Capítulo 6

Capítulo 6: Tentaciones.





Oye, espera. Esto está realmente mal.

Mientras daba vueltas alrededor de Megumin con los brazos cruzados, dudaba si debía hacer algo aquí.

De vez en cuando volvía a mirarla, verificando si ella ya había recuperado la conciencia.

Kazuma: Eris-sama, dime qué debo hacer...

Para cuando me di cuenta, estaba viendo otra vez sus bragas semi-expuestas. Había un ligero camel toe a la vista.

Si alguien me viera, seguramente pensaría que soy un pervertido que le está mirando las bragas a su compañera, que no puede moverse y que está en un estado de inconsciencia.
Al final, terminé de cuclillas, más cerca de ella de lo que quería estar.

Kazuma: Huele fuertemente a Megumin...

Creo que mi respiración era rápida y agitada. Tenía los ojos bien abiertos y lo grababa todo en mi mente como una cámara. No sé por qué me estaba afectando tanto esto si ya no era virgen.
Seguramente, si esta situación se me hubiera cruzado cuando era virgen (ayer), estaría furiosamente sonrojado.

Kazuma: ¡Ahh, ya! ¡Tranquilízate, Kazuma! Un aventurero veterano no caería ante cosas así.

Sin embargo...

Kazuma: Megumin, ¿me escuchas? —pregunté una vez más.

Ante eso, Megumin volvió a asentir desde su posición torpe.

Miré a los lados, verificando que estaba completamente solo en este lugar. Incluso activé Detección de Enemigos para asegurarme de que no había monstruos cerca.

Todo era seguro. Estábamos completamente solos.

Cuando volví la mirada hacia Megumin, estaba en el mismo estado, con los ojos de un color rojo descolorado.

Y con eso último confirmado, me decidí.

Extendí ambas manos lentamente hacia su trasero. Lentamente, con una gota de sudor escurriéndose hasta mi mentón. No podía evitar estar nervioso. Hasta que finalmente los sentí.

 Sentí el tacto de Megumin, su trasero ligeramente frío pero suave y maleable.

Mis manos ahora estaban tocando su trasero casi al descubierto. Lo podía ver todo. Tenía la boca abierta por la sorpresa y el nerviosismo. Esto era nuevo para mí; no se comparaba a la explosión de información que recibí ayer.

Ahora estaba tocando el trasero de una de mis compañeras de equipo. Ella me había dicho que éramos "más que amigos, pero menos que amantes", y yo lo respetaba. Sabía que si abríamos una relación dentro del grupo, este probablemente se desintegraría. Ambos sabíamos que eso era muy probable, por eso lo acepté. Acepté que éramos "más que amigos, pero menos que amantes".

A pesar de que ya sabía acerca de sus sentimientos, y ella de los míos, ahora mismo la estaba tocando sin su consentimiento, y, para colmo, lo disfrutaba. Estrujaba y manoseaba sus nalgas, metiendo mis dedos entre sus bragas y apretando.

Estaba mal. Esto estaba muy, pero que muy mal. Pero no podía detenerme. Yo, el amable y respetable Kazuma-san, cuyo nombre era símbolo de éxito y perdición para los generales del Rey Demonio, ahora mismo estaba disfrutando de tocar a mi compañera.

Kazuma: Santa Eris...

Cuando me dispuse a ir por más, moví hacia la derecha la conexión de sus bragas, y lo vi. Vi la parte más preciada e íntima de Megumin.

Tenía una tienda de campaña entre mis pantalones, pero ver la entrada de Megumin hizo que esa tienda de campaña se hiciera más grande.

Pero no me detuve ahí. Moví un poco más sus bragas, apartándolas sin quitárselas, dejándolas al lado de sus labios mayores, y vi su apretado ano.

Tragué saliva. La impresión era realmente grande.

A pesar de que nos habíamos bañado juntos en el pasado, habíamos compartido cama e incluso nos habíamos confesado, yo no era un hombre que navegaba en dos barcos. Esa era la razón por la cual rechacé a Darkness.

Megumin, ahora, sin embargo, estaba frente a mí con su gran trasero expuesto, indefensa. El olor que desprendía era peculiar. Era casi el mismo olor que Darkness desprendía fuertemente ayer cuando la llevé a su habitación (o más bien, su habitación era la que olía), solo que el de Megumin era mucho más leve, pero notorio.

¿Mi siguiente movimiento? Por supuesto, fue abrir su vagina y ver su interior, apartando sus labios mayores para hacerlo.

Kazuma: Wow...

No podía evitarlo. Ver el himen de Megumin tal vez estaba siendo demasiado, porque me había quedado sin aire por unos momentos.

Estaba viendo el interior de Megumin. Ya no podía pensar claramente; pensar con cordura era cada vez más difícil.

Aunque la vista era maravillosa y bastante estimulante, sabía que tal vez no tenía mucho tiempo.

¿Y si Megumin recuperaba la conciencia? ¿Cuándo sería eso? Mi vida estaba acabada si ella me descubría. Ya no podría mirarla a ella ni a ninguna de mis compañeras a los ojos. Aqua probablemente me golpearía con su golpe divino como castigo.

Y cabía la posibilidad de que el grupo se desintegrara igualmente.

Levanté la mirada hacia Megumin, extendí la cabeza para ver su rostro, y afortunadamente ella seguía en ese trance.

No sabía cuánto tiempo iba a durar esto, de verdad que no lo sabía, y eso me asustaba.

Kazuma: Urgh...

Y con eso, finalmente dejé a Megumin. La dejé como estaba y me las arreglé para subirla en mi espalda. Me dirigí de camino a la mansión, con una erección que no desapareció hasta medio camino.

A pesar de eso, me abstuve de tocar su trasero mientras la cargaba. No quería arriesgarme a que volviera en sí mientras la llevaba a casa. Tenía que conformarme con sentir su escaso pecho.

A pesar de la culpa que sentía por haberle hecho eso, la emoción y excitación que sentí al verla tan indefensa e indecentemente lo superaba con creces. No es que yo sea algún tipo de pervertido, no, claro que no.

Sí, solo la estaba examinando para asegurarme de que estuviera bien, de que no se hubiera hecho daño por haberse caído al suelo después de lanzar su explosión, por más raro que sonara. Eso era.

Darkness: Oh, regresaron. Bienvenidos —al entrar a la mansión, Darkness nos saludó con una sonrisa. En medio del salón, ella estaba puliendo su armadura blanca—. Parece que Megumin usó demasiada magia.

Kazuma: ¿Huh?

Me pareció extraño su comentario, hasta que volteé a ver a Megumin, que todavía estaba en mi espalda. Ella yacía apoyada contra mí, profundamente dormida.

¿Es normal dormirse después de recibir la magia del collar? Cuando lo usé en Darkness, ella se había dormido casi al instante. No lo sabía, tal vez tenía que investigarlo un poco más.

De todas formas, dejé a Megumin en el sofá. Era normal; casi siempre podías encontrarme a mí o a Aqua durmiendo ahí de forma placentera por las tardes.

Y a pesar de eso, todavía podía ver sus bragas negras con encaje.

Darkness: Kazuma, ¿sucede algo? No estarás mirándola mientras duerme como un verdadero pervertido, ¿no?

Hablando del diablo.

Kazuma: No, no es nada. ¡¿Y por qué pensaste eso?! ¡Por supuesto que yo no haría algo así!

Aunque ella tuviera razón, yo nunca lo admitiría. No podía llamarme un Aventurero Respetado si hiciera algo así. No, por supuesto que no.

Darkness: Mmmmm... —y como siempre, Darkness empezó a sospechar y a sonrojarse fuertemente.











~***~

Por supuesto, la ilustración está igualmente censurada. No hay nada que pueda hacer al respecto. 

De todos modos, espero les haya gustado el capítulo. 

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