Short: Un cascarón vacío.

Algunas veces, tengo recuerdos de una vida que jamás llegué a vivir yo misma, veo a una chica que está siempre feliz, una chica juguetona que adora hacer bromas por doquiar… esa chica dejo de existir hace mucho tiempo.

Estos no fueron mis primeros recuerdos. Lo primero que ví en este mundo, fue a mi padre, desterrando a una chica que no conocía.

Lo primero que escuche, fueron unas simples palabras provenientes de mi padre "Tu eres Eris, la diosa de la buena suerte". Y yo simplemente lo acepte con una falsa sonrisa.

Por años nunca tuve mi libertad, fue adiestrada para volverme en la mejor versión de mi… al parecer yo no era suficiente.

Las frases "Una diosa siempre debe ser amable", "Una diosa siempre debe sonreír"… "Una diosa siempre debe cumplir su papel", esas simples palabras me las han dicho desde el primer día.

Yo, siendo una niña… jamás pude actuar como una, mi deber en ese entonces, vigilar a los mortales y aprender de ellos…, pero yo siempre veía a los niños, jugando, divirtiéndose… en ese momento los recuerdos comenzaron a aparecer.

Era como ver un sueño, viendo la vida de alguien que no era yo… no entendía lo que sucedía.

Esa chica, era la misma que ví en mis primeros momentos de vida. Muy pocas veces llegué a desobedecer a mi padre, viendo lo que aquella chica hacía, siendo feliz, viviendo su vida… siempre estube celosa de ella y lo estoy a la fecha.

Pero jamás supe que ella sufría peor que yo… ví todo, los desastres, la destrucción… todo lo había provocado ella inconscientemente y lo sufría todo minuto de su vida.

Yo siempre quise hablar con ella, pero jamás se me permitió siquiera verla, y cuando mi padre lo descubrió… mi castigo fue el arrebato de mi alegría.

Antes felizmente podía ver la hermosa vida de los humanos, pensando que todos eran amables y dulces… mi padre quería que viera la verdad. Odio, avaricia, gula, envidia, lujuria, irá, todo era parte de los humanos… y yo fui obligada a ver todo eso, incluso cuando aún era una niña.

Pero no todo era malo, fui el orgullo de todos los dioses, la pequeña niña dotada que todos querían… todos menos los dioses de mi edad.

Fui odiada por mis hermanos y otros dioses, todo a causa de mi juventud longeva. Podían pasar años, pero aún conservaba el cuerpo de una niña… me odie por eso, odiaba lo que era y que no había forma de cambiar. Mi apariencia infantil, era horrible ante mis ojos, celaba a todas esas hermosas diosas que podían presumir con orgullo su cuerpo…, pero cuando mi padre se enteró de mis sentimientos, me miró con desprecio y simplemente dijo:

–Las emociones humanas, no son dignas de una diosa.

¿Que eran las emociones humanas? ¿Odio, desprecio? No, dudo que eso sea todo lo que exista, felicidad, alegría, romance, todas esas también eran emociones humanas, ¿quiere decir que no puedo tenerlas? ¿O simplemente que no puedo mostrarlas?

¿Acaso la felicidad que todos los demás dioses muestran es falsa? ¿El odio que sienten hacía mi es falso? ¿Entonces porque sigue doliendo? ¿Porque este falso dolor no se aleja?

¿Y que es lo que siento por esa chica? ¿Porque cada vez que la veo siento envidia, pero a la vez alegría? ¿Son falsas emociones? ¿O solo yo no puedo exhibir mis emociones?

Por años me sentí confundida con respecto a las emociones, pero todo cambio cuando ví a esa chica frente a mi, la chica de mis recuerdos, de mis sueños.

Por días solo la miraba, ninguna decía nada, simplemente estaba feliz de estar en su presencia, pero no podía decirle, no podía mostrar mis emociones.

Todo, hasta que un día ella decidió escapar, fue la primera vez que escuché su voz, era muy parecida a la mía y me alegraba bastante. Incluso cuando me veía en un espejo podía ver el reflejo de ella en muchas ocasiones.

Podía ver una diosa hermosa con una enorme sonrisa en su rostro…, pero cuando volvía a la realidad, solo me veía a mi, un cascarón vacío sin emociones… o así debía ser siempre, pero cuando hable con ella, me sentí feliz y no pude evitar sonreír.

–Pe-perdon, una diosa no debe tener emociones.

Repetí aquello que siempre me han dicho.

–¿Hmm? ¿Quien te dijo esa mentira? Nosotros también tenemos emociones, estamos felices, tristes, amamos, odiamos… creeme, tener emociones no te quita tu estatus de diosa.

Ella dijo aquellas palabras, y desde entonces jamás tuve miedo de mostrar mis emociones otra vez.

Así pasaron años, viviendo un nuevo estilo de vida, siendo finalmente alguien, una personalidad propia que no me haya impuesto otra persona…, o eso pensé, creí que podría levantarme encontrá de todo, pero estaba equivocada.

Cuando volví ver a aquella chica, fue cuando mi padre la encerró. Jamás tuve el valor de preguntar la razón ni jamás me levanté para defenderla.

Trate de investigarla, saber que había hecho para estar en ese lugar… fue ahí cuando me enteré de que ella era yo… la verdadera yo.

Por años tenía el complejo de que no era más que un cascarón vacío, y ahora podía confirmarlo, era solo lo que sobraba de ella, de la verdadera Eris… y yo torpemente la llamé Elisa.

Ella, de seguro me odiaba, era obvio que odiaría a la persona que le quitó su nombre, su vida, su ser… por eso quise disculparme con ella.

Sin que mi padre se entera la visite por primera vez, cuando estaba frente a su celda… no supe que decir. Me quedé en completó silencio, viendo al suelo mientras lágrimas caían de mis ojos, ¿qué estaba haciendo aquí? ¿Porqué creí que ella querría ver a la persona que más odia?

Me lamentaba a cada pregunta que me hacía, eso hasta que ella hablo.

–Pequeña Eris, es un placer que puedas visitarme.

–………

–Y dime, ¿a qué viene tu inesperada visita? ¿cómo una diosa debes tener muchas cosas que hacer?

–…… y-yo… y-yo… re-realmente lo siento.

Y sin poder soportarlo más me lance a llorar, me disculpé con ella, le dije que lamentaba mi existencia, que por mi culpa ella debía sufrir todo esto… que yo era un simple cascarón vacío sin ella.

–No pienses así, tu no eres mi cascarón vacío, jamás te ví de esa forma, eres mi pequeña hermana, mi pequeña Eris.

Ella dijo esas palabras y jamás salieron de mi mente desde entonces.

Gracias a ella lo supe, tenía una hermana, tenía alguien a quien realmente le importaba.

Mis visitas fueron constantes, hablábamos en diferentes ocasiones y nos unimos como hermanas. La escuchaba feliz cuando estaba con ella, su risa era contagiosa y sus palabras siempre me levantaban el ánimo…, pero no duró mucho, cuando mi padre lo descubrió, Elisa fue llevada a un lugar al cual ni siquiera yo puedo acercarme… en ese momento perdí a mi hermana.

Mi nuevo trabajo como diosa empezó poco después, vigilar a los mortales de un nuevo mundo y recibirlos en el cielo, dándoles una cálida sonrisa antes de que su destino cambie para siempre… incluso cuando la mayoría de esas sonrisas eran falsas.

Por muchos años perdí la emoción de la vida, perdí mi felicidad y a mi única amiga… eso hasta que ví a aquella caballero.

Darkness, mi primer amiga humana por la cual he cometido muchas locuras.

Desde que la conocí pude vivir una vida como si fuera una humana, entendí lo que era la diversión, los amigos, embriagarse, enfermarse y lo más importante, aprendí lo que era enamorarse.

Satou Kazuma, no es el hombre más asombroso ni el más amable, pero era único e inteligente, siempre me hacía reír y siempre me ayudaba cuando me encontraba en problemas.

Claro que tuve que pasar por muchas cosas para al fin salir con él…, pero claro mi padre no se quedaría callado cuando se enterará. Raptar a Kazuma, claro que eso sucedería, amenazarlo y casi matarlo, eso era mi padre.

Pero yo no lo deje, finalmente, y por primer vez, me había levantado en contra de mi padre, me enfrente a él por la persona que amo y no me retracto de nada de lo que hice.

Pero jamás creí capaz a mi padre de hacer lo que hizo, liberar la manzana de la discordia en este mundo.

Un artículo mágico peligroso que solo los dioses pueden usar, yo antes la cuidaba… aunque sería mejor decir que Elisa lo cuidaba, por eso sabía que podría ocurrir.

Mi hermana se vengaria de nuestro padre por todo el sufrimiento que le ha hecho pasar…, pero, soy igual de culpable que él.

Jamás me había dado cuenta de todo lo que ella sufrió por mi, al separarnos la suerte también lo hizo, quedándome con la buena suerte y ella con la mala suerte.

Mi simple existencia le hizo la vida imposible a ella, nunca pudo ser feliz porque sin mi ella está incompleta, ella necesita volver a su cascarón vacío para ser ella de nuevo.

Yo… jamás me di cuenta de lo mucho que sufría mi hermana por mi culpa.
.
.
.
–Tranquila pequeña Eris, una vez que estemos juntas al fin seremos felices.

//Está vez no diré nada, nos vemos en el especial 150k//

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top