Capítulo 2

Capítulo 2: Éxtasis y dudas




Kazuma: ¿Y bien, me vas a decir qué es esto?

Kazuma evidentemente no era tonto, y Darkness lo sabía. Mentirle sería en vano cuando él ya la había descubierto. Era obvio que esa cosa tenía algo que ver con el comportamiento de Darkness.

Darkness: Ummh, eso... eso es... —no quería decirlo, no quería admitir que lo había estado violando durante tanto tiempo. ¡Hasta había perdido la vergüenza ante eso! Su comportamiento ahora era más descarado que antes.

Aun a pesar de estar en una posición incómoda, la expresión de Darkness era como la de un niño descubierto robando dinero. Kazuma volvió a fruncir el ceño.

Darkness: Kazuma... yo realmente no quisiera que te pusieras eso en tu cuello.

Ella estaba preocupada. Ese collar no solo le permitía al usuario borrar los recuerdos de quien quisiera y alterar el espacio en donde se encontraba, sino que también aumentaba cierto "encanto".

Kazuma: ¿Ah, sí?

Kazuma, sin hacer caso omiso a Darkness, se puso el collar de todas formas. Y los ojos de Darkness se abrieron de par en par.

Darkness: ¡E-espera, Kazuma, nooo! —ella gritó desesperada, luchando por moverse e intentar detener a su compañero. Qué tonta había sido.

Ahora sí que la había cagado, y en grande. Ni bien Kazuma se lo había colocado, miró confuso a Darkness por su reacción.

Kazuma: ¡Espera, ¿es esto algo malo? Solo lo hice para molestarte! ¿Este collar está maldito? ¡¿Voy a morir?!

Dándose cuenta de la situación, arrepintiéndose al ver la expresión alarmada y de horror de Darkness, y con el plan de chantajear a su amiga fallido, Kazuma intentó quitarse el collar rápidamente, pero no pudo...

Los ojos de Darkness se abrieron aún más al ver lo que tenía delante de ella.

Duro y de un tamaño más grande de lo común, el pene de Kazuma se encontraba erecto.

Kazuma se detuvo justo cuando iba a sacarse dicho objeto que suponía estaba maldito. Pero se detuvo; una sensación de calor lo llenó por completo, y su libido aumentó mucho más. Kazuma ahora mismo estaba excitado, y mucho.

Kazuma: Oye, Darkness... ¿De qué se trata todo esto exactamente? Uff, esto se siente... incómodo.

Aun a pesar de que hace poco era un virgen, Kazuma mostraba su pene hinchado a Darkness, haciendo que ella se sorprendiera y sus mejillas se calentaran. Su mente volaba con esa imaginación tan retorcida.

Era raro, una sensación que solo sentía cuando estaba muy caliente o cuando Megumin me dejaba con las bolas azules.

Como cuando iba al local de súcubos y me atendía una one-san con muy poca ropa, pero llevado al siguiente nivel.

No podía evitarlo. Desde que me había colocado el collar para molestar a Darkness, mi sangre corrió directamente a mi pequeño Kazuma-san. Bajando la mirada, observé mi espada.

Parándose vigoroso y saludando a quien lo viera —en este caso, Darkness—, tenía un tamaño que no recordaba tener. Tal vez esa era la razón por la que me había detenido al querer quitarme el collar. Estaba muy... caliente, y me sentía más seguro de su tamaño.

Darkness: E-e-está más grande... —admiró con algo de recelo.

En este punto lo había comprendido, o eso creía. Darkness se había puesto cachonda por culpa de esto, al punto de quitarme la virginidad. Pero había algo que no cuadraba.

Kazuma: Oye, Darkness, ¿eras virgen al momento de asaltarme como toda una cerda?

Cierto, recordando el momento en que ella me forzó a hacerlo, no vi en ningún momento que Darkness sangrara.

Darkness: ¡¿Q-q-qué?! —ella se sonrojó más al momento en que pregunté eso. Por alguna razón, me molestaba.

"Oye... ¿de verdad no era virgen?", pensé abrumado. Había recordado la vez que me colé en su habitación poco antes de su boda fallida con Aldarp; ella me había ofrecido su virginidad esa vez. O, como lo recordaba, "volvernos adultos juntos".

Por alguna razón, y me arrepiento, dije algo estúpido y no pudimos llegar a nada aquella vez...

Pero ahora es un caso diferente.

Kazuma: Darkness... —llamé severamente.

Ella apenas levantó la mirada para verme.

Darkness: Kazuma, yo... yo... —respirando pesadamente, sus ojos temblaban, al igual que sus palabras. Ella parecía no saber qué responder.

Pero ese asunto podía pasar a segundo plano. Sentía cómo mi Kazuma-san palpitaba más y más, gritando por querer ser calmado. Estaba deseando ser insertado en algo para poder ser saciado.

Los movimientos de Darkness, antes nulos, ahora estaban volviendo a la normalidad. Todo indicaba que estaba recuperando las fuerzas.

Kazuma: Si no piensas decírmelo, haré que hables de otra forma.

Darkness: ¡¡!! ¿¡Qué!? ¡Kazuma, ¿qué vas a hacer?!

Volviendo en sí, ella se alteró cuando me vio levantarme y rodear la cama para quedar detrás de ella.

Sentía mis mejillas calientes, o tal vez toda la cara. Podía adquirir más aire con cada respiración que daba, y miré el gran y gordo trasero de Darkness.

Kazuma: Pervertida —califiqué. No había de otra; incluso los fluidos de ella estaban chorreando, y yo ahora mismo estaba demasiado caliente.

Un pensamiento fugaz cruzó mi mente: "¿Estaba traicionando a Megumin?". Tragué saliva cuando posicioné mi miembro en la entrada de Darkness, todavía con una mezcla de fluidos.

Era verdad, yo tenía una relación con Megumin de "más que amigos y menos que amantes". Pero, por alguna razón, no me sentía tan mal. ¿Acaso era culpa de este collar?

Mis deseos dictaban otra cosa; mi consciencia parecía nublarse al momento de frotarme contra Darkness. ¿Había dado vuelta a los papeles?

Darkness: Kuhh~... aun así me haces eso, ¡yo no diré nada! —ella exclamó en gritos, con una cara totalmente sonrojada. Parecía que estaba perdiendo el miedo.

Kazuma: ¡Silencio! No quiero escuchar eso de ti cuando estás tan mojada aquí abajo y mueves tu trasero hacia mí de esa forma.

Aun ante los sonidos de protesta de su parte, ella continuó moviendo y meneando su trasero, ansiosa de que entrara en ella.

Podía estar caliente, pero verla actuar así de masoquista hacía que quisiera retirarme. Pero no lo hice.

Kazuma: ¡Paladín, prueba el poder de mi espada! —bramé desde su espalda, e inmediatamente después embestí con total fuerza su vulgar e indecente coño.

Darkness: Uhhhhn~ ¡Noooo~! —abriendo los ojos, ella sacó la lengua sin poder evitarlo, para luego ser reemplazada por una sonrisa llena de lujuria, ansiosa—. Ahh~, esto es-...

No le di tiempo a recuperarse más. Volví a mover las caderas, penetrando en ella como si no hubiera un mañana.

"¿¡Por qué se siente tan bien!?" Maldije entre pensamientos.

Se sentía incluso mejor que antes, cuando ella tenía el control. Los jadeos de ambos no se hacían esperar, llenando la habitación con los gemidos de pasión de Darkness y los gruñidos de anticipación de mi parte. No podía evitarlo.

Kazuma: ¿Qué esperas? Empieza a hablar de una vez. ¿Qué es este collar? —y entre respiración entrecortada, pregunté a Darkness.

Darkness: ¡N-nunca! No cederé ante una bestia como tú. Podrás tener mi cuerpo, ¡pero nunca mi corazón!

¡¿Qué tonterías estás diciendo ahora mismo?!

Kazuma: ¡Tonta, tu corazón ya me pertenece! ¿Es que ya lo habías olvidado? —me estaba volviendo loco y alterando. Estar detrás de Darkness hacía las cosas más excitantes—. ¡Responde ahora!

Seguido a ese pedido, y sin perder el ritmo, tomé a Darkness de su cabello, estirándolo con fuerza para acercar su rostro.

Lo que vi me dejó totalmente sorprendido.

Darkness: ¡Mmmnh, no, no sigas, me voy a volver loca!

Una sonrisa, tan grande y al mismo tiempo tan indecente, era lo que había ahí. Ojos con corazones; y pequeñas lágrimas a sus costados de éxtasis. Su masoquismo estaba siendo llevado a otro nivel.

Verla en ese estado me hacía reflexionar sobre si ella era en verdad una dama de la alta nobleza.

Ella apretaba ahí abajo como el demonio; un placer que no tenía comparación con la sensación de los sueños de las súcubos era lo que ahora sentía.

"No me estoy dejando llevar, ¿verdad?"





~***~

NA: La imagen esta así para evitar algo peor, solo por si acaso.






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