiento mientras el rubio estaba distraído; tal parece que la magia no es la única habilidad que la chica de ojos carmesí ha perfeccionado durante estos años.

--Flashback—

https://youtu.be/tNMXvocKaqk

Se ve la mansión bastante lujosa, al parecer, es la mansión del antiguo ministro de Elroad, un humano, el cual había hecho tratos con el Rey Demonio, sin embargo, este falló en su paga, y ha llegado el momento de pagar.

- Oh, hola pequeña, ¿te has perdido? – Preguntó uno de los guardias en el portón de la mansión.

Se ve a una pequeña figura con capucha, la cual levanta la vista ante la pregunta de aquel guardia, dejando ver un poco de su rostro; en este, lo más particular son unos ojos color carmesí.

- Cursed... Lightning... - Susurró la pequeña, desatando una ola de rayos de sus manos, los cuales impactaban en las armaduras de los guardias en la mansión, dejándolos chamuscados.

...

- ¿¿Qué es eso!? ¿¡Qué está pasando!? – Preguntó el señor noble, mientras se encontraba en la habitación de su hijo.

- P-Papi, tengo miedo, ese sonido me asusta.

Se podían escuchar los gemidos y gritos de dolor de cada uno de los guardias de la mansión, los cuales eran quemados vivos dentro de sus armaduras, víctimas de aquella ola de rayos infernales.

Cuando el hombre, el cual era viudo, salió a ver qué había pasado, no solo sus guardias se encontraban no muy buen, los mayordomos de la mansión, se encontraban regados alrededor de esta, metidos en un charco de sangre.

- ¿¡Qué!? ¿¡Qué demo...!?

Antes de que el hombre siquiera pudiera terminar su frase, una sombra pasó rápidamente y entró a la habitación, cuando este se dio cuenta, ya tenía una fina cortada en su abdomen, dejando salir una explosión de sangre.

Antes de caer muerto, lo último que logró divisar más o menos, fue una cuchilla, una con una hoja color rojo carmesí, como si fuera un rubí.

- P-Papá, ¿eres tú? *cof cof* - Preguntó el niño en su cama, sin poder ver lo que le había pasado al hombre.

De repente, ante él apareció una figura; debajo de aquella capucha, se divisaba a una niña de no más de nueve años de edad, aproximadamente la misma edad que el chico.

- ¿Quién eres tú?

- ...

- ¿¡Te dije que contes...!?

Antes de que el chico pudiera terminar su reclamo, la niña, con una espada de color carmesí en su mano, tan grande que podría ser casi tan grande como ella misma, cortó la cabeza del chico con solo un movimiento, quedando solamente el cuerpo decapitado del niño, aun acostado en su cama, con medio cuerpo tapado por la cobija.

...

Alrededor de una hora después, otras dos figuras aparecieron en la mansión, con el tiempo pasado, la niña alcanzó a ir a la cocina y prepararse un té.

Las figuras encapuchadas caminaron hacia la habitación de aquel niño, siendo testigos del baño de sangre ocurrido en aquella mansión.

- Veo que hiciste un buen trabajo, estoy orgulloso de ti... Yunyun-chan.

- Dio-sama, bienvenido sea.

- Lo ves, ves cómo te dije, esta es la niña con potencial de la que te he estado hablando...

- Ya veo, Dio-sama. – Dijo el otro encapuchado.

- Bien, Yunyun ya se encargó de la primera parte, ahora *chasquea sus dedos, invocando a unos cuantos demonios para que límpien el desastre*, te toca a ti suplantar al ministro de este país.

- Le juro que no lo decepcionaré, Dio-sama.

- Bien, Yunyun-chan, es hora de irnos, deberías volver con tu clan, o sospecharán que no estás.

- No se preocupe Dio-sama, igual, yo jamás le he importado a mi clan, no creo que se den cuenta de que hago falta.

...

Y así, aquel demonio cambia formas, se convirtió en el nuevo ministro del reino de Elroad, mientras que en ese mismo momento, el carruaje es atacado, donde estaban el rey y la reina, por los agentes y espías del Rey Demonio, perdiendo así la vida.

--Fin Flashback--

En ese momento, el aventurero Dust sintió calor, algo caliente en su abdomen. Al baja su mirada, vió un charco de sangre salir de su estómago, mientras las tripas se le salían, y su abdomen escupía más y más sangre sobre el suelo de nieve.

Lenta y dolorosamente, el rubio empezaba a perder el conocimiento, preguntándose por qué, por qué Yunyun, aquella chica solitaria al que él se acercó alguna vez y que en algún momento pudo ser un interés amoroso en su lista, se encontraba vestida con aquella capucha, y más aún, se preguntaba por qué ahora él se encontraba agonizando en aquel gélido paisaje.

Antes de cerrar sus ojos por última vez, y exhalar su último suspiro de vida, Dust vio como alguien especial para él se asomaba por el portón del pueblo, una chica castaña con un saco de color verde.

Ante aquella vista, Dust levantó su mano, intentando alcanzar a aquella chica que el tanto estimaba, sin embargo, su esfuerzo sería en vano, esto jamás se dará.

- L-L-Lean...

Y con esas últimas palabras, Dust, el ladrón de poca monta que intentó ser un héroe, perdió su vida.

--Mientras tanto en la capital de Elroad--

Se veía a un hombre con una barba banca, hablando frente a un estrado, ante él una multitud, la cual dirige el destino de esta nueva república.

- Vuestros leales soldados, han logrado contener la invasión de nuestros enemigos a este país. Las fuerzas de la coalición que aún quedan, ¡serán cazados y derrotados! - Se escucharon aplausos en el recinto, el cual era la sala del antiguo palacio real de Elroad, ahora sede del nuevo gobierno y edificio del senado.

- Les aseguro, que mi voluntad por apoyar a esta causa ¡nunca ha sido más fuerte! Incluso ahora, mis fuerzas capaces, lideradas por mi propia hija, han comenzado la ofensiva contra el reino enemigo de Belzerg. – Se escucha una nueva ovación.

- En orden de asegurar la seguridad y garantizar la libertad, la república de Elroad, y mi dominio, oficialmente se reorganizarán en... ¡La alianza impía! Para una nueva sociedad libre y justa. – Se escuchó un aplauso aún más estruendoso.

- Juntos, lograremos muchas cosas. Yo, juro que los liberaré de esas falsas deidades, que han buscado esclavizaros, ¡aquellas que se hacen llamar... diosas! ¡Allí, allí está nuestra victoria! Yo, Dio Xerxes III, juro que no los abandonaré. – Aún más aplausos.

Y así, aquel discurso fue retransmitido a través de bolas mágicas, por todo el territorio, el segundo paso del gran plan del Rey Demonio ha empezado, ganar los corazones y la confianza de las personas de este mundo.

Un rato después, el Rey Demonio salió de aquel palacio.

- Fue un gran discurso mi lord.

- Todo está procediendo como lo vi Max, estoy ayudando a este mundo, ¿verdad que soy una gran persona?

- Nada puede compararse a su magnificencia, mi señor Dio-sama.

- Bien, bien, hora de empezar con la tercera parte del plan, has contacto telepático con Serenna.


-> Continuará...

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